Disclaimer: No son míos.

Nota de la autora: Ortografía más o menos arreglada a 23 de marzo de 2008

"El Caperucito Rojo"

Hace mucho, mucho tiempo en la era Meiji vivía un joven muy apuesto llamado Kenshin. Este tenía el cabello más bonito y envidiado de la ciudad de un color rojo intenso por ello se había ganado el apodo de Caperucito Rojo

Un buen día cuando Kenshin estaba lavando la ropa su esposa Kaoru le dijo que debía de ir a visitar a su tío.

Su tío Seijuro Hiko estaba enfermo y necesitaba que le llevasen la comida. Realmente Caperucito se imagino las causas de la enfermedad de su tío el cual tenía gran afición por el alcohol pero, como no quería hacer enfadar a Kaoru, que por cierto tenía muy mal carácter, Kenshin fue a visitar a su tío querido.

Le llevaba en una cesta rica leche y dulce miel. El joven Caperucito se dirigió a Kioto a marchas forzadas. Anduvo varios días hasta llegar a la entrada de un frondoso bosque. Cuál sería su sorpresa cuando vio en la entrada al hombre que le hacía temblar en sus pesadillas.

Sentado en una roca y con un cigarro en los labios estaba el lobo de Mibu, Saitoh.

Caperucito palideció de miedo ya que el Lobo era conocido por devorar tanto a jóvenes como a viejos. Su apetito por la carne humana era voraz y sanguinario.

- ¿A dónde vas Caperucito?- le pregunto Saitoh relamiéndose

- Voy a visitar a mi tío, que esta malito y a llevarle rica leche y dulce miel- le respondió el muchacho mientras buscaba su Katana desesperadamente.

Desgraciadamente se la había olvidado en casa.

Saitoh le miro con una expresión burlona y se levanto

- Ve por el camino de la izquierda, llegaras antes y está más despejado- le dijo con un brillo malicioso en la mirada

Kenshin todavía pálido asintió. Saitoh se esfumo en una nube de azufre.

Kenshin sospechando de la amabilidad del maligno Lobo no dudo en coger el camino de la derecha.

Unos segundos más tarde volvió a aparecer Saitoh de la nada. Y soltando una carcajada maligna y seductora dijo:



- ¡Ahou! ¡picaste! Lógica inversa... soy el mejor... el más malo... el más guapo... - diciendo esto tomo el camino de la izquierda y desapareció entre la espesura silbando alegremente.

Cuando Kenshin llego a casa de su tío estaba más muerto que vivo. Había caído en tres pozos, le habían atacado serpientes, jabalíes, y hasta un conejo furioso. Estaba lleno de barro y magullado por las zarzas y espinas.

Lloriqueando entro en la cabaña de su tío Este estaba tumbado en la cama tapado hasta la barbilla con las mantas.

- ¡Buenos días tío Seijuro! ¡¡Te he traído rica leche y dulce miel!!

Hiko Seijuro puso su expresión más enfadada antes de empezar a gritar a Caperucito.

- ¿Como que rica leche y dulce miel? Baka deshi! Baka más que Baka!! ¿Cómo se te ocurre? ¡Eres un pedazo de Ahou! Ves que me muero y no se te ocurre tráeme un poco de Sake... ¡eres la desgracia de la familia! ¡¡Baka!!- según le iba gritando se tornaba mas y mas rojo dando el aspecto de explotar de furia.

- ¡ORORORORORORORORO!- Gimió Kenshin apesadumbrado y esquivando los objetos que su tío querido le lanzaba furioso.

- Menos mal que ese buen hombre me ha traído rico Sake y dulce Tabaco- le dijo Hiko un poco más calmado. Y mostró una de sus deslumbrantes sonrisas.

Kenshin abrió los ojos y vio como de la nada aparecía Saitoh con una sensual y maligna sonrisa.

- ¡Ahhh!- grito Kenshin al ver que Saitoh le amenazaba con una extraña arma de dos cuchillas unidas y que hacia un espantoso silbido.

- Lucha Battousai! ¿Pensaste que seguirías teniendo el cabello más bonito del pueblo? ¡¡Nunca jamás!!- diciendo eso le ataco

Kenshin que no llevaba su Sacabattou no pudo defenderse y callo inconsciente.

Le despertó el sonido de las risas de su maestro y de Saitoh... este... le mostró un espejo y cuando Kenshin se vio solo puedo decir:

-¡¡ Oro!! ¡¡Oro!! ¡¡aghh!!

Saitoh le había atacado con unas tijeras y envidioso de su belleza le había rapado el pelo.

A partir de entonces Kenshin se cubrió con un pañuelo la cabeza y se volvió malo, muy malo.

Finalmente se le conoció como Battousai el hitokiri, pero esta es otra historia.



FIN