El Amor de un Amigo (II Parte)
Por: Fuu-chan y Dana Daidouji.
Disclaimer: Card Captor Sakura no nos pertenece de ninguna forma y bajo ningún concepto, sino esto lo hubieran visto como OVA's especiales ^_^
Capítulo X: ¡¿Gemelos?!
Un mes después...
Era la una de la madrugada de un viernes que había sido demasiado pesado para el joven hechicero, razón por la cual se encontraba en el más profundo de los sueños cuando siente cómo una mano mueve frenéticamente su hombro derecho tratando de que despierte hasta que por fin lo logra.
- Uuummm... ¿qué sucede? – Preguntó él todavía adormilado.
- Eriol... creo que ya es hora – responde su esposa con algo de miedo en su voz al notar que había roto fuente.
- ¿Hora?... ¿de qué? – Preguntó de nueva cuenta el joven atontado.
- Digo que es la hora... de que nazca nuestro bebé – informa Tomoyo apretando un poco las sábanas cuando siente unas ligeras contracciones.
- De que nazca nuestro bebé... – repitió Eriol aún en el séptimo sueño - ... de que nazca... de que... ¡¡¡¿QUÉ?!!! – Ahora sí se había despertado e incorporado súbitamente en la cama mientras su mirada estaba como perdida producto del asombro.
- ¿Qué vamos a hacer? – Pregunta Tomoyo temiendo la respuesta de su esposo.
- ¡Pues nos vamos al hospital de inmediato! – Respondió Eriol con un dejo de nerviosismo en su voz.
- ¡¡Noooo, al hospital no!! – Dijo la futura madre en un quejido.
- Síiiiii, al hospital sí… ¡y nos vamos ya! – Anunció Eriol quien hizo uso de su magia para cambiarse de ropa, no quería perder tiempo – espera un momento mientras le aviso a Nakuru y a Spinel que vamos a salir... ¡no te vayas a mover!... enseguida regreso – aseguró él mientras salía de la habitación.
A los cinco minutos estaban todos en el auto rumbo al hospital y como Tomoyo estaba en ese estado y los malestares seguían en aumento, no tenía las fuerzas suficientes como para ponerse a pelear para no ir al centro de salud. Eriol se veía muy calmado, pero internamente estaba vuelto un lío; Nakuru estaba ayudando a la esposa de su amo con la respiración poniendo en práctica lo que leyó en un libro para instruirse un poco al respecto, mientras que Spinel actuaba como la 'mano amiga' que Tomoyo apretaba cuando sentía las contracciones que se hacían cada vez más fuertes. El pobre gatito negro pensaba que aquello era peor que los estrujones que le propinaba la identidad falsa de Ruby Moon cuando estaba eufórica.
Gracias a la casi inexistencia de tráfico a esa hora, fue posible que en menos de quince minutos ya estaban entrando por 'Urgencias' en el Hospital, y al ver el estado avanzado de la joven, la pasaron inmediatamente a la sala de partos, donde la prepararon adecuadamente para el alumbramiento. Eriol había pedido fervientemente que le permitieran estar con ella en el proceso, y fue admitido. Spinel estaba reponiéndose del dolor que sentía en su menudo cuerpecito producto del agarre de Tomoyo, y Nakuru estaba llamando por teléfono a todos los allegados para notificarles del feliz acontecimiento.
La primera persona en recibir la llamada fue Sonomi, quien aseguró estar ahí en menos de lo que canta un gallo, Sakura, Shaoran y la pequeña Nadeishko, que se encontraban de visita en Tomoeda también fueron avisados y aseguraron que en unos cuántos minutos estarían presentes. Ahora Nakuru estaba marcando otro número telefónico, y después de que éste sonó como cinco veces, se pudo escuchar como descolgaban al otro lado de la línea.
- ¿Sí... diga? – Respondió una voz bastante aletargada.
- ¿Dana?... ¡¡¡despierta que Tomoyo está dando a luz!!! – Informó Nakuru histérica.
- ¡¡¿QUÉ?!!... 'cataplúm... ouch' – se escuchó al otro lado de la línea.
- ¿Dana?... – preguntó Nakuru preocupada.
- Sí... es que me caí de la cama – respondió la chica pelirroja - ¡vamos en camino! – Se apresuró a decir.
Después de haberse desenredado de la sábana, y comprobar que en su cabeza no había mayor daño a parte del dolor, Dana salió disparada de su cuarto rumbo al de su hermana mayor.
- ¡Fuu! – Encendiendo la luz - ¡despierta... Tomoyo está teniendo a su bebé! – Anunció dando saltos de alegría saliendo de la habitación rumbo a la suya propia para cambiarse de ropa.
- Ah, eso... – acomodándose nuevamente en su cálida cama - ¡¿CÓMO?! – Gritó mientras se incorporaba como por un resorte y comenzaba a cambiarse de ropa frenéticamente.
A los pocos minutos llegaron al Hospital que quedaba cerca de su recién adquirido apartamento, ahí fue donde Eriol llevó a Tomoyo a hacerse las pruebas. Sonomi ya estaba ahí caminando en círculos como un león enjaulado y los Li aún no habían llegado.
En la sala de parto...
Todo estaba pulcramente limpio y tan blanco que casi lastimaba a los ojos, Tomoyo estaba acostada en una camilla especial, con las piernas separadas, sujetando firmemente la mano de su esposo mientras una enfermera secaba el sudor de su frente con una toalla de algodón.
- Muy bien señora Hiragizawa, esto está casi listo, ahora es su turno de pujar, recuerde lo que le dijo la enfermera, debe hacerlo firmemente cuando le dé una señal – recomendó el galeno mirando los monitores - ¡ahora! – Informó.
- ¡¡¡AAAHHH!!! – Gritó Tomoyo mientras pujaba con todas sus fuerzas, apretando cada vez más la mano de Eriol.
- ¡Lo está haciendo muy bien! – Felicitó el médico - ¡Una vez más! – Pidió
- ¡¡¡AAAHHH!!!... ¡¡¡ESTO DUELE MUCHO!!! – Exclamó a medida que sentía como comenzaba a abrirse el hueso de su pelvis.
- Tranquila mi dulce Tomoyo, yo sé que tú puedes, ya verás que pronto pasará – aseguró Eriol con el tono de voz más dulce que tenía para tranquilizarla.
- ¡Otra más! – Pidió el joven médico nuevamente.
- ¡¡¿POR QUÉ TIENE QUE DOLER TANTO?!! – Cuestionó la joven mujer mientras pujaba nuevamente.
- ¡Vamos señora, ya casi lo tengo! – exclamó el galeno.
- ¡Anda querida, pronto terminará todo! – dijo Eriol para infundirle ánimo.
- ¡¡¡SANTO CIELO!!! – Gritó Tomoyo mientras ayudaba a su hijo a salir con todas sus fuerzas, tranquilizándose cuando escuchó un llanto de bebé inundar toda la sala.
- ¡Muy bien señora, ya tenemos al primero... sólo nos queda otro más! – Anunció el galeno satisfecho.
- ¡¡¿QUÉ?!! – Exclamó Eriol (utilizando todas sus fuerzas para no caerse ahí mismo); y Tomoyo (sintiendo que se desvanecía), al mismo tiempo, asombrados y atemorizados.
- ¿Es que acaso no sabía que usted estaba embarazada de gemelos? – Preguntó el doctor sorprendido.
- ¡¿CÓMO?! – Volvieron a exclamar los esposos al unísono.
- Pues ya lo saben – dijo el médico – ¡ánimo señora que lo está haciendo muy bien!... ¡puje!
- ¡¡¡AAAYYY!!! – Se lamentó Tomoyo por el dolor que sentía mientras pujaba nuevamente.
- ¡Eso es... ya casi lo tenemos! – Anunció el galeno.
- ¡¡¡ERIOL!!!... ¡¡¿CÓMO PUDISTE HACERME ESTO?!! – Gritó con todas sus fuerzas mientras daba un último esfuerzo al sentir que el segundo de sus hijos ya había visto la luz del mundo.
- ¡¡¡Felicidades!!!... ¡¡¡son ustedes padres de una preciosa parejita de cuates... un niño y una niña!!! – Exclamó una enfermera con gran alegría.
Al instante en que se escucharan esas palabras, Tomoyo caía rendida por el esfuerzo y Eriol iba directo al piso producto de la impresión, pero fue sostenido en el último momento gracias a una oportuna enfermera, sino estuviese besando el suelo... una experiencia no muy agradable por cierto.
Fuera de la sala de parto, Sonomi está hablando con el obstetra que instantes antes atendiera a su hija y a medida que la conversación se desarrolla, las expresiones faciales de la Sra. Daidouji varían de sorpresa a ira, aunque se encarga de disimularlo bastante bien. Finalizada la conversación, el galeno se aleja y ella se dirige hasta Eriol.
- Hiragizawa-san, necesito hablar con usted en privado – dijo Sonomi un poco ¿extraña?, lo que hizo que Eriol asintiera.
- Pueden usar mi casa – ofreció Fuu quien había escuchado la conversación entre Sonomi y el doctor – no esta muy lejos de aquí – y volteando con Dana – anda, llévalos, yo me quedo con Tomoyo y la familia Li.
- Por aquí – dijo Dana segundos después de asentir, guiándolos alegremente, pero al pasar frente a su hermana, ella le murmuró – Ni de loca se te ocurra dejarlos solos – a lo que la menor de las Dalberg asintió mientras al salir del hospital gritó – ¡¡Manejaré, manejaré, manejaré!! – tanto a Sonomi como a Eriol les salió una gota, pero los dos asintieron.
Pasaron varios minutos de imperturbable e incómodo silencio, pero la situación era tan seria que Dana desechó de inmediato la idea de encender la radio, menos mal que el apartamento no quedaba muy lejos del Hospital.
Una vez en el departamento, Dana se excusó y se retiró a su cuarto, donde haciendo un hechizo creó una pantalla donde se veían Eriol y Sonomi, además hizo aparecer palomitas y un vaso de té helado.
- Necesito que me aclare unas cuantas dudas Hiragizawa-san, usted y mi hija llevan casados 7 meses si mis cálculos son correctos, ¿me equivoco? – dijo algo amenazante.
- Para nada señora, ese es precisamente el tiempo que llevamos casados – respondió Eriol comenzando a ponerse nervioso.
- Muy bien, entonces me podría explicar... ¡¿cómo es posible que mi hija haya tenido un par de hermosos cuates de 9 MESES?!
Dana se ahogó con las palomitas cuando escuchó la pregunta, 'el pobre tío Eriol está en problemas' pensó. Eriol se quedó mudo unos momentos, ¿cómo le explicaría?, tragó saliva y de la nada apareció dos vasos de agua, uno sobre la mesa, para Sonomi, y el otro se lo bebió completo de un trago.
- Bueno, verá usted, ¿recuerda la vez que Tomoyo-chan tuvo que ir a Londres por trabajo? – Preguntó Eriol a lo que Sonomi asintió tomando el vaso con agua – pues verá, yo tenía que ir a ver unos negocios y hablar con mis padres, y como Tomoyo-chan no tenía a donde ir le ofrecí mi casa.
- Creí que sus intenciones con mi hija eran serias, Hiragizawa-san – espetó Sonomi toda roja.
- Lo son, lo eran y lo son, le ofrecí mi casa para que no tuviera que rentar un departamento o quedarse en un hotel, esa era toda mi intención, jamás lo hice buscando aprovecharme de ella – dijo Eriol sonando un poco ofendido, pero se supo controlar.
- Pues al final no lo fueron – comentó Sonomi llena de ira.
- Sí, lo acepto, las cosas no salieron como ninguno de los dos lo esperábamos, pero en realidad, ninguno de los dos lo lamentamos, y no porque seamos irresponsables, si no porque nos amamos, y esa sólo fue una manera de demostrarlo.
A éste punto Dana en su habitación suspiró aliviada al ver que Sonomi suavizaba su expresión, y Eriol volvió a respirar tranquilamente. 'Vaya, definitivamente el tío Eriol es un hombre adorable', pensó la joven Dalberg con una sonrisa.
- Sé que no fue lo correcto, y sé que debimos esperar, sin embargo aquello no fue un acto meramente físico o corporal, fue una comunión espiritual a través de la cual nos demostramos todo el amor que nos tenemos – dijo Eriol.
- Bueno, me da gusto que lo aclarara tan sinceramente conmigo, Hiragizawa-san – dijo como ignorando su comentario, pero en su rostro se notaba una pequeña sonrisa – Ahora, regresemos al hospital, no quiero que Tomoyo-chan se preocupe – dijo saliendo del apartamento, Eriol llamó a Dana y los tres regresaron al hospital.
En el cuarto de Tomoyo…
Tomoyo se encuentra cantando una canción de cuna a sus dos bebes, a los que acaba de alimentar, y ahora está arrullando, cuando Eriol entra y se queda pasmado ante la imagen que está frente a sus ojos, viendo a las tres personas que son su vida. Al acercarse el bebé en la manta rosa comenzó a removerse, aprovechando esto, Tomoyo la tomó y la puso en los brazos de su esposo, que al principio la miró asustado, pero luego comenzó a arrullarla, y ya que se estaba acostumbrando Tomoyo le pasó a su segundo hijo.
- ¿Cómo les pondremos? – Preguntó Eriol mientras se sentaba aun lado de su esposa, mientras seguía arrullando a sus hijos.
- ¿Qué te parece Aoshi? Ese nombre siempre me ha gustado – respondió Tomoyo mientras acariciaba el rostro de su marido.
- Pues Aoshi será, y nuestra niña se llamará… Emilè, ¿te gusta? – Preguntó de nueva vuelta Eriol, Tomoyo asintió para poco después quedarse dormida – realmente debe estar cansada, para poder dormir en un hospital – pensó Eriol mientras la observaba dormir al tiempo que arrullaba a sus dos nuevos hijos.
Dana: Oh bueno, hasta aquí la segunda parte de 'El Amor de un Amigo', espero que haya sido del agrado de todos ustedes amigos lectores. Nosotras nos divertimos mucho escribiendo, ¿no es así Fuu-chan?... pero no todo está concluido... así que ¡estén pendientes!
Fuu-chan: Eso que ni qué, fue muy divertido escribirlo, pero como dice Dana-chan, esto no está del todo concluido, por favor, dejen sus reviews para saber sus comentarios y que opinan del fic.
Hasta pronto!!^^
***
Dana mira a su hermana asesinamente
- ¡¿Cómo se te pudo ocurrir semejante idea?! – le reclama casi a gritos
- Pero si no tiene nada de malo – responde Fuu tranquilamente – además vas a estar de vacaciones ¿no?
- Si, pero esa no es razón – Dana se sienta en su cama mientras llora a mares
- Dios, no exageres….
