Negación. Todos los personajes y lugares conocidos mencionados en esta narración pertenecen a J.R.R. Tolkien, y son usados sin fines de lucro, Minya, Altadil, Ascar y demás personajes ajenos a esta historia son de mi propiedad. Este es por fin la culminación, espero y les halla agradado. Les recomiendo escuchar "My hearth will go on" con Celine Dion y la de May it be para el final.
**FINAL**La mañana siguiente Legolas despertó ante la mirada de sus amigos, allí se encontraban su hermano Altadil a su lado izquierdo, de frente Ascar, a su lado Aragorn y a la derecha, en su cama Haldir. Un leve color rojizo acudió a su rostro al ver a estos dos últimos y recordar algunos sonidos extraños que le perturbaron durante su sueño.
- ¿Cómo te sientes Legolas? – preguntó el príncipe Altadil
- Creo que ya puedo respirar con mayor libertad, he sentido que anoche algo me aprisionaba.
Haldir cruzo una mirada con Aragorn quien la entendió.
- Aragorn ha hecho un buen trabajo y podría llamarle el mejor sanador de tierra media. – expresó Ascar
- En verdad que el heredero de Isildur ha tenido una excelente ejecución.
Legolas no quiso dar otra interpretación a las palabras del Loriende y libero sus brazos desnudos de aquellas mantas que le rodeaban.
- Necesito un baño.
Dos pares de ojos se pusieron en franca alerta.
- ¿Deseas que se te preparen el baño? Pero necesitaras asistencia.. – declaró Ascar
El príncipe comprendió las miradas brillantes de sus amigos y ordeno de inmediato.
- Ascar, ¿podrías asistirme? Creo poder asearme, "yo solo"- enfatizo mirando a sus amigos alternativamente - mas no deseo sufrir una recaída.
Dos pares de ojos perdieron una vez mas sus esperanzas.
- Claro, toma esta bata que yo haré que te preparen los baños, donde te esperare afuera por si deseas mi asistencia.
Ascar salió para ordenar que se preparasen los baños del príncipe.
- Una joven espera impaciente noticias tuyas, además de ofrecerte una explicación, ¿Podré decirle en tu nombre, que su espera terminara pronto? – preguntó Altadil mientras ayudaba a su hermano a entrar en las mangas de la bata ofrecida
- ¿Minya esta allí? – preguntó Legolas impresionado.
- No se ha separado en toda la noche de su lugar.
- Dile por favor, que se retire a descansar yo la recibiré mas tarde
- ¿Podría darte un consejo hermano?
- ¿Si?
- Nuestro padre quiere hablar contigo sobre lo referente a Minya, ayer la encontró aquí y me vi obligado a aclarar su presencia. Sería mejor que hables con el y después hables libremente con ella.
- Gracias Altadil, así lo haré, dile que yo le enviare llamar al atardecer a casa de su prima.
Salió Altadil y dejo a Legolas sentado sobre la cama dando la espalda a sus dos amigos.
- Aragorn, hijo de Arathorn, te doy las gracias nuevamente por haber salvado mi vida, la primera vez no pude agradecerte debido a las circunstancias de ese momento, mas ahora puedo decirte que mi vida se debe a tu esfuerzo, valentía y curaciones. Estaré eternamente agradecido por este servicio que me prestaste.
Aragorn pudo darse entonces cuenta, de que Legolas no le había llamado por su nombre desde aquel episodio en que le ofendió al encontrarse con Haldir en la habitación de Lorien, siempre había sus otros títulos o apelativos, mas el nombre de Aragorn nunca había salido a la luz. Debió haber insultado cruelmente al príncipe elfo, al dudar de su amor por Minya, motivo por el cual el cambio de Legolas.
- Haldir, capitán de Guardias de Lorien, orgullo de toda nuestra hermosa raza, también te agradezco el favor que me has prestado al ir mas allá de tus obligaciones, pues habiéndote alejado de la misión que la dama Galadriel te encomendó, me has atendido y rescatado en este viaje. Tanto a ti como a Aragorn quedo en grandísima deuda, que espero poder tener el honor de pagar algún día.
- Legolas, por mi parte no hay ninguna deuda que saldar, ya que el placer de considerarte un amigo y compañero mío, es mas que cualquier recompensa que pueda desear. – dijo Haldir presentado su mano al príncipe que se hallaba frente a ellos.
- Nunca escuche mi nombre con tanta emoción hasta que lo volviste a repetir, mi corazón se llena de alegría al saber que me has perdonado, a mi parecer, aquella falta tan grave que cometí en Lorien. – agregó el montaraz –estamos al par y no hay mas deuda que saldar.
Los tres amigos se abrazaron en un momento. Para ser interrumpidos por la llegada de una dama.
- ¡Legolas! – exclamó Minya
- ¡Minya! – respondió el joven elfo apartándose del abrazo común.
- ¡Lo siento Legolas! En cuanto le dije que habías despertado corrió hasta aquí sin que pudiera detenerle y decirle mas.- dijo Altadil llegando detrás de la joven
Ella con mirada húmeda, observaba a su amado llevar una bata plateada y el cabello desordenado, mas a sus ojos nunca le había parecido mas bello.
- No te preocupes Altadil - y volviéndose a los dos amigos agregó – ¿me disculpan un momentos señores?
Nada objetaron y salieron dos elfos y un mortal de aquella habitación.
- Minya, ¿qué haces aquí? No he querido hablar contigo.. aún.
Los ojos del príncipe volvieron a expresar tristeza ante los hechos que el día anterior le recordaban.
- ¡Oh! Discúlpame, pero no he podido soportar la pena de perderte, deseo tu perdón y tal vez recobrar ese amor que alguna vez tuvimos. – contestó la joven abrazándole
- Minya..tu misma me dijiste que lo nuestro no era posible, sin ninguna explicación ¿Qué te hizo cambiar de parecer? ¿Por qué rehusaste mi nombre?
- He creído que jugabas con mis sentimientos, que me usabas como distracción y pasatiempo.. Que no eras honesto en tus palabras y solo era un juego para ti.
- ¿Quién te ha hecho pensar así?
Ella no contestó pues bien sabía que tanto él como ella sabían la respuesta.
- El ya ha pagado su falta, ¿no es así? – preguntó Minya evitando que Legolas viera su triste mirada.
- Tal vez no lo merecía, pero el mismo lo busco. Y apunto estuvo de llevarme en su camino.
- ¡Perdóname, perdóname por favor! ¡Fui tan tonta al desconfiar de ti!
- Minya..
- No te merezco, no debería si quiera de presentarme a tu lado, mas mi corazón me rige en estos momentos y te imploraría de rodillas, si es preciso, que vuelvas a mirarme de nuevo con esos ojos tan hermosos que iluminan mi existencia.
Minya estuvo a punto de hincarse, mas Legolas la sostuvo tomándola de los brazos para acercarla luego a él.
- ¿Aun deseas ser mi esposa?
- Lo deseo con todo mi corazón.
- ¿Toda la eternidad estarás a mi lado, brindándome tu amor y cariño?
- Toda mi eternidad será para ti por completo y para aquellos que vengan después de nosotros.
El futuro mostraría que nada es seguro y que ni la vida es un bien propio, mucho menos las promesas realizadas en su nombre.
- ¿Podré estar segura de ti? ¿volverá algún día a caer en duda tus pensamientos sobre mi? ¿desconfiaras de mi amor y mi palabra?
- Nunca, nunca, este error nunca habré de cometerlo a no tener pruebas palpables que hagan pensar así a mi corazón y aun así creeré ciegamente en tu amor por mi como el mío propio.
- Minya.. – dijo por fin Legolas para abrazarle.
- Legolas – murmuró ella esperando un beso para sellar su renovada promesa.
- Aun no puedo hablar en mi nombre, al no haber hablado a mi padre y a tu señora madre. Dame tiempo, y en la tarde enviare por ti a casa de tu prima para darte una respuesta
- Esperare por ti, mas no pienso retirarme sin sentir sobre mis labios los tuyos.
El elfo sonrió y imprimió un suave beso sobre la boca de la joven la cual despidió para después dirigirse a tomar un merecido baño. El tiempo transcurrido allí debían de servirle para repasar las palabras que debía decir a su padre.
Mientras tanto separados ya de los príncipes, Aragorn y Haldir tenían una plática muy peculiar.
- ¿Qué no me escuchaste? Lo nuestro fue solo de una noche. – afirmó el elfo apartandose del mortal.
- ¿Acaso no gozaste el sabor de mi boca? – preguntó Aragorn acariciandole el cabello al acercarse una vez mas.
- No.. – respondió Haldir mordiendo su labio inferior.
- ¿Mis brazos rodeandote?
- ..No.. – manifestó el elfo resistiendo un escalofrio que recorría su espalda.
- ¿Mi barba en tu cuello?
- .. Mmm..no..
- ¿Nuestro cuerpos encontrandose para..
- ¡Suficiente! ¡He dicho que no quiero hablar mas del asunto Aragorn!.- exclamó Haldir desesperado ante tal persistencia que por un momento le harían caer - Esto nunca paso...El calor debió ofuscar mi sano juicio.
- ¿Entiendo entonces que nunca se volvera a presentar tal encuentro? – interrogó el mortal cruzando sus fuertes brazos sobre su pecho.
- Así es, mi corazón clama ahora por otra persona.
- ¿Has olvidado a Legolas? ¿Me has olvidado a mi?
- Nunca olvidare a Legolas pues mi amor y respeto por él son tan profundos que nopodrías entender.
- ¿Y a mi?
- ¿Tu? Esa noche ha sido olvidada como lo fueron muchas otras. – mintió el elfo rubio, bien sabría que esa noche retozaría en su mente durante algunas lunas solitarias. – nada siento por ti, y la atracción de ese momento fue un desliz de mi parte, el cual siento mucho.
Aragorn sintió mucho esa declaración mas no fue mucho su sufrir, muchas aventuras con mujeres y damas elfas habían pasado por su vida, sin causarle mas daño que un suspiro al recordarles y sabía que la noche con aquel elfo se uniría a ellas.
- ¿Quién es esa otra persona? – preguntó escéptico
- Una dama elfa cuyo nombre conoces bien y entre sus largos cabellos negros quiero amanecer un día.
Y diciendo esto dejó Haldir a un mortal suspirando, cuyo rostro recupero de nuevo su alegre fisonomía, ante el recuerdo de aquella dama que no tardaría mas en llegar.
Por la tarde debería ser el momento adecuado para tal conversación ya repuesto casi enteramente de su convalecencia, Legolas se presentó en el despacho del Rey, quien le esperaba releyendo los mensajes de diferentes reinos confirmando su asistencia. allí mismo pudo observar los traídos por Aragorn, de puño y letra de Lord Elrond y aquella epistola que entregó Haldir de parte de sus señores, Lord Celeborn y la Dama Galadriel
- ¿Cómo te encuentras? ¿te has recuperado ya? – preguntó el rey con fría mirada.
- Si padre, me encuentro mejor, gracias.
- Deseo que me aclares ese asunto, de un supuesto matrimonio que deseas con cierta joven con quien te encontré no hace mas de un mes.
- Minyawethiel es su nombre padre, hija de Autadil, vive en los limites del reino junto a su madre y una hermana mortal. – informó el joven príncipe con leve temor.
- No deseo saber sus generales, mas me interesa saber que intenciones tienes con ella. – señaló Thranduil dejando de lado todos sus papeles.
- Como mi hermano te ha comentado, deseo hacerla mi esposa.
- ¿Y no pensabas consultarme? – demandó el monarca intrigado
- Claro, su majestad, mi llegada el día de ayer se debió a eso, mas las circunstancias me hicieron aplazar esta conversación. Mas ahora pido tu libertad y la gracia de otorgar mi mano a esa joven a quien amo profundamente
- ¿Estas cierto en eso? He visto como has pasado tus días pretendiendo a diversas damas, - comentó el rey mientras una ligera bruma rosada ocultaba las mejillas del príncipe - mas no por eso llegaste a tal extremo de casarte con alguna de ellas, piensa hijo que eres aún muy joven.
- Lo sé padre, nunca he estado mas cierto en cosa alguna, mi eternidad se la otorgaré a ella.
- ¿Ha dicho palabra alguna tu hermano al respecto?
- Nada en mi contra ha dicho, me atrevo a decir que le da gusto tal enlace, si lo que deseas saber es en cuanto a los herederos que podrían venir, su lugar esta asegurado dado el caso, pues él como primogénito, tiene todo el derecho de reservar ese honor a sus hijos.
- Bien Legolas, como veo que nada puedo hacer para disuadirte y estas seguro de este paso tan definitivo que vas a dar, no me opongo a el, mas te ofrezco mi bendición tanto a ti como a ella, deseo verla así que llámale para darle la buena noticia.
- Gracias padre – respondió el joven visiblemente emocionado tratando de retirarse
- ¿Por qué te retiras y no me ofreces un abrazo?
Legolas sonrió ante el recién emblandecimiento del corazón del rey y se perdió en un abrazo fuerte y paternal. Minya fue requerida por Legolas mismo, y después de obtener el consentimiento algo apresurado de la madre, quien no sabía nada al respecto de esta relación, fue llevada a ciegas a una entrevista con el rey.
*Every nigt in my dreams I see you, I feel you
That is how I know you go on.
Far across the distance and spaces between us
You have come to show go on
Al encontrarse frente él, notoriamente asombrada por tan repentino encuentro, no dijo nada mas que un saludo acompañado del a reverencia mas sublime y cálida que pudo ofrecer, mientras él soberano le miro detenidamente para aceptar que se trataba de una hermosa y dulce dama elfa, capaz de ofrecer a su hijo tanto amor como sus ojos profesaban.
- Hija mía, eres bienvenida a nuestra familia, creo que no debo decirte lo que espero de ti para mi hijo, pues el mismo te ha elegido siguiendo las pautas de su corazón, hazle feliz que el sabrá recompensarte
- Gracias su majestad, haré todo lo imposible por ganarme su respeto, y tenga por seguro que ofreceré a Legolas todo mi amor y mi corazón de aquí a la eternidad.
- En una semana, celebrando las fiestas de mi nacimiento, tendré el gusto de anunciar tan celebre unión.
*Near, far, wherever you are,
I believe that the heart does go on.
Once more, you open the door
And you´re here in my heart
And my heart will go on and on.
Sus pensamientos a la mañana siguiente, se encaminaban hacia su madre, tan bella y hermosa le recordaba, mas que esa imagen que colgaba en el gran salón, sus dulces caricias en su cabello, la ternura de sus palabras cuando le reprimía con dulzura, sus cuidados y juegos juntos, se dirigió hacia aquel baúl donde guardaba tantos recuerdos.
* Love can touch us one time and last for a lifetime,
And never let go till we´re gone.
Love was when I loved you, one true time, I hold to
In my life we´ll always go on.
Se hincó frente a él como si se tratara de un altar, le abrió y buscó aquella cajita que escondía hasta el rincón, donde como un tesoro guardaba los recuerdos que conservaba de ella, una imagen de Lassiriel salió primeramente, sus ojos azules que el había heredado, le miraban con singular alegría, apreto aquella pequeña imagen contra su corazon, y le recordó como si ella estuviera alli mirandole y sonriendo como cuando le recibía despues de sus juegos, un listón de aquel cabello dorado que aun conservaba la fragancia materna, le trajó los gratos recuerdos.
- Legolas, ven aquí pequeño mio ¿qué te ha pasado? – preguntó Lassiriel esperando a su hijo con sonrisa procupada
- Me he caído de ese árbol y Altadil no me hizo caso. – repondió el pequeño elfo rubio tratando de contener el llanto.
*Near, far, wherever you are,
I believe that the heart does go on.
Once more, you open the door
And you´re here in my heart
And my heart will go on and on.
La tierna madre se hincó frente al pequeño Legolas y le tomó con dulzura la herida mano.
- No temas Legolas, esto pasara y el dolor se ira alejando. Yo te cuidare
- ¿Estaras aquí siempre conmigo, mamá?
- Estare siempre por cada día de tu vida, mi amor.
- ¿no me dejaras?
- ¿Por qué dices eso? Eres el gran amor de mi vida, pequeño mio y no podría vivir sin ti.
- ¿me quieres mas que a mi hermano?
La joven madre sonrió ante aquella difícil pregunta.
- No hay comparacion entre el amor de una madre por sus hijos, Legolas
Legolas estaba a punto de soltar una lágrima con aquella respuesta, sus ojos húmedos suplicaban amor, su pequeño labio inferior dibujaba un puchero y temblaba con temor.
- ¡Ay! ¡Pequeño mio! – exclamó ella enternecida ante aquel hermoso rostro lleno de polvo y le abrazó
- ¡Mamá! ¡no quiero que te vayas! – lloró el pequeño prínicpe presintiendo el destino.
- No me ire pequeño, siempre estare aquí – contestó la reina Lassiriel cerrando sus ojos a las lagrimas que brotaban.
- ¿Me lo prometes? – preguntó de nuevo el niño Legolas abrazandola fuertemente
- Mi amor, aunque yo llegue a faltar mi espiritu siempre vivira a tu lado, nada podra apartarlo de ti, nada.
- Mamá.. te quiero mucho..no me dejes por que querré ir contigo..
- No ire a ninguna parte sin ti mi amor, siempre estaras en mi corazón.
- ¿Ire contigo? ¿Y te quedaras?
- Aún el día de tu boda, aun en ese tiempo lejano te acompañare a encontrar a tu amada frente a los demas
- ¿Estaras tu siempre conmigo?
- Siempre mi pequeño
Su pequeño Legolas había crecido, había encontrado a la mujer con quien compartiría su destino, mas ella no se encontraba alli, no estaba para aconsejarle y felicitarle, no le veía venir a su habitación antes de dormir, la extrañaba mucho y nunca lo relevo a su padre y hermano, nunca le olvido a pesar del poco tiempo que convivió con ella, toda su dulzura y amor quedo impreso en su corazón y nada le borraría de allí.
*You´re here, there´s nothing I fear,
And I know that my heart will go on.
We´ll stay forever this way
You´re safe in my heart
And my heart will go on and on.
Tomó asiento sobre su cama, abrazó el vestido con que le vio la ultima vez reir, y se quedó recordando aquellos calidos momentos a su lado. Pensaba en ella y no podía evitarlo, deseaba su encuentro una vez mas, deseaba compartir su felicidad, mas Lassiriel había partido por el sueño eterno, le había dejado quebrando asi su promesa. Legolas derramó gruesas lágrimas por su recuerdo antes de volver a encitar aquel pequeño cofre.
"Madre, espero que en la dicha venidera, me acompañes tu tambien, siempre estars conmigo, tu me lo has prometido, deseo tu descanso y bendición, duerme en paz" – susurró Legolas al besar por ultima vez el retrato de su madre.
**Suena al fondo** May it be - Enya**
Así pasaron los días, entre los cuales la primera comitiva en llegar era la de Rivendel, Aragorn a un lado del Rey teniendo a su lado a Legolas y del lado del monarca Altadil, el heredero del reino del bosque oscuro, recibían en las puertas del palacio a Lord Elrond acompañado de su hermosa hija Arwen "Undomiel", señora de Imladris y Lorien, detrás de ellos los hermanos gemelos hijos de Elrond, Elrohir y Elladan.
El hijo de Arathorn salió a recibirla y ayudando a bajar del caballo, saludo a la joven amada princesa dando un beso en su mano. Arwen complacida con tal recibimiento respondió al mortal con un beso en la mejilla. La corte entró animosa a palacio para instalarse.
Al día siguiente, una nueva comitiva se presentó a las puertas de palacio, Lord Celeborn y Lady Galadriel encabezaban esta, Haldir capitán de guardias de Lothlorien recibió a sus señores, les guiaba por las escaleras hacia palacio al pie de las cuales volvió a encontrarse con la encantadora mirada de aquella elfa de nombre Merien, quien se separaba en ese momento de Ascar.
El joven centinela vio partir a su antigua amante, un suspiro fue todo lo que el elfo le ofreció al recordar tan exquisitos momentos de pasión pasado a la luz de la luna, siguió a la comitiva, para toparse con encantadora belleza elfica de aquellas tierras, cuyos ojos verdes y enigmáticos cautivaron al instante su corazón, haciendo querer perderse sus manos en tan suave y sedoso cabello castaño.
Las fiestas del Rey Thranduil llegaron al fin y todos se les veía rebozar de alegría, Legolas había sido presentado nuevamente a ellos, así como su prometida y futura esposa, la dama Minyawethiel, enhorabuenas y felicitaciones recibió la pareja de todos los invitados, Arwen la mas alegre con la noticia, pusose en contacto con la joven para ofrecerle todo su apoyo en la coordinación de dicho evento que se había programado en unos días mas, aprovechando la estancia de los convidados, así como también para ofrecerle su sincera amistad.
Legolas había cambiado para entonces sus habitaciones a unas mas grandes y lujosas, donde habitaría con su esposa, no queriendo volver a habitar aquellas que fueron testigo del encuentro cercano de un elfo y un mortal.
Aragorn lucía en su cuello aquel hermoso pendiente dado por su amada, Evenstar brillaba para cegar aquellos ojos aprisionados por su belleza y exquisitez, hay que decir, que aunque aquel presente de la dama Arwen había sido hecho con todo su corazón, no dejaba de ser una protección para su amado, le alejaría de algún modo de cualquier mal, al mismo tiempo que evitaba que sus ojos se fijaran en alguien mas, desde entonces y mientras lo llevase, no habría nadie mas en los sueños y pensamientos del montaraz mas que Arwen Vanimalda.
Haldir paseaba galantemente del brazo de una bella elfa de nombre Merien, quien orgullos presumía a sus amigas presentes su nuevo amorío, siempre ascendiendo la bella dama, ofrecía cálidas noches a su amado, quien la exaltaba hasta los cielos en cada minuto de su encuentro.
Ascar en cambio, antiguo amor de la joven, ofrecía todos sus anhelos y aspiraciones a la elfa de ojos verdes que le llamaba con tan franca sonrisa, haciendo vibrar el varonil pecho del guardia del reino, unas palabras habían bastado al elfo para entregar su amor, su verdadero amor a aquella dama de Lothlorien llamada Elithil. Ningún vestigio de Merien quedaba en su corazón, cupido lo había flechado y en esta unión Altadil no tuvo en verdad nada que ver.
El príncipe heredero al reino del Bosque Oscuro, satisfecho con el papel que jugó la relación de su hermano, sonreía feliz con tal enlace, buscaba en fechas próxima a la boda, el mejor presente que pudiera brindar a su hermano, ultimo vestigio palpable que quedaría para la eternidad de su presencia en el reino.
Thranduil sonreía en sus fiestas, sonreía por que la felicidad no podría dibujarse de otra manera, sus amigos presentes uniéndose en su alegría, sus amados hijos a su lado y uno de ellos próximo a contraer nupcias, la nueva integrante de la familia que proveería de nueva sangre al reino, tan solo faltaba allí, en ese lugar vació junto a él, su hermosa esposa Lassiriel, quien partió miles de años antes, sin tener la fortuna de observar aquella escena, cuanto le extrañaba, cuanto deseaba verla y admirar a sus hijos así, juntos y felices, mientras el crepúsculo de la tarde iba cerrando el día.
El Fin
