Perdón por no haber enviado la historia antes

Perdón por no haber enviado la historia antes. No habia tenido tiempo de componerle unos detallitos; Pero aquí esta el sexto capitulo. Lo bueno es que ya esta casi terminada la historia completa, por eso publicare mas capítulos en esta semana.

LO PROMETO.

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6

El Prorritipus

Al día siguiente, Ron no menciono ni una palabra de lo ocurrido y bajo junto con Harry, ahí se encontraron con Hermione, y juntos fueron al Gran Comedor. Llegaron a la mesa de Gryffindor y se sentaron.

La profesora McGonagall estaba repartiendo los horarios, mientras todos, bueno, casi todos comentaban la felicidad que sentían que el profesor Lupin hubiera vuelto.

– Genial, Defensa contra las artes oscuras esta tarde, no puedo esperar –decía impaciente Ron.

Pero Harry no podía dejar de pensar en lo que había dicho Dumbledore el curso pasado:

–"Sirius, necesito que salgas ahora mismo: tienes que alertar a Remus Lupin, Arabella Figg y Mundungus Fletcher: el antiguo grupo."

¿El antiguo grupo?, Él conocía a Remus Lupin, y recientemente a Arabella Figg, pero la pregunta era ¿quién es Mundungus Fletcher?

– Harry... Harry... ¿En que piensas? –la voz de Hermione lo saco de sus reflexiones.

– No...nada...solo pensaba en el profesor Lupin, creo que Snape no le hará mucha gracia que este de regreso – respondió Harry – Mírenlo...

En efecto el profesor Snape miraba al profesor Lupin como siempre, con odio.

–Ya lo creo –dijo Hermione mientras le untaba mantequilla a su pan–. Es el quinto año consecutivo que se le escapa la oportunidad de ser el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Francamente, no creo que lo consiga nunca –miro a Ron, que estaba con la mirada fija hacia la mesa de profesores ¿Por qué no dejas de mirar a Fleur y nos pones atención?

– ¿Qué? –contesto Ron, vagamente –. Ah, si si.

– La verdad no se que le ven... –murmuro Hermione en voz muy baja.

– ¡Oigan, miren esto! – exclamo Ron mientras les mostraba la parte inferior del horario –. Cuidado de criaturas mágicas... ¡otra vez con Slytherin!

– Mmmm... no nos libraremos de ellos –murmullo Hermione.

– Bueno, talvez Hagrid aun tenga esperanza de que un escreguto de cola explosiva le explote a Malfoy en su narizota de rata –dijo Ron, riéndose –. Aunque con el tamaño que tienen bien le podrían dejar un hermoso peinado a la punk, con olor a quemado.

– Prefiero tener Cuidado de Criaturas Mágicas con Slytherin que tenerlos en Adivinación – dijo Harry con tono lúgubre –, Malfoy no pararía de burlarse si escucha a la profesora Trelawney predecir mi muerte otra vez.

Después del desayuno tenían clase de Herbólogia, que la daba la profesora Sprout, una profesora bajita y regordeta, pero de un excelente buen humor.

– Hoy iremos al invernadero cuatro –dijo la profesora Sprout al grupo.

Hubo murmullos de interés, hasta ahora lo máximo había sido el invernadero tres, donde de por si ya había plantas peligrosas, como mandrágoras, broto tubérculos etc.

Todos pasaron al invernadero y se sentaron, atrás de Harry y Ron estaban Ernie McMillan y Justin Finch-Fletchey, unos chicos de Hufflepuff, ya que esa clase era con los de esa casa.

–Hoy veremos los prorritipus –dijo la profesora Sprout, mostrando a todos una planta de tallo morado retorcido y en la punta había una hermosa flor violeta, con forma de concha. Todo el salón profirió un sonido de asombro– Si, es muy hermosa. Pero no se dejen engañar, no es el presente perfecto para el día de San Valentín; son peligrosas. Este es un espécimen pequeño, pero pueden alcanzar alturas de hasta dos metros...pero...aun tienen algo más peligroso –dijo la profesora, mientras le hacia cosquillas a la flor, debajo de lo que parecía su boca, entonces de repente la abrió, mostrando una hilera de afilados dientes – Si, muerden.

Todo el grupo se impresiono cuando la flor quiso morderle un dedo a la profesora, pero ella fue más rápida y le acaricio la cabeza.

– Esta es la forma de calmar a estas plantas – dijo, mientras el prorritipus parecería feliz – cuando están controlados y felices dan algo que es muy útil.

De los colmillos de la flor salía algo baboso de color amarillo.

– ¿Alguien puede decirme que es y para lo que sirve? – pregunto la profesora.

La mano de Hermione, como siempre, ya estaba en el aire.

– ¿Sí, señorita Granger?

– Se llama botrirus, y sirve para saber si alguien esta siendo controlado por la maldición imperius.

– ¡Excelente!, Diez puntos para Gryffindor.

Hermione se sentó con la cara radiante de alegría.

– Como exactamente lo dijo la señorita Granger, este liquido es muy útil para los aurores, pues les permite saber si alguien es controlado, si este liquido se le pone en la palma de la mano y cambia de color a rojo, es el indicador del control.

Todos se mostraron interesados, por que los aurores cazan a magos tenebrosos y a todos les parecía muy interesante y emocionante.

– Desafortunadamente –continuo la profesora Sprout –, esto es prácticamente nuevo; no tendrá mas de cinco años. Asi que antes el Ministerio no podía saber si alguien era controlado a ciencia cierta. Aun no existe nada que la contrarreste, el único remedio es resistirse, pero no mucha gente es capaz de hacerlo.

Entonces el timbre sonó y los grupos de Gryffindor y Hufflepuff se separaron, pues a la casa de los leones le tocaba la clase que Harry mas detestaba, a parte de pociones con Snape: Adivinacion

Subieron hasta la torre Norte, donde se hallaba trampilla circular en el techo que tenia en letras de bronce la placa: Sybill Trelawney. Profesora de adivinación.

Todos subieron por la rendija y entraron a una aula circular que estaba iluminada por una luz roja tenue, había mesas circulares y hacia un calor terrible.

Sentada en un sillón acolchonado estaba la profesora, que era sumamente delgada, llevaba una túnica verde y montones de pulseras y anillos en manos y dedos. De sus orejas colgaban un par de largos aretes circulares.

– Bienvenidos, mis niños, siéntense –les indico la profesora Trelawney.

Todos se sentaron en las sillas o en los acolchados sillones, Parvati Patil y Lavender Brown se sentaron al lado de la profesora, pues era su ídolo, Harry pudo ver una mirada de tristeza que le dirigía la profesora Trelawney. Desde el tercer año había predicho su muerte.

– Este año tendremos que darnos prisa, queridos míos –murmuro, todos pusieron atención, pues parecía que iba a hacer otra de sus predicciones –, pues este año ocurrirán cosas terribles, incluso un profesor, aun no puedo saber quien es, estará en peligro mortal, aunque también un alumno...–añadió clavándole la mirada a Harry.

Harry y Ron resoplaron; era tan predecible, fue lo que pensó Harry.

– Hoy predeciremos el futuro con burbujas de colores, son de jabón – declaro la profesora.

Pasaron lo que restaba de la clase haciendo burbujas sobre las tazas y colocando un pañuelo arriba, después reventando las burbujas que quedaban en el pañuelo y comparando las marcas con unas paginas de su libro.

– Mira esto, parece ratón –murmuraba Ron.

– El mío parece un hongo –rió Harry.

La profesora Trelawney pasaba por los lugares para supervisar el trabajo. Llego hasta la mesa de Harry y Ron y de repente solto un tremendo alarido.

Todos voltearon a verla, la profesora se sentó temblorosa en un sillón. Parvati y Lavender estaban conmocionadas.

– ¿Qué ocurre profesora? –chillo Parvati Patil.

–¡Es terrible! ¡Absolutamente horrible! –exclamó la profesora..

– ¿Qué, que es tan terrible? –pregunto Lavender, exaltada.

– El hongo.... –dijo con un hilo de voz - ¡el hongo!, Significa....significa solo algo. Mi niño – añadió dirigiéndose a Harry –. ¡El peligro te ronda!

– Bueno, no es tan terrible como lo era el Grim... – murmuro Ron.

La profesora lo miró duramente, y se volvió hacia Harry.

– Querido mío –dijo en un susurro –, no hagas nada peligroso, nada....nada que pudiera poner en riesgo tu vida...no lo hagas y...no escuches a ciertos alumnos y profesores.

En ese momento sonó el timbre que daba el fin a la clase. Harry se sintió muy aliviado, no habría podido soportar otro minuto escuchando augurios de muerte.

Tenían la hora libre, así que se dirigieron a sala común de su casa.

– La clase de Herbologia estuvo muy interesante –comento Hermione sentándose en un sillón.

– Si...–murmuró Harry –, seria genial ser un auror.

– Pero muy peligroso también –dijo Hermione – .Se crean muchos enemigos.

– ¡Es por eso que es emocionante, Hermione! –exclamo Ron –. El peligro...

– No a todos los aurores les ha ido tan bien –dijo Hermione – como prueba basta un botón: Alastor Moody se volvió paranoico, Mundungus Fletcher ha recibido varios ataques de...

– ¿Qué? ¿Mundungus Fletcher? –exclamo Harry –. Mundungus Fletcher, es parte del antiguo grupo, el que menciono Dumbledore.

–La biblioteca –dijo Hermione, levantándose súbitamente.

– ¿Qué? –preguntaron Harry y Ron al mismo tiempo.

– Podemos encontrar su biografía...¡quizá encontremos algo mas! –exclamo Hermione.

– Tiene razón –dijo Harry –. Vamos.

Entonces los tres salieron de la torre de Gryffindor y se dirigieron a la biblioteca.

– Tiene que estar por aquí –dijo Hermione, buscando en las estanterías –. Harry, busca en la letra G, Ron, la letra M, yo buscare en la A.

– ¿Por qué la M? –pregunto Ron.

– Puede ser Mejores aurores, Grandes aurores o quizá solo Aurores –contesto Hermione.

Los tres comenzaron la búsqueda en su letra correspondiente, a Ron se le cayeron algunos libros lo que hizo que la señora Pince, la bibliotecaria, lo mirara severamente.

– ¡Aquí hay algo! –grito Harry –: Grandes aurores del siglo XX .

Los tres se sentaron y comenzaron a buscar, el libro estaba ordenado alfabéticamente. Harry abrió el libro en la M.

– No Harry, es por apellido, no por nombre; es Fletcher, busca en la F –lo apremio Hermione.

– ¡Harry, Hermione!, ¡Miren esto! –dijo Ron, antes de que Harry cambiara a la F.

– ¿Qué ocurre, Ron? –pregunto Hermione.

–Aquí –murmuro, señalando con el dedo una pagina del libro –: McGonagall, Minerva.

– No, no puede ser...–murmuro Hermione –, la profesora McGonagall ¿un auror?

– Increíble –susurro Harry, mientras veia el libro –. ¡Miren esto!, Es su biografia.

Minerva McGonagall

Considerada una de los mejores aurores del tiempo actual.

Actualmente subdirectora de Hogwarts, al mismo tiempo cabeza de la casa Gryffindor y maestra de transformaciones. Además es un animago registrado: Puede transformase en un gato negro, con marcas alrededor de sendos ojos.

Cuando trabajaba para el Ministerio de Magia, fue enviada, junto con Mundungus Fletcher y Alastor (Ojo Loco) Moody, para perseguir a Quien-ustedes-saben.

Capturaron a varios mortifagos, como Bartemius Crouch, pero desafortunadamente El-que-no-debe-ser-nombrado tomo venganza en contra de los tres.

El esposo de la profesora, Hermes Trelawney, fue asesinado por El Señor Tenebroso, sin que ella pudiera hacer nada para impedirlo.

Hasta ahora se desconoce el paradero de su hija, pero lo más probable es que El Señor Tenebroso dirigió su venganza contra ella, también.

Después de los desafortunados hechos, renuncio al Ministerio de Magia.

Su habilidad como animago era bien conocida, así que el profesor Albus Dumbledore le ofreció trabajo como profesora de Transformaciones.

Después de un tiempo, el profesor Dumbledore, al ver su eficacia, le otorgo el puesto de cabeza de la casa Gryffindor.

Poco después, ascendió a la subdirección del Colegio.

– Es... –murmuro Ron, casi sin poder articular palabra.

– Sorprendente... –continuo Harry.

– Nunca creí que hubiera pasado por tantas cosas, para llegar hasta aquí –dijo Hermione.

– Esperen... –dijo Harry –. Miren aquí, Hermes Trelawney...

– ¿Trelawney? – murmuro Hermione – ¿Creen que sea...?

– Pariente de la profesora Trelawney... –termino Ron –: tal vez su...hermano.

– Eso podria explicar...la razon por la que se detestan... –dijo Harry.

– Si –murmuro Hermione –, es cierto, aquí dice que ella no pudo hacer nada para impedirlo, quiza la profesora Trelawney piensa que ella tuvo la culpa o algo asi.

En ese momento la señora Pince se aparecio y los miro severamente haciendoles una indicación de que ya era suficiente, que ya se fueran. Los tres salieron corriendo de la biblioteca, aun conmocionados por todo lo que habían leído.

– ¡Potter, Granger, Weasley! –grito una voz.

Los tres voltearon y descubrieron a la profesora McGonagall bajando las escaleras.

– ¿Qué hacen deambulando por aquí? –pregunto clavándoles sus brillantes ojos.

– Nosotros...estábamos... –comenzó a decir Harry.

– en... la... la... –continuo Ron.

– Biblioteca –termino Hermione –, investigando, ya sabe, tuvimos una clase muy interesante de Herbologia hoy, y...nos intereso mucho conocer mas de los prorritipus.

La profesora McGonagall frunció el entrecejo, los tres pensaron que iba a estallar de furia pero entonces su expresión de enojo cambio, y súbitamente sonrió.

– Bueno, esta muy bien –dijo –; esta muy bien que les interese aprender mas, pero...espero que no se les haya pasado el tiempo, por que creo que hace diez minutos se acabo esta hora...

– ¡Pociones! –grito Harry.

– ¡Snape va a matarnos! –gimió Ron.

– ¡Ay no! –chillo Hermione.

– Esperen... –dijo la profesora McGonagall –. Puesto que estaban haciendo algo útil... no se preocupen... los acompañare... le diré al profesor Snape que yo los entretuve.

Harry y Ron se quedaron estupefactos y eso debió notarse.

–Bueno... no soy un ogro malhumorado –dijo la profesora con una sonrisa –. Pero espero que esto no vuelva a ocurrir de nuevo –añadió en un tono levemente severo. Obviamente no quería que pensaran que habia perdido autoridad.

La profesora McGonagall los acompaño hasta las mazmorras, donde Snape impartía su desagradable clase: Pociones. La profesora tocó la puerta...

– Potter, Granger y Weasley... les aseguro que si son ustedes... –dijo Snape en voz alta acompañado por la risa de los Slytherins mientras se dirigía a abrir la puerta, pero se paro en seco –. Profesora McGonagall... no sabia que era usted...lo siento mucho.

– No hay cuidado, Severus –contesto la profesora –. Solo he venido a traerte a los tres alumnos que acabas de mencionar.

El rostro de Snape cambió de color, sonrojándose ligeramente. Miro a Harry dirigiéndole una sonrisa torcida

– Supongo que... algo han de haber hecho... –dijo Snape, apenado.

– De ninguna manera Severus... fue mi culpa, los mande llamar y no me di cuenta de la hora... espero que me disculpes –dijo la profesora.

El escaso color que había en las mejillas de Snape aumento. Harry, Ron y Hermione pasaron al aula y todos los de Slytherin les dirigieron una mirada sombría.

– Bueno, me retiro, Severus –se despidió la profesora –. Con permiso.

– Si... propio –contesto Snape, cortésmente. (Algo sumamente extraño en él)

La profesora McGonagall salió de la mazmorra cerrando la puerta tras de sí. Snape se paro enfrente de todos y continuo con su clase.

El timbre sonó y todos salieron ordenadamente. Snape parecía aun muy apenado.

– ¿Le vieron la cara que puso cuando vio a la profesora McGonagall? –comento Ron cuando subían rumbo a la clase de Lupin: Defensa Contra las Artes Oscuras.

– Claro, se debió haber sentido pésimo al hacer el ridículo delante de un superior –contesto Hermione –: se puso como tomate.

Harry negó con la cabeza.

– No, nunca había pasado nada asi antes... se comporto muy extraño.

– No tan extraño como McGonagall –dijo Ron con una voz lúgubre –: no sé que animal de Hagrid les habrá picado; ella nos acompaña arriesgándose a quedar mal y Snape... bueno.

– No, Ron –dijo Hermione –. Es la subdirectora... Snape no se atrevería nunca a contradecirla.

– Hermione tiene razon –dijo Harry –, pero aun asi es extraño, ya se han enfrentado otras veces... y en peores circunstancias, y Snape nunca había actuado de esa manera.

Continuaron platicando acerca de la extraña conducta de sus profesores, hasta que llegaron al salón donde Lupin impartía su clase. Tocaron a la puerta.