disclaimer. Digimon no es mío, tampoco sus personajes. Lo único que es mío es la idea de esta historia. El poema/canción de este capítulo es una versión modificada y traducida por mi de "The Flame".
notas. Este es el capítulo final, no habrá continuaciones ni historias de apoyo ni nada de nada. LO SIENTO MUCHISIMO POR TODO EL TIEMPO QUE HA TOMADO PUBLICAR ESTE CAPITULO!!! Tengo que mencionar que sin lugar a dudas a sido el más difícil, tedioso, y largo de todos (mucho más largo). Apreciaría mucho (como siempre) si dejaran sus reviews y me dieran su última opinión de este fanfic. Lo siento muchisimo por aquel o aquella que quede decepcionado/a con el final, todo fue un trabajo muy duro para mí, pueden criticar todo lo que gusten, y aun espero que me sigan leyendo en mi próximo fic, prometo que será un poco menos dramático (pero sólo un poquito :P)
agradecimientos. A Cris, mipi, Kanami, Malesyn y Raquel, y en especial a Kini-chan (¡va por ti, amiga! Muchísimas gracias por todo tu apoyo, eres super buena gente y en realidad te aprecio mucho)
advertencias. Shounen-ai (ahora sí en acción), mucho angst, confusión de emociones, te recomiendo que tengas una caja de Kleenex a tu lado si eres muy sentimental, leer con cuidado, espero que todos lo disfruten :)
++ conexión al alma ++
de Anairb Black
+ Acto Tercero: Desenlace +
daisuke
¿Qué fue lo que sucedió?
Han sucedido tan pocas cosas - o tal vez son millones. No sé lo que mi presencia ahora te haga sentir; me imagino que te sientes confuso, porque no sabes de qué se trata todo esto, tal vez te sientes traicionado, porque tú eres el único de nosotros que se encuentra vivo, o tal vez te sientes enojado y con ganas de golpearme, porque me escapado a tu mente y he estado en tus sueños, como si no quisiera separarme nunca de ti. O tal vez simplemente estás vacío, y no sientes nada.
Te diré lo que yo siento. Te me estás acercando a mí lentamente, como si no creyeras lo que ves. Como si fuera la primera vez que ves a un espíritu. En muchos sentidos no has cambiado nada; sigues siendo la misma persona con el rostro más hermoso del planeta. Te ves aún más pálido de lo normal, y tu cabello es aun más negro. Tus ojos, sin embargo, son los que más han cambiado. Me reflejan que estás roto, que estás agonizando- no en este mismo momento, sino en cada segundo de tu vida. Pero más allá de eso, es todo lo que puedo ver de ti. Ya no puedo ver lo que sientes ni lo que piensas.
¿Ken? ¿En realidad eres tú? Yo tampoco puedo creerlo. No sabes... todas las emociones que estoy sintiendo. Los muertos también sienten. O por lo menos las esencias- porque eso es lo que soy. He viajado mucho para llegar a ti, aunque sea sólo por un día. Me quedé en tus sueños, conocí todas tus preocupaciones. Te seguí amando. Te sigo amando. No sé si me lo perdonarás, pero de cualquier manera, hoy te lo digo, y hoy me voy, con cualquier recuerdo que resulte tu respuesta.
Me duele saber que apenas lo sabes todo, que apenas estás recordando. Me gustaría que hubieras sentido todo el tiempo como yo lo sentí para que te dieras cuenta de que en realidad he esperado demasiado, que en realidad agonizo por ti. Me gustaría que no me miraras de esa manera. Me gustaría que comprendieras el por qué de todo lo que hice por ti- el darte una vida. Me gustaría que te acordaras de todas aquellas cosas que te dije en el hospital, cuando yo te hablaba por última vez.
Te dije tantas cosas que siguen siendo ciertas... cosas que valdría la pena que escucharas de nuevo. Recuerdo haberte dicho que siempre iba a estar contigo aun si las leyes de la vida y de la muerte nos separaran; que me ataría a ti y te seguiría. Y lo he hecho, Ichijouji Ken, y lo sabes bien. He estado contigo, hasta ahora... y las cosas después de hoy serán distintas. Porque hoy llega el día en el que acabo todos mis pendientes, y te dejo a ti con lo que pudo haber sido mi alma, mi vida, te la dejo con todo mi amor para que tú sigas con ella, y me quedo contigo dentro de ella. ¿Sabes lo que eso significa? Que si tú la desperdicias, yo muero con ella, y ya no me tendrás...
¿Ves como son las cosas?
Te has acercado más a la pared y siento que apoyas una mano sobre el cristal helado. Yo te sigo con la mirada y me detengo en la tuya; y veo que tienes los ojos empañados de lágrimas. Y puedo ver ahora lo que sientes: un dolor, una angustia que jamás había visto en ti. Como si desearas algo que no puedes tener.
Ken; te amo tanto, y te lo doy todo. Pero mi todo ha sido mi vida en el pasado, y ahora, mi amor. Todo mi amor ahora y en el futuro.
Pero es todo lo que te puedo dar.
Y no aguanto más por oír una palabra tuya, por sentir una caricia tuya, y es tanto lo que estoy deseando... que nuestras manos se tocan, separadas, pero a la vez juntas, por la acción de nuestras almas. De momento siento que ya no estoy aquí. Me siento tan feliz, pero tan triste a la vez, que evito cualquier señal de conmoción, con todo lo que tengo. Me consuelo sabiendo que pronto te voy a abrazar, porque saldremos de esta maldita pared, y cuando caminemos en la playa yo sólo iré contigo. Te despediré en el agua para siempre, pero estaré contigo. ¿Te has dado cuenta de que eso es todo lo que me hace sentir bien?
...
Nos quedamos mirándonos, mano con mano, corazón con corazón. Te muerdes el labio inferior por un momento, luego agachas la cabeza, luego me vuelves a mirar... y sé que estás recordando todo, que todo se te viene como un rayo en la mente, tantas escenas, tantas frases, tantas risas por descifrar. Y yo sólo te observo, con la misma adoración con la que siempre te he mirado, mientras lo descifras todo en tu mente.
Cuando finalmente has comprendido todo, me vuelves a mirar, y me demandas todo lo que yo sé.
ken
Tengo tantas ganas de llorar que me es imposible ocultarlo. Hay tantas cosas que quiero saber y otras más que quiero decirte, más no me siento seguro de si será posible. Quiero que me hables primero y quiero pensar que no te amo y que estaré bien cuanto te vayas. Quiero imaginármelo todo como si yo en realidad no estuviera aquí y fuera el receptor de una novela.
Pero no puedo. Vivir es inevitable.
Todas las cosas que se me han atravesado por la mente me han recordado, parte por parte, mi vida entera. Y con todo esto siento que esta vida que tengo no ha sido nada en comparación con la otra; o tal vez las dos son una misma vida, y yo soy quien a cambiado. Pero de cualquier manera, sé cosas que nunca antes creí que iba a descubrir.
Pero ya nada eso me importa. Sólo me importas tu. Daisuke. Siento como si jamás hubiera olvidado tu nombre, como si todo el tiempo hubiera estado dormido.
Siento como me miras, como tu mano toca la mía sin importar la pared, y sé que es por la conexión que ni yo mismo soy capaz de explicar. Quisiera de pronto estar a tu lado y abrazarte y besarte como nunca lo he hecho. Quisiera despedirme de ti diciéndote todo lo que no te he dicho, sólo para probar si así te puedes quedar a mi lado.
Y ya sé que la respuesta me dice que quedarse es imposible; que hay demasiadas cosas entre nosotros. Y eso me detiene a decirte las cosas que quisiera decirte, me hace sentir que no tiene caso sufrir por algo que jamás se hará posible. Y es aquí donde ya no sé que hacer.
No sé lo que significa esto, por eso digo lo único que me parece que es correcto.
"Estás aquí".
Y tú me miras perplejo... pareces querer sonreír, pero tal vez es por la expresión de mi rostro que permaneces indescriptible. En realidad, estoy muriéndome por dentro.
Estoy tan cerca de ti, que si no fuera por esta maldita pared, estaría respirando y exhalando en tu rostro, y estaríamos tan juntos, cuerpo con cuerpo. Y mientras veo el reflejo de tu mano con la mía, me empiezo a sentir diferente. Siento una gran ira interna, como si ya no pudiera respirar de pronto. Siento que me has matado en lugar de haberme dado una vida, siento que me has condenado, que me has herido hasta desangrar. No puedo evitar odiarte hasta cierto punto, odiarte porque me has hecho amarte con tanta pasión sin que me importe nada más. Siento ira, coraje, angustia, con tantas ganas de hacernos sufrir, con ganas de comprobar que estoy en lo cierto... que te amo a más no poder. Lo haría, todo lo que quiero hacer, lo haría sin pensarlo en este momento y al diablo con la gente, con los espíritus, con el mundo.
Pero esta terrible barrera sólida es la que me separa de ti. Y después de eso, hay un millón de cosas más.
Y entonces, cierro los ojos lo más fuertemente que puedo, aprieto mi mano y golpeo el cristal con todas mis fuerzas, hasta que el sonido tan abrupto a retumbado en mis oídos y su eco por las paredes... y ya echo una vergüenza y totalmente consumido en mi rabia, me desvanezco y caigo abruptamente al suelo. Me quedo de rodillas allí, y apenas alcanzo a observar que Daisuke se ha agachado para estar a mi nivel, cuando empiezo a llorar inquebrantable, desconsoladamente.
No puedo pararme para volver a caer... simplemente me quedo ahí, como si jamás pudiera superar esto, sintiendo que no hay solución. Estoy cayendo al fondo de un abismo.
"¿Ken?"
Entonces, escucho su voz. Ese timbre suave contra mi oído que viene desde el otro lado. No tengo fuerzas para mirarlo, porque sé que mi corazón va a estallar, así que por un momento dejo de respirar, de sollozar, con la cabeza gacha y el cabello encima de mi rostro. No puedo ver nada, no quiero ver nada. Solo quiero escucharlo y saber qué dirá.
"¿Ken?" repite una vez más. Su voz me parece tan lejana, tan familiar, que me recuerda muchísimas cosas mas, las cuales no tengo fuerza para pensar de nuevo. "Mírame, por favor".
Yo sigo muriéndome por dentro, y no obedezco en lo mas mínimo. Me siento arruinado, muerto, enojado... y muchísimas más emociones están en mi, que es imposible decir realmente cómo me encuentro. Es imposible para mi realizar cualquier otra cosa que no sea escuchar y llorar en silencio. Ya ni siquiera puedo llorar a gusto; siento que todo se ha ido de mí y estoy vacío.
"Me duele... a mí también me duele". Es entonces cuando escucho su voz quebrarse de una manera característica. Jamás lo había escuchado hablar así. Empiezo a creer lo que me dice. "No tienes idea de todo lo que me ha dolido todo este tiempo; es indescriptible. Pero quiero... he venido sólo por poco tiempo. Quiero decirte algunas cosas. ¿Me vas a escuchar, Ken?"
Sigo sin saber qué hacer mas que quedarme como estoy. Pero él me está pidiendo algo. Ha pasado mucho tiempo desde que me han pedido un favor de una manera tan sutil... con tanta emoción. Y tengo que admitir que el haberse quedado todas las noches conmigo de la única manera en la que le era posible ha significado algo grande en mi vida, aunque me haya hecho sufrir tanto. Y él mismo lo ha dicho, ha venido sólo por poco tiempo...
No quiero imaginarme que tan poco tiempo es, pero siento ganas de escucharlo, lo que sea que tenga que decirme. Y será mejor escucharlo a yo hablarle a él... porque soy capaz de decirle millones de cosas que se vendrán como una catarata.
Con un leve esfuerzo, logro incorporarme, y mirarlo de reojo. Cuando veo sus ojos no puedo evitar recordar el último momento en que los vi en mi vida pasada. En el autobús... me dan la misma expresión de una profunda tristeza.
Él parece apoyar su frente en la pared, y ahora que los dos estamos sentados en el suelo, no hace falta cambiar de posición. Simplemente nos miramos, y él sabe que yo estoy dispuesto a escucharlo, aun cuando yo no tengo el valor de decir nada. No puedo permanecer mucho tiempo con su rostro frente al mío de esa manera... con ese incoloro, esa barrera enfrente. Bajo la cabeza de nuevo y hago una mueca de dolor.
Entonces escucho un leve suspiro de su parte. "Está bien. Quiero... quiero pedirte que seas feliz. Que seas feliz sin nosotros..."
Volteo rápidamente a verlo. Esto me ha tomado por sorpresa. ¿Qué quiere decir con eso? ¿En realidad sólo ha venido por unos pocos minutos? ¿Tiene el descaro de aparecerse sólo... minutos antes de que se vaya a un lugar inalcanzable para mí? ¿Qué quiere decir con todo esto?
Sin embargo, no logro articular todo ese reclamo. "No- no puedes pedirme eso".
Su rostro ahora me muestra preocupación y la misma tristeza juntas. "Todo lo que yo he hecho. Todo lo que dejé de vivir. Todo esto... ha sido para que seas feliz. Sin ninguna ayuda del pasado. Hoy es el día... hoy es el día en que nos vamos, Ken... todos nosotros. Los dejamos a ustedes con el mundo solos. Por eso te pido... quiero pedirte que seas feliz. Que ha pesar de como es el mundo, de que es aún más cruel y sin emoción, que tu jamás te rindas--"
"¡No! ¿Cómo puedes pedirme eso?" he estallado, y no puedo evitarlo. Mis ojos miran los suyos con furia.
"Nunca... nunca debes rendirte. Quería decirte eso. Tú eres la persona más fuerte que conozco... ¿recuerdas cuando te lo dije?" por un momento mi corazón se detiene y por un segundo ya no estoy echo una rabia, cuando veo que sus ojos se han llenado de lágrimas, y apenas puede hablar. "Todo lo que yo te pude dar... que es toda mi vida... todo te lo he dado. Ya no tengo nada más que darte. Sólo mis palabras, mi promesa de que no importa la vida o la muerte, siempre estaré a tu--"
"Mierda. Son sólo mentiras".
Mi corazón se destroza por dentro, pero intento no mostrarme vulnerable. Las lágrimas corren por su rostro. Me siento echo mil pedazos cuando lo veo. Pero no puedo demostrarlo. Necesito una explicación más buena de él, una mejor explicación, una mejor razón y un mejor por qué a todo lo que ha hecho, una buena razón por la que estoy sufriendo.
"Lo siento... lo siento tanto. ¡De verdad!" Un sollozo se le ha escapado. Yo también tengo ganas de llorar, Dai... si esta realidad no existiera lloraría contigo. "No pude- no pude venir antes. No lograba obtener el valor. Me perdía en ti todas las noches... no podía salir de tus sueños. Quería quedarme contigo, porque eres lo único que me queda... quería asegurarme de que estabas con bien".
Mi corazón se vuelve a detener. Quería quedarme contigo. "¿A qué te refieres?" pregunto, mucho más suavemente.
Él me mira por un momento en silencio antes de ponerse a llorar otra vez. Cuando se ha tranquilizado un poco, me mira a los ojos. "Siempre- siempre quise que dieras lo mejor de ti. Siempre deseé que estuvieras bien. Desde el día en que me di cuenta de lo mucho que sufrías, aquel día, en el desierto, cuando estábamos en el otro mundo... descubrí que todo mi objetivo era hacerte feliz. Por eso siempre luché para que nunca sufrieras. Y cuando ibas a morir... no pude soportarlo. Sentí que fracasaba, que tu vida se iba para siempre sin haber hecho nada en este mundo... sentí que tenías muchísimas más cosas por hacer, más cosas por descubrir..."
Yo también lo miro a los ojos, y no puedo hablar más que en un susurro. "¿No pensaste... que tal vez yo aún quería morir? ¿Que era mucho lo que sufría? No se te ocurrió que por eso me dejaba caer, porque quería morir?"
"Y yo no podía permitírtelo". Su voz es más fuerte ahora, que por un momento me estremece. Pero no me muestro vulnerable. "Aunque tu quisieras, yo sabía que tenías que ir hacia adelante. Siempre arriba, hacia adelante. Por todos mis recursos intenté mostrártelo. No fue por ninguna broma, Ken. No fue por la broma de que iba a morir antes que tu, fue porque simplemente debía impedirlo. Tenías que hacer algo más con tu vida..."
La emoción me ha empezado a invadir, y siento que las lágrimas se me vienen de nuevo. Pero él continúa hablando. "Sabía que tenías que ser feliz. Lo sabía dentro de mí. No podía dejarte ir de esa manera. Por eso ahora... ahora te he dado la oportunidad, quiero que la vivas... quiero que me digas que todo ha valido la pena y que ya no sufrirás mas, que vas a vivir tú solo, por tu cuenta. Y lo siento tanto por no haber venido antes, ¡en verdad! Tenía que cuidarte y asegurarme de que estabas... que estás... bien".
Empiezo a respirar de manera rápida, descontrolada. Pero él continúa hablando. "Por eso dime, ¿eres feliz? ¿Eres feliz ahora que te estoy dando todo... todo lo que yo puedo? Todo lo hice por tu vida, por tu felicidad..."
Siento ganas de desvanecerme y desmayarme. De morir. De no sentir nada por un solo momento. Pero todas las emociones las tengo dentro.
Voy a estallar.
"¿Y eso... es todo?"
Mi pregunta apenas tiene sentido para él; pero sé que la ha entendido, porque titubea, y reprime un sollozo en vano. Se queda mirándome sin poder contestar, con las lágrimas amenazantes en sus ojos. No puede contestar. Hay algo que duda en él...
"¿Es eso todo el 'por qué'? ¿Sólo por mi felicidad? ¿Eso es todo?"
Hay muchas cosas dentro de mí, la ira no se ha ido. Sigue aquí, dentro de mi, latente, deseando salir y queriéndome hacer estallar. He olvidado por un momento que él llora y sufre por todo esto porque en lo único que puedo pensar es en mi propio sufrimiento. No sabe cómo me siento. No sabe todo lo que agonizo... que todo mi sufrimiento... es por su culpa.
"¿Tienes- tienes idea de lo que me has hecho?"
Creo que sí la tiene, pero he tenido que preguntar. Su silencio tan inquietante, tan doloroso, está provocando que mi cabeza de vueltas y más vueltas alrededor de todo lo que ha sucedido, de todo lo que me dijo y de todo lo que siento. Es imposible reprimir mis sentimientos, por eso tengo que decirlos ahora. Sé que sufrirá por ello, pero jamás dije que sería fácil... nadie dijo que sería fácil.
Pues todo mi dolor, todo lo ha causado él y tengo que decírselo.
Creo que ahora percibe que quiero llorar en silencio, pero comienzo a hablar. "Querías que fuera feliz... cuando en realidad me has arruinado. Me has arruinado para siempre, Daisuke. Nada de lo que pudo haber sido de mi vida - cualquiera de las dos - podría volver a ser lo que era antes de que llegaras tu. No tenías derecho de quitarme mi muerte, ¿sabes? pero tenías que ser tan terco... Siempre tan terco".
Su mirada me delata confusión y sufrimiento de su parte. Aun sigue llorando, su cara esta cubierta de lágrimas. Pero no puedo detenerme ahora; ya no puedo. "Me has dejado el encargo de hacer lo que tu no pudiste hacer, pero eso es demasiado, ¡demasiado para mí! ¿Te pareció muy fácil desaparecerte de mi vida, así nada más? ¿No podías soportar verme muerto, Daisuke? ¿Acaso no podías continuar tu vida de esa manera... solo, en un mundo sin esperanza? ¡Pues yo tampoco puedo! Sin embargo, tú me has puesto aquí. Me has obligado a sufrir para siempre sin ti y sin nadie más, ¿y ya viste como está el mundo? Me atrevo a decir que se encuentra podrido. No existe nada. La gente ya no siente. El único que siente en este mundo, y vaya que desearía no sentir nada como los demás, soy yo. Yo siento porque estoy ligado a ti, porque aún no te supero y jamás voy a superar la herida que me dejaste--"
Tengo que detenerme un momento porque algo parece haber quedado en mi garganta y cortado mi respiración. Daisuke se ha tapado la boca con una mano y tiembla ligeramente, sin dejar de mirarme. Y yo, echo una bola de sufrimiento, simplemente no puedo parar de sentir, como se lo he dicho... quiero morir, quiero acabar con mi vida y ya no saber de nada.
"¡Quiero morir, Daisuke! ¡Ya no quiero sentir nada! ¿No te diste cuenta de que yo tampoco podría soportar verte morir? ¿Nunca te diste cuenta de que somos almas gemelas? Por alguna estúpida razón del destino... yo tampoco pude verte en tu ataúd y pensar que las cosas se mejorarían y con el tiempo me olvidaría de mi dolor y te recordaría con cariño. Al igual que tu, no pude soportarlo. Jamás fui más fuerte que tu. Tu siempre me enseñaste... me condujiste por el camino correcto. Y con todo esto... no sabes de mi dolor, Daisuke, ¡en realidad no sabes nada! ¿Cómo pudiste- cómo pudiste dejarme solo? ¿Pensabas que sería fuerte.. aun si reencarnaba? ¿Pensaste que tal vez si tu te quedabas conmigo en mis sueños yo encontraría esperanza? Pues bien... no puedo, Daisuke. Nunca he podido. Por eso.. creo que compartimos la misma clase de dolor. Así como tu no podías soportar el verme así y dejar que mi vida fuera tan triste, yo tampoco pude soportar que murieras. La tristeza me consumió, tenía que verte una vez más... y morí.
"Pero en esta vida... nada ha cambiado. Nada. Sigues aquí... pero no es lo mismo. ¡Si supieras cuánto me duele verte ahora! ¡Saber que no estás con vida! Hubiera sido mejor si jamás vinieras. Tal vez así podría sufrir a gusto y podría matarme sin ningún cargo de consciencia. Pero tu me atas aquí a la vida. Me estás atando a la vida como querías, pero jamás... jamás podré ser feliz. No puedo ser feliz así.
"Llámame cobarde, o dependiente, o suicida, o todo lo que quieras... pero esa es la realidad. Ya no puedo mentirte más. Todo ha girado en torno a mi cabeza y todas las piezas del rompecabezas finalmente se conectan. Esta es toda la verdad, Daisuke, y no puedes hacer nada para cambiarla.
"Por eso... quiero que te vayas de aquí. Déjame aquí con mi dolor que tu mismo has causado. Es irónico si lo piensas de esta manera: en cualquiera de los casos, los dos terminaríamos sufriendo. Si yo hubiera muerto entonces tu estarías agonizando como yo en este momento, así que las cosas... dan vueltas en círculos, Daisuke. No me explico por qué sucedió todo esto. Pero quiero que te vayas. ¡Vete antes de que termine por volverme loco! Antes de que... termine de decírtelo. Decírtelo no cambiaría nada.. sólo haría las cosas más difíciles. Por eso... ¡vete, Daisuke! Déjame sufrir--"
He dejado de mirarlo y he volteado mi rostro hacia otra parte, con los ojos lo más cerrado que puedo para evitar las lágrimas. Ya no puedo verlo, ya no puedo saber que esta ahí, ya no quiero saber de nada. No quiero verlo y saber que ahora él es el que sufre desconsoladamente.
Ya no puedo hablar para decirle todas las cosas que me han faltado.
Dai, te quiero tanto que casi me es imposible hablarte. No sabes la emoción... la intensidad que sentí cuando te vi por primera vez. Quería que fuera posible que salieras de la pared y estuvieras conmigo, y nada del dolor ni de la tristeza hubiera sido recordado, y que sólo hubiéramos sonreído y hubiéramos abandonado todo nuestro pasado para siempre. Pero las cosas simplemente no pueden olvidarse sin haber terminado. Nuestro encuentro ha sido especial, pero muy doloroso para ambos.
En realidad quería ser feliz contigo.
Hubiera querido que fuera de otra manera.
daisuke
Creo que todo se ha ido de mí. Tengo ganas de llorar de manera interminable y sin que nadie me detenga, pero las lágrimas ya no pueden venir; es como si de pronto hubiera llorado todo lo que me era posible y ahora el dolor me condena a jamás sacarlo de mí.
Nunca me imaginé que sucedieran así las cosas. En realidad... me parece que fui egoísta. También he sido mentiroso y Ken no lo sabe. No le he dicho toda la verdad. Aún no le digo que todo esto... lo hice por amor. Amor. Esa es la razón. Llevé mi amor por él al límite y quería que viviera. Pero al final todo esto no ha servido de nada. Mi Ken sufre... jamas dejara de sufrir. Lo he hecho agonizar con mi presencia cuando yo mismo no pude separarme de él, y tenía que estar a su lado de alguna manera. Nunca pensé en lo mucho que a él le afectaría tenerme consigo. Lo quise demasiado que no podía pasar un día sin verlo. Lo quiero tanto que me escapo de la muerte y me vengo a la vida, por cruel que sea, para quedarme con él.
Y todo esto.. solo ha traído dolor, tristeza a nuestras vidas. Es cierto lo que me dijo una vez.. la vida parece no ser nada. Una horrorosa broma fingiendo ser hermosa y haciéndote pensar que luchando se obtiene lo que quieres. Cuando en realidad... mira dónde nos ha dejado.
Ken... yo tampoco puedo soportarlo más. Todo mi mundo se ha caído. Siento que me odias y ahora más que nunca, siento que jamás cambiarán las cosas de ahora en adelante. Tal vez no lo sabes, pero el momento ya esta aquí. Ya me voy y te dejaré para siempre. Pero quiero dejarte mi amor para irme sin nada más, para que todo lo que fui se quede contigo... sin perder la esperanza de que tal vez algún día encuentras la paz en él.
Quisiera quedarme contigo y todo se solucionaría. Tal vez si pudiera quedarme y si te lo dijera entonces tú lo aceptarías. Seríamos felices y el mundo nos vería con una nueva cara, preguntándose lo que significa nuestra felicidad, aprendiendo de nuestro amor poco a poco... y la gente tal vez empezaría a amar de nuevo y el mundo dejaría de ser tan opaco.
Pero he vuelto a la realidad ahora y sólo veo a Ken llorar en silencio apoyando la cabeza en una mano, sentado en el piso, con las piernas dobladas y casi juntas al pecho. Veo al mundo.. que es frío y esta destrozado. El edificio se esta cayendo, el aire enfría los pulmones. El mar viene y se va sin dejar nada en la costa. La playa está solitaria. Lo único que existe es el vacío.
Estoy perdiéndome en el vacío cuando de pronto volteo hacia arriba y estoy viendo una luz que atraviesa el techo. Es una luz que me llega y me invade el rostro y lo que queda de mí. Me quedo largo rato observando, porque la luz me llama y me susurra millones de cosas al oído.
Y entonces comprendo que es hora de irme.
Me parece que mientras observo, Ken se ha percatado de la luz. Se ha puesto de pie y me mira, y mira hacia arriba. Yo, conmocionado, empiezo a sacudir la cabeza y finalmente tengo que dejar de mirar. Con todo el dolor en mi garganta, miro a Ken y le he dicho en un segundo.
"Te quiero mucho".
Ahora tiemblo incontrolablemente mientras él se queda mirándome un largo rato. Parece que no puede hablar o que no lo ha comprendido. "¿Qué?" pregunta, su voz suave... con una nota de esperanza, o de amor. No le había escuchado hablar con tanta dulzura en años, desde que me dijo que no quería vivir.
No me concentro mas que en su voz, y luego, sin tratar de controlar mi voz rota, continúo. "Te quiero mucho. Te amo. Más que nadie. Tenía que decírtelo. Desde el día en el autobús quería decírtelo. Estoy seguro de que no te has olvidado de ese día, ¿verdad? Cuando te miré por última vez y te dije que había algo que siempre te había ocultado, antes del accidente... era eso, que te amo demasiado, tanto que no podía entenderlo. No pude entender lo que sentía hasta ese momento. No tenía el valor de decírtelo... pensé que tal vez me rechazarías, que jamás me hablarías de nuevo y que te decepcionarías de mí. Y esque fuimos amigos por tanto tiempo... Pero no pude evitarlo. ¡No pude evitarlo! Me enamoré de ti sin ninguna razón ni condición. Simplemente el sentimiento fue creciendo, al grado de que te di todo lo que tenía porque para mí ya no valía nada si tu te ibas.
"Te lo dije en el hospital, cuando nos encontrábamos solos y yo te hablaba de lo que nunca te había dicho y luego te prometí todo esto: que estaría contigo no importa cómo ni bajo qué condición - que te daría todo lo que no te di en nuestra otra vida. Pero parece que todo eso lo has olvidado, o simplemente me pides que me vaya para que te deje sufrir. Me iré de ti físicamente y jamás me veras. Pero te quiero demasiado, y nunca, nunca podré dejarte ir por completo.
"Y esa es la razón de todo lo que ha sucedido. No ha sido por nada más. Todo lo hice por amor."
Y entonces me quedo callado, y ya no tengo nada más que decir; pues siento que todo lo que valía la pena hacerle saber ya ha sido dicho, y ahora no me queda mas que mirarlo una última vez antes de desvanecerme por completo.
ken
Daisuke: Los últimos minutos que he pasado frente a ti y escuchándote me han devuelto mi vida entera, pero sólo hasta ahora, hasta estas últimas palabras tuyas, lo he comprendido todo- he recordado cuando yo me senté en tu ataúd y te hablaba de las cosas que me habías dicho cuando tú te sentaste en el lecho de mi cama; he recordado cómo me dijiste que me querías, como más que a nada. Yo lo sabía y sufrí por ello, ¡nunca supiste cuánto! Todo eso te lo dije cuando me senté a un lado de tu ataúd. Y yo, el yo de hoy, apenas lo ha recordado.
No puedo decir nada ahora... por más que quisiera decirte que a pesar de todo lo que te he dicho, al final te comprendo y te perdono. Daisuke: te perdono todo lo que mi hiciste, te agradezco todo lo que me diste, te comprendo en todo lo que me has dicho y puedes marcharte en paz si así te lo pide tu destino... pero no puedo decirte nada ahora. Me has dejado sin palabras, me he quedado sin alma, sin pensamiento y sin corazón porque parece que todo te lo he dado a ti ahora en un intercambio de almas que surgió de esta conexión. Jamás podré pagarte todo lo que me diste y jamás dejaré de quererte ni de sufrir por ti...
Quisiera decírtelo todo, pero no puedo. Espero que me comprendas y que de alguna manera sepas como me siento como siempre lo hacías antes cuando descifrabas mi mirada. Espero que me disculpes como si oyeras todas las disculpas que te quiero dar ahora: quiero disculparme por todo lo que te he dicho sin saber nada de la verdad ni de tus verdaderas razones. He sido muy cruel contigo, ¿verdad? He sido muy cruel al decirte que te vayas... porque no quiero que te vayas. Pero no he sido deshonesto: te he dicho toda la verdad y todo lo que sufro y aunque quisiera cambiar mi realidad me es imposible. Quisiera cambiarla para ti y estar feliz como tu dices, en realidad... pero si es cuestión de seguir confesando, no puedo estar feliz sin ti. Creo que he llegado a depender ti, Daisuke.
Así que ahora me dejaste con el corazón roto. Te me vas otra vez cuando ya todo - casi todo- ha sido dicho y ambos lo sabemos. Lo que no sabes es que yo también te amo y toda mi vida he estado esperándote; y cuando sueño contigo siempre quiero más de ti y cuando te veo ahora no te puedes imaginar el dolor que me causas. Quisiera que lo supieras pero me has dejado hecho añicos, sin poder decir o hacer nada, sin poder razonar siquiera...
Mientras nos quedamos en silencio tu sonríes de pronto de una manera que quisiera volver a ver millones de veces por el resto de mi vida; pero luego te observo y sé que te estás despidiendo...
"¿Sabes, Ken?" me dices, de pronto. "A pesar de todo... me sentí tan feliz de volver a verte".
Siento ganas de romper a llorar, y de librarme de esta maldita barrera, de correr a ti y de jamas dejarte ir de mis brazos para que siempre te quedes conmigo. Ya no quiero sufrir, ya no quiero llorar por ti... ¡No te vayas, Daisuke! ¡No me dejes, por favor!
"Creo... que es hora de irme". Una mano suya se ha apoyado contra la pared donde yo la veo, mi rostro inexpresivo y sin embargo me estoy muriendo por dentro. Lo volteo a ver, mi mirada rogándole que se quede. Abro la boca pero las palabras no salen de mí. Mi cuerpo no responde y me quedo ahí, mirándolo...
Y entonces siento como si todo se me cayera encima y por mucho que intento convencerme de que todo lo que le he dicho y todo lo que él ha sufrido por ello ha tenido una razón de ser, siento que no ha sido así. Parece como si hubiera desperdiciado mi poco tiempo que he tenido para verlo, solo recordando el pasado, sacando todo el sufrimiento, olvidándome de que muy en el fondo, a pesar de todo lo que he sufrido, me he sentido feliz de verlo, como en la gloria.
Y con todo este peso sobre mí sólo observo como no ha dejado de sonreír, y de pronto se desvanece, como si jamás hubiera estado ahí, la barrera que nos separaba... y él esta ahí de nuevo, y ya no es solo un cuerpo blanco que flota, sino que se encuentra tal y como la última vez en que lo vi, con su misma ropa y su cabello alborotado, pero con la tez pálida, blanca como la de un muerto.
Yo sólo me quedo ahí con todas las palabras a media garganta mientras él se me acerca y sin darme cuenta, me toma en sus brazos por un momento y siento su cuerpo estremecerse en lo que será la última vez. Siento que mis ojos se llenan de lágrimas, pero no puedo hacer nada, porque me siento incapaz, y mi cuerpo aún no responde. Mientras estoy en sus brazos me sostiene aun más cerca, y yo me siento aun más triste, deseando que jamás me dejara ir y que todo fuera muy fácil...
Pero por más que se me ha acercado y por mas tiempo que me tiene en sus brazos, no logro sentir ningún calor, pues esta es la realidad y ya jamás podremos volver a ningún sueño. Jamás.
Cuando lo siento temblar cerca de mi se aparta un poco y me besa la frente con sus labios tan secos y fríos. Nuevamente se queda así un momento mientras las lágrimas se van por mi rostro, y luego, como algo ligero que el viento se lleva, se aparta de mí, completamente, y camina hacia las escaleras sin mirar atrás.
Cuando parpadeo ya no está ahí.
"No--" la palabra se muere en mi garganta. Ya no puedo sentir más su beso ni sus brazos, ya no puedo escuchar su voz ni ver sus lágrimas derramarse; es como si jamás hubiera estado aquí, conmigo, como si todo hubiera sido un sueño que me ha dejado todos mis recuerdos y luego se ha ido sin explicación alguna.
Y entonces no puedo soportarlo más, no puedo quedarme así sin hacer nada, con la sola ironía de que nos hemos querido todo este tiempo y ahora él se va con un sufrimiento que es probablemente peor que el mío-- y, maldita sea, no puedo dejarlo así, no quiero que pase por algo que yo pasé, no quiero que conozca lo que es este dolor... tengo que decírselo, hacérselo saber para que se marche en paz, para que yo quede en paz...
Sin pensar en nada mas que en él, en su presencia y en su ausencia próxima, salgo corriendo por las escaleras y estoy bajando lo más rápidamente que puedo, sin detenerme a mirar a nadie y a nada. Casi no me percato de que la pared ya no existe y ningún espíritu se encuentra a mí alrededor. El edificio está completamente vacío salvo por el eco de mis pasos.
Cuando logro salir soy golpeado por la fuerte ráfaga del viento que trae la marea consigo, y estoy bajando por las colinas sin darme cuenta de que ya no puedo más, que si caigo me muero del cansancio... la gente ha salido de sus hogares y mientras yo corro alcanzo a mirar que todos se agrupan para mirar hacia la playa, en donde tiene lugar una escena jamás antes vista. Mientras me acerco y siento la arena bajo mis pies finalmente veo a los espíritus, miles de ellos, caminando hacia el mar y siendo llevados por la marea, en la puesta del sol.
Es un atardecer increíble, y por primera vez en esta vida la gente ha salido a verlo. Puedo imaginarme sus rostros de incomprensión al ver a tanta gente caminando hacia las olas; puedo imaginarme que intentan entender por qué se van, de dónde vinieron, con qué propósito estuvieron aquí, porque ni siquiera tienen idea de quiénes son. Simplemente observan, con un rastro de emoción en sus ojos, una melancolía incapaz de ser invisible.
Yo sigo corriendo, y no me he detenido, a pesar de que siento que voy a morir por no poder respirar. Pero me he acercado a la playa, y corro entre los espíritus, y ya no me importa nadie más... finalmente he llegado a tiempo, y mientras el agua salada me llega a los pies, veo a Daisuke, quien se ha adentrado en las olas y camina para irse por siempre.
"¡Daisuke!" apenas alcanzo a detenerlo porque me he adentrado en el agua y esta empieza a subir cada vez más. Pero me ha escuchado y se detiene, volteándose para ver si es verdad que yo estoy ahí. Me quedo mirándolo una vez más, con mi respiración cortante.
Los demás espíritus continúan su camino, y sin que yo me de total cuenta de ello, nos han dejado solos a nosotros dos, en el atardecer y en el mar.
+
El suave olor del agua marina y el viento frío del mundo fue lo único que rodeaba a Daisuke y a Ken en ese momento. Todo parece haberse detenido cuando Ken se detiene, tratando de calmarse, porque su pecho no lo deja pensar. Y mientras ambos se miran, sin decir nada, la gente del risco no deja de mirar hacia el sol, pensando en muchas cosas, en nada a la vez...
Finalmente, Daisuke, concentrándose en la persona delante de él, se acerca con pasos suaves por el agua, y Ken cae de rodillas, rindiéndose. Queda ahí, en la arena siendo bañada por el agua salada, con una mano en el pecho, mirándolo. Y Daisuke se sienta con él en la arena, y una vez mas se encuentran sentados mirándose a los ojos.
Fue entonces cuando Ken, ya sin pensarlo demasiado, toma la cabeza de quien alguna vez fue su mejor amigo en sus manos delgadas y pálidas, y con un impulso rápido lo besa en los labios en lo que fue un beso profundo y prolongado, sin nada más que decir, que Daisuke regresa de inmediato, y ambos son sacudidos por las olas heladas de agua salada, sin querer separase jamás, sin querer darse cuenta de lo que les depara el destino.
Y Ken se separa, de nuevo en un movimiento rápido, sin soltarse de los brazos de Daisuke y sin dejar de sostener su cabello castaño por entre sus largas manos, ambos respirando rápidamente. "¡No te vayas, por favor! ¡No me dejes aquí!" exclama en un sollozo interrumpido, mientras Daisuke lo mira con una mirada intensa, llena de confusión, de alegría, de tristeza. "¡No te vayas, Daisuke! ¡No de nuevo, cuando me dices todo esto! ¡Yo también te amo, Dai! Por favor..."
Sin poder hablar más empieza a sollozar débilmente, pero Daisuke lo silencia besándolo nuevamente y apoyando la frente contra la suya. "Dijiste... dijiste que querías que me fuera, para siempre", fue lo único que pudo decir.
Ken negó con la cabeza, abrazándolo fuertemente y hablándole al oído. "No quiero, Dai. Todo lo que dije... no puedo decir que no fue cierto... Es casi la verdad a lo que siento. Lo siento mucho si te he hecho sufrir, tienes que creerme que yo... ¡yo también he sufrido mucho!" y cuando empieza a llorar de nuevo, se apoya contra el pecho del otro, sin dejar de abrazarlo. "Pero no quiero te vayas pensando que te odio porque en nada es así. Yo jamás... ¡jamás podría odiarte, y tú lo sabes!. Y cuando moriste aquel día, yo pensé que las cosas serían fáciles: que estarías conmigo en carne y hueso y que ya nada podría separarnos. Y por eso la angustia me consumió, y cuando te vi no pude evitar sacarlo todo, toda la verdad, por mucho que me doliera... Daisuke... en realidad... yo también quería verte, ¿sabes? Y por estar tan desesperado olvidé decirte todas las cosas buenas que me has dado, las que me has hecho sentir...
"Dai... tenía miedo de decirte que yo también te amo. Fueron tantas cosas que sucedieron que todo pareció venirse sobre mí, allá arriba en el edificio... pero no podía dejarte que te fueras sin que supieras que te quiero. Cuando moriste, no tienes idea de lo que sucedió conmigo... no tienes idea de cuánto sufrí cuando supe que también me querías y te habías ido tan pronto, sin esperar mi reacción, sin pasar un solo segundo juntos como debería de ser. Y ahora... ¡no podía dejar que te fueras! Y es por eso que jamás podré olvidarte. No habrá nadie igual a ti, nada que se compare contigo y con lo que tuvimos entre nosotros, ¿entiendes? Y mi vida la viviré sólo porque tú me lo has pedido, aunque no sé... no sé que voy a hacer sin ti!..."
Y ambos se aferraron el uno al otro, uno sin saber qué decir, el otro sin poder pensar más. Parecía como si todo encajara, y nada de lo demás hubiera importado, sólo ese momento. Mientras Ken lloraba Daisuke sólo se mecía de un lado a otro con él, como arrullándolo con la suave brisa del mar, sin querer dejarlo ir jamás, por ninguna razón por pequeña que fuera.
"No te vayas... por favor...perdóname todo lo que te dije, no quiero que te vayas, por favor... " susurraba Ken una y otra vez, en sus brazos.
"Ken" le susurra Daisuke al oído, obligándolo a que éste lo mire volteando hacia arriba para verlo. "Quiero que entiendas, Ken... que mi vida se queda contigo. Pero hay cosas que nos separan, y tú lo sabes bien..."
"Sí que lo sé", le contesta, sin dejar de llorar.
"Escúchame: ya no hay nada más que perdonar. Nada más que decir. Las cosas sucedieron sólo porque así sucedieron, ¿me entiendes?" Ken asiente débilmente y Daisuke lo besa en la frente. "Es sólo nuestra vida... y nada del pasado importa. Llegamos tan lejos, Ken... me enamoré de ti sin saber por qué y todo sucedió como debía suceder. Desde aquel día en el autobús, yo sabía que las cosas nunca serían iguales. "
Por un momento, Ken lo mira fijamente, sin reprochar. "Has cambiado todo en mi vida, Daisuke. Cada partícula de mi. Nada podrá superarte, ¿sabes? Ya te lo dije. No puedo ser feliz sin ti, nunca, no puedes pedírmelo--"
"Si podrás... es sólo que ahora no te crees capaz, ¿me entiendes?" Ken niega con la cabeza y Daisuke lo abraza fuertemente, sin dejar de mirarlo. "Has sufrido mucho y yo lo sé. Pero te prometo que no siempre será así. Habrá un día en que esta marea se llevará todo, y lo único que quedará de mí será mi alma, aquí, contigo". Y tocó su corazón, besándolo una vez más, esta vez apartándose él. "Porque te la he dado, te he dado todo lo que era mío... para que seas fuerte, y vayas por el mundo... este mundo. A pesar de todo, hay algo que te pide vivir, y tienes que hacerlo".
Y ocurre un silencio, que dura unos minutos, mientras se quedan mirándose de frente a frente, escuchando tan sólo la brisa del mar y viendo los últimos rayos del atardecer. Parece como si pasaran millones de años sólo en ese momento; el Sol empieza a marcharse, y con él se van todos los espíritus, y todo rastro del pasado. La gente, que pasa desapercibida para Daisuke y Ken, se queda mirando el Sol como si fuera la primera vez, pues los días siempre han sido nublados con excepción de hoy.
La marea llega cada vez más fuerte, y empieza a hundir a ambos en la arena, mientras se toman de las manos. Daisuke ha comprendido todo, y con la mirada le suplica a Ken que lo entienda, algún día, el por qué de su separación. Que ya no piense en el pasado, en nada nunca más, sólo en su vida y en su presente, donde estaría con él.
Así transcurren los minutos, lentamente, y en un momento, Daisuke se levanta y levanta a Ken con él, tomándolo de las manos. Luego lo abraza una vez más, besando su rostro, llevándose cada recuerdo de él. Con la mirada en sus ojos azules, sostiene sus manos ligeramente.
"Quisiera creer que ni la vida ni la muerte nunca serán más fuertes que nosotros", susurra Ken, por primera vez mirando el Sol ocultándose detrás de Daisuke, con los ojos nublados de tristeza y reflejada en sus pupilas una luz púrpura.
Por última vez, Daisuke ya no sabe qué decir.
Y así retrocede unos cuantos pasos, hasta que sus manos han dejado de tocarse a excepción por los dedos, y se dejan ir. Hay algo que muere en ese momento, al escuchar sólo las olas, al ver el paisaje a su alrededor. Y hay dolor en ambos, porque es un dolor que tal vez jamás se irá, porque el recuerdo se queda en ambos, enterrado en un abismo de los dos.
Ken lo mira, mientras el viento comienza a soplar, cada vez más fuerte, como aquel día en que se sentó al lado del ataúd de Daisuke y el aire se llevó su vida. "Daisuke... hay cosas que no he logrado comprender, y que ya no vale la pena traer de vuelta", dice, su voz suave y serena, sin rastro de los sollozos de hace unos minutos. Sonríe de una manera triste, pero sincera, sólo para él, para que así lo recuerde. "Pero algo que sé bien es que aquel momento, cuando nos encontramos solos en el autobús... fue el momento más feliz de mi vida".
Daisuke sonríe de la misma manera en la que sonreía años antes. "Supongo que nadie nunca dijo que la vida sería fácil de entender".
Ken asiente con la cabeza, y se queda pensando, por un largo rato, en silencio. Luego, con sus ojos tristes, lo ve una vez más, por última vez. "Adiós, Daisuke", susurra.
"Te amo", le dice él, con lágrimas en los ojos.
Pero Ken, sin poder desahogar su dolor más, simplemente sonríe.
"Lo sé", dice, y luego calla, sin nada más que decir.
+
Daisuke se fue cuando se ocultó el Sol, primero con pasos lentos, sin voltearse a ver la luz detrás de él sólo mirando a Ken, de pie en el agua y con la mirada fija. Luego se dio la vuelta y se alejó, sin mirar nunca más hacia atrás.
Y Ken ya no se dejó caer, pero se quedó ahí, mirando, hasta el dolor fue incontenible y se puso a llorar una última vez más por él, sin moverse, sin pensar en nada y dejando su mente caerse en el vacío.
Cuando se dio la media vuelta pudo ver a toda la gente mirando la puesta del Sol, unida por vez primera; y él simplemente se alejó, caminando por la playa, sin más pena y tampoco sin emoción alguna.
+
A veces
quisiera correr a ti
quisiera llamarte
pero cada vez soy golpeado
por la luz.
No puedo pararme para volver a caer
No puedo ver por este velo
a través de mi corazón
sobre ti.
Caí demasiado
estoy demasiado
profundamente enamorado
de ti
Y no puedo creer que te hayas ido
Siempre serás el único
Tu fuiste el primero
y serás el último.
Recuerda que
donde sea que vayas
yo iré contigo.
Recuerda que
lo que sea que quieras
yo te lo daré.
Y en cualquier momento
en el que necesites sanar
a tu corazón
Recuerda que
después del fuego,
después de la lluvia,
Yo seré la llama.
Yo seré la llama.
End
Notas finales. Y bien, se acabó. Este es el final de todo, no hay nada más... sé que ha sido muy triste, yo también he sufrido con él =( (será porque soy una masoquista) Acepto cualquier tipo de comentarios desde criticas constructivas hasta sólo desahogos... lo que sea, diganme qué les pareció. Me tomó mucho tiempo escribir esto porque no sabía como terminarlo, pero creo que esta ha sido la manera correcta. Tambien pueden hablar conmigo por email si gustan. Espero que a pesar de que todo fue muy confuso y demasiado triste, la historia la hayan comprendido aunque sea poquito y haya sido de su agrado =) Solo me queda pedirles que esten conmigo en mi proximo fic, y hasta entonces nos vemos. Muchas gracias por leer, los quiero mucho a todos. Sayonara!!
