Capítulo 5

Qué Significa Tú Beso

Donde Filia logra uno de sus deseos.

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Notas

Ehh... pues sí, sé algo de dibujo y pintura y algunas artes, jjaja, no que me esté reflejando en Filia, es sólo que no me gusta escribir de cosas que no conozco. Además, así lo hago un poco más verosímil no creen?

Todos los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Siempre hay que repetirlo, por si acaso.

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Filia despertó toda amodorrada y con unas nauseas horribles. Su habitación estaba más oscura de lo que ella recordaba que fuera a esas horas. Se sentó a tientas en la cama y se percató que aún llevaba la ropa del día anterior. Ahora que estaba un poco más despierta, pudo hacer la silueta de una lámpara sobre la mesa de noche y la encendió sin titubear.

Para su sorpresa no se encontraba en su cuarto, ni siquiera en nada parecido a su apartamento. *¿Aún estoy en la casa fraterna? ¿Qué hora es?* Buscó frenéticamente algún reloj que le indicara la hora. Al no encontrar ninguno. Se levantó tambaleante de la cama y se acercó a lo que le parecía una enorme ventana. Probó quitar el seguro y la empujó. Las hojas se movieron pesadamente pero sin hacer ruido y el sol inundó la estancia cegando momentaneamente a Filia.

Filia estaba muda. Había pasado la noche en la casa fraterna de los Mazoku y estaba... en una pieza? Se abrazó distraidamente y volteó la vista para ver la habitación donde se encontraba. En uno de los muebles de descanso estaba su carterita y al lado un paquete con una nota. Filia se acercó curiosa y tomó la nota.

"Querida Filia, como estabas tan dormida no quise despertarte. Fui a tu apartamento y te traje algo de ropa para que te cambies. Nos vemos en la tarde. Lina." Filia no podía creer que su amiga la hubiese dejado durmiendo en un lugar extraño. Quizó gritar pero el vértigo le provocó más náuseas y tuvo que sacar la cabeza por la ventana para tomar algo de aire fresco. Las lágrimas le brotaron sin querer.

Cuando pudo calmarse del ataque de histéria, Filia le echó otra mirada a la habitación, había una puerta y un pequeño pasillo a un lado de la habitación. Se acercó a la puerta y la entreabrió, daba al pasillo principal, recordaba vagamente que Xellos le había mostrado varios pasillos. Cerró nuevamente la puerta y comenzó a curiosear por el pasillito lateral. El mismo daba al baño de la habitación.

Se quedó asombrada, al fondo del baño en un nivel más alto, estaba la tina, o mas bien, una enorme tina tallada en mármol. Un toallero a un lado y varios frascos en el borde de la tina. Regresó en busca del paquete que Lina le había dejado y encontró unos pantalones de mezclilla y una camiseta azul muy claro, de sus preferidas, seguramente Lina la había visto varias veces con ella. En el paquete también había ropa interior y afortunadamente su cepillo de dientes. *Siquiera pensaste en todo Lina.*

Suspiró melancólicamente, aseguró la puerta de entrada y se metió al baño.

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Xellos sabía que Filia no había salido de la casa fraterna aún cuando ya era bastante tarde. La había extrañado durante la clase de escultura y luego, por alguna razón se había dirigido de regreso a la mansión sin esperar verla. Pero seguidamente le habían informado que Filia aún se encontraba en el lugar.

Ya iban siendo las cinco de la tarde y Filia aún no salía de la habitación. Por lo que Xellos decidió ir a ver si se encontraba bien. Cuando llegó al cuarto tocó levemente.

"Filia, ¿puedo pasar? Soy yo, Xellos."

Espero un rato sin escuchar respuesta, pero al fin un leve sonido tras la cerradura y la misma giró. Haló lentamente la puerta y se encontró con una Filia completamente cambiada pero con el cabello algo húmedo.

Filia se retiró un poco de la puerta permitiéndole pasar y seguidamente se sentó frente al espejo que había en la habitación para terminar de arreglarse el cabello.

"¿Te encuentras bien?" preguntó tentativamente.

"Sólo tengo un poco de dolor de cabeza..." continuaba peinándose.

Xellos se movió hacia la cama y se sentó en el borde. La cama estaba arreglada y tal parecía que nadie hubiera dormido en la habitación.

Filia se volteó para verlo de frente y un poco vacilante comenzó a hablar.

"Yo... quería disculparme... por lo que pasó anoche... Yo... no era mi intención..." pero Xellos levantó una mano y no le permitió continuar.

"Filia, anoche algunos visitantes no deseados vertieron una mezcla de alcohol en el ponche. Soy yo quien debe disculparse por no haber podido evitar lo que sucedió. Afortunadamente no muchos chicos llegaron a probarlo. Lamentablemente tú fuiste una." se levantó y prosiguió.

"La fiesta de anoche tenía como propósito atraer a futuros miembros de la fraternidad. Era una actividad importante pues habíamos decidio invitar estudiantes próximos a entrar a Universidad Seiryuun. Algunos de ellos no tenían edad suficiente para estar bebiendo por lo que la fraternidad no podía ofrecer alcohol a los invitados. ¿Sabes lo que nos pasaría si el decano de la universidad escucha rumores de lo que sucedió anoche?"

Filia comprendió un poco lo que Xellos trataba de decirle.

"Eso no justifica mi comportamiento..." se volteó para continuar peinándose.

Xellos se acercó a sus espaldas, y bajó el rostro hasta quedar reflejado en el espejo donde Filia se miraba.

"Tu comportamiento de anoche puedo olvidarlo..." y cerró los ojos con una sonrisa muy tonta "si aceptas mi invitación a cenar."

"¿A cenar?"

Xellos asintió. "Nada formal Filia, así como estás es más que perfecto, seguro no has comido nada, ¿o me equivoco?"

"No, apenas me acabo de levantar hace un rato, pero... ¿qué horas son que vamos a ir a cenar?"

"Ahh, pues son las seis de la tarde Filia, dormiste largo y tendido, tienes un sueño sumamente pesado." sonrió aún más.

"Oye, eso no es cierto."

"Sí lo es, cuando te dejé durmiendo comenzaste a roncar muy fuerte."

"NO ES CIERTO, YO NO RONCO"

"Claro que sí Filia querida, roncas como un dragón."

"XELLOS, BAKA" y comenzó a tirarle a la cabeza cuanto frasco había sobre la mesa de noche mientras Xellos corría por toda la habitación tratando de esquivar los proyectiles. Finalmente alcanzó la puerta y salió mientras le gritaba.

"TE ESPERO ABAJO DRAGÓN"

"¡¡¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHH!!!!!!!!" gritaba furiosa Filia mientras recogía sus cosas para salir tras el chico.

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Durante la cena Filia no habló, no sólo por el hecho de tener bastante hambre, sino porque también la verguenza de lo que había sucedido la noche anterior se lo impedía. Recordaba con bastante claridad lo que había sucedido y cada vez que lo recordaba se le subían los colores al rostro.

Xellos la miraba divertido. Podía adivinar lo que Filia pensaba cada vez que se ponía toda sonrojada. A pesar de conocerla hacía apenas dos días, sentía una familiaridad con ella que no podía entender. Le agradaba mucho la rubia, sin mencionar que aquellas manos lo ponían a temblar, le vinieron a la mente varias imagenes de lo que podían hacerle aquellas manos y una gruesa gota de sudor le bajo por la frente.

"Oye... ¿qué te pasa?"

La pregunta lo sobresaltó un poco. Filia lo miraba fijamente y él no se había dado cuenta.

"Sore wa himitsu desu..." fue la respuesta.

Filia volteó los ojos frustrada. "¿Sólo sabes decir eso?"

"Depende de la pregunta querida Filia."

"¿Por qué me dices querida?"

"Sore wa..." CLUNG!!!, la bandeja plástica del restaurante fue a parar a la cabeza de Xellos.

"Itai. Filia!!. Tranquila. Sólo bromeaba."

"Jumhh..., a veces pienso que debería conseguirme una enorme maza de piedra para poder golpearte a gusto."

"Vaya, vaya, no sabía que te gustaran las cosas kinky."

Con el comentario Filia se puso completamente roja y lo golpeó nuevamente con la bandeja.

"OUCH!!"

"Eres un pervertido."

Xellos le arrebató la bandeja.

"Filia, si quieres hacerme daño, con tus delicadas manos es suficiente." Y le sonrió pícaramente.

Filia se puso aún más colorada, pero esta vez bajó la cabeza y deseó que se la tragara la tierra.

Ya habían terminado de comer y Xellos se ofreció para llevarla a su apartamento. Xellos le tomó la mano y Filia muy confundida lo siguió.

*Porqué siempre que me toma la mano siento que soy un corderito perdido entre las garras del lobo. Perdida e indefensa.* Pero no hizo ademán de soltarse hasta que estuvo en el auto y Xellos cerró la puerta.

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Xellos siguió las instrucciones de Filia y prontamente llegaron al Edificio Draconiano. Xellos aparcó el auto y bajó antes que Filia pudiera hacerlo y le abrió la puerta.

"Gracias.", musitó.

"El placer es todo mio querida Filia."

"Yo... aún quiero disculparme...", Xellos puso un dedo en los labios de Filia.

"Ya te dije que no me había molestado por eso. Puedes olvidarte de eso... aunque yo prefiero no olvidarlo."

Filia ya no encontraba dónde esconder tanta verguenza.

"Sólo tengo una pregunta Filia, ummhh... mas bien una curiosidad."

"¿Cuál?"

"¿Eres buena en las artes no?, ¿en todas, todas las artes?"

Filia arqueó una ceja. "Pues... soy buena en todas las artes en las que pueda usar las manos."

"¿Tienes algunos trabajos tuyos?"

"Sí, tengo algunos en mi apartament..." Filia había caido en la trampa. Xellos sonreia juguetón.

"¿Podrías mostrarme algunos de tus trabajos?" Filia no podía creer que Xellos la hubiera entrampado de forma tan inocente para permitirle subir a su apartamento.

"Pues... yo..."

"Umhh... ¿eso quiere decir que no son buenos tus trabajos?"

"No!!!, no es eso!"

"¿Tu apartamento está hecho un desastre?, quizás ropa por todas partes... revistas..."

"NOOO"

"Entonces... ¿se puede subir?"

"CLARO QUE SE PUEDE ENTRAR A MI APARTAMENTO"

"Gracias por invitarme a subir querida Filia."

Filia echaba humo por los oidos y temblaba del coraje. "Vamos."

"Después de ti." le dijo sin dejar de mostrarle una sonrisa triunfante.

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Lo primero que Xellos pudo percibir al entrar a la habitación fue el fuerte olor a fresas y frutillas del apartamento de Filia y segundamente los tonos predominantes del pequeño apartamento.

"Umhh... acogedor. Totalmente femenino." dijo en un susurro.

"¿Qué?"

"Ahh, nada, dije que es encantador tu apartamento."

"Gracias." Filia le hizo un ademán para que la siguiera y entraron al cuarto donde Filia guardaba todas sus cosas de arte.

"Bueno, ya estamos aquí." Entendió la luz y Xellos se sorprendió de ver tantos cuadros arrumbados en las paredes y en todas partes.

"Vaya... pensé que tu fuerte era el modelado." dijo un poco decepcionado.

"Que no hayan esculturas aquí no significa que no me guste. Es sólo que el dibujo y la pintura son mis preferidos. Además, como diría mi profesor de dibujo... no es lo mismo un pintor que sabe dibujar, a uno que no."

"Eso... no me queda claro." dijo Xellos pensativo mientras revisaba algunos de los cuadros que se encontraban arrumbados en la pared.

"Pues... generalmente los artistas que tienen conocimientos básicos de dibujo conservan mejor proporción de lo que hacen."

Xellos husmeaba entre los cuadros más grandes y le llamó la atención uno muy peculiar. Todos los dibujos y pinturas de Filia se concentraban en personas, objetos curiosos y paisajes. Pero ese cuadro era más relacionado a la fantasía que otra cosa. Lo sacó con cuidado y lo pusó frente a los demás.

La pintura representaba un hermoso dragón dorado, bajo una noche sin luna y tachonada de estrellas.

"Este cuadro me agrada, ¿de qué trata?" preguntó curioso.

Filia lo admiró un momento, lo tomó de las manos de Xellos y lo puso en el caballete para que la luz lo iluminara mejor. A la luz del cuarto el dragón brillaba misteriosamente, lo dejó un rato sin decir nada y finalmente se volteó hacia la pared y apagó la luz del cuarto.

Como por arte de magia la figura del dragón refulgía, junto con las estrellas de la pintura.

Xellos dio un grito asombrado. Se acercó a la pintura y la tocó con los dedos repasando la figura del dragón sobre el canvas.

"Es una pintura especial, contiene unos polímeros que guardan la luz y luego la liberan lentamente, lo que les da la apariencia de luz propia." Filia encendió la luz nuevamente.

"Como podrás percatarte es un dragón dorado. Lo había visto varias veces en mi sueño, así que decidí capturarlo en esta imagen, para así no seguirlo soñando."

Xellos la miró curioso. "¿Capturarlo en un cuadro?"

"Ah... pues es que no te ha pasado, que a veces tienes una idea o un sueño y hasta que no lo escribes o lo dibujas no sale de tu pensamiento o tu subconsciente?"

"Entiendo." dijo sin mucha emoción. "Sabes... se ve algo triste este dragón."

"Es porque es el último."

"¿Cómo lo sabes Filia?"

"Sólo me lo pareció."

Se quedaron en silencio unos segundos.

"¿Quieres ver algunos dibujos?" Filia rompió el pesado silencio.

"¡Claro! ¿Para eso estoy aquí no?"

Filia murmuró algo y sacó un enorme portafolios. Lo llevó consiguo a la salita mientras Xellos la seguía. Filia puso el portafolios sobre la mesita de la sala y le indicó a Xellos que se sentara. Finalmente comenzó a sacar varios dibujos. Algunos eran bocetos, otros eran dibujos completos.

Uno de los dibujos le llamó a atención a Xellos.

"Vaya Filia, esta es Lina, ¿verdad?" Filia asintió.

"Sólo no le vayas a decir, si se entera que la dibuje estoy perdida."

Filia buscó dentro del portafolios y sacó un dibujo de Amelia.

"Son muy buenos estos dibujos, ¿los hiciste mientras ellas no te veían?"

"No, los hice de memoria." Xellos arqueó una ceja pero continuó viendo los dibujos. "¿Cuánto tardas en hacer un dibujo Filia?"

Filia hizo como si calculara en el aire. "Si es un boceto, diez minutos bastan, si es viendo a una persona tardo como media hora para tener algo decente..."

Xellos la miró muy serio. "¿Podrías dibujarme a mí?"

Filia abrió los ojos muy grandes y sintió que se congelaba. ¿Y si Xellos descubría lo que ella quería hacer?

"¿Ahora?" le preguntó dudosa y asombrada.

"Pues... si tienes el tiempo y los materiales. Yo tengo todo el tiempo que necesites."

Filia se quedó pensativa. *Rayos, es la mejor oportunidad que tengo, justo ahora. Podría hacer todos los bocetos que necesito para la pintura que tenía en mente... Cielos... y está aquí, y tiene el tiempo para mí. Ceifeid, no estoy muerta ¿verdad?* hizo ademán de pellizcarse.

"¿Filia?" la voz profunda de Xellos la sacó de sus cavilaciones.

"Pues si tienes el tiempo..." le dijo con una sonrisa aniñada. "Pero debes prometer que no te moverás mientras dibujo, ¿bien?"

"Lo que tú ordenes querida Filia, pero me darás un descanso si tardas mucho ¿verdad?" lo dijo con una sonrisa encantadora y a Filia le parecía que en cualquier momento se derretiría.

"Voy por el carbón y los demás materiales." y seguido salió al cuarto donde guardaba los materiales de arte.

*¿Carbón?, ¿irá a encender la chimenea?, ummhh... aquí no hay chimenea. Aunque no me importaría si ella quisiera encender algo de fuego.* Sonrió maliciosamente y cambió su sonrisa por una más inocente cuando Filia regresó con una enorme libreta, varios palitos negros y una goma gris.

Filia encendió una lámpara extra que tenía en la salita y la dirigió hacia el punto donde se encontraba Xellos sentado.

"¿Vamos a comenzar algún interrogatorio?"

"Lo siento." dijo bajándo un poco más la luz para que no cayera directamente a sus ojos.

Filia le indicó la posición que debía tomar y comenzó a trabajar velozmente sobre el papel. Al cabo de unos minutos pasó la página y Xellos pensó que quizás se había equivocado en el primer intento.

Nuevamente al cabo de unos minutos pasó nuevamente la página y comenzó otro dibujo. *¿Será que no puede dibujarme?* pensó algo curioso.

A la tercera página Xellos no podía ya resistir la curiosidad.

"Filia... ¿por qué has pasado tantas páginas? ¿Hay algún problema?"

"Ahh... no es nada... sólo son bocetos de práctica." mintió. Eran los bocetos que deseaba conservar de ciertos detalles.

Finalmente se dispuso a trabajar en el dibujo que le mostraría. Dio los trazos principales y al cabo de un rato Xellos la vio utilizar los dedos como si fueran pinceles, quitándo sombras, difuminando trazos. Al cabo de media hora filia ya no utilizaba mucho los dedos, sólo la goma gris y de vez en cuando el carboncillo.

Unos minutos más y Filia puso a un lado el carbón y la goma. Paseó la mirada un poco ansiosa entre el cuadro y Xellos y al cabo de un rato volvió la libreta para que Xellos pudiera ver el dibujo.

"¡Es estupendo Filia!" exclamó. Eres muy buena, hizo un ademán de tocar el dibujo y Filia instintivamente le sujetó la mano.

"No Xellos, aún falta sellar el dibujo, si lo tocas ahora tus dedos borrarán parte de los detalles."

"Oh... no lo sabía..." pero Xellos no miraba directamente a Filia, sino la mano que ella sujetaba. Filia se percató y soltó rapidamente la mano de Xellos.

"Si me permites, iré a sellarlo un segundo." Se levantó y se dirigió al cuarto. Xellos escuchó un ruidito extraño y Filia regresó con la página del dibujo algo mojada. Se la mostró a Xellos y pudo ver que ahora el dibujo tenía cierto brillo, como una laca.

"Es para ti." le dijo un poco avergonzada.

"Gracias Filia... aprecio mucho que me regales algo de tu arte."

"No es nada."

Xello puso el dibujo sobre la mesita donde aún descansaba el portafolios y acto seguido se incorporó y se acercó a Filia. Le tomó la barbilla para poder verle el rostro. Los ojos azules de Filia le mostraron temor, pero se podía adivinar algo más en ellos.

"Para serte más sincero Filia, me gustaría más que me regalaras algo del arte que me mostraste anoche."

"¿Nani?" Filia se había quedado de una pieza. Su cuerpo estaba como petrificado pero su mente y su corazón iban a cien. *No entiendo qué me sucede, cada vez que me mira, cada vez que me hace enojar. Quisiera aprenderme su forma... el color de sus ojos, la curvatura de sus labios. Rayos...* Xellos le acercó el rostro y rozó levemente los labios de Filia, que se entreabrieron un poco. Aspiró el perfume de cerezas de Filia y se acercó nuevamente. Esta vez mordió suavemente los labios de Filia y al sentir que la rubia no se resistía le pasó una mano a la cintura y la acercó lentamente mientras le daba un beso más profundo. Fillia ahora sabía que la boca de Xellos era tan dulce como su aliento insinuaba y sus labios provocaban mil sensaciones en los suyos.

El beso duró lo que a Filia le pareció una eternidad. Cuando Xellos finalmente terminó el beso Filia dio un largo suspiro. Tenía la mente nublada y las mejillas sonrojadas, además un cálido cosquilleo le llenaba el pecho.

"Xellos..." dijo en una voz muy bajita.

"¿Qué significa ese beso?"

Xellos se quedó mirándola fijamente con sus ojos amatista llenos de un brillo extraño. *¿Qué significa Filia?, me tienes a tu merced y no sabes qué significa?*

"Sore wa himitsu desu... querida Filia."

Filia se puso de puntillas para alcanzarlo y enlazó sus manos tras la nuca de aquel ser que la tenía tan confundida y le plantó un beso que Xellos inmediatamente le respondió. Lo mantuvo atrapado entre sus labios mientras iba dando marcha atrás. Xellos comenzó a besarla más ardientemente sin darse cuenta de los movimientos de Filia.

Cuando Filia estuvo pegada a la puerta, mantuvo una mano tras la nuca del Xellos y con la otra buscó la cerradura de la puerta. La abrió y fue girando su cuerpo mientras aprovechaba unos últimos segundos más de aquel beso que la hacía flotar.

De repente Filia soltó la nuca de Xellos y lo empujó fuera de la puerta. Xellos miró sorprendido a su alrededor y Filia, casi sin aliento le dijo...

"Cuándo puedas decirme qué significa entonces volveremos a hablar." Y le cerró la puerta.

Xellos se quedó mirando la puerta, respirando fuertemente. De repente la puerta se volvió a abrir y Filia le extendió el dibujo, le dió un beso de mariposa en los labios.

"Gracias por traerme." le dijo apresuradamente y volvió a cerrar la puerta.

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Ahhh... no se pensarían que Filia, con sólo dos días de conocerlo se la iba a poner fácil verdad? ¿Es mi imaginación o los capítulos se están volviendo más largos?

Gomen si les provoco un infarto.

Hasta el próximo capítulo.