LA VERDAD DUELE

Por: ^Nóel Malfoy^

Tercera hora de clase. Salida del aula de Pociones. Pasillos de Hogwarts.

Draco salió con sus libros fuertemente pegados a su pecho. Ya no se veía en él esa sonrisa burlona a la que tenía acostumbrado a todo el colegio, parecía asustado. Cualquier ruido lo hacía volverse rápidamente y sacar su varita. A parte de eso había dejado de insultar a todo el que se cruzaba en su camino.

^No puedo meterme con nadie. Es demasiado peligroso. Y menos aún con alumnos pelirrojos. Si se enfadase y quisiera vengarse contando lo que escuchó ahí fuera. Todavía no he decidido qué hacer. Esta tarde, cuando acaben las clases ya pensaré en algo. Ahora simplemente he de tener cuidado, mucho cuidado.-pensando esto se chocó con alguien.- Virginia Weasley. Empiezo bien. Será mejor que sea amable.^

Draco le alargó la mano a Ginny para ayudarla a levantarse. Ella la miró pero de nuevo solo sonrió y se puso de pie ella sola.

"No tengas miedo, Weasley. No pensaba cobrarte por la ayuda.- apuntó con sorna."

"Tampoco la necesitaba, Malfoy.-dijo sacudiendo tranquilamente su túnica.- La próxima vez procura no pensar y caminar a la vez, eso es demasiado para tu aristocrático cerebro.-aconsejó yéndose por el pasillo."

Draco vio como se alejaba, alzando una ceja incrédulo y volvió a sus cavilaciones.

^Esa Weasley. No, ella no puede ser. Además por la forma de tratarme. yo diría que no, me sigue creyendo de buena familia. En ese caso, solo queda Ron. ¡Mierda! Casi hubiese preferido que fuera ella.-pensó suspirando- Prefiero compartir secretos con una chica bonita que con un inútil como Ron Weasley. Pero, ¿qué digo ahora de chica bonita? Sólo es una pobretona. Este asunto me está afectando más de lo debido. Uf, me he de ir! Llego tarde a Transformaciones."

Mientras Draco y Ginny chocan. Aula de Transformaciones..

"¿No creéis que Draco está hoy muy extraño?- preguntó Harry"

"La verdad, ahora que lo dices sí. No me ha llamado pobretón en todo el día. Incluso juraría que me evita."

"Puede que esté preocupado por algo.-murmuró Hermione"

"Es muy posible.-dijo Ron sonriente"

"¿Por qué lo dices, Ron?-cuestionó el chico de la cicatriz."

"No, por nada. Tan solo es un presentimiento."

Harry y Hermione se encogieron de hombros y sacaron sus libros. En ese momento vieron entrar medio corriendo a Draco que lanzó una extraña mirada a Ron y se sentó.



Medianoche. Habitación de Draco Malfoy. Mazmorras.

^Ah. ¿qué voy a hacer? ¡Este asunto acabará por volverme loco!-pensó estrechando sus puños- Y todavía no lo entiendo. ¿Por qué me adoptaron mis padres? ¿De dónde me sacaron? ¿Quién soy realmente?... Lo que me dijo Dobby.era cierto, yo desde pequeño odié ser un Malfoy, me sentía como si yo no perteneciera a ese mundo de odios y servicios al amo oscuro. Deseaba poder escaparme de esa vida. Y aún hoy en día lo deseaba. Pero esto, me coge por sorpresa.^

Para Draco todo empezaba a carecer de sentido. Él siempre había vivido con la idea de que era superior a los demás. Era un sangre limpia.

^¡Y una mierda, sangre limpia! ¡No sé siquiera si tengo sangre de mago en alguna de mis venas! Tengo que hablar con mi padre, es urgente. Ya mismo le escribo.^

El chico de mirada metálica cogió un pergamino y alumbrándose con su varita comenzó a escribir.

"Padre, tengo que hablar contigo lo antes posible. Es muy importante para mi. Ven mañana antes de que empiecen las clases. Te estaré esperando. Draco."

Bajó en silencio hasta la lechucería y sacó de allí a su ave procurando que nadie lo viese. Le ató el mensaje y la dejó ir. Volvió a su habitación y trató de dormir.



Seis de la mañana. Sala común de Slytherin.

"Padre!-exclamó Draco yendo hasta donde estaba su padre."

"Espero que sea realmente importante, Draco. Sabes que tengo una agenda muy apretada y no tengo tiempo para tus tonterías!"

"Es importante. Pero aquí no, acompáñame a mi habitación"

Lucius Malfoy siguió a su hijo por los pasillos de las mazmorras que una vez fueron su hogar. Estaba extrañado por la actitud misteriosa de Draco. ¿Qué debía querer?

Al llegar, Draco le tendió una silla a su padre, y él se sentó en otra al frente. Se puso muy serio. Trató de mantener la compostura, pero no pudo. Empezó a temblar de impotencia y algunas lágrimas resbalaron por sus pálidas mejillas.

"Ah, no. ¡Eso es algo que no toleraré!-exclamó Lucius- ¡Un Malfoy nunca llora, Draco!"

El chico levantó la vista con rabia y miró fijamente a su padre.

"¡Pues con más razón puedo llorar todo lo que me dé la gana!- dijo con furia poniéndose de pie y sacando el viejo pergamino de uno de los cajones"

"¡A mi no me hables así jovencito! ¡Más te vale tener una buena explicación!"

"Eso quería pedirte yo, una explicación.-dijo dejando de llorar y tendiéndole el pergamino.- ¿Qué significa esto, padre?"

El señor Malfoy tomó el pergamino, aunque algo en su rostro le hizo pensar a Draco que ya sabía qué era. Lo leyó con tranquilidad aparente y se lo devolvió a su hijo.

"¿De dónde lo has sacado?"

"Eso no importa ahora. En este momento, solo quiero saber una cosa: ¿es cierto? ¿soy adoptado?"

"No me hagas preguntas estúpidas Draco. Tú mismo leíste este documento. Quedó claro que sí lo eres."

Draco cayó abatido contra la pared. La frialdad en la afirmación de su padre habían terminado por destrozarlo.

"Mira, Draco. Supongo que querrás oír algunos porqués, no?- El chico asintió pesadamente.- Ciertamente tú eres la vergüenza de la familia, el miembro que jamás debió haber existido, un claro error."

Todas esas palabras estaban clavándose en el corazón de Draco como afilados cuchillos. Hubiera deseado pedirle a su padre que se callara, pero no podía, necesitaba respuestas. Lucius continuó.

"Pero eres un error imprescindible. Necesitaba un heredero, Draco. Para que el linaje de los Malfoy no se extinguiera. Pero por estúpidos errores de la naturaleza, no pude concebir a ningún hijo. Entonces se nos ocurrió esta solución. Adoptar a un niño, esconder las pruebas, matar a todo aquel que supiera algo. Si nadie lo sabía, podías ser un Malfoy a la perfección.-dijo acercándose y tomándolo de la barbilla- Con tu rubio cabello y tus grises ojos. Yo mismo me encargué de darle a tu mirada ese tono altivo y orgulloso. Te modelé así como quise. Y resultaste ser un muy buen hijo. Entraste a Slytherin, lo que te daba más renombre como Malfoy, y te ganaste la confianza de Snape. un acto memorable, hijo. Esperaba que jamás te enteraras de esto. Sí, como oyes, pensaba ocultártelo de por vida. No esperaba esto cuando recibí el mensaje. Lo importante ahora es seguir guardando el secreto. ¿Lo sabe alguien más, Draco?"

El chico miró por primera vez desde que había empezado a hablar a ese hombre que ahora le parecía desconocido y al que siempre había llamado padre.

"No.-negó rotundo- Nadie más lo sabe."

"Bien. ¿Algo más?"

"Sí, mis padres. los biológicos, digo. ¿Quiénes son?"

"Un par de muggles desgraciados que no tenían dinero ni para mantenerse a ellos mismos. Desde muy pequeño demostraste aptitudes para la magia. Te hice un gran favor, Draco, sacándote de ese antro. Favor que siempre me deberás, no lo olvides. Entonces, si ya está todo aclarado, preferiría acabar ya mismo con el tema y olvidarlo para siempre.- dijo rompiendo el pergamino en pedazos- ¿Estás de acuerdo?"

"Sí, padre." ^Un sangre sucia, soy un asqueroso sangre sucia.^



Hora del desayuno. Mesa de Gryffindor. Salón comedor.

"Mirad, hoy Malfoy vuelve a tener cara de muerto viviente.- dijo Hermione apuntando a la mesa de Slytherin."

"Quizá esté enfermo.-murmuró Ginny con algo de ¿preocupación?"

"Un favor que nos hace a todos!-exclamó Ron metiéndose comida a la boca"

"¡No digas eso, Ron!-dijo Gin molesta. Todos la miraron extrañados.-No debes desear daño a nadie, por mucho que lo odies."

"¡Ay, Gin, tú siempre tan buena!- le dijo Ron despeinándola cariñosamente."

Gin torció la sonrisa mientras recolocaba su fino y largo cabello.

Hora del desayuno. Mesa de Slytherin. Salón comedor.

Draco se encontraba, desde el punto de vista de sus compañeros, extraño y tremendamente ausente. En los últimos días su vida había cambiado por completo. Había pasado de ser un orgulloso Malfoy a un bastardo hijo de quien sabe quién. Pero, ¿acaso no era eso lo que siempre había deseado? Debía descubrir cuanto antes quién sabía más su secreto. Dobby no le preocupaba, sabía que no lo delataría. Pero Weasley. o quien fuera, eso ya era otro tema.

Se sorprendió a sí mismo cuando se dio cuenta de que su vista no andaba perdida en un lugar cualquiera sino que se había posado en la más pequeña de los Weasley, Ginny. Se quedó observándola un buen tiempo. Parecía estar reprochándole algo a su hermano. Estaba preciosa cuando la determinación se fijaba en su rostro. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al ver como la despeinaba. Ella tiró hacia delante su largo cabello. Él lo vio caer lentamente, como una cascada. Era de un rojo fuego que a Draco le pareció inigualable. Entonces fue cuando se dio cuenta. ¡Ginny tenía el pelo cortado en escala! Y eso suponía que el cabello más próximo a sus ojos. ¡era corto! ¡como el mechón de pelo que encontró en los arbustos! Se levantó haciendo mucho ruido y caminó con paso decidido hasta la mesa de Gryffindor.

Fin del segundo capítulo

Bien! Bien!¡ Terminé el capítulo! ¡Qué malo ha sido Lucius con Draco, eh?! Muajajajajaja ¿Creéis que hay algo más humillante para Draco que ser hijo de unos muggles pobretones? Muajajajaja ¿Qué os ha parecido la explicación de Lucius? ¿Si hubieseis sido Draco hubieseis pedido más cosas? ¿Sí? ¡Pues menos pedir, que no está el horno para bollos! Muajajajaja! Yo sinceramente, si fuese Draco, Lucius me dice todo eso y tan solo acierto a preguntarle si no es una broma! Y luego me desmayo, claro! Muajaja! Y creo que Draco sí va a enfermar, pero por no dormir! Muajaja! Y, ¿creen que realmente es Gin la que esa noche espió tras los arbustos? ¿o quizá fue Ron y Draco se precipita en sacar conclusiones? Todo eso y mucho más en el próximo y espeluznante capítulo! Muajajaja! ;P Os quiere (se note el peloteo muajaja!):

Nóel Malfoy (La estrella añil) aoshi_seishi@hotmail.com