[ [ Proyecto original: "Link to the Soul" - publicado en: Fanfiction.net, Agosto 2001-Septiembre 2001 / DaisukeKen Mailing List, Octubre 2001 ] ]
disclaimer. Digimon no es mío, tampoco sus personajes. Lo único que es mío es la idea de esta historia.
notas. Mi cuarto proyecto en español, tienen todo el derecho de darme cualquier opinión, simplemente díganme lo que les pareció y dejen sus reviews. Es muy importante para mí. Quisiera aclarar también que esto es una trilogía por lo que sólo tendrá 3 partes, no más y no menos.
advertencias. Shounen-ai/yaoi/slash, Daiken. (Si eres homofóbico o te ofendes/molestas con estas relaciones no lo leas). Universo alterno, muerte de personajes (¡otra vez!) un poco de lenguaje fuerte, espíritus, angst, deprimente, profundo, plot y mensaje analíticos. Mientras escribía esto escuchaba una y otra vez el disco de TATU, así que resultó mucho más dramático, intenso y bizarro de lo que tenía planeado.
Nos vemos al final del fic, espero que lo sobrevivan y que lo disfruten!!
-
++conexión al alma++
de Anairb Black
-
+ Acto Primero: Rendición +
Ellos me dijeron que se pondría bien.
Hoy es un día extraño. Parece como si mis labores se hubieran suspendido, mientras observo a la gente trabajar a mi alrededor. Escucho como algunos infantes lloran sin parar, y sus madres los acunan sin obtener una mínima señal de afecto y sin poder acallar su dolor. En mi mente hay un pensamiento muy extraño: el mundo, desintegrándose. Es uno de esos pensamientos que vienen a la mente de una persona cuando esta pasando por una situación difícil, y no sabe pensar en otra cosa.
Hoy era uno de esos días en los que me levanto y al bañarme pienso en lo que haré. Hoy iré con mis amigos, aún no sé a qué lugar, pero quisiera comer helado de chocolate. Le haré bromas a Ken sobre su pelo cuando era el Kaiser... tomaré el autobús y entraremos en aquellos túneles oscuros de la ciudad que tanto asustan a Miyako. Celebraremos porque nuestros días de salvar al mundo se han acabado, y somos tan libres que podemos reírnos de cualquier cosa. Y no sé, tal vez le diga a Ken lo que siento por él.
De hecho, hoy era uno de esos días normales. Pero, un sólo movimiento lo ha cambiado todo. Un camión se acercaba a nosotros en medio de la oscuridad de esos túneles, y de pronto, ya no podíamos pensar más.
No puedo pensar en ello. No puedo tampoco recordar todo exactamente como lo fue, es demasiado que recordar, demasiadas cosas que culpar, demasiado que llorar, demasiado para simplemente... recordarlo.
Hikari entonces se acerca a mí, sentándose a mi lado y acariciando entre sus largas manos un mechón de mi pelo. Sus labios se acercan a mi oído, y me susurran palabras de aliento. No puedo evitar imaginarme en qué alegría me encontraría si yo fuera el Daisuke de antes. Estaría por fin feliz de que aquel bastardo no se encuentra con nosotros. Pero, ahora ya no es como antes. No tengo sentimientos hacia Hikari; no más de lo que es la amistad. Ella lo sabe; creo que, en algún sentido, sabe mucho más de mis sentimientos, y los comprende aún mejor que yo. Sabe que estoy atormentado, enamorado, pero tan angustiado... lo sabe muy bien, y sabe bien de quién.
Por eso comprende que yo soy quien necesita más apoyo hoy en día, en esta situación.
Yo no le digo una palabra. Su manera tan suave de susurrarme, casi me vuelve loco.
"Ten fe en Ken. Ten fe. Estará bien. Nada saldrá de su curso, Dai-chan".
No puedo. No puedo pretender que él estará bien, porque sé que ya nada será igual. Ya lo vi. Ya vi que está muriéndose. ¿Que acaso tu no puedes verlo? Sólo es un saco de huesos y piel conectado a un aparato. ¡Ya no está con nosotros, ya no nos habla, ya no nos llora! Y aun si estuviera a salvo... no, nada volverá a ser igual. Nada. Yo no podría ocultarme más.
De cualquier forma... no creo que me ayudaría si hablara con alguien.
Despacio, me levanto del asiento. Tal vez salí de la sala de espera porque ya no pude ver a la gente frente a mí. Parece que no tengo un lugar a donde ir, hasta que de pronto me dirijo a aquel lugar, a aquella cuna de mi dolor.
Mi mano ahora pálida toca su puerta y me deslizo en la habitación.
Me arrodillo al lado de aquella cama fría con las sábanas blancas sobre la que se encuentra reposando con tanta firmeza. Sin pensarlo, estoy contando el ruido repetitivo de la máquina a la que está conectado Ken -aquella para calcular los latidos del corazón-. Es... gracioso. Ellos dicen que aun puede vivir, y me dan tantas ganas de hacerlos reaccionar de alguna manera. ¿Acaso están ciegos?
Está muy frío, como siempre lo ha estado. Un día que me estaba congelando en la calle y me acerqué a él, sentí que él ya estaba echo un pedazo de hielo. Se siente como tocar un hielo muerto cuando lo tocas. Un hielo muerto, que ni siquiera yo puedo derretir.
"Por favor, mírame... no veas con esa mirada tan muerta, Ken".
No sirve de nada; ya sé que estará muerto en un minuto -- y 'muerto' es una palabra que no puedo dejar de pronunciar. Hay demasiadas palabras para describirlo: solitario, cretino, pálido, bello, inteligente, atormentado, sensible, inigualable, completamente... indispensable... y ahora, muerto.
"Una vez en mi vida, Ken, me imaginé qué quería ser de grande.
... dije que yo iba a morir muchísimo antes de que tú lo hicieras.
¿Recuerdas aquel día en el que te dije, a ti y a los demás, que mi sueño era ser un dueño de un restaurante? No sé en qué diablos estaba pensando. Creo que simplemente lo dije para brindarle ánimo a los demás, no a mí mismo. 'Eso es genial, Daisuke', fue tu respuesta ante ello. ¿Lo vez? ¿Piensas que es genial? ¿Por fin, alguien piensa que mis sueños son geniales?...
Claro, cuando llegamos a nuestro mundo, todo cambió, y nuevamente mientras caminábamos por la banqueta que lleva a la estación del tren unas palabras mías lo cambiaron todo. 'Sí, abriré un restaurante y luego moriré como un pobre diablo. Sinceramente, creo que tú serás mi único recuerdo. Alguien a quien alguna vez pude llamar un amigo. Gracias, Ken'.
No siempre estoy totalmente alegre. De echo, son sólo algunas veces. Y mientras caminábamos por la calle mientras nadie más nos prestaba atención, y éramos sólo nosotros dos... mmh, creo que recuerdo lo que dijiste. 'Yo no tengo un sueño, ¿sabes?'
Me dijiste que no tenías ningún sueño... ninguna esperanza. Y sabes... pensé que era una mierda. Había sentido como si alguien me hubiera escupido en la cara.
'Entonces yo tampoco tengo', te dije, para acompañarte en tu gran abismo de tristeza, un espacio que nunca pude conocer totalmente. Sonreí e incluso llegué a pensar que estabas leyendo mi mente; que sabías lo mucho que te quería. No creo que te hayas dado cuenta de la honestidad con la que te decía las cosas.
Pero tu sólo me miraste. '¿Por qué?'
'Porque eres todo lo que tengo, ¿sabes?'
'No... tienes a tu familia y a tus demás amigos, y los tuviste primero que a mí'.
'Eso no significa nada'.
'Claro que sí'.
'¡Claro que no!'
Pensé que continuarías con nuestra pequeña discusión, pero en lugar de eso sólo te echaste a reír, y recargaste tu cabeza en mi hombro mientras caminábamos. No te molestaba demostrar tu afecto en público, y yo estaba de acuerdo con eso. Pero nunca te hubieras imaginado lo mucho que me... intimidaba. Deseaba, no sé, poder devolverlo.
Pero, sabías lo que sentía, ¿verdad? Sabías que me sentía perdido y angustiado, pero tal vez no sabías por qué. A veces pienso que estamos unidos. Una vez sucedió; pude escuchar tu corazón, y no puedo pensar en algo más extraordinario. Creo que me enamoré de ti aquella vez.
Dios. No puedes morir, Ken. ¿Ves? Te dije que iba morir antes que tu. No me hagas esto. Sabes bien que no puedo continuar así... en un mundo donde no me quede nada. Ni siquiera puedo imaginarlo.
¿Acaso no puedes salir del coma, Ken? ¿No puedes pararte de la cama y caminar como si nada hubiera sucedido? Eres fuerte. Eres la persona más fuerte que conozco, eres incluso más fuerte que yo. Nadie sabe que lo eres, sólo yo. Todos piensan que eres débil, deprimido, neurótico, loco... y tal vez no eres el mejor de los optimistas, y tu estabilidad emocional es como una montaña rusa... pero yo confío en ti. Yo sé que eres fuerte, ¡yo sé que puedes salir! ...hazlo por mi, pero hazlo...
¿Estas haciendo esto sólo para burlarte de mí? ¿Para comprobarme que tú eres quien va morir primero?
Mmmh. Estoy llorando ahora. Estoy llorando. ¿Ves lo que ocasionas? ¡Esto no es un juego! No para mí. ¡Estoy llorando por ti, Ken! ¡Estás muriendo, y es en serio! No quiero que eso suceda. Ni siquiera te dije lo que sentía por ti, y me prometí a mí mismo que lo haría, que seríamos felices...
No dejes que suceda... no dejes que suceda.
¿Quieres enseñarme que nunca estoy bien, que siempre me equivoco? ¡Tu ganas! Es verdad, me equivoco, siempre lo arruino. Pero esta vez no. Déjame ser quien está en lo correcto esta vez. Luego, te dejo ganar todas las veces que quieras.
¿Sabes?...
Si tu no puedes salir, yo te sacaré.
Cielos. Tu mano está helada... ja, debí suponerlo. Pero puedo hacer esto solo, confío en ambos. Todo lo que te pido ahora, es que no pienses que estoy haciendo esto por la broma de que yo moriría antes que tu. No soy tan idiota como parezco. Esto tiene una verdad más profunda.
Estamos unidos, por eso sé que lo puedo hacer, ya sé que lo sabes. Es tan extraño, que a veces hasta me asusta. Pero no debo tener miedo, ¿verdad?
No te voy a dejar morir. Nunca. No me importa lo que tenga que hacer por ello. Tienes tantas oportunidades, tantas cosas por vivir, tanto por reconocer y por superar. Despierta, vamos. Yo sé que puedes. Puedes hacerlo con mi ayuda. Siempre puedes. Sé que puedes contra ello.
No me digas que no quieres por el parálisis. El doctor me dijo que ya no podrías caminar más. Pero a ti no te importa si no caminas, ¿verdad? Porque sólo te estás dejando caer, te estás dejando morir. No, yo no lo voy a permitir. Voy a hacer que vivas, y que vivas caminando.
Nunca pienses que te odio, Ken. Te quiero demasiado... más de lo que te imaginas. Más de lo que algún día te dije; más que a mi hermana, que a mis padres. Más que a Hikari incluso. ¡Ja! Ahora si te tomé por sorpresa. Hubiera querido decírtelo cuando estabas despierto e íbamos en el autobús, en el último asiento del rincón y en la ventana. ¿Recuerdas? Hubiera sido el momento perfecto... pero bueno, con el accidente y todo eso.
¡Cielos! Me atrevo a decir que te amo.
Pero te prometo... te prometo que no quedará así. Te prometo que esto no será la última vez. Algún día... algún día voy a darte todo lo que no te di. Todo. Estaré ahí y jamás, jamás estarás sólo... aún si no me correspondes, yo estaré a ti, te ataré a mí para siempre estar a tu lado, sin importar si me odias, si me lastimas, o si me haces morir de nuevo.
Te voy a dar toda una vida, sin importar lo que pase conmigo. Te daré toda una vida para que esta vez vivas de verdad.
Te lo prometo.
No tienes que tener miedo de nada... yo lo haré por ti. Confío en la conexión; es algo mucho más profundo que todo lo demás, incluso más que evolución DNA. Eso no tiene nada que ver. Yo sabía que estaba aquí, en el alma, latente, esperando a ser completada.
Puedo escuchar que tu alma está llorando. No lo hagas. Te me estás yendo... pero vas a vivir. ¡Vas a vivir! Pero no te me mueras en el proceso.
Cuando estés listo estaré ahí. Nunca me iré. Nunca, nunca, nunca me iré.
Estaremos juntos, como debimos de haberlo estado en esta vida.
No quiero que sientas dolor. Ningún dolor.
Pero si te he lastimado...
Lo siento...
Lo siento tanto..."
Ken despierta.
Sus pupilas color morado índigo miran los alrededores de la habitación. Es blanca, de cuatro paredes muy encerradas, con un florero al lado de la cama y una ventana con las cortinas cerradas. Parece que es el atardecer. Se siente caliente, no helado como antes... como si alguien lo hubiera abrazado por mucho, mucho tiempo.
Pero no hay nadie.
De pronto se escucha un sonido extraño, y Ken repara un segundo antes de darse cuenta de que se trata de la puerta de la habitación abriéndose. Una persona entra.
Es Hikari.
Hikari toma asiento a su lado, de la mesa del florero, porque del otro lado está la máquina que toma el ritmo cardiaco. La expresión de Hikari es triste. Muy triste. Sonríe, pero de una manera falsa, y luego, toma su mano entre las de ella, repentinamente. Por la mirada extraña que Hikari le dirige, Ken comprende que se trata de algo serio.
"Esto... es un milagro, Ken", dice, un poco alegre pero aún así triste. "El doctor me dijo que habías despertado poco después de que... bueno. Yo... todos estábamos tan preocupados por ti... estoy tan feliz de que estés vivo..."
Está feliz, por fin... Ken sonríe, aunque sea una sonrisa triste y pequeña. De alguna manera sabe que algo anda mal... y lo confirma cuando ve que en los ojos de Hikari se asoman dos lágrimas grandes.
"¿Están todos bien?" Ken pregunta suavemente.
"Sí... bueno. Iori tuvo un poco de complicaciones, pero se encuentra bien, y Miyako se ha roto el brazo. Takeru y yo sólo estábamos lastimados, pero nada serio".
"Y... ¿Daisuke?"
Hay silencio de parte de Hikari. Ken tiene que repetir el nombre de nuevo para hacerla reaccionar.
"Yo... Ken... algo malo ha sucedido. Yo..."
Parece que en cualquier muerto puede quebrarse y llorar desconsoladamente. No hay explicación.
"¿Hikari...?"
Ella se limpia una lágrima de su mejilla. Su expresión se ha vuelto angustiante, tanto que Ken ya no puede mirarla. Parece que Hikari está ocultándose la verdad de ella misma, como si algo hubiera sucedido y ella no lo quisiera aceptar.
"Esto... esto es mucho para decírtelo yo, Ken. Pero sé... sé lo que debe significar para ti".
Dios. Eso lo asustó.
"Dai-chan...", sollozó, "a Dai-chan lo encontraron muerto aquí anoche".
Hay silencio. Los ojos de Ken se ponen tristes. Muy, muy tristes. Y quería ser fuerte, fuerte por ella y por el mismo, pero su voz se rompió inevitablemente. "¿Qué?"
Hikari lloró aún más, tanto que su cuerpo temblaba con los sollozos. "Él... no sé... sólo se murió, así nada más... no fue por el accidente, él estaba bien, te trajo hasta aquí, nos trajo a todos... y lo logró, te trajo aquí, y... murió".
Ken observa que no hay viento afuera. Tampoco adentro. Su cabeza da vueltas, no se conecta bien con la realidad.
"Quiero verlo".
Ella lo observa como si fuera un bicho raro. Hikari no cree que sea correcto sacar a Ken del hospital; se supone que debe reposar. Pero perderse el funeral de su mejor amigo sería algo que el no se perdonaría...
La voz de Ken era un susurro, estaba frío y tenía círculos negros debajo de los ojos. Tal vez sería bueno si tomara el fresco.
"Esta bien. Trataré de sacarte de aquí para el funeral".
Nunca imaginé que pudiera mover mi silla de ruedas tan cerca a esto.
Mi mirada reposa sobre el objeto. La superficie de cristal es bellísima. Me deja ver a través del objeto y ver a la persona dentro. Te puedo ver ahora.
Estás muerto en serio, ¿verdad? No puedo creer que lo hayas hecho. No puedo creerlo aun. Siento que mi cabeza me traiciona; que todos me traicionan. No podré caminar, ¿sabes? ¿Pero aún así querías que viviera? ...
Debí de habértelo impedido. Pero siempre eres tan terco...
Te ves muy pálido, Dai. Nunca antes te había visto así. Esto es un error, se siente frío cuando trato de tocarte, de tenerte en mis brazos como tanto lo he deseado... porque el cristal me lo impide, el maldito cristal me separa de ti aún más.
Todavía me acuerdo de cuando dijiste que ibas a morir antes que yo, si no fue hace mucho. ¿Es esto una broma, Dai? Porque en este momento, lo único *lo único* que quiero ver es verte detrás de mí diciéndome que esto es una broma y que no tengo que estar triste nunca, nunca más, porque aún estás conmigo.
Pero... creo que eso no va a suceder, ¿cierto?
No puedo creer... no sé por qué pasó esto. Todavía puedo escucharte gritando en el autobús. Estabas tan desesperado por sacarme de ahí que ni siquiera te importó que tu cabeza sangraba y tu ropa estaba un poco rasgada. De hecho recuerdo que me ibas a decir algo antes de que todo esto sucediera, pero... no estoy seguro. ¿Nunca quieres que me vaya, verdad? Siempre haces todo por mantenerme de pie, me dices que soy fuerte y que puedo hacerlo. Siempre estás conmigo... por favor, por favor continúa haciéndolo, Daisuke. No te mueras...
Nunca te había visto así antes.
Me das miedo.
Tengo miedo, Dai. Tengo miedo de ti. Ya no estás aquí en realidad, pero aún así te sigo viendo... y verte muerto - ¿muerto? ¿Es esa la palabra? - me hace recordar que aun estás vivo... pero eso no puede ser, ¡no puede ser!
Esto es loco. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Por qué, Dai? Yo era quien estaba muriendo, por qué tuviste que interferir otra vez, ¿por qué? ¿Moriste sólo porque querías que me viera como un tonto? ¿Para demostrarme que tenías razón? No... no, tu no me harías eso en la vida, ¿verdad? Eres un buen amigo, Dai. Quiero creer que estás conmigo otra vez.
¿Dai? No puedo vivir sin ti. No puedo. No me importa que tu creas que no es cierto.
Te recuerdo en el hospital, sosteniéndome. Hablándome sobre una verdad... hablándome de tus sentimientos. ¿Tienes idea de cuánto he llorado por ellos, Dai? ¿Tienes una idea? ¡No sabes, en serio! ¡No sabes lo que siento por ti! Nunca te lo dije. Temía que fuera el colmo y me dijeras que en realidad estoy loco. No tienes idea de nada de lo que siento por ti. Cuan intenso es mi deseo de tenerte. Cuan grande es mi dolor, que me está rompiendo en pedazos, al saber que nada de lo que yo quería podrá ser realidad...
Pero... yo te recuerdo hablándome de algo más. De otra vida. De una promesa... hazlo real, Dai. Hazlo real... quiero atarme a ti también. Quiero que estés conmigo... que estés conmigo, siempre, y que ambos nos quedemos juntos, sin nadie, nadie más.
¿Estamos enamorados, Dai?
¿Nos merecemos todo el peso del mundo, de la vida y de la muerte?
¿Podemos hacerlo, Dai? ¿Podemos irnos a otra vida? ¿Renacer...?
¿Es esto el riesgo de ser almas gemelas? ¿Que una no es nada sin la otra?
Perdóname. Perdóname, perdóname, perdóname. ¡Debí de haber luchado solo, debí de haber luchado, impedir tu sacrificio para siempre! Pero supongo que ya no importa, ¿verdad? Porque quiero estar contigo. Eso es todo lo que quiero.
Tengo miedo. Tengo tanto miedo...
Pero sé que es el momento. De alguna manera, lo sé. ¿Mantendrás tu promesa, Dai? Quiero verte. Tengo tantas ganas de verte, de abrazarte. Quiero verte y decirte tantas cosas...
Me siento extraño. Como si todo se apagara.
¿Puedes verme ahora, Dai?
Por primera vez en mi vida, estoy llorando, Daisuke Motomiya.
Estoy llorando en la muerte, por ti.
¿Cómo fue que llegamos tan lejos...?
Cuando los otros aparecieron para ir a apoyar a Ken, quien tenía horas a solas con el catre de Daisuke, para decirle que ya tenían que ir al entierro...
La cabeza de Ken descansaba sobre la vitrina de cristal en la que Daisuke se encontraba. Sus ojos se encontraban completamente cerrados. Su cabello se deslizaba y le cubría mitad de la mejilla, negro azabache como nunca antes en contraste con su piel tan, tan blanca. Sabían que Ken había muerto ya.
Un suave sollozo se escuchó, y el viento sopló, lejos, en el cielo.
notas finales. Bien hecho, sobreviviste. ^^ De veras apreciaría mucho si me dejaran un review... terminé muy cansada cuando acabé esto! Si, aún continúa. La segunda parte viene pronto. Pero por favor, díganme si les gustó y si quieren ver la segunda parte. Siéntanse libres de enviarme cualquier queja y blasfemia, sólo desahóguense, díganme que les pareció, se los agradecería mucho. ¡Muchísimas gracias por leer! ^^ ¡MUY FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!
