The Sakura Files
EPISODIO 1
"El Inicio y las Gotas de Luna Llena"
Por: Rainy
NOTA DEL AUTOR: ¡Hola a todos! ¡Aquí me tienen en el primer fanfic en español
que hago! Es una alegría que mi primer fic en español sea de una serie tan
padriuska como lo es Sakura Cardcaptors (que de hoy en delante abreviaré como
SCC para ahorrar energías) Espero que este fic sea de su agrado. ¡Comencemos!
IMPORTANTE: SCC y todos sus personajes son propiedad de CLAMP. Su utilización
en este fic
no es autorizada. Los personajes extras son propiedad de Moonlight Productions
Inc. 2001
y son utilizados con previa autorización. La canción empleada se denota en
letra itálica y se titula "Taoi Kono mochi de" (En esta ciudad distante),
sacada de la primer película de SCC, interpretada por Naomi Kaiya.
ADVERTENCIA: Este fic puede contener palabras y situaciones no aptas para
menores.
* * * * * * * *
A veces las cosas que menos tomamos en cuenta son las más importantes en la
vida de las personas.
...Doki-doki...
...Doki-doki...
...Doki-doki...
"¿Sean Matthers?"
El
joven se volvió a ver a la secretaria, quien le hizo señas para que pasara a la
oficina detrás de la puerta de cristal a prueba de sonido. El joven se puso de
pie y se dirigió a paso lento hacia la oficina. Se detuvo antes de entrar y con
una mirada dirigió una pregunta a la secretaria, quien lo miró fijamente y
dijo, "Oh sí"
El joven tragó saliva, respiró profundo y entró.
La oficina era grande y ovalada, cubierta de tapiz blanco y alfombra color café
claro, peluda. A su derecha había una mesa de cristal para café y un pequeño
juego de sala negro, de cuero. Las paredes estaban adornadas con pinturas de
paisajes silvestres al óleo, montadas en marcos pesados de madera oscura. Hacia
el frente, una gran ventana panorámica. A los
lados, libreros altos y repletos de libros, cajas y adornos de cristal. Luego
estaba el
escritorio de madera vieja, grande y esplendoroso, sobre el cual habían
archivos, plumas, un reloj y una de esas lámparas de lava roja. Luego, detrás
del escritorio estaba el asiento giratorio de cuero negro y patas metálicas.
Sentado, Micael, con mirada seria. Micael le hizo señas de que se acercara al
escritorio y Sean lo hizo. Hubo un desagradable momento de silencio, mismo que
fue roto por el sonido del archivo que cayó pesadamente sobre el escritorio,
frente a Sean. El fólder se abrió. Dentro, fotos, papeles, reportes, notas de
compra, negativos y resultados de laboratorio. Fue entonces cuando Micael comenzó
a regañarlo, despacio al principio, pero incrementando el volumen cada vez más hasta
que prácticamente estaba gritando. Sin embargo, la concentración de Sean ya no
estaba en lo que Micael le decía, de hecho, no escuchaba en absoluto; todo lo
que existía en ese momento era la foto de esa chiquilla de ojos
extraordinariamente verdes y cabellos castaños, adornando su rostro con una sonrisa
de ángel, vistiendo el mismo uniforme de preparatoria que le había conocido
tantas veces. En su mente se escuchó su voz y su risa.
...Doki-doki...
...Doki-doki...
"Redacta
un informe", dijo Micael al fin, "Uno en el que detalles todo lo que
ocurrió, ¿entendiste? Llévate el archivo. Cuando termines el informe me
entregas una copia y
el resto lo adjuntas a esas hojas y lo entregas en la bodega"
Sean tomó las hojas, hizo un leve movimiento con la cabeza a manera de
despedida y se fue.
A la salida del edificio, dirigió su mirada al cielo, encendió un cigarrillo y
a paso lento lo fue fumando por las mojadas avenidas de Baton Rouge, preguntándose
si tal vez todo lo que había vivido había sido otra de sus horribles
pesadillas, aunque el fuerte aroma del cigarrillo le recordara una y otra vez
que no estaba soñando.
Micael lo observaba desde arriba. Al verlo partir, se dirigió hacia el teléfono
y presionó el botón para comunicarse con su secretaria.
"¿Gloria? Comuníqueme con bodega, por favor"
"En seguida"
A pocos minutos, el comunicador sonó.
"¿Sí?"
"Bodega en línea 3, señor"
"Gracias, Gloria"
Micael tomó el auricular y presionó el botón de la línea.
"Habla Micael"
"Hola, soy Rafael, ¿qué pasa?"
"Sean Matthers llevará un informe a bodega. Asegúrate de hacer el trabajo
cuando llegue"
"Sí, Micael... Aún sigo insistiendo que esto estallará en tus manos..."
"Son mis manos"
Y colgó. Micael sólo esperaba que no pasara otra cosa, pero sólo por si las
dudas, volvió al comunicador:
"¿Gloria? Por favor, comuníquese con los de Seguimientos..."
"Sí, señor"
A los pocos segundos...
"Departamento de Seguridad y Seguimientos, habla Edam"
"Sí, habla Micael"
"A sus órdenes, señor"
"Wachsamkeit"
"¿Código?"
"5698-8989-54-78689-559-6663b-78a"
"En seguida, señor"
Micael colgó.
Sean llegó al viejo edificio sobre la calle Montana a eso de las cinco de la
tarde. Al entrar, los cascabeles de la puerta anunciaron su llegada y el
anciano detrás del escritorio le sonrió y le hizo señas de que se acercara. Correo
había llegado para él ese día. Sean aceptó el paquete y de paso pagó el mes de
renta, aún cuando la renta de seis meses ya estaba pagada. "Prefiero pagar
ahorita que traigo que cuando no traiga ni madres", dijo al sonriente
viejito.
Subió las escaleras sin ninguna novedad. Siempre los mismos ruidos, se decía.
Música ruidosa para ocultar los gritos de placer por un lado, los gritos de
pelea por el otro, niños llorando por mamilas, en fin. Llegó al 56 y sacó sus
llaves. Al abrir, le recibió el maullido hambriento de
su gata restregándose en su pantalón. Sean le hizo una caricia amorosa para
después servirle leche en su plato y poner a calentar la cafetera. Encendió una
lámpara. El lugar era digno de llamarse "departamento de soltero",
pensó Sean por un momento, el mismo momento que le tomó encender otro
cigarrillo y poner el archivo dado por Micael sobre la mesa de trabajo que se
encontraba en medio de la sala. Luego, vio el correo, sentado en su silla. Cuentas,
cuentas, ofertas, una carta que no era de él, cuentas, cuentas. Entonces, la
última carta hizo su
aparición. Sean la vio y se quedó sorprendido. No era posible que la recibiese
a su apartamento pues nunca le había dado su dirección. Pensó que se trataba de
una broma pesada cuando cuidadosamente la abrió, pero la letra y las palabras
no dejaban lugar a dudas.
Era Li Syaoran.
* * * * * * * *
Daisuki datta ano uta
Furui tepu no naka
Chiizana kisu ira aseta tai toru
Nijinda yoake
(Mi canción favorita
está en un viejo caset
con pequeñas raspaduras y con
un título de colores opacos)
Soshite mata kyou ga kuru
Natsu no kaze otsurete
Narete yuku hibi no katasumi de futo
Kodo kunideau
(Veo el amanecer borroso
y el día comienza.
Me siento sola de pronto
mientras me acostumbro a mi nueva vida
en la brisa del verano)
Jitensha de
Doko made mo
Kaze o keru hayasa
Wasurenai!
(Monto en mi bicicleta
a algún lugar lejano de aquí
sin olvidar lo rápido que
va el viento)
La, la, la, la utao sora o miagete
La, la, la, la it's my life
Aruite youkou
La, la, la, la utao sora o miagete
La, la, la, la it's my life
Aruite youkou
Watashi no chikara de
Susumu hate shinai kono michi o...
(La, la, la, la cantemos una canción
viendo al cielo
La, la, la, la es mi vida
quiero seguir caminando
La, la, la, la cantemos una canción
viendo al cielo
La, la, la, la es mi vida
quiero seguir caminando
este es el camino sin fin
que he tomado por mí misma)
* * * * * *
Mucho gusto. Mi nombre es Sean Matthers. Tengo 16 años de edad. ¿Nacionalidad? Irlandesa.
Mido 1.75 de estatura, soy delgado (algunos dicen que de más), de cabello a la
altura de los oídos, lacio y color dorado claro. Mi piel es clara, labios
delgados y manos de pianista. Voz
no muy gruesa. Mis ojos son extraños, pues tengo uno color azul y el otro color
violeta claro, lo que me hace parecer más extraño de lo que ya soy. No tengo
ningún tatuaje, pero tengo cicatrices por todos lados menos en mi cara. No
recuerdo por qué tengo tantas cicatrices. Vivo solo. ¡Bueno! No precisamente
"solo", sino que no tengo padres ni hermanos, ni ningún otro familiar
que se le parezca. Me gusta el espagueti. No me gusta el pescado. Tengo
tendencias
un tanto suicidas y me deprimo con facilidad. Padezco de frecuentes migrañas...
TERRIBLES
Y DOLOROSAS migrañas, de esas que simplemente te hacen olvidarte de la sociedad
por semanas hasta que finalmente sales a la luz del sol no porque haya
desaparecido el dolor, sino
porque tu jefe dice que si no presentas tu asqueroso trasero a trabajar
inmediatamente puedes considerarte dentro de la larga fila de los desempleados
y - créanme - para alguien
como yo, no hay otro trabajo que pueda hacer mas que este. No me gustan los
días de lluvia
porque me hacen llorar sin razón aparente. Toco bien el violín y el piano,
aunque en raras
ocasiones lo hago. Me gusta leer acerca de brujería, vampiros y esas cosas. No
me gusta
el té, pero soy un cafeinomaniaco como ninguno. Casi no duermo, pero cuando lo
hago tengo
terribles y extrañas pesadillas (lo enfermo de ese asunto es que ya me estoy
acostumbrando de tal manera de que tal vez cuando llegue a tener un sueño
bonito voy a despertar gritando)
Mi trabajo. Bueno, créanlo o no, soy un analista angelical.
"Pero, Sean", me dirán ustedes, "¿qué carajos es eso?"
Bueno, como los humanos, los ángeles también tienen sus problemas
sociales e individuales. Un analista angelical (osea, yo) analiza problemas y
les encuentra
una solución rápida y efectiva. Suena simple, pero, créanme, trabajar con
ángeles es lo más
difícil del mundo, pues son tercos, obstinados y se creen la 9na maravilla de
Dios sólo por el
hecho de tener plumas. Yo debería de tener plumas, pero creo que me las
arranqué de un coraje, realmente no lo recuerdo. Mi grave problema es que tengo
una tendencia patológica a
meterme en problemas GRAVES. Tal vez sea por eso que me involucré en el Caso
#345, conocido ahora como "The Sakura Files".
Ella. Adorable criatura. Aún ahora que veo sus fotos estoy convencido de que
ninguna de
ellas se acerca a la misma definición en la que estaba. Era dulce y tierna,
amable, bondadosa. También era una poderosa hechicera o, por lo menos, eso
decían que era; eso creo yo que era. La conocí por casualidad, mientras
esperaba el tren que me llevaría a Tokio esa mañana. Ella iba acompañada de su
amiga y seguidas por dos tipos, tal vez los guardaespaldas de ésta. Sus ojos
verdes se cruzaron con los míos... y supe que era ella a quien buscaba. Le
sonreí - creo. El caso es que ella me regaló una de las sonrisas más dulces y
hermosas que jamás he visto y que jamás he de volver a ver. Recuerdo que me
acerqué a preguntarle la hora, el clima, lo que fuera con tal de escucharla
hablarme, pero entonces caí en cuenta de que (1) uno de los grandulones que las
acompañaba era hermano del angelito, y (2) que ni ella, ni su amiga, ni el tipo
este sabían ni una papa de lo que trataba de preguntar, pues ni yo sabía hablar
japonés ni ellos entendían el inglés tan marcado que tengo. Afortunadamente (y
digo "afortunadamente" porque luego me di cuenta que la fortuna no tuvo
nada que ver con el asunto) el segundo tipo sabía algo de inglés y me hizo el
enorme favor de traducir cada una de las palabras que salían tanto de mi boca
como de la de ella. Fue por eso que supe que su nombre era Kinomoto Sakura.
Pero, comencemos desde el principio. Comencemos desde el punto en donde la vida
de Sakura
y la mía se cruzaron. Comencemos por la noche de un día de Septiembre, cuando
la luna llena
dejó caer gotas sobre la acera de una ciudad lejos de Baton Rouge y de Japón:
Berlín.
* * * * * * * *
CONTINUARA EN EL EPISODIO II
"Un día en Septiembre"
NOTA DEL AUTOR: ¿Qué tal eeehh? Es 24 de diciembre del 2001. Son las 1:56 A.M.
y ya me
estoy muriendo de sueño. Quisiera tomar este espacio para agradecer a todos
ustedes por
leer esto, espero que les guste. Si se preguntan si ya he escrito fics antes,
pues sí, sólo que
en inglés. Si les gusta Sailor Moon y saben leer inglés, los invito a leer el
fic "Bishoujo Senshi
Sailor Moon Neo Angels". Lo pueden encontrar en "A Sailor Moon
Romance" () bajo la letra "M" en la lista
de autores (Moon_Rainy)
y en "Rainy's Moon" (), en la
sección de fanfiction. Envíen sus comentariosal e-mail que aparece abajito,
¿M'kay? ¡Nos vemos en el siguiente episodio!
