Lagrimas Negras
Rey Miyamoto

Juntas… odia las juntas. Nadie esta de acuerdo de las opiniones de otros. Quiero irme, alejarme…

Apoyo mis codos en la mesa. Miro hacia mi alrededor y veo señores grandes discutiendo entre si.

Cerré mis ojos y pensé lo que ocurrió hace tres noches; el aroma que recorría por todo mi cuerpo era exquisito, frió sentí en mi espalda. Nunca olvidaría ese olor que lleno todo mi cuerpo una vez.  Pregunte que había pasado… la gente solo miraba y se volteaba.

Bruscamente mis pensamientos fueron interrumpidos.

"Solicitamos permiso para el beso del Dementor"

"Permiso concedido"

¡No!

"No puede!" exclame levantándome de la silla, tirándola al hacerlo, y me coloque en medio del salón. Con caras sorprendidas, todos me voltearon a ver. Sirius estuvo quieto por un momento. Él me miro fijamente y negó con la cabeza lentamente.

"Sr. Potter, su vida esta en riesgo." Informó uno de los aurores. "Sabe lo que paso después de que lo salvaron? Tenemos que cambiar todo este problema"

"No, señor, no lo supe. Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo."

Hubo un silenció, el cual rápidamente fue desecho por los susurros.

El Ministro se levanto de su silla. "Tendremos que dar la orden del beso del Dementor."

Un anciano, que estaba a lado de él, se levanto y me miro. "La traeremos e interrogaremos."

"¡Traición!" gritaron algunos, y golpeando con su palma la mesa.

El Ministro suspiro desesperadamente. "Sr. Potter, no tengo tiempo para andar resolviendo sus amorcitos que pasaron en el colegio. Acepte la realidad."

"Eso ya lo olvide." Murmure con mirada desafiante. "Permiso para un juicio."

"Permiso denegado."

Sirius hizo un ruido con su garganta, algunos lo voltearon a ver. "Con estas condiciones, no se aceptaría dar le beso de Dementor a golpe. Se necesitara un juicio con fuerza mayor."

"Los Dementors lo aceptarían."

"Aceptarían hasta darle un beso a usted, señor ministro."

El ministro, que anciano es y la terquees lo acompaña, negó con la cabeza. "No."

Sirius se levanto y abrió la boca para hablar, pero yo le detuve haciendo una seña con la mano.

"No sabemos… puede haber razones." Dije viendo al anciano, quien movía nerviosamente sus dedos.

"Razones habrán que no se creerán."

"Con la poción…"

"No." Fui interrumpido, por una voz que vino desde la puerta. Todos voltearon y vieron a Remus recargado en la puerta. "La poción la destruirá. La gente cree que es libre en ausencia de controles externos. Pero sin embargo es prisionera de una forma de dominación más profunda e insidiosa: tiene una sola manera de mirar el mundo."

"Remus…"

"Habrá juicio. Fin de la discusión."

***

"Yo…"

"No hables…"

Me quede callado, viendo como Remus se sentaba en la silla de mi oficina.

"Como supiste que…?"

"Dumbledore."

Suspire, y voltee a ver la chimenea. El fuego posaba tranquilamente, y podía ver como alumbraba los rasgos de mi amigo.

"Dónde esta Peter…?"

"Con su madre."

Fruncí el ceño. "Estas bien? Pareces un poco… cortante?"

Remus volteo a verme. "Si."

Me encogí de hombros y me senté en un sillón. Voltee a ver a la ventana, estaba lloviendo.

"James…"

"Dime."

"La vi."

Sobresaltado, voltee a ver a mi compañero. "Qué dices?"

"Sus ojos." Siguió hablando Remus, sin quitarle la vista al fuego de la chimenea.

"Ya los vi. Vacíos y desesperados. En 7° yo…"

"No debe reprimirse el pasado sino elevarlo a la comprensión."

Sus palabras siempre tenían sentido, sonreí forzadamente. "Continua."

"Vacíos estaban y completamente desnuda se hallaba." Murmuro, y yo lo voltee a verlo con ojos sorprendidos.

"Ella estaba…?"

Remus me miró sin comprender. Hubo un silencio y habló, como entendiendo mis pensamientos. "Su alma, no su cuerpo."

Suspire en tono de alivió. Mi amigo mostró una mueca en sus labios, algo que la mayoría lo consideraba; sonrisa. Remus suspiró y tomo un libro que estaba a lado, mirándolo con el entrecejo fruncido. Lo abrió y empezó a hojearlo, al terminar, lo cerró de golpe.

"Los libros tienen los mismo enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido."

"Tus palabras…"

"Hasta yo mismo me sorprendo."

***

En esa misma noche estaría el juicio, así que me solicitaron a esperar afuera del edificio, junto con otros, a que llegaran algunos mortifagos que fueron capturados el mismo día en que yo estaba en la fría mazmorra. La lluvia caía fuertemente, truenos y pisadas de caballos se oían.

Alguien me tomo del brazo y me jalo bruscamente a un  lugar oscuro.

"Snape…"

"Calla."

"Qué demonios estas haciendo? Suéltame!"

Severus me empujo contra la pared. "Sufre y seguirá sufriendo, por qué lo haces?" me pregunto presionándome mas a la pared.

"De qué hablas?" respondí con otra pregunta.

"DEJALA EN PAZ!"

"Deja de reclamar como un derecho lo que puedes pedir como un favor."

"Escúchame Potter…"

"No, tu escúchame Snape, o me dejas o te lanzo un hechizo y te meto a Azkaban, lo dementors estarán felices en verte."

Él me soltó bruscamente y se alejo silenciosamente.  Me acomode la túnica y regrese hacia el frente del edificio, en donde ya había un carruaje negro.

Algunos aurores y guardianes se acercaron a el y lo abrieron. Del carruaje surgieron 3 personas encapuchadas.

Ese frió recorrido invadió nuevamente mi espalda.

Se llevaron a los 3 encapuchados hacía adentro. Rápidamente reaccione, mis ojos se pusieron rojos.

"JAMES!!" me grito Sirius, cuando me vio correr tras ellos.

Corrí lo más que podía, llegue tarde, los metieron al lugar donde sería el juicio.

"Lo siento, no puede entrar." Me dijo uno de los guardias, sacando su varita.

"Por favor, dejeme pasar." Murmuré con la voz entrecortada. "Necesito estar ahí."

"No puede."

"Por favor…"

"Entienda!"

"Se lo suplico…"

"Lo siento mucho, joven, tengo permiso de no dejar entrar a nadie." Dijo firmemente el guardia, con un tono débil de lastima. No respondí. Me quede parado. Sin hablar, por más que quería que salieran las palabras no podía.

El guardia hizo una reverencia y se fue. Dejando la puerta hechizada para que nadie entrara.

"… están en juramento, todo aquel que mienta en este juicio será enviado directamente con un Dementor…" oí decir al ministro del otro lado. Ante eso, hubo escándalo.

"No hay perdón!"

"Beso de Dementor!"

"Traición."

"Usaremos la poción de la verdad…" hablo nuevamente el ministro. "Traigan una de las mas fuertes…"

No, no lo hagan. Déjenme pasara…

Para que quieres entrar? Ya olvídala. Deja que muera y tú, vive tu vida.

"No puedo…" respondí mi propio pensamiento.

Sientes algo por ella?

"No…" dije tristemente apoyándome en la puerta, colocando mis manos en mi cara, tratando de no soltar nada de mis ojos.

Mientes…

"Lo se…"

Eso no es lo que pensabas antes… dime, que es lo que antes le decías?

"Basta…"

Cada murmullo al oído, cada beso recorriendo su cuerpo…

"No, basta…"

Vamos! Di esas palabras! Aquellas palabras que las decías muy seguro. Te arrepientes de haberlas dicho?

"Calla…"

Dime mas bien aquellas palabras que ahora arrepientes de decir! Dilas! Cobarde!

Presiono más mis manos a mi cara y me tiro al suelo, arrodillado, soltando un grito de tristeza. "Te ame tanto!"

++++

Aquella mujer que un pobre chico amo estaba pasando a sentarse en una de las sillas con cadenas, manchadas de historias de culpabilidad, escupiéndole a los aurores al pasar.

"Como se declara el acusado?"

"Inocente." Respondió la chica con una expresión seria. El jurado, el ministro y algunos aurores se movieron incómodos en sus asientos, seguidos por unos abucheos.

"Traigan la poción de la verdad." Ordeno el anciano, haciendo que la chica alce la mirada, asustada.

"No la necesito." Dijo firmemente, mirando con odio al ministro y a la persona que traía la poción.

"No le estamos preguntando."

++++

Me levanto rápido al oír aquellas palabras. Estaba dispuesto a abrir la puerta con mi varita, hasta que esta se abrió por si sola.

Con miedo mire tras la puerta, una cara se mostró.

"Dumbledore…"

"Pase." Me ordeno Dumbledore.

Yo obedecí y entre.

Allí estaba, mirada vacía. Tus labios rosados…aun no perdían su toque.

Mi sangre hierve y empuño las manos.

Anda y ve, te esta esperando

Anda y ve, no lo hagas por mí

"Sr. Potter, haga las preguntas." Escupió el ministro, hecho furia. "Solo usted las podrá hacer."

Tú levantas la vista y me miras con seriedad. "Hágalo señor." Dijiste sarcásticamente.

"Calla, solo tienes derecho a hablar cuando yo te lo pida."

Entornaste los ojos y cerraste fuertemente tu boca.

"Se lo que sientes." Dije apoyando mis manos en la silla.

Somos solo amigos.

Anda y ve, estas nerviosa

"Dónde esta tu señor? Que has hecho con él últimamente?"

Te resistes a responder, eres fuerte, pero no tanto como la poción. "No lo se… y no he hecho nada con él."

Te creo.

"Ni siquiera acostarte con él?"

"Púdrete. Yo hago lo que quiera."

Anda y ve, y que sientas con el,

Lo que sentías conmigo.

Mi furia me invade y te volteo a verte. "Que acaso no hay un puto con el que no te hayas acostado?"

"Si, Tu!"

"Perra!"

Los guardias me detienen antes de acercarme a ti.

"Diga preguntas que sirvan, señor Potter!!" exclamo el ministro.

"Ya voy!" respondí de mala gana. "Por que lo hiciste?" pregunte dando vueltas alrededor de ti, y tu me seguías con la mirada."

"De que hablas?"

"No te hagas tonta."

Me detengo en frente de ti. "Por que no me mataste cuando podías?" pregunte alzando la voz, tu te asustaste.

Te quedas callada y te resistes a responder.

"Por que no usaste uno de tus hechizos en mi cuando tuviste la oportunidad?"

Desvías la mirada. "Por…"

"Me engañas, por qué no me dejaste con tu señor si él te pedía tanto en que me llevaras?"

Alzas la vista y veo tus ojos, rojos estaban, mostrando dolor, un dolor que yo no creía.

"Por qué mientes?!" volví a preguntar, cada vez alzando la voz. Tu solo desvías la mirada. Enojado, te tomo de la muñeca. "Dime!! Confiesa!! No te quedes callada!!"

Lagrimas salen de tus ojos y mueves tu boca.

"Dilo!"

Bajas la mirada y sollozas.

"Por que aun te amo!!"

Hubo expresiones de sorpresa. "No… mientes." Murmure dejando tu mano, lentamente.

"No… no…" dices con voz débil, abrazándote a ti misma.

"Saquen al señor Potter de aquí." Dijo el ministro, sin quitar la expresión de sorpresa. Los guardias asienten con la cabeza y se acercan a mí. Uno de ellos toma mi hombro, pero yo lo esquivo.

Me acerco a ti y te tome con mis dos manos la cara. "Por que? por que no me dijiste." Tu solo negaste con la cabeza e Inhalas fuertemente.

Ya no lo aguanto mas, me acero más a ti y te doy un beso en los labios, el cual respondiste apasionadamente. Todos se nos quedaron viendo, aun así me importaba. Solo quería sentirte nuevamente.

Nos dejamos de besar para poder respirar. Inhalábamos aceleradamente.

Por desgracia me separan de ti. "Suéltenme!"

Sirius se levanta y se acerca a los guardias. "No le hagan daño!" para callarlo, lo golpean. A ti, te toman de las manos y te llevan.

A veces me has llorado por un beso,

Llorando de alegría y no de miedo,

Mire tu rostro, y lo me atrajo de el fueron tus ojos. Ya no mostrabas esa felicidad y esa chispa en ellos. Estaban oscuros, y por eso creo que así, tus lágrimas se convirtieron en lágrimas negras.

***
Nota de la autora: Perdón por la tardanza, pero no sabía como seguirle. Las frases que vienen aquí tienen sus autores.

Muchas gracias por sus opiniones, me halaga mucho leerlos, y también gracias por leer el fic.
***