SER O NO SER

A pesar de todo, yo confiaba ciegamente en Draco, era el único al que conocía, y sus amigos no me inspiraban ningún temor, al contrario, me daban un poco de lástima, pues no eran muy inteligentes que digamos, de hecho, no comprendía como un chico como Draco podía estar entre esa gente.

Pansy Parkinson siguió molestándome, al parecer ella esta enamorada de el rubio... lástima, no es para ella. En realidad no comprendo por qué quedé en Slytherin, nadie aquí viene de padres Muggles, el profesor Snape sabe también que yo provengo de padres muggles, pero me ha prometido no contárselo a nadie. Es un gran maestro, al parecer le es "fiel a la camiseta", pues ante todo Slytherin es lo primero para él.

Esta noche Draco me llevará a un Tour a través de Hogwarts, dice que lo más emocionante para él, es el campo de Quidditch, en realidad siempre he sido una atleta, el espíritu de competencia es lo que me ha caracterizado en todo, Draco dice que es algo que los Slytherin llevan por naturaleza; es gracioso que yo no sepa nada de Quidditch, pues he conocido los deportes más raros de todo el mundo, en especial los que los antiguos indios Mexicanos acostumbraban jugar.

Es interesante, me gustaría probar mi suerte, se supone que debes saber volar en escoba, pues eso es algo que se me da tan naturalmente como respirar, en Japón mis amigas me admiraban por eso (olvidé mencionar que mis amigas también son brujas) y yo fui quien les enseñó a volar.

No sé exactamente a qué horas, pero se me hacía tarde para mi clase de pociones, corría por los pasillos cuando choqué con algo... más bien alguien, mucho más grande que yo, cuando alcé la mirada distinguí unos ojos verdes que me deslumbraron momentáneamente... hasta que recordé en donde los miré antes...

-Harry Potter ¿cierto?- pregunté sacudiéndome el polvo de la túnica -Así es- respondió -tu debes de ser la amiga de Draco -Así es- respondí tajante -No comprendo como una hija de muggles puede estar entre los Slytherin- me dijo el chico.

En realidad me sorprendí, se supone que nadie sabría mis orígenes, y si alguien más de Slytherin lo llegase a saber entonces si estaría en un serio peligro.

-Cuando se tiene talento, se tiene- respondí cuando salí de mi estupor, -¿puedo saber a qué clase vas?- preguntó burlón -no te interesa- respondí retirándome de su alcance, pero fui detenido por una mano un poco pálida que temblaba nerviosamente -pu-puedo saber co-como te llamas?- preguntó el pelirrojo que siempre acompañaba a Potter. -Aiko, Aiko Kinomoto- respondí tratando de contener la risa. Di media vuelta y me retiré corriendo una vez más. *****-----*****-----*****-----*****

-¿cómo te fue el día de hoy?- preguntó el rubio al ver que me sentaba a la mesa -¿por qué no te sientas por aquí? Te he guardado un lugar -Gracias- respondí sonriente -me fue bien... tuve algunos tropiezos -Hoy es día de correo, ¿te has suscrito al Profeta? -Claro que si, debo de estar enterada... hablando de enteradas...¿como es posible que Potter sepa mi secreto? -¡¿Qué?!- preguntó Draco sin alzar la voz pero claramente sorprendido -¿quién te ha dicho que lo sabe? -él mismo- respondí -tropecé con él en el pasillo -¿alguien más lo escuchó? -solo el Weasley -par de entrometidos... esperemos que nadie más lo sepa, pero esto lo debe de saber Snape... -Ya lo sabe, hablé con él después de clase, me dijo que no habría problema, que hablaría con Potter y con Weasley, y que no dudaba que Granger lo supiera también. -Esa Granger todo lo sabe, pero no le conviene meterse contigo, en realidad la he tratado muy mal por ser una sangre sucia... tienes suerte ¿sabes? -entonces ¿si no me conocieras me tratarías de la misma manera?- pregunté intrigada -No lo sé, el punto es que me agradas... no suelo decir eso muy a menudo -y ¿tus amigos? -No son mis amigos, son mis guardaespaldas, ese par de idiotas dan lástima, solo porque son hijos de los amigos de mi padre, además de todo los puedo hacer como me plazca. -me agrada tu punto- dije con malicia -es agradable tener esclavos... nunca lo había pensado así -tienes mucho potencial, pero te falta mucha práctica.

Otros días pasaron, el profesor Snape habló con los susodichos, nadie más sabía mi secreto, y al parecer estaba seguro con los pocos que lo sabían. Draco tenía razón, no me convenía que mis compañeros de casa supieran que mis padres eran muggles, así que ambos inventamos una familia postiza, las cartas de mis padres que me llegaban, tenían la dirección alterada gracias a un hechizo que Draco hábilmente había puesto a mi lechuza mensajera.

No habían vuelto a repetirse los encuentros con Potter, pero Weasley comenzó a enviarme melosas cartas declarándome su amor, cosa que a Granger no le parecía mucho por la expresión de su rostro.

-Kinomoto- me detuvo una voz en el pasillo al cambio de clases -por favor, me gustaría hablar contigo- el pelirrojo salió de entre las columnas de mármol, con el rostro tan rojo como un tomate. -Dime, que deseas- respondí cortante -no tengo mucho tiempo, la clase de pociones está por comenzar... -Bueno, seré breve, solo me gustaría saber si Draco y tu... bueno... tu sabes... salen juntos

De mi boca salió una alegre carcajada, la forma de mirarme, la expresión de su rostro, el acento y el nerviosismo con el que me dijo esa frase... y lo que contenía... ¿cómo era posible que pensara que Draco Malfoy, el chico más codiciado de todo Hogwarts estuviera interesado presisamente en mí? No es que no fuera bonita, pero había bellezas competitivas entre las estudiantes de Slytherin y también de las otras casas.... -¡Por supuesto que no!- respondí aún riéndome -¿por qué lo preguntas? -es solo que... bueno yo me preguntaba si algún día saldrías conmigo -¿cómo se te ocurre decir eso? ¡¡¡Weasley eres un Gryffindor!!! -no veo qué tenga eso de malo -bueno consúltalo con la historia de Hogwarts -No digas eso, suenas como Hermione... ¿Hermione?

El chico salió corriendo como perseguido por un perro de tres cabezas, yo me boté de la risa, tanto que varios se alarmaron, además de que mi risa sonaba un tanto... tétrica.

-Me contaron que Weasley te invitó a salir- me comentó Draco en la sala común -Hiciste un buen Home Run -Es mi especialidad, además soy mucho para él, no es mi tipo, demasiado meloso y distraído... -¿puedo saber cuál es tu tipo? -bueno... altos, fríos, inteligentes, calculadores, rubios, sensuales... -No digas más- se llevó un dedo a los labios, y tomó mi rostro suavemente, luego me dio un beso en los labios....