Concierto para cinco
Segundo movimiento: Noche de insomnio

Tal como predijo Ron, la cena de esa noche fue espectacular. La señora Weasley preparó los platillos favoritos de todos, e incluso hubo una pequeña pero completa variedad de postres.
Harry no pudo dejar de preguntarse cuánto habrían gastado para darse ese lujo, y tampoco pudo dejar de sentirse culpable cuando el señor Weasley levantó su vaso y les dedicó la velada a él y a Hermione. Ella le dió a entender que sentía exactamente lo mismo cuando sus miradas se cruzaron por encima del comedor.
Ron, Harry y Percy estaban sentados de un lado de la mesa, los gemelos, Ginny y Hermione estaban del otro, y los señores Weasley en los extremos.
-Harry -murmuró Ron a su lado izquierdo-, ¿no te parece que Ginny y Hermione están muy raras?
-¿Por qué lo dices? -miró de reojo a las chicas y vió que hablaban muy bajito, atisbando para asegurarse de que nadie las escuchaba.
-¿Cómo que por qué?
-Vamos, Ron -rió Harry-. Son sus asuntos, déjalas en paz.
El pelirrojo le dirigió una mirada ofendida.
-¿Desde cuándo eres tan considerado?
Harry se encogió de hombros. La verdad no tenía ni la más mínima intención de interesarse por lo que estuvieran platicando Hermione y Ginny. Ya había sido suficiente de chicas por un día.
Ron, sin embargo, no parecía dispuesto a olvidar el tema. Muy disimuladamente se inclinó sobre el comedor hacia ellas, fingiendo un repentino interés por una mancha en el mantel. Sin embargo, Hermione se percató de su propósito y, haciendo una seña a Ginny, dieron las gracias y pidieron permiso para retirarse.
-Buenas noches -susurró con tono burlón Hermione a Ron cuando pasó a su lado. Él la contempló alejarse con el entrecejo fruncido.
Quince minutos después, Harry y Ron también se despidieron de los demás y se encaminaron a la habitación de Ron. Los dos se encontraban un poco cansados, pero como suele pasar cuando no has visto a tu mejor amigo en varias semanas, ninguno deseaba dormirse.
-Qué día, ¿eh? -dijo Harry, tendiéndose en la cama.
-Ajá. ¿Qué te gustaría hacer mañana? Podemos ir al campo a jugar quidditch.
-Eso estaría bien.
Ron asintió y tomó una pequeña pelota de la repisa. La lanzó hacia el techo, para después atraparla, y así siguió por unos cinco minutos. Harry se dió cuenta de que quería decirle algo, pero no se animaba. Optó por no preguntarle y sólo lo observó, divertido con la indecisión de su amigo. Anda, Ron, suéltalo ya.
-¿Tienes sueño? -preguntó finalmente Ron.
-No, no en realidad.
-Estaba pensando...bueno, hace mucho calor y no es muy tarde... -Ron se asomó por la ventana-. Por aquí cerca, en el bosque, hay un pequeño lago. En invierno se congela, pero durante el verano el agua está agradable -le sonrió-. ¿No se te antoja un chapuzón?
Harry se puso de lado y le devolvió la sonrisa. La idea no sonaba nada mal, pero algo en la cara de Ron le decía que el plan no los incluía sólo a ellos dos.


-¿Verdad que sí? -preguntó Ginny, ahogando una risa.
-Totalmente -contestó Hermione, estallando en carcajadas. De pronto enmudeció.
-¿Qué p..?
-Shhh.
Hermione le indicó con la mano a Ginny que guardara silencio y se acercó sigilosamente a la puerta. La menor de los Weasley obedeció y entonces pudo escuchar: del otro lado se escuchaban susurros y pisadas.
Ginny interrogó con la mirada a su amiga, quien pegó la oreja a la puerta, y unos segundos después ponía en su cara una expresión de triunfo.
Semejantes tontos, pensó.
En el pasillo también se quedaron callados.
-¿Qué sucede, Ron? -inquirió Harry en un murmullo.
-No lo sé -contestó el otro-. Ya no puedo escuchar nada...
Se apoyó en la puerta del dormitorio de su hermana, esforzándose por escuchar algo, y entonces Hermione abrió de golpe, sorprendiendo a Ron, que perdió el equilibrio y aterrizó de bruces a los pies de Hermione.
-Vaya, buenas noches, Ronald Weasley -dijo ella, cruzando los brazos y mirándolo severamente.
Ginny se levantó de la cama donde estaba sentada, se aproximó a su hermano con una almohada y comenzó a golpearlo.
-¿¡Pero cómo te atreves!?
Ron trataba de esquivarla y se cubría la cara con las manos.
-Ginny, para -expresó, sin aliento, pero la chica seguía pegándole y gritando-. ¡Ginny! Cállate o despertarás a todos.
Hermione agarró a Ginny de las manos e intentó tranquilizarla (aunque ella también estaba bastante molesta), mientras Harry ayudó a Ron a incorporarse.
Cuando se hizo una relativa calma, Harry cerró la puerta de la habitación.
-Explíquense -exigió Hermione.
-De acuerdo, a eso voy -dijo Ron-. No estábamos espiando, ni nada.
Hermione alzó una ceja, incrédula.
-Lo que pasa es que...esto...pues tuve una idea, y queríamos invitarlas. Pero, considerando la bienvenida que nos han dado...
-¿Y qué esperabas? ¿Besos y abrazos?
Ron miró directo a los ojos de Hermione y se sonrojó. De hecho...eso no hubiera estado mal.
Harry carraspeó, nuevamente asombrado por la reacción de Ron.
-Sólo escuchen. Si les interesa o no, ya lo decidirán después.
-Está bien -accedieron las chicas-. Hablen.
-Ginny, ¿recuerdas ese lago al que nos llevaron Fred y George hace años?
Ginny meditó y después movió la cabeza afirmativamente.
-Pues pensé (y Harry coincidió conmigo) que sería divertido ir a nadar allá.
Ron les dedicó una amplia y confiada sonrisa. Hermione y Ginny lo contemplaron, boquiabiertas.
-¿Tú dices ahorita? -interpeló su hermana.
Ron asintió.
-O sea, a esta hora de la noche -secundó Hermione.
Ron asintió.
-Y me imagino que, sin decir a mis papás, ¿no? -agregó Ginny.
Ron asintió. Hermione y Ginny asintieron también. Todos intercambiaron miradas en silencio, y entonces...
-¿ESTÁS LOCO? -le dijo Hermione -¿Cómo, y, por favor, en verdad dime cómo se te ocurre? ¡Qué plan más descabellado!
La sonrisa desapareció del rostro de Ron.
-¿Qué te sucede? -le gritó, enfadado-. Es una excelente idea.
-¡Sí que lo es! -admitió la chica-. Pero también es muy peligroso, Ron. No podemos simplemente salir de tu casa sin avisar. Mucho menos si vamos al bosque y ¡aún peor!, llevando a Harry con nosotros. ¡Es muy arriesgado! Algo podría pasar.
-¡¿Por qué tienes que ser siempre una aburrida aguafiestas!?
Hermione retrocedió dos pasos, con la cara completamente roja y la boca entreabierta. Ron comprendió en ese mismo instante que había ido demasiado lejos. Bajó la vista al suelo y por unos largos segundos no supo qué decir. Ginny y Harry pasaban los ojos de uno a otro, confundidos. ¿Cómo se habían salido las cosas de control?
-Fuera de aquí -murmuró secamente Hermione.
-Hermione, yo... -empezó Ron. Demasiado tarde.
-Fuera -repitió ella, sin levantar la voz.
Ginny tomó de la mano a su hermano y lo acompañó hasta el pasillo.
-Vamos a tu habitación, Ron -le pidió con voz suave.
Harry se acercó a Hermione con cuidado.
-¿Hermione?
-Tú también vete, Harry, por favor -dijo, conteniendo las lágrimas que se empeñaban en salir de sus ojos.
No obstante, él se acercó más y le pasó un brazo por los hombros, obligándola a sentarse en la cama. Permanecieron así un rato. En realidad Harry perdió la noción del tiempo cuando Hermione comenzó a sollozar y recargó la cabeza en su pecho.
No sabía que hacer, y lo más atinado que se le ocurrió fue abrazarla y mecerse en la cama, como se se tratara de una niña pequeña que corría a buscar consuelo en los brazos de un ser querido.
Cuando estimó que ella se había serenado un poco, se atrevió a interceder por Ron.
-Sabes que él no lo dijo con el fin de ofenderte -manifestó, tan bajo que pareció un suspiro.
Ella rió con ironía.
-¿Ah, sí?
-Sí, Hermione. ¿Cómo lo dudas? Ron te quiere muchísimo. Oye, no pongas esa cara, sabes que es cierto.
Hermione no contestó. Era agradable estar ahí, tan cómoda, tan..segura. Harry apoyó inconscientemente su cabeza en la de Hermione
-¿Y tú Harry?
-Hum?
-¿Tú me quieres?
Él levantó una mano y comenzó a acariciar el cabello de la chica. Era suave, a pesar de su aspecto enredado.
-Claro que sí, Hermione. Te quiero.
Ambos agradecieron que no pudieran verse las caras cuando sintieron que se les encendían las mejillas.
-Yo también te quiero, Harry.
Antes de que les diera tiempo de respirar siquiera, la puerta del dormitorio de abrió y Ginny Weasley entró a la habitación.
-Ah! -dijo, girando instintivamente hacia el lado opuesto, mientras Harry y Hermione se separaban.
-Entonces...-apenas articuló él, muerto de vergüenza-, buenas noches -y salió como un rayo.
Cuando llegó al cuarto de Ron, encontró a su amigo vuelto hacia la pared. Ninguno de los dos dijo nada.
Aquella noche, cuatro personas en la Madriguera no pudieron conciliar el sueño.

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Ah!!! ^^ Jejeje, sé que yo no debería decir esto, pero me agradó bastante cómo quedó esté capítulo (XD sufre Ginny, jajajaja...¬¬U). Sin embargo, me gustaría aclarar que esto no es todavía un H/Hr...aún no =P.
Gracias a quienes dejaron reviews ^^. Me gustaría contestarles uno por uno, pero no los tengo a la mano. De todas formas, arigatô!
221102. Aiwe P.B.