Kenshin y co. no me pertenecen, qué lástima, me gustan tanto...
Viernes 21/02/03, 10:45 pm: En este mismo momento mi papá le está pasando la aspiradora A LA VIDEOCASETERA… Somos una familia rara…
'...' Pensamiento
"..." Diálogo
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Capítulo 14_ Que digan lo que quieran
"¡Qué bello día, Kenshin!".
"Muy bello, Kaoru-dono". Respondió el rurouni con una inocente sonrisa.
Kenshin desplegó una lona a orillas del río y se dispuso a pescar, mientras Kaoru descansaba a su lado. De pronto sus pensamientos la pusieron algo inquieta.
"Kenshin…"
"Díme, Kaoru-dono"
"¿Tú sabías… lo que dice la gente?"
"No entiendo a qué se refiere…"
"Sobre tú y… yo…"
"¡Oh! Eso…" Las mejillas del muchacho se ponían coloradas, aunque Kaoru lo superaba por mucho. "P-pues… No se qué decirle… Yo… Estoy acostumbrado a que la gente murmulle cuando me ve pasar, pero si a Kaoru-dono le molesta, puedo mudarme con Sano… o…"
"¡Ni lo sueñes!" Exclamó ella incorporándose repentinamente "No lo decía por eso, sólo iba a preguntarte por qué crees que la gente siempre tienda a pensar mal de las situaciones… singulares."
"Bueno… Supongo que es porque…" a cada palabra se ponía más colorado "…vivimos en una sociedad de costumbres muy arraigadas… Y no es nada común que una joven viva sola, y menos acompañada por un ex asesino… que no es su esposo. Esas situaciones se prestan a interpretaciones… mal vistas por el común de la gente."
Los dos callaron por un momento.
"Estoy muy apenado por causarle esta incomodidad, Kaoru-dono."
Una mano suave se posó sobre la suya. Kaoru estaba ahora sentada a su lado, casi pegada a él, su otra mano sobre su pecho.
"Yo no, Kenshin. No importa lo que diga la gente, la verdad está en nuestros corazones" la chica miraba hacia abajo para ocultar el color de su rostro "Cambiaría todas las viejas costumbres y tradiciones porque te quedes en el dojo… conmigo… para siempre."
Kenshin abrió los ojos bien grandes. 'Para siempre. Eso suena bien. Para siempre…'
Entonces con su mano izquierda sostuvo la mano de Kaoru y con la derecha hizó que la chica lo mirara a los ojos.
"Es un alivio que me diga eso porque" acercándose "Por un momento creí que tendría que dejar mi verdadero hogar. La idea de no despertar para ver su sonrisa en la mañana… no me gusta."
El corazón de Kaoru latía a 100 pálpitos por segundo, sus bocas estaban a milímetros de distancia, cerraban los ojos lentamente, sus manos unidas se hacían pequeñas caricias con los pulgares, las piernas les temblaban…
"¡¡Auxilio!!"
"¡Oro! Koaru-dono, ¡alguien cayó al río!"
'¡¡¡Pues sería bueno que se ahogara!!!' Pensó la chica siendo dejada por Kenshin.
Un rato después el pelirrojo volvía todo empapado y aturdido por los agradecimientos de la madre del niño que había salvado. Kaoru ya había juntado todo, esperaba que eso sucediera.
"¡Mírate, Kenshin! Tenemos que llegar al dojo cuanto antes. Vas a tomar un baño caliente y te pondrás ropa seca, luego tomarás un te e irás a la cama y…"
"¡Kaoru-dono, por favor no se preocupe tanto!"
"¿Qué no me preocupe? ¡Kenshin, estás empapado, si no nos apresuramos pescarás un terrible resfriado!"
El romance se había ido, y con él la tranquilidad de Kaoru. Ese niño no solo había arruinado SU MOMENTO, sino que también había puesto en peligro la salud de Kenshin. Éste notó la vena que sobresalía de la frente de la kendoka y sus puños apretados y sin darse cuenta tomo su mano para tranquilizarla. También para él era frustrante, pero no había nada que pudiera hacer por el momento.
Megumi llegó al pequeño cubículo en que vivía Sanosuke. Tomó aire. Estaba parada delante de la puerta.
'Golpear o no golpear… ¿Y si no es aquí donde vino? ¿Y si me echa? ¿Y si… Ya basta Megumi, puede ser tu última oportunidad.' Se tocó el pecho en el área del corazón. Éste latía con mucha fuerza. La respuesta era una sola y debía ser oída. Entonces se decidió. Golpeó la puerta dos veces. Sanosuke abrió y quedó muy sorprendido de verla.
"¿Qué haces aquí? ¿No ves que podrían verte tocando mi puerta?"
"No importa."
El muchacho se sorprendió aún más con esa respuesta.
"Sanosuke, ya no importa lo que la gente diga, no tengo intenciones de seguir pretendiendo que soy feliz disimulando todo lo que siento. En estos días…"
"No soy bueno escuchando los problemas de la gente, Megumi, me alegro por tu descubrimiento pero preferiría que me dejaras en paz"
"¡Pues no voy a irme sin que termines de escucharme!" Increpó decidida. "En estos días tuve oportunidades de sobra para darme cuenta de que la clínica, los amigos, los pacientes, nada tiene ningún sentido cuando no estás cerca. Fueron los días que más lejos de mí estuviste, a pesar de pasar casi todo el tiempo conmigo. Y no lo soporto. No podía seguir así, Sanosuke, no puedo obligarte a que me perdones o a que me quieras, pero al menos quería que supieras que lamento mucho haber dicho lo que dije, porque estaba equivocada. Más equivocada de lo que he estado en toda mi vida. Sí eres más importante que lo que la gente diga, por mucho." Cuando terminó estaba mirando hacia el suelo. Enseguida sus deseos de llorar fueron más fuertes y comenzó a caminar tratando de alejarse de él, pensando que no querría volver a verla.
Pero una mano fuerte tomó su brazo y no le permitió avanzar. Sanosuke la atrajo hacia sí. Las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de la muchacha. Los brazos fuertes del luchador la tomaron de la cintura, y una de sus manos alzaron su rostro para poder verla bien.
"Kitsune, espero que entiendas que después de todo esto me será muy difícil dejar que te alejes mucho" dijo con una sonrisa.
Y la besó. Poco a poco el beso se hizo más profundo y los brazos de Megumi rodearon el cuello de Sano acariciándolo suavemente.
Después de unos minutos se separaron y vieron que tenían espectadores, todos boquiabiertos y susurrando unos a otros.
"Supongo que esto no estaba en tus planes" murmuró el muchacho en el oído de su novia.
Megumi lo miró con cara de '¿quieres probar do lo que soy capaz?' y le pidió que cerrara la puerta, acto seguido lo conducía, más bien lo arrastraba de la mano caminando a toda velocidad, hacia la clínica. Cuando llegaron entraron a la sala donde varios pacientes esperaban para ser atendidos, y sin escuchar los saludos con que era bienvenida ni soltar la mano de Sano dijo dirigiéndose a los presentes (tres ancianas y un hombre con una pierna vendada):
"Buenos días a todos, en un momento estaré atendiéndolos, pero primero" Sanosuke la miraba sin creer lo que ella estaba a punto de hacer "primero quiero presentarles a Sanosuke Sagara, algunos de ustedes ya lo han visto por aquí, pues además de un amigo es un paciente muy frecuente de la clínica…" a este punto lo miró de reojo con una sonrisa "Pero el caso es que él y yo hemos decidido que nos queremos lo suficiente como para demostrárnoslo sin avergonzarnos. Espero que puedan comprenderlo."
"¿Están comprometidos?" preguntó una anciana.
Megumi ya se exprimía las neuronas tratando de buscar una buena respuesta cuando…
"Claro que sí, señora, ¿qué clase de pervertido cree que soy?"
Ahora era la doctora la sorprendida.
Sano la tomó nuevamente de la cintura y la besó tiernamente, satisfecho con la demostración de Megumi.
Entonces comenzaron a escuchar los aplausos de los presentes, mientras las viejas cuchicheaban "¡Qué bonita pareja que hacen!" y "Me recuerda los tiempos en que conocí a Tetsuro" o "¿No creen que serán muy felices?".
Los dos enamorados separaron sus labios y se miraron largamente, hasta que notaron que un nuevo par de manos aplaudía.
"¡Dr. Genzai!" exclamó Megumi ruborizada. "Dr. Genzai, por favor, permítame explicarle…". Incluso Sanosuke se sentía avergonzado frente al anciano.
Afortunadamente Genzai estaba muy feliz por ellos.
"Si no me opuse a que mi querida Kaoru albergara a un vagabundo, definitivamente no voy a oponerme a esta feliz unión entre dos buenos jóvenes como ustedes."
"¡Oh, muchas gracias Dr. Genzai!" dijo Megumi emocionada, con Sanosuke detrás haciendo también un gesto de agradecimiento.
"Bien, bien querida, ahora por favor, ve si puedes dejar a tu novio por un rato y ayudarme con los pacientes, Sanosuke, espero que no te moleste…"
"¡Claro que no! ¿Puedo serles útil en algo?"
"Si, por supuesto" respondió el doctor amablemente, "Desaparece, estás distrayendo la atención de la doctora."
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Me quedó re tonto todo esto, ¿no?
Quería hacerlo mejor, pero de pronto me bloqueé.
Qué mala pata.
¡Snif!
