Encerrados.
Written by: Lore-chan.
Capítulo 2º : Besos que callan
Mimi se sentó cerca de la pequeña 'fogata' que habían producido gracias a las hojas inservibles de sus cuadernos, que eran en su mayoría. Este lo único para lo que servía era para dar algo de luz, puesto que el calor que emitía sobraba de más.
Ella trataba de no mirar a los alrededores donde sólo se apreciaban restos de cadáveres formando cerrillos.
Taichi, entre tanto, descubría la forma de abrir un compartimiento que en la oscuridad no logró ser distinguido, porque era de igual textura que el resto del cuarto. Aún así y con bastante esfuerzo éste no abría, ni siquiera cedía un poco.
Los minutos ya habían pasado con velocidad, cuarenta y cinco minutos exactos en el reloj de Mimi.
-¿tienes hambre? – le preguntó ella.
-más o menos…
-ven – dijo – me quedó un poco de almuerzo de hace rato en el bolsón. No tenía mucha hambre.
-gracias – le contestó recibiendo un plato hondo y unos palillos.
-lo hice yo…si quedó mal dímelo, ¿sí? – pidió.
-¿tú lo hiciste? – preguntó dudoso de probarlo. No estaba seguro de las cualidades gastronómicas de su amiga.
-aja…experimenté un poco – sonrió.
Tomó honras a su emblema e ingirió una pequeña porción mientras masticaba con desgano.
Su amiga lo miró esos momentos esperando aprobación de su parte, no estaba completamente segura de haberlo hecho de acuerdo con la receta.
-¿y? – quiso saber al verlo tragar.
-exquisito – sonrió dejándole el mismo gesto en su rostro – cocinas bastante bien.
Ella suspiró, de todas formas fue buena idea cambiar el azúcar por sal.
Nuevamente todo se quedó en silencio, Taichi comió callado y Mimi no continuó conversando cosa muy extraña en ella que sólo hablaba y hablaba sin dar tregua.
El fuego comenzaba a decaer y la luz que éste producía era buena señal para la chica, prefería oscuridad a tener que observar esos esqueletos repartidos.
Como el calor que hacía desde que entraron al cuarto era elevado en comparación con el exterior, pues nevaba o al menos eso creían, las bufandas y chaquetas se dejaron a un lado junto con los bolsos.
-¿Por qué demorarán tanto Yamato y Sora? – se preguntó Mimi a si misma.
-quizá no encuentran a nadie que sepa abrir este lugar… - respondió él con la boca llena.
-por favor, primero come y luego habla – pidió con asco.
-lo lamento – y le lanzó a la frente arroz.
-¡no hagas eso! – dijo.
-¿qué cosa?, ¿esto? – y volvió a repetir su acción anterior.
-¡sí, eso!
Taichi hizo caso omiso y continuó. Él no dejaría que ese sitio le aburriera. Tras unos minutos de que Mimi se negara a jugar con él a arrojarse comida, cedió. De ese modo, al menos, los minutos no pasarían en silencio.
-¿por qué no arrojas tu cuaderno de inglés para que haya más fuego? – dijo Tai con su cara llena de alimento.
-no, prefiero que haya oscuridad, esos huesos me dan escalofríos.
-sí, claro; y luego alegas que deseas luz…
-está bien – dijo luego de dudar. Dicho cuaderno ardió al instante.
-no hay más sushi… - murmuró Taichi - ¿qué nos arrojados ahora?.
-nada, me cansé – dijo Mimi sentándose en su chaqueta que la dejó en la tierra para no ensuciarse.
-esto va a ser tedioso, mínimo deberías entretenerme… - señaló sentándose también.
-¿así? – subió su ceja – no tengo porque entretenerte…tú fuiste quien nos metió en este problema.
-¡¿yo?! – exclamó – si no fuera por mí estarías con una herida en tu cabezota…
-¿cómo que cabezota?, ridículo.
-¿ridículo?…yo no deseaba venir, baka.
-¡¿baka?!, Bakayarô!!
-mimada!
-idiota!
Ambos se levantaron colocándose frente a frente para lanzarse palabrotas. A pesar de que todo comenzó por una estupidez. A medida que uno decía algo el otro le contestaba peor.
-¡¡bakabakabakabakabaka…!! - gritó Mimi sin darle oportunidad de que él le respondiera.
Taichi enrabiado la tomó de los hombros bruscamente y mientras ella continuaba chillando decidido, con arrebato en el cuerpo la acercó a si y la besó. La besó como nunca besó a nadie antes.
La Tachikawa abrió sus ojos sorprendida, cuando Tai se separó al fin y la dejó respirando agitada con la boca aún abierta…
-Tonta – le dijo ahí.
Mimi no le contestó, su boca entreabierta y húmeda no respondía a lo sucedido.
-¿…me…besaste…? – murmuró luego sin creerlo.
-no te quedabas callada, no encontré otra forma – dijo.
Mimi llevó los dedos a su boca. Había algo que no calzaba y no sabía qué era. Miró a Taichi que tenía aún sus manos en los hombros de ella. Movió sus labios para hablar, pero no sabía muy bien qué decir.
Lo volvió a mirar, otra vez y se sonrojó.
Taichi recién cayó en cuenta de lo que había hecho, la rabia que tuvo desapareció y al igual que su amiga enrojeció por completo.
-lo lamen…
Ahora fue ella quien lo calló de un beso, no quería que esa sensación desapareciera y lo abrazó fervientemente como Taichi lo hizo también.
Separados otra vez, pero más juntos que antes, más alborotados y con el jadeo más rápido, se miraron sorprendidos…
-…nos…besamos… - murmuró Tai.
-…dos veces… – incluyó Mimi.
-y…estamos…abrazados… - dijo tocándole la espalda.
-mi pecho está tocando el tuyo…
-¿estás enojada por haberte dicho que tenías una cabezota?…
-¡Taichi! – exclamó – le quitas lo romántico al asunto…
-¿qué tiene de romántico? – preguntó separándose definitivamente de ella.
-baka.
-¿cómo me dijiste?.
-olvídalo – dijo Mimi sentándose cerca del fuego.
El Yagami se acurrucó a su lado y la observó penetrantemente para que ésta voltease a verle, pero no lo consiguió. Se había enojado.
-¿te enojaste? – preguntó.
-quiero salir de aquí – expresó.
-pero, ¿estás enojada?…
-déjame en paz…
-quiero saber si estás enojada…
-no lo estoy, déjame en paz – pidió dándole la espalda.
-¿por qué te comportas así?…
-no es mi culpa…tu fuiste quien me besó.
-pero tú me besaste por segunda vez – recordó el chico sonriendo, pero ella no le habló – reaccionas extraño, ¿sabías?…
-déjame sola – pidió.
Se levantó con los brazos cruzados y fue hasta el muro para apoyarse.
-¡quién entiende a las chicas! – le exclamó – al menos merezco una explicación.
-¿de qué?…
-de tu beso…yo tengo una excusa quería callarte, gritas y gritas, hablas y hablas…nunca entiendo lo que tratas de decir…
-¡no tengo porque darte explicaciones!, tan sólo fue una estupidez.
-una estupidez que te agradó..
-¡no me agradó! – negó sonrojada – besas horrible…
-¿así? – se acercó molesto por el comentario – haces este encierro espantoso, ¿sabías?…
-no eres alguien con el cual me gustaría estar encerrada.
-¡se acabó! – dijo tomándola de los brazos - ¡quiero que te quedes callada hasta que nos saquen de este maldito lugar!.
-¡no me puedes exigir nada! – respondió Mimi.
-estúpida mimada… - murmuró alejándose lo más que pudo de ella.
Más minutos a los que ya habían pasado.
Cada chico permanecía en un rincón, con la vista ocupada en algo. Taichi hojeaba una revista que le habían prestado en clases y Mimi peinaba su cabello entre tanto pintaba una tarea de Artes Visuales que debía entregar la próxima semana.
Aún de ese modo las miradillas de reojo abundaron durante los quince minutos que no se hablaron.
"¿por qué es tan difícil hablar con él?…" suspiró ella observándolo. Llevó sus dedos suavemente a los labios, aunque lo negó hace un rato, el beso le había agradado.
"…y dice que beso mal…" pensó el Yagami al darse cuenta de la acción de la chica.
"¿será tan difícil pedirle otro?…¡Mimi!, ¿en qué estás pensado, eh?. Ni que te gustara ese tonto de Taichi que sólo sabe romper momentos especiales con sus palabras…"
"esa Mimi, sólo quisiera darle otro para que se arrepintiera de lo que dijo…o será que beso tan mal…" reflexionó.
-¿qué hora es? – le preguntó Taichi sin siquiera mirarla.
-cinco y veinte… - contestó de igual forma.
-…¿aún estás enojada?…
-…sí…
Silencio.
-¿sabes algo? – dijo el moreno –yo creo que sería una buena idea si me ayudaras a empujar esa compuerta…
-ya lo hice, ¿lo recuerdas? y esa cosa no se mueve.
-pero si nos esforzamos…
-esta bien – ella guardó sus cosas y se levantó.
Taichi se acercó a la puerta y con el hombro comenzó a empujar. Mimi entre tanto apoyó sus manos contra ésta. Pero a pesar del esfuerzo no consiguieron nada.
-y ¿bien? – inquirió Mimi al ver los resultados.
-es definitivo – exhaló – tendremos que esperar.
Ambos cruzaron las miradas y hubo mucho arrepentimiento en ellas, las palabras que se habían dicho anteriormente…
-lo siento – dijo Tai mirando el suelo.
-¿lo sientes?.
-si, haberte dicho que tenías una cabezota, baka, mimada, estúpida, etc. lo siento.
-bueno – Mimi se llevó la mano a la cabeza – no tengo mucho de qué disculparme, lo que te dije es lo mismo de lo que tú a mí.
-retráctate de que beso mal.
-¡¿cómo?!
-retráctate, es lo único que pido, ya que no te disculparás de lo demás.
-¡no lo haré!, es tonto.
-para mí no. Me ofendió. Que tal si te digo que tu besas mal.
-yo no beso mal.
-si que besas mal.
-mentiroso.
-bueno tú también mentiste. Discúlpate – exigió el Yagami.
Mimi lo miró indecisa. Pero de todas formas no sería malo decirlo. Porque mintió.
-lo lamento – dijo rápido.
-¿qué dijiste?…
-lo lamento.
-¡no te oigo, Mimi Tachikawa!
-lo lamento, ¿si?; no besas mal, besas bastante bien y ¿qué?. ¿Contento?.
-demuéstramelo.
-¡¿ah?!
Taichi la acorraló contra la muralla.
-¿qué crees que vas a hacer?…no voy a dejar que me…
-…eres mucho más atractiva si te quedas callada…¿sabías? – dijo antes de tomarla de las mejillas y acercarla a sí.
-…tú también…
El beso no se hizo esperar, al menos no se aburrirían tanto ahí encerrados.
Continuará…Notas:
Well, Taimi y con besitos ^__^, ¿por qué me gustará tanto esta pareja?.
Bien, Bakayarô significa : Estúpido idiota. Pues el significado de baka todos lo saben : Tonto y sus derivados.
Les gusta el fic?, please digan que sí, que sí!
Review's?
L o r e – c h a n.
