Aclaraciones: Este fic fue inspirado en la película Tres hombres y una damita. Adapté todos los hechos a la vida de los personajes, y tiene unas cuantas cosas cambiadas. Para no hacerlo tan largo lo dividí en pequeños capítulos.

Necesito valor.

Lissie.

-Bien, no quiero que la descuiden ni por un segundo, no se vayan a olvidar que a las ocho tiene que estar en cama y bien dormida. Y nada de chocolates, no le den ningún tipo de chocolates. AH, y también alejen sus varitas de su alcance, no quiero travesuras mientras estoy fuera.

         Los tres chicos asintieron y esperaron pacientemente a que se fuera de una vez. Cada vez que salía por la noche hacía una tremenda lista de todo lo que había que darle a la niña... Como si seis años no hubiesen sido suficientes para saber qué hacer y que no. Pues sí, llevaban seis años viviendo en la misma casa, una mujer, tres hombres y una niña, típica familia ¿No?.

         Lissie sin embargo, era la niña más dulce que podía haber. Era el fruto de una relación imposible, pero esas cosas pasan. Pero aún siendo así era la más consentida de todas las niñas. Tenía solo seis años pero era muy inteligente, claro estaba, siendo hija de Hermione Granger, primera en todas las clases... Era obvio.

-Quiero choco hot – Y algo se olvidó por decir, adoraba el chocolate caliente (Acostumbraba a decirle choco hot), sobre todo si se lo preparaba Harry – Por favor Harry... Quiero un poquito...

-No señorita consentida, es hora de quitarle esa adicción por el chocolate caliente – El chico de ojos verdes la cargó y se la llevó a la cocina, seguido por Seamus.

-Vamos Harry, no puedes quitarle el choco hot a la niña... Cómo podría ella soportarlo.

-Querrás decir cómo podrías TÚ soportarlo, ya sé que no quieres que se lo quite, pero por supuesto menos quieres que te lo quite a ti. Pero Cálmate, prepararé una vez por mes un poco – Harry rió.

-No es gracioso señor Potter, yo fui el que hizo adicto a esa criatura al chocolate caliente.

-Ya ese cuento me lo sabía ¿Y nuestro padre biológico dónde está?

-Creo que dándose una ducha, llegó apestando a cerdo – Lissie rió.

-¿Quién le ha enseñado a hablar así? – Harry la miró sorprendido – Siempre he dicho que se le pegarían tus mañas.

-¿Por qué me echas siempre la culpa? Ron también es culpable, él también habla así – Seamus tomó un poco de cereal - ¿Cómo dices que se llama esto? Siempre lo olvido.

-Cereales Seamus, te lo repito cincuenta veces por semana, no trates de cambiarme el tema.

         Harry le dio un poco de cereales a Lissie y también se sentó a comer. De cena él sólo comía frutas, le gustaba la comida saludable, pero hacía unos dulces increíbles, por algo surgió la repentina adicción de Seamus a los chocolates, bueno, hacia todo lo que se relacionaba con el mundo de los chocolates.

         La historia del nacimiento de Lissie era muy sencilla. Hermione y Ron salían juntos desde muy jóvenes, vivían en concubinato y pues su relación como muchas no era del todo perfecta. Solían pelear bastante, sobre todo a causa de Ron, al parecer él no era hombre de una, con eso se dice todo... Pero también tenían sus noches de pasión, eso no se podía negar, y justamente entre unas de esas surgió la pequeña Lissie.

         Pero lamentablemente Hermione se puso más irritante durante su embarazo, así que Ron (Quien no se cala esas) no pudo soportarlo y terminaron por separarse como pareja. Claro que luego se mudaon a la casa de Harry y Seamus (Ellos vivían juntos porque jugaban en el mismo equipo de Quiddich), eso sucedió después del nacimiento de la niña. Así fue como pasó todo, así de sencillo como suena. Ni Hermione, ni Ron se guardan rencor alguno, así que vivieron (Y lo siguen haciendo) como quien dice "en paz".

         Esos seis años habían sido divinos, a pesar de que no cuidaban mucho de sus propias vidas. Lissie había sido como una bendición para todos, hasta para Ron.

-Muy bien señorita, es hora de dormir. Ya son las ocho.

-Déjame jugar un ratico más, ándale Harry. Aunque sea termina el partido de ajedrez con Seamus.

-Lo que es heredativo...

-Sí señor Harry, mi nena es igual y hasta mejor que yo en ajedrez – Ron se hinchó de orgullo y se sentó al lado de su hija – Mi princesita es la mejor jugadora de ajedrez que ha existido de su edad ¿No es cierto eso?

-Me lo dices o me lo preguntas, por favor, me ha ganado diez veces en una noche – Seamus echó un grito.

-Jaque mate – Lissie se levantó de su asiento- Sí, sí – Saltaba dando gritos de alegría – Ya le gané once veces en la misma noche, ¿Ves? Yo te dije Seamus que no te descuidaras ni por un momento.

-Bueno, entonces ahora sí a dormir – La niña se dejó cargar por Harry, quien la llevó directo a su habitación – Tu mami me mataría si se llega a enterar que te dormiste después de las ocho.

-Pero ella no tiene por qué saberlo Harry – La niña lo abrazó.

-A veces te pareces tanto a tu padre que me sorprende.

         Harry llevó a Lissie a la cama. Adoraba tanto a esa niña. Su manera de ser, su tierna mirada, sus lindos bucles enrollados a los lados de su rostro. Sus ojitos color miel y el tono rosado de sus mejillas. La quería como a su propia hija, como la hija que tal vez nunca tendría.

         Amaba verla dormir, ver como a veces sonreía sin razón alguna. Ver su carisma en las mañanas y sus llantos cuando le aparecía de repente una pequeña araña.

         Esa niña para él era más que toda su alegría.

*

-Hermione, te ves tan hermosa esta noche, el solo verte me hace tan feliz.

-Qué cosas dices Max – Hermione tomó otro vaso de agua – Recuerda que estamos aquí para solucionar el problema con los muggles.

-Es muy senillo, les borramos la memoria y punto. Hay que tomar atajos, la vida es así.

-No así de sencillo, no podemos estar borrándoles la memoria a cada segundo, a parte de que es un gran fastidio, podemos trastornarlos. Pienso que podríamos empezar por discutir una nueva ley, podemos hacer que paguen algún tipo de multa o detenerlos por dos o tres días y...

         Max comenzó a besar el cuello de aquella mujer apasionadamente. Bajó los tirantes de su camisa y besó luego sus hombros desnudos. Hermione cerró los ojos y evitó exaltarse, no podía dejarse llevar por el momento, y menos en cuestiones de trabajo con su jefe.

-Emm... Max... Creo que debemos detenernos... Esto no está bien ni para ti ni para mí.

-OH vamos Mione, es algo que no podemos evitar más

-Pues yo creo que sí. Recuerda que soy madre Max, qué clase de ejemplo le voy a dar a mi hija. Seguiremos discutiendo del trabajo y punto.

Notas de la autora:

Wenas^^, pues el primer capítulo es el más corto, el segundo si es un poquitín más largo. Como ya es dije los capítulos serán cortos ¿Lo dije?,weno, ekis, vuelvo y repito que el fic está inspirado en la película llamada tres hombres y una damita, y que la mayoría de los hechos están planteados aquí pero adaptados.

Entonces ¿Qué les pareció?, pondré un capítulo cada dos días a ver si dejan reviews -____- Ademas como es un fic corto no hay prisa =P, ya el segundo capítulo está hecho, pronto lo publico. Ah y aviso que hasta que no termine este fic, (Pronto) no continuaré los demás.

Este fic no se lo dedico a nadie porque no sé a quien, creo que ya he dedicado a todo el  mundo, pero weno, se lo dedico al que lo lea y deje reviews XD

Lis Jade Black Malfoy.