Cupido y los shamanes.
Por: Michelle_my.bell/ Anna Sora Kyouyama Takenouchi no Asakura Yagami.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei, lo demás es mío...
***Respondiendo reviews, como cada capítulo...***
Hola a todos los lectores, como siempre, que leen esto...Ya, no ando muy inspirada (es que no tengo mucho tiempo que digamos ^.^U), así que a responder reviews...por cierto, el día en que Cupido se desata está cada vez más cerca...por cierto, los reviews (más bien las respuestas) están ligeramente desordenadas ya que por alguna extraña razón no puedo checar sus comentarios en donde están :s Como sea:
Akane: Oh...no hay de que (Anna_Mich se sonroja). Se siente bien ayudar a los demás a no sentirse tan mal por algo...y pues tal vez si tengo el tiempo el 14 publico el último capítulo (solo son 4). Y me alegra que esto te haga feliz...sobre todo el capítulo que te dediqué ^__^...Y sí, para mí también el 14 trae recuerdos que no me gusta revivir...U.U
The Pam: ¡Muchas gracias tomodachi! Jo, jo a Horo y a Yoh no les irá mejor que Ren...o quien sabe, a la mejor y se encuentran una sorpresita por ahí...aunque en este capítulo hay que aceptar que Cupido y los espíritus arruinan ¿o mejoran? Algunas cosas...je je...Y bueno, también espero que tu y todos los lectores reciban muchos dulces...en especial chocolate...yo no creo que reciba...así que puedo usar mis fondos para comprar muchas paletas (y luego sufrir un terrible daño estomacal como hace dos años en Diciembre con un atole...¬¬)...^__^
Nasuki Li Kinomoto: ¿es lindo mi fic? Oh...que kawaii de tu parte. Por otro lado, como solo he visto cachitos de las serie no he escuchado mucho la voz de Ren, pero supongo que no canta tan mal como Horo :P (más adelante se sabrá porque)...Y pues si sientes celos de Pilika igual y si te compras una vaca conquistas a ese niño lindo (eso ya lo había dicho en otro lado...), pero que no se enamore de la vaca! O.o...Y si , seguirán más lindas parejitas para compensar las que yo nunca tendré _._ P.D. Dile a Kero que no sea tan flojo o si no contacto a Eriol para que me preste a Spinel-chan XP...
Marijo Asakura: ¿Y ahora yo que hice? Una que te apoya con tu óleo y tu fic y mira...aunque no sé porque me odias (si luego en la escuela me lo dices, aunado a que yo me odio)...pero en fin, continuaré y ya no hablaré como dijiste...¿vale?
Anyway...aquí está el capítulo tan ansiado...
2. Segunda "cita": Horo Horo y Tamao.
-¡Listo! -exclamó el chico de las montañas examinando por última vez su peculiar atuendo que portaba aquella tarde-noche de viernes. Un sombrero negro que hacia juego con su traje de "mataor"...el antifaz negro que cubría parte de su rostro como el de un mapache daba el toque final para ese encuentro especial que el muchacho tendría con la chica de sus sueños.
-Perfecto...incluso mejor que el auténtico Zorro...no, soy...soy...¡soy "El Horro"! ¡Valiente shaman del hielo que va en busca de su doncella! (O.o) Sí, mejor que el Zorro...¿verdad Kororo? Ah sí, se me olvidaba que está con Cupido...quien espero no falte para decirme lo que tengo que hacer -se dijo a sí mismo el joven ligeramente preocupado en las últimas palabras, más sin embargo aquella abundante confianza que poseía lo animó, saliendo de aquella tienda de disfraces muy feliz, no sin antes comprar un ramo de rosas del mismo tono que su nombre y rentar una guitarra para su "espectáculo teatral que hará caer de amor a una chica sensible y romántica como Tamao", según el hijo de Afrodita.
:: :: :: ::
-Todavía no llega la señorita Anna...debe de seguir platicando todavía con la señorita Jun -musitó Tamao mirando distraídamente las cenas que se enfriaba, pertenecientes a la itako y a su prometido. -Y tampoco viene el joven Yoh...que raro...tal vez este con el joven Manta...
La chica de pelo rosa suspiró largamente en espera de aquel shaman tan querido para su corazón. En ese instante un viento frío procedente de la planta alta traspasó el cuerpo de la muchacha, haciéndolo temblar violentamente.
-Oh, que tonta soy...olvidé cerrar la ventana de la habitación del joven Yoh... -la joven se levantó de su asiento y subió a la planta alta, dispuesta a evitar el paso del horrible frío, cuando escuchó que afuera de la casa, alguien parecía moverse furtivamente entre los arbustos.
-¿Qué fue eso? -preguntó aterrada, retrocediendo lentamente por el pasillo. Los extraños sonidos seguían sonando por todo el pasillo...parecía que un extraño intentará subir por la vieja y débil enredadera que había en una pared. Temblando de pies a cabeza, pero revestida de un poco de valor, Tamamura avanzó de nuevo, tomando lo primero que vio...en este caso, la espada de madera de Ryu (quien había salido con su banda a ver que chica pescaba ^_^).
-No tengo miedo...¿eh? -dijo en voz alta sosteniendo la espada con ambas manos, en espera de que algún ladrón maniático apareciera con un cuchillo en mano. Pero para su sorpresa lo único que recibió como respuesta fue el grito doloroso de un chico, que al parecer intentaba trepar por la enredadera. Sorprendida, Tamao siguió caminando, sin saber si correr y llamar a la policía o atrapar ella sola a lo que parecía ser una farsa o una broma de mal gusto.
Conteniendo la respiración, la muchacha de cabello rosa se detuvo, a la vez que de una desafinada guitarra salían unos pésimos acordes, acompañados de una muy mala voz...la joven, más sorprendida que asustada continuó caminando.
-De seguro es uno de esos pervertidos que andan por ahí molestando a las señoritas -murmuró enojada al oír semejante griterío, en el que destacaba su nombre. Enojada por el escándalo del extraño, Tamao respiró hondo y corrió por todo el pasillo, con la espada en alto...
-¡Toma! -gritó a la vez que alzaba la espada para atestar un buen golpe...
:: :: :: ::
-Veamos...¿por donde puedo darle serenata a Tamao si no hay un balcón? -se dijo Horo confundido, mirando la vieja residencia Asakura, en cuya pared yacía una vieja y maltratada enredadera que pasaba justo al lado de la habitación de Yoh...
-¡Eso es! -exclamó el muchacho alegremente colocando la guitarra y el ramo sobre su capa y formando un pequeño bulto antes de subir por la planta. Al principio parecía fácil para el shaman, pero conforme más subía, menos resistente era la enredadera, complicando más las cosas para el joven, quien intentaba sostenerse de las cada vez más delgadas ramitas.
-Un poco...más...-jadeó, viendo como si fuera algo inalcanzable la ventana que había abierto de antemano. Finalmente, con una mano logró asirse del borde de la ventana de donde se sostuvo, apoyándose con los pies en su fiel tabla de snowboard.
-Bien...ya estoy arriba...ahora...¿qué falta? Ah, sí...la serenata -El chico desenvolvió de su capa las cosas que traía, colocando el maltratado ramo entre sus dientes, mientras que con sus manos tocaba torpemente la guitarra, empezando a cantar lo primero que se le vino a la mente...
-Tamao...-pero antes de continuar, el muchacho se dio cuenta de que no se había quitado el ramo de la boca, por lo que al hablar se había espinado toda la boca..
-¡AAAAAAAAAAAAAAH!
Para colmo, en ese momento su amada apareció en la ventana de la habitación, a punto de golpearlo con una espada de madera...
-¡No! ¡No me pegues! -gritó asustado a punto de caerse, tirando la guitarra, que chocó con el suelo estrepitosamente.
-¿Joven Horo?
-El mi...es decir, no, no soy ese chico guapo del que hablas...yo soy..."El Horro"...valiente shaman que va en busca de bellas damiselas...pero esta noche...sólo mi corazón os pertenece, bella dama de la primavera de mi alma..
-¿Qué? ¿Seguro que no se golpeo la cabeza joven Horo? -preguntó la joven mitad preocupada y mitad sorprendida ante el atuendo del hermano de Pilika y su rara pero galante actitud, que la hacían sonrojarse a pesar de que no quería.
-¡Qué no soy Horo Horo Tamao! _ Me llamo "El Horro"
-Está bien joven Horro -rió la joven levemente, sintiéndose extrañamente halagada ante la situación que se presentaba ante sus ojos: el muchacho de pelo azul trataba penosamente de mantenerse en pie entre el travesaño y el borde la ventana, vestido con un traje misterioso, la boca llena de espinas y la voz desafinada. Al verlo así Tamamura sintió un poco de compasión y rara felicidad al saber que el joven del norte había hecho todo eso por ella...
-"El Horro" por favor, bella señorita...y háblame de tú...
-Está bien "El Horro"...¿gustas pasar? Por lo que veo no estás muy cómodo...
-Los tipos rudos y bravos como yo estamos acostumbrados a cosas peores -alardeó el joven entrando penosamente por la ventana. Para su mala suerte, uno de sus pies se atoró al entrar, entrando cómicamente a la casa. Un poco maltratado, el chico sacudió sus ropas y se paró.
-¿Estás bien? ¿Te duele algo? -le preguntó Tamao acercándose a él, atraída por algo así como un imán gigante cuya procedencia desconocía...un imán que la atraía de la misma manera que Yoh...solo que...más profundo...
-No...los hombres como yo no lloramos -respondió Horo guiñándole un ojo a la chica, poniéndola roja en cuestión de segundos- Pero en honor a vuestras atenciones linda Tamao es de tu honor declamarte una bella poesía...
-¿Para mí? Oh, que lindo...
-Sí...solo que tengo que alejarme un poco de la luz que vuestra hermosa aura emite para recordarlo todo. Con vuestro permiso...
-Claro -le respondió la joven confundida ante tantos halagos que la iban conduciendo a una atracción inevitable e imparable ante aquel "extraño" de antifaz.
:: :: :: ::
Horo Horo atravesó el corredor rápidamente, tratando de recordar la manera en que debía llamar a Cupido. En esos momentos el rubio de alas ya debería de haber terminado de juntar a Ren y a Pilika.
-Veamos...¿cómo era?...¡Ah, sí!..."Cupido, descendiente de Afrodita...Escucha mi ruego que ordena que desciendas del trono en donde estás para ayudar a mi pobre corazón a encontrar paz en la dulce mano de su amada"...Vaya, que complicado... -El shaman aguardó por espacio de unos minutos, empezando a sentirse desesperado, angustiado y enojado, sobre todo cuando Tamao le preguntó en el otro extremo si se encontraba bien y ya había recordado el poema. El chico asintió nervioso, hasta que silenciosamente aparecieron en una rara escena Cupido, Basón, Amidamaru y Kororo; este último al parecer sobrio, ya que los demás despedían un leve tufo a alcohol y decían incoherencias.
-Y sho le dije...sos una shoya de malvavishcosh...-siseaba el hijo de Afrodita, totalmente colorado, haciendo reír a los espíritus estruendosamente.
-¡¿Pero qué demonios pasa aquí?! -preguntó Horo consternado...-¿Qué les pasó? ¿Por qué están borrachos?
-No azulito...no andamosh borrashotesh...estamos..."happys"...solo fueron unosh traguitos...
-¡Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Alegríaaaaaaaaaaa! -exclamó Amidamaru levantando una copa en alto.
-Cielos...¿qué les diste? _._
-Que fueron unosh traguitos crishita... -respondió Cupido empezando a enojarse...
-Bien; en primer lugar no soy "crillita" ni "azulito" y segunda: hazlos largarse a otro lado porque ya han salido mal algunas cosas en mi "oportunidad de oro" que tanto ha costado, ¡así que largo de aquí todos menos Cupido! Kororo...por favor hazme el favor de llevártelos... -Horo suspiró resignado mientras veía como el cropocult (N. de A.: ¿Así se escribe? _._) desaparecía hacia el tejado con los espíritus, que empezaban a cantar "La cucaracha" con voces menos afinadas que la suya.
-Tú -gruñó el chico señalando a Cupido muy enojado- ahora me ayudas sino quieres una muerte MUY fría.
-Sí...sí...ya vamos -respondió el hijo de Afrodita dejando de sisear y adelantando al muchacho.
-¿Todo bien? -preguntó la chica sonriéndole tierna pero coquetamente.
-Sí...nada podría ser peor querida mariposa...ahora sí va el poema que he prometido en honor a vuestra gentileza...-La muchacha de pelo rosa asintió, por lo que el shaman tosió, en señal para que Cupido se pusiera atrás de él y empezara a decirle el poema al oído.
-Ehem...el poema se llama..."Tu cabello huele a salsa de soya"
-¿Eh? ¿Qué mi cabello qué?
-¡No! Quise decir "Tu cabello huele a rosas" -respondió el chico apresurado, golpeando disimuladamente al hijo de Afrodita.
-¡Auch!
-¿Eh?
-No, nada bella Tamao...un pequeño golpe "mental"...empezaré: "Tu cabello huele a rosas...rosas impregnadas de cebolla..." ¡No! Es decir "rosas impregnadas de tu aroma...aroma que extraño porque no te has rasurado...es decir porque yo te he extrañado...je je..."
-...
-"Y el viento ahora te ha embarazado...digo, te ha regresado a mí" -Horo trató de pegarle una vez más al hijo de Afrodita, pero este esquivaba los golpes del shaman, quien sentía que algo malo pasaría a juzgar por el mutismo serio de Tamamura.
-"Y ahora que el viento gira en mi cabeza...tengo..." ¿qué sigue idiota? ¡Responde o te golpearé!...¡No es hacia ti Tamao! Es que mi conciencia estúpida no me deja seguir... "Ahora que el viento gira en mi cabeza tengo que sentir tu fragancia que me hace vomitar...¡no! no me hace vomitar...me hace...¡suspirar!...Sí...me hace suspirar porque..." ¡TE VOY A MATAR, BICHO DEL DEMONIO!
-¿Qué? -preguntó Tamao enojada. Ese "Horro" era una broma de muy mal gusto que la estaba irritando, sobre todo con esa galantería y su ridículo poema. De mal humor, la chica tomó de nuevo la espada de madera de Ryu, tratando de ver en donde podía golpear fuertemente al chico, quien estaba corriendo por todo el pasillo...en persecución de...¿Cupido?
-Ven acá rubio alado...ya verás cuando te atrape que las vas apagar...¡Como te atreves a interrumpir mi declaración de amor pellizcándome en la nuca! ¡Ahora verás lo que significa el rojo! ¡Te golpearé hasta desinflarte! -vociferaba el hermano de Pilika soltando puñetazos a diestra y siniestra, mientras que el hijo de Afrodita volaba delante de él, burlándose abiertamente.
Poco a poco Tamao, que observaba la escena boquiabierta, fue atando cabos, hasta armar un rompecabezas con piezas muy extrañas: una de ellas era Cupido, quien era real y estaba ayudando a un muchacho raro a declararle su amor(curiosamente le recordaba a Horo Horo), quien era la segunda pieza...y la última pero no menos importante era ella, la víctima de semejante suceso, que ahora tenía que decidir si aquel espectáculo (con todo y declaración) era real o una horrible broma de San Valentín.
Un Cupido volando a toda velocidad hacia su cara sacó a la muchacha de sus pensamientos, quien por reflejo levantó la espada, que chocó contra el rostro del ser alado.
-¡Al fin! -gritó el joven de pelo azul corriendo hasta llegar al lado de Tamao. -¡Ja! Sabía que no te escaparías de mí alimaña...¡Muchas gracias Tamao por dejarlo inconsciente! -exclamó muy feliz levantando a la criatura por las alas.
-Ah, sí...
-...
-...
-Tamao...
-...
-De veras me gustas...mucho...-habló el chico en voz baja, ligeramente ronca, lo que le daba un toque misterioso...(y sexy O///O)
-Pero yo...-Tamamura se adelantó, acortando las distancia que los separaba, hasta llegar a menos de medio metro de distancia..."Pero yo quiero saber quien eres", pensó, retirando lentamente el antifaz del muchacho, tirando su sombrero...descubriendo a Horo Horo...
-Hola -respondió este a manera de disculpa, ruborizándose.
-¡Joven Horo! No...no sé que decir...
-No digas nada...
-Es que yo...yo no sé lo que siento...-reconoció la muchacha retrocediendo, dando de espaldas con un muro a la vez que cubría su rostro con sus manos, blancas perlas saladas corriendo por su cara para morir entre los pliegues de su blusa. Tantos pensamientos corrían rápidamente por la mente de la chica...pensamientos que no se dejaban descifrar...confusos y desordenados, que no la dejaban pensar que hacer...Nunca le había pasado algo parecido...nunca se había sentido tan atraída hacia alguien en tan poco tiempo...especialmente un extraño que en un instante se convertía en un conocido cercano a un supuesto querer que mezclaba más la confusión...
Lentamente la joven sintió como el shaman, arrodillado enfrente de ella, retiraba sus manos para dejar descubierta su cara, para poder entrar a su mundo, que ahora parecía caer en ruinas...
-Tamao...
-...
-¿Te importa si te ayudo a decidirte? -preguntó cariñosamente estrechando las manos de la chica de pelo rosa, haciéndola sentir tranquila y relajada...cómoda y segura...
-¿Pero có-pero su mente dejo de funcionar al sentir los suaves labios del shaman sobre los suyos, que inconscientemente respondían a esa dulce caricia, en donde tanta confusión desaparecía para ella, haciéndola despertar a una realidad en donde sabía que a su lado siempre estaría él, una persona que sentía algo tan profundo...un sentimiento que no se podía evitar compartir, sobre todo si ese chico seguía besándola, abrazándola de forma protectora contra cualquier cosa que pudiera deshacer su mundo...que ahora le pertenecía a él también...
Se separaron, todavía con aire de sobra para un poco más de tiempo.
Horo Horo permanecía en la duda, preguntándose si lo que había hecho era lo correcto o el inicio de una decepción amorosa muy dura.
Tamao sonreía, feliz ante su gran descubrimiento, deseosa de atesorar más momentos como aquellos.
-Horo...-fue lo único que pudo decir antes de caer sollozando en los brazos de su amado, quien asombrado pero tranquilo acarició su cabello, estrechándola suavemente...
-Tranquila...estoy aquí...nada te pasará...
-Te he estado esperando...mucho tiempo...¿por qué tardaste tanto mi príncipe? -gimió Tamamura, secando sus lágrimas a la vez que vislumbraba un radiante brillo en los ojos del shaman- ¿por qué nunca supe que eras tú? El único que he esperado desde tanto tiempo...
-Seca tus lágrimas linda Tamao, que no sirve lamentarse del ayer, si solo queda el hoy. -respondió el joven sonriéndole, ayudándola a levantarse, antes de que salieran a contemplar las estrellas en el parque, donde la joven de pelo rosa sería informada por el muchacho de su increíble odisea para poder conquistarla...para poder entrar a su mundo...
Continuará...
Por: Michelle_my.bell/ Anna Sora Kyouyama Takenouchi no Asakura Yagami.
Shaman King pertenece a Hiroyuki Takei, lo demás es mío...
***Respondiendo reviews, como cada capítulo...***
Hola a todos los lectores, como siempre, que leen esto...Ya, no ando muy inspirada (es que no tengo mucho tiempo que digamos ^.^U), así que a responder reviews...por cierto, el día en que Cupido se desata está cada vez más cerca...por cierto, los reviews (más bien las respuestas) están ligeramente desordenadas ya que por alguna extraña razón no puedo checar sus comentarios en donde están :s Como sea:
Akane: Oh...no hay de que (Anna_Mich se sonroja). Se siente bien ayudar a los demás a no sentirse tan mal por algo...y pues tal vez si tengo el tiempo el 14 publico el último capítulo (solo son 4). Y me alegra que esto te haga feliz...sobre todo el capítulo que te dediqué ^__^...Y sí, para mí también el 14 trae recuerdos que no me gusta revivir...U.U
The Pam: ¡Muchas gracias tomodachi! Jo, jo a Horo y a Yoh no les irá mejor que Ren...o quien sabe, a la mejor y se encuentran una sorpresita por ahí...aunque en este capítulo hay que aceptar que Cupido y los espíritus arruinan ¿o mejoran? Algunas cosas...je je...Y bueno, también espero que tu y todos los lectores reciban muchos dulces...en especial chocolate...yo no creo que reciba...así que puedo usar mis fondos para comprar muchas paletas (y luego sufrir un terrible daño estomacal como hace dos años en Diciembre con un atole...¬¬)...^__^
Nasuki Li Kinomoto: ¿es lindo mi fic? Oh...que kawaii de tu parte. Por otro lado, como solo he visto cachitos de las serie no he escuchado mucho la voz de Ren, pero supongo que no canta tan mal como Horo :P (más adelante se sabrá porque)...Y pues si sientes celos de Pilika igual y si te compras una vaca conquistas a ese niño lindo (eso ya lo había dicho en otro lado...), pero que no se enamore de la vaca! O.o...Y si , seguirán más lindas parejitas para compensar las que yo nunca tendré _._ P.D. Dile a Kero que no sea tan flojo o si no contacto a Eriol para que me preste a Spinel-chan XP...
Marijo Asakura: ¿Y ahora yo que hice? Una que te apoya con tu óleo y tu fic y mira...aunque no sé porque me odias (si luego en la escuela me lo dices, aunado a que yo me odio)...pero en fin, continuaré y ya no hablaré como dijiste...¿vale?
Anyway...aquí está el capítulo tan ansiado...
2. Segunda "cita": Horo Horo y Tamao.
-¡Listo! -exclamó el chico de las montañas examinando por última vez su peculiar atuendo que portaba aquella tarde-noche de viernes. Un sombrero negro que hacia juego con su traje de "mataor"...el antifaz negro que cubría parte de su rostro como el de un mapache daba el toque final para ese encuentro especial que el muchacho tendría con la chica de sus sueños.
-Perfecto...incluso mejor que el auténtico Zorro...no, soy...soy...¡soy "El Horro"! ¡Valiente shaman del hielo que va en busca de su doncella! (O.o) Sí, mejor que el Zorro...¿verdad Kororo? Ah sí, se me olvidaba que está con Cupido...quien espero no falte para decirme lo que tengo que hacer -se dijo a sí mismo el joven ligeramente preocupado en las últimas palabras, más sin embargo aquella abundante confianza que poseía lo animó, saliendo de aquella tienda de disfraces muy feliz, no sin antes comprar un ramo de rosas del mismo tono que su nombre y rentar una guitarra para su "espectáculo teatral que hará caer de amor a una chica sensible y romántica como Tamao", según el hijo de Afrodita.
:: :: :: ::
-Todavía no llega la señorita Anna...debe de seguir platicando todavía con la señorita Jun -musitó Tamao mirando distraídamente las cenas que se enfriaba, pertenecientes a la itako y a su prometido. -Y tampoco viene el joven Yoh...que raro...tal vez este con el joven Manta...
La chica de pelo rosa suspiró largamente en espera de aquel shaman tan querido para su corazón. En ese instante un viento frío procedente de la planta alta traspasó el cuerpo de la muchacha, haciéndolo temblar violentamente.
-Oh, que tonta soy...olvidé cerrar la ventana de la habitación del joven Yoh... -la joven se levantó de su asiento y subió a la planta alta, dispuesta a evitar el paso del horrible frío, cuando escuchó que afuera de la casa, alguien parecía moverse furtivamente entre los arbustos.
-¿Qué fue eso? -preguntó aterrada, retrocediendo lentamente por el pasillo. Los extraños sonidos seguían sonando por todo el pasillo...parecía que un extraño intentará subir por la vieja y débil enredadera que había en una pared. Temblando de pies a cabeza, pero revestida de un poco de valor, Tamamura avanzó de nuevo, tomando lo primero que vio...en este caso, la espada de madera de Ryu (quien había salido con su banda a ver que chica pescaba ^_^).
-No tengo miedo...¿eh? -dijo en voz alta sosteniendo la espada con ambas manos, en espera de que algún ladrón maniático apareciera con un cuchillo en mano. Pero para su sorpresa lo único que recibió como respuesta fue el grito doloroso de un chico, que al parecer intentaba trepar por la enredadera. Sorprendida, Tamao siguió caminando, sin saber si correr y llamar a la policía o atrapar ella sola a lo que parecía ser una farsa o una broma de mal gusto.
Conteniendo la respiración, la muchacha de cabello rosa se detuvo, a la vez que de una desafinada guitarra salían unos pésimos acordes, acompañados de una muy mala voz...la joven, más sorprendida que asustada continuó caminando.
-De seguro es uno de esos pervertidos que andan por ahí molestando a las señoritas -murmuró enojada al oír semejante griterío, en el que destacaba su nombre. Enojada por el escándalo del extraño, Tamao respiró hondo y corrió por todo el pasillo, con la espada en alto...
-¡Toma! -gritó a la vez que alzaba la espada para atestar un buen golpe...
:: :: :: ::
-Veamos...¿por donde puedo darle serenata a Tamao si no hay un balcón? -se dijo Horo confundido, mirando la vieja residencia Asakura, en cuya pared yacía una vieja y maltratada enredadera que pasaba justo al lado de la habitación de Yoh...
-¡Eso es! -exclamó el muchacho alegremente colocando la guitarra y el ramo sobre su capa y formando un pequeño bulto antes de subir por la planta. Al principio parecía fácil para el shaman, pero conforme más subía, menos resistente era la enredadera, complicando más las cosas para el joven, quien intentaba sostenerse de las cada vez más delgadas ramitas.
-Un poco...más...-jadeó, viendo como si fuera algo inalcanzable la ventana que había abierto de antemano. Finalmente, con una mano logró asirse del borde de la ventana de donde se sostuvo, apoyándose con los pies en su fiel tabla de snowboard.
-Bien...ya estoy arriba...ahora...¿qué falta? Ah, sí...la serenata -El chico desenvolvió de su capa las cosas que traía, colocando el maltratado ramo entre sus dientes, mientras que con sus manos tocaba torpemente la guitarra, empezando a cantar lo primero que se le vino a la mente...
-Tamao...-pero antes de continuar, el muchacho se dio cuenta de que no se había quitado el ramo de la boca, por lo que al hablar se había espinado toda la boca..
-¡AAAAAAAAAAAAAAH!
Para colmo, en ese momento su amada apareció en la ventana de la habitación, a punto de golpearlo con una espada de madera...
-¡No! ¡No me pegues! -gritó asustado a punto de caerse, tirando la guitarra, que chocó con el suelo estrepitosamente.
-¿Joven Horo?
-El mi...es decir, no, no soy ese chico guapo del que hablas...yo soy..."El Horro"...valiente shaman que va en busca de bellas damiselas...pero esta noche...sólo mi corazón os pertenece, bella dama de la primavera de mi alma..
-¿Qué? ¿Seguro que no se golpeo la cabeza joven Horo? -preguntó la joven mitad preocupada y mitad sorprendida ante el atuendo del hermano de Pilika y su rara pero galante actitud, que la hacían sonrojarse a pesar de que no quería.
-¡Qué no soy Horo Horo Tamao! _ Me llamo "El Horro"
-Está bien joven Horro -rió la joven levemente, sintiéndose extrañamente halagada ante la situación que se presentaba ante sus ojos: el muchacho de pelo azul trataba penosamente de mantenerse en pie entre el travesaño y el borde la ventana, vestido con un traje misterioso, la boca llena de espinas y la voz desafinada. Al verlo así Tamamura sintió un poco de compasión y rara felicidad al saber que el joven del norte había hecho todo eso por ella...
-"El Horro" por favor, bella señorita...y háblame de tú...
-Está bien "El Horro"...¿gustas pasar? Por lo que veo no estás muy cómodo...
-Los tipos rudos y bravos como yo estamos acostumbrados a cosas peores -alardeó el joven entrando penosamente por la ventana. Para su mala suerte, uno de sus pies se atoró al entrar, entrando cómicamente a la casa. Un poco maltratado, el chico sacudió sus ropas y se paró.
-¿Estás bien? ¿Te duele algo? -le preguntó Tamao acercándose a él, atraída por algo así como un imán gigante cuya procedencia desconocía...un imán que la atraía de la misma manera que Yoh...solo que...más profundo...
-No...los hombres como yo no lloramos -respondió Horo guiñándole un ojo a la chica, poniéndola roja en cuestión de segundos- Pero en honor a vuestras atenciones linda Tamao es de tu honor declamarte una bella poesía...
-¿Para mí? Oh, que lindo...
-Sí...solo que tengo que alejarme un poco de la luz que vuestra hermosa aura emite para recordarlo todo. Con vuestro permiso...
-Claro -le respondió la joven confundida ante tantos halagos que la iban conduciendo a una atracción inevitable e imparable ante aquel "extraño" de antifaz.
:: :: :: ::
Horo Horo atravesó el corredor rápidamente, tratando de recordar la manera en que debía llamar a Cupido. En esos momentos el rubio de alas ya debería de haber terminado de juntar a Ren y a Pilika.
-Veamos...¿cómo era?...¡Ah, sí!..."Cupido, descendiente de Afrodita...Escucha mi ruego que ordena que desciendas del trono en donde estás para ayudar a mi pobre corazón a encontrar paz en la dulce mano de su amada"...Vaya, que complicado... -El shaman aguardó por espacio de unos minutos, empezando a sentirse desesperado, angustiado y enojado, sobre todo cuando Tamao le preguntó en el otro extremo si se encontraba bien y ya había recordado el poema. El chico asintió nervioso, hasta que silenciosamente aparecieron en una rara escena Cupido, Basón, Amidamaru y Kororo; este último al parecer sobrio, ya que los demás despedían un leve tufo a alcohol y decían incoherencias.
-Y sho le dije...sos una shoya de malvavishcosh...-siseaba el hijo de Afrodita, totalmente colorado, haciendo reír a los espíritus estruendosamente.
-¡¿Pero qué demonios pasa aquí?! -preguntó Horo consternado...-¿Qué les pasó? ¿Por qué están borrachos?
-No azulito...no andamosh borrashotesh...estamos..."happys"...solo fueron unosh traguitos...
-¡Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Alegríaaaaaaaaaaa! -exclamó Amidamaru levantando una copa en alto.
-Cielos...¿qué les diste? _._
-Que fueron unosh traguitos crishita... -respondió Cupido empezando a enojarse...
-Bien; en primer lugar no soy "crillita" ni "azulito" y segunda: hazlos largarse a otro lado porque ya han salido mal algunas cosas en mi "oportunidad de oro" que tanto ha costado, ¡así que largo de aquí todos menos Cupido! Kororo...por favor hazme el favor de llevártelos... -Horo suspiró resignado mientras veía como el cropocult (N. de A.: ¿Así se escribe? _._) desaparecía hacia el tejado con los espíritus, que empezaban a cantar "La cucaracha" con voces menos afinadas que la suya.
-Tú -gruñó el chico señalando a Cupido muy enojado- ahora me ayudas sino quieres una muerte MUY fría.
-Sí...sí...ya vamos -respondió el hijo de Afrodita dejando de sisear y adelantando al muchacho.
-¿Todo bien? -preguntó la chica sonriéndole tierna pero coquetamente.
-Sí...nada podría ser peor querida mariposa...ahora sí va el poema que he prometido en honor a vuestra gentileza...-La muchacha de pelo rosa asintió, por lo que el shaman tosió, en señal para que Cupido se pusiera atrás de él y empezara a decirle el poema al oído.
-Ehem...el poema se llama..."Tu cabello huele a salsa de soya"
-¿Eh? ¿Qué mi cabello qué?
-¡No! Quise decir "Tu cabello huele a rosas" -respondió el chico apresurado, golpeando disimuladamente al hijo de Afrodita.
-¡Auch!
-¿Eh?
-No, nada bella Tamao...un pequeño golpe "mental"...empezaré: "Tu cabello huele a rosas...rosas impregnadas de cebolla..." ¡No! Es decir "rosas impregnadas de tu aroma...aroma que extraño porque no te has rasurado...es decir porque yo te he extrañado...je je..."
-...
-"Y el viento ahora te ha embarazado...digo, te ha regresado a mí" -Horo trató de pegarle una vez más al hijo de Afrodita, pero este esquivaba los golpes del shaman, quien sentía que algo malo pasaría a juzgar por el mutismo serio de Tamamura.
-"Y ahora que el viento gira en mi cabeza...tengo..." ¿qué sigue idiota? ¡Responde o te golpearé!...¡No es hacia ti Tamao! Es que mi conciencia estúpida no me deja seguir... "Ahora que el viento gira en mi cabeza tengo que sentir tu fragancia que me hace vomitar...¡no! no me hace vomitar...me hace...¡suspirar!...Sí...me hace suspirar porque..." ¡TE VOY A MATAR, BICHO DEL DEMONIO!
-¿Qué? -preguntó Tamao enojada. Ese "Horro" era una broma de muy mal gusto que la estaba irritando, sobre todo con esa galantería y su ridículo poema. De mal humor, la chica tomó de nuevo la espada de madera de Ryu, tratando de ver en donde podía golpear fuertemente al chico, quien estaba corriendo por todo el pasillo...en persecución de...¿Cupido?
-Ven acá rubio alado...ya verás cuando te atrape que las vas apagar...¡Como te atreves a interrumpir mi declaración de amor pellizcándome en la nuca! ¡Ahora verás lo que significa el rojo! ¡Te golpearé hasta desinflarte! -vociferaba el hermano de Pilika soltando puñetazos a diestra y siniestra, mientras que el hijo de Afrodita volaba delante de él, burlándose abiertamente.
Poco a poco Tamao, que observaba la escena boquiabierta, fue atando cabos, hasta armar un rompecabezas con piezas muy extrañas: una de ellas era Cupido, quien era real y estaba ayudando a un muchacho raro a declararle su amor(curiosamente le recordaba a Horo Horo), quien era la segunda pieza...y la última pero no menos importante era ella, la víctima de semejante suceso, que ahora tenía que decidir si aquel espectáculo (con todo y declaración) era real o una horrible broma de San Valentín.
Un Cupido volando a toda velocidad hacia su cara sacó a la muchacha de sus pensamientos, quien por reflejo levantó la espada, que chocó contra el rostro del ser alado.
-¡Al fin! -gritó el joven de pelo azul corriendo hasta llegar al lado de Tamao. -¡Ja! Sabía que no te escaparías de mí alimaña...¡Muchas gracias Tamao por dejarlo inconsciente! -exclamó muy feliz levantando a la criatura por las alas.
-Ah, sí...
-...
-...
-Tamao...
-...
-De veras me gustas...mucho...-habló el chico en voz baja, ligeramente ronca, lo que le daba un toque misterioso...(y sexy O///O)
-Pero yo...-Tamamura se adelantó, acortando las distancia que los separaba, hasta llegar a menos de medio metro de distancia..."Pero yo quiero saber quien eres", pensó, retirando lentamente el antifaz del muchacho, tirando su sombrero...descubriendo a Horo Horo...
-Hola -respondió este a manera de disculpa, ruborizándose.
-¡Joven Horo! No...no sé que decir...
-No digas nada...
-Es que yo...yo no sé lo que siento...-reconoció la muchacha retrocediendo, dando de espaldas con un muro a la vez que cubría su rostro con sus manos, blancas perlas saladas corriendo por su cara para morir entre los pliegues de su blusa. Tantos pensamientos corrían rápidamente por la mente de la chica...pensamientos que no se dejaban descifrar...confusos y desordenados, que no la dejaban pensar que hacer...Nunca le había pasado algo parecido...nunca se había sentido tan atraída hacia alguien en tan poco tiempo...especialmente un extraño que en un instante se convertía en un conocido cercano a un supuesto querer que mezclaba más la confusión...
Lentamente la joven sintió como el shaman, arrodillado enfrente de ella, retiraba sus manos para dejar descubierta su cara, para poder entrar a su mundo, que ahora parecía caer en ruinas...
-Tamao...
-...
-¿Te importa si te ayudo a decidirte? -preguntó cariñosamente estrechando las manos de la chica de pelo rosa, haciéndola sentir tranquila y relajada...cómoda y segura...
-¿Pero có-pero su mente dejo de funcionar al sentir los suaves labios del shaman sobre los suyos, que inconscientemente respondían a esa dulce caricia, en donde tanta confusión desaparecía para ella, haciéndola despertar a una realidad en donde sabía que a su lado siempre estaría él, una persona que sentía algo tan profundo...un sentimiento que no se podía evitar compartir, sobre todo si ese chico seguía besándola, abrazándola de forma protectora contra cualquier cosa que pudiera deshacer su mundo...que ahora le pertenecía a él también...
Se separaron, todavía con aire de sobra para un poco más de tiempo.
Horo Horo permanecía en la duda, preguntándose si lo que había hecho era lo correcto o el inicio de una decepción amorosa muy dura.
Tamao sonreía, feliz ante su gran descubrimiento, deseosa de atesorar más momentos como aquellos.
-Horo...-fue lo único que pudo decir antes de caer sollozando en los brazos de su amado, quien asombrado pero tranquilo acarició su cabello, estrechándola suavemente...
-Tranquila...estoy aquí...nada te pasará...
-Te he estado esperando...mucho tiempo...¿por qué tardaste tanto mi príncipe? -gimió Tamamura, secando sus lágrimas a la vez que vislumbraba un radiante brillo en los ojos del shaman- ¿por qué nunca supe que eras tú? El único que he esperado desde tanto tiempo...
-Seca tus lágrimas linda Tamao, que no sirve lamentarse del ayer, si solo queda el hoy. -respondió el joven sonriéndole, ayudándola a levantarse, antes de que salieran a contemplar las estrellas en el parque, donde la joven de pelo rosa sería informada por el muchacho de su increíble odisea para poder conquistarla...para poder entrar a su mundo...
Continuará...
