The Sword of Darkness



Capitulo V: "El mensajero del Bien"



La oscuridad del bosque era impresionante cuando caía la noche, sombras de criaturas distantes danzaban ante los viajeros, con los débiles rayos de luz que emitían sus linternas de aceite, sonidos extraños provenían de los lugares más alejados, el eco de los llantos de animales distantes llegaba a los oídos de la compañía, estremeciéndolos hasta los huesos. El cielo estaba despejado, ni el más leve destello de luna y estrellas dejaba ver su brillo, como salida de la nada una espesa bruma se arremolinaba a los pies de las bestias, provocando un miedo general entre los caballos, los árboles habían perdido su majestuosidad que les otorgaba el brillante sol, las ramas desnudas parecían grandes garras, los cedros gigantes amenazaban con despertar de su sueño, para iniciar una cacería nocturna, era un espectáculo tenebroso, los corazones de los más valientes se acongojaban, refugiándose bajo sus capuchas, intentando protegerse un poco de el espectro que los asechaba.

El rey se asomaba periódicamente por la pequeña ventana que poseía el carruaje, observando detenidamente a su alrededor, escudriñando cada centímetro del lugar, casi parecía que sus ojos podían traspasar la niebla, y podían internarse en lo más profundo del bosque.

-¿Que buscas padre?- una dulce voz a su lado ocasiono que el rey retornara su vista hacía dentro del pequeño compartimiento.

Su hija intentaba descifrar lo que su padre buscaba, pero sus esfuerzos a pesar de ser joven, habían sido inútiles.

-Nada, no busco nada- la voz del rey no sonaba muy convincente, sus ojos reflejaban un temor apenas perceptible hasta para el más astuto, y solo las personas que lo conocían desde hacía mucho, podían descifrar sus pensamientos. El miedo reflejado en aquellas tristes y profundas esmeraldas, era infundado, el fiero como el mejor de los espadachines, no temía a las bestias que podían aparecer en ese camino, había matado a muchas de ellas de un solo golpe...entonces ¿Que le causaba temor?

Taichi Yagami se envolvió en su capucha, recargo la cabeza en su pecho y cerró los ojos, dispuesto a utilizar el sentido más fino y desarrollado que tenía...su oído era capaz de escuchar sonidos a distancias considerables, podía decir a que animal o a que objeto pertenecía exactamente, y más ó menos a que distancia se encontraba, había entrenado mucho ese sentido, y más de una vez se había visto recompensado con su propia vida el haberlo desarrollado... en su examen de su alrededor, pudo distinguir varios sonidos, reconocidos para el...de un lado, oyó las leves pisadas de un zorro, en posición de ataque para cazar a su presa, de otro lado distinguió el siseo de una serpiente, arrastrándose de un lado a otro a su madriguera, más allá estaba el revoloteo de un murciélago perdido, que pronto de unió a sus compañeros, cerca de el escucho el ulular de una lechuza, escudriñando la noche con ojos atentos, también distinguió el aullido de un lobo en lo alto de una colina...además de la suave brisa del viento entre los árboles crujientes, era todo lo que se escuchaba a su alrededor...¿o no?

Esta vez su atención se centró en el sonido de los cascos de los caballos, contó el numero cuidadosamente, la cuenta ascendía a quince, que eran los que contenía la compañía del rey...sin embargo, analizándolo más a fondo, encontró otro sonido que concordaba con los anteriores, atrás de ellos, a no más de tres metros, un caballo con un jinete encapuchado, provisto de una espada los seguía cautelosamente y en silencio.

A su lado, Yamatto Ishida iba hundido en sus propias meditaciones, solo la voz de su amigo lo saco de su ensimismamiento.

-Matt-susurro el castaño con cautela- alguien nos sigue...-

Yamatto solo asintió, sin responder nada, sin hacer el más mínimo sonido. Tomo las riendas de su caballo suavemente, y después con un rápido y brusco movimiento se dio la media vuelta, y galopó a gran velocidad en camino contrario a la compañía.

El caballo relinchó estruendosamente, causando que todos los presentes, incluyendo al rey voltearan para presenciar lo sucedido. Solo alcanzaron a ver a Taichi, que había virado junto con su caballo en dirección a donde se había ido Matt, estaba sumamente sorprendido, su amigo era una persona muy impulsiva ó que sabía muy bien que hacer en esas circunstancias.

Hubo un momento de silencio en el que todos estuvieron atentos a los sonidos provenientes de detrás de esa cortina de bruma.

Un choque metálico se producio, y después el sonido de un cuerpo que caía pesadamente de un caballo, el jinete que había quedado en pie, bajo de su corcel, acercándose cautelosamente a la figura que yacía tirada en el piso.

Cubierto de un improvisto valor Taichi también bajó de su caballo, desfondó su espada, y se acercó con arma en mano a el lugar en donde todo había ocurrido, si su amigo había sido herido, el agresor lo pagaría con su vida. Un suspiro de alivio escapo de su ser, al ver que el derribado no era su amigo. Distinguió a pesar de la niebla, a un bulto negro que descansaba en el piso, cubierto de pies a cabeza por la larga capucha que traía puesta.

-¡Levántate!- ordenó el joven rubio, con un toque de fastidio y arrogancia en su rostro, sin dejar de empuñar su espada en contra de su agresor.

La figura se movió, y comenzó a levantarse pesadamente, parecía herido...nada más lejos de sus sospechas...con un veloz movimiento, el hombre empuño su espada, y lanzó un golpe hacía el arma de Yamatto, desviándola de su objetivo, su intención, jamás fue el de herirlo.

Ishida no tardó en reaccionar, levantó su espada de nuevo, e intento descargar un furioso golpe en contra de su adversario.

Se detuvo de nuevo, el otro joven se había arrodillado, sosteniendo su estomago fuertemente, cubrió su boca con la mano que le quedaba libre y empezó a toser secamente. Su mano se tiñó de sangre, Yamatto lo había herido.

Taichi guardó su espada de nuevo, y se acercó al afectado, poniendo una mano en uno de sus hombros.

-Estas herido ¿verdad?- comentó el chico suavemente -lo mejor para ti es que no intentes nada, y no te harán más daño.-

El otro joven soltó su espada, colocándola cuidadosamente a un lado suyo, entonces, inocentemente levantó la cabeza ante su benefactor...unos hermosos ojos negros, reflejaron la luz de la linterna, se veían profundos y astutos.

Yamatto se tranquilizo un poco, y enfundó su espada de nuevo, sin quitar la mirada fría de su rostro interrogó al acusado.

-¿Quien eres?-

El chico no respondió, se sentía humillado, debía haber tomado más precauciones, solo agacho la cabeza. Ishida ya no tenía mucha paciencia, la noche no le había caído de maravilla, se acerco bruscamente a el muchacho, y lo tomo por el cuello de su capucha, haciendo que esta cayera hacia su espalda y dejando su cabellera pelirroja al descubierto.

-¡¿Cual es tu nombre?!- le gritó Matt a la cara , casi perdiendo los estribos.

-Koushiro...-dijo el pelirrojo en voz baja- Koushiro Izumi...-

Al obtener una respuesta Yamatto lo soltó, limitándose solo a verlo.

-¿Porque nos seguías?-

-...-

-¿Para quien trabajas?-

Si Izumi respondía a estas preguntas estaría traicionando a su pueblo.

-Eso no te importa...-

-Mira Izumi, no me agarraste de muy buen humor, no creas que me encanta pasear por un maldito bosque a casi media noche, y con un montón de bestias sedientas de sangre a mi alrededor, así que ahora te conviene más que no andes con juegos, en este momento no estás en posición de ponerte de berrinchudo, mi espada está preparada, y no dudaría ni un momento en atravesarte la garganta con ella.- sacó su espada de nuevo, y puso el filo en contra del cuello de Koushiro. -Habla-

-No lo haré...puedes matarme si quieres, preferiría eso a manchar mi honor...-

-Tu ya no tienes honor, maldito espía..-

-No soy un espía...-

Mientras Yamatto decía su interrogatorio, Tai se había puesto a revisar las pertenencias de Koushiro, su caballo era un grandioso ejemplar, que era solo encontrado en las tierras del sur, su silla apenas estaba desgastada de los costados, había sido recientemente cambiada, traía consigo abundante comida y varias cantimploras con agua, un arco estaba en la parte trasera de la cabalgadura, y un carcaj estaba cerca de el, las flechas que estaban ahí, no eran comunes, esas solo se hacían en una región del mundo, Taichi lo sabía por su extraño color y acabado, y también sabia de que país provenían.

Después examinó la espada que aun estaba en el piso, y miró la empuñadura, un poco más abajo, unos caracteres en una lengua distinta, habían sido gravados cuidadosamente. Taichi también podía reconocer esa escritura, lo que reafirmó sus sospechas.

Izumi no decía nada todavía, y parecía que no lo iba a hacer, ni siquiera con la agresividad de Yamatto, tenían que utilizar otros métodos, y el joven Yagami sabía como, después de todo, no era tan cabeza hueca como muchos pensaban..

-Ya Matt, déjalo en paz...- comento Tai, mientras se acercaba a los dos, con una cara sonriente.

-¿Que?- dijo el nombrado, asombrado ante la amable actitud de su amigo, con un espía.

Sin importarle los murmullos que se empezaron a suscitar entre los presentes, Taichi se acerco, y se arrodillo ante el pelirrojo

-No le hagas caso a este tipo- dijo refiriéndose a Yamatto- está cansado por el viaje, y a veces eso se convierte en histeria, no se debe de hacer enojar a tipos como el, podrían llegar a ser muy peligrosos-

-¿Que?- gruñó Matt, Tai lo tenía cada vez más confundido.

Izumi se rió por lo bajo.

-¿No quieres decir nada?, entonces yo puedo decirlo por ti.-

Todos se sorprendieron ¿que podía saber Taichi acerca de un espía?.

-Tu vienes de Ephel Dúath- comenzó Tai- eres el mensajero de más confianza del rey, tu misión es el asegurarte que lleguemos a tiempo, y sin contratiempos, eres una persona muy inteligente y astuta, y sin embargo de sentimientos puros y corazón noble, además tienes el poder de predecir ciertos acontecimientos que aun no han sucedido, ¿me equivoco?-

Koushiro Izumi se quedó boquiabierto, todas las características que el joven había dicho, eran totalmente ciertas.

-¿C-como sabes todo eso? ¿Quien eres?-

-Je, mi nombre es Taichi Yagami. Y lo que digo, lo deduje yo mismo...veras, conozco varias regiones del mundo, y por tanto las armas que ahí se fabrican, este tipo de flechas con estas escrituras, y este tipo de acabado en la punta, solo se pueden encontrar en Ephel Dúath, el tipo de ropa que usas se fabrica con tela de Andurín esencial en la vestimenta de este sitio, tu misión se ve reflejada en tu espada, no has intentado hacernos daño, y ya lo hubieras hecho si fueras enemigo, inteligente porque a pesar de tu corta edad, eres un sabio consejero, y astuto porque has sabido contestar las preguntas de Yamatto con otras preguntas, eres noble a tu país, al no revelarnos nada, y tus sentimientos puros los demostraste al no atacar a Matt, cuando el lo hizo sin pensar...-

-Oye, no lo haces nada mal- comentó Izumi asombrado, según el ese era uno de sus fuertes.

-¿Todo lo que Tai dijo es cierto?- preguntó Yamatto al pelirrojo, con los ánimos un poco más relajados.

-Si, es cierto, el rey de Ephel Dúath me envió, a ver que sus pasos fueran seguros, debí ser más cuidadoso...-

-Eso ya no tiene importancia- el rey había bajado de su carruaje, a recibir al chico en cuanto supo de quien se trataba.

-Su majestad- Izumi se inclino, sus modales eran de admirarse.

-Se te agradece el que hayas arriesgado tu vida, debes disculpar a mis caballeros, pero es menester el estar prevenidos cuando se pasa por bosques tan peligrosos como estos..ahora, ven, mi hija podrá ayudarte con la herida que se te a provocado, viajaras conmigo en mi carruaje.-

-Se lo agradeceré de por vida su majestad.-

La princesa se había asomado por una de las ventanas contemplando muy satisfecha al joven que acababa de ingresar a su compañía.

Izumi también la observó, quedo maravillado, había oído hablar de la gran belleza de las mujeres de Argorlad, y sobre todo de la majestuosidad de la de la princesa, pero los rumores eran poco creíbles para el, en ese momento se arrepintió mil veces el haber dudado de los viajeros que alguna vez la habían visto.

Cuando al fin Izumi subió al carro, la compañía siguió con su viaje, su caballo fue guiado por Yamatto que no estaba nada contento con el.

-Si claro- se dijo Matt a si mismo en voz alta- uno que intenta protegerlos a todos, y el beneficiado es otro, debería ser yo el que estuviera allá adentro disfrutando de la prin...eh, de la compañía del rey , y en cambio estoy aquí afuera con frío, hambre y sueño, y para colmo guiando al estúpido burro del ...-

-Es caballo Matt- corrigió Tai.

-Lo que sea, el caso es que no debería estar aquí, sino allá..-señalo hacia el carruaje.

-Ya deja de quejarte, te lo buscaste por atacarlo, el no te hizo nada...-

-Si claro...oye, por cierto, faltó un ultimo punto por aclarar ¿Como supiste que el podía ver el futuro?-

-...Eso, fue solo un presentimiento-

-Como quieras...-

Yamatto avanzó hasta alcanzar el carruaje del rey, y cabalgó a su costado, sin que se notara mucho el porque estaba ahí, husmeo por una de las ventanas...en uno de los asientos se acomodo el rey, que miraba con una tierna cara la escena que tenía en frente.

La princesa limpiaba con sumo cuidado la sangre que el pelirrojo tenía en la mejilla, con su propio pañuelo...Izumi disfrutaba mucho de las buenas atenciones que le otorgaban, y sobre todo de 'quien' se las otorgaba.

Mimi Tachikawa no tenía muchos amigos, su padre le impedía salir de las paredes que la aprisionaban, y solo podía hacerlo contando con compañía, muy pocos se atrevían a acercarse a ella, la mayoría personas de la realeza, y grandes pensadores y artistas, los pocos jóvenes que habían tenido la fortuna de conocerla más que como una princesa, habían comprobado, que era una persona con una pureza impresionante, de ideas firmes, y aunque era un poco berrinchuda, el solo hecho de su presencia era reconfortante. Muchos habían ido a pedir su mano, y todos habían salido con toda esperanza desvanecida, quien lograra conquistar su corazón, sería sin duda el hombre más admirado del reino.

Matt sintió como la sangre hirvió en sus venas...ese mensajero apenas había llegado, y ya había acaparado toda la atención.

Sin embargo no podía oponerse a la voluntad del rey, ni a los sentimientos de su hija, no podía obligar a nadie, a obedecer sus mandatos o a cumplir sus caprichos de niño berrinchudo.

De todas formas, había muchas mujeres en el mundo, podía conseguir a la que el quisiera con solo sonreír y acomodar su cabello, así que no tenia que estar sufriendo por solo una chica, cuando podía tener a las que quisiera.

-De todos modos es una princesa...Será mejor que vaya pensando en alguien más accesible...-se dijo a si mismo, convencido de que ella nunca estaría a su lado, resignado, pero sin perder esa pequeña molestia pelirroja, aminoró su paso, y quedó de nuevo al final de la compañía, al lado de otro joven que miraba el camino con pereza.

Aun quedaba un enorme tramo por recorrer ,seguro no libre de criaturas y caminos peligrosos, desenfundarían la espada un par de veces, y no se irían limpios de la batalla, todo eso, y de todos modos su destino, oscuro y lleno de sombras no los hacía muy felices...



Continuara...

Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Esto va para largo, lo siento... n_n U, sin embargo, les aseguro que no se van a decepcionar.

Por fin nuevos personajes!! Todavía falta Sora, Davis, Yolei, etc, que tendrán una importante participación en la aventura, y que ayudaran de varias maneras a todos los personajes. Ojala, y tengan la oportunidad de dejarme su opinión.

No se pierdan los próximos capítulos!!!!

Tiffany Dincht