En el centro comercial de New Station Square acababan de empezar las rebajas, se leían letreros de -40% por todos lados, ropa y suplementos repartidos en distintos puntos estratégicos, cada año las cámaras captaban las mismas caras que esperaban que se abriesen las puertas, y allí, en una de las entradas, pegada al cristal estaba Amy Rose, divirtiéndose con los empujones y murmullos de la gente, agarrando del brazo a Sonic.
-¿Y yo por qué tengo que venir?- Preguntaba una y otra vez Sonic.
-Porque eres mi guardaespaldas.- Respondía ella con una sonrisa.
-¿Sí? ¿eso quién lo dice?
En ese momento se abrieron las puertas, el mogollón de gente empezó a pisotearse los unos a los otros, se peleaban por un trozo de tela, gritaban, brincaban, y Sonic de un lado a otro sentía que aquello era una masacre mayor que la que podía haber sido si no hubiesen detenido el Eclipse Cannon. Amy salió muy contenta, tenía lo que buscaba, iba dando botes por la calle con una bolsa en brazos, detrás suya estaba Sonic, con aires de agotado, tenía arañazos y golpes por todo, él no iba tan contento, cargado con un montón de bolsas se preguntaba para qué quería Amy tanta ropa si siempre llevaba la misma, o eso le parecía.
-Ahhh, quiero descansar un rato...- Dijo Sonic dejando las bolsas sobre un banco de la parada del bus.
-¿Ya estás cansado? Que poco aguante tienes últimamente...- Se burló Amy.
Pero Amy se detuvo en seco, giró la cara extrañada.
-¿Qué pasa?- Dijo Sonic.
-¿No lo oyes?
Amy parecía oír algún tipo de música suave, una melodía, una voz, prácticamente inaudible, algo que Sonic no oyó, pero cuando Amy empezó a andar en dirección a la música, él empezó a seguirla, intentado llamar su atención, aunque ella ya no le oía, sólo la voz, parecía hipnotizada. Amy entró en un callejón, Sonic se detuvo antes de entrar, miró a un lado y a otro e intentó escuchar, seguía sin oír nada, luego entró él también, allí estaba Amy, se había parado, estaba inmóvil con la mirada perdida, ante ella una mujer murciélago, unos ojos rojos carentes del brillo de la vida hizo sentir a Sonic un escalofrío, un mal presagio sin duda, le echó un vistazo rápido, piel oscura, pelo castaño, colmillos prominentes, una camiseta de tiras blancas que dejaban notar un pecho enorme, al cual Sonic dejó la vista fija, pues a medida que la mujer avanzaba hacia ellos iba contoneándose, Amy salió de su ensueño un momento y dio un codazo a Sonic, que al no hipnotizarse por la voz, se hipnotizaba por el movimiento como si aquellos pechos le hiciesen de diapasón.
-¿Un erizo azul?- Dijo al fin la mujer dejando de "cantar".- Bueno, no es importante, -Y se dirigió a Amy. -Ven a mí, pequeña, ven con Roxane.
Amy volvió a sentirse atraída por la voz, pero Sonic la detuvo, se metió entre ellas en posición de batalla. La mujer murciélago que se hacía llamar Roxane, soltó una carcajada mientras evaluaba el poder de Sonic.
-No sé quién eres, pero no te entrometas.- Dijo Roxane haciendo un gesto con sus largas, rojas y finas uñas.
Pero Sonic no cedió, se le echó encima esperando que eso liberase a Amy de su atontamiento, sin embargo, Roxane le esquivó con bastante facilidad elevándose con sus poderosas alas negras.
-Tú te lo has buscado...- Suavemente, Roxane descendió y empezó a murmurar.
Era algo que Sonic no escuchó bien, pero sentía que le paralizaba, empezaba a entenderlo, aquello era un conjuro, algo así como los poderes que él mismo había llegado a utilizar con las Time Stones de Amy, o lo que le contó Knuckles acerca de la magia negra de Rouge, sintió un extraño viento empujando en su interior, pero no sintió dolor, sólo que el viento le atravesaba, como si se llevase una parte de él mismo y esta parte se estrellase contra la pared de ladrillos del callejón. Entonces Amy, al sentir el temblor producido por el ataque pudo reaccionar, sacó su Piko Piko Hammer y lo dirigió hacia Roxane.
-¡Espera, Amy!- Gritó Sonic girando su cara hacia ella. -No te acerques a ella, huye, no quiero que te hagan daño...
Amy susurró el nombre del erizo, y a pesar de todo atacó a Roxane, ésta paró el golpe con una mano y se la quedó mirando, como si se burlase de ella, como si esperase algo más, pero hubo algo que no se esperaba, un rápido y fuerte puñetazo que la apartó de ellos, Roxane se recuperó en vuelo y al ver a un equidna rojo se sorprendió, demasiados cabos sueltos, si quería cumplir su objetivo debía eliminarlos a todos. Algo la detuvo, al mirar en el interior de los ojos del equidna, el brillo de Chaos, Dios de la destrucción, pareció intimidarla, un protegido de la Master Emerald, sin duda, alzó el vuelo y desapareció del mismo modo en el que apareció. Knuckles corrió a ayudar a Sonic, que estaba con una rodilla apoyada en el suelo, algo atontado, Amy se puso a su lado también, pero más alejada, temiendo de verdad que estuviese herido, pero al ponerse en pie, Sonic notó que nada había cambiado, se sentía con la misma fuerza, y Amy dio un resoplido poniendo su mano en su propio corazón.
-¿Qué haces aquí?- Dijo Sonic una vez reanimado.
-Estoy buscando una pieza de la esmeralda maestra...- Respondió en tono solemne Knuckles.
-¿Quéeeee? ¿otra vez? ¿no puedes hacer los puzzles 3D como todo el mundo?- Se burló Sonic.
Amy se echó a reír, pero hubo un lamento que llamó la atención de los tres, alguien había sido alcanzado por la batalla, un inocente, según pensaron ellos, sólo se distinguía al fondo del callejón la figura de una chica erizo de pelo blanco y mechas negras, ésta se empezó a poner en pie mientras el trío se le acercaba, mas se detuvieron en seco al ver que la chica llevaba en su espalda unas alas blancas de plumas. Se la quedaron mirando y Knuckles se puso en guardia. La chica, al verles, no les hizo mucho caso, pero notó que la miraban a ella.
-¿Podéis verme?- Se extrañó.
A todos sorprendió esta pregunta, todo por no saber que ella era el efecto del conjuro de Roxane, lo que había separado de Sonic no era otra cosa que su propio ángel de la guarda, una hermosa chica erizo que se presentó como Eclipse Totalheart, la cual no quiso responder a las múltiples preguntas que le hacían bajo un "no puedo decirlo".

Un ángel, un extraño ser de luz, ser alado que hasta entonces sólo había aparecido en los cuentos.
-¿Qué hacemos?- Dijo al fin Amy, ya en su nueva casa. -La vampiresa esa se ha encaprichado conmigo... ¡Sonikku! Tienes que hacerme de guardaespaldas.- Y se colgó del brazo de Sonic.
-Ya empezamos...- Sonic se llevó la mano a la cara, tapándose los ojos- Suéltame, ¿tienes complejo de bolso?
Amy sonrió pícaramente, Tails intentaba ignorarles, pues en teoría él había venido a investigar sobre el ángel.
-Bah, esto no me incumbe, me voy a buscar mi esmeralda...- Dijo Knuckles, aunque todos sabían que tendría un ojo echado en ellos, por si le necesitaban.
Sonic se soltó y fue a coger un vaso del armario de la cocina, pero antes de abrir la puerta.
-¡Espera!- Gritó Eclipse.
Pero era demasiado tarde, al abrir el armario e intentar coger el vaso, rozó los cacharros que tenía Amy ahí metidos, y cayeron todos encima de él.
-Uy, que mala suerte...- Dijo Amy riendo entre dientes.
-"Soy el ángel de la guardia, aunque algunos me llaman suerte..."- Recitó Eclipse.
Knuckles estaba ya en la puerta, entonces se detuvo y retó a Sonic a una competición, siempre había dicho que Sonic ganaba por su suerte, y sin su ángel de la guarda se le había acabado. Todos rieron, pero Sonic lo hizo sin ganas, ahora tenía dudas sobre sí mismo, si su ángel de la guarda lo había estado haciendo todo en realidad o si él tenía alguna habilidad, así que disimuladamente salió de la estancia, ahora estaba en una sala más pequeña, donde Amy tenía su ordenador, aquello era sin duda la "sala de ordenadores", como decía ella, a pesar de que sólo tenía un ordenador y un par de consolas, pero era un buen sitio si quería estar solo con sus pensamientos, intentó concentrarse dejando la luz apagada, sentir la energía a su alrededor como le había enseñado Knuckles, y su mente voló libre, recuerdos de viejas batallas ganadas, para ser tan joven había vivido mucho, era el mayor del grupo y debía cuidar de los demás, si ahora no tenía sus poderes, podía perderles... un brillo desde su espalda le llamó la atención, sin girarse notó unas manos cálidas en sus hombros.
-No pasa nada.- Dijo Eclipse apoyando su cabeza en él. -Sigues siendo el mismo, aunque ahora tengas que vigilar más, yo no podré cuidar tus descuidos...
Eclipse pasó sus brazos alrededor del cuello de Sonic, rodeándole con sus alas, en aquel momento, Sonic sintió una especie de cosquilleo que le recorrió todo el cuerpo, todo aquel amor, aquel afecto, todo lo que le trasmitía aquel ser de luz perfecto de puros sentimientos, ahora que se sentía tan débil, frustrado, se alegraba de tener ese ángel con él, haciendo latir su corazón de forma diferente, no como cuando era Amy quien le abrazaba, que también le gustaba, pero era diferente.

En medio de la noche, en un bosque a las afueras de la ciudad, Knuckles seguía su camino, su destino, tampoco tenía otra cosa que hacer, recoger los pedazos de aquella esmeralda era lo único divertido, así que siguió adelante a pesar de lo avanzada de la noche. Sintió una presencia oscura, el mal rondaba los alrededores, y supo que era la misteriosa mujer de nuevo, bueno, ella no se interesaba por su esmeralda, no era cosa suya, por eso, cuando apareció entre las sombras, mostrando sus blancos colmillos, no atacó.
-Hola de nuevo, sirviente del caos...- Saludó suavemente.
Knuckles hizo una especie de mueca, le giró la cara, pero ella siguió aproximándose a él, de una forma bastante descarada. Cuando estuvo justo delante de él, le acarició con sus largas uñas el rostro, Knuckles le apartó la mano, pero Roxane simplemente rió entre dientes.
-Un tipo rudo, ¿eh?- Dijo Roxane agarrando las manos del equidna y poniéndolas en su trasero.
Knuckles quiso echarse hacia atrás y separarse de ella, pero en un sólo paso notó a su espalda un árbol que no recordaba que estuviese ahí antes, notando la presión de aquel cuerpo contra el suyo propio, intentando girar la cara cuando ésta le besó.
-¿Qué pasa?- Dijo ella sonriendo separando sus labios levemente. -Yo también sirvo al lado oscuro, ¿sabes?
Knuckles quiso quitársela ahora más que nunca de encima, pero la fuerza que ésta poseía era increíble, sólo recordaba a una persona con la suficiente fuerza como para cansarle, y justamente era otra chica, otro murciélago, Rouge. Sacó sus fuerzas de guardián y le dio un tortazo a su asaltante, despreciando aquel largo y húmedo beso, esto no le hizo ninguna gracia a Roxane.
-¿Te niegas a servir al lado que te corresponde? ¡intentaba que fuese por el camino fácil, pero me has obligado a tratarte como a los otros!- Gritó indignada Roxane.
Knuckles se puso en posición de batalla separándose del árbol, intentó lanzarle un puñetazo, pero ella le lanzó un Black Wave que no sólo le sorprendió de que usase esa técnica, sino que hizo que se estrellase contra una pared de piedra, rápidamente se puso de pie y la buscó con todos sus sentidos, era verdaderamente sigilosa, no la había visto saltar a lo alto de la pared de roca ni descender como una experta escaladora hasta una posición de depredador precavido, Knuckles avanzó un par de pasos, intentando encontrar a su contrincante, que para lo escandalosa que había sido hace un momento, ahora no la descubría, hasta que saltó sobre él, se dio la vuelta pero ya no tuvo tiempo de esquivarla, ambos cayeron rodando, Knuckles quedó con la espalda en el suelo, ella sobre él, agarrándole las manos, en el forcejeo, Roxane le había arañado profundamente la cara a Knuckles, y ahora, intentando liberarse, le pasó la puntiaguda lengua por la herida, haciendo Knuckles un gesto de repugnancia, la golpeó e intentó ponerse de pie, ésta embistió de nuevo contra él, hundiendo fuertemente su puño en el estómago del equidna, chocándose contra un árbol y quedándose sin aliento, momento en el que Roxane apartó las púas que cubrían el cuello de Knuckles y le mordió, con fuerza, desgarrando, que por mucho que Knuckles quiso aguantarlo, no resistió, soltando un alarido que despertó a todo el bosque, ya sin fuerzas, notando cómo iba perdiendo su propia sangre, mientras Roxane disfrutaba de ello, hasta que alguien les separó, una patada de la misma intensidad que las de Roxane, la cual dio una vuelta en el aire y cayó de pie, viendo la figura que se interponía entre ella y su presa, Knuckles la reconoció enseguida.
-Rouge...- Murmuró el equidna poniéndose la mano en el cuello herido.
Rouge ni se giró, seguía con la vista fija en Roxane, con sus sentidos a punto para atacar, Roxane lo hizo, pero Rouge creó un escudo que la defendió a ella y Knuckles, esto hizo dar un paso hacia atrás a Rouge, rozando levemente su espalda con el cuerpo del equidna.
-No puedes vencerme y lo sabes.- Dijo con toda seguridad Roxane.
-¡Ja! tampoco voy a desperdiciar todos mis trucos contigo.- Respondió Rouge en tono burlón.
Tanto Roxane como Rouge dejaron su posición de combate, se quedaron derechas la una ante la otra, se dedicaron una fría mirada y Roxane se despidió diciendo que ya se había divertido, que ahora seguiría su verdadera misión, Rouge la dejó ir.
-¿Por qué? ¿Cómo es que has venido?- Dijo Knuckles aún apoyado en el árbol, de una forma un tanto ruda.
-Te debía una, ahora, adiós...
-¡Espera!- La detuvo Knuckles. -...dame mi trozo de esmeralda.
-¿?No sé de qué me hablas.
-¡Oh, vamos!
-Jooo, si es un trocito chiquitito... ni se nota, deja que me la quede.
-Naaa, es mío.
Ambos se quedaron en silencio un momento, luego se echaron a reír, pero Rouge tuvo que devolverle la pieza brillante, Knuckles estaba con su mano aún en su cuello, intentando esconder su herida, que sangraba bastante, resbalando gotas por su brazo, Rouge acercó su mano hasta él, pero él se apartó.
-Déjame ver, estas herido.
Rouge le retiró la mano del cuello, tenía el guante lleno de sangre.
-No hay tiempo.- Dijo Knuckles -Va a por Amy.
Tras eso, hizo un gesto de dolor mientras Rouge le hurgaba haciendo una primera valoración de los daños, y se desplomó sentándose en el suelo, con ella a su lado.
-Lo que tenga que pasar pasará...- Concluyó Rouge.

Sonic se despertó a media noche, dio un par de vueltas y reconoció el lugar, la habitación de invitados, en la cama de al lado estaba Tails durmiendo, aún tenía la luz pequeña encendida y un libro en su mano, se levantó y apagó la luz poniendo el libro sobre la mesilla de noche, luego salió de la habitación, despacito, sin hacer ruido, y sus propios pasos le llevaron a la terraza, allí estaba Eclipse, sentada en la barandilla, con el mismo brillo que antes, sus alas semi-extendidas, llevaba unas ropas que parecían griegas, a los ojos de Sonic, visión celestial. Sonic no podía creer lo que estaba pensando, él no era así, él necesitaba primero conocer a la gente, sabía por experiencia que las primeras impresiones sobre alguien no eran las acertadas, pero desde el primer momento en que vio a Eclipse, algo le hizo sentir diferente. Se acercó a ella y apoyó sus brazos en la barandilla, a su lado.
-Hola, ¿pasa algo?- Dijo Sonic.
Ella miraba al horizonte, luego fijó sus ojos azules en Sonic, siempre sonriente.
-Hola, no, nada, pensaba...
-¿En Roxane?
Eclipse asintió, le explicó que era un ser oscuro, y con mucho poder para haber podido separarla de su protegido.
-No temas, yo te protegeré.- Asintió con la cabeza Sonic.
-¡Qué dices...!- Sonrió ella -Yo te tengo que proteger a ti...- De nuevo su dulce mirada hizo estremecer a Sonic. -además, yo no soy su objetivo, los de allá arriba me dijeron que quiere cambiar el destino...
Sonic se puso a mirar al horizonte también, Eclipse bajó y se puso al lado de Sonic, apoyó su cabeza en el hombro de él.
-Siento ser yo quien te lo diga...- Siguió Eclipse. -Pero tú no eres ningún tipo de elegido... o al menos ya no.
-¿Qué?- Sonic la miró y puso una mueca de desaprobación -Pero... ¡yo he salvado al mundo miles de veces!
-Lo sé...- Eclipse le miró y puso un dedo en sus labios, para hacerle callar- Y ellos también, serás recompensado por todo, pero ahora es Amy lo más importante, puedo mostrarte algo sobre el futuro, si así estás más tranquilo...
Eclipse cogió de los hombros a Sonic y apoyó su cabeza en el pecho del erizo azul, Sonic se quedó quieto, ruborizado mientras las alas se cerraban tras él, pasó sus brazos por detrás de ella, abrazándola, y cerró los ojos. Pudo ver imágenes, lo que Eclipse le describió como el futuro, la vida seguía, todo parecía estar bien, de pronto, una pared cayó, una especie de monstruo atacaba la ciudad, y una chica erizo, que en principio Sonic no reconoció, luchaba, le venció fácilmente con un estilo de artes marciales que hasta entonces sólo había visto en Knuckles, ahora podía verle la cara, era Amy, estaba algo cambiada, pero sus ojos eran los mismos, todos aplaudían y ella sonreía.
-Sí, vale, muy bonito- Dijo Sonic volviendo a la realidad.
Le costaba creer que fuese Amy la elegida, la leyenda de los guerreros celestiales, siempre quiso ser uno cuando de pequeño le explicaban la historia, y ahora sabía que su sueño nunca se haría realidad, Eclipse intentó tranquilizarle.
-Tú también serás importante,- Eclipse puso sus manos en la cara de Sonic. -cuando venzáis a Roxane, se romperá el conjuro, volveré a ti y gracias a tu apoyo ella será una heroína...
-¿Volver a mí? entonces te irás...
Eclipse intentó ignorar esto último, le dejó ir al darse cuenta de que aún estaban de cuerpo pegado, cuando escucharon un grito en el interior de la casa. Volando pasó Roxane, con Amy inconsciente, se detuvo en el aire ante ellos, Tails intentaba seguirles, estaba herido, y cayó al suelo, rápidamente Eclipse se puso al lado del zorro de dos colas, usando sus poderes curativos.
-¡Ja, ja, ja! simples mortales... ¡la Redención está cerca!- Rió sonoramente Roxane.
-¡Eso no pasará!- Eclipse alzó el vuelo.
Tails se puso en pie ayudado por Sonic, ambos miraron a los dos seres alados, uno en frente del otro, sin moverse, Eclipse embistió hacia Roxane, ésta la esquivó a duras penas, pero le lanzó un fuerte contra-ataque mágico que la hizo salir despedida hacia el suelo de la terraza, rompiendo algunas baldosas y rebotando del impacto, Roxane se preparó para lanzar otro ataque, del que Eclipse se salvó por la veloz actuación de Sonic, que cogiéndola en brazos la sacó de la linea de fuego, Roxane era verdaderamente hábil, sólo usaba un brazo, puesto que en el otro llevaba a Amy, y aún así había vencido a Eclipse sin esfuerzo, era obvio que Eclipse sólo era un ángel guardián, no una guerrera, no un arcángel. Roxane salió volando murmurando algo sobre el tiempo, dejando a sus adversarios completamente desmoralizados, Sonic con una rodilla en el suelo, con Eclipse aún en brazos, Tails quiso seguir a Roxane, ya se sentía bien, pero Sonic le agarró de la muñeca y le detuvo, sabía que no tenía nada que hacer contra ella, si le había vencido una vez podía volver a hacerlo, necesitaban un plan, conocer más a su enemiga.
-¿La Redención?- Preguntó Knuckles, que llegaba en ese momento.
Aterrizó al lado de Sonic, y Rouge con él.
-¡Hola!- Saludó la chica murciélago.
Eclipse se puso en pie, pensativa.
-Redención... eso es un problema...
-Roxane quiere sacrificar a Amy, pretende reunir el suficiente poder como para resucitar a un tipo muy malo que si lo consigue nos lo hará pasar mal...- Dijo Rouge en tono burlón.
Todos se quedaron mirando a Rouge.
-¿Cómo sabes todo eso?- Le preguntó Knuckles. -Desde luego antes me pareció que la conocías..
Rouge no dijo nada, se quedó con la vista fija en Eclipse, que le devolvió la mirada.
-¿Por qué nos cuentas esto?- Eclipse le giró la cara. -Así también lo podía haber dicho yo...- Luego se puso seria. -Será mejor que no des problemas, no sabes hasta qué punto es importante detener a Roxane.
-Pero yo sí, ¿recuerdas? tú me lo mostraste.- Dijo Sonic.
El futuro, lo que Sonic había descubierto, ¿podía cambiar el destino? si Roxane mataba Amy, el futuro se quedaría sin heroína, y tampoco quería perderla, por los sentimientos que les unían, aunque no estuviese muy seguro de ellos, y ahora dudaba más que nunca al atravesársele por la mente en cada momento la imagen de Eclipse.
-¿Me oyes, Sonic? ¿qué hacemos ahora?- Preguntó Knuckles.
Sonic dio una sacudida a su cabeza y miró a Rouge.
-Tú parece que la conoces ¿Tienes alguna idea de dónde puede estar?
-Puede...
Knuckles agarró del brazo a Rouge.
-¿Se puede saber por qué te guardas este tipo de información? es por esto que tú y yo nunca encajaremos...
Rouge se soltó bruscamente y les dio la espalda.
-¿Sabéis la cascada de las afueras de la ciudad? nos vemos allí mañana a primera hora, os lo contaré todo...- Tras esto, Rouge salió planeando.
Aún habiéndose ido Rouge, Knuckles seguía con la mirada fija en esa misma dirección, y al girar la cabeza, Sonic se puso en pie, dejando a Eclipse ponerse derecha.
-¿Estás bien?- Preguntó Sonic a Eclipse.
-Claro, soy un ángel, no puedo morir.
-Bien.- Dijo Sonic sonriendo, le frotó el flequillo a Tails haciéndole sonreír también, luego se fijó en el cuello de Knuckles, con un parche que ocultaba una herida. -¿Y tú?
Sonic fue a acercarle la mano al cuello, pero Knuckles se la apartó de un manotazo, dejando de mirar en la dirección donde había partido Rouge, esperó un momento y cambió su mirada, le explicó lo que había pasado.
-Uhhh, tenía hambre la bicha esa...- Bromeó Sonic.
Descansaron un rato antes de ponerse en camino, poco antes de salir el sol ya se les veía en camino. Tails había estado muy pensativo, Sonic tuvo que llamarle la atención, así que Tails explicó lo que le preocupaba:
-Pero entonces...- Tails se ocultó tras las alas de Eclipse. -¿Knuckles se convertirá en un chupa-sangre?
Knuckles dio un resoplido.
-¿Qué dices? lees demasiados libros de vampiros y bichos de esos... primero que ese es el "ataque especial" de los murciélagos, y segundo que no he bebido sangre.
En ese momento empezó a salir el sol brillando intensamente, tanto que Knuckles tuvo que ponerse las gafas oscuras y girar ligeramente la cara, a lo que Tails se puso a gritar.
-¡AHHH! ¡no soportas la luz! ¡vas a convertirte en un vampiro y nos vas a comer a todos!- Daba saltos moviendo las colas como cualquier kitsune.
Knuckles empezó a gritar que no era verdad, que él era vegetariano, Eclipse se rió disimuladamente, cosa que no hacía Sonic, no disimuló, se empezó a reír también de forma histérica, dando un paso hacia atrás con "la mala fortuna" de tropezar con una piedra que no había visto, al intentar darse la vuelta para no perder el equilibrio, volvió a tropezar, y cayó rodando, Tails y Knuckles pararon un momento sus gritos, mientras Eclipse se apoyaba la cabeza en una mano.
-Mira que se lo dije, que sin mi "suerte" tenía que vigilar más...- Resopló Eclipse.
Y Sonic seguía rodando, rebotando, mientras los demás le observaban curiosos de ver hasta dónde llegaba.
-Bueno, vosotros seguid, voy a buscarle.- Dijo Eclipse.
La chica extendió sus brillantes alas, dejando caer algunas plumas blancas que al tocar algún objeto se fundían como nieve en el fuego.
-Uh... ¿y me tengo que quedar solo con el vampiro éste?- Dijo Tails.
-¡Ahhh! ¡déjalo ya! ¡déjalo ya!- Gritó Knuckles saliéndole un gallo en la voz.
Eclipse voló hasta donde estaba Sonic, en ese momento enganchado con una mano de la rama de un árbol con las puntas de los pies rozando el río salvaje que había bajo él, con la otra mano se rascaba la mejilla, intentando pensar cómo había llegado hasta ahí.
-Eres un descuidado.- Bromeó Eclipse manteniéndose en el aire a su lado.
-Muy graciosa...- Se ruborizó avergonzado Sonic. -Vaya mala suerte que estoy teniendo ahora, no podría ser peor.
Esas parecían las palabras de un conjuro maligno, que cada vez que alguien las pronuncia ocurre algo peor, por ejemplo, la rama de la que estaba enganchado Sonic, se rompió y Eclipse no alcanzó a cogerle, de modo que cayó al agua, llevado por la corriente hasta una pequeña cascada, velozmente Eclipse se lanzó a por él cayendo juntos cascada abajo, pero entrando en una especie de cueva. Sonic se quedó sentado, escupiendo agua, Eclipse estaba sobre él aferrada a su cintura, se separó lentamente y se puso en pie, comenzó a hablar, algo que a Sonic le parecía un sermón, repeticiones anteriores, pero no la oía, se había quedado embobado mirándola, quizás fue por el brillo que le daba aquella luz que atravesaba la cascada, sus púas blancas y negras mojadas, las gotas de agua deslizándose por todo su cuerpo, la fina ropa pegada a su piel, ella sonriendo dulcemente mientras le sermoneaba, sus ojos azules, quizás fue el conjunto de todo eso lo que hizo que Sonic se levantase acercándose a ella, directamente a ella, le cogió la cara con las manos y la besó, un tierno y largo beso en los labios que bloqueó por completo los pensamientos de Eclipse, con los ojos muy abiertos sintió que las fuerzas la abandonaban, dejándola sin respiración.

Knuckles y Tails caminaban, seguían con su discusión de antes, Tails creía firmemente en los vampiros, y Knuckles le aseguraba que Roxane no lo era (vampiresa en el otro sentido, aunque él no le iba a explicar eso a Tails), entonces llegó corriendo velozmente Sonic, seguido de Eclipse, que venía volando, ambos no aparentaban ningún cambio, pero se notaba el ambiente algo cargado, sobretodo porque Eclipse y Sonic siempre estaban juntos, hablando, ahora Eclipse retaba a Tails a ver quién volaba más alto, y Sonic se había quedado con Knuckles, andando.
-Te has quedado muy callado.- Dijo Knuckles rompiendo el hielo.
-Estaba pensando...
-¡Qué dices! si tú no piensas...
Sonic le miró de reojo.
-PENSABA que deberías decirle a Rouge lo que sientes por ella, a ver si no estáis tan tensos, que siempre que os veo, estáis discutiendo...- Picó Sonic a su compañero.
-...- Knuckles seguía andando, ahora mirando hacia adelante. -Ya se lo dije, Rouge y yo hemos estado saliendo juntos.
-¡¿Qué?!- Sonic se detuvo un momento, luego corrió un poco y alcanzó a Knuckles. -¿Entonces?
-Nada, no salió bien, eso es todo, y preferiría que no sacases el tema.- Concluyó el equidna rojo.
-Alguien me dijo una vez,- Continuó el erizo. -que si te guardas las cosas, lo único que consigues es que te hagan más daño.
-Pero no hay nada más que decir, lo intentamos y no pudo ser, ya está, fin de la historia. ¿Me vas a contar ahora tú qué pasa con tu ángel?
Sonic miró para otro lado.
-No sé a qué te refieres.
-Predica con el ejemplo.- Se cruzó de brazos Knuckles.
Caminaron un rato más hasta que Sonic volvió a hablar.
-La besé.- Su voz sonó débil.
-...- Knuckles no fue capaz de decir nada, se esperaba de todo menos eso.
Continuaron andando, no tardaron mucho en llegar a su destino, la cascada de la que hablaba Rouge estaba ante ellos, y a un lado, una pequeña cabaña de madera con unos bancos en la entrada, sobre uno de ellos estaba Rouge, con sus piernas cruzadas tomándose un café cremoso. El grupo se puso a su alrededor, esperando respuestas, Sonic y Eclipse se habían puesto juntos inconscientemente, pero Eclipse rectificó y dio dos pasos alejándose de Sonic, que entristeció la mirada.
-Bueno, ¿por dónde queréis que empiece?- Dijo Rouge dejando el café a un lado.
-No quiero perder el tiempo con tonterías, dime dónde está Roxane, y alguna pista para vencerla, lo principal es rescatar a Amy.- Dijo Sonic algo serio.
-Bien, eso es bueno... hay una cueva al pie de aquella montaña, es la entrada a un antiguo santuario oscuro, tienes hasta esta noche para encontrar a Amy, respecto a alguna pista... ¿me has tomado por una guía de internet?
-Vale, con esto basta,- Dijo Tails. -Sonic no necesita más para rescatarla, hay tiempo de sobra, ya lo ha hecho otras veces, ¿a que sí, Sonic?- Los ojos de Tails parpadeaban brillantemente ante la emoción de una nueva aventura con su héroe.
-Bueno... pero primero tengo que comer algo...- Dijo Sonic mientras protestaba su estómago.
Rouge les hizo pasar al interior de la cabaña, menos Knuckles, que seguía de pie, inmóvil ante ella.
-¿Qué?- Dijo algo molesta Rouge.
-Dijiste que nos lo contarías todo, no hemos hecho esta caminata matutina sólo para "eso".
Rouge apoyó su espalda en el marco de la puerta, desviando su mirada.
-Redimir significa librar de una obligación extinguiéndola, una condena, Roxane, al sacrificar a Amy, dará el pago, lo que ella llama la redención, las tres "R"s, quiere traer a este mundo un demonio de otra dimensión, es complicado de explicar, creo que Sonic no lo habría entendido...
-No te vayas con rodeos.- Knuckles se quitó las gafas. -¿Qué tienes que ver con ella? Joder, dime la verdad por una vez.
Rouge dirigió su mirada hacia la de él, esos preciosos ojos violetas le llamaban siempre la atención, no entendía cómo podía ocultarlos tras unas gafas oscuras, puso sus manos en las mejillas del equidna, acariciándole, acercándose a él y susurrando "¿qué es lo que falló? estábamos tan bien juntos...", Knuckles seguía en la misma posición, frío, inerte, sin corresponder, simplemente giró la cara y le hizo la misma pregunta, Rouge se apartó, dejó su contacto.
-Las tres "R"s, tres hermanas, Roxane es la mayor, Regina era la pequeña, y yo soy la mediana.
Knuckles se quedó de piedra, ahora le encajaban muchas cosas.
-¿"Era"?- Preguntó el equidna tras un momento de silencio.
-...Roxane se inventó toda la historia de la redención cuando éramos niñas, nuestro padre guardaba el santuario oscuro, para que nadie lo usase nunca, pero Roxane insistía, que debíamos ir, que era nuestro destino, y yo la creía, de verdad que pensé que había nacido para ser una bruja mala, dominaríamos el mundo con nuestra redención, el pecado de nuestro padre de apartar del mundo aquella fuente de poder, pero Regina no, ella era buena, no quería jugar con nosotras, recuerdo todos los golpes que le dio Roxane, todas las palizas que nunca detuve, fue culpa mía, debí hacer algo...- Lentamente una lágrima se deslizó por la mejilla de la chica murciélago a pesar de su gesto de odio, rabia e impotencia.
Knuckles le pasó la mano por el recorrido de la lágrima, era la primera vez que la veía llorar, siempre había pensado que era un mujer moderna, independiente, fuerte, pero en ese momento le pareció tan frágil, que sólo se le ocurrió abrazarla para intentar reconfortarla.

-¡Ahhh...! qué aburrido...- Bostezaba Tails desde el tejado. -Knuckles y Rouge hablando en privado en la entrada, Sonic y Eclipse sin decir nada en el interior... ¿dónde están las batallas? tenía que haberme traído el Cyclone, se iban a enterar... aunque...- Tails se quedó pensativo.
Estaba recordando el verdadero motivo por el que había ido a ver a Sonic, no por Eclipse, algo que quería compartir con él, necesitaba su aprobación, a pesar de que en el momento en el que se lo dijese, éste seguramente se enfadaría, pero de todas formas ya no era un niño, tenía derecho a elegir hacer lo que él encontraba que era lo correcto, miró su reloj, diseñado por él, su pequeño ingenio le hizo un controlador de tiempo repleto de botones, miró al cielo. No era buen momento para contárselo, quizás cuando todo aquello acabase...