The Sword of Darkness
Capitulo V: "El mensajero del Bien"
La oscuridad del bosque era impresionante cuando caÃa la noche, sombras de criaturas distantes danzaban ante los viajeros, con los débiles rayos de luz que emitÃan sus linternas de aceite, sonidos extraños provenÃan de los lugares más alejados, el eco de los llantos de animales distantes llegaba a los oÃdos de la compañÃa, estremeciéndolos hasta los huesos. El cielo estaba despejado, ni el más leve destello de luna y estrellas dejaba ver su brillo, como salida de la nada una espesa bruma se arremolinaba a los pies de las bestias, provocando un miedo general entre los caballos, los árboles habÃan perdido su majestuosidad que les otorgaba el brillante sol, las ramas desnudas parecÃan grandes garras, los cedros gigantes amenazaban con despertar de su sueño, para iniciar una cacerÃa nocturna, era un espectáculo tenebroso, los corazones de los más valientes se acongojaban, refugiándose bajo sus capuchas, intentando protegerse un poco de el espectro que los asechaba.
El rey se asomaba periódicamente por la pequeña ventana que poseÃa el carruaje, observando detenidamente a su alrededor, escudriñando cada centÃmetro del lugar, casi parecÃa que sus ojos podÃan traspasar la niebla, y podÃan internarse en lo más profundo del bosque.
-¿Que buscas padre?- una dulce voz a su lado ocasiono que el rey retornara su vista hacÃa dentro del pequeño compartimiento.
Su hija intentaba descifrar lo que su padre buscaba, pero sus esfuerzos a pesar de ser joven, habÃan sido inútiles.
-Nada, no busco nada- la voz del rey no sonaba muy convincente, sus ojos reflejaban un temor apenas perceptible hasta para el más astuto, y solo las personas que lo conocÃan desde hacÃa mucho, podÃan descifrar sus pensamientos. El miedo reflejado en aquellas tristes y profundas esmeraldas, era infundado, el fiero como el mejor de los espadachines, no temÃa a las bestias que podÃan aparecer en ese camino, habÃa matado a muchas de ellas de un solo golpe...entonces ¿Que le causaba temor?
Taichi Yagami se envolvió en su capucha, recargo la cabeza en su pecho y cerró los ojos, dispuesto a utilizar el sentido más fino y desarrollado que tenÃa...su oÃdo era capaz de escuchar sonidos a distancias considerables, podÃa decir a que animal o a que objeto pertenecÃa exactamente, y más ó menos a que distancia se encontraba, habÃa entrenado mucho ese sentido, y más de una vez se habÃa visto recompensado con su propia vida el haberlo desarrollado... en su examen de su alrededor, pudo distinguir varios sonidos, reconocidos para el...de un lado, oyó las leves pisadas de un zorro, en posición de ataque para cazar a su presa, de otro lado distinguió el siseo de una serpiente, arrastrándose de un lado a otro a su madriguera, más allá estaba el revoloteo de un murciélago perdido, que pronto de unió a sus compañeros, cerca de el escucho el ulular de una lechuza, escudriñando la noche con ojos atentos, también distinguió el aullido de un lobo en lo alto de una colina...además de la suave brisa del viento entre los árboles crujientes, era todo lo que se escuchaba a su alrededor...¿o no?
Esta vez su atención se centró en el sonido de los cascos de los caballos, contó el numero cuidadosamente, la cuenta ascendÃa a quince, que eran los que contenÃa la compañÃa del rey...sin embargo, analizándolo más a fondo, encontró otro sonido que concordaba con los anteriores, atrás de ellos, a no más de tres metros, un caballo con un jinete encapuchado, provisto de una espada los seguÃa cautelosamente y en silencio.
A su lado, Yamatto Ishida iba hundido en sus propias meditaciones, solo la voz de su amigo lo saco de su ensimismamiento.
-Matt-susurro el castaño con cautela- alguien nos sigue...-
Yamatto solo asintió, sin responder nada, sin hacer el más mÃnimo sonido. Tomo las riendas de su caballo suavemente, y después con un rápido y brusco movimiento se dio la media vuelta, y galopó a gran velocidad en camino contrario a la compañÃa.
El caballo relinchó estruendosamente, causando que todos los presentes, incluyendo al rey voltearan para presenciar lo sucedido. Solo alcanzaron a ver a Taichi, que habÃa virado junto con su caballo en dirección a donde se habÃa ido Matt, estaba sumamente sorprendido, su amigo era una persona muy impulsiva ó que sabÃa muy bien que hacer en esas circunstancias.
Hubo un momento de silencio en el que todos estuvieron atentos a los sonidos provenientes de detrás de esa cortina de bruma.
Un choque metálico se producio, y después el sonido de un cuerpo que caÃa pesadamente de un caballo, el jinete que habÃa quedado en pie, bajo de su corcel, acercándose cautelosamente a la figura que yacÃa tirada en el piso.
Cubierto de un improvisto valor Taichi también bajó de su caballo, desfondó su espada, y se acercó con arma en mano a el lugar en donde todo habÃa ocurrido, si su amigo habÃa sido herido, el agresor lo pagarÃa con su vida. Un suspiro de alivio escapo de su ser, al ver que el derribado no era su amigo. Distinguió a pesar de la niebla, a un bulto negro que descansaba en el piso, cubierto de pies a cabeza por la larga capucha que traÃa puesta.
-¡Levántate!- ordenó el joven rubio, con un toque de fastidio y arrogancia en su rostro, sin dejar de empuñar su espada en contra de su agresor.
La figura se movió, y comenzó a levantarse pesadamente, parecÃa herido...nada más lejos de sus sospechas...con un veloz movimiento, el hombre empuño su espada, y lanzó un golpe hacÃa el arma de Yamatto, desviándola de su objetivo, su intención, jamás fue el de herirlo.
Ishida no tardó en reaccionar, levantó su espada de nuevo, e intento descargar un furioso golpe en contra de su adversario.
Se detuvo de nuevo, el otro joven se habÃa arrodillado, sosteniendo su estomago fuertemente, cubrió su boca con la mano que le quedaba libre y empezó a toser secamente. Su mano se tiñó de sangre, Yamatto lo habÃa herido.
Taichi guardó su espada de nuevo, y se acercó al afectado, poniendo una mano en uno de sus hombros.
-Estas herido ¿verdad?- comentó el chico suavemente -lo mejor para ti es que no intentes nada, y no te harán más daño.-
El otro joven soltó su espada, colocándola cuidadosamente a un lado suyo, entonces, inocentemente levantó la cabeza ante su benefactor...unos hermosos ojos negros, reflejaron la luz de la linterna, se veÃan profundos y astutos.
Yamatto se tranquilizo un poco, y enfundó su espada de nuevo, sin quitar la mirada frÃa de su rostro interrogó al acusado.
-¿Quien eres?-
El chico no respondió, se sentÃa humillado, debÃa haber tomado más precauciones, solo agacho la cabeza. Ishida ya no tenÃa mucha paciencia, la noche no le habÃa caÃdo de maravilla, se acerco bruscamente a el muchacho, y lo tomo por el cuello de su capucha, haciendo que esta cayera hacia su espalda y dejando su cabellera pelirroja al descubierto.
-¡¿Cual es tu nombre?!- le gritó Matt a la cara , casi perdiendo los estribos.
-Koushiro...-dijo el pelirrojo en voz baja- Koushiro Izumi...-
Al obtener una respuesta Yamatto lo soltó, limitándose solo a verlo.
-¿Porque nos seguÃas?-
-...-
-¿Para quien trabajas?-
Si Izumi respondÃa a estas preguntas estarÃa traicionando a su pueblo.
-Eso no te importa...-
-Mira Izumi, no me agarraste de muy buen humor, no creas que me encanta pasear por un maldito bosque a casi media noche, y con un montón de bestias sedientas de sangre a mi alrededor, asà que ahora te conviene más que no andes con juegos, en este momento no estás en posición de ponerte de berrinchudo, mi espada está preparada, y no dudarÃa ni un momento en atravesarte la garganta con ella.- sacó su espada de nuevo, y puso el filo en contra del cuello de Koushiro. -Habla-
-No lo haré...puedes matarme si quieres, preferirÃa eso a manchar mi honor...-
-Tu ya no tienes honor, maldito espÃa..-
-No soy un espÃa...-
Mientras Yamatto decÃa su interrogatorio, Tai se habÃa puesto a revisar las pertenencias de Koushiro, su caballo era un grandioso ejemplar, que era solo encontrado en las tierras del sur, su silla apenas estaba desgastada de los costados, habÃa sido recientemente cambiada, traÃa consigo abundante comida y varias cantimploras con agua, un arco estaba en la parte trasera de la cabalgadura, y un carcaj estaba cerca de el, las flechas que estaban ahÃ, no eran comunes, esas solo se hacÃan en una región del mundo, Taichi lo sabÃa por su extraño color y acabado, y también sabia de que paÃs provenÃan.
Después examinó la espada que aun estaba en el piso, y miró la empuñadura, un poco más abajo, unos caracteres en una lengua distinta, habÃan sido gravados cuidadosamente. Taichi también podÃa reconocer esa escritura, lo que reafirmó sus sospechas.
Izumi no decÃa nada todavÃa, y parecÃa que no lo iba a hacer, ni siquiera con la agresividad de Yamatto, tenÃan que utilizar otros métodos, y el joven Yagami sabÃa como, después de todo, no era tan cabeza hueca como muchos pensaban..
-Ya Matt, déjalo en paz...- comento Tai, mientras se acercaba a los dos, con una cara sonriente.
-¿Que?- dijo el nombrado, asombrado ante la amable actitud de su amigo, con un espÃa.
Sin importarle los murmullos que se empezaron a suscitar entre los presentes, Taichi se acerco, y se arrodillo ante el pelirrojo
-No le hagas caso a este tipo- dijo refiriéndose a Yamatto- está cansado por el viaje, y a veces eso se convierte en histeria, no se debe de hacer enojar a tipos como el, podrÃan llegar a ser muy peligrosos-
-¿Que?- gruñó Matt, Tai lo tenÃa cada vez más confundido.
Izumi se rió por lo bajo.
-¿No quieres decir nada?, entonces yo puedo decirlo por ti.-
Todos se sorprendieron ¿que podÃa saber Taichi acerca de un espÃa?.
-Tu vienes de Ephel Dúath- comenzó Tai- eres el mensajero de más confianza del rey, tu misión es el asegurarte que lleguemos a tiempo, y sin contratiempos, eres una persona muy inteligente y astuta, y sin embargo de sentimientos puros y corazón noble, además tienes el poder de predecir ciertos acontecimientos que aun no han sucedido, ¿me equivoco?-
Koushiro Izumi se quedó boquiabierto, todas las caracterÃsticas que el joven habÃa dicho, eran totalmente ciertas.
-¿C-como sabes todo eso? ¿Quien eres?-
-Je, mi nombre es Taichi Yagami. Y lo que digo, lo deduje yo mismo...veras, conozco varias regiones del mundo, y por tanto las armas que ahà se fabrican, este tipo de flechas con estas escrituras, y este tipo de acabado en la punta, solo se pueden encontrar en Ephel Dúath, el tipo de ropa que usas se fabrica con tela de AndurÃn esencial en la vestimenta de este sitio, tu misión se ve reflejada en tu espada, no has intentado hacernos daño, y ya lo hubieras hecho si fueras enemigo, inteligente porque a pesar de tu corta edad, eres un sabio consejero, y astuto porque has sabido contestar las preguntas de Yamatto con otras preguntas, eres noble a tu paÃs, al no revelarnos nada, y tus sentimientos puros los demostraste al no atacar a Matt, cuando el lo hizo sin pensar...-
-Oye, no lo haces nada mal- comentó Izumi asombrado, según el ese era uno de sus fuertes.
-¿Todo lo que Tai dijo es cierto?- preguntó Yamatto al pelirrojo, con los ánimos un poco más relajados.
-Si, es cierto, el rey de Ephel Dúath me envió, a ver que sus pasos fueran seguros, debà ser más cuidadoso...-
-Eso ya no tiene importancia- el rey habÃa bajado de su carruaje, a recibir al chico en cuanto supo de quien se trataba.
-Su majestad- Izumi se inclino, sus modales eran de admirarse.
-Se te agradece el que hayas arriesgado tu vida, debes disculpar a mis caballeros, pero es menester el estar prevenidos cuando se pasa por bosques tan peligrosos como estos..ahora, ven, mi hija podrá ayudarte con la herida que se te a provocado, viajaras conmigo en mi carruaje.-
-Se lo agradeceré de por vida su majestad.-
La princesa se habÃa asomado por una de las ventanas contemplando muy satisfecha al joven que acababa de ingresar a su compañÃa.
Izumi también la observó, quedo maravillado, habÃa oÃdo hablar de la gran belleza de las mujeres de Argorlad, y sobre todo de la majestuosidad de la de la princesa, pero los rumores eran poco creÃbles para el, en ese momento se arrepintió mil veces el haber dudado de los viajeros que alguna vez la habÃan visto.
Cuando al fin Izumi subió al carro, la compañÃa siguió con su viaje, su caballo fue guiado por Yamatto que no estaba nada contento con el.
-Si claro- se dijo Matt a si mismo en voz alta- uno que intenta protegerlos a todos, y el beneficiado es otro, deberÃa ser yo el que estuviera allá adentro disfrutando de la prin...eh, de la compañÃa del rey , y en cambio estoy aquà afuera con frÃo, hambre y sueño, y para colmo guiando al estúpido burro del ...-
-Es caballo Matt- corrigió Tai.
-Lo que sea, el caso es que no deberÃa estar aquÃ, sino allá..-señalo hacia el carruaje.
-Ya deja de quejarte, te lo buscaste por atacarlo, el no te hizo nada...-
-Si claro...oye, por cierto, faltó un ultimo punto por aclarar ¿Como supiste que el podÃa ver el futuro?-
-...Eso, fue solo un presentimiento-
-Como quieras...-
Yamatto avanzó hasta alcanzar el carruaje del rey, y cabalgó a su costado, sin que se notara mucho el porque estaba ahÃ, husmeo por una de las ventanas...en uno de los asientos se acomodo el rey, que miraba con una tierna cara la escena que tenÃa en frente.
La princesa limpiaba con sumo cuidado la sangre que el pelirrojo tenÃa en la mejilla, con su propio pañuelo...Izumi disfrutaba mucho de las buenas atenciones que le otorgaban, y sobre todo de 'quien' se las otorgaba.
Mimi Tachikawa no tenÃa muchos amigos, su padre le impedÃa salir de las paredes que la aprisionaban, y solo podÃa hacerlo contando con compañÃa, muy pocos se atrevÃan a acercarse a ella, la mayorÃa personas de la realeza, y grandes pensadores y artistas, los pocos jóvenes que habÃan tenido la fortuna de conocerla más que como una princesa, habÃan comprobado, que era una persona con una pureza impresionante, de ideas firmes, y aunque era un poco berrinchuda, el solo hecho de su presencia era reconfortante. Muchos habÃan ido a pedir su mano, y todos habÃan salido con toda esperanza desvanecida, quien lograra conquistar su corazón, serÃa sin duda el hombre más admirado del reino.
Matt sintió como la sangre hirvió en sus venas...ese mensajero apenas habÃa llegado, y ya habÃa acaparado toda la atención.
Sin embargo no podÃa oponerse a la voluntad del rey, ni a los sentimientos de su hija, no podÃa obligar a nadie, a obedecer sus mandatos o a cumplir sus caprichos de niño berrinchudo.
De todas formas, habÃa muchas mujeres en el mundo, podÃa conseguir a la que el quisiera con solo sonreÃr y acomodar su cabello, asà que no tenia que estar sufriendo por solo una chica, cuando podÃa tener a las que quisiera.
-De todos modos es una princesa...Será mejor que vaya pensando en alguien más accesible...-se dijo a si mismo, convencido de que ella nunca estarÃa a su lado, resignado, pero sin perder esa pequeña molestia pelirroja, aminoró su paso, y quedó de nuevo al final de la compañÃa, al lado de otro joven que miraba el camino con pereza.
Aun quedaba un enorme tramo por recorrer ,seguro no libre de criaturas y caminos peligrosos, desenfundarÃan la espada un par de veces, y no se irÃan limpios de la batalla, todo eso, y de todos modos su destino, oscuro y lleno de sombras no los hacÃa muy felices...
Continuara...
Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Esto va para largo, lo siento... n_n U, sin embargo, les aseguro que no se van a decepcionar.
Por fin nuevos personajes!! TodavÃa falta Sora, Davis, Yolei, etc, que tendrán una importante participación en la aventura, y que ayudaran de varias maneras a todos los personajes. Ojala, y tengan la oportunidad de dejarme su opinión.
No se pierdan los próximos capÃtulos!!!!
Tiffany Dincht
Capitulo V: "El mensajero del Bien"
La oscuridad del bosque era impresionante cuando caÃa la noche, sombras de criaturas distantes danzaban ante los viajeros, con los débiles rayos de luz que emitÃan sus linternas de aceite, sonidos extraños provenÃan de los lugares más alejados, el eco de los llantos de animales distantes llegaba a los oÃdos de la compañÃa, estremeciéndolos hasta los huesos. El cielo estaba despejado, ni el más leve destello de luna y estrellas dejaba ver su brillo, como salida de la nada una espesa bruma se arremolinaba a los pies de las bestias, provocando un miedo general entre los caballos, los árboles habÃan perdido su majestuosidad que les otorgaba el brillante sol, las ramas desnudas parecÃan grandes garras, los cedros gigantes amenazaban con despertar de su sueño, para iniciar una cacerÃa nocturna, era un espectáculo tenebroso, los corazones de los más valientes se acongojaban, refugiándose bajo sus capuchas, intentando protegerse un poco de el espectro que los asechaba.
El rey se asomaba periódicamente por la pequeña ventana que poseÃa el carruaje, observando detenidamente a su alrededor, escudriñando cada centÃmetro del lugar, casi parecÃa que sus ojos podÃan traspasar la niebla, y podÃan internarse en lo más profundo del bosque.
-¿Que buscas padre?- una dulce voz a su lado ocasiono que el rey retornara su vista hacÃa dentro del pequeño compartimiento.
Su hija intentaba descifrar lo que su padre buscaba, pero sus esfuerzos a pesar de ser joven, habÃan sido inútiles.
-Nada, no busco nada- la voz del rey no sonaba muy convincente, sus ojos reflejaban un temor apenas perceptible hasta para el más astuto, y solo las personas que lo conocÃan desde hacÃa mucho, podÃan descifrar sus pensamientos. El miedo reflejado en aquellas tristes y profundas esmeraldas, era infundado, el fiero como el mejor de los espadachines, no temÃa a las bestias que podÃan aparecer en ese camino, habÃa matado a muchas de ellas de un solo golpe...entonces ¿Que le causaba temor?
Taichi Yagami se envolvió en su capucha, recargo la cabeza en su pecho y cerró los ojos, dispuesto a utilizar el sentido más fino y desarrollado que tenÃa...su oÃdo era capaz de escuchar sonidos a distancias considerables, podÃa decir a que animal o a que objeto pertenecÃa exactamente, y más ó menos a que distancia se encontraba, habÃa entrenado mucho ese sentido, y más de una vez se habÃa visto recompensado con su propia vida el haberlo desarrollado... en su examen de su alrededor, pudo distinguir varios sonidos, reconocidos para el...de un lado, oyó las leves pisadas de un zorro, en posición de ataque para cazar a su presa, de otro lado distinguió el siseo de una serpiente, arrastrándose de un lado a otro a su madriguera, más allá estaba el revoloteo de un murciélago perdido, que pronto de unió a sus compañeros, cerca de el escucho el ulular de una lechuza, escudriñando la noche con ojos atentos, también distinguió el aullido de un lobo en lo alto de una colina...además de la suave brisa del viento entre los árboles crujientes, era todo lo que se escuchaba a su alrededor...¿o no?
Esta vez su atención se centró en el sonido de los cascos de los caballos, contó el numero cuidadosamente, la cuenta ascendÃa a quince, que eran los que contenÃa la compañÃa del rey...sin embargo, analizándolo más a fondo, encontró otro sonido que concordaba con los anteriores, atrás de ellos, a no más de tres metros, un caballo con un jinete encapuchado, provisto de una espada los seguÃa cautelosamente y en silencio.
A su lado, Yamatto Ishida iba hundido en sus propias meditaciones, solo la voz de su amigo lo saco de su ensimismamiento.
-Matt-susurro el castaño con cautela- alguien nos sigue...-
Yamatto solo asintió, sin responder nada, sin hacer el más mÃnimo sonido. Tomo las riendas de su caballo suavemente, y después con un rápido y brusco movimiento se dio la media vuelta, y galopó a gran velocidad en camino contrario a la compañÃa.
El caballo relinchó estruendosamente, causando que todos los presentes, incluyendo al rey voltearan para presenciar lo sucedido. Solo alcanzaron a ver a Taichi, que habÃa virado junto con su caballo en dirección a donde se habÃa ido Matt, estaba sumamente sorprendido, su amigo era una persona muy impulsiva ó que sabÃa muy bien que hacer en esas circunstancias.
Hubo un momento de silencio en el que todos estuvieron atentos a los sonidos provenientes de detrás de esa cortina de bruma.
Un choque metálico se producio, y después el sonido de un cuerpo que caÃa pesadamente de un caballo, el jinete que habÃa quedado en pie, bajo de su corcel, acercándose cautelosamente a la figura que yacÃa tirada en el piso.
Cubierto de un improvisto valor Taichi también bajó de su caballo, desfondó su espada, y se acercó con arma en mano a el lugar en donde todo habÃa ocurrido, si su amigo habÃa sido herido, el agresor lo pagarÃa con su vida. Un suspiro de alivio escapo de su ser, al ver que el derribado no era su amigo. Distinguió a pesar de la niebla, a un bulto negro que descansaba en el piso, cubierto de pies a cabeza por la larga capucha que traÃa puesta.
-¡Levántate!- ordenó el joven rubio, con un toque de fastidio y arrogancia en su rostro, sin dejar de empuñar su espada en contra de su agresor.
La figura se movió, y comenzó a levantarse pesadamente, parecÃa herido...nada más lejos de sus sospechas...con un veloz movimiento, el hombre empuño su espada, y lanzó un golpe hacÃa el arma de Yamatto, desviándola de su objetivo, su intención, jamás fue el de herirlo.
Ishida no tardó en reaccionar, levantó su espada de nuevo, e intento descargar un furioso golpe en contra de su adversario.
Se detuvo de nuevo, el otro joven se habÃa arrodillado, sosteniendo su estomago fuertemente, cubrió su boca con la mano que le quedaba libre y empezó a toser secamente. Su mano se tiñó de sangre, Yamatto lo habÃa herido.
Taichi guardó su espada de nuevo, y se acercó al afectado, poniendo una mano en uno de sus hombros.
-Estas herido ¿verdad?- comentó el chico suavemente -lo mejor para ti es que no intentes nada, y no te harán más daño.-
El otro joven soltó su espada, colocándola cuidadosamente a un lado suyo, entonces, inocentemente levantó la cabeza ante su benefactor...unos hermosos ojos negros, reflejaron la luz de la linterna, se veÃan profundos y astutos.
Yamatto se tranquilizo un poco, y enfundó su espada de nuevo, sin quitar la mirada frÃa de su rostro interrogó al acusado.
-¿Quien eres?-
El chico no respondió, se sentÃa humillado, debÃa haber tomado más precauciones, solo agacho la cabeza. Ishida ya no tenÃa mucha paciencia, la noche no le habÃa caÃdo de maravilla, se acerco bruscamente a el muchacho, y lo tomo por el cuello de su capucha, haciendo que esta cayera hacia su espalda y dejando su cabellera pelirroja al descubierto.
-¡¿Cual es tu nombre?!- le gritó Matt a la cara , casi perdiendo los estribos.
-Koushiro...-dijo el pelirrojo en voz baja- Koushiro Izumi...-
Al obtener una respuesta Yamatto lo soltó, limitándose solo a verlo.
-¿Porque nos seguÃas?-
-...-
-¿Para quien trabajas?-
Si Izumi respondÃa a estas preguntas estarÃa traicionando a su pueblo.
-Eso no te importa...-
-Mira Izumi, no me agarraste de muy buen humor, no creas que me encanta pasear por un maldito bosque a casi media noche, y con un montón de bestias sedientas de sangre a mi alrededor, asà que ahora te conviene más que no andes con juegos, en este momento no estás en posición de ponerte de berrinchudo, mi espada está preparada, y no dudarÃa ni un momento en atravesarte la garganta con ella.- sacó su espada de nuevo, y puso el filo en contra del cuello de Koushiro. -Habla-
-No lo haré...puedes matarme si quieres, preferirÃa eso a manchar mi honor...-
-Tu ya no tienes honor, maldito espÃa..-
-No soy un espÃa...-
Mientras Yamatto decÃa su interrogatorio, Tai se habÃa puesto a revisar las pertenencias de Koushiro, su caballo era un grandioso ejemplar, que era solo encontrado en las tierras del sur, su silla apenas estaba desgastada de los costados, habÃa sido recientemente cambiada, traÃa consigo abundante comida y varias cantimploras con agua, un arco estaba en la parte trasera de la cabalgadura, y un carcaj estaba cerca de el, las flechas que estaban ahÃ, no eran comunes, esas solo se hacÃan en una región del mundo, Taichi lo sabÃa por su extraño color y acabado, y también sabia de que paÃs provenÃan.
Después examinó la espada que aun estaba en el piso, y miró la empuñadura, un poco más abajo, unos caracteres en una lengua distinta, habÃan sido gravados cuidadosamente. Taichi también podÃa reconocer esa escritura, lo que reafirmó sus sospechas.
Izumi no decÃa nada todavÃa, y parecÃa que no lo iba a hacer, ni siquiera con la agresividad de Yamatto, tenÃan que utilizar otros métodos, y el joven Yagami sabÃa como, después de todo, no era tan cabeza hueca como muchos pensaban..
-Ya Matt, déjalo en paz...- comento Tai, mientras se acercaba a los dos, con una cara sonriente.
-¿Que?- dijo el nombrado, asombrado ante la amable actitud de su amigo, con un espÃa.
Sin importarle los murmullos que se empezaron a suscitar entre los presentes, Taichi se acerco, y se arrodillo ante el pelirrojo
-No le hagas caso a este tipo- dijo refiriéndose a Yamatto- está cansado por el viaje, y a veces eso se convierte en histeria, no se debe de hacer enojar a tipos como el, podrÃan llegar a ser muy peligrosos-
-¿Que?- gruñó Matt, Tai lo tenÃa cada vez más confundido.
Izumi se rió por lo bajo.
-¿No quieres decir nada?, entonces yo puedo decirlo por ti.-
Todos se sorprendieron ¿que podÃa saber Taichi acerca de un espÃa?.
-Tu vienes de Ephel Dúath- comenzó Tai- eres el mensajero de más confianza del rey, tu misión es el asegurarte que lleguemos a tiempo, y sin contratiempos, eres una persona muy inteligente y astuta, y sin embargo de sentimientos puros y corazón noble, además tienes el poder de predecir ciertos acontecimientos que aun no han sucedido, ¿me equivoco?-
Koushiro Izumi se quedó boquiabierto, todas las caracterÃsticas que el joven habÃa dicho, eran totalmente ciertas.
-¿C-como sabes todo eso? ¿Quien eres?-
-Je, mi nombre es Taichi Yagami. Y lo que digo, lo deduje yo mismo...veras, conozco varias regiones del mundo, y por tanto las armas que ahà se fabrican, este tipo de flechas con estas escrituras, y este tipo de acabado en la punta, solo se pueden encontrar en Ephel Dúath, el tipo de ropa que usas se fabrica con tela de AndurÃn esencial en la vestimenta de este sitio, tu misión se ve reflejada en tu espada, no has intentado hacernos daño, y ya lo hubieras hecho si fueras enemigo, inteligente porque a pesar de tu corta edad, eres un sabio consejero, y astuto porque has sabido contestar las preguntas de Yamatto con otras preguntas, eres noble a tu paÃs, al no revelarnos nada, y tus sentimientos puros los demostraste al no atacar a Matt, cuando el lo hizo sin pensar...-
-Oye, no lo haces nada mal- comentó Izumi asombrado, según el ese era uno de sus fuertes.
-¿Todo lo que Tai dijo es cierto?- preguntó Yamatto al pelirrojo, con los ánimos un poco más relajados.
-Si, es cierto, el rey de Ephel Dúath me envió, a ver que sus pasos fueran seguros, debà ser más cuidadoso...-
-Eso ya no tiene importancia- el rey habÃa bajado de su carruaje, a recibir al chico en cuanto supo de quien se trataba.
-Su majestad- Izumi se inclino, sus modales eran de admirarse.
-Se te agradece el que hayas arriesgado tu vida, debes disculpar a mis caballeros, pero es menester el estar prevenidos cuando se pasa por bosques tan peligrosos como estos..ahora, ven, mi hija podrá ayudarte con la herida que se te a provocado, viajaras conmigo en mi carruaje.-
-Se lo agradeceré de por vida su majestad.-
La princesa se habÃa asomado por una de las ventanas contemplando muy satisfecha al joven que acababa de ingresar a su compañÃa.
Izumi también la observó, quedo maravillado, habÃa oÃdo hablar de la gran belleza de las mujeres de Argorlad, y sobre todo de la majestuosidad de la de la princesa, pero los rumores eran poco creÃbles para el, en ese momento se arrepintió mil veces el haber dudado de los viajeros que alguna vez la habÃan visto.
Cuando al fin Izumi subió al carro, la compañÃa siguió con su viaje, su caballo fue guiado por Yamatto que no estaba nada contento con el.
-Si claro- se dijo Matt a si mismo en voz alta- uno que intenta protegerlos a todos, y el beneficiado es otro, deberÃa ser yo el que estuviera allá adentro disfrutando de la prin...eh, de la compañÃa del rey , y en cambio estoy aquà afuera con frÃo, hambre y sueño, y para colmo guiando al estúpido burro del ...-
-Es caballo Matt- corrigió Tai.
-Lo que sea, el caso es que no deberÃa estar aquÃ, sino allá..-señalo hacia el carruaje.
-Ya deja de quejarte, te lo buscaste por atacarlo, el no te hizo nada...-
-Si claro...oye, por cierto, faltó un ultimo punto por aclarar ¿Como supiste que el podÃa ver el futuro?-
-...Eso, fue solo un presentimiento-
-Como quieras...-
Yamatto avanzó hasta alcanzar el carruaje del rey, y cabalgó a su costado, sin que se notara mucho el porque estaba ahÃ, husmeo por una de las ventanas...en uno de los asientos se acomodo el rey, que miraba con una tierna cara la escena que tenÃa en frente.
La princesa limpiaba con sumo cuidado la sangre que el pelirrojo tenÃa en la mejilla, con su propio pañuelo...Izumi disfrutaba mucho de las buenas atenciones que le otorgaban, y sobre todo de 'quien' se las otorgaba.
Mimi Tachikawa no tenÃa muchos amigos, su padre le impedÃa salir de las paredes que la aprisionaban, y solo podÃa hacerlo contando con compañÃa, muy pocos se atrevÃan a acercarse a ella, la mayorÃa personas de la realeza, y grandes pensadores y artistas, los pocos jóvenes que habÃan tenido la fortuna de conocerla más que como una princesa, habÃan comprobado, que era una persona con una pureza impresionante, de ideas firmes, y aunque era un poco berrinchuda, el solo hecho de su presencia era reconfortante. Muchos habÃan ido a pedir su mano, y todos habÃan salido con toda esperanza desvanecida, quien lograra conquistar su corazón, serÃa sin duda el hombre más admirado del reino.
Matt sintió como la sangre hirvió en sus venas...ese mensajero apenas habÃa llegado, y ya habÃa acaparado toda la atención.
Sin embargo no podÃa oponerse a la voluntad del rey, ni a los sentimientos de su hija, no podÃa obligar a nadie, a obedecer sus mandatos o a cumplir sus caprichos de niño berrinchudo.
De todas formas, habÃa muchas mujeres en el mundo, podÃa conseguir a la que el quisiera con solo sonreÃr y acomodar su cabello, asà que no tenia que estar sufriendo por solo una chica, cuando podÃa tener a las que quisiera.
-De todos modos es una princesa...Será mejor que vaya pensando en alguien más accesible...-se dijo a si mismo, convencido de que ella nunca estarÃa a su lado, resignado, pero sin perder esa pequeña molestia pelirroja, aminoró su paso, y quedó de nuevo al final de la compañÃa, al lado de otro joven que miraba el camino con pereza.
Aun quedaba un enorme tramo por recorrer ,seguro no libre de criaturas y caminos peligrosos, desenfundarÃan la espada un par de veces, y no se irÃan limpios de la batalla, todo eso, y de todos modos su destino, oscuro y lleno de sombras no los hacÃa muy felices...
Continuara...
Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Esto va para largo, lo siento... n_n U, sin embargo, les aseguro que no se van a decepcionar.
Por fin nuevos personajes!! TodavÃa falta Sora, Davis, Yolei, etc, que tendrán una importante participación en la aventura, y que ayudaran de varias maneras a todos los personajes. Ojala, y tengan la oportunidad de dejarme su opinión.
No se pierdan los próximos capÃtulos!!!!
Tiffany Dincht
