The Sakura Files

Episodio 8

"Por tí"

Por Rainy

NOTA DE LA AUTORA: AWOOO!!! Sigue siendo Viernes y todavia no voy al doctor. Puedo escribir otro pedacito de la historia que terminaré esta noche para ponerla mañana en el sitio. Espero que disfruten este episodio que escribi en una hora de inspiración en el interior de mi camioneta mientras esperaba una clase de reproducción animal que nunca tuve.

NOTAS: SCC es propiedad mia en un mundo torcido que no existe. En el mundo real, SCC es propiedad de CLAMP y asociados. Personajes de Medianoche son propiedad de Moon_Vortex (osea, mios) y cualquier intento por copiarlos sin permiso será severamente castigado por los dioses legales. ESTE EPISODIO ES JUSTO Y NECESARIO PARA EL DESARROLLO DE LA HISTORIA, así que no se quejen...

ADVERTENCIA: No apto para menores. Episodio depresivo-suicida.



******************************************************************

"...¡Lloran mis muñecas, lloran!

Hilos rojos escurriendo a mis pies

que van volviéndose listones

del manto rojo en el que dormiré..."

- "Lloran Mis Muñecas", Gloria Trevi

Al llegar a casa, se sentía terrible. Con paso lento y tambaleante, se dirigió al baño, escuchando voces lejanas que pudo ubicar en las sombras de esa noche. La cabeza la sentía estallar. Estuvo mucho tiempo viéndose al espejo, con la mirada en blanco, pensando en lo que había ocurrido esa noche, como si se tratada de convencer de que todo había sido un sueño.

Pero no lo era...

Ahora, no había querido moverse en todo el rato que llevaba ahí sentado sobre el piso, recargado en una de las paredes, al lado del teléfono, en la oscuridad, con sus rodillas contra su pecho y abrazado a ellas, ocultando su rostro entre su cuerpo. No sabía por qué sentía esto en su corazón, pero de que el sentimiento estaba ahí, lo estaba. Escuchaba voces lejanas que no tenían nada que ver con lo ocurrido esta noche, voces que lo perturbaban y lo hacían sentirse basura, llorar lágrimas que quizo borrar inmediatamente sin conseguirlo.

¿Qué pasaba con él?

Pasaba que se odiaba tanto que era cada vez más difícil aparentar que todo estaba bien cuando en el interior todo se estaba pudriendo.

Pudo verse claramente a sí mismo lastimándola, a ella, a la chica de los ojos verdes y dulce sonrisa que no había hecho otra cosa mas que ser siempre alegre y amable con él. Pudo escuchar a su alma gritar desgarradoramente de dolor y a él, sin hacer nada para evitarlo - su cuerpo moviéndose sin su concentimiento. No era la primera vez que esto pasaba. Recordaba a tantos y tantos seres, personas queridas a las que les había hecho mucho daño bajo el mismo trance del cual no sabía cómo salir y no se daba cuenta de que había entrado en él hasta que era demasiado tarde. Ahora, el turno de comprobarlo había sido de Sakura.

Además, Bleu lo había atacado. De todos era bien sabido que el enfrentarse a Bleu era un gran riesgo, pues el demonio tenía el poder de sumergir a sus adversarios en la angustia y depresión a tal grado que la mayoría terminaba como Sean estaba ahora, con la diferencia de que ellos sí podían acabar con su vida y Sean, por alguna extraña razón no lo había podido conseguir (y no por falta de esfuerzos, pues de toda la S.I.A era bien sabido que Sean era un depresivo-suicida nato)

¿Era por esto que estaba así? ¿Era eso?

Por esto y por muchas otras cosas de las que no estaba seguro. Ahora ella lo odiaría como lo habían hecho los demás.

Levantó la cabeza. ¿Estaba llorando? Sí, pero no se dio cuenta de ello en ese momento. Se levantó y se dirigió hacia su mochila, de donde sacó una bolsita negra hecha de terciopelo. Volvió a su lugar y de la bolsa sacó una larga daga plateada, enfundada en cuero negro. Desenfundó el arma y con sus ojos recorrió la hoja brillante y filosa, pensando en miles de cosas y de un tajo cortó su muñeca derecha, lo suficientemente profundo par ahacer correr la funte de líquido rojo. Dejó caer la daga mientras sus ojos se fijaban en la herida y a los pocos segundos, su rostro reflejó la ya intensa frustración que sentía al ver que la herida comenzaba a cerrarse hasta que ni cicatriz quedó sobre su piel.

No era la primera vez que pasaba.

El teléfono sonó. Levantó la cabeza lo suficiente para verlo, pero tomaron varios minutos antes de que levantara la bocina y la colocara junto a su oído. "Me estabas comenzando a preocupar", dijo la voz del otro extremo, "Hiciste un buen trabajo, Sean... algo desordenado, pero cumpliste con el cometido..."

"¿Entonces terminé mi misión?"

"... Sean... ¿estás llorando?"

"¡Contesta la jodida pregunta!"

"¡Pero qué jodido carácter tienes, cabrón!... Todavía necesitas hacer otra cosita. Necesitamos que vayas a Hong-Kong, ¿Sean, me escuchas?"

"Sí, Hong-Kong"

"Sean... Trataste de cortarte las venas otra vez, ¿verdad?"

"Déjame en paz, Sao..."

"Sean... Bien... Mira, irás a Hong-Kong. Te esperaré en el aeropuerto"

Sao colgó. Sean sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió, quedándose sentado en el piso, viendo al vacío que el techo proveía.

* * * * * *

La mañana era gris y amenazaba con romperse en lluvia. Sean caminaba con pasos lentos a la escuela, probablemente en lo que sería su último día, pues partiría a Hong-Kong esa misma noche. Había logrado dormir la noche anterior y lo único que consiguió con eso fue el tener una horrible pesadilla en la que él era encerrado en una jaula de hierro sin ventanas y colocada en medio de una habitación en donde la luz del sol daba directamente en la jaula, haciéndola caliente y sofocante, y él podía sentir su piel ardiendo con el hierro y ahogarse por la falta de aire. Había despertado en un grito y pasaron varios minutos antes de que se convenciera de que había sido un sueño demasiado real. Detestaba esos sueños.

Al llegar a la entrada, sus miradas chocaron. Sakura lo miraba con cierto temor pero curiosidad a la vez, mientras que Tomoyo, ya enterada de la situación, miraba a Sean con angustia y miedo. Bleu tenía la mirada indiferente. Sean pasó por un lado, sin saludar ni decir otra cosa, pero al pasar junto a Bleu, sus pies no le obedecieron y se detuvo. "Lo sabe", escuchó la voz del demonio en su mente. Sean bajó la mirada mientras que Bleu lo veía fijamente por encima del hombro, "Sabe todo. Sabe quién eres y a qué has venido. No podrás destruírla tan facilmente, "ángel", pues hoy te mueres tú..."

Sean siguió su camino por fin, pero a pocos pasos sintió un dolor terrible, punzante en su estómago. No le prestó atención, pues lo que menos quería era detenerse, aún cuando sabía perfectamente que Bleu lo había atacado... de nuevo...

Ocupó su lugar de siempre, aunque ahora estuvo muy callado. No pasó el dulce ni los recaditos diarios a Sakura, cosa que la chica extrañó. Y en todo el día el salón quedó saturado de la sensación extraña de que algo no andaba bien. Sakura lo sentía y todo aquello venía de Sean. Por fin, la campana del descanso. Todos salieron, pero Sean no encontró la fuerza para hacerlo. Tenía mucho frío y su estómago le ardía más. Se recargó sobre su pupitre y cerró los ojos, pensando que tal vez ya no despertaría o algo por el estilo, cuando...

"¿Sean?"

Levantó la mirada. La luz, la brisa...

"...Angel... ", murmuró.

Sakura lo miraba fijamente. "Hola, Sean", dijo. De la bolsa de Sakura, Kero salió con cara de molesto.

"Sabemos lo que tramas", dijo el guardián, "¡y déjame decirte que no lo vas a conseguir!"

"Creo que tienes razón", dijo Sean con voz débil y sonrisa forzada, "Me siento demasiado mal como para seguir con mis maléficos planes de dominar al mundo".

"Quiero saber tu verdad", dijo Sakura. Sean se volvió a verla, "Bleu me contó su parte de la historio, ahora quiero saber la tuya".

"¡Y no te servirá de nada mentir!" exclamó Kero, "¡Soy buen detector de mentiras!"

"Mi parte de la historia...", dijo Sean con voz que paulatinamente se hacía más y más débil, "Mi nombre es Sean Matthers, soy un analista angelical de grado V. Analizo problemas angelicales y les doy una solución. Trabajo de escritorio. Hace tiempo recibí la orden de venir a Tokio y localizar a Sakura Kinomoto en el distrito de Tomoeda. Mi misión era la de bloquear su magia para que no atrayera a los demonios a la zona. Fui a Tomoeda, encontré a Sakura y cuando mi misión se llevó a cabo, nunca me imaginé que le causaría tanto dolor a la chica, pues de haberlo sabido me hubiera rebelado contra Micael, pues cuando la escuché gritar me di cuenta de que mi corazón también se desgarraba... porque me enamoré perdidamente de ella desde la primera vez que la vi..."

Sakura se ruborizó. Sean entonces se dejó caer sobre sus manos recargadas en el pupitre. "¿Sean, te sientes bien?" preguntó Sakura. Al colocar sus manos sobre su frente, Sakura exclamó, "¡Estás hirviendo!"

"Curioso..." dijo Sean, "tengo frío..."

"¿Qué te pasó?" preguntó Sakura angustiada.

"Bleu..."

Sean trataba de mantener los ojos abiertos, pero cada vez era más difícil. Alarmada, Sakura comenzó a estrujarlo. "¡Despierta! ¡Despierta!"

"¡Sakura!" exclamó Kero, "¡No se trata de una enfermedad común, se trata de un hechizo!"

"¿Qué?"

"Estoy seguro que fue Bleu quien lo atacó... Si fue así, sólo Bleu puede deshacerlo..."

"¡No dejes que se duerma!" exclamó Sakura echándose a correr hacia afuera.

"¡Sakura!" exclamó Kero. Se volvió a ver a Sean, quien ya estaba recargado sobre su pupitre, semi-inconciente. Kero tuvo el presentimiento de que algo muy grave ocurría con el muchacho y que no se trataba precisamente del ataque de Bleu. Podía ver en su aura que el joven traía un gran dolor en el alma, un dolor que no había podido descargar...

* * * * * * *

"¡BLEU!"

Bleu se volvió. Sakura se acercaba veloz a él y cuando lo tuvo enfrente, le plantó tremenda cachetada, tan fuerte que inclusive lo tumbó al suelo.

"¡¿Qué le hiciste a Sean?!" exclamó Sakura. Otros compañeros ya se habían acercado a ver lo que pasaba, algunos ayudaban a Bleu a levantarse.

"¿A Sean?" preguntó Bleu sin siquiera dolerse del golpe recibido. La mirada de Sakura le hizo saber de lo que se trataba. Bleu caminó por un lado de Sakura, dirigiéndose al edificio, seguido de Sakura. Una vez dentro y fuera de la vista de todos, Bleu dijo, "Hice lo que debí hacer para protegerte".

"Deshazlo"

"¿Qué?"

"¡Me escuchaste! ¡Deshaz el hechizo ahora, Bleu!"

"Lo siento, pero no puedo hacer eso..."

Sakura sacó su llave y la hizo crecer. Luego, señalando a Bleu con el báculo mágico, dijo, "Hazlo ahora, Bleu..."

Bleu y Sakura entraron al salón, en donde Kero exclamó, "¡Pronto! No creo que le quede mucho tiempo..."

Bleu colocó su mano en la espalda de Sean y dijo una frase en un idioma muy raro. La mano del demonio brilló momentáneamente y después de esto, el demonio lanzó una mirada seria a Sakura y se marchó. Sean despertó minutos después.

"¿Qué...?"

"Sean, ¿cómo te sientes?" preguntó Sakura.

"Mareado... pero...", Sean se sentía extraño. La depresión que había sentido había desaparecido, al igual que el dolor en su estómago.

"Convencimos a Bleu para que quitara el hechizo", dijo Sakura.

"Debimos d ehaberlo dejado así", dijo Kero cruzado de brazos, "Nos daría menos problemas".

Sean se puso de pie y se paró frente a Sakura. La muchacha se ruborizó cuando el joven puso una rodilla en tierra e hizo una respetuosa reverencia. "Me salvaste la vida, aún más, me salvaste el alma", dijo, "soy ahora tu leal servidor, Sakura Kinomoto..."

"Sean, le-ván-ta-te", dijo Sakura haciendo movimientos con sus manos para que el joven se levantara, "¡Me pones en vergüenza!". Sean tomó la mano de la joven y la besó para luego levantarse.

"Sean", dijo Sakura, "Si realmente lo dices en serio... entonces quita el conjuro que hiciste sobre las cartas". Sean puso una cara de tristeza



"Lo lamento", dijo, "Pero no puedo hacer eso"

"¿¡Por qué no!?" chilló Kero

"El conjuro no fue diseñado por mí", dijo Sean, "Un ángel puede emplear sus poderes utilizando un cuerpo que se encuentre a millas de distancia. Por ejemplo, si yo fuera un ángel completo y viviera en Nueva York, podría usar mis poderes usando el cuerpo de otro ángel que viviera en Tokio"

"Ya veo..."

"Lo siento...Podría... investigar de qué ángel se trata... Así será más fácil realizar un contraataque"

"¿Harías esto por mí?"

"¿Por tí? Todo, Sakura", dijo Sean con una sonrisa.

De pronto, Sakura tuvo una breve visión - una visión que duró apenas un par de segundos, pero que fue suficiente para hacerle recorrer escalofríos por todo el cuerpo.

Era una especie de refrigerador de carnes, pero en vez de canales de res, del techo colgaban personas... no... no eran personas....

...eran ángeles....

"¿Sakura?"

Sakura reaccionó. Sean la miraba preocupado. Al verlo, Sakura juró que Sean tenía muchas cicatrices, pero luego de un parpadeo, todo estaba normal nuevamente.

* * * * * *

"¿Kero?"

"Dime, Sakura..."

"Hoy... hoy tuve una visión muy horrible"

"¿Con el chamaco ese?"

"¿Cómo lo sabes?"

"Lo supuse cuando te quedaste lela por unos momentos esta tarde... Dime, ¿qué viste?"

"Lo vi colgado de un techo, como la carne que cuelgan en los refrigeradores de las carnicerías... Pero el lugar era más grande y él era más joven. Había más colgados, pero eran ángeles... Todos"

"¿Incluso él?"

"Todos. Luego, cuando lo vi, me pareció verlo con cicatrices por todos lados, pero... no"

"Tal vez hay algo ahí..."

"Tal vez..."

Sakura apagó la luz de su habitación y se dispuso a dormir. Kero se acomodó en su lugar de siempre, pero ambos no pudieron descansar bien esa noche pues, como luego se pudieron dar cuenta, las visiones de Sakura eran más que visiones: eran recuerdos.

********************************************************************

CONTINUARA EN EL EPISODIO 9

"Gritos en la Oscuridad"

AWOOOOOO!!!! Acabo de limpiar mi cuarto. Estoy muy cansada. Ire por mi mama al trabajo en un par de minutos, pero antes quería terminar este episodio. La cosa se pone buena, ¿no? Sí, yo se que va lento, pero luego se quejan de que se va muy rápido y sin las explicaciones que se deben dar... Desde ahorita les advierto que el siguiente episodio es sumamente gráfico, probablemente lo califique como NC-17. En fin, todo va en linea con la historia. PLZ REVIEW!!!





Rainy

Moon_Rainy@spellbox.com

Yuvia@spells.com

al36662@alumnos.uacj.mx