MY BIG FAT MAGIC WEDDING
En este fic Hermione es sangre limpia, Harry y Ron no son magos, sino que son gente común.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Han pasado casi diez años desde que termine mi educación mágica en Hogwarts. ¿Dije mágica? Si, soy una bruja.
Desde que tengo quince años mis padres no hacen mas que decirme que debo conseguirme un esposo que sea mago. Eso es lo que debe hacer toda chica bruja: casarse con un mago, tener hijos magos, y sobrealimentarlos con comida mágica hasta el día en que se mueran.
Esta es la historia de cómo rompí con esa tradición.
Todo empezó en un día terriblemente lluvioso, como siempre aquí en Londres. Estaba en el coche con mi padre, esperando a que bajara la lluvia, para poder entrar en nuestro restaurante. A pesar de haber sacado las mejores calificaciones, terminé atendiendo el restaurante que mi padre compró: el caldero chorreante.
Entramos, y me despoje de mi grueso abrigo, y me acomode los lentes torpemente. Ser bruja ha sido una tortura. En la primaria nunca tuve amigas, por que todas eran rubias, y yo, era bruja. Siempre hacía que cosas raras les pasaran. Ellas no sabían porque continuaban apareciendo ratas y cucarachas en sus mochilas, cada vez que me molestaban, pero no me querían.
– ¿Qué es eso? –me pregunto Lucy, la mas rubia y sangrona de todas, cuando vio mi lonche desde la otra mesa –. ¡Que asco!
– Se llama comida sin azúcar, Lucy –respondía yo, ya que mi padre era dentista, pero mi madre era bruja.
Como si ser detestada en la escuela no fuera suficiente, mis padres se dieron a la tarea de que todo el mundo supiera que mi padre era dentista, y que teníamos algo raro. Eso lo demostraba la bandera con un diente que ondeaba en la casa, que tenía una chimenea en forma de diente.
Mi madre no se quedaba atrás, y tenía banderas de los Chudley Cannons ondeando en el jardín. La mayoría de la gente no sabía que significaba, pero creyeron que era un equipo de cualquier cosa.
Mi padre tenía una gran creencia. Decía que no había nada que no pudiera ser curado con el fluor, o la pasta de dientes. Asi que siempre cargaba un dispensador, con agua mezclada con pasta.
Aquel día entre a trabajar temprano. Estaba preparando café, cuando lo vi. Sus ojos verdes me hechizaron para siempre... me acerque a él, con la jarra de café en mis manos, y me quede mirándolo como estúpida, hasta que su amigo, un pelirrojo se dio cuenta de que yo estaba ahí.
– Que bien... –dijo, tendiendo su taza. Yo no podía apartar la vista del muchacho de los ojos verdes. El pelirrojo movió su taza insistentemente, pero yo miraba solamente al chico. Sin darme cuenta había vaciado el café en la taza equivocada. Me retire haciendo un ruido extraño, como asmático.
Un rato después, ambos salieron. Lo mire mientras se alejaba. Me dije a mi misma: Hermione, tienes que conquistarlo... no importa que no sea mago...
