The Sword of Darkness



Capítulo IV: "El encuentro de la magia"



Los preparativos para el viaje se estaban llevando acabo lo más rápido posible, las herraduras y sillas de los caballos estaban siendo puestas en su lugar, las espadas estaban siendo forjadas, los arcos y flechas se estaban preparando, se sacaba brillo a las mejores armaduras, y se guardaban las provisiones que los viajeros fueran a necesitar.

La compañía que el rey llevaría consigo disponía de varios soldados, y nobles, al igual que algunos de los mejores consejeros y hechiceros, la cuenta no ascendía a más de quince.

Yamatto y Taichi disfrutaban de un delicioso té en uno de los jardines del palacio, platicando de sus futuros viajes, disfrutaban mucho de el poco tiempo de estancia que tenían, ya que en esa misma tarde, se abalanzarían sobre un futuro incierto, y sobre un lugar lleno de sombras.

-¿Recuerdas como era ese país?- preguntó Yagami- los únicos recuerdos que me quedan de ahí son sombras y oscuridad...-

-Eso recuerdas porque es todo lo que hay...que yo recuerde, en todos los días que estuve ahí, jamás salió el sol, era todo frío y oscuro, la lluvia no dejaba de caer, y cuando pasaba, nunca podías ver el paisaje seco porque enseguida comenzaba de nuevo, las personas no distaban de ser iguales, sus caras siempre eran ásperas, jamás escuchabas una palabra de ayuda de su boca, o siquiera un ofrecimiento de algo al más necesitado, muy contadas eran las personas que eran hospitalarias, o que te ofrecían agua cuando estabas muriendo de sed, esa vez tuvimos suerte de encontrar a alguien que nos ofreciera su casa, de encontrar a alguien que se ofreciera a cuidarnos cuando estuvimos heridos...gracias a ellos estamos aquí...-

-Si, esa mujer fue tan buena con nosotros...-

-Nunca la olvidare, fue la única que nos ayudó esa vez...-

-Miyako Inoue..-

-Si, así se llamaba, hay que buscarla, así podremos agradecerle por sus atenciones.-

Sonrieron, esa fue la única cosa buena que les había sucedido a lo largo de aquel penoso viaje, tomaron otro sorbo de té, iban a retomar su conversación cuando un mensajero los interrumpió para darles un recado.

Dos personas esperaban fuera del castillo, solicitando sus presencias. Un mensaje extraño, no conocían a nadie en el pueblo.

Las puertas del jardín del castillo se abrieron, y los dos jóvenes salieron, dejando a los guardia tras ellos, en solo caso de extrema protección. Dos sombras se proyectaron en el piso frente a ellos, una gran sonrisa se dibujo en el rostro de los dos.

-¡¡Hermano!!- una joven que estaba a penas entre los veinte años, corrió hacia Taichi, abrazándolo de una forma entusiasta.

-Kari..compórtate.-Tai se puso rojo hasta las orejas, los guardias lo veían desde atrás con una sonrisa burlona.

Hikari Yagami, era una hermosa joven, de cabello y ojos iguales a los de su hermano mayor, era una persona con alto grado de moral, y con sentimientos muy nobles, adoraba a su hermano, y siempre se preocupaba por el, jamás se quedaba tranquila cuando estaba en alguno de sus viajes, estando pendiente de las noticias que llegaban de otros reinos acerca de el. Cuando tenía el agrado de tenerlo en casa con ella de nuevo, daban largos paseos por el campo, ó leían libros de fantasía. La nueva partida de su hermano, se había difundido en poco tiempo por todo el reino, y ella, como siempre que el partía, estaría ahí para despedirlo, regresara vivo o no.

-Hola hermano...- dijo un joven ojiazul y de cabellera rubia, que había permanecido parado a un lado de Hikari.

-Hola Takeru.- Era el hermano menor de Yamatto, de la misma edad de Hikari, era casi la replica exacta de el, solo que era un poco más pequeño y delgado, además de otro corte de cabello. Takeru Ishida era el objeto de admiración de muchos, no solo por su atractivo físico, también porque era una persona que ayudaba a los demás en lo que podía, actuando siempre en defensa de los más débiles, y ayudando a los necesitados. De vez en cuando entrenaba con su hermano, teniéndole gran respeto y cariño, el siempre había sido su protector, y también su compañero de juegos, el le había enseñado a leer y a escribir en sus primeros años, pegándole el gusto de la lectura fantástica y de las aventuras. Sabía de la pronta partida de su hermano a un país de desgracias, y sabía también que necesitaría de todo el apoyo, y aunque no podía acompañarlo, sus buenos deseos y bendición irían con el.

-Hermano- dijo la joven Yagami después de haberse separado de Taichi.- He sabido que has sido elegido para encabezar una misión fuera del país, ¿eso es cierto?-

-Si, es cierto- respondió Tai.

-Supongo que has aceptado..-

-Si...-

-¿Y, por cuanto tiempo estarás fuera?-

-No lo se Kari, supongo que un par de meses, pero no puedo precisarlo...-

Tai se estaba empezando a desesperar, sabía que solo era cuestión de tiempo para que su hermana comenzara a rogarle que no se fuera, siempre que hacía planes para un nuevo viaje, sucedía algo similar, aunque nunca podía hacerlo cambiar de opinión.

-Escucha Kari, ya tomé una decisión, y no creo que sea el momento justo para discutirlo...-

-Lo se- interrumpió la chica- no venía a eso, todas las veces que e intentado persuadirte han sido en vano, por ello no vengo a intentarlo de nuevo...solo quiero desearte la buena suerte...y a decirte que ahora más que nunca debes de intentar cumplir tu promesa...-

-¿Mi promesa?-

-Si, de entregarme para mi boda...-

Hubo un silencio entre los presentes...¿boda?, ¿de ella?, ¿con quien?, y ¿desde cuando?. Al ver la incertidumbre que se formaba en los dos caballeros, Takeru se acerco a Hikari, y rodeo sus hombros con el brazo, para así brindarle apoyo..

Yamatto miró la mano izquierda de su hermano, un resplandor provino de ella...un anillo adornaba su dedo anular...los dos chicos estaban comprometidos..

-¿P-pero desde cuando?- Taichi, también había notado el anillo en la mano de su hermana, y esto lo tenía desconcertado.

-Desde hoy en la mañana...- dijo Takeru.

Tai se quedo estupefacto, con la boca abierta, no sabía que decir, ¡su hermanita iba a casarse!, ¡¡su pequeña hermana!!. Estaba apunto de decir algo, cuando Yamatto se adelantó a el.

-¡Los felicito!, es una buena noticia en estos días, ya era hora de que se casaran, además que mejor que con alguien que es como de la familia...¿No Tai?-

-...eh...este...si...- aun no salía de su estado de shock.

-Les deseo lo mejor.-

-Espera Matt-dijo Takeru-aun no te has librado de la responsabilidad, debes regresar, para poder estar ahí en nuestra boda.-

-Ja, no te preocupes Takeru, estaré ahí, aun me debes explicar muchas cosas.-

-Hermano...-habló Kari- ¿Que piensas?-

-Bueno...- Taichi levantó la cabeza y vio a su hermana, tenía una cara de preocupación. esperando la respuesta de su hermano.

-Kari, no te preocupes, estaré ahí como lo prometí, estoy muy feliz porque por fin encontraste a una persona que te quiere y respeta...de mi, tienes los mejores deseos, y la bendición de nuestra familia.-

-¡¡¡Gracias!!!- Hikari, se lanzó de nuevo a los brazos de su hermano, siendo correspondida esta vez. Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, no cabía en si de felicidad.

Yamatto y Takeru los veían un poco a la distancia.

-Es una gran chica, no la dejes ir...- recomendó Matt a su hermano menor.

-Ya me has dicho eso antes, y de todos modos, no pensaba dejarla ir...ahora, debes de prometerme que vas a regresar, y que estarás ahí conmigo en ese momento tan importante.-

Matt solo asintió, no tenía que prometerlo, regresaría a como diera lugar, era un hombre de palabra.

En ese momento, un sonido que todos conocían, inundó el ambiente, las trompetas de plata retumbaron, indicando que la tarde había llegado, y con ella la hora de partir.

Por el camino, se acercó una pequeña caravana, compuesta por hombres a caballo, y un hermoso carruaje entre ellos. Avanzó lentamente, hasta llegar a las puertas principales.

El rey descendió del carruaje, y se paró frente a los recién llegados. Ellos se inclinaron.

-Su majestad- empezó Yamatto- quisiera tener el gusto de presentarle a mi hermano, Takeru Ishida, y a su prometida Hikari Yagami.-

-Los dos son bienvenidos a este lugar cuando gusten, la familia de mis dos mejores caballeros, será siempre bien recibida-

-Gracias su majestad- contestaron los dos nombrados al unísono.

-Yamatto, Taichi, es hora de iniciar nuestro viaje, es tarde, y tenemos que cruzar el bosque antes del anochecer-

Ellos asintieron.

-Takeru, Hikari, fue un placer el conocerlos, tienen mi bendición, y que los dos sean muy felices juntos.-

El rey volvió a su carruaje, y se asomó desde la pequeña ventana, otra persona lo acompañaba. Después de despedirse cada uno de sus hermanos, y prometerles una vez más que regresarían, montaron en sus caballos, que ya habían sido dispuestos para los dos.

Así , la compañía del rey avanzó en el camino. Los dos jinetes miraron hacía atrás, encontrando a sus dos hermanos, que los despedían con las manos en el aire, y con lagrimas en los ojos. Sus cuerpos se hacían cada vez más pequeños, al irse alejando de el castillo, hasta llegar a un punto en que ellos ya no se distinguieron, confundiéndose con las luces y paisajes del lindo atardecer.

Su viaje por fin había comenzado, y mientras sus pasos se alejaban cada vez más de Argorlad, más reflexionaban a cerca de su decisión de dejar aquel país. Sobre todo Yamatto, al conocer el destino al que se dirigía.

-No te preocupes- una voz vino de un lado de el.

Un hombre iba montado en un caballo dorado, era cubierto por una capucha negra que le cubría el rostro.

-Esta no era una decisión, era tu destino Yamatto, tenías que regresar a ese país tarde ó temprano, no podías huir siempre de lo que ya estaba en tu vida desde el principio, lo que te queda ahora es hacerle frente...-su voz era profunda y melancólica, y sin embargo, se oía de un hombre joven, pero sabio.

-¿Quien eres?- preguntó Yamatto muy intrigado, lo que decía aquel personaje era cierto.

-Soy un hechicero, y al igual que tu un fiel servidor de mi reino...pero si quieres saberlo, mi nombre es Joe Kido.- el hombre se quitó la capucha de la cabeza, dejando al descubierto su cabello negro que usaba hasta los hombros, sus ojos contrastaban con su pelo, eran cubiertos por unas gafas delgadas, dándole un aspecto venerable y profundo.

-¿Como sabes todo esto?-

-Yo se tu secreto, y se lo que tu familia ocasiono a nuestro reino, tu padre fue ambicioso, y de tu fortaleza y empeño depende que no corras la misma suerte que el...-

-Tu, ¿Sabes lo que mi padre hizo?-

Joe asintió, sin quitarle la vista de encima.

-Entonces ¿porque no se los has dicho al rey?- Yamatto hablaba en voz baja, y sin mirar a su lado.

-Yo soy solo un hechicero, no tengo el derecho de juzgar a nadie, sin importar lo que hallan hecho...soy fiel a mi reino y a mi rey, pero no por ello debo tener a sus enemigos, o debo ser amigo de quien el cree...-

El sol se empezó a ocultar, y los sonidos de la noche se empezaron a filtrar en la espesura del bosque.

Joe sacudió las riendas de su caballo, apresurándolo a llegar junto al transporte del rey, antes de alejarse demasiado, volteó a ver al joven caballero, diciéndole unas palabras que lo hicieron reflexionar por largo tiempo.

-Se lo que es correcto Yamatto...¿Lo sabes tu?-



Continuara...



¡¡¡¡SSSSSSSIIIIIIIIII!!!! Otro capitulo terminado!!!, por fin, salen del castillo y se dirigen a su destino,¿Que tal la aparición de los otros personajes?, todavía faltan pero no se desesperen, todo a su tiempo, las batallas por fin comenzaran (ahora si lo prometo

^_^U) y todo se pondrá mas interesante. Gracias por tomarse su tiempo para leer este fic, y espero que se tomen otro momento para enviar un review, cualquier apoyo es bien recibido, díganme como va quedando y si les gusto, me harían muy feliz ^O^...

Espero poder continuar lo más pronto posible, Hasta entonces!!!

(Ah, y si quieren saber a que se refiere el titulo, se refiere al encuentro con un hechicero magia = hechicero..je, que obvio ¬_¬U)

Tiffany Dincht