Summary: De las estrellas se dice mucho. Se dice que algunas cumplen deseos, guían y hasta predicen el futuro. Harry y Ginny a la medianoche se encuentran con una, que sin que ellos lo supieran, les cumpliría tres deseos. Pero, ¿están listos para que se cumplan?

Disclaimer: Los personajes, escenarios y nombres privados son propiedad de JK. Rowling y todas las publicadoras asociadas y etc. Solo tomo los personajes para crear una historia para matar el tiempo.

A/N 1: Muchos sorrys pero he estado muuuuuy ocupada estas semanas. Disfrútenlo que esta larguito y en mi opinión bueno. Para la gente que se pregunta, los deseos se van a cumplir dentro de poco, eso es todo lo que digo.

 

Tres Deseos

Capítulo 5: La broma

Luego de que la clase hubiera terminado, muy decididos, Harry y Ginny se acercaron a hablar con Aurora. No podían más con la curiosidad. La curiosidad mató al gato, pensó Harry, pero yo no soy un gato.

"Mmm…¿Aurora?" preguntó Ginny.

"¿Si? ¿En que les puedo ayudar?" preguntó la profesora, un poco extrañada y sorprendida pero haciendo caso omiso a aquellas emociones.

"Nos preguntábamos si era pariente de Arabella Figg." terminó Harry.

Aurora sonrió. "Si, es mi hermana. ¿La conocen?"

Harry y Ginny se sobresaltaron. La conocían muy bien. Tanto como para saber que su frase favorita era '¡jóvenes de hoy! ¿Quién los entiende?' pero no le iban a decir eso a Aurora. Entonces recurrieron al mejor método de respuesta evasiva de un tema.

"Algo así. Bueno, nos tenemos que ir. Hasta luego." dijo Harry. Huir, la mejor forma de evitar una confrontación, pensó. Harry y Ginny se fueron a dónde estaban los merodeadores.

"Harry, tu patronus fue espectacular." Dijo Remus a penas los nuevos integrantes del grupo se les unieron. "Nunca había visto uno tan bueno."

Para esto Harry ya estaba rojo de lo embarazosa que era para él aquella situación. Todos mirándolo con caras de maravillados mientras que la persona que le enseño a hacer aquel hechizo lo felicitaba y le repetía como nunca había visto ninguno mejor.  

"Uh… bueno…" dijo Harry. Ginny se rió al verlo.

"Harry es muy modesto. Mírenlo nomás, esta todo rojito." dijo sonriéndole.

Los demás se rieron al verlo. "Ya, déjenlo. Vayamos a la torre de una buena vez." dijo Harry tratando de cambiar el tema. Los demás asintieron y  empezaron a andar.


Pero antes de llegar, a la mitad del camino sin ser muy exactos se encontraron con alguien que Harry no se quería encontrar, ni hubiera querido.

Snape.

Harry y Ginny lo miraron totalmente sorprendidos y boquiabiertos. Su antiguo profesor, al cual tanto habían odiado, al cuál tanto habían temido, el de cabello grasoso, él, parecía otra persona en lo físico. Su cabello no estaba grasoso ni le llegaba hasta el cuello, estaba mas corto, tan solo llegaba a su oreja. Pero no fue solo un cambio en el cabello. Aparte de que su piel seguía igual de blanca, lo que realmente los hizo reaccionar así fue su mirada.

Severus Snape los estaba mirando con una mirada llena de dolor. ¿Snape? ¡¿Qué le pasó?! pensó Harry, "Maldición. Es un momento Kodak y yo sin cámara."

Harry miró fijamente a Snape para ver si lo entendía. Su mirada no iba dirigida a ellos. Solo iba dirigida a una persona. A Lily, su mamá. ¿Qué hace ese mirando a Lily?, pensó. Notó que el aire estaba presionado. Había tensión en el ambiente.

"Hola Severus." dijo Lily cortésmente y sonriéndole un poco. Snape la miró y asintió. Empezó a irse del camino de los merodeadores y compañía pero fue interrumpido por un comentario de James.

"Huye, cobarde …" dijo. Harry observó la mirada de Snape. En milésimas de segundos aquella mirada de dolor fue respaldada por una de odio. De verdadero y completo odio, además de rabia e ira. Harry se sobresalto.

Snape le mandó otra mirada de dolor a Lily y una fulminante a James antes de seguir su camino. Sin importarle lo que fuera a decir James se volteó y poco después desapareció. "Mortífagos…" murmuró James cuando se había ido Snape.

"James…" dijo Lily en un tono de advertencia. "… ya es suficiente. Párala." Remus los miró a los dos e intervino.

"Oigan, vamos a la torre. Tenemos que cambiar los libros y Sirius tiene que terminar su tarea." James y Lily salieron del trance en el que al parecer estaban y asintieron. Así todos continuaron caminando.

Algo pasó, pensó Harry, algo grande y voy a averiguarlo. Miró a Ginny con una cara de determinación y ella al entender aquella tácita proposición (no encontré otra palabra mejor para decir que no había dicho nada,

¿Me captan?) asintió sin dudarlo. Sabía lo que Harry proponía. Descubrir aquello que ella tampoco había podido entender. ¿En que nos estaremos metiendo? Se preguntó Ginny.


***

"¡Apúrate!" dijo Lily exasperada. Faltaba tan solo un minuto para que la clase de Transfiguraciones comenzara. Ellos aún se encontraban en la torre, en medio de algo así como una crisis. "¡Dónde habrás dejado el estúpido libro Sirius!"

Sirius no encontraba su libro de Transfiguraciones y por eso todos (los merodeadores y cola) lo estaban ayudando a buscarlo.

" ¡Tiene que estar en alguna parte! Yo me acuerdo haberlo dejado en el dormitorio." Se oyó la voz de Sirius que venía desde la habitación de los de sétimo.

"Sirius todos los lunes es lo mismo." dijo Remus. Todos seguían buscando sin éxito.

"¿Han usado el Accio?" preguntó Harry. Lily asintió.

"Canuto, tienes que ser más ordenado, amigo." Dijo James que estaba en la habitación con Sirius buscando.

"¿Pa' q'?" vino la respuesta de Sirius. "¡Ja! ¡Lo encontré!"

"¡ALELUYA!" dijeron Lily y Remus. "Ahora vámonos." Dijo Lily.

 Apenas todos se reunieron en la sala común y estaban a punto de salir sonó la campana que daba comienzo a la clase.

"¡Oh no!" dijo Lily paralizada.

"No puede ser." siguió James.

"Estamos muertos." dijo Remus.

"¡Pasamos a la historia!" fue el comentario de Sirius. Peter estaba demasiado aterrorizado para decir algo.

Harry los miró a todos como si fueran marcianos. ¿No pueden encontrar un buen pretexto? Se preguntó. Por la cara de Ginny pudo darse cuenta de que ella pensaba algo similar. "Oigan, por que no vamos de una vez. Va a ser peor si no nos aparecemos." Todos lo miraron con caras de temer pero asintieron.

Menos de dos segundos después una estampida de estudiantes corría por los pasillos de la escuela. Si no hubiera sido por que la situación era tan seria Harry realmente se hubiera reído muchísimo. 

Al final, después de cinco o algo por ahí minutos llegaron a la clase. McGonagall los miraba con una de las caras de molesta a las que Harry ya estaba tan acostumbrado a ver.

"¿Bien? Explíquense. No los voy a dejar entrar hasta que me digan por que llegan seis minutos tarde a mi clase. Que vergüenza, de mi propia casa. ¡Los premios anuales!" dijo la profesora.

Todos empezaron a decir cosas diferentes lo que hizo enojar mas a McGonagall y Harry decidió hacer algo. El les lanzó a todos menos Ginny un hechizo silenciador.

"Profesora. Disculpe, es que Ginny y yo nos perdimos y ellos nos estuvieron buscando y cuándo nos encontraron empezamos a venir pero estábamos en el otro lado de castillo." dijo Harry.

"Si, profesora. Lo sentimos mucho." Concluyó Ginny. Harry les quitó el hechizo a los demás que se quedaron callados.

"Bueno, si ese es el caso está bien. Pueden ir a sus asientos." Dijo la profesora.

Se oyeron grititos de alegría de parte de los merodeadores mientras iban a sus asientos. Todos estaban muy aliviados y para esto lo único que hacían Harry y Ginny era sonreír. Miradas envidiosas pasaron por ellos pero las ignoraron y se sentaron en el fondo.

McGonagall continuó la clase. "Como iba diciendo antes de ser interrumpida-" Mandó una mirada a los recién llegados. "Lo último que vamos a aprender va ser el tema de hoy. Este es sumamente complejo por lo que nos llevará el resto del año. Hoy vamos a aprender a volver sólido el aire."

Sonidos de sorpresa se oyeron de todas partes de la sala. Hasta de los que estaban al final. La mayoría se preguntaba si eso era posible.

"Y si, es muy posible. Tan solo vean." Con un movimiento de su varita y un poco de concentración la nada se convirtió en un fósforo. "Comenzaremos con cosas simples. Es importante que sepan hacer esto. Será mucho más avanzado y no espero que todos lo hagan a la perfección pero si es necesario que lo intenten, pues les podría servir en el futuro."

Todos se veían un poco nerviosos, se veía muy difícil. Lily estaba mas nerviosa, Transfiguraciones no era su fuerte.      

"Tienen que concentrarse en ver el aire. Más fácil es si se concentran poniéndole un color o algo así." Siguió. "No espero que todos lo hagan a la primera, hasta a mi me cuesta trabajo. Bueno, ¿Qué esperan? ¡Inténtenlo!"

Harry miró a  Ginny, Esto debe ser tan difícil para ella, pensó. Ginny le sonrió y le di un apretón de manos, como para que dejara de preocuparse. Él sonrió y se tranquilizó. Bueno, con el trabajo… No tenía idea que hacer. Miró a su alrededor. Lily trataba de revisar la teoría para ver si entendía. Remus miraba extrañado a su varita. Sirius transformaba una cajita de fósforos que había encontrado en su escritorio en una pequeña motocicleta. Meter miraba desesperadamente a todos lados para ver si entendía y por último James miraba al aire como si fuera la primera vez que se daba cuenta de su existencia, estaba como analizándolo.

Harry regresó al aire. La nada, el aire… ¿Qué se supone que tenía que hacer? Oh si… A ver, aquí va. Miro al aire y se concentro fue imaginándose las partículas y así ubicó algo que podría considerar sólido. A ver…  Me pregunto que tanto tienen de especiales los lapiceros muggles, no son la gran cosa. Serán más comos y todo pero me parece que se ve mejor en tinta, mmm… para eso estarán los de tinta líquida. ¡Que estoy haciendo! ¡Regresa a la clase Harry Potter! A ver… concéntrate…. pocos segundos después Harry pudo ver ante sus ojos que algo se estaba formando. No era un fósforo precisamente pero era algo. Había creado un lapicero poco después se dio cuenta. Un lapicero negro de tinta líquida, en realidad era una pluma pero no le dio importancia a eso. Miró al lapicero asombrado Wow... pensando en lapiceros. 

"¡Muy bien Harry!" dijo Ginny sonriendo, ella sabía que el lo iba a lograr. James Potter volteó a verlos y sonrío. El también había logrado algo. Un fósforo.

"Woah. ¿Qué es eso?" preguntó James mirando asombradamente a la pluma. Harry salió del trance de maravillado en el que estaba.

"Es una pluma muggle. Sirve para escribir y también escribe con tinta. Solo que no la tienes que estar recargando." contestó Ginny. James miró a la pobre pluma mucho más de cerca completamente maravillado.

"¡No sabía que existía algo así! Parece útil." Dijo James.

"Es más cómodo que usar plumas de verdad y tinteros." Dijo Harry. James asintió.

En ese momento McGonagall volteó a verlos y sonrió cuando vió que James lo había logrado. "Muy bien Potter, como siempre." Sonrió. Y volteó para Harry. Al ver la pluma se quedó maravillada. "¿Tu hiciste esa Larson?" Harry asintió.

"¿Sabe que son profesora?" preguntó James, aún mirando a la pluma.

"Si, mi prima usa de esas. Dice que las prefiere por que es más fácil con el asunto de la tinta." Contestó McGongall.


Para esto los demás merodeadores se dieron cuenta de lo que estaba pasando y se unieron en la conversación.

"Parece un lapicero Parker." Dijo Lily. Ginny asintió, como lo hizo Harry. Los demás tenían miradas de completa ignorancia del tema. "Marca de lapiceros, olvídenlo." Los demás asintieron  y poco después McGonagall los mandó a cada uno a seguir con su trabajo, pero no sin haberle dado 35 puntos como total a Gryffindor por los logros de Harry y James.


Para el final de la clase Sirius y Remus habían logrado hacer algo también. Lily no había tenido mucho éxito, ni Peter. Pero Lily estaba más cerca que Peter, mucho más.



Todos estaban realmente cansados. Después de una hora y treinta minutos de estar en clase con McGongall quien no lo estaría. Pero ellos no le hicieron caso a eso, estaban muertos de hambre y lo único que querían era comer.

"¡Comida! ¡Al fin!" dijo Sirius. Todos los demás se rieron pero atacaron la comida al igual que el. Todos estaban hambrientos y todo era causa de la clase y el horario de esta. Transfiguraciones realmente consume las energías pensó Harry.  

De pronto James, Sirius, Remus y Peter voltearon a la mesa de Slytherin. A dónde Snape estaba sentado. Los cuatro miraron inquietos a sus relojes. James comenzaba la cuenta regresiva

…Tres…

…Dos…

…Uno…

De pronto humo apareció en la mesa de Slytherin. Precisamente en el lugar dónde se encontraba sentado Snape.

"Parece que funcionó." Dijo Remus.

James con aire de ofendido lo miró. "¿Qué? ¿Esperabas que la famosa broma del 'Rojito Tomatito' no funcionara?"  Apenas James dijo eso Lily, Harry y Ginny se empezaron a reír incontroladamente.

"¡Rojito.." comenzó Harry entre risas "…Tomatito!" Ginny intentaba decir lo mismo.

En la cara de los merodeadores una sonrisa de triunfo apareció. Todos voltearon a la dirección a dónde ellos veían. Al sitio de Snape. El humo va se había ido y solo había dejado a Snape. Con el efecto del hechizo.

Si, Severus Snape lucía un hermoso color Rojito Tomatito en su piel. Parecía una de esas caricaturas cuando se queman en el fuego. Su piel estaba más roja que el pelo de un Weasley.

Todo el Hall, incluyendo a los Slytherins, estalló en carcajadas. Lo poco profesores que se encontraban en la mesa trataban de controlarse un poco y hacer algo pero se encontraban inmovilizados por las abundantes risas que brotaban de sus bocas.

"¡Larga vida al tomate!"dijo Sirius. Los merodeadores asintieron y siguieron su ritual.

"TOMATE TOMATE TOMATE TOMATE ¡Larga vida al tomate! TOMATE TOMATE TOMATE." Esto causó otra tanda de risas en el may. Para esto el color de Snape se había puesto aún más rojo, si eso era posible, por la ira que sentía.

"¡Me las vas a pagar POTTER!" dijo Snape mientras trataba de salir de entre la gente que lo señalaba y no lo dejaba salir. En ese proceso su capa, cabello y zapatos se pusieron todos de un color verde, como las hojas del tomate. "¡AGRRR!" gritó Snape, pero esto solo brindó más risas entre los estudiantes y profesores del Hall.

"¡Eso fue excelente!" dijo Harry a los merodeadores cuando las cosas se calmaron un poco.

Los merodeadores sonrieron. "Si, y lo mejor de todo es el hechizo de efecto duradero que le pusimos." dijo James.

"No podrá volver a comer tomates en su vida." Dijo Sirius con una sonrisa maliciosa.

Lily los miraba como reprimiéndolos, le daba pena Severus.

"Ya.. digamos, ¿Cuánto dura el efecto?" preguntó Ginny. Esto solo hizo que las sonrisas de los merodeadores se hicieran más grandes de lo que estaban.

"Hasta que pierda el efecto.." comenzó James.

"O coma del mismo tomate con el que hicimos la pequeña e inocente broma" terminó Sirius.

Estallaron en risas de nuevo, todos menos Lily. "James, eso es cruel. El pobre Severus no tiene la culpa de que le guste tanto el tomate."

"Si, bueno. Eso le va a enseñar a no meter su entomatecida cara en nuestros asuntos. " dijo James. Para esto los merodeadores estallaron de nuevo en risas, al igual que Harry y Ginny, y Lily no pudo evitar reírse un poco. 

Esto tiene que ver con lo de más temprano, Harry pensó.


***

Luego de un almuerzo con muchos eventos cómicos y desgraciadamente desagradables trampas del destino a algunos estudiantes (como Sirius decidió decirle) los Merodeadores lograron llegar a su clase de Encantamientos.

La clase no fue nada nuevo en lo absoluto. Harry no se asombró al notar que Flitwick (uno más joven) era quien enseñaba la clase. El tema de la clase resultó ser el Obliviate y repasaron al teoría, aún sin practicarlo. A Harry no le pareció nada del otro mundo, ni tampoco a Ginny, pero al parecer a Lily si. Bueno, eso pensó él hasta que James le explicó que Encantamiento era el mejor y favorito curso de Lily. Eso lo explica… 

Luego de eso tuvieron que correr para llegar a tiempo a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas que también, como en el tiempo de Harry, se enseñaba en las afueras del castillo, cerca de los invernaderos.

El profesor resultó ser un retrato de Lockhart solo que con lo que al anterior le faltó. Un poco de más feminidad. Se llamaba André Faccini, era de ascendencia italiana pero nacido en Inglaterra. No era tan obstinado ni soberbio como el 'escritor' pero tenía otras cualidades que se remplazaban.  Ya entiendo por que Los merodeadores y Lily no están en esta clase. La verdad es que no era mal profesor. Solo era un poco excéntrico, o más bien lo que algunas personas le llamarían 'mariposon'.

Si, tenía todos los atributos que una persona así tiene. Primero la forma de caminar, movía el trasero como solo Harry había visto a las más coquetas de las personas que conocía, en ese grupo estaba su tía Petunia, aunque Harry tenía que reconocer que prefería ver al profesor caminar así que a su tía.

Segundo, la forma de hablar. Harry entre risas había podido captarle unos apodos para ellos tales como "Corazones", "Caramelitos de Miel", "Picarones", "Dulcitos" esos entre muchos.

Tercero fue su mirada. Por alguna razón miraba a Harry con una mirada que realmente lo incomodaba. Pero como Harry no era estúpido captaba que era. ¡Que asco… gustarle al profesor!

Esas tres eran las más resaltantes entre todas. A los pocos minutos de la clase Harry pudo entender por que al decirle a los merodeadores que clase les tocaba se habían reído tanto. No es gracioso…

El tema fue lo que iban a tener que estudiar para los EXTASIS y sobre lo que venía. Y eso preocupó a Harry un poco. Iban a hablar sobre todas las serpientes peligrosas. Comenzando por el basilisco y finalizando con demonios de mar o algo así que no captó muy bien.


Finalizada la clase Harry se sentía más incómodo que nunca. Ginny se reía muchísimo de todo. Ella había encontrado al profesor como algo digno de entretener, lo que no le hizo mucha gracia a Harry.

Al poco tiempo, sin necesitar de las instrucciones dadas por los merodeadores Harry y Ginny llegaron al salón de Estudios Muggle. 

Harry se asombró al notar que parecía una sala de clase de una escuela muggle. Le traía recuerdos de su infancia y niñez en Surrey, saca esos pensamientos de la mente…

Los merodeadores se rieron muchísimo cuando Ginny les contó lo que había pasado en la clase. Hasta Harry se rió, pero eso no hizo que el color se su piel cambiara, seguía rojo de la vergüenza y hasta notó que si seguía así lo iban a bautizar como tomatito III(el primero fue tomado por Sirius cuando una prueba salió mal y así llegaron a dar con esa broma de más temprano, y claro Snape recibió el segundo título)

Aquella clase si fue más entretenida y sin tanta vergüenza de parte de Harry. Esta era una profesora. Se llamaba Anora McDirty y era escocesa. Eso se notaba claramente en su acento. Aunque se le entendía mejor que a Hagrid.

La clase fue realmente una muy buena. Vieron otra película, solo que esta vez vieron unas de vaqueros (si, del viejo oeste ¡YAJIAAAA!) que resultaron ser muy graciosas para Harry. La profesora les dejó para que hicieran un ensayo de lo que pensaban sobre ese tipo de cultura Muggle y nada más.

Después de un día así Harry estaba agotado. Si bien las clases habían sido diferentes por la presencia de sus padres, también habían sido incómodas y más extenuantes. Por eso después de una sesión de 'besuqueos', como Sirius ya le había llamado antes, con Ginny, Harry se encontró yendo a su cama temprano a dormir. A tan solo las nueve. Pero lo que él no se esperaba era que esa noche el sueño no iba a estar de su lado, todo lo contrario.

Las tinieblas rodeaban el lugar. Solo se oía en sonido se la respiración de las personas enmascaradas. Todo el grupo se encontraba arrodillado en filas frente a una silla majestuosa negra en la que se encontraba el líder se su causa.

"Y díganme. ¿Ya descubrieron dónde se encuentra el Fénix?" preguntó el líder.

Uno de los sirvientes arrodillados se paró y se acercó. "No, mi señor. Pero estamos tratando de hacer lo mejor. Ni siquiera el tonto ese de Dumbledore sabe a dónde se fueron él y la Weasley."

El líder pareció considerar la respuesta. Mientras tanto el sirviente rogaba por que su respuesta fuera aceptada.

"No es una respuesta aceptable. Por que ellos no sepan dónde están no significa que tenemos excusa para no saberlo. Crucio." Le lanzó la maldición al sirviente que apenas la sintió comenzó a gritar desesperadamente.

El líder sonrió. "¿Alguna otra noticia? ¿Algo que hayan descubierto?" un sirviente asintió y se paró yendo a su maestro.

"Mi señor, nuestros estudios nos mandan a sospechar acerca de una estrellas." El líder lo miró completamente sorprendido.

"Si son esas estrellas…"Se calló. "No lo dejaré que pase. ¡Harry Potter morirá a mi merced! Y lograré mi reino de las tinieblas. ¡Lord Voldemort vencerá!

Todos los sirvientes asintieron a su líder y se rieron junto con él.



Mientras tanto en otro tiempo, en otro lugar un muchacho del cabello desordenado y gafas se despertaba de un sueño muy real con una gigantesco alarido:

"¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!"

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