Disclaimer : los personajes de Gatchaman pertenecen a Tatsunoko Producciones, los demas son puros inventos míos
Fue una mala suerte que el doctor Nambu no contestara al llamado de los chicos, en verdad estaban muy preocupados, Jun no pudo contener las lágrimas cuando vio el regalo con pequeñas gotas de sangre, esto debería ser importante, urgente, debían hacer algo para encontrar a su compañero. Joe trataba de consolarla abrazándola mientras ella trataba de ahogar los suspiros.
El pasaba sus brazos alrededor de su cuerpo tiernamente como un amigo y le acariciaba el cabello mientras Jinpei los observaba tristemente sentado a la barra.
- Vamos, Ryu intenta otra vez, tal vez tuvo alguna emergencia y tuvo que salir sin avisar, trata de nuevo.
Ryu envió de nuevo una señal desde su brazalete para la cuál no obtuvo respuesta.
- Vuelve a intentar con el Doctor, tiene que contestar!
Ryu lo intento y obtuvo los mismos resultados que con Ken.
- No pudieron haber desaparecido los dos...¿cierto? – preguntó Jinpei preocupado.
- No... – dijo Jun incorporándose – Creo que el doctor tenía una junta especial el día de hoy y mañana. Creo que a menos que Galactor ataque no nos llamará.
- ¿Tu sabes que fue lo último que hizo Ken?
- Si fue a dejar un paquete, pero no creo que halla tenido problemas puesto que nos llamó al llegar, ¿no?
- Tal vez lo siguieron – señaló Jin.
En ese momento todos los presentes recibieron una llamada en sus brazaletes.
- ¡Doctor! Creí que no nos respondería – dijo Joe al reconocer la señal.
- Es una emergencia muchachos y deberán salir inmediatamente
- ¿Emergencia? – dijo Joe - ¿Qué no se ha enterado? ¡Ken desapareció!
- ...
- ¿Doctor? – preguntó Jun
- Sí, los escucho, pero no creí... Aun así deben partir ahora mismo hacia Eritros, la capital de Kambula.
- ¡Doctor! Pero Ken... – interrumpió Joe.
- ¡Inmediatamente Joe! Ya habrá tiempo para buscar a Ken. Tienen que encontrar a este hombre cuando antes, es importante que lo capturen con vida. ¿entendido?
No hubo respuesta.
- Escuchen chicos, yo sé que estan preocupados por Ken, pero confío en que el sabrá protegerse por unas horas, ahora cumplan con su deber y aborden el Fénix, ¿entendido?
- Entendido – respondieron al unísono las cuatro voces quebrantadas.
Apenas afloraba el día cuando Ken recobró el conocimiento, aún aturdido por la anestesia sólo distinguía sombras y bultos oscuros moverse alrededor de él, su cabeza le pesaba enormemente y parecía que caería de sus hombros si no estuviera sujeta al cuello, al dejar caer la cabeza el en gran almohadón tras el la luz incandescente de la lámpara sobre él le molestaba la vista. Y cerraba los ojos de nuevo para volver a caer en un profundo sopor.
- ¿Ya despertó? – preguntó la voz de un hombre aproximándose hacia Ken.
- No, doctor aún no despierta- contestó una enfermera cerca de él.
"Aún sigo aquí, creí que todo esto había sido una pesadilla, ¡Dios! ¡me duele el cuerpo entero!... ¡Katse!.. ¡Katse! Estaba aquí... ¿Pero que pasó? Aún no comprendo por que, ¿cómo me descubrieron? ¿En que falle? Los muchachos deben de estar buscándome, seguro que pronto vendrán por mí... ¿Pero como?, no tengo el brazalete conmigo, si pudiera avisarles...Perdóname Jun por no llegar a tiempo.."
- Somos afortunadas en estar aquí Betty – dijo una enfermera a otra compañera del otro lado de la cama del joven
- ¿Por qué lo dices? – contestó su compañera bajando un poco mas el respaldo de la cama.
- La Sra. Martha la ha reconocido. – exclamó la otra verificando el goteo del suero en su brazo izquierdo
- ¿A ella? ¿Entonces si era ella la que aparecía en la foto?
- Sí, no ha dudado ni un momento en que él es el hijo de la Srita. Sudzuki.
"¿De que hablan? ¿A que foto se refieren, y por que mencionan a mi madre?"
- Si lo tratamos bien, tal vez recibamos en algún futuro alguna recompensa.
- Si, es cierto, no lo había pensado así Luisa.
Ambas terminaron de cambiar unos vendajes de los cuales Ken no se había dado cuenta que tenía en su costado derecho. Una pequeña incisión le había sido practicada y no sabía cual era el motivo.
Al sentir que no había nadie en la habitación abrió lentamente sus ojos, trato de afocar la vista en su mano derecha para darse cuenta de que estaba atada a la cama al igual que la izquierda. Su cabeza aún se iba hacía atrás hasta que poco a poco logro equilibrarla.
"¡Dios! Me siento cansado..."
En vano trato de mover sus piernas, ya que al igual que sus brazos, estos se encontraban atados al pie de la cama en que se encontraba. Sus fuerzas aún no eran las suficientes para romper las ataduras.
- ¿Aun no recuperas las fuerzas?
- ¡¿Qué?! – exclamó el asustado al reconocer la voz.
- Para mi es importante que las recuperes al cien por ciento, pero mas me importa mantenerte seguro.
- ¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué haces esto?
Katse se acercó tanto a él que pudo casi distinguirlo claramente, no sabía si era el temor el que le hacía recuperar la vista tan de repente.
- No tengas miedo, de aquí en adelante sólo te toca observar lo que te depara el destino
La manera en como decía las palabras tan cerca de él hacía sentir calosfríos a Ken. Katse deslizó su mano lentamente por su cabeza y Ken sintió perder su valor y las pocas fuerzas que había reunido. Dejó caer su cabeza en el almohadón y esto hizo que sus labios quedarán tan cerca de Katse que pudo sentir su respiración.
- ¡Dios! – exclamó el joven volteando hacia el otro lado la cabeza
- Descansa el resto del día – decía el villano mientras lo acariciaba - no te esfuerces, necesitarás las fuerzas para lo que te tengo preparado. Vendré a verte más tarde
Katse besó a Ken en la mejilla y el joven cerraba los ojos con desprecio
Al sentirse solo de nuevo no pudo evitar sentir el coraje y la impotencia ante su enemigo, y una lágrima involuntaria rodó por su mejilla borrando la marca que Katse había impreso en ella.
En su camino hacia su habitación Katse se regocijaba con el futuro que se le presentaba en ese instante, ya no tendría que cargar con el peso que le había impuesto Sosai X desde su niñez, no, ahora habría otro, otro que llevaría ese peso, ese poder sobre sus hombros, el nunca estuvo preparado para soportar tanta presión y tanto poder proveniente de su amo y señor, su cuerpo no estaba preparado para eso, y por eso el amo Sosai había recurrido a dos personas para formar una sola, Berg Katse. Ese era el motivo por el cuál hace años había creado un ser perfecto físicamente que le reemplazara
Apenas amanecía y recordaba que no se había tomado un minuto de descanso desde que el joven llegó a el, no había dormido y su cuerpo empezaba a denotar un poco de cansancio y de sed.
Sentado frente a su escritorio paladeaba un exquisito vino, y una extraña sonrisa rebosante de alegría se dibujaba en su rostro, solo una cosa le causaba preocupación en ese momento, ese equipo de jovencitos que siempre arruinaban sus planes por mas que se esmeraba en tomar precauciones con sus robots destructores, pero ahora era personal, que podría salir mal si no había hecho nada que verdaderamente llamara la atención de G Force?, nada, simplemente la desaparición de otro jovencito, uno de tantos que se escapaban y perdían en ese país. Quién podría notarlo?
Pensándolo bien, no sabía mucho sobre su hijo como le llamaba personalmente, mas que piloteaba un avión repartiendo correo y paquetería, observó sobre su escritorio buscando la información que le había recopilado el doctor Russell sobre el adolescente y se tomo un momento para revisarla.
Nombre Washio Ken
Nombre del Padre: Washio Kentaro (finado)
Nombre de la madre: Sudzuki Sayuri (finada)
Fecha de Nacimiento: 03 de Abril de 1962
Profesión: Piloto de pruebas en el Centro de Investigación e Inteligencia
Repartidor de correo aéreo
Dirección: 3th Street 515 G-Town
"¿Washio?, por que siento que he escuchado ese nombre antes, y ¿esta foto?
Debe ser el retrato que reconoció esa señora, bien, Sayuri así que encontraste alguien que cuidara de nuestro hijo, muy bien, pero él, él me parece muy conocido."
Sin cerrar el expediente pidió que se le preparará una conferencia con Mekai, quien se encontraba en la Isla Cienfuegos preparando todo el equipo para la sesión de la noche.
Seguía viendo la foto esperando recordar de quien se trataba, torpemente unas de vino tinto cayeron sobre el retrato haciendo parecer a la familia extrañamente colorida de rojo.
"Diablos!, Espero que tengan otra copia por que no los podría reconocer si están todos vestidos de... ¡Demonios!"
- ¿Si señor? – se escuchó una voz nerviosa por el comunicador, era Mekai acabando de ser despertado. - ¿Quería.. hablar conmigo?
- Si Mekai, tengo una pregunta, ¿recuerdas aquel hombre que liberó a Sayuri de la Clínica?
- Sí, señor, creo recordarle.
- ¿sabes el nombre de ese maldito?
- Era un espía que provenía de las fuerzas secretas que resguarda el Centro de Investigación.
- ¡¡Pero su nombre, estúpido, quiero saber nombre!! – exclamó Katse exasperado.
- ¿Su nombre? Kentaro, Kentaro Washio, usted lo debe conocer como...
- ¡Impulso Escarlata! – expresó Katse asombrado –Sí yo sabía que lo conocía...¡Si!... bien, Mekai, espero que este todo preparado para la sesión de hoy, no quiero que halla ninguna falla en la transmisión.
- Sí, señor, todo estará arreglado para entonces, ...
- Eso espero.
Y terminando la comunicación Katse sonrió de nuevo.
"Eso no puede ser, no puede ser cierto pero debo asegurarme.." pensaba Katse al salir de su habitación
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
A las 10 de la mañana los chicos se encontraban frente al Doctor Nambu. Todos se encontraban cansados y desesperados por tener noticias de su compañero, Jun confortaba a Jinpei quién no se separaba de ella desde que partieron en su misión.
- Hemos interrogado a ese par de muchachos que lograron capturar anoche.
- ¿Saben algo de Ken? – preguntó Joe
El Doctor miró a Joe, y suspiro sin que se dieran cuenta
- No, Joe, no sabe nada acerca de él.
- ¿Entonces? ¿Por qué fuimos tras de ellos?
- No es para buscar a Ken, debemos encontrar a un hombre llamado Mekai, un fuerte General de Katse de hace muchos años...
- Eso puede esperar, debemos encontrar a Ken, puede estar en peligro,...
- Quizás ya este muerto... – agregó Jinpei abrazando mas fuerte a su hermana mayor.
- Si podemos encontrar a Mekai podremos detener un plan que implica que Katse se hará mas fuerte.
- Eso puede esperar, Doctor, Ken... – insistía Joe
- Esto no puede esperar, muchachos ¿no comprenden? Si Katse logra su objetivo sería imposible detenerlo
- Sin Ken será mucho mas difícil doctor.
- Si siguen preocupado por Ken, haré que investiguen su paradero.
- ¿¡Quien se puede preocupar en buscarlo exhaustivamente, más que nosotros? – preguntó Jun desesperada
- ¿Qué opinas de mi?- Preguntó un hombre vestido de rojo apareciendo por la puerta de al lado.
- ¿Tenías que hacer tu entrada triunfal?- preguntó Nambu.
- ¿Usted? ¡Tiene más vidas que un gato! Nunca más pensé en verlo con vida. – expresó Ryu
- ¡Impulso! Pero creímos..., pero no, otra vez no, será muy duro para Ken... – manifestó la joven – si lo encontramos con vida
- Vamos, muchachos no sean pesimistas, así no podrán encontrar nada
- ¿Nos ayudará a encontrar a Ken? – preguntó Jinpei separándose de Jun al ver una clara esperanza en su búsqueda.
- Me he adelantado, tengo aquí el plan de vuelo que autorizo la torre de control para el vuelo de Ken, y según esto, él llego hasta la isla Cien fuegos a dejar un paquete...
- Si, recuerdo que ese viejo mencionó algo así.
- ¿Y por que no lo dijiste antes, tonto?
- Lo siento, Joe, no lo recordaba hasta que lo mencionaron
- Y desafortunadamente, y a la vez es una fortuna, allí se encuentra una un grupo armado al cual pertenecía Mekai. Acabo de dejar a esos dos que capturaron y yo pude lograr lo que el Doctor y sus técnicas de intimidación no pudieron hacer. – señaló Kentaro enviando una descriptiva mirada a su camarada
- Tal vez Ken averiguó algo sin darse y cuenta y quisieron callarlo – reveló G2 a sus compañeros sin darse cuenta del comentario de Impulso
- Ya Joe – objetó Nambu al ver el rostro sombrío y cansado de Joe – descansen un rato antes de partir hacía la Isla.
- No, ¡Iremos inmediatamente Doctor! – exclamó Jinpei con nuevas fuerzas
- No tiene caso que se arriesguen a perder a Ken por no encontrarse en óptimas condiciones, Impulso se adelantará a investigar. Tal vez el y su equipo puedan rescatarlo por si mismos.
El equipo no estaba muy conforme pero en realidad estaban demasiado cansados para ser de mucha utilidad en la búsqueda de su compañero, así que un poco renuentes aceptaron retirarse a descansar tan solo 3 horas, si eso era lo suficiente para que sus cuerpos pudieran recobrar energías, y más que todo el sueño.
Ninguno se retiro a su lugares y prefirieron quedarse en las instalaciones de la base para obtener mas pronto noticias de la tarea encargada a Impulso, además si Katse sabía la identidad de Gatchaman bien podría saber la de sus demás compañeros.
Jun ponía todas las esperanzas en el padre de Ken, sabía que él no dejaría ningún cabo suelto, ninguna sospecha sin verificar, si con eso conseguía saber el paradero de su único hijo.
Jinpei estaba seguro que Kentaro encontraría algo que les haría llegar hasta Ken, tal vez el mismo podría encontrarlo sin su ayuda, tan solo esperaba que fuera con vida, que no fuera demasiado tarde para rescatarlo.
Joe no estaba tan seguro, Ken no desaparecía sin hablar antes con él, en sus esporádicas huidas del equipo, siempre contaba con él para avisarle cuando llegaría o donde se encontraba, nunca sin su brazalete, brazalete que llevaba el consigo por si acaso lograban encontrarle indefenso. Ahora, debido a las circunstancias de cómo se encontraba su casa al momento de llegar él y Ryu, le hacían pensar lo peor, pero no quería compartirlo con el equipo, trataba de averiguar como Katse supo de su identidad y si ellos se encontraban en la misma situación, porque, sí Katse había logrado descifrar sus identidades, ninguno ya estaría a salvo. Pero si fue así ¿por que no se llevaron también el brazalete que estaba en la mesa? ¿Sería por que el retrato lo cubría? Si sabían de su identidad deberían interesarse por conocer tecnología con que contaba el equipo, un método eficaz para revertir la transformación y poder dejar al equipo indefenso.
Ryu trato de dormir un poco, despejar su mente, y descansar su cuerpo, estar alerta y en condiciones para serle útil al equipo, aún así no dejaba de pensar en como encontró el lugar de Ken, como la regadera del baño aún sonaba cuando ellos llegaron a su casa, tal vez lo habían sacado de la ducha, cuando se encontraba indefenso y sin poder contactar a nadie. Ahora no sabía que esperar y nervioso trato de conciliar el sueño que llegó mas como cansancio que como reposo.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
Cuando Kentaro llego a la Base lo primero que se encontró fue un hangar desierto sin señas de alguna nave extraña ni personas fuera de lo normal, tan solo se encontró con una jovencita que levantaba los botes de aceite regados en el hangar, no llevaba mas que una simple chamarra de mezclilla y unos pantalones que ya habían cumplido con su objetivo hace ya bastante tiempo.
No habiendo alguien más a quien preguntarle se dirigió a ella, esperaba no causarle mala impresión, llevaba su traje blanco de civil y sus gafas oscuras, procuraba sujetar su sombrero para que no se lo llevara el viento.
- Buenos Días, disculpa..
- ¿Qué se le ofrece? – respondió ella de mala gana – Ya todos se marcharon temprano.
- ¿Se marcharon? ¿Quiénes?
- Los hombres que vinieron estos últimos meses, ¿no viene usted a buscarlos? Creo que terminaron su trabajo... – respondió Suay mientras ataba las bolsas con la basura.
- No yo solo estaba buscando a un muchacho que vino a entregar u paquete por aquí, debió llegar a este hangar de casualidad...
- ¿Ken?
- Si, ¿lo conociste? – preguntó Kentaro esperando alguna respuesta satisfactoria.
La chica no respondió presentando una desconfianza en su rostro. Kentaro comprendió y le mostró una foto del joven cuando aún era un niño de 7 años, foto que le había proporcionado Nambu hacía muchos años.
- Este era él cuando apenas era un niño, desapareció anoche de su casa y no sabemos nada de él, ¿podrías ayudarme?
- ¿Quién es usted? – preguntó Suay al ver tan tierna imagen y reconocer en ella a su reciente amigo
- Yo soy su padre.
- El regresó a su casa, creo que no tuvo muchos problemas al entregar el paquete, además aquí compró un regalo para su novia y se fue.
Kentaro sonrío y señalo para despejar la duda de la niña.
- No es su novia, y sí, llamó a casa de sus amigos pero no se presentó. ¿Sabes tu donde hizo la entrega?
- Sí, yo puedo llevarlo, pero tenga cuidado, creo que no lo recibieron muy bien
Mientras se encaminaban hacía el lugar donde Ken hizo su entrega Kentaro preguntaba, pues la gente le parecía mirar con desprecio y desconfianza hablaban a sus espaldas como si temieran algo.
- ¿Quiénes son esos hombres de los que me hablaste?
- Son mala gente que vinieron a construir no sé que en la residencia a donde vamos.
- ¿Por qué dicen que son mala gente?
- Tratan muy mal a las personas de aquí, y unos muchachos de por aquí que pudieron ayudarles a cargar un equipo hasta la colina, dijeron haber visto el emblema de Galactor en unas cuantas cajas.
- ¿Por qué me confías esto a mi? No pudiera ser yo también de ellos?
- El me inspiró mucha confianza señor, - respondió Suay sonrojándose un poco – y quiero asegurarme que este bien.
Kentaro no respondió nada, y solo mostró una fingida sonrisa, tal vez no era parte de Galactor pero también arriesgaba la vida y aún la familia por proteger el bien mundial. Al llegar cerca de la pequeña casa donde Ken encontró a Mekai Impulso le habló a la jovencita:
- Me harías un favor.
- ¿Sí?
- Tal vez veas por aquí a otros chicos de la edad de Ken, tu los reconocerás por que tal vez te pregunten por él, los podrías conducir hasta aquí, en caso de que mi avión aún siga en el hangar.
- ¿Va a tardar mucho? Creí que sólo preguntaría por él.
- Tal vez me lleve un poco mas de tiempo. Muchas gracias por todo.
- Cuídese, esos tipos juegan muy rudo.
- Gracias, creo que podré cuidarme.
Suay se retiró y Kentaro busco la manera de entrar en la residencia sin ser visto por las personas que se encontraban en el cuarto de la entrada.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
Solo habían pasado unas horas desde que Ken había sido visitado por Katse cuando de nuevo apareció ante él, el joven aún no despertaba y le acompañaba Russell y una enfermera.
- ¿Cómo sigue el joven, doctor?- dijo Katse acercándose a la cama y deteniéndose exactamente junto a la cabecera para examinarlo detenidamente
- Un poco débil por la operación pero no creo que presente problemas para el sesión de esta noche.
- ¿Funciona bien el centinela? – preguntó Katse retirando delicadamente el cabello que cubría los ojos de Ken.
- Si, señor, según los monitores no ha tenido problema
Katse sonrió sin importarle el impacto que causaba en el Doctor al ver una expresión que no conocía del rostro de su líder.
- Ahora no podrás escapar de mi, mi pequeño... Quiero que lo mantengan vigilado pero no exhaustivamente, quiero probar algo con el..
Russell no veía en el destino del joven ningún beneficio pero aún así contesto:
- Bien señor, la cámara le vigila día y noche..
- ¿Cuándo podemos trasladarlo a la Isla?
- Sólo espero que despierte, le haremos unas pruebas y estará listo.
- Quiero que todo salga bien, recuerde doctor que sólo le queda una pierna en buen estado.
Instintivamente Russell se llevó la mano a su pierna izquierda, y solo sintió el frío metal de su prótesis, que usaba ya desde hace 17 años.
- no, no se preocupe señor, hoy todo saldrá bien, con éxito.
- No quiero más fallas, he esperado mucho por este momento y nada ni nadie me lo va a arrebatar.
Y al decir esto Katse dio la vuelta y salió por la puerta soltando una fuerte y estrepitosa carcajada, que hizo temblar a la enfermera e hizo palidecer al Doctor.
Tal vez por el ruido que hizo Katse al salir hizo salir de su sueño a Ken, su corazón latía tan fuertemente que creyó saldría de su pecho, a pesar de que al abrir sus ojos su mirada estaba enturbiada, rápidamente recobro la enfoque en su visión, y creyó encontrarse mejor. Lo primero que observó fue al doctor a su lado y lo reconoció por el hombre que le había entregado el paquete.
- ¿Usted? ¡usted me trajo aquí!
- Calma muchacho, ¿cómo te sientes?
- ¿Cómo cree que me siento? ¡Sáqueme de aquí!
- Yo creo que ya te encuentras mucho mejor, Betty, revisa sus signos por favor.
- Si Doctor. – contestó Betty revisando sus signos cardiacos y la herida de la operación
- ¿qué es lo que quieren? ¿Por qué estoy aquí?
- Mas tarde comprenderás todo.
- ¿qué es lo que quiere Katse? ¿ que busca?
- ¿Lo conoces?
- He.. he oído hablar de él.
- Entonces si has oído hablar de él, no hagas mas preguntas que puedan enfuerecerle, ahora, extiende bien tu brazo necesito unas muestras de sangre
Ken no entendía por que les interesaba que estuviera bien de salud si lo que al fin de cuentas quería Katse era torturarle para obtener información y matarle al terminar su labor. ¿O quería algo más? Dejo que Betty hiciera su trabajo, esperaba escapar cuando ya estuviera solo, pues tal y como lo dijo el doctor había recobrado sus fuerzas y esas ataduras que le tenían en cama tal vez podrían parar a un hombre común, pero no a uno con implantes cerabónicos. Pero aún le preocupaba que se los hubieran retirado, pero no sentía ninguna clase de incisión en sus piernas o brazos así que todo debía funcionar correctamente.
- Todo esta correcto doctor, creo que el láser con que cerramos la sutura hizo un buen trabajo, además sus signos son nomales
- Gracias Betty, puedes retirarte.
Así lo hizo Betty y Ken pensó en uno menos, tal vez sería mejor preguntarle de "mejor manera" al Doctor que es lo que tramaba Katse hacer con él antes de escapar del lugar. A punto estaba de tratar de desatar sus ataduras cuando otra enfermera se presentó en el lugar buscando al doctor y llevándoselo consigo.
En tal situación no le quedo más que escapar, sin obtener mucha información, tal vez la obtendría en el camino. Rompió sus amarres sin hacer mucho esfuerzo y saltó rápidamente de la cama, lo que le hizo marearse momentáneamente y casi perder el equilibrio, respiro profundamente y acomodó un bulto en la cama con las almohadas y lo cubrió con la sábana, no esperaba engañar a alguien mucho tiempo pero al menos le daría oportunidad de hacer algo más.
Por fortuna no había nadie en el oscuro y largo pasillo donde se encontraba su habitación, tan solo al final se observaba un elevador, le pareció demasiado fácil, y muy engañoso, no veía mucha oportunidad en dar a conocer tan rápidamente su huída, así que busco otra alternativa, un conducto de aire cerca de la alacena en su habitación podrían sacarle de allí. Entró y puso la rejilla de nuevo en su lugar sin saber que una cámara oculta le observaba todo el tiempo en su habitación.
Atravesó varias habitaciones hasta llegar a una encrucijada en el ducto, dándole igual cualquier opción, opto por la derecha, al avanzar por su camino encontró otra rejilla que daba a otra habitación vacía, tal parecía un almacén de ropa y provisiones; la sencilla bata que llevaba no le protegía mucho y además le delataba. Vio en ella una oportunidad de conseguir algún uniforme Galactor, al no percibir presencia alguna salió del ducto y puso de nuevo la rejilla en su lugar.
Después de una corta búsqueda por estantes y cajones encontró un uniforme nuevo de Galactor que le sentó de maravilla, cubrió su rostro con la máscara y respiró un poco mas tranquilo. Al salir observo muchos soldados corriendo en forma estrepitosa y acelerada, una luz roja intermitente recorría la orilla del techo, comprendió que habían detectado su desaparición y que se había activado alguna especie de alarma silenciosa.
- ¿qué haces aquí inútil? ¿no debías estar con tu escuadrón? – preguntó un Jefe Galactor sujetándole por el cuello del uniforme.
- Sí, señor, los perdí un momento..
- ¡Muévete, idiota! ¡Que están bajando a formación en la plataforma!
- ¡Si señor! – exclamó Ken siendo empujado por el grandulón hacia la corriente de Goons que bajaban por las escaleras.
"¡Dios! Creo que estamos bajo tierra, ¿como podré salir de aquí? Será mejor que les siga el juego mientras encuentro la manera"
Ken fue a formarse junto con el resto de los soldados que llevaban la misma cinta en el brazo igual que él. Varios minutos pasaron hasta que los cientos de Goons se encontraban formados, una voz conocida les habló desde una cabina encima de ellos.
Todos los soldados deben estar presentes en este momento, aquellos que no lo estén, recibirán un fuerte castigo por parte de sus Jefes de escuadrón respectivos. Se han activado los sistemas en todas las salidas a fin de evitar el escape de nuestro huésped, y ya que de seguro nos esta escuchando, le informo que es inútil tratar de escapar
"¿Inútil escapar? ¿Cómo me podrían identificar sin verificar a los cientos o miles de Goons presentes?"
Será mejor que el huésped se entregue o sea entregado inmediatamente, sino quiere recibir un severo castigo.
Todos los soldados miraban de un lado a otro esperando encontrar a un individuo desconocido para ellos, incluso Ken lo hizo para no levantar sospechas.
En vista de que nuestro aviso no ha surgido efecto, no nos queda mas que hacer lo siguiente
Ken no vio nada, pero empezó a sentir un fuerte dolor en su costado, un dolor que se iba intensificando con el tiempo y que le hizo caer al suelo delante de la mirada de los demás soldados. Ya entendía de que se trataba el aparato que le habían implantado en la cirugía y esperaba que no explotará dentro.
Allí estas, ¿acaso creías que podrías escapar? No nos arriesgaremos por segunda vez, guardias, llévenselo a su habitación ahora sí vigílenlo todo el tiempo, no lo dejen solo ni un minuto
El dolor que sentía Ken había parado pero le hicieron perder el conocimiento no sin antes escuchar la palabras de Katse, ¿segunda vez? ¿Ahora sí?, ¿acaso había caído en alguna clase de trampa o prueba?
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Kentaro había entrado en la residencia haciéndose pasar por un trabajador que daba los últimos toques en la pintura de una especie de tarima en la que se esperaba pusieran algún tipo de artefacto pesado dado las condiciones con que fue montada la estructura.
- ¿Falta mucho señor? – preguntó un hombre fornido que inmediatamente reconoció Kentaro por Mekai,
- No, señor, estoy dando los últimos retoques. – respondió Impulso sin dejar de pasar la brocha por el frente de la tarima
- Hoy será un gran día para nuestra asociación. – exclamó Mekai cruzando su brazos.
- Eso parece. Creo que la tarima no soportara mucho peso.
- ¿Cómo que no? Yo mismo me asegure que pueda con el peso del proyector y el campo.
- Pues parece muy pequeña.
- ¡Eso no puede ser! ¡Diablos! El señor se enojará mucho conmigo si ve que no podrá realizar su sesión con el chico – dijo Mekai subiéndose al estrado
- ¿chico? – murmuró Kentaro dejando de pintar por un momento
- La transferencia debe llevarse a cabo hoy mismo... ¡demonios! ¡Marcos! – gritaba Mekai saltando de la tarima y saliendo del salón - ¡Marcos! ¡Ven aquí! ¿Dónde estas?
Kentaro ya no estaba allí para escuchar mas los gritos de Mekai, había salido en busca de G Force.
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
Para las 13 horas ya el equipo estaba en la mejor disposición para tomar ordenes o recibir información, para su mala fortuna Kentaro aún no se comunicaba y el equipo estaba cansado de esperar a Impulso por noticias. Habían llegado tan rápido como pudieron a la Isla Cienfuegos
- ¡Vamos Joe! Debemos salir de aquí y buscar por nosotros mismos
- No quiero que esa rata tenga algo que reprochare si sale algo mal en su plan.
- Joe tiene razón debemos esperar a que se comunique con nosotros... – señaló Jun
- Pero el vino hasta aquí, ¿por qué no vamos a donde llevó Ken el paquete? – insistía Jinpei
- Joe, yo puedo transmitirles el mensaje de Kentaro, no creo que halla problema. – apoyó Ryu desde su asiento
Joe trataba de tomar una buena decisión, y no dejarse llevar por los impulsos como frecuentemente lo hacía, pero viendo que todos pensaban igual que él, cedió ante sus compañeros. Esperaba en verdad que Impulso se encontrara aún en la Isla y no perder tiempo valioso en volver a la nave, la cuál por su tamaño, no podía acercarse mucho al pueblo que se encontraba rodeado por colinas y cerros, además no querían llevar los vehículos consigo para no atraer la atención de los curiosos.
- Muy bien, muy bien, vamos, Jin, ¿tienes la dirección?
- ¿Onechan?
- Aquí la tengo Joe
- Bien, Ryu si hay algo inmediatamente nos avisas.
- Sí.
Los tres partieron de la nave y se dirigieron hacia el pueblo, buscando la dirección que tal vez les guiaría a Impulso o con mucha suerte a su compañero.
