Título: Celoso ... ¿Yo?

Autor: chibineko

Capítulo VIII: ¡Todos listos para la misión!. El día de los corazones abiertos

Advertencia: Este capítulo contiene algunas escenas yaoi, aunque no son lemons ni nada parecido; todas son, en mi humilde opinión, bastante suaves. Simplemente advierto a aquellos que no gusten del yaoi.

Un día pasó y los tres recién llegados habían buscado un lugar donde quedarse en una posada cercana a la comandancia de policía principal de Kyoto, lugar donde acomodaron las pocas pertenencias que llevaran consigo y pasaron la noche; aunque para ser sinceros, al joven Soujiro no le agradaba mucho ser un mal tercio; pero ante la falta de dinero poco era lo que se podía hacer, y la pareja no pareció enfadarse ante tal hecho, por el contrario, Kamatari parecía muy feliz de poder seguir hablando con el joven largo y tendido durante varias horas durante la noche, mientras era rodeado en los protectores brazos de su amante, para luego quedarse todos apaciblemente dormidos.

Al siguiente día, todos los involucrados en la misión fueron llamados para una pequeña reunión muy temprano en la mañana; cuyo motivo no les sería revelado hasta que todos estuviesen presentes, aunque más de uno suponía que era para darse las instrucciones generales de cómo se llevaría a cabo la misión. Y todos se prepararon para ir a la reunión, aunque hubo alguien a quien se le presentaron algunos problemas para poder asistir a dicha reunión.

MISAO: Pues quiera usted o no yo también iré al pueblo; y si es posible, también a la mencionada reunión.

AOSHI: He dicho que no, y no es no.

MISAO: Demo...

AOSHI: Ie!

MISAO: Aoshi-sa...

AOSHI(interrumpiendo enérgicamente a Misao): I-E!

Y tras esta última palabra, Aoshi se marchó con rumbo al pueblo; mientras en una súplica desesperada a Kamisama, imploraba por que Misao le hiciera caso por lo menos una vez en su vida ..... aunque la verdad que tenía serias dudas con respecto a eso.

Por su parte, Misao como siempre decidió no hacer mucho caso de lo que le fue ordenado; y utilizando lo mejor de sus habilidades ninjas siguió sigilosamente a Aoshi, suplicando a su vez que no la descubriera hasta que fuese demasiado tarde como para volver sobre sus paso y regresarla al Aoiya.

**********************

Mientras, en la comandancia de policía de Kyoto, podían escucharse uno paso sonar enérgicos mientras avanzaban por los corredores de dicho lugar, hasta que llegado a un punto, el dueño de dichos pasos se detuvo y mientras una colilla de cigarrillo caía al piso pudo escucharse una voz con un cierto tono de cinismo decir...

SAITO: Ah!, Seta Soujiro-san, veo que decidió llegar temprano; que tampoco usted podía soportar a ese par, pues no lo culpo.

SOIJIRO(con una de sus típicas sonrisas en los labios): Bueno, yo no diría exactamente eso.

CHO(quien había estado al lado de Soujiro mientras conversaban desde hacia un buen rato): Jefe, no creo que sea para tanto.

SAITO: Ah, no?; pues yo no olvido lo que tuve que pasar la última vez.

Y en ese momento llegó a la memoria del peculiar agente de policía, los acontecimientos del día en el que llegaron los que habían sido llamados ......, y alguien extra de paso.

*************Comienza el flash back***********

Saito y Cho se adelantaron para recibir a los recién llegados, y luego de unos breves saludos, y de una manera no muy sociable, Saito ordenó a todos entrarán a la oficina principal pues debía dejar algunos puntos en claro sobre la misión; aunque de antemano les dijo que todo sería tratado de manera más extensa un par de días después.

Una vez en la oficina principal, Saito se decidió a hablar...

SAITO: Como ya se habrán dado cuenta, el motivo por el que han sido llamados es relativamente serio, así que comenzaré diciendo que lo tomen de esa manera y no como un juego, nada de tonterías mientras estén bajo mis ordenes... Entendido.

Soujiro asintió afirmativamente; pero el joven alto y rubio, el cual se había presentado a sí mismo como Steven Wildfire, mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para dicho acto (hay que ver que es extranjero); estaba en ese momento abrazando (demasiado en la opinión de Saito) a Kamatari, mientras que le susurraba algo al oído. Con algo de enfado Saito llamó la atención de la pareja dándoles a entender que no estaban en ningún lugar romántico ni nada parecido; pero para su sorpresa, el joven rubio lo miró seriamente, y en entre palabras pronunciadas de manera lenta, y con ese acento que ya estaba haciéndole perder la paciencia a Saito, el joven dijo...

STEVEN: Oh, no!, usted se equivoca Mr. Saito; simplemente que sus palabras me hicieron ratificarle mi decisión a mi dulcesito de naranjita oriental.

*¿Dulcesito de naranjita oriental?*, se preguntó Saito a sí mismo, dándose a la idea de que dejaría de comer dulces por un tiempo.

SAITO: Creo que no entiendo.

STEVEN: Pues que yo le dije a my cutey Kamy, que si el asunto para el que lo llamaban era demasiado riesgoso, pues que yo también intervendría y lo ayudaría; después de todo, uno no deja que la persona más importante de su vida se vaya así de así a una batalla sin siquiera dar una mano de ayuda. Don't you think so, Mr. Saito?

Saito estaba de verdad consternado; en primer lugar, ¡quién rayos se creía ese mocoso para venir a decirle a él que era o no lo que se iba a hacer!, y en segundo lugar ¿qué le había dicho al final?, no le entendió ni una miserable palabra.

SAITO: Mira jovencito; a mi me importa muy poco que seas o dejes de ser tu de este - señalando a Kamatari- joven, en realidad, ni siquiera quiero imaginarlo; nadie más que yo dice lo que se hace aquí y punto, yo soy el jefe aquí.

Pero la verdad es que el 'jefe' no contó con ciertos inconvenientes, pues en ese momento saliendo en defensa de 'su' hombre Kamatari dijo...

KAMATARI: Pues si my darling no va; ¡Yo tampoco!

Y justo cuando Saito iba a mandar a la parejita en cuestión, bien lejos; una tercera y muy apacible voz se dejó oír diciendo...

SOUJIRO: Bueno; en ese caso- dijo esbozando una de sus mejores sonrisas- creo que yo también me retiraré, pues si ellos dos no van, yo tampoco.

Saito se quedó helado y sin habla en su sitio; Cho comenzó a imaginarse todas y cada una de las torturas a las que su jefe lo sometería para quitarse esa frustración de encima (osea limpiar la oficina unas diez veces hasta dejarla reluciente, o peor aún, la comandancia completa; dar de comer a los presos; limpiar las caballerizas; o tal vez.... ir a limpiar todo el armamento de la comandancia .... ¡CON UN CEPILLITO!); y por último estaban los tres jóvenes esperando asimismo el veredicto; cuando Saito al parecer recuperó la compostura y mirando directamente a los tres jóvenes dijo con un gran toque de cinismo, ya característico de él...

SAITO: Pues yo no me responsabilizo de muertes estúpidas; si algo le pasa la responsabilidad recae en ustedes.

Y diciendo esto tomo un cigarrillo de una de las gavetas y lo encendió, mientras se daba vuelta mirando así hacia la ventana que daba al patio, dando por concluida esa charla; así que todos los presentes, incluyendo a Cho (quien no es lo suficientemente tonto como para haberse quedado) dejaron a Saito solo en la habitación.

*************fin del flash back****************

De tan solo recordarlo a Saito se le subía la sangre a la cabeza; pero por lo menos no los había visto tan temprano durante ese día, y esperaba no verlos hasta que fuera necesario durante la reunión que iba a efectuarse en aproximadamente un par de horas; si, tenía un par de horas para respirar tranquilo aún.

SAITO: Con tal de no verlos hasta que sea necesario estará bien- dijo en un tono un tanto fastidiado.

Y entonces como sintiendo que necesitaba un respiro fijó sus ojos en la puerta de la pequeña habitación que era utilizada como salita de descanso dentro de la comandancia, y luego se dispuso a ir hasta allí; ante lo cual tanto Soujiro como Cho se miraron el uno al otro y como si se hubiesen puesto de acuerdo telepáticamente ambos dijeron al mismo tiempo....

SOUJIRO Y CHO: ¡¡¡¡No entre allí!!!

Saito los miró a ambos con un gesto bastante elocuente y movió ligeramente la cabeza mientras abría la puerta de la pequeña habitación; pero tan pronto como miró al interior de esta se quedó petrificado en su sitio, por un lado preguntándose que había hecho de malo en las últimas semanas para que le sucediesen ese tipo de cosas, mientras que por el otro lado agradecía a Kamisama el no haber desayunado todavía.

Ni bien entró Saito a la habitación, encontró a cierta pareja más que acaramelada, podría decirse más bien que estaba encendida; pues un joven y rubio estadounidense tenía a su lindo koibito oriental bien abrazado y sentado sobre sus rodillas, mientras lo besaba de la manera más apasionada que Saito hubiese visto jamás (para su completo horror, según él mismo), y tan ocupados el uno en el otro que ni cuenta se dieron que la puerta había sido abierta, ni que los habían mirado, ni que la habían vuelto a cerrar, y no de la manera más gentil y silenciosa del mundo por cierto. Una vez cerrada la puerta nuevamente, y después de que Saito se recuperó de la impresión, miró a los dos que habías tratado de advertirle hacía tan solo unos momentos atrás, y dirigiéndose hacia ellos dijo...

SAITO: ¿No podrían haber sido un poco más específicos en cuanto al motivo por el cual no debía de entrar a esa habitación?

CHO: Je, bueno jefe; lo sentimos mucho, pero la verdad es que usted no nos dio mucho tiempo que digamos.

SAITO: Como sea; se puede entonces saber, ¿por qué rayos están esos dos allí?.

SOUJIRO: Pues verá, Saito-san; llegamos los tres juntos, y bastante temprano por cierto, pero mientras avanzaba el tiempo creo que se pusieron, usted sabe, un poquito ansiosos, si es así como podría describírselos, y pues preguntaron si había un lugar donde poder estar a solas durante un rato, y pues Cho los mandó a esa habitación; y allí han estado desde entonces.

SAITO: Como sea, voy a estar en mi oficina si alguien pregunta. Cho, llévame una caja de cigarros a la oficina cuanto antes.

Y diciendo esto se marchó, alejándose con rumbo a su propio oficina, mientras que iba mascullando algo acerca de un mal día en el camino.

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Las horas transcurrían lentamente mientras caminaba pensativo hacia la comandancia de policía para la reunión pactada de ese día. De pronto se volvió, como tantas veces ya lo había hecho durante el camino, y miró hacia atrás; aún no podía verla; pero estaba seguro que ella estaba detrás suyo, solo necesitaba un pequeño mal movimiento de su parte y la descubriría; aunque para ser sinceros ya era algo tarde para volver a mandarla a casa y asegurarse que en verdad regresara; la conocía demasiado bien en ese aspecto y ella no se volvería para el Aoiya ni por todos los ruegos que le pudiese hacer, ni por todos los castigos con los cuales la amenazara, nada la haría volver; por lo que sin ya pensarlo más, y aún con posibilidades de quedar como un loco para con todas las personas que estaban alrededor suyo en esa gran ciudad dijo en voz alta y clara...

AOSHI: Sal de una vez Misao; es inútil que te sigas escondiendo; se que estás allí.

Pero nadie salió, y tal como él mismo lo había pensado la gente comenzó a mirarlo raro; pero tratando de no inmutarse ante tal hecho y con un aire un poco más severo volvió a decir...

AOSHI: Misao, estoy esperando.

Entonces la figura de una joven salió de entre las sombras y la multitud; y con una sonrisita algo nerviosa, y mirando de reojo al que la había llamado mientras tenía la cabeza gacha; se plantó delante de unos ojos que la miraban, no exactamente amenazantes, más bien podría decirse que resignados; y entonces le habló...

AOSHI: De acuerdo, esperarás afuera de la comandancia de policía, y es mi última palabra... ¿Entendido?

MISAO(con la actitud de una niña que se acaba de librar de un buen castigo): ¡¡¡Hai!!!

Y sin decir más palabra ambos se encaminaron hacia la no muy lejana comandancia de policía para la reunión que se llevaría a cabo en unos cuantos minutos más.

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Una vez que llegaron a la comandancia, Aoshi fue guiado a la oficina de Saito, la cual por cierto conocía bastante bien; mientras que Misao se quedó afuera, aprovechando para tomar un ligero descanso, pues seguir a alguien tan perspicaz como su Aoshi-sama a hurtadillas, era en realidad bastante trabajoso y agotador.

En la oficina Aoshi conoció a los que serían sus compañeros de viaje en la misión; sorprendiéndose por más de un motivo, pues creyó que no volvería a ver a dos de los recién llegados, y por quien era el tercero; aún no cabía en su mente que dos hombres pudieran tener una relación de ese tipo tan abiertamente; pero no dijo nada, pues de alguna manera pensaba que no era quien para decidir si era correcta o no la forma en que alguien encontrara la felicidad; en realidad pensaba que nadie podía decir nada con respecto a un hecho semejante, lo cual no significaba que le agradara del todo a fin de cuentas. Luego se limitó a escuchar lo que Saito, como líder de la misión, comenzó a decir.

SAITO: De acuerdo, veo que todos ya se conocen; así que iremos de frente al asunto en cuestión. Lo que tenemos entre manos es el alzamiento de un grupo en puertas, no es muy numeroso, pero no por ello deja de ser de peligro para nosotros y en estos tiempos; y más de uno sabe a lo que me refiero, - dijo con un tono burlesco y algo de cinismo- así que iremos de frente al grano. El grupo en cuestión se hace llamar La Esperanza Naciente de la Era Meiji, y hasta donde tengo entendido; el jefe de este grupo fue la mano derecha de uno de los generales que comandaba los grandes grupos en la época de la Restauración; pero luego de terminadas las batallas este hombre desapareció y se dio por muerto; hace unos años se supo que estaba vivo; al parecer luego de desaparecer se alió con los Yakusa, y realizó varios tratos en el mercado negro adquiriendo no solo armas y municiones; sino también varios rurouni de los mejores, y también bastante inconformes con los cambios de la nueva era. Para variar se movió en las sombras durante años preparando su plan; y ahora está decidido a atacar en poco tiempo. El nombre de nuestro hombre es Kyroyaka Takeshi; consta de un ejercito de aproximadamente unos 500 hombres, y en estos momentos se refugian en las salientes cercanas a las colinas en el bosque; nuestra misión es mermar al ejército del enemigo y tomar todos los prisioneros que podamos; según los superiores cuantos menos muertos y problemas, mejor; no debemos llamar la atención del pueblo. ¿Alguna pregunta con respecto a esto?.

Nadie preguntó nada, todo estaba bastante claro; y poco después el grupo de dispuso a partir, cada quien por su propio camino.

Pero una vez afuera; una mirada se clavó en el peculiar grupo; y una joven vivaz se acercó reconociendo viejos conocidos; que aunque en otro tiempo fueron formidables enemigos, ahora eran vistos como amigos reencontrados.

MISAO: ¿Seta-san, Kamatari-san; son ustedes en verdad?; ¡No puedo creerlo!

Y diciendo esto saludo con emoción a todos, y al igual que su líder, se sorprendió al saber quien y qué era el personaje nuevo que se presentaba ante ella ahora; y luego de hablar un rato y averiguar cuando habían llegado y donde se hospedaban, lanzó un gran grito de indignación...

MISAO: ¿CÓMO?; ¡¿Prefirieron quedarse en ese lugar antes de llamar a las puertas de un lugar conocido?!

SOUJIRO: En verdad que no queremos importunar a nadie; por favor, no se moleste por nosotros.

KAMATARI: Es cierto pequeña; además deja de poner esa carita de enojo, que no te ves nada sexy con ella.

El comentario hizo que Misao se sonrojase bastante, al igual que Aoshi; quien diestramente volteo el rostro mirando hacia otro lado para que nadie lo notara, pues ese comentario le había hecho pensar como se vería la joven si en verdad quisiera verse 'sexy'; pero Misao se sobrepuso rápidamente de su sonrojo y con ese aire impulsivo y a veces insolente propio de ella dijo a voz en cuello...

MISAO: Pues sucede que quieran o no, ustedes llevarán sus cosas al Aoiya hoy mismo; es más ¡Ahora mismo!; no voy a dejar que dejen sus cosa en un lugar extraño mientras van junto con Aoshi-sama a quien sabe que lugar; así que póngase de una vez en marcha que nos vamos al Aoiya todos juntos.... y no quiero escuchar ni una palabra al respecto.

Y como la joven dejo bien en claro que su palabra era ley; una hora después todos estaban camino al Aoiya; mientras que Misao y Kamatari sostenían una animada charla, en la cual intervenían una que otra vez Soujiro y Steven; mientras que Aoshi los observaba a todos de reojo y en silencio.

Una vez en el Aoiya, todos fueron instalados en cómodas habitaciones, y luego de una reconfortante comida, los invitados salieron a dar un paseo por el lugar; cuando de pronto dos inquietos y mojados cachorritos les salieron al encuentro; mientras que jugaban entre ellos entre pequeñas mordidas y ladridos.

STEVEN: ¡Vaya; no puedo creerlo!, creí que no habían perros grandes en este país- y volteando hacia Aoshi pregunto- ¿Son suyos estos lindos siberians?.

Aoshi alzó una ceja mientras asentía con la cabeza a la pregunta de Steven.

STEVEN: Pues son muy hermosos, y se nota a simple vista que son de buena raza.

Aoshi estaba a punto de preguntar algo, cuando a la carrera llegaron Kuro y Shiro, todos mojados de pies a cabeza, y notoriamente cansados por una carrera precipitada.

SHIRO: Lo sentimos mucho Aoshi-sama; pero se nos escaparon cuando estabamos bañándolos, lo lamentamos.

Y diciendo esto ambos muchachos trataron de volver a capturar a los inquietos perritos; pero estos lo tomaron todo como un juego y comenzaron a correr por ratos, para luego detenerse como esperando que sus compañeros de juegos los alcanzasen para luego seguir con el juego. Ante tal situación, tanto Aoshi y Misao, como Soujiro y Steven, tuvieron que ayudar a los dos Oniwuabanshuu a capturar a los perritos; mientras que Kamatari les daba a todos hurras y vítores ayudado de un par de vistosos abanicos sacados quien sabe de donde. Una vez capturados los cachorros, Misao les dijo a todos los nombres de los pequeños; y luego tanto Kuro como Shiro se retiraron con los pequeños latosos para volver a comenzar con el baño que les habían estado dando pues en ese momento estaba más sucios que antes de meterlos la primera vez al agua; además contaron con la inesperada ayuda de Soujiro, quien quedo fascinado al ver unos canes de un mes tan grandes.

Mientras tanto, y sin quererlo Aoshi y Steven comenzaron a hablar de los perritos...

AOSHI: Voy a necesitar, creo yo, más información para adiestrarlos de la que me dio el hombre que me los vendió.

STEVEN: ¿En serio va a hacerlo usted solo, Mr. Shinomori ?; pues en ese caso si quiere yo puedo darle algunos consejos, yo tengo varios big inu en mi casa; y de muchos de ellos yo mismo he sido el .... como se dice- y volteándose hacia Kamatari preguntó- Tell me, my little candy; ¿How do you say trainer in japanese?

KAMATARI( con una voz melosa y enviando un guiño travieso): Entrenador.

STEVEN: YES!, that's it, yo he sido el entrenador;- y volteando nuevamente hacia Aoshi- si quiere yo puedo darle algunos consejos, y después de todo lo que ha hecho por nosotros, sería un placer.

AOSHI: Seguro que no le molestaría.

STEVEN: Oh, no!, sería, como ya dije antes, todo un placer.

AOSHI: En ese caso le estaré muy agradecido.

Y así ambos se alejaron, mientras hablaban de razas de perros, y todo lo relacionado a su crianza.

Kamatari miró como su Steven se alejaba y suspiró; y entonces pudo sentir, y luego notar la mirada de Misao sobre él, tras lo cual algo abochornado dijo...

KAMATARI: Ups!, lo siento, no era mi intención incomodarte; no puedo evitarlo cuando estoy junto a él, lo quiero mucho.

Entonces Misao algo sorprendida dijo...

MISAO: No!, te equivocas; no me molesta en lo absoluto; es solo que... - y poniéndose en deformet y con ojos llorosos de los cuales amenazaban con salir ríos de lagrimas dijo- es que... tú ya tienes novio ¡¡¡¡Y yo no!!!!!, y yo tengo la vista en mi objetivo mucho antes que tú ... snif.

Kamatari cayó de espaldas al suelo, no podía creer lo que oía, sobre todo porque desde que vió a Aoshi junto a Misao por primera vez desde que volviera, había pensado todo lo contrario.

KAMATARI: ¿Entonces... entonces ustedes todavía ... nada?

Misao movió la cabeza negativamente, mientras hacía pucheritos y le brillaban los ojitos.

KAMATARI: Que raro, por lo general mis instintos nunca fallan- dijo de manera algo distraída y en voz alta.

MISAO(algo menos deprimida debido a esa extraña frase): ¿De que está hablando Kamatari-san?

Kamatari observó a la joven y negando con cabeza y manos dijo...

KAMATARI: No, nada, nada; pero- y poniendo un aire serio- no te rindas bajo ninguna circunstancia, recuerda que en la guerra y en el amor... todo vale.

Misao escuchó estas palabras con mucho cuidado, y las memorizó enseguida ... *Con que todo vale, ne?*. Entonces se decidió a cambiar de tema con Kamatari.

MISAO: Pero cuénteme Kamatari-san; como así se le declaró Steven-san, ¿por qué fue él quien se le declaró, ne?.

Esa pregunta puso algo nervioso a Kamatari, pues estaba seguro que Misao estaba aún muy joven para escuchar cierto tipo de relatos, y la manera como terminaron juntos no era exactamente un cuento color de rosa; así que desvió el tema un poquito de la pregunta...

KAMATARI: Bueno, si fue él quien se me declaró; pero lo que más recuerdo es el momento en el que se paro y me pidió que fuéramos pareja para siempre ... delante de toda su familia.

MISAO(con los ojos como platos); ¿Qué él hizo queeeee?

KAMATARI: Si, así como lo oyes, casi me da un infarto; fue durante unos días de vacaciones en los que me invitó a mi y una pareja amiga a pasar esos días en su casa....

Kamatari siguió contando animadamente ese suceso, no solo porque había logrado distraer a la joven de la pregunta inicial, sino porque las únicas personas a las que él pensaba que podría haberles podido contar ese momento especial de su vida habían estado allí presentes, y ahora se le daba la oportunidad de contarlo a alguien a quien podría tomar como una vieja conocida, mientras recordaba cada momento con cariño.

Y entre esos y otros sucesos pasaron rápidamente un par de días, tras lo cual llegó el día de la partida; para el cual todos estaban ya preparados.

*********************

La mañana del día tan esperado, Aoshi se encontraba en el Aoiya, pues ya había avisado a Seijuro de su partida, por lo que ese día suspendió el 'entrenamiento' hasta que regresase de la misión, entrenamiento al cual le estaba dedicando mucho entusiasmo últimamente por cierto; pero mientras que todos esperaban a Saito y se preparaban para el corto viaje que debían hacer; pues el lugar de reunión era el mismo Aoiya; un coro de pequeños ladridos, seguidos de una voz conocida inundaron el lugar.

SEIJURO: ¡Ohayoo minna!; espero que haya alguien en casa...

Y luego una ya muy conocida escena se llevó a cabo en el Aoiya; un par de veloces jóvenes ninjas se posaron a cada lado del guapo maestro, mientras que cada una sujetaba uno de sus brazos con adoración y sus ojos se transformaban en visibles y rojos corazones.

SEIJURO: Veo que si había alguien en casa después de todo.- dijo el maestro con alegría, y un toque de picardía.

En ese momento todos los que estaban ya terminando de prepararse salieron al encuentro, y un gracioso cuadro se dio a continuación. Con una mirada pícara y coqueta, Kamatari saludo al guapo maestro del Hitenmitsuryugiryuu, acto ante el cual Seijuro le lanzó una muy elocuente mirada a Kamatari, mirada que fue por completo mal interpretada por Steven, a quien tuvieron que detener prácticamente entre todos para que no se le lanzara a Seijuro encima; y aunque al final Kamatari le hizo entender que todo había sido un pequeño juego, el rubio se hizo cargo de mantener a 'su' prometido lo más lejos posible del fornido maestro, mientras este se encontrara cerca. Una vez pasado el incidente, Seijuro se llevó a Aoshi para un rincón, y allí le dio unos últimos consejos útiles a su discípulo, además de prometerle que durante los 2 ó 3 días que estuviese ausente, haría lo posible para tener bien vigilado al 'enemigo'....

SEIJURO: Y recuerda por sobre todas las cosas, que es la práctica quien hace al maestro, aunque una que otra vez nace algún privilegiado con un don nato, como yo, por ejemplo...

AOSHI(suspiro): ................ Hai.

Y luego de esto, y para gran pesar de cierto par de lindas ninja, Seijuro volvió a partir argumentando que su trabajo de alfarería estaba algo atrasado, y que iba a aprovechar para avanzar todo cuanto pudiera.

Casi una hora paso, cuando el coro de ladridos volvió a oírse, pero esta vez, al salir todos; dos personajes, a los cuales habían estado esperando, fueron observados parados justo en las puertas del Aoiya, uno vestido con sus ya conocidos ropajes llameantes y varias espadas adornando su atuendo, y el otro con su siempre impecable uniforme azul, sus gafas y un cigarrillo humeante entre los dedos de una enguantada mano.

SAITO: Veo que se consiguieron guardianes nuevos, aunque creo que deben de enseñarles algo de modales. Bien, es hora de irnos; no hay tiempo que perder.

Y diciendo esto dio media vuelta con camino al bosque, y detrás de él, una comitiva de cinco hombres, lo siguió deprisa y en silencio. Todos los presentes que se quedaban elevaron una súplica por ellos y los observaron hasta que se perdieron entre el follaje, luego cada quien regreso hacia sus obligaciones; excepto Misao, quien se quedó allí parada durante mucho tiempo más.

********************

El día avanzaba lentamente en el Aoiya, luego de la partida del grupo, cuando cerca de las 5 de la tarde, una voz se dejó oír en la entrada.

YURI: ¡Tadaima!

Al instante Misao salió al encuentro del recién llegado.

MISAO: Konnichiwa Yuri-san; ¿cómo le fue en su trabajo el día de hoy?.

YURI: Konnichiwa Misao-dono; me fue tan bien como siempre, gracias a Kamisama. ¿Ya partió Aoshi-sama junto a los demás?.

MISAO: Hai.

Yuri puso una cara algo triste; hubiese deseado poder acompañar a Aoshi en esa misión; pues la verdad le preocupaba mucho lo que pudiera pasar; pero ni siquiera había estado allí para despedirlo; en realidad esa semana había sido bastante atareada para él, pues todas las mañanas le había tocado atender a los clientes, y por las tardes, casi todas sin excepción, había sido solicitado en el lugar donde trabajaba; una semana muy ocupada en verdad, .... y además estaba ese otro problema que lo agobiaba......... y que pensaba resolver ahora mismo.......

Mientras Misao le servía la cena, se decidió por fin a hablar con ella, tenía que resolverlo de una vez por todas; así que luego de terminar de comer, y de lavar los platos; le pidió a Misao muy seriamente hablar con ella en algún lugar a solas. Lo que no se pudo imaginar, fue que Okon escuchó eso último, y fue como loca a decirle a todos los demás con lo casi todos (menos Shiro, que era el encargado de atender el Aoiya en ese momento), fueron a dar una 'miradita' para ver lo que iba a suceder; aunque ambos muchachos escogieron tan buen lugar que aunque podían verlos sin que los descubrieran, no podían oírlos; y así comenzaron su conversación, la cual duró un muy largo período de tiempo...

MISAO: Bien, creo que ya estamos en un buen lugar; de que quería hablarme Yuri-san.

YURI(bastante nervioso): Bueno, verá Misao-dono; hay algo que he querido hablar con usted desde hace algún tiempo.

MISAO(algo inquieta pues ya sospechaba algo, no estaba ciega ni era tonta, saben?) Hai?

YURI: Bien, se trata de algo que es muy importante para mí, vera.... no sé como comenzar.... pues sucede que.... -un gran suspiro, y una gran toma de aire- verá; cuando la vi por primera vez Misao-dono, pensé que usted era la mujer más maravillosa que había visto sobre la tierra, y mi corazón saltó de alegría cuando me pidió que me quedara aquí en el Aoiya con usted y el resto de la familia...

Misao se sobresalto, eso era exactamente lo que había temido; pues más de una señal le había hecho preveer este momento, y no exactamente del mismo Yuri, sino del resto de la pandilla, excepto de Aoshi claro esta.

MISAO: Yuri-san, creo que debemos hablar con respecto a esto, verá...

Pero Yuri no la dejó continuar, la silencio gentilmente y luego continuó...

YURI: Pero verá Misao-dono; hace tan solo unos días, mi vida cambió por completo, y ya no he vuelto a ser el mismo desde entonces; estoy desesperado y no sé que hacer... no he venido aquí para pedirle que me quiera, pues me he dado cuenta, no solo que su corazón pertenece por completo a Aoshi-sama, y sé que él se dará cuenta algún día de que siente lo mismo por usted; sino también porque me he dado cuenta que lo que sentí por usted no fue más que una inmensa gratitud, pues mi corazón., ahora definitivamente ya no me pertenece, pues ella me lo ha robado...

MISAO: ¿Ella?

Yuri asintió tristemente con la cabeza; y luego dijo en una voz muy bajita...

YURI: Hai, Yumiko-dono; desde que la vi por primera vez, ya no pude dejar de pensar en ella; ni siquiera puedo dormir o comer pensando en ella. Siento mucho agobiarla con mis problemas Misao-dono, pero necesitaba hablar con alguien, y aunque parezca tonto, sentí que usted era la única persona con la que podría hablar; además de que en mi interior sentí que le debía una explicación.

Misao abrió los ojos como platos, y luego una gran sonrisa iluminó su rostro, tras lo cual abrazó fuertemente a Yuri, quién se sorprendió mucho por esta actitud de Misao.

YURI; Mi... Misao-dono, pero que...

MISAO: No seas tonto Yuri-san; estoy segura de que Yumiko-san estará muy feliz si se entera de lo que sientes por ella; no hay nadie en este mundo que pueda quererla más que tú.

YURI: Pe.. pero, como podría quererme, si siento que en cierta forma no he sido muy correcto, como puede querer a alguien que cambió de gusto de un momento a otro. Y si piensa que haré lo mismo otra vez y ya no me quiere después. Es que no se da cuenta - entonces poniendo ojos lloroso y adoptando una imagen en deformet - ¡soy un voluble!, jamás me va a querer.... snif....

Pero Misao no se desanimó para nada, todo lo contrario; de manera enérgica y muy animada dijo...

MISAO: No debe de ponerse así Yuri-san, pues como una persona amiga mía hace poco me dijo... no debe nunca de darse por vencido, pues en la guerra y en el amor, todo vale.

YURI: ¿Todo vale?

MISAO: ¡Hai!, y es por eso que usted no se rendirá para conquistar a Yumiko.san, así como yo no me rendiré para conquistar a Aoshi-sama.

Yuri miró a Misao con una nueva esperanza reflejada en los ojos, y con gran entusiasmo le dio toda la razón a su joven amiga.

YURI: ¡Tiene usted toda la razón Misao-dono!, no debo de darme por vencido sin haber luchado primero. Se lo prometo, haré mi mejor esfuerzo, y Yumiko-dono entonces me querrá.

MISAO: ¡Así se habla Yuri-san!, juntos haremos lo mejor.

YURI(asintiendo enérgicamente con la cabeza): ¡Hai!, y estoy seguro que ambos lo conseguiremos. Definitivamente Aoshi-sama es un hombre muy afortunado, pues la tiene a usted junto a él, Misao-dono.

MISAO(completamente sonrojada): Pero que cosas dice Yuri-san.

YURI: Solo la verdad, y además usted también es muy afortunada, pues con el poco tiempo que tengo de conocerlo se que no solo es una persona confiable, respetable y muy decidida cuando se propone a hacer algo; sino que además es un buen guerrero, y aún así, me he dado cuenta de que es todo un amante de la naturaleza; es más, tal vez tenga el espíritu de uno de esos grandes naturalistas de los que se habla hoy en día.

Misao miró algo confundida a Yuri por el comentario hecho al final.

MISAO: ¿Un gran naturalista dices Yuri-san?

YURI: Hai, es que no se había dado cuenta.

Misao movió negativamente la cabeza por toda respuesta, por lo que Yuri procedió a explicarse.

YURI: Pues verá Misao-dono, me he dado cuenta de que cada vez que volteo, Aoshi-sama se encuentra mirando por alguna ventana si es que estamos dentro del Aoiya, o de lo contrario, hacia el árbol o la criatura más cercana con gran interés; estoy en realidad seguro que si no se hubiese orientado a ser guerrero, habría sido un estudioso de la naturaleza.

Misao miró perpleja a Yuri por un momento, pero luego pensó en todas las veces que Aoshi salía, y cuanto se demoraba, además de las muchas veces que lo había encontrado meditando solo en medio del bosque, y llegó a la conclusión de que Yuri tenía razón.

MISAO: Ahora que lo pienso debe de estar en lo correcto Yuri-san- y entonces su mente comenzó a divagar- Ahhh!!!, ya me puedo imaginar a Aoshi-sama en medio del bosque, estudiando y viendo todo lo que a él tanto le gusta, mientras que yo estoy a su lado ayudándolo; - y volteando hacia Yuri dijo- Mientras que usted, Yuri-san, esta junto a Yumiko-san en algún otro rincón del bosque, buscando alguna cosa interesante que Aoshi-sama les hubiese pedido; y así, los cuatro estaríamos felices en medio del bosque estudiando toda esa hermosa naturaleza.

Las palabras de Misao sonrojaron profundamente a Yuri, a la vez que le causaron una gran emoción; y una vez más, como comunicándose telepáticamente se tomaron de las manos, rojos como tomates, mientras se miraban a los ojos como dos niños cómplices en alguna travesura; pero el público que los estaba observando, osea todo el resto de la pandilla Oniwabanshuu que quedaba en el Aoiya, tomo esto como señal de otro acontecimiento, como señal de que ambos muchachos ya se habían comprometido, y se alegraron por ambos jóvenes, pero decidieron no molestarlos y darles un momento solos; claro que eso no les impedía ir planeando la boda, .................. y por supuesto todo debía de ser informado a Aoshi cuando este volviese, después de todo era el líder de los Oniwabanshuu, neeee????

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La comitiva había caminado lentamente durante todo el día; y aunque estaban a poco más de media tarde (léase cerca de las 4 ó 5 de la tarde), ya habían recorrido todo el trayecto que debían de recorrer para llegar al lugar fijado para antes del ataque al grupo enemigo; por lo que decidieron que descansarían en ese lugar hasta la hora señalada para el asalto, el cual había sido fijado para 2 horas antes de la media noche, hora en las que dos grupos de 50 policías cada uno, debía de estar a uno y otro lado del campamento enemigo, pues bien faltaban poco más de 5 horas para eso, y todos decidieron levantar sus carpas, para luego comer algo y posteriormente entrenar o hacer lo que más quisieran (esto último pareció una muy buena idea a cierto par de tórtolos a los que algo de intimidad les caería muy bien); y fue así como cada quien luego de la cena se dispuso a hacer lo que más quisiera. Soujiro se colocó cerca del campamento, donde comenzó a practicar un poco con la espada, lo más silenciosamente que podía; Cho por su parte pulía de manera esmerada sus espadas, cuidando de que cada una tuviese el filo adecuado; Kamatari y Steven se metieron a su tienda, tras lo cual cierto ruidos fueron dejados como evidencia de que estaban aún con vida, a diferencia de Aoshi, que una vez en su tienda no dio más señales de vida; y pues por último estaba nuestro querido Saito, que para alegrarse un poco la vida decidió ver que rayos era lo que estaban haciendo los demás; aunque al final de su excursión por la vida de los miembros de la comitiva, deseo no haber tenido tan brillante idea.

Primero fue a ver que estaba haciendo el joven Seta, y luego de uno momentos, en los cuales paso por su mente la idea de retar al joven a un duelo luego de terminada la misión (uno amistoso por así decirlo, obviamente), se retiró para ver que tanto había avanzado su ayudante de cabeza de escoba, aunque dudaba que hubiese cambiado de lugar o incluso de espada, pues ya conocía muy bien a que grado podía llegar la afición de Cho por las espadas, así que fue mayúscula su impresión al ver que el mencionado no se encontraba donde lo había dejado la última vez, por lo que caminó un rato más y entonces escuchó un par de voces algo acaloradas, por lo que se dirigió al lugar de la discusión, y esto fue lo que vio. Parados frente a frente estaba Cho y Steven; y este último no parecía muy feliz que se diga.

STEVEN: Ya te dije que Kamy está descansando en estos momentos, así que por favor no molestes.

CHO: De acuerdo, de acuerdo; pero no tienes por que ofender así a la gente; ya te dije que solo quería preguntarle algo a Kamatari; pero supongo que lo haré después - y dando media vuelta masculló entre dientes- cuando tú no estés cerca.

Pero Steven escuchó muy bien esto último, y se molestó sobre manera; con lo que tomando por un brazo a Cho, lo volteó y cara a cara le dijo...

STEVEN: Muy bien, Mr. Pelos Parados, no voy a seguir soportando esto; no quiero que te le acerques a my Kamy, ¡¿Oíste?!.

CHO: ¡De que rayos estás hablando, lunático!

STEVEN: No te hagas el tonto; sabes muy bien de que hablo; pero ni creas que me vas a conseguir quitar a Kamatari; él me quiere solamente a mí y grábate eso bien en tu big head.

CHO: ¿En mi qué?; mira, no se que me dijiste, pero creo que estas cometiendo un gran error; ¡¿Crees que yo estoy interesado en el rarito?!. ¡POR FAVOR!, yo no soy de esos, entiendes; es todo tuyo.

Steven miró a Cho con desconfianza, mientras le preguntaba...

STEVEN: En serio no estás interesado en my little Kamy.

CHO: ¡¡¡¡¡NOOOO!!!!

STEVEN: Rigth!, en ese caso; lo siento, le diré a Kamy que lo buscaste para algo mientras estuvo dormido.

Y tras estás palabras se alejo de la vista de Cho, al igual que la de Saito; y cuando este último esta por irse para ver que hacia Aoshi; vio con asombro que Cho se sentaba en una roca cercana de manera visiblemente pesada, como si algo grande hubiese sucedido en su interior; y con más asombro aún lo vio llevarse una mano al pecho y apretar fuertemente su camisa, justo en el lugar donde se suponía latía su corazón, y mientras un par de solitarias pero gruesas lágrimas caían por sus mejillas, en una voz sumamente apagada la palabra 'baka' salió de sus labios, para luego quedarse durante un muy buen rato con la cabeza gacha y en completo silencio, mientras que ambas manos apretaban fuertemente la tela de su pantalón. Saito dio media vuelta, y mientras prendía un cigarrillo dijo en voz baja, solo para si mismo...

SAITO: No pienso hacer ningún comentario al respecto.

Tras lo cual se alejó del lugar en un completo silencio, dirigiéndose hacia la tienda donde se encontraba Shinomori-san.

Mientras Saito se dirigía hacia la tienda de Aoshi, poco a poco pudo oír un murmullo proviniendo de esta, y a medida que se acercaba este murmullo era cada vez más claro, hasta que al estar por completo cercano a la tienda entendió a la perfección lo que Aoshi estaba diciendo, dejándolo tan perplejo que hasta el cigarrillo estuvo a punto de caérsele, y le tomo un buen momento el poder recuperarse.

Momentos antes, Aoshi había tratado de concentrarse meditando un poco antes de la batalla, pero en todo lo que podía pensar era en Misao, y en el hecho de que ahora se encontraba a solas con Yuri, esto en realidad lo ponía muy nervioso, así que recordando las palabras de Hiko-san se dijo a sí mismo *¿Por qué no?, después de todo había hecho lo mismo en su sala de meditación ya varias veces mientras que todos creían que estaba meditando*; aunque por algún extraño motivo se sentía bastante incómodo de hacerlo en aquél lugar, aunque ¿quién podría molestarlo?, todos allí estaban metidos en sus propios asuntos y nadie miraría; así que tomando un poco de aliento y mirando alrededor tomó un paquetito de comida que le habían preparado en el Aoiya y lo puso en frente suyo 'hacia esto generalmente con su taza de té, pero a falta de lo usual...'; y tomando aliento comenzó con su práctica, después de todo, como dijo Hiko-san: 'La practica hace al maestro', así que...

AOSHI: Ano... disculpa Misao-chan; pero hay algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo; y ... pues yo.... ano, bueno..... lo que quería decirte es que,... pues que eres muy linda...., y que me pareces alguien maravillosa... y, este, que más; a sí, pues que me sentiría muy honrado si pues, tú... aceptaras ser miiiii.....- en ese momento tomo una gran bocanada de aire, y tras unos instantes lo dejó salir lentamente, y mirando el paquetito dijo- pues te gu- gustar- ría ser mi no- nov- novia.

SAITO(con un tonito muuuuuuy sarcástico y parado justo a la entrada de la tienda): Creo que te iría mejor si dejaras de tartamudear tanto; aunque dudo que ese paquete este muy interesado en ti a final de cuentas.

La cara de Aoshi era más blanca que la nieve, y al igual que esta estaba frío hasta la médula de los huesos; y lo peor de todo es que no tenía por donde escapar.

SAITO: Hmmmm; veo que al final de cuentas la chica comadreja lo logró, neeee?

Esa frase hizo que Aoshi olvidara todo lo que le acababa de ocurrir, y mirase directamente a los ojos ámbar de Saito. Era la segunda persona que insinuaba o decía que él le gustaba a Misao, ¿Podría entonces ser verdad lo que Hiko-san dijo?, ¿Tendría acaso tantas posibilidades después de todo?. Mientras Aoshi estaba sumido en su pensamientos, Saito dio media vuelta con la intención de retirarse; pero entonces sintió una mano deteniéndolo por un brazo, y al voltear vio a Aoshi parado justo detrás suyo, con la cara roja como un carbón encendido, y con un gesto de determinación único, a lo cual todo lo que hizo fue alzar una ceja interrogante. Aoshi tomo aire, soltó el brazo de Saito y miró hacia el suelo un rato, tras lo cual volteo el rostro hacia un lado y profirió la pregunta más insólita que Saito pudiese haberse imaginado salir de ese hombre; y que además no había tenido pensado responder hasta que Eiji (el jovencito que Saito y su esposa Tokio adoptaron la vez que este se topase con Kenshin y Misao cuando iban camino a Kyoto y se encontraron por primera vez con Shishio) creciese lo suficiente para comenzar a pensar en chicas...

AOSHI: Saito....., ¿Cómo fue que invitaste a tu esposa a salir.... por primera vez?

Saito no estaba muy seguro de que hacer, aunque al final optó por sentarse en el primer lugar que encontrase, tras lo cual Aoshi se sentó en el suelo frente a él. Miró a Aoshi durante un buen rato, y luego una ceja se alzó cómicamente mientras sus labios se comenzaban a doblar en una extraña sonrisa; *Por lo menos no podría decir que no tuvo algo de entrenamiento llegado el momento*, tras lo cual se preparó para tener la charla más larga que hubiese tenido, hasta ese momento, con otro hombre en su vida; después de todo si resulto ser una tarde ocupada, y no aburrida esperando hasta que llegase la hora de salir a atacar.

Fin del octavo capítulo.

Notas de autor

KONNICHIWA MINNA:

¿Cómo están todos?; espero que se encuentren bien; y para los que quieran saberlo ¡Yo también estoy bien!.

Pues bueno, como se habrán dado cuenta, el capítulo de esta vez fue algo más largo de lo habitual, pues sucede que esta con todas las pilas puestas, osea bastante animada, espero no haberlos aburrido.

Antes que todo, una de las frases de Saito está dedicada a mi querida amiga Maho-chan, que fue quien la inspiró, así que este capítulo se lo dedico.

Como se dieron cuenta ya, muchas cosas están comenzando a aclararse, y tal vez una que otra a complicarse; muchos están confesando lo que sienten ya sea a sí mismos o a alguien más, pero por allí ya salen las cosas, pero mientras tanto una batalla esta a la vuelta de la esquina, y la comitiva conformada para la misión tendrá que hacer gala de sus mejores técnicas si quieren que todo siga tan bien como siempre... ¿podrán lograrlo?, pues eso ya lo verán en el próximo capítulo, donde nuestros muchachos por fin van a entrar en acción.

Pasemos a nuestro habitual vocabulario de siempre, ya al igual que el capítulo anterior será bilingüe, por lo que primero irán las palabras o frases en inglés, y luego las que están en japonés.

-Big: Grande

-Cutey: lindo/a.

-Darling: Querido/a.

-Dont' you think so?: ¿No piensa usted igual?.

-How do you say trainer in japanese?: ¿Cómo dices entrenados en japonés?

-Little: Pequeño/a.

-Little candy: Caramelito.

-My: Mi.

-Rigth: Correcto.

-Tell me: Dime.

-That's it: Eso es.

-Yes: Si.

-Ano: Esteeee.

-Baka: Tonto.

-Demo: Pero.

-Hai: Si.

-Ie: No.

-Inu: Perro.

-Kamisama: Dios.

-Koibito: Amante.

-Konnichiwa: Buenas tardes.

-Minna: Todos/as.

-Ne?: No?, cierto?, verdad?.

-Ohayoo: Buen día.

Tadaima: Ya llegué.

Bueno, ese fue el vocabulario de nuestro capítulo, pero para los que quieren más, pues les contaré que en el siguiente capítulo.....

Pero chibineko no pudo continuar, porque una pequeña y enérgica vocecita apareció de improviso, mientras su pequeño dueño saltaba de un lugar a otro lleno de vitalidad.

-chibineko: Ay, minimiau, ya estás de nuevo haciendo bulla; ¿qué no te estaba cuidando himeneko?

-minimiau: SIIIIII!!!!!!!

-chibineko: Y por que no estás con ella entonces?.

-minimiau: Porque se puso a buscar en tu canastita chibi-nee, y encontró un montóooon de fotos, y comenzó a mirarlas y dijo algo de que no era justo que tu solo tuvieras todo y me dijo que me fuera.

-chibineko: ¿QUÉ HIME HIZO QUEEEEEEEE??????, ¡Mis fotos de Aoshi-san, de Hiko-san, de Kurama-san y Hiei-san; De Kamui-san y Subaru-san, y de Seishiro-san y de Fuma-san; ..... mis fotos de Lantis, de Ryo Saeba; de Trunks y de Vegeta!.... ¡MIS FOTOS DE MEW-CHAN!. ¡MIS FOTOS; TODAS MIS FOTOS! GRRRRRR. ¡VOY A HACER PAGAR POR ESTO A ESA PELUDA POR EL RESTO DE SUS GATUNOS DIAS!

Y con los ojos llameantes de furia, chibineko se fue detrás de su hermana para exigir la devolución de sus cosas, sin darse cuenta que dejó a minimiau solito y haciendo pucheritos, entonces otro par de gatitas llegaron a escena.

-cyberneko: Y ahora que te pasa minimiau, porque estás así.

-minimiau: Es que chibi-nee me dejó solito, porque se fue a que hime-nee le devolviese sus fotos.

-kawaiineko(con una voz dulce como la miel, muy típica de ella): Ya, ya minimiau, mira, toma esta galletita en forma de pescadito que te hará sentir mucho mejor.

-minimiau: SIIII!!!, Galletita, siiiiii!!!!!!!.

-cybermiau: Sus fotos... miau; le dije a hime que no tocara esas fotos porque si no la chibi iba a ponerse como loca; ahhh, no comprendo como puede estar así por fotos de personajes que nisiquiera existen. No piensas tu lo mismo kawaii...

Pero apenas cyberneko voltea a ver kawaiineko se cae patitas arriba de la impresión, pues kawaiineko había sacado una foto de ...... ¡SAITO!, y la miraba con estrellitas y corazoncitos saliendo de su alrededor por todos lados.

-kawaiineko: AHHH!!!, estoy tan feliz de que chibi-nee haya colocado a Saito-sama en su historia por fin; algunas si que tienen suerte, que envidia me da Tokio, tener a un hombre como él, prrrr....

Y diciendo esto kawaiineko se hecho en el suelo, con las patitas sobre la foto y suspirando una que otra vez; mientras que en la lejanía se podía ver a dos gatitas, una persiguiendo a la otra, mientras que un pequeño gatito le daba ánimos a sus hermanas mayores para que siguieran corriendo.

Siguiente capítulo IX: En el fragor de la batalla.

Y no olviden que cualquier sugerencia o comentario pueden enviarla a chibineko_7@hotmail.com