Konnichi wa!! Minna-san. Sé que siempre me demoro pero espero que me sigan perdonando…bueno aquí les va este capítulo y espero que lo disfruten.

Sayonara.

Gundam Wing ni ninguno de sus personajes me pertenecen aunque yo ya quisiera n_n

SPIRIT OF WARRIOR

By Akari-chan

Capítulo 4: Una salida en la noche

Era ya de noche y una suave brisa refrescaba las calles en la capital de Cinq. Era verano, así que la gente optaba por llevar ropa ligera y de colores claros que le permitiesen mayor frescura. Relena caminaba tranquilamente mientras se dirigía al restaurante que Adrien había escogido...ella le sugirió que lo mejor era que cada uno llegará al lugar por su propia cuenta.

La joven se observaba en un pequeño espejo de bolsillo. Realmente se veía bien y luego de guardar el espejo en una pequeña cartera siguió caminando hacia el restaurante, el cual ya se podía ver.

En la entrada un joven de cabellos castaños se dio cuenta de su llegada y le sonrió para luego dirigirse hacia ella y escoltarla.

- Ambos llegamos temprano – comentó el joven mientras se colocaba a su lado.

- Es cierto – respondió sonriendo – Pero tú llegaste antes

Rato después ambos jóvenes estaban sentados en una de las mesas que tenían vista al mar. La tenue luz de las lámparas generaba un ambiente agradable y la suave brisa del mar refrescaba los rostros de las personas que se encontraban en ese momento conversando en aquella terraza.

- Me alegra mucho que hayas aceptado mi invitación – dijo el joven mirando directamente a Relena

- En realidad, hace tiempo que no salía con alguien – contestó la joven vice-ministra con sinceridad

- Me es difícil creer como una chica tan simpática como tú no salga muy a menudo – comentó Adrien.

- El trabajo es absorbente y a veces uno no puede hacer otra cosa más que dedicarse enteramente a él...son asuntos de vital importancia.

- No dudo que sean asuntos de importancia; sin embargo – Adrien la miró un tanto confundido – el trabajo debe ser muy agotador ¿no tienes amigos o familia con la cual puedas salir a tomarte un respiro?

- Mis amigos son la gente con la que trabajo y...¿mi familia? Mi única familia es mi hermano Milliardo y su esposa Noin que paran el mayor tiempo en las colonias espaciales tratando de ayudarme con el proyecto Terra...y pues, mi madre adoptiva es una mujer que no acostumbra a salir mucho, ella prefiere conversar mientras tomamos algo.

- Ya veo – respondió el joven.

- Pero, háblame de ti...¿qué es lo que se siente crecer como un príncipe? – ante la pregunta Adrien sonrió ligeramente – ...aunque nací como una princesa, en realidad no recuerdo mucho de ese tiempo.

- No hay mucha diferencia en mi crianza y la tuya – comentó el joven – después de pasar mi infancia con mis padres fui enviado a otra ciudad para vivir con otra familia.

- Pero y ¿eso...por qué? – preguntó un tanto dubitativa la jovencita.

- No es para que pongas esa cara; cuando se crece en un ambiente donde todo el mundo trata de complacerte es fácil que un niño se vuelva caprichoso y piense que todo gira alrededor de él...por eso mis padres decidieron que lo mejor era mantenerme alejado de los asuntos de la corte y así aprendiera un poco de humildad y de sensatez – el muchacho siguió hablando con soltura – ...lo mismo le sucedió a la mayoría de la gente de familia noble que conoces, si quieres puedes preguntarle a la señorita Dorothy o a otras personas...incluso a ti, ya que fue un amigo de tu padre quien te crió ¿verdad?

- Es cierto – musitó con algo de tristeza – pero yo lo considero a él como mi verdadero padre y aunque me dijo que yo no era su hija...me dolío mucho cuando lo asesinaron – Relena agachó un poco la cabeza. En el tono de su voz se notaba que recordar aquello le había causado dolor.

- Lo siento...no quise hacerte sentir mal recordando... – respondió Adrien realmente apenado.

- No, está bien – contestó Relena, esta vez mirándolo – cuando lo recuerdo también me pongo a pensar en los momentos felices que pasamos. Él era una persona muy ocupada pero siempre se tomaba tiempo para acompañarme, jugar conmigo o salir a cabalgar de vez en cuando. – Relena se mostraba más tranquila y aunque aún se podía distinguir algo de tristeza en sus ojos también se notaba que disfrutaba recordar aquellas vivencias.

- ¿Te gusta cabalgar, entonces? – preguntó Adrien dejando de lado el anterior tema de conversación.

- Claro, acostumbraba a hacerlo muy a menudo en la escuela – contestó rápidamente – pero con todo el trabajo que tengo hace tiempo que no practico...me gustaría hacerlo otra vez.

- En realidad trabajas duro ¿verdad? – preguntó un tanto asombrado. – Me pregunto si entonces te gustaría acompañarme a cabalgar mañana.

- Claro que me gustaría – contestó muy animada la joven de cabellos castaños.

- Entonces vamos a cabalgar antes de que salga el sol.

- ¿Tan temprano? Es que quería arreglar algunos asuntos – repuso la joven

- Podemos ir a cualquier hora, pero no hay mejor momento que antes del amanecer – aseguró Adrien.

- ...- Relena sonrió – creo que los asuntos que tengo, los podré arreglar después. – el joven asintió complacido.

Llegó su cena y  ambos jóvenes siguieron conversando animadamente. En verdad parecía como si se conocieran desde hace mucho tiempo. Cada vez que Relena empezaba a hablar de su trabajo Adrien la guiaba a temas mucho más ligeros como sus gustos o aficiones.

Estaba oscuro y entre la penumbra de aquella noche un joven se cobijaba entre los árboles, esperando la llegada de otra persona. Heero estaba casi escondido en el parque que se encontraba al frente de donde se encontraba el departamento de Relena. El joven tal vez hubiese ido en busca de Relena, aunque no supiera exactamente en que lugar se encontrara con aquél sujeto, pero prefirió esperarla en la entrada de su departamento.

Ya era tarde, pero el muchacho no desfalleció ni por un minuto. Heero seguía atentamente el paso de cualquier persona o coche que se acercara, esperando que ella pronto regresara.

- Se demoran bastante – pensó Heero por un momento. En eso un coche se estacionó justo en frente del edificio de la joven vice-ministra a unos escasos metros del muchacho. Heero prestó toda su atención, pero se decepcionó cuando un hombre vestido de negro bajo del auto. Aquél hombre traía un paquete.

- Para la Señorita Darlian, vice-ministra de Relaciones Exteriores – oyó exclamar al hombre.

- ¿Otro presente? – preguntó el portero encargado aquella noche. – De seguro es de la Convención que se realizó hoy – comentó. – no se preocupe me encargaré de él

- Claro – respondió lacónicamente. Esta era ya la cuarta vez que venían para entregar un presente de la reunión que se había realizado hoy y Heero no le prestó ya mucha atención ya que era natural que Relena recibiera uno que otro presente en muestra de su aceptación en el parlamento y su desempeño como vice-ministra.

Pasó más tiempo y aún no había rastro de Relena ni de Adrien. Heero se estaba empezando a inquietar y eso no era algo que comúnmente le sucediera; sin embargo, aún conservaba aquella mirada impasible que  siempre lo caracterizaba.

Un carro se detuvo otra vez a la entrada del edificio. Esta vez tenían que ser ellos, pensó el muchacho y efectivamente. Una linda jovencita bajó del coche acompañada de Adrien, quien la siguió hasta entrada misma del edificio. A sólo unos cuantos metros se encontraba Heero que prácticamente era invisible debido a la penumbra.

- Me gustaría ayudarte también en tu proyecto Terra...la verdad mi familia está interesada en invertir en el espacio. – la joven sonrió.

- ¡Qué bien! – exclamó – sinceramente, mi hermano estaba interesado en plantearles el tema a ustedes, pero ya veo que están interesados.

- Entonces tal vez lo podamos discutir después de la cabalgata.

- Seguro – contestó satisfecha. Ambos miraron la entrada del edificio una vez más.

- ...Fue una noche agradable – dijo el joven príncipe.

- Para mí también – contestó Relena a sólo unos pasos de la entrada  – Relena se sentía un poco confundida, no sabía exactamente como despedirse de aquél joven que le parecía tan agradable y simpático. Allí lo tenía al frente suyo y ella no sabía como decirle una simple frase como "hasta mañana" o si era apropiado despedirse con sólo con un beso en la mejilla...

-  ...Bueno creo que nos vemos mañana – concluyó el joven de ojos verdes mientras se acercaba para darle tímidamente un beso en la mejilla.

Pero en algún punto del trayecto ambos cambiaron de opinión y sus miradas se cruzaron mientras sus labios se rozaron tímidamente aún.

- Nos vemos mañana – se despidió Relena separándose de él, aún un poco confundida por lo que acababa de suceder.

- Que tengas buenas noches – musitó él.

Antes de que ellos se separaran lo suficiente, un estruendoso ruido sacudió parte del edificio y algunos cristales crujieron mientras empezaban a caer casi completamente despedazados. Adrien abrazó a Relena y se agacharon tratando de protegerse de algunos de los escombros que caían.

La explosión había sido fuerte como para destruir uno de los pisos superiores de aquel edificio, exactamente el mismo piso que habitaba Relena.

Heero salió rápidamente de donde estaba para asegurarse de que Relena se encontrara bien.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó Adrien mientras desenvolvía sus brazos de la espalda de la joven.

- Sí, estoy bien – contestó débilmente - ¿pero que fue lo que pasó?

- Una bomba – intervino una tercera voz.

- Heero – dijo la muchacha mientras sus ojos azules parpadeaban. - ¿qué haces aquí?

El muchacho de cabello marrón oscuro se quedó viendo fijamente a la pareja mientras Adrien reconoció en él a aquél joven que lo había visto fríamente la noche de la última fiesta que se había realizado en el palacio de Cinq. Y sin aún comprender esa mirada que tenía Adrien siguió viéndolo para luego darse cuenta que la mirada de Relena había cambiado en cierto modo como si algo la perturbara.

Este es el capítulo más corto que he hecho hasta ahora. Espero que les haya gustado y ya saben si no les gustó, les pareció demasiado corto, aburrido, ridículo sin sentido o bla bla bla  espero que me escriban y me lo digan, bueno hasta pronto.

Sayonara.