Cambios de Sentimientos, por Kit-chan
Capítulo 5: Colores
La risa del muchacho resonó en todo el gimnasio. Todos los demás voltearon a ver que sucedía, pero en seguida volvieron a lo suyo cuando vieron que Rukawa les estaba lanzando su famosa mirada de 'Metanse en sus asuntos'. Pero aun así, Mitsui no podía dejar de reír.
"No es gracioso," dijo Rukawa friamente, "tú no entiendes. Él es muy sensible."
"Disculpa, Rukawa," dijo Mitsui reincorporándose, "Es que no puedo imaginar al tensai Hanamichi Sakuragi pegando hojitas en un cuadernito."
Otra mirada mirada de Rukawa.
"De acuerdo, esto es lo que vamos a hacer."
"¡Salud!" Le dijo Sendoh al pelirrojo que estaba jugando un uno a uno con él.
Hanamichi se frotó la nariz y dijo: "Gracias. Deben estar hablando mal de mí. Cuando agarre a Yohei!" Amenazó con su puño e hizo retroceder a Sendoh.
"Tranquilo. ¿Por qué no descansamos unos momentos?"
Y así, los dos muchachos fueron a sentarse al tiempo que se refrescaban con un agua mineral.
"Oye, Hanamichi... ¿Hablaste con Rukawa?"
Bueno, seguro que Sendoh si sabia ir directamente al grano. Hanamichi se sobresalto con la pregunta y se sonrojó de la vergüenza.
"N-no, todavía no he tenido tiempo. Además ese maldito-"
"¡De acuerdo!" Lo detuvo Sendoh, "no te preocupes. Tan solo hazme saber cuando arreglas algo." Y diciendo estas palabras, se levantó y despidiéndose de Hanamichi, se fue.
/Maldita
sea. No quiero hacer esto/ Pensó el pelirrojo.
/¿Por qué será que Sendoh me pide estas cosas? Que vaya
a hablar él mismo, si tanto quiere.../ Hanamichi se ruborizó por
cuarta vez en el día, y decidiendo olvidar el asunto, se levantó
y se fue a cambiar al vestuario.
Era por cierto un día precioso, uno más de la espectacular semana que transcurría. Tan solo el mirar al sol le provocaba a uno ganas de bostezar. Y además, en el Shohoku se respiraba calma, ya que la escuela entera estaba vacía al ser la trade del viernes. Sólo el gimnasio estaba abierto, a cargo del capitán Akagi, pero ni siquiera el equipo practicaba hoy.
Hanamichi Sakuragi encontró un rinconcito y prefirió tomar una siesta antes de volver al desorden de su casa y al constante movimiento intranquilo de su familia.
Apenas apoyó su cabeza en su bolso, cayó en un sueño profundo, en uno de aquellos en los que se sueña que uno hace lo que quiere porque está conciente de que está soñando y en cualquier momento puede despertar. Por esa razón, no oyó la llegada de su mayor rival.
/Es hora/ Pensó Kaede Rukawa acercándose al cuerpo recostado de Hanamichi. Apoyó su bolso de gimnasia cerca de la roja cabeza dormida, y sacó la bolsa con las hojas más extrañas que podría haber conseguido. Luego, haciendo algo completamente inusual como lo es una mueca de sonrisa en su rostro, sacó algo que parecía un pomo (si, como de dentífrico) y algunas otras cosas.
El ruido del agua cayendo con fuerza sobre el piso del vestuario despertó
sobresaltado a Hanamichi. Lo primero que éste pensó fue qué
hora era, y quién estaría en el vestuario en un momento tan inusual.
Lo segundo que pensó, fue de dónde provendría ese terrible
olor a amoníaco.
Agarrando sus cosas, se dirigió al vestuario para ver quien estaba allí, pero sólo vio a un completo desconocido reflejado en el espejo.
/Sí que este tipo es alto/ Pensó. Tanto vapor no le dejaba distinguir nada más que a la figura del espejo y a su pelo negro. Pero... ¿Qué estaba sucediendo? La persona del espejo tenía la misma ropa que él... Y visto desde más de cerca, también tenía su misma cara. Lo único que los distinguía era el pelo.
/Oh, no/ Hanamichi se desesperó. Recién había caído en la cuenta de que era él mismo y que... ¡Alguien le había teñido el cabello de negro azabache! Se detuvo aterrorizado y se miró con más cuidado. Ahora parecía al maldito kitsune. ¿Pero quién-?
"Oye..." Alguien habló detrás de él. "¿Y tu quien eres?"
En los labios de Rukawa no se podía esconder una pequeña sonrisita, y esto fue lo que enfureció tremendamente a Hanamichi, quien en seguida corrió hacia él y lo acorraló contra el muro. Si no hubiera sido porque no llevaba más que una toalla en la cintura *baaabaaaa*, lo habría agarrado del cuello de la remera o de lo que fuera que llevara.
"Con que tú te has aprovechado de mí mientras dormía, eh?" Hanamichi pensó en lo que acababa de decir, y se dio cuenta de la proximidad de su rostro con el de Rukawa. Un fuerte rubor se posó sobre sus mejillas y el otro muchacho aprovechó la situación confusa para colocar un brazo alrededor del cuello del ex pelirrojo, quien se paralizó.
"No hay cosa que me moleste más que tener el rostro sucio." Dijo acercando el rostro. "El zorro es astuto por zorro, pero más por viejo"***
Y reaccionando por fin, Hanamichi se separó en el último momento... y salió corriendo del lugar.
-continuará...-
*** Es un viejo dicho que escuché el otro día y que me vino como anillo al dedo.
