Capítulo 7
Si Es Que Me Amas, Dímelo
Donde Xellos finalmente comprende lo que siente hacia Filia.
*******
Notas
Todos los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Ufff, ustedes se lo saben, yo me lo sé, pero pudiera haber quien se lo tomara a mal si no lo dijera.
*******
Xellas llevaba una hora hablando y no conseguía que Xellos le atendiese como era debido. Lo observó jugarse con las mangas, entrelazar los dedos repetidas veces, arrugar el mantel de la mesa y alisarlo. Xellas era la presidenta de los Mazoku, no sólo del capítulo de Seiryuun, sino de los de toda la región, chicos y chicas por igual.
Se detuvo a mirarlo un rato, sin que aparentemente Xellos se diera cuenta que ella había dejado de hablarle.
"Xellos..." lo llamó pero no logró su atención.
"¡XELLOS!" finalmente Xellos dio un pequeño salto en la silla y alzó la vista.
A Xellas le parecía estar viendo al mismo chiquillo que un día, novato, se iniciara en la fraternidad Mazoku y que en poco tiempo le arrebatara el puesto al entonces presidente.
"Xellos." dijo en un tono más bajo.
"Si Juu-ou-sama."
"¿Qué es lo que te sucede?", una sombra de preocupación cruzó los ojos dorados, levemente almendrados de la mujer.
"Eso es un secreto, Juu-ou-sama." trató de esbozar una sonrisa.
Xellas levantó una ceja y lo miró con curiosidad. Al poco tiempo de estarlo mirando se percató que Xellos tenía un pequeño brillo en el cabello. Acercó la mano, asustando un poco a Xellos y retiró el cristalito. Lo volteó varias veces entre sus dedos y los ojos se le abrieron con entendimiento.
"¿Cómo se llama?" le preguntó.
"¿Quién Juu-ou-sama?" le contestó un poco confundido.
"¿Cómo se llama la chica con quien bailabas... la chica que te ha enamorado." le dijo decidida.
"¿Enamorado?" le dijo incrédulo.
Xellas sonrió con picardía y se recostó en la silla con un ademán de complacencia.
"Mi querido Xellos, estás enamorado de esa chica." Acomodó un brazo sobre la mesa y con la otra mano acercó el rostro de Xellos al suyo. "Eres un tontuelo... un tontuelo enamorado. ¿Sabes lo que daría Shabby por ver la cara que tienes ahora?"
A la sola mención del presidente general Xellos abrió los ojos enormes. "No es cierto Xellas-sama."
"Si no es cierto mi querido Xellos, no te importará si hago esto..." y sin otro aviso, acercó los labios a los de Xellos y comenzó a besarlo.
Por la mente de Xellos pasaron muchas imagenes. No era ajeno a los besos de Xellas, más de una vez ella lo había acompañado. Pero después de haber besado a Filia, extrañó aquel olor a cerezas y el sentimiento que ella era capaz de ponerle a sus besos.
Xellos se apartó de ella y tomó la mano que Xellas dejará descansar en su barbilla entre la suya, colocándola abierta en su mejilla. Finalmente había entendido, Filia era más que simplemente una muñeca más y haberla dejado ir de aquella forma esa noche había sido un error fatal. Sintió que algo muy dentro de él se rompía, como un mar de llanto que amenazaba con ahogarlo allí mismo frente a Xellas.
Apretó fuertemente la mano de Xellas y sin quererlo sintió sus ojos muy calientes y húmedos. Xellas se levantó sin quitar su mano y acercó su silla a la de Xellos, reclinando la cabeza del chico en un gesto maternal. Suaves sollozos alcanzaron sus oídos mientras acariciaba de forma apacible la espalda del chico.
"Vamos querido... no todo está perdido." le decía con suavidad. "No eres de los que se rinde fácilmente..."
Poco a poco los suaves sollozos se fueron apaciguando y cuando Xellos levantó la mirada, aunque un poco húmeda, se le podía notar cierta determinación.
"Gracias..." le dijo con la voz un poco temblorosa.
Xellas le sonrió encantadoramente, tomó su barbilla y con un primoroso pañuelito le secó las lágrimas que aún se le marcaban, tal y cual si fuera un pequeño.
"Aceptaré tu agradecimiento cuando me traigas el formulario de Lina Inverse firmado." Xellos le puso una leve sonrisa y cerró los ojos.
"Ahh... casi lo olvidaba Juu-ou-sama. Lina desea unas concesiones a cambio de su integración a la sororidad."
"¿Cómo?"
Xellos comenzó a indicarle cada una de las peticiones que Lina le hiciera a cambio de la membresía que se le ofrecía y cada vez Xellas abría más los ojos y una gotita de sudor le adornaba la frente.
*******
Lina había pasado a recoger a Filia al club. Aún Filia no le decía nada a su amiga pero Lina había decidido que no llegarían al apartamento de ella sin que le contara qué era lo que le sucedía.
Finalmente y casi amenazándola, Filia le contó cómo Xellos le había hecho pasar el malrato de su vida. Lina se puso furiosa con Xellos, un aura rojiza la rodeaba.
"Juro que le voy a retorcer el pescuezo a ese ceso hueco cuando lo tenga de frente. Nadie juega con las amigas de Lina." decía casi al grito.
"Pero Filia, descríbeme a la chica que los interrumpió, porque esa tampoco se va a quedar sin su merecido." le decía.
"No tiene importancia quien era Lina, se conocían, y al parecer se conocían muy bien. Xellos se dejó manipular por ella completamente." dijo Filia con voz entrecortada.
"Vamos Filia, Xellos no es de los que se dejen manipular." le dijo un poco exasperada Lina. "Ya descríbeme a la idiota."
Filia respiró profundamente y comenzó a darle los detalles de la mujer.
Lina casi detuvo el auto cuando comprendió de quién se trataba.
"¡¡Filia, pero qué tonta eres!!" le dijo Lina con ojos muy grandes.
"¿Cómo que tonta Lina? ¿Qué te pasa?" le dijo furiosa la rubia.
"¿Sabes quién era esa mujer?"
Filia le dio una mirada asesina a Lina, era obvio que no lo sabía.
"Xellas, esa era Xellas, es la presidenta de todos los Mazoku en esta región, ¡baka!"
Filia la miró incrédula.
"Todos los fraternos le deben un respeto enorme a Xellas, en especial Xellos."
Filia la miró entre curiosa y aún enojada. "¿Por qué en especial él?"
Lina la golpeó en la cabeza.
"Itai, ¿Por qué me pegas?"
"Xellos es el presidente del capítulo de Seiryuun. ¿Cómo es posible que no lo sepas?"
Filia miró con la expresión en blanco. Parpadeó un par de veces y de repente reaccionó.
"¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡XELLOSSSSSSS!!!!!!!!!" y a Lina le pareció que a Filia le salía una cola de dragón bajo la falda y que le salían colmillos y garras a la rubia. Esto hizo que Lina perdiera un poco el control del auto fuera a estrellarse contra el alumbrado de concreto.
*******
Xellos iba en su auto hacia la casa fraterna cuando vio las luces de unos vehículos de emergencia pasarlo en sentido contrario. En Seiryuun eran muchos los fraternos y sororas que pertenecían a los Mazoku, y era su deber estar al tanto de todo lo que le sucediera a los chicos. Decidió seguir a los vehículos, más por aburrimiento que por curiosidad.
Había un grupo de personas alrededor de un auto, que por lo visto había perdido el control estrellándose contra el alumbrado. Al bajar del auto y ver la matrícula del otro vehículo el corazón le dio un vuelvo. Había reconocido el auto de Lina.
Corrió hasta donde estaba el grupo de personas y se abrió paso entre ellos. Unos cabellos rubios en el asiento del pasajero fueron su más desagradable sorpresa.
"¡FILIA!" Empujó a los que todavía le impedían el paso y se acercó ansioso por el lado del pasajero. Efectivamente era Filia.
"¡Filia!, ¿estás bien?, ¿qué sucedió?" le tomó las manos, las tenía muy frías.
Filia tenía la mirada media perdida y los ojos llorosos, estaba en completo estado de shock. Al rato de sentir que alguien le tomaba las manos se fijó en el extraño que le hablaba y poco a poco fue reconociendo las facciones de Xellos.
"¿Xellos?" preguntó sorprendida.
"Sí Filia, aquí estoy..." no pudo terminar. Filia, saliendo de su estado de shock comenzó a gritar y a golpearlo.
"¡XELLOS, BAKA, NAMAGOMI, IDIOTA, TODO ESTO ES TU CULPA. BAKA NAMAGOMI!"
Xellos se dejó golpear hasta que Filia cansada y agotada comenzó a temblar. Estaba entrando en shock nuevamente. Pidió una frazada a gritos y cuando uno de los paramédicos se la trajo lo tomó por una de las mangas y le preguntó quién había estado conduciendo el auto.
"La otra chica, una pelirroja, se la llevaron a sala de emergencias con un par de costillas rotas y el brazo derecho también. ¿Conoce a las señoritas?"
"Hai... las conozco."
"La rubia sólo tiene un pequeño golpe en la cabeza, pero necesitará de alguien que la acompañe, por lo demás ya llamamos al servicio de enganche de Seiryuun para que se lleve el auto."
"Gracias... ¿seguro que ella estará bien?"
"Sí, ya le administramos unos calmantes, pero aparentemente no le han hecho efecto aún. Llévela a su casa y procure que descanse, su amiga va a estar bien, quizás necesite que le lleven algunos efectos personales más tarde."
"Hai..." hizo una leve reverencia en señal de agradecimiento al paramédico y regresó donde se encontraba Filia.
"Filia, Lina va a estar bien, ¿entiendes?, pero tú necesitas descansar un poco. Te llevaré a tu casa.", dicho lo cual le ayudó a levantarse, tomó la cartera de Filia y muy despacio la llevó hasta el auto.
La aseguró y salieron despacio en dirección al Edificio Draconiano.
*******
A pesar de la frazada Filia no paraba de temblar. Xellos la ayudó a subir al apartamento, encendió las luces y la ayudó a llegar hasta el cuarto. Filia apenas tenía suficiente coordinación para mantenerse sujeta del brazo de Xellos. Este la sentó en el borde de la cama, mientras le venía a la mente la noche en la mansión, sólo que esta vez la situación era muy diferente.
Se dirigió al gavetero de Filia y abrió algunos de los cajones hasta que encontró un camisón de dormir rosado. Regresó al lado de Filia y desató los finos tirantes de los hombros de Filia, luego deslizó el camisón por los brazos y la cabeza de Filia. Finalmente bajó la cremallera del traje y dejó que cayera mientras el camisón quedaba en su lugar. Levantó un poco a Filia de la cama y el traje cayó hasta el piso.
Haló la colcha y las sábanas y recostó a Filia sobre la almohada. Filia ya casi estaba dormida por los efectos de los tranquilizantes. Le desató las sandalias y le acomodó las piernas bajo las sábanas. Salió en busca de una toallita húmeda y cuando regreso ya Filia estaba profundamente dormida.
"No te gustará manchar las fundas de la almohada, ¿verdad pequeña?" acto seguido procedió a limpiar el rostro de Filia, que tenía los ojos manchados de maquillaje y de tanto haber llorado.
Terminado esto, le acarició suavemente los cabellos donde aún tintineaban algunos cristalitos y se los quitó lentamente. Suspiró profundamente y estuvo un rato observando la respiración tranquila de Filia. De repente se acordó de Lina, se puso en pie y sacó un pequeño móvil del bolsillo del pantalón y por los próximos minutos estuvo haciendo varias llamadas.
*******
Filia se despertó con un dolor de cabeza supremo. Se dio varias vueltas en la cama y bostezó repetidas veces antes de estirar los brazos. Cuando se desperezó un poco más, se sentó en el borde de la cama. Sus pies tocaron de inmediato las pantuflas rosadas en forma de conejito al pie de la cama. Con los ojos aún cerrados se levantó y se dirigió al baño, se lavó los dientes, se enjuagó el rostro y salió en dirección a la cocina. Tomó una taza de café caliente que había sobre la barra y se sentó tranquilamente en uno de los taburetes.
Sí, el café le caería bien, calientito, con crema y canela.
"Ummhh... está delicioso." suspiró.
"Gracias Fi-chan." contestó una voz masculina.
Filia no reaccionó de inmediato. Miró la figura que estaba de espaldas en la cocina. Pantalones negros y una camiseta rosada. *Ummhh... espalda ancha... buen trasero... cabello púrpura bien arreglado... y buen café, lo que me gusta en las mañanas...* Filia parpadeó varias veces, se frotó los ojos, pero seguía viendo aquel cabello púrpura.
"¿Xellos?" preguntó atónita.
El referido volteó, la camiseta leía en grandes letras plateadas "chica sexy". Tenía una sartén en una mano y una espatula en la otra. En el rostro una sonrisa tonta que le hacía cerrar los ojos.
"Buenos días Fi-chan, espero que te agraden las crepas con crema y jalea de fresas."
Filia se limitó a llevarse las manos a ambos lados de la cabeza y por primera vez notó el vendaje y un dolor punzante justo en la frente, donde al palparse notó una soberana hinchazón. Recordó un poco y abrió los ojos como platos.
"¡¡Lina!!" gritó.
"Ella está bien Filia, anoche le pedí a Amelia que le llevara algunas cosas al Hospital Central de Seiryuun. Los paramédicos dijeron que sólo tenía fracturas en una costilla y algo dislocada la muñeca, pensaban que era una fractura pero afortunadamente no fue así."
Filia lo observó mientras él le acercaba un plato de desayuno y un vaso con jugo.
"Te quedaste anoche aquí..." lo dijo más que preguntarlo.
"Pues... no te podías quedar sola." dijo como si fuera lo más natural. "Por cierto Fi-chan, tus muebles son pésimos para dormir, me duele mucho la espalda... no te animas a darme un masaje?" y le daba una de sus encantadoras sonrisas y un guiño.
Filia aún no salía de su asombro.
"Xellos... eres... eres..."
Xellos se reclinaba sobre la barra, y veía que Filia trataba de articular palabras pero no podía decir nada. "¿Un buen cocinero?" trató de adivinar.
La rubia respiró profundamente.
"Eres increible." dijo finalmente y sin decir más comenzó a disfrutar del desayuno. Xellos se sirvió un plato y un vaso con jugo y comenzó a desayunar junto con Filia.
Mientras lo miraba de a ratos, después de un poco de jugo, decidió preguntarle algo que acababa de recordar.
"Xellos... por qué no me dijiste que la mujer que nos encontramos anoche era tu superior?"
Xellos casi se atraganta con lo que estaba comiendo.
"Yo... ahh..."
"¿Y por qué no me dijiste que tú eres el presidente del capítulo Mazoku de Seiryuun?" lo miró curiosa mientras tosía un poco más.
"Quién...."
"Lina me lo dijo anoche." le respondió secamente.
"Pues Filia... no es algo... que pueda estar diciendo a cualquiera." se percató del efecto de sus palabras.
"No... no Filia, no quise decir eso... es sólo que yo... Rayos." exclamó desesperado. "No puedo desobedecerla, es una de las reglas... y pues ella no sabía..." Hablaba algo nervioso.
"¿Ella no sabía qué Xellos?" le preguntó apremiante y con algo de enojo aún.
Xellos se notaba realmente nervioso. Sus ojos amatistas no se atrevían a cruzarse con los suyos y jugaba con el desayuno. Filia esperó pacientemente unos minutos más hasta que perdió un poco la paciencia y le repitió la pregunta un poco más enojada.
"Que te amo..." Lo dijo casi en un susurro y Filia apenas pudo entenderlo.
"¿Qué dijiste?" sin creer lo que había logrado entender.
Xellos se llevó una mano a la nuca y le sonrió tontamente, pero Filia no consiguió que lo repitiera.
"Tienes muy buenas pinturas Fi-chan, estuviste trabajando en ellas estos días, ¿verdad? Estaban húmedas aún."
Filia abrió los ojos enormes. Xellos había estado husmeando por todo su apartamento.
"No tenía mucho que hacer esta mañana, así que tomé un papel y me puse a hacer algunos garabatos."
Filia casi se ahoga con el jugo. "¿QUE?" Xellos se había atrevido a tocar sus pinturas, sus pinceles, su libreta. Se levantó rápidamente y fue a su cuarto de dibujo. Efectivamente, sobre el caballete había una pintura que no era suya. Se acercó lentamente.
"Xellos... ¿tú pintaste esto?" le dijo Filia asombrada.
Era un cuadro más bien abstracto, aparentemente Xellos se había dedicado a mezclar algunos colores sobre el papel.
"Es cálido..." susurró. "Muy cálido." Contrario a todo lo que hubiera pensado, la mezcla de pinturas daban una sensación cálida de rojos, naranjas y rosados. Los colores estaban mezclados de forma sutil, dando la sensación de suavidad.
"¿Puedo quedármelo?" le dijo finalmente Filia.
"Ahh... claro Fi-chan, es todo tuyo." le dijo sonriente Xellos.
"Ummhh... pero le falta algo." dicho lo cual tomó un pincel con parte de la mezcla que aún quedaba en la paleta de colores que Xellos había utilizado y se lo extendió. Xellos la miró confundido y se encogió de hombros como preguntándole a Filia qué quería.
"Debes firmarlo, un cuadro sin firmar es como un poema sin autor." Xellos hizo un gesto de sorpresa y firmó el papel en una esquina.
"Perfecto." dijo triunfante Filia. Luego limpió los pinceles y ambos salieron del cuarto de dibujo. Xellos caminó hasta la salita con Filia siguiéndolo.
Pensó en proponerle a Filia en pasar a ver a Lina al hospital, pero cuando se dio la vuelta y quedó frente a Filia, se fijó en que ella traía una sonrisa malévola y le brillaban los ojos.
"¿Fi-chan?" le preguntó aturdido cuando la sonrisa se convirtió en una dulce y Filia se le acercó hasta quedar muy cerca. Xellos tragó en seco, porque a pesar de la dulce sonrisa de la rubia, en los ojos se le adivinaba otra intención. Una intención medio asesina para ser exactos.
Filia le puso las manos en el pecho y pasó un pie atras del suyo sin que apenas se percatara, antes de darse por enterado había caído sobre el sillón de la sala con Filia sobre sí. La rubia puso las piernas a ambos lados de su cintura y le atravesó el brazo en el cuello medio asfixiándolo. Luego, cuando estuvo segura de que no se podía mover y que tenía toda su atención Filia le sonrió nuevamente con aquella sonrisa que la hacía parecer una sicópata.
"Xellos, será mejor que lo digas." le dijo con dulzura.
"Filia... Fi-chan... me estás asfixiando, cariño." le decía un poco entrecortado.
"Dilo Xellos, quiero escucharlo fuerte y claro."
"¿Qué quieres que diga Fi-chan?" le preguntó con una gota de sudor bajándole por la nuca.
Filia se recostó un poco sobre el brazo y Xellos abrió los ojos desmezuradamente.
"Quiero que digas lo que creo que dijiste mientras estabamos desayunando." lo miraba entre dulce y asesina.
"Filia... en serio... apenas puedo respirar." Dijo Xellos entrecortadamente.
Filia aflojó un poco la presión sobre el cuello de Xellos mientras éste le sujetaba con desesperación el brazo.
"Vamos Xellos, quiero escucharlo."
Xellos no hablaba. Filia decidió utilizar otra táctica. Metió la mano bajo la camisa rosada de Xellos y pasó los dedos por sobre el costado expuesto. Xellos comenzó a reir instantáneamente.
"¡No Filia, por favor, cosquillas no, Fi-chan, no puedo respirar... ¡por favor!" El presidente de los Mazoku de Seiryuun le suplicaba de la forma más desesperada que hubiera visto a un ser suplicar.
"Dilo Xel-kun." y Filia puso nuevamente su mano en el costado de Xellos.
"Está bien, está bien..." Filia lo dejó respirar.
"Te Amo Filia, estoy enamorado de ti... ¿feliz?"
Filia le sonrió complacida. "¿No es tan difícil decirlo no crees?"
"Para mí es tan difícil decirlo como aceptarlo Filia." le dijo tomándola de la barbilla. "Pero ya lo entendí."
La atrajo hacia su boca y la besó suavemente. Filia le permitió besarla el tiempo que él quiso. La abrazó contra sí y le acarició la espalda sobre la fina tela del camisón. Filia respondía felizmente mientras Xellos mordía sus labios y se perdía en el delicado dulzor de su boca.
Poco a poco Xellos fue olvidando que debía comportarse. Apenas podía pensar con Filia a horcajadas sobre su cintura. Fue bajando las manos de la espalda de Filia hasta sus muslos, justo donde terminaba el camisón. Muy lentamente comenzó a acariciarla, subiendo poco a poco las manos bajo la prenda.
Filia puso de inmediato sus manos sobre las de Xellos y lo detuvo, pero para nada interrumpió el beso. Cuando finalmente pudo apartarse un poco Xellos la miraba decepcionado.
"¡¡¡Ohh vamos Xel-kun, debemos ir a ver a Lina!!!"
"Filia, me estás provocando... me estás provocando y crees que te vas a salir con la tuya." y diciendo esto subió las manos hasta las caderas de Filia mientras sonreía maliciosamente. Filia tomó un color bastante rosado pero reaccionó de inmediato, colocando ambas manos en los costados de Xellos y haciéndole cosquillas hasta que ambos cayeron del sofá, momento en el cual aprovechó para levantarse rápidamente y escapar hacia su cuarto asegurando la puerta.
Se le podía escuchar riéndo al otro lado mientras iba de lado a lado cambiándose.
Xellos se limitó a quedarse en el piso, con las manos sobre el pecho.
"Filia, me las vas a pagar todas juntas... cuando encuentre la forma me voy a cobrar todo lo que me estás haciendo." y mientras lo decía cerraba los ojos y daba un largo suspiro.
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Si Es Que Me Amas, Dímelo
Donde Xellos finalmente comprende lo que siente hacia Filia.
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Notas
Todos los personajes de Slayers pertenecen a su creador, de ninguna forma me estoy adjudicando propiedad alguna sobre ellos. Ufff, ustedes se lo saben, yo me lo sé, pero pudiera haber quien se lo tomara a mal si no lo dijera.
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Xellas llevaba una hora hablando y no conseguía que Xellos le atendiese como era debido. Lo observó jugarse con las mangas, entrelazar los dedos repetidas veces, arrugar el mantel de la mesa y alisarlo. Xellas era la presidenta de los Mazoku, no sólo del capítulo de Seiryuun, sino de los de toda la región, chicos y chicas por igual.
Se detuvo a mirarlo un rato, sin que aparentemente Xellos se diera cuenta que ella había dejado de hablarle.
"Xellos..." lo llamó pero no logró su atención.
"¡XELLOS!" finalmente Xellos dio un pequeño salto en la silla y alzó la vista.
A Xellas le parecía estar viendo al mismo chiquillo que un día, novato, se iniciara en la fraternidad Mazoku y que en poco tiempo le arrebatara el puesto al entonces presidente.
"Xellos." dijo en un tono más bajo.
"Si Juu-ou-sama."
"¿Qué es lo que te sucede?", una sombra de preocupación cruzó los ojos dorados, levemente almendrados de la mujer.
"Eso es un secreto, Juu-ou-sama." trató de esbozar una sonrisa.
Xellas levantó una ceja y lo miró con curiosidad. Al poco tiempo de estarlo mirando se percató que Xellos tenía un pequeño brillo en el cabello. Acercó la mano, asustando un poco a Xellos y retiró el cristalito. Lo volteó varias veces entre sus dedos y los ojos se le abrieron con entendimiento.
"¿Cómo se llama?" le preguntó.
"¿Quién Juu-ou-sama?" le contestó un poco confundido.
"¿Cómo se llama la chica con quien bailabas... la chica que te ha enamorado." le dijo decidida.
"¿Enamorado?" le dijo incrédulo.
Xellas sonrió con picardía y se recostó en la silla con un ademán de complacencia.
"Mi querido Xellos, estás enamorado de esa chica." Acomodó un brazo sobre la mesa y con la otra mano acercó el rostro de Xellos al suyo. "Eres un tontuelo... un tontuelo enamorado. ¿Sabes lo que daría Shabby por ver la cara que tienes ahora?"
A la sola mención del presidente general Xellos abrió los ojos enormes. "No es cierto Xellas-sama."
"Si no es cierto mi querido Xellos, no te importará si hago esto..." y sin otro aviso, acercó los labios a los de Xellos y comenzó a besarlo.
Por la mente de Xellos pasaron muchas imagenes. No era ajeno a los besos de Xellas, más de una vez ella lo había acompañado. Pero después de haber besado a Filia, extrañó aquel olor a cerezas y el sentimiento que ella era capaz de ponerle a sus besos.
Xellos se apartó de ella y tomó la mano que Xellas dejará descansar en su barbilla entre la suya, colocándola abierta en su mejilla. Finalmente había entendido, Filia era más que simplemente una muñeca más y haberla dejado ir de aquella forma esa noche había sido un error fatal. Sintió que algo muy dentro de él se rompía, como un mar de llanto que amenazaba con ahogarlo allí mismo frente a Xellas.
Apretó fuertemente la mano de Xellas y sin quererlo sintió sus ojos muy calientes y húmedos. Xellas se levantó sin quitar su mano y acercó su silla a la de Xellos, reclinando la cabeza del chico en un gesto maternal. Suaves sollozos alcanzaron sus oídos mientras acariciaba de forma apacible la espalda del chico.
"Vamos querido... no todo está perdido." le decía con suavidad. "No eres de los que se rinde fácilmente..."
Poco a poco los suaves sollozos se fueron apaciguando y cuando Xellos levantó la mirada, aunque un poco húmeda, se le podía notar cierta determinación.
"Gracias..." le dijo con la voz un poco temblorosa.
Xellas le sonrió encantadoramente, tomó su barbilla y con un primoroso pañuelito le secó las lágrimas que aún se le marcaban, tal y cual si fuera un pequeño.
"Aceptaré tu agradecimiento cuando me traigas el formulario de Lina Inverse firmado." Xellos le puso una leve sonrisa y cerró los ojos.
"Ahh... casi lo olvidaba Juu-ou-sama. Lina desea unas concesiones a cambio de su integración a la sororidad."
"¿Cómo?"
Xellos comenzó a indicarle cada una de las peticiones que Lina le hiciera a cambio de la membresía que se le ofrecía y cada vez Xellas abría más los ojos y una gotita de sudor le adornaba la frente.
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Lina había pasado a recoger a Filia al club. Aún Filia no le decía nada a su amiga pero Lina había decidido que no llegarían al apartamento de ella sin que le contara qué era lo que le sucedía.
Finalmente y casi amenazándola, Filia le contó cómo Xellos le había hecho pasar el malrato de su vida. Lina se puso furiosa con Xellos, un aura rojiza la rodeaba.
"Juro que le voy a retorcer el pescuezo a ese ceso hueco cuando lo tenga de frente. Nadie juega con las amigas de Lina." decía casi al grito.
"Pero Filia, descríbeme a la chica que los interrumpió, porque esa tampoco se va a quedar sin su merecido." le decía.
"No tiene importancia quien era Lina, se conocían, y al parecer se conocían muy bien. Xellos se dejó manipular por ella completamente." dijo Filia con voz entrecortada.
"Vamos Filia, Xellos no es de los que se dejen manipular." le dijo un poco exasperada Lina. "Ya descríbeme a la idiota."
Filia respiró profundamente y comenzó a darle los detalles de la mujer.
Lina casi detuvo el auto cuando comprendió de quién se trataba.
"¡¡Filia, pero qué tonta eres!!" le dijo Lina con ojos muy grandes.
"¿Cómo que tonta Lina? ¿Qué te pasa?" le dijo furiosa la rubia.
"¿Sabes quién era esa mujer?"
Filia le dio una mirada asesina a Lina, era obvio que no lo sabía.
"Xellas, esa era Xellas, es la presidenta de todos los Mazoku en esta región, ¡baka!"
Filia la miró incrédula.
"Todos los fraternos le deben un respeto enorme a Xellas, en especial Xellos."
Filia la miró entre curiosa y aún enojada. "¿Por qué en especial él?"
Lina la golpeó en la cabeza.
"Itai, ¿Por qué me pegas?"
"Xellos es el presidente del capítulo de Seiryuun. ¿Cómo es posible que no lo sepas?"
Filia miró con la expresión en blanco. Parpadeó un par de veces y de repente reaccionó.
"¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡XELLOSSSSSSS!!!!!!!!!" y a Lina le pareció que a Filia le salía una cola de dragón bajo la falda y que le salían colmillos y garras a la rubia. Esto hizo que Lina perdiera un poco el control del auto fuera a estrellarse contra el alumbrado de concreto.
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Xellos iba en su auto hacia la casa fraterna cuando vio las luces de unos vehículos de emergencia pasarlo en sentido contrario. En Seiryuun eran muchos los fraternos y sororas que pertenecían a los Mazoku, y era su deber estar al tanto de todo lo que le sucediera a los chicos. Decidió seguir a los vehículos, más por aburrimiento que por curiosidad.
Había un grupo de personas alrededor de un auto, que por lo visto había perdido el control estrellándose contra el alumbrado. Al bajar del auto y ver la matrícula del otro vehículo el corazón le dio un vuelvo. Había reconocido el auto de Lina.
Corrió hasta donde estaba el grupo de personas y se abrió paso entre ellos. Unos cabellos rubios en el asiento del pasajero fueron su más desagradable sorpresa.
"¡FILIA!" Empujó a los que todavía le impedían el paso y se acercó ansioso por el lado del pasajero. Efectivamente era Filia.
"¡Filia!, ¿estás bien?, ¿qué sucedió?" le tomó las manos, las tenía muy frías.
Filia tenía la mirada media perdida y los ojos llorosos, estaba en completo estado de shock. Al rato de sentir que alguien le tomaba las manos se fijó en el extraño que le hablaba y poco a poco fue reconociendo las facciones de Xellos.
"¿Xellos?" preguntó sorprendida.
"Sí Filia, aquí estoy..." no pudo terminar. Filia, saliendo de su estado de shock comenzó a gritar y a golpearlo.
"¡XELLOS, BAKA, NAMAGOMI, IDIOTA, TODO ESTO ES TU CULPA. BAKA NAMAGOMI!"
Xellos se dejó golpear hasta que Filia cansada y agotada comenzó a temblar. Estaba entrando en shock nuevamente. Pidió una frazada a gritos y cuando uno de los paramédicos se la trajo lo tomó por una de las mangas y le preguntó quién había estado conduciendo el auto.
"La otra chica, una pelirroja, se la llevaron a sala de emergencias con un par de costillas rotas y el brazo derecho también. ¿Conoce a las señoritas?"
"Hai... las conozco."
"La rubia sólo tiene un pequeño golpe en la cabeza, pero necesitará de alguien que la acompañe, por lo demás ya llamamos al servicio de enganche de Seiryuun para que se lleve el auto."
"Gracias... ¿seguro que ella estará bien?"
"Sí, ya le administramos unos calmantes, pero aparentemente no le han hecho efecto aún. Llévela a su casa y procure que descanse, su amiga va a estar bien, quizás necesite que le lleven algunos efectos personales más tarde."
"Hai..." hizo una leve reverencia en señal de agradecimiento al paramédico y regresó donde se encontraba Filia.
"Filia, Lina va a estar bien, ¿entiendes?, pero tú necesitas descansar un poco. Te llevaré a tu casa.", dicho lo cual le ayudó a levantarse, tomó la cartera de Filia y muy despacio la llevó hasta el auto.
La aseguró y salieron despacio en dirección al Edificio Draconiano.
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A pesar de la frazada Filia no paraba de temblar. Xellos la ayudó a subir al apartamento, encendió las luces y la ayudó a llegar hasta el cuarto. Filia apenas tenía suficiente coordinación para mantenerse sujeta del brazo de Xellos. Este la sentó en el borde de la cama, mientras le venía a la mente la noche en la mansión, sólo que esta vez la situación era muy diferente.
Se dirigió al gavetero de Filia y abrió algunos de los cajones hasta que encontró un camisón de dormir rosado. Regresó al lado de Filia y desató los finos tirantes de los hombros de Filia, luego deslizó el camisón por los brazos y la cabeza de Filia. Finalmente bajó la cremallera del traje y dejó que cayera mientras el camisón quedaba en su lugar. Levantó un poco a Filia de la cama y el traje cayó hasta el piso.
Haló la colcha y las sábanas y recostó a Filia sobre la almohada. Filia ya casi estaba dormida por los efectos de los tranquilizantes. Le desató las sandalias y le acomodó las piernas bajo las sábanas. Salió en busca de una toallita húmeda y cuando regreso ya Filia estaba profundamente dormida.
"No te gustará manchar las fundas de la almohada, ¿verdad pequeña?" acto seguido procedió a limpiar el rostro de Filia, que tenía los ojos manchados de maquillaje y de tanto haber llorado.
Terminado esto, le acarició suavemente los cabellos donde aún tintineaban algunos cristalitos y se los quitó lentamente. Suspiró profundamente y estuvo un rato observando la respiración tranquila de Filia. De repente se acordó de Lina, se puso en pie y sacó un pequeño móvil del bolsillo del pantalón y por los próximos minutos estuvo haciendo varias llamadas.
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Filia se despertó con un dolor de cabeza supremo. Se dio varias vueltas en la cama y bostezó repetidas veces antes de estirar los brazos. Cuando se desperezó un poco más, se sentó en el borde de la cama. Sus pies tocaron de inmediato las pantuflas rosadas en forma de conejito al pie de la cama. Con los ojos aún cerrados se levantó y se dirigió al baño, se lavó los dientes, se enjuagó el rostro y salió en dirección a la cocina. Tomó una taza de café caliente que había sobre la barra y se sentó tranquilamente en uno de los taburetes.
Sí, el café le caería bien, calientito, con crema y canela.
"Ummhh... está delicioso." suspiró.
"Gracias Fi-chan." contestó una voz masculina.
Filia no reaccionó de inmediato. Miró la figura que estaba de espaldas en la cocina. Pantalones negros y una camiseta rosada. *Ummhh... espalda ancha... buen trasero... cabello púrpura bien arreglado... y buen café, lo que me gusta en las mañanas...* Filia parpadeó varias veces, se frotó los ojos, pero seguía viendo aquel cabello púrpura.
"¿Xellos?" preguntó atónita.
El referido volteó, la camiseta leía en grandes letras plateadas "chica sexy". Tenía una sartén en una mano y una espatula en la otra. En el rostro una sonrisa tonta que le hacía cerrar los ojos.
"Buenos días Fi-chan, espero que te agraden las crepas con crema y jalea de fresas."
Filia se limitó a llevarse las manos a ambos lados de la cabeza y por primera vez notó el vendaje y un dolor punzante justo en la frente, donde al palparse notó una soberana hinchazón. Recordó un poco y abrió los ojos como platos.
"¡¡Lina!!" gritó.
"Ella está bien Filia, anoche le pedí a Amelia que le llevara algunas cosas al Hospital Central de Seiryuun. Los paramédicos dijeron que sólo tenía fracturas en una costilla y algo dislocada la muñeca, pensaban que era una fractura pero afortunadamente no fue así."
Filia lo observó mientras él le acercaba un plato de desayuno y un vaso con jugo.
"Te quedaste anoche aquí..." lo dijo más que preguntarlo.
"Pues... no te podías quedar sola." dijo como si fuera lo más natural. "Por cierto Fi-chan, tus muebles son pésimos para dormir, me duele mucho la espalda... no te animas a darme un masaje?" y le daba una de sus encantadoras sonrisas y un guiño.
Filia aún no salía de su asombro.
"Xellos... eres... eres..."
Xellos se reclinaba sobre la barra, y veía que Filia trataba de articular palabras pero no podía decir nada. "¿Un buen cocinero?" trató de adivinar.
La rubia respiró profundamente.
"Eres increible." dijo finalmente y sin decir más comenzó a disfrutar del desayuno. Xellos se sirvió un plato y un vaso con jugo y comenzó a desayunar junto con Filia.
Mientras lo miraba de a ratos, después de un poco de jugo, decidió preguntarle algo que acababa de recordar.
"Xellos... por qué no me dijiste que la mujer que nos encontramos anoche era tu superior?"
Xellos casi se atraganta con lo que estaba comiendo.
"Yo... ahh..."
"¿Y por qué no me dijiste que tú eres el presidente del capítulo Mazoku de Seiryuun?" lo miró curiosa mientras tosía un poco más.
"Quién...."
"Lina me lo dijo anoche." le respondió secamente.
"Pues Filia... no es algo... que pueda estar diciendo a cualquiera." se percató del efecto de sus palabras.
"No... no Filia, no quise decir eso... es sólo que yo... Rayos." exclamó desesperado. "No puedo desobedecerla, es una de las reglas... y pues ella no sabía..." Hablaba algo nervioso.
"¿Ella no sabía qué Xellos?" le preguntó apremiante y con algo de enojo aún.
Xellos se notaba realmente nervioso. Sus ojos amatistas no se atrevían a cruzarse con los suyos y jugaba con el desayuno. Filia esperó pacientemente unos minutos más hasta que perdió un poco la paciencia y le repitió la pregunta un poco más enojada.
"Que te amo..." Lo dijo casi en un susurro y Filia apenas pudo entenderlo.
"¿Qué dijiste?" sin creer lo que había logrado entender.
Xellos se llevó una mano a la nuca y le sonrió tontamente, pero Filia no consiguió que lo repitiera.
"Tienes muy buenas pinturas Fi-chan, estuviste trabajando en ellas estos días, ¿verdad? Estaban húmedas aún."
Filia abrió los ojos enormes. Xellos había estado husmeando por todo su apartamento.
"No tenía mucho que hacer esta mañana, así que tomé un papel y me puse a hacer algunos garabatos."
Filia casi se ahoga con el jugo. "¿QUE?" Xellos se había atrevido a tocar sus pinturas, sus pinceles, su libreta. Se levantó rápidamente y fue a su cuarto de dibujo. Efectivamente, sobre el caballete había una pintura que no era suya. Se acercó lentamente.
"Xellos... ¿tú pintaste esto?" le dijo Filia asombrada.
Era un cuadro más bien abstracto, aparentemente Xellos se había dedicado a mezclar algunos colores sobre el papel.
"Es cálido..." susurró. "Muy cálido." Contrario a todo lo que hubiera pensado, la mezcla de pinturas daban una sensación cálida de rojos, naranjas y rosados. Los colores estaban mezclados de forma sutil, dando la sensación de suavidad.
"¿Puedo quedármelo?" le dijo finalmente Filia.
"Ahh... claro Fi-chan, es todo tuyo." le dijo sonriente Xellos.
"Ummhh... pero le falta algo." dicho lo cual tomó un pincel con parte de la mezcla que aún quedaba en la paleta de colores que Xellos había utilizado y se lo extendió. Xellos la miró confundido y se encogió de hombros como preguntándole a Filia qué quería.
"Debes firmarlo, un cuadro sin firmar es como un poema sin autor." Xellos hizo un gesto de sorpresa y firmó el papel en una esquina.
"Perfecto." dijo triunfante Filia. Luego limpió los pinceles y ambos salieron del cuarto de dibujo. Xellos caminó hasta la salita con Filia siguiéndolo.
Pensó en proponerle a Filia en pasar a ver a Lina al hospital, pero cuando se dio la vuelta y quedó frente a Filia, se fijó en que ella traía una sonrisa malévola y le brillaban los ojos.
"¿Fi-chan?" le preguntó aturdido cuando la sonrisa se convirtió en una dulce y Filia se le acercó hasta quedar muy cerca. Xellos tragó en seco, porque a pesar de la dulce sonrisa de la rubia, en los ojos se le adivinaba otra intención. Una intención medio asesina para ser exactos.
Filia le puso las manos en el pecho y pasó un pie atras del suyo sin que apenas se percatara, antes de darse por enterado había caído sobre el sillón de la sala con Filia sobre sí. La rubia puso las piernas a ambos lados de su cintura y le atravesó el brazo en el cuello medio asfixiándolo. Luego, cuando estuvo segura de que no se podía mover y que tenía toda su atención Filia le sonrió nuevamente con aquella sonrisa que la hacía parecer una sicópata.
"Xellos, será mejor que lo digas." le dijo con dulzura.
"Filia... Fi-chan... me estás asfixiando, cariño." le decía un poco entrecortado.
"Dilo Xellos, quiero escucharlo fuerte y claro."
"¿Qué quieres que diga Fi-chan?" le preguntó con una gota de sudor bajándole por la nuca.
Filia se recostó un poco sobre el brazo y Xellos abrió los ojos desmezuradamente.
"Quiero que digas lo que creo que dijiste mientras estabamos desayunando." lo miraba entre dulce y asesina.
"Filia... en serio... apenas puedo respirar." Dijo Xellos entrecortadamente.
Filia aflojó un poco la presión sobre el cuello de Xellos mientras éste le sujetaba con desesperación el brazo.
"Vamos Xellos, quiero escucharlo."
Xellos no hablaba. Filia decidió utilizar otra táctica. Metió la mano bajo la camisa rosada de Xellos y pasó los dedos por sobre el costado expuesto. Xellos comenzó a reir instantáneamente.
"¡No Filia, por favor, cosquillas no, Fi-chan, no puedo respirar... ¡por favor!" El presidente de los Mazoku de Seiryuun le suplicaba de la forma más desesperada que hubiera visto a un ser suplicar.
"Dilo Xel-kun." y Filia puso nuevamente su mano en el costado de Xellos.
"Está bien, está bien..." Filia lo dejó respirar.
"Te Amo Filia, estoy enamorado de ti... ¿feliz?"
Filia le sonrió complacida. "¿No es tan difícil decirlo no crees?"
"Para mí es tan difícil decirlo como aceptarlo Filia." le dijo tomándola de la barbilla. "Pero ya lo entendí."
La atrajo hacia su boca y la besó suavemente. Filia le permitió besarla el tiempo que él quiso. La abrazó contra sí y le acarició la espalda sobre la fina tela del camisón. Filia respondía felizmente mientras Xellos mordía sus labios y se perdía en el delicado dulzor de su boca.
Poco a poco Xellos fue olvidando que debía comportarse. Apenas podía pensar con Filia a horcajadas sobre su cintura. Fue bajando las manos de la espalda de Filia hasta sus muslos, justo donde terminaba el camisón. Muy lentamente comenzó a acariciarla, subiendo poco a poco las manos bajo la prenda.
Filia puso de inmediato sus manos sobre las de Xellos y lo detuvo, pero para nada interrumpió el beso. Cuando finalmente pudo apartarse un poco Xellos la miraba decepcionado.
"¡¡¡Ohh vamos Xel-kun, debemos ir a ver a Lina!!!"
"Filia, me estás provocando... me estás provocando y crees que te vas a salir con la tuya." y diciendo esto subió las manos hasta las caderas de Filia mientras sonreía maliciosamente. Filia tomó un color bastante rosado pero reaccionó de inmediato, colocando ambas manos en los costados de Xellos y haciéndole cosquillas hasta que ambos cayeron del sofá, momento en el cual aprovechó para levantarse rápidamente y escapar hacia su cuarto asegurando la puerta.
Se le podía escuchar riéndo al otro lado mientras iba de lado a lado cambiándose.
Xellos se limitó a quedarse en el piso, con las manos sobre el pecho.
"Filia, me las vas a pagar todas juntas... cuando encuentre la forma me voy a cobrar todo lo que me estás haciendo." y mientras lo decía cerraba los ojos y daba un largo suspiro.
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