Capítulo 4
La Anatomía Que Quiero Aprender
Xellos logra tener bajo su completo dominio a Filia... ¿o será al revés?
*******
Notas
Todos los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Siempre hay que repetirlo, por si acaso.
*******
Filia miraba estupefacta la mano que Xellos acababa de besar y que aún mantenía apretada entre las suyas. Un calorcito conocido le subió al rostro y supo que ya era demasiado obvio que estaba toda sonrojada. Xellos le ofreció la sonrisa más encantadora que ella hubiera visto y llevo su mano al pecho. *Estoy perdida, morí y me fui al paraíso con Ceifeid.*
"¿Filia, te gustaría bailar conmigo?" Le preguntó en un tono más bajo e íntimo.
La chica tardó un poco en responder, pero deteniendo la respiración le dijo: "Es que no sé bailar muy bien." Eso eran mentiras, Filia sabía bailar, y muy bien según los comentarios que recibía de sus amigas.
"Entonces... puedo mostrarte el resto de la fraternidad si deseas." Dijo esto sin soltarle la mano aún.
Filia asintió con la cabeza y Xellos pasó la delicada mano que sostenía bajo su brazo. Filia sentía que el corazón le latía a mil por hora. Xellos aún no quitaba su mano de sobre la suya y ella sentía que aquel contacto le quemaba la piel, el brazo y hasta parte de su cuerpo. A pesar de ello, se dejó llevar dócilmente a todas las partes que le mostró Xellos.
*******
En la nave central de la mansión, un tímido Zel trataba de resistir los intentos de una entusiástica Amelia de bailar.
"Pero Amelia, apenas nos conocemos y no sé bailar tan bien como tú piensas..... y..."
"Ohh vamos Zel" Gimió Amelia. "No es tan difícil después que le tomas el paso." Amelia, en su trajecito azul se revolvía a todos lados entre contorsiones y giros que imitaban a los demás chicos que bailaban.
Después de negarse un poco, la canción que tocaba la banda llegó a su fin y Zel suspiró aliviado. Amelia hizo un leve puchero.
"Quizás debamos tomar algo, ¿no te parece Amelia?" hizo un intento por reanimar a la chica. "La próxima pieza que toquen... que sea un poco más suave..." Amelia puso ojos de corazón y no le dejó terminar.
"Claro Zel, claro que sí. Ahora vamos a tomar algo." Y diciendo esto se dirigieron al buffet donde Lina había mermado considerablemente la comida en todas las mesas.
"¡¡¡Amelia!!! has visto a Filia?, la dejé con Xellos pero hace rato que no los veo."
"No Lina, no los he visto." En esos momentos fue que Lina se fijó más detenidamente en el amigo que Filia había invitado.
"Oye, tu rostro me es familiar... ummhh... ¿en dónde te he visto antes?" Dijo mientras torcía el rostro tratando de recordar.
Zel, que tampoco había podido fijarse bien en la peliroja amiga de Filia, sólo en Amelia, abrió los ojos en reconocimiento de la chica que tenía de frente.
"¿Lina?... ¿Inverse?... hermana de Luna Inverse cierto?" A la mención del nombre de su hermana mayor, Lina se estremeció un poco y ahí reconoció al que durante sus estudios de escuela superior fuera su más acérrimo competidor en el campo de las ciencias ocultas.
"Zelgadis Greywords..." Dijo entre dientes y con cara de pocos amigos. "¿Cómo no me di cuenta antes de que eras tú?"
"Es un honor que me recuerdes Lina." dijo con voz socarrona y llena de sarcasmo. "Solías olvidar tantas cosas..."
Lina se puso colorada como un tomate.
"Además veo con algo de alivio que finalmente dejaste de parecer tan niñita." dicho lo cual la miró particularmente en lo bajo del escote del traje.
Lina sentía que iba a reventar, pero cruzó los brazos sobre su pecho y le respondió muy satisfecha. "Al menos unos hemos cambiado para mejor... otros se han quedado... casi iguales?" Zelgadis la miró sorprendido y algo perdido de colores. Unos segundos más tardes, recuperándose y medio entre dientes le contestó.
"Casi iguales Lina, pero hemos cambiado también, los que no han cambiado en cuerpo, han madurado emocionalmente."
Lina comprendió la indirecta y a pesar de sentir unos enormes deseos de retorcerle el pescuezo a Zelgadis como lo hubiera hecho tiempo atrás en sus años de estudio superior, se limitó a un enorme suspiro y algo forzadamente le concedió la razón. "Touché."
Zelgadis no hizo ningún otro comentario, simplemente bajó levemente la cabeza en señal de paz y se alisó la tela de la camisa. Amelia, que había presenciado la escena con ojos muy abiertos finalmente habló.
"¿Ustedes se conocen?" Lina y Zelgadis cayeron de espaldas, levantándose rápidamente.
"Como eres tonta Amelia. Emhh... fuimos compañeros de clase durante la escuela superior." Le contestó entre sonrisas Lina.
"Muy buenos compañeros de clases, no Lina?" decía Zel mientras se llevaba un brazo tras la cabeza.
"Sí, muy buenos." Y sonreia nerviosa.
Justo en ese momento, la banda comenzaba a tocar una pieza más suave, para deleite de Amelia, que vio allí su oportunidad para arrastrar a Zelgadis nuevamente al área donde bailaban varias parejas abrazadas por demás.
"Que lo disfrutes Zel." Sonrió pícaramente Lina al ver que ya Amelia llevaba a su antiguo compañero al centro. Y diciendo esto se acercó a la banda, quienes al verla comenzaron a exaltarse. Y era que Lina los contagiaba a todos con una fuerza y ánimos que los hacía desear reventar los instrumentos.
*******
Por otra parte, Xellos y Filia se habían detenido en la biblioteca de la mansión. Finalmente Filia había logrado rescatar su mano del toque de Xellos. Lo que le permitía pensar un poco más claramente.
"No pensé que tuvieran una biblioteca en la Casa Fraterna." comentó Filia mientras revisaba los volúmenes de libros. Reconocía la mayoría de ellos, libros de texto, realmente gastados por el uso.
"Algunos de los miembros no tenemos mucho tiempo que perder y es conveniente conservar la mayoría de los textos aquí, así no tenemos que llevarlos y traerlos. También nos ahorra viajes entre la biblioteca de Seiryuun y la universidad."
Filia observó que además de los libros tenían una fotocopiadora y mesas de estudio muy bien iluminadas.
"Algunos de los miembros se quedan toda la noche en la biblioteca, por lo que también tenemos algunos cuartos siempre listos." A este comentario Filia lo observó curiosa.
"Tienen cuartos para los miembros de la fraternidad aquí?"
"Hai.."
"¿Quién es el presidente de los Mazoku?" preguntó curiosa.
"De todos los miembros de los Mazoku? Se llama Shabrinigdo. Él es el presidente, actualmente los Mazoku están divididos en cinco regiones, cada una con varios capítulos."
"¿Y quién es el presidente del capítulo de Seiryuun?"
"Pues es un tipo un poco raro, no se deja ver mucho... siempre está ocupado en las cosas de la fraternidad. Se llama.... se llama...." trató de parecer algo distraido y Filia continuó revisando los libros en los estantes.
Cuando pensó que estaría más distraida prosiguió.
"Umhh... creo que eso es un secreto..." Dijo por lo bajo y de seguido continuó explicando detalles sin importancia acerca de los fraternos. Efectivamente Filia no le había puesto mucha atención, porque sacó uno de los libros del estante y se puso a ver las láminas con interés.
Después de un rato al ver que seguía metida en el libro, Xellos se acercó a espaldas de la joven y trató de leer por encima de su hombro. Estaba tan interesado en husmear tras ella que el perfume de Filia lo tomó por sorpresa. Cerró los ojos y aspiró profundamente, acercándose sin quererlo a los cabellos y el cuello de Filia. *Ummhh... cerezas...*, y antes de poder reaccionar racionalmente comenzó a ronronear.
Al instánte Filia levantó la vista del libro para observar al joven con los ojos cerrados e inclinado muy cerca de su cuello y obtuvo una percepción érronea de la situación. Y es que la posición de Xellos no ayudaba en nada, con sus manos en ademán de tomarla por los hombros y la cabeza inclinada hacia ella.
Filia cerró el libro de golpe y se dedicó a golpear con el mismo a un Xellos atónito mientras gritaba.
"ATREVIDO, SIN VERGUENZA, ESCORIA, APROVECHADO"
"Filia... itai... no es lo que piensas... ouchh.... espera... ITAI, ¡¡FILIA!!"
Los golpes duraron hasta que Xellos le arrebató el libro a Filia, pero en el momento en que la tomaba por las muñecas para impedir que lo siguiera golpeando a puño cerrado, uno de los fraternos ingresó a la biblioteca con rostro preocupado y requiriendo hablar con Xellos.
La soltó de inmediato y se volteó para prestarle atención al chico, ocasión que aprovechó Filia para salir de la biblioteca hecha toda una furia y dirigirse al salón central. Xellos la observó alejarse e hizo un ademán cansado.
"Más te vale que sea algo importante." Gruñó malhumorado.
A las palabras del fraterno, Xellos maldijo coloridamente y salió de la biblioteca seguido del chico.
******
Cuando Filia llegó al salón central estaba extremadamente furiosa. En esos momentos la banda comenzaba a tocar una música estruendosa y muy rítmica que hacía que todos brincaran como locos. Trató de pasar entre algunos pero no avanzaba gran cosa. Se escuchaba uno de los chicos de la banda cantando y luego se escuchó una voz que ella conocía muy bien.
"¿Lina?" Y se escuchaba a lo lejos la letra de la canción que cantaba.
"Estoy loca... porque mi cielo me gusta tu boca... dulce pecado que me provoca... sólo tus labios quiero besar... ahhh.. Ahh..." Y mientras cantaba se contorsionaba de una forma que hacía que toda la población masculina se babeara.
Filia no podía creer lo que veía, Lina cantaba y bailaba junto a los chicos de la banda y todos parecían eufóricos al escucharla cantar.
"Y así toda la noche bailar junto a ti... y es que a tu lado me siento crazy... vivo loquita, loquita por ti..."
"Necesito tomar algo." dijo en voz alta y masajeándose las sienes con ambas manos.
Se acercó al buffet empujando a cuanto chico se le acercaba y se sirvió directamente del ponche que estaba en una gran fuente. Llenó un vaso del líquido rojizo y lo tragó todo de un golpe. Se sirvió otro vaso mecánicamente y siguió escuchando la canción de Lina. Bebió un poco más lento el segundo vaso y le pareció que el ponche estaba algo dulce. Se sirvió nuevamente, mientras observaba a todos a su alrededor, ya no le parecía tan pesado el ambiente, quizás no sentía tanto coraje.
Al cabo de cinco vasos de aquel ponche, Filia sentía que no le encontraba razón a estar allí parada al lado del buffet tomando ponche y riéndo compulsivamente se entremezcló con los demás chicos y comenzó a bailar.
*******
Xellos apareció en el balcón de la mansión una hora más tarde. Los fraternos habían descubierto a unos chicos tratando de entrar a la mansión por las puertas de servicio. Chicos de otra fraternidad que no habían sido invitados por problemáticos.
Realmente se sentía un poco malhumorado, a pesar de que le sonreía a todas las chicas con las que cruzaba miradas. Trataba de divisar a Filia entre el grupo de estudiantes que bailaban desenfrenados al ritmo de la música que Lina cantaba.
*Debo reconocer que tú sí sabes cómo animar una fiesta querida Lina. No voy a dejar de insistirte en que te unas a la sororidad de las chicas Mazoku de Seiryuun.*
Mientras observaba a Lina cantando el grupo de chicos se fue abriendo para dejar a una sola figura bailando justo al centro del salón. La chica llevaba una microfalda dorada a las caderas, una camisita encantadora y se movía sensualmente al ritmo de la música.
"¿Filia?" Gritó atónito.
Bajó las escaleras de inmediato y se fue abriendo paso entre los chicos. *Pensé que habías dicho que no sabías bailar Filia.* Estaba bastante enojado con Filia, por haberle mentido y por la golpiza que le había propinado en la biblioteca. Necesitaba hablarle a solas. *Un momento, ¿realmente necesito hablarle a solas? ¿Qué me está pasando?*
Al llegar al centro donde se encontraba Filia la tomó suavemente de la mano para sacarla de entre los demás, pero Filia se deshizo de la mano de Xellos impulsivamente y sin pensarlo dos veces le puso las manos tras la nuca mientras continuaba bailando frente a él.
Xellos puso su cara más seria, pero Filia solamente se echó a reir mientras con una mano se sujetaba de su nuca y con la otra acariciaba el pecho de Xellos y más abajo. Las chicas alrededor comenzaron a gritar eufóricas y comenzaron a imitar los movimientos de Filia con sus parejas.
Xellos trató de sujetar la mano de Filia con firmeza. Pero Filia aprovechó el momento para apoyar su cadera en la pierna de Xellos y continuar bajando su cuerpo mientras movía la cintura. Xellos sentía un conocido temblor en todo el cuerpo pero no se inmutó cuando Filia comenzó a subir nuevamente hasta quedar al nivel de su rostro. Respiró profundamente y esbozó una sonrisa malévola mientras cerraba los ojos.
"¿Filia-chan?" Le habló roncamente. "¿Quieres jugar?" Filia le sonrió y asintió con la cabeza.
"Eres muy traviesa." bajó las manos a las caderas de Filia y comenzó a bailar sensualmente con ella aún agarrada de su nuca. La fue acercando poco a poco hasta tenerla totalmente colgada de su cuello. Y cuando los demás chicos fueron cerrando el círculo Xellos pasó una de sus manos a la espalda de Filia y la fue sacando lentamente hasta una de las puertas de la mansión.
"No Xel-kun, quiero seguir bailando." se quejó Filia torpemente cuando se percató de que Xellos la sacaba del salón. "Llévame al salón Xel-kun."
"Filia, me parece que no debes seguir bailando." Le dijo ya serio.
"Pero yo quiero seguir...." le suplicaba con ojos de perrito.
Filia estaba bastante torpe al caminar y Xellos la abrazaba para que no cayera al piso.
"Ummhh.... te diré algo. Haremos un trato. Yo te llevaré a bailar en un mejor lugar que el salón si me dices qué estuviste tomando."
Filia se echó a reir como niñita. "¿Lo prometes?"
"Lo prometo." Dijo solemne, pero sin poder ocultar una sonrisa pícara.
"Bien... pues..... te diré... hip... yo sólo tomé ponche de la fuente. Hip... es un buen ponche el que sirven aquí en la fraternidad. Me tienes que... hip... que.. dar la receta."
Xellos tuvo que cargar en brazos a Filia, porque ya la rubia no quería seguir caminando, o mejor dicho, no podía seguir caminando.
Se dirigía a unas escaleras interiores, pero antes de subir se dirigió a uno de los fraternos que vigilaban el pasillo.
"Gildo, ve y retira el ponche que hay en la fuente y reemplázalo por uno nuevo. Y llama al resto de los fraternos que están en los cuartos de juego, la noche se va a poner más interesante de lo que esperabamos."
El fraterno no se hizo esperar y se internó en uno de los cuartos reservados para los fraternos. Xellos por su parte, subió al segundo nivel y se adentró por uno de los pasillos hasta detenerse frente a un cuarto. Abrió la puerta con dificultad porque Filia seguía haciendo ademanes y no se estaba tranquila riendo y diciendo tonterías.
Más tarde llamaría a Lina, se dijo. Mientras dejaba a Filia sobre la cama que había en la amplia habitación.
"Es hora de descansar Filia."
"Nooooo!!!, me prometiste llevarme a bailar." se quejó.
"Pero no te dije cuándo."
"Eres muy malo." Y puso cara de niña enojada. Xellos se sentó a su lado en la cama y con mucho cuidado le desamarró las sandalias.
"No voy a dejar de cumplir una promesa, y menos una que te haya hecho a tí." Y sin más preámbulos desdobló la colcha que yacía en el borde inferior de la cama.
"Ummhh.... Xellos?"
"¿Si Filia?"
"¿Puedo tocarte?"
"¿Tocarme....?" titubeó un poco. "¿Para qué deseas tocarme Filia?" Le dijo lleno de curiosidad y algo de anticipación que no pudo evitar.
"Es que.... quería sentir tu rostro."
"Mi rostro, ¿para qué?"
"Es para sentir... la proporción... la forma..." Filia se acercó más a Xellos. "Es un ejercicio del modelado... primero se siente el objeto, con los ojos cerrados y luego lo modelas."
"Ohhh..." Xellos pensó unos segundos. "¿Dices que sólo el rostro?" Dijo un tanto decepcionado.
"Ajá."
"Pues...... este...... mhhh....." Filia lo observaba ansiosa, se notaba en sus mejillas coloradas el efecto del alcohol que había en el ponche. Aún conservaba milagrosamente los cristalitos en los ojos y el brillo que se había puesto en el pecho y los brazos le daban un resplandor extraño que a Xellos le pareció como si estuviera frente a una diosa dorada.
"Bien... bien..." suspiró. "Pero sólo el rostro y después vas a descansar, de acuerdo?"
"De acuerdo." Dijo con una sonrisa aniñada.
Filia acercó las manos lentamente al rostro de Xellos, primeramente puso las manos a ambos lados de su cara. Xellos cerró los ojos y se dejó ir levemente con el contacto de aquellas manos sobre su piel. Se sentía un poco extraño, las manos de Filia pasaban suavamente por los contornos de su rostro una y otra vez. Luego pasaron por sus ojos. Con los pulgares Filia fue moldeando cada hondonada y forma de los ojos y la nariz de Xellos.
Filia observaba detenidamente a Xellos, como si tratara de memorizarlo, pasó una de sus manos por la boca de Xellos, trazando luego la línea de sus labios, aterciopelados y suaves. Sin pensarlo Xellos soltó un poco los labios y Filia pudo moldearlos más a gusto. Dejó caer un poco las manos para pasarlas por su barbilla hasta llegar al cuello. Sólo dejó una mano, para no dar la sensación de querer ahogarlo.
Dejó reposar su mano al lado del cuello de Xellos, donde podía sentir el pulso, rítmico y fuerte bajo sus dedos. Pusó su otra mano en la misma posición y las fue pasando a la parte posterior de la nuca mientras sentía que Xellos daba un respiro largo. Estaba muy cerca, por lo que pudo percibir el cálido aliento de Xellos sobre su rostro. *Dulce...* Pensó sin mucha preocupación y continuó hundiéndo sus manos en el cabello de Xellos.
Era una sensación que Filia no podía discernir por causa del nublamiento de su mente. Xellos por su parte había caido como en un trance y se dejaba llevar por cada movimiento de las manos de Filia sobre su cabeza. Con la boca entreabierta y los ojos completamente cerrados, disfrutando la situación.
Filia bajó una mano al cuello de la camisa de Xellos y sin apenas mover la tela desabrochó el primer botón de la camisa. Cuando vio que Xellos continuaba sin abrir los ojos, bajó al segundo botón y repitió lo mismo que con el primero. Uno a uno fue quitando los botones sin mover la camisa y sin que Xellos se percatara. Subió nuevamente la mano para continuar con los movimientos sobre el rostro.
Xellos se inclinó un poco hacia adelante y Filia bajó nuevamente al cuello pero esta vez no se detuvo en el cuello de la camisa, continuó bajando las manos hasta situarlas sobre el pecho que se adivinaba tras la abertura de la camisa. Aún no decía nada, así que continuó explorando el pecho firme que se ofrecía bajo sus manos. Le abrió un poco la camisa hasta deslizarla por los hombros y dejarla a mitad de los brazos de Xellos.
Ahora podía tocar lo que había visto en la clase de escultura. Y era tal cual había pensado, los músculos de Xellos se sentían firmes y la piel sobre ellos los moldeaba perfectamente.
Xellos apenas respiraba, y cuando lo hacía era en largos suspiros que terminaban en un leve ronroneo. Sintió que Filia deslizaba su camisa por sobre sus hombros. Algo le decía que hacía frío pero el contacto de las manos de Filia con su piel lo hacían sentir maleable como barro. Se sentía como aquella figura de barro en las manos de Filia, aquellas manos tenían definitivamente un toque mágico que le impedían reaccionar.
Cuando Filia continuó explorando su pecho y su abdomen tenía la leve idea de que debía detenerla. Muy en el fondo no quería detenerla, pero cuando Filia llegó al cinturón y comenzó a soltar el seguro sintió un corrientazo de energía subir desde lo bajo de su abdomen y recorrerle el pecho hasta llegar a su cabeza haciéndole arquear un poco el cuerpo. Soltó un gemido ahogado y abriéndo los ojos muy grandes tomó las manos de Filia.
"Es suficiente..." Le dijo a la rubia con voz ronca cuando finalmente recuperó algo de aliento. Filia simplemente puso cara de tristeza.
"Es en serio Filia, debes descansar." lo dijo con firmeza pero no muy convencido.
"Entonces dame un beso de buenas noches, porque me he portado muy bien." Dijo pícaramente Filia.
"Muy bien diablilla, ya que te has portado tan bien..." Se acercó y le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca. El perfume de cerezas de Filia lo volvió a tomar por sorpresa y se tardó más de la cuenta en terminar el beso, mientras aspiraba profundamente. Al separarse Filia se acostó tranquilamente en la cama y Xellos la cubrió con la colcha.
"¿A dónde irás ahora Xel-kun?" preguntó somnolienta.
"Sore wa himitsu desu, Fi-chan."
Se pusó en pie y comenzó a abotonarse nuevamente la camisa y a alisarse los cabellos que Filia había alborotado. *No solamente me desarreglas la camisa y el cabello... casi me desarmas por completo condenada chiquilla.* Pero Filia ya había quedado dormida apenas tocar la almohada y su rostro era tan angelical que no pudo evitar soltar una risa.
"¿Quien diría que Xellos Metallium dejaría escapar una presa tan fácil? Que descanses querida Filia" y diciendo esto cerró con llave la puerta de la habitación para ir en busca de Lina.
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Jejjeje, ¿que les pareció? No se piensen que ya se acabó. Sigan pendientes. Gracias por el apoyo.
La Anatomía Que Quiero Aprender
Xellos logra tener bajo su completo dominio a Filia... ¿o será al revés?
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Notas
Todos los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Siempre hay que repetirlo, por si acaso.
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Filia miraba estupefacta la mano que Xellos acababa de besar y que aún mantenía apretada entre las suyas. Un calorcito conocido le subió al rostro y supo que ya era demasiado obvio que estaba toda sonrojada. Xellos le ofreció la sonrisa más encantadora que ella hubiera visto y llevo su mano al pecho. *Estoy perdida, morí y me fui al paraíso con Ceifeid.*
"¿Filia, te gustaría bailar conmigo?" Le preguntó en un tono más bajo e íntimo.
La chica tardó un poco en responder, pero deteniendo la respiración le dijo: "Es que no sé bailar muy bien." Eso eran mentiras, Filia sabía bailar, y muy bien según los comentarios que recibía de sus amigas.
"Entonces... puedo mostrarte el resto de la fraternidad si deseas." Dijo esto sin soltarle la mano aún.
Filia asintió con la cabeza y Xellos pasó la delicada mano que sostenía bajo su brazo. Filia sentía que el corazón le latía a mil por hora. Xellos aún no quitaba su mano de sobre la suya y ella sentía que aquel contacto le quemaba la piel, el brazo y hasta parte de su cuerpo. A pesar de ello, se dejó llevar dócilmente a todas las partes que le mostró Xellos.
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En la nave central de la mansión, un tímido Zel trataba de resistir los intentos de una entusiástica Amelia de bailar.
"Pero Amelia, apenas nos conocemos y no sé bailar tan bien como tú piensas..... y..."
"Ohh vamos Zel" Gimió Amelia. "No es tan difícil después que le tomas el paso." Amelia, en su trajecito azul se revolvía a todos lados entre contorsiones y giros que imitaban a los demás chicos que bailaban.
Después de negarse un poco, la canción que tocaba la banda llegó a su fin y Zel suspiró aliviado. Amelia hizo un leve puchero.
"Quizás debamos tomar algo, ¿no te parece Amelia?" hizo un intento por reanimar a la chica. "La próxima pieza que toquen... que sea un poco más suave..." Amelia puso ojos de corazón y no le dejó terminar.
"Claro Zel, claro que sí. Ahora vamos a tomar algo." Y diciendo esto se dirigieron al buffet donde Lina había mermado considerablemente la comida en todas las mesas.
"¡¡¡Amelia!!! has visto a Filia?, la dejé con Xellos pero hace rato que no los veo."
"No Lina, no los he visto." En esos momentos fue que Lina se fijó más detenidamente en el amigo que Filia había invitado.
"Oye, tu rostro me es familiar... ummhh... ¿en dónde te he visto antes?" Dijo mientras torcía el rostro tratando de recordar.
Zel, que tampoco había podido fijarse bien en la peliroja amiga de Filia, sólo en Amelia, abrió los ojos en reconocimiento de la chica que tenía de frente.
"¿Lina?... ¿Inverse?... hermana de Luna Inverse cierto?" A la mención del nombre de su hermana mayor, Lina se estremeció un poco y ahí reconoció al que durante sus estudios de escuela superior fuera su más acérrimo competidor en el campo de las ciencias ocultas.
"Zelgadis Greywords..." Dijo entre dientes y con cara de pocos amigos. "¿Cómo no me di cuenta antes de que eras tú?"
"Es un honor que me recuerdes Lina." dijo con voz socarrona y llena de sarcasmo. "Solías olvidar tantas cosas..."
Lina se puso colorada como un tomate.
"Además veo con algo de alivio que finalmente dejaste de parecer tan niñita." dicho lo cual la miró particularmente en lo bajo del escote del traje.
Lina sentía que iba a reventar, pero cruzó los brazos sobre su pecho y le respondió muy satisfecha. "Al menos unos hemos cambiado para mejor... otros se han quedado... casi iguales?" Zelgadis la miró sorprendido y algo perdido de colores. Unos segundos más tardes, recuperándose y medio entre dientes le contestó.
"Casi iguales Lina, pero hemos cambiado también, los que no han cambiado en cuerpo, han madurado emocionalmente."
Lina comprendió la indirecta y a pesar de sentir unos enormes deseos de retorcerle el pescuezo a Zelgadis como lo hubiera hecho tiempo atrás en sus años de estudio superior, se limitó a un enorme suspiro y algo forzadamente le concedió la razón. "Touché."
Zelgadis no hizo ningún otro comentario, simplemente bajó levemente la cabeza en señal de paz y se alisó la tela de la camisa. Amelia, que había presenciado la escena con ojos muy abiertos finalmente habló.
"¿Ustedes se conocen?" Lina y Zelgadis cayeron de espaldas, levantándose rápidamente.
"Como eres tonta Amelia. Emhh... fuimos compañeros de clase durante la escuela superior." Le contestó entre sonrisas Lina.
"Muy buenos compañeros de clases, no Lina?" decía Zel mientras se llevaba un brazo tras la cabeza.
"Sí, muy buenos." Y sonreia nerviosa.
Justo en ese momento, la banda comenzaba a tocar una pieza más suave, para deleite de Amelia, que vio allí su oportunidad para arrastrar a Zelgadis nuevamente al área donde bailaban varias parejas abrazadas por demás.
"Que lo disfrutes Zel." Sonrió pícaramente Lina al ver que ya Amelia llevaba a su antiguo compañero al centro. Y diciendo esto se acercó a la banda, quienes al verla comenzaron a exaltarse. Y era que Lina los contagiaba a todos con una fuerza y ánimos que los hacía desear reventar los instrumentos.
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Por otra parte, Xellos y Filia se habían detenido en la biblioteca de la mansión. Finalmente Filia había logrado rescatar su mano del toque de Xellos. Lo que le permitía pensar un poco más claramente.
"No pensé que tuvieran una biblioteca en la Casa Fraterna." comentó Filia mientras revisaba los volúmenes de libros. Reconocía la mayoría de ellos, libros de texto, realmente gastados por el uso.
"Algunos de los miembros no tenemos mucho tiempo que perder y es conveniente conservar la mayoría de los textos aquí, así no tenemos que llevarlos y traerlos. También nos ahorra viajes entre la biblioteca de Seiryuun y la universidad."
Filia observó que además de los libros tenían una fotocopiadora y mesas de estudio muy bien iluminadas.
"Algunos de los miembros se quedan toda la noche en la biblioteca, por lo que también tenemos algunos cuartos siempre listos." A este comentario Filia lo observó curiosa.
"Tienen cuartos para los miembros de la fraternidad aquí?"
"Hai.."
"¿Quién es el presidente de los Mazoku?" preguntó curiosa.
"De todos los miembros de los Mazoku? Se llama Shabrinigdo. Él es el presidente, actualmente los Mazoku están divididos en cinco regiones, cada una con varios capítulos."
"¿Y quién es el presidente del capítulo de Seiryuun?"
"Pues es un tipo un poco raro, no se deja ver mucho... siempre está ocupado en las cosas de la fraternidad. Se llama.... se llama...." trató de parecer algo distraido y Filia continuó revisando los libros en los estantes.
Cuando pensó que estaría más distraida prosiguió.
"Umhh... creo que eso es un secreto..." Dijo por lo bajo y de seguido continuó explicando detalles sin importancia acerca de los fraternos. Efectivamente Filia no le había puesto mucha atención, porque sacó uno de los libros del estante y se puso a ver las láminas con interés.
Después de un rato al ver que seguía metida en el libro, Xellos se acercó a espaldas de la joven y trató de leer por encima de su hombro. Estaba tan interesado en husmear tras ella que el perfume de Filia lo tomó por sorpresa. Cerró los ojos y aspiró profundamente, acercándose sin quererlo a los cabellos y el cuello de Filia. *Ummhh... cerezas...*, y antes de poder reaccionar racionalmente comenzó a ronronear.
Al instánte Filia levantó la vista del libro para observar al joven con los ojos cerrados e inclinado muy cerca de su cuello y obtuvo una percepción érronea de la situación. Y es que la posición de Xellos no ayudaba en nada, con sus manos en ademán de tomarla por los hombros y la cabeza inclinada hacia ella.
Filia cerró el libro de golpe y se dedicó a golpear con el mismo a un Xellos atónito mientras gritaba.
"ATREVIDO, SIN VERGUENZA, ESCORIA, APROVECHADO"
"Filia... itai... no es lo que piensas... ouchh.... espera... ITAI, ¡¡FILIA!!"
Los golpes duraron hasta que Xellos le arrebató el libro a Filia, pero en el momento en que la tomaba por las muñecas para impedir que lo siguiera golpeando a puño cerrado, uno de los fraternos ingresó a la biblioteca con rostro preocupado y requiriendo hablar con Xellos.
La soltó de inmediato y se volteó para prestarle atención al chico, ocasión que aprovechó Filia para salir de la biblioteca hecha toda una furia y dirigirse al salón central. Xellos la observó alejarse e hizo un ademán cansado.
"Más te vale que sea algo importante." Gruñó malhumorado.
A las palabras del fraterno, Xellos maldijo coloridamente y salió de la biblioteca seguido del chico.
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Cuando Filia llegó al salón central estaba extremadamente furiosa. En esos momentos la banda comenzaba a tocar una música estruendosa y muy rítmica que hacía que todos brincaran como locos. Trató de pasar entre algunos pero no avanzaba gran cosa. Se escuchaba uno de los chicos de la banda cantando y luego se escuchó una voz que ella conocía muy bien.
"¿Lina?" Y se escuchaba a lo lejos la letra de la canción que cantaba.
"Estoy loca... porque mi cielo me gusta tu boca... dulce pecado que me provoca... sólo tus labios quiero besar... ahhh.. Ahh..." Y mientras cantaba se contorsionaba de una forma que hacía que toda la población masculina se babeara.
Filia no podía creer lo que veía, Lina cantaba y bailaba junto a los chicos de la banda y todos parecían eufóricos al escucharla cantar.
"Y así toda la noche bailar junto a ti... y es que a tu lado me siento crazy... vivo loquita, loquita por ti..."
"Necesito tomar algo." dijo en voz alta y masajeándose las sienes con ambas manos.
Se acercó al buffet empujando a cuanto chico se le acercaba y se sirvió directamente del ponche que estaba en una gran fuente. Llenó un vaso del líquido rojizo y lo tragó todo de un golpe. Se sirvió otro vaso mecánicamente y siguió escuchando la canción de Lina. Bebió un poco más lento el segundo vaso y le pareció que el ponche estaba algo dulce. Se sirvió nuevamente, mientras observaba a todos a su alrededor, ya no le parecía tan pesado el ambiente, quizás no sentía tanto coraje.
Al cabo de cinco vasos de aquel ponche, Filia sentía que no le encontraba razón a estar allí parada al lado del buffet tomando ponche y riéndo compulsivamente se entremezcló con los demás chicos y comenzó a bailar.
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Xellos apareció en el balcón de la mansión una hora más tarde. Los fraternos habían descubierto a unos chicos tratando de entrar a la mansión por las puertas de servicio. Chicos de otra fraternidad que no habían sido invitados por problemáticos.
Realmente se sentía un poco malhumorado, a pesar de que le sonreía a todas las chicas con las que cruzaba miradas. Trataba de divisar a Filia entre el grupo de estudiantes que bailaban desenfrenados al ritmo de la música que Lina cantaba.
*Debo reconocer que tú sí sabes cómo animar una fiesta querida Lina. No voy a dejar de insistirte en que te unas a la sororidad de las chicas Mazoku de Seiryuun.*
Mientras observaba a Lina cantando el grupo de chicos se fue abriendo para dejar a una sola figura bailando justo al centro del salón. La chica llevaba una microfalda dorada a las caderas, una camisita encantadora y se movía sensualmente al ritmo de la música.
"¿Filia?" Gritó atónito.
Bajó las escaleras de inmediato y se fue abriendo paso entre los chicos. *Pensé que habías dicho que no sabías bailar Filia.* Estaba bastante enojado con Filia, por haberle mentido y por la golpiza que le había propinado en la biblioteca. Necesitaba hablarle a solas. *Un momento, ¿realmente necesito hablarle a solas? ¿Qué me está pasando?*
Al llegar al centro donde se encontraba Filia la tomó suavemente de la mano para sacarla de entre los demás, pero Filia se deshizo de la mano de Xellos impulsivamente y sin pensarlo dos veces le puso las manos tras la nuca mientras continuaba bailando frente a él.
Xellos puso su cara más seria, pero Filia solamente se echó a reir mientras con una mano se sujetaba de su nuca y con la otra acariciaba el pecho de Xellos y más abajo. Las chicas alrededor comenzaron a gritar eufóricas y comenzaron a imitar los movimientos de Filia con sus parejas.
Xellos trató de sujetar la mano de Filia con firmeza. Pero Filia aprovechó el momento para apoyar su cadera en la pierna de Xellos y continuar bajando su cuerpo mientras movía la cintura. Xellos sentía un conocido temblor en todo el cuerpo pero no se inmutó cuando Filia comenzó a subir nuevamente hasta quedar al nivel de su rostro. Respiró profundamente y esbozó una sonrisa malévola mientras cerraba los ojos.
"¿Filia-chan?" Le habló roncamente. "¿Quieres jugar?" Filia le sonrió y asintió con la cabeza.
"Eres muy traviesa." bajó las manos a las caderas de Filia y comenzó a bailar sensualmente con ella aún agarrada de su nuca. La fue acercando poco a poco hasta tenerla totalmente colgada de su cuello. Y cuando los demás chicos fueron cerrando el círculo Xellos pasó una de sus manos a la espalda de Filia y la fue sacando lentamente hasta una de las puertas de la mansión.
"No Xel-kun, quiero seguir bailando." se quejó Filia torpemente cuando se percató de que Xellos la sacaba del salón. "Llévame al salón Xel-kun."
"Filia, me parece que no debes seguir bailando." Le dijo ya serio.
"Pero yo quiero seguir...." le suplicaba con ojos de perrito.
Filia estaba bastante torpe al caminar y Xellos la abrazaba para que no cayera al piso.
"Ummhh.... te diré algo. Haremos un trato. Yo te llevaré a bailar en un mejor lugar que el salón si me dices qué estuviste tomando."
Filia se echó a reir como niñita. "¿Lo prometes?"
"Lo prometo." Dijo solemne, pero sin poder ocultar una sonrisa pícara.
"Bien... pues..... te diré... hip... yo sólo tomé ponche de la fuente. Hip... es un buen ponche el que sirven aquí en la fraternidad. Me tienes que... hip... que.. dar la receta."
Xellos tuvo que cargar en brazos a Filia, porque ya la rubia no quería seguir caminando, o mejor dicho, no podía seguir caminando.
Se dirigía a unas escaleras interiores, pero antes de subir se dirigió a uno de los fraternos que vigilaban el pasillo.
"Gildo, ve y retira el ponche que hay en la fuente y reemplázalo por uno nuevo. Y llama al resto de los fraternos que están en los cuartos de juego, la noche se va a poner más interesante de lo que esperabamos."
El fraterno no se hizo esperar y se internó en uno de los cuartos reservados para los fraternos. Xellos por su parte, subió al segundo nivel y se adentró por uno de los pasillos hasta detenerse frente a un cuarto. Abrió la puerta con dificultad porque Filia seguía haciendo ademanes y no se estaba tranquila riendo y diciendo tonterías.
Más tarde llamaría a Lina, se dijo. Mientras dejaba a Filia sobre la cama que había en la amplia habitación.
"Es hora de descansar Filia."
"Nooooo!!!, me prometiste llevarme a bailar." se quejó.
"Pero no te dije cuándo."
"Eres muy malo." Y puso cara de niña enojada. Xellos se sentó a su lado en la cama y con mucho cuidado le desamarró las sandalias.
"No voy a dejar de cumplir una promesa, y menos una que te haya hecho a tí." Y sin más preámbulos desdobló la colcha que yacía en el borde inferior de la cama.
"Ummhh.... Xellos?"
"¿Si Filia?"
"¿Puedo tocarte?"
"¿Tocarme....?" titubeó un poco. "¿Para qué deseas tocarme Filia?" Le dijo lleno de curiosidad y algo de anticipación que no pudo evitar.
"Es que.... quería sentir tu rostro."
"Mi rostro, ¿para qué?"
"Es para sentir... la proporción... la forma..." Filia se acercó más a Xellos. "Es un ejercicio del modelado... primero se siente el objeto, con los ojos cerrados y luego lo modelas."
"Ohhh..." Xellos pensó unos segundos. "¿Dices que sólo el rostro?" Dijo un tanto decepcionado.
"Ajá."
"Pues...... este...... mhhh....." Filia lo observaba ansiosa, se notaba en sus mejillas coloradas el efecto del alcohol que había en el ponche. Aún conservaba milagrosamente los cristalitos en los ojos y el brillo que se había puesto en el pecho y los brazos le daban un resplandor extraño que a Xellos le pareció como si estuviera frente a una diosa dorada.
"Bien... bien..." suspiró. "Pero sólo el rostro y después vas a descansar, de acuerdo?"
"De acuerdo." Dijo con una sonrisa aniñada.
Filia acercó las manos lentamente al rostro de Xellos, primeramente puso las manos a ambos lados de su cara. Xellos cerró los ojos y se dejó ir levemente con el contacto de aquellas manos sobre su piel. Se sentía un poco extraño, las manos de Filia pasaban suavamente por los contornos de su rostro una y otra vez. Luego pasaron por sus ojos. Con los pulgares Filia fue moldeando cada hondonada y forma de los ojos y la nariz de Xellos.
Filia observaba detenidamente a Xellos, como si tratara de memorizarlo, pasó una de sus manos por la boca de Xellos, trazando luego la línea de sus labios, aterciopelados y suaves. Sin pensarlo Xellos soltó un poco los labios y Filia pudo moldearlos más a gusto. Dejó caer un poco las manos para pasarlas por su barbilla hasta llegar al cuello. Sólo dejó una mano, para no dar la sensación de querer ahogarlo.
Dejó reposar su mano al lado del cuello de Xellos, donde podía sentir el pulso, rítmico y fuerte bajo sus dedos. Pusó su otra mano en la misma posición y las fue pasando a la parte posterior de la nuca mientras sentía que Xellos daba un respiro largo. Estaba muy cerca, por lo que pudo percibir el cálido aliento de Xellos sobre su rostro. *Dulce...* Pensó sin mucha preocupación y continuó hundiéndo sus manos en el cabello de Xellos.
Era una sensación que Filia no podía discernir por causa del nublamiento de su mente. Xellos por su parte había caido como en un trance y se dejaba llevar por cada movimiento de las manos de Filia sobre su cabeza. Con la boca entreabierta y los ojos completamente cerrados, disfrutando la situación.
Filia bajó una mano al cuello de la camisa de Xellos y sin apenas mover la tela desabrochó el primer botón de la camisa. Cuando vio que Xellos continuaba sin abrir los ojos, bajó al segundo botón y repitió lo mismo que con el primero. Uno a uno fue quitando los botones sin mover la camisa y sin que Xellos se percatara. Subió nuevamente la mano para continuar con los movimientos sobre el rostro.
Xellos se inclinó un poco hacia adelante y Filia bajó nuevamente al cuello pero esta vez no se detuvo en el cuello de la camisa, continuó bajando las manos hasta situarlas sobre el pecho que se adivinaba tras la abertura de la camisa. Aún no decía nada, así que continuó explorando el pecho firme que se ofrecía bajo sus manos. Le abrió un poco la camisa hasta deslizarla por los hombros y dejarla a mitad de los brazos de Xellos.
Ahora podía tocar lo que había visto en la clase de escultura. Y era tal cual había pensado, los músculos de Xellos se sentían firmes y la piel sobre ellos los moldeaba perfectamente.
Xellos apenas respiraba, y cuando lo hacía era en largos suspiros que terminaban en un leve ronroneo. Sintió que Filia deslizaba su camisa por sobre sus hombros. Algo le decía que hacía frío pero el contacto de las manos de Filia con su piel lo hacían sentir maleable como barro. Se sentía como aquella figura de barro en las manos de Filia, aquellas manos tenían definitivamente un toque mágico que le impedían reaccionar.
Cuando Filia continuó explorando su pecho y su abdomen tenía la leve idea de que debía detenerla. Muy en el fondo no quería detenerla, pero cuando Filia llegó al cinturón y comenzó a soltar el seguro sintió un corrientazo de energía subir desde lo bajo de su abdomen y recorrerle el pecho hasta llegar a su cabeza haciéndole arquear un poco el cuerpo. Soltó un gemido ahogado y abriéndo los ojos muy grandes tomó las manos de Filia.
"Es suficiente..." Le dijo a la rubia con voz ronca cuando finalmente recuperó algo de aliento. Filia simplemente puso cara de tristeza.
"Es en serio Filia, debes descansar." lo dijo con firmeza pero no muy convencido.
"Entonces dame un beso de buenas noches, porque me he portado muy bien." Dijo pícaramente Filia.
"Muy bien diablilla, ya que te has portado tan bien..." Se acercó y le dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca. El perfume de cerezas de Filia lo volvió a tomar por sorpresa y se tardó más de la cuenta en terminar el beso, mientras aspiraba profundamente. Al separarse Filia se acostó tranquilamente en la cama y Xellos la cubrió con la colcha.
"¿A dónde irás ahora Xel-kun?" preguntó somnolienta.
"Sore wa himitsu desu, Fi-chan."
Se pusó en pie y comenzó a abotonarse nuevamente la camisa y a alisarse los cabellos que Filia había alborotado. *No solamente me desarreglas la camisa y el cabello... casi me desarmas por completo condenada chiquilla.* Pero Filia ya había quedado dormida apenas tocar la almohada y su rostro era tan angelical que no pudo evitar soltar una risa.
"¿Quien diría que Xellos Metallium dejaría escapar una presa tan fácil? Que descanses querida Filia" y diciendo esto cerró con llave la puerta de la habitación para ir en busca de Lina.
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Jejjeje, ¿que les pareció? No se piensen que ya se acabó. Sigan pendientes. Gracias por el apoyo.
