Solo una pieza
Todos estábamos en el baile de Navidad, las chicas no podían haberse arreglado más para ese día, pero yo no podía dejar de notar a la chica que más quería, lucia especialmente radiante esa noche. No podía ver a nadie más. Era su sonrisa lo que más me atraía.
-Ron, ¿qué tanto ves?- me preguntó Harry sacándome de mis pensamientos
-No nada, solo me quedé pensando
-¡Claro! Y por eso estas tan rojo como un tomate- dijo entre risas, yo no lo había notado, estaba tan rojo como un tomate, pero no me importo en lo absoluto, lo único que quería era verla.
Pero paso algo repentino, se acerco a nosotros, yo sentía como la sangre corría por mis venas y mi corazón se alteraba a cada paso que daba. Su cabello se veía brillante a la luz de las velas y su sonrisa no podía ser más evidente.
-Ron... ¡Ron!- Me gritó ella, estaba embelesado con su belleza, lo único que puede hacer fue sonreír y nada más
-Sabes, a estado así desde hace horas, no reacciona
-¡Ron!, ¿¡QUE TANTO VES!?- ella me jalo y al fin pude reaccionar, la tenia frente a mí.
-¿Eh?, Dé que hablas, yo... yo no veía a nadie, Además quien eres para preguntarme eso
-¡Bah!, Tienes razón, mejor me voy- dijo alejándose un poco, pero algo la detuvo. Era mi mano la que la sujetaba. Siquiera me había dado cuenta de que la había tomado.
-¡No, espera!
Ella volteó a verme desconcertada, nunca espero que yo fuera a hacer algo así.
-¿Quieres bailar conmigo?
Ahora era yo el desconcertado, jamás en mi vida había imaginado que yo le pudiera preguntar algo así, pero no podía más. Llevaba años queriendo acercarme a ella y poder al menos darle a entender un poco de lo que sentía hacia ella.
-Yo... ¡Bien!, Vamos- Me dijo. Me jalo e hizo que me pusiera de pie. La pieza comenzó a sonar, la tome de la cintura y comenzamos a bailar. Para mi gran suerte era una pieza lenta así que acercamos nuestros cuerpos. Podía sentir su aliento en mi oreja mientras yo podía oler el dulce aroma de su cabello castaño. Sentía que el tiempo se detenía, que no había más felicidad que aquella y no quería que terminara esa noche. De pronto comencé a pensar muchas cosas.
-¿Qué has dicho?- Me pregunto ella en voz baja
-Te amo Hermione- Dije sin saber lo que hacia. Tal vez haya sido por la emoción que sentía al sentir su cuerpo junto al mío, saber que era mía por esa noche y que la tenia en mis brazos.
Ella se paro en seco, me vio a los ojos y yo a ella, la música seguía su curso, pero a nosotros no nos importo. Todos seguían bailando.
De un momento a otro pude sentir sus labios junto a los míos, pude sentir que me besaba y yo a ella. No me di cuenta cuanto tiempo había pasado ni que estaba pasando a nuestro alrededor. Lo único que sabia era que al fin, todos esos años de pensar en ella no habían sido en vano.
Al final, a mis 16 años había logrado uno de mis más grandes sueños. El tener a la chica de mi vida.
