El Señor
de los Anillos:La Leyenda Continúa
4
A la mañana siguiente, Kate se despertó temprano, se puso sus vaqueros y su camiseta y bajó a desayunar algo. En el comedor pudo encontrar a Pippin y Merry.
- Buenos días.
- Buenos días, Kate.
- Buenos días - dijo Merry algo ruborizado.
- Habéis madrugado mucho hoy.
- Sí, hoy tengo que hacer un recado y Merry va a acompañarme.
- Bueno, yo me voy a dar un paseo - dijo Kate mientras cogía un panecillo.
- Eh! No vas a desayunar nada más ??
- No, no tengo muchas ganas de comer - y diciéndo esto salió al jardín.
- Hace un día estupendo - dijo y se acercó a un árbol, desde allí pudo observar el magnífico paisaje.
No muy lejos de allí paseaba Beren, un joven apuesto y valiente, primo de Faramir; Beren se dirijía a Ithilien junto a su primo pero primero habían ido a Gondor a hablar con el Rey. Beren se percató de la presencia de la muchacha y se sorprendió pues pocas veces se ve a una mujer con pantalones, pero, a pesar de eso le pareció una mujer muy hermosa y se acercó a ella.
- Buenos días, señorita.
- Buenos días.
- ¿Es la primera vez que veníis a Gondor?
- Sí.
- Es un país muy hermoso. Me llamo Beren, he venido con mi primo Faramir y pronto partiremos para Ithilien.
- Yo me llamo Kate Evans...¿Ithilien?
- Sí, es un país al este de Gondor, cerca de Mordor.
- Mordor...
- Dicen las malas lenguas que los orcos merodean por donde estaba la torre de Barad-dûr al servicio de un Elfo oscuro que la está reconstruyendo de nuevo. Las cosas se ponen difíciles de nuevo.
-¿De nuevo?
- Sí, hace ya muchos años... - comenzó a decir Beren pero fue interrumpido por una de las doncellas de la Reina.
- Señor, el capitám Faramir os llama.
- De acuerdo, ahora iré.
La doncella hizo una reverencia y se marchó.
- Os veré luego, en el almuerzo. - Beren le cogió la mano y se la besó - Hasta luego.
- Hasta luego - dijo Kate algo ruborizada.
Kate paseó durante toda la mñana conociendo los distintos rincones de la ciudad y cuando Merry y Pippin terminaron sus recados la llevaron a los sitios más interesantes. Pero pronto llegó la hora del almuerzo y los dos hobbits lo notaron enseguida: sus tripas sonaban tan fuertes que hasta Kate podía oírlas.
- ¿Tenéis hambre, no? Será mejor que volvamos, estaran a punto de servir el almuerzo.
- Pero aún nos quedan sitios por enseñarte - gruñó Merry, que, aunque tenía hambre, trató de ocultarlo.
- No te procupes, ya me lo enseñaras otro día - dijo Kate guiñándole un ojo, con lo que consiguió que el hobbit se pusiera rojo.
Los tres volvieron al palacio y almorzaron juntos y hablaron de los que harían al día siguiente. Pasaron toda la tarde juntos, pues Kate no volvió a ver a Beren, hablando de las tradiciones y de la historia de Gondor y Rohan. También estuvieron hablando de Frodo y el Anillo Único.
- No te habremos aburrido, ¿verdad?
-¡No!, me he divertido muchísimo, pero, tengo miedo por el Anillo. Espero no tener que pasar por lo mismo que Frodo.
- No te preocupes, Kate - dijo Merry.
- Eso, además, si te ocurre algo malo irá Merry a salvarte, ¿no amigo? - dijo Pippin empezando a comprender lo que le pasaba a su amigo.
- ¡Cállate Pippin! - exclamó Merry colorado como un tomate.
Kate sonrió.
- Gracias y ahora id a descansar, tenéis que estar cansados. Hasta mañana.
- Hasta mañana.
Ambos hobbits se fueron y allí se quedó Kate sola, pensando en su destino, del que solo podía esperar la muerte. La sensación de sentirse observada la sacó de sus pensamientos, y, así era, pues en la entrada se encontraba Beren observándola.
- Siento no haber venido en el almuerzo, pero los asuntos de mi primo me ocuparon más tiempo de los que pensé - dijo el joven entrando en la habitación.
- No importa, ahora será mejor que me vaya a descansar - dijo Kate levantándose de la silla - estoy muy cansada, los hobbits tienen mucha energía para ser tan pequeños.
- Desde luego, los Medianos son gente muy vivaz.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Kate se fue a su dormitorio y en el camino se encontró con Legolas.
- ¿Ya vas a dormir, Kate?
- Sí, estoy muy cansada.
- Lissi olóri.
- ...
- Dulces sueños.
- Gracias, igualmente.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Al llegar a su dormitorio vió que estaban allí Celebwen y Earwen, las dos jovenes Elfas del día anterior.
- Le hemos preparado un baño, señora - dijo Earwen.
- Gracias.
- ¿Desea algo más?
- No, no, podéis marcharos.
Las dos Elfas salieron del dormitoro cerrando la puerta, Kate vió que en la cama habían dejado una especie de camisón de color celeste más bonito que el del día anterior. El baño se encontraba en una habitación contigua al dormitorio. Se tomó el baño y después se fue a dormir.
***
Durante las dos semanas siguientes, los Elfos se fueron preparando para emprender de nuevo el viaje hacia Ithilien. El capitán Faramir y sus hombres también se prepararon con suficientes provisiones para el camino.
Casi todos los días, Kate estaba acompañada por Pippin y Merry, que no se cansaban de contarle historias de La Comarca que divertían mucho a la muchacha. Pero llegó el día de la despedida.
- Bueno, espero volver a veros algún día.
- Tenlo por seguro. - dijo Pippin - Además aún nos quedan por contarte muchas historias.
Kate sonrió y les dió un abrazo a ambos. Merry estaba muy triste por la partida de Kate.
- Vamos Merry, anímate, seguro que volveré pronto. - dijo Kate aunque no estaba muy segura de ello.
- Eso espero - contestó el hobbit.
- Tengo que irme, hasta pronto.
En el palacio, Gandalf hablaba con Legolas.
- Ten mucho cuidado, Legolas, el Anillo no debe caer en manos del enemigo. Y ten cuidado con Kate, prométeme que la protejerás.
- La protejeré con mi vida si hace falta.
Gandalf sonrió y le guiño un ojo.
- Buen viaje.
Los Elfos y Faramir y sus hombres estaban montados en sus caballos. Níriel le dió un caballo a Kate.
- Toma, este es tu caballo.
- ¿Mi caballo? Pero si yo no sé montar a caballo.
- Puedes montar conmigo, si quieres. - dijo una voz desde atrás.
- No, gracias Beren - dijo a Kate mientras se montaba a duras penas en el caballo. - ¿Cómo se llama?
- Se llama Felarof - dijo Legolas - el Rey os lo ha regalado.
Kate acarició las crines de su caballo y Legolas se quedó mirándola, los rayos del sol bañaban su cabello y parte de su cara, lo que la hacía muy hermosa incluso a los ojos de un Elfo.
- Partamos ya - dijo Legolas y así Elfos y hombres cabalgaron hacia Ithilien.
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A la mañana siguiente, Kate se despertó temprano, se puso sus vaqueros y su camiseta y bajó a desayunar algo. En el comedor pudo encontrar a Pippin y Merry.
- Buenos días.
- Buenos días, Kate.
- Buenos días - dijo Merry algo ruborizado.
- Habéis madrugado mucho hoy.
- Sí, hoy tengo que hacer un recado y Merry va a acompañarme.
- Bueno, yo me voy a dar un paseo - dijo Kate mientras cogía un panecillo.
- Eh! No vas a desayunar nada más ??
- No, no tengo muchas ganas de comer - y diciéndo esto salió al jardín.
- Hace un día estupendo - dijo y se acercó a un árbol, desde allí pudo observar el magnífico paisaje.
No muy lejos de allí paseaba Beren, un joven apuesto y valiente, primo de Faramir; Beren se dirijía a Ithilien junto a su primo pero primero habían ido a Gondor a hablar con el Rey. Beren se percató de la presencia de la muchacha y se sorprendió pues pocas veces se ve a una mujer con pantalones, pero, a pesar de eso le pareció una mujer muy hermosa y se acercó a ella.
- Buenos días, señorita.
- Buenos días.
- ¿Es la primera vez que veníis a Gondor?
- Sí.
- Es un país muy hermoso. Me llamo Beren, he venido con mi primo Faramir y pronto partiremos para Ithilien.
- Yo me llamo Kate Evans...¿Ithilien?
- Sí, es un país al este de Gondor, cerca de Mordor.
- Mordor...
- Dicen las malas lenguas que los orcos merodean por donde estaba la torre de Barad-dûr al servicio de un Elfo oscuro que la está reconstruyendo de nuevo. Las cosas se ponen difíciles de nuevo.
-¿De nuevo?
- Sí, hace ya muchos años... - comenzó a decir Beren pero fue interrumpido por una de las doncellas de la Reina.
- Señor, el capitám Faramir os llama.
- De acuerdo, ahora iré.
La doncella hizo una reverencia y se marchó.
- Os veré luego, en el almuerzo. - Beren le cogió la mano y se la besó - Hasta luego.
- Hasta luego - dijo Kate algo ruborizada.
Kate paseó durante toda la mñana conociendo los distintos rincones de la ciudad y cuando Merry y Pippin terminaron sus recados la llevaron a los sitios más interesantes. Pero pronto llegó la hora del almuerzo y los dos hobbits lo notaron enseguida: sus tripas sonaban tan fuertes que hasta Kate podía oírlas.
- ¿Tenéis hambre, no? Será mejor que volvamos, estaran a punto de servir el almuerzo.
- Pero aún nos quedan sitios por enseñarte - gruñó Merry, que, aunque tenía hambre, trató de ocultarlo.
- No te procupes, ya me lo enseñaras otro día - dijo Kate guiñándole un ojo, con lo que consiguió que el hobbit se pusiera rojo.
Los tres volvieron al palacio y almorzaron juntos y hablaron de los que harían al día siguiente. Pasaron toda la tarde juntos, pues Kate no volvió a ver a Beren, hablando de las tradiciones y de la historia de Gondor y Rohan. También estuvieron hablando de Frodo y el Anillo Único.
- No te habremos aburrido, ¿verdad?
-¡No!, me he divertido muchísimo, pero, tengo miedo por el Anillo. Espero no tener que pasar por lo mismo que Frodo.
- No te preocupes, Kate - dijo Merry.
- Eso, además, si te ocurre algo malo irá Merry a salvarte, ¿no amigo? - dijo Pippin empezando a comprender lo que le pasaba a su amigo.
- ¡Cállate Pippin! - exclamó Merry colorado como un tomate.
Kate sonrió.
- Gracias y ahora id a descansar, tenéis que estar cansados. Hasta mañana.
- Hasta mañana.
Ambos hobbits se fueron y allí se quedó Kate sola, pensando en su destino, del que solo podía esperar la muerte. La sensación de sentirse observada la sacó de sus pensamientos, y, así era, pues en la entrada se encontraba Beren observándola.
- Siento no haber venido en el almuerzo, pero los asuntos de mi primo me ocuparon más tiempo de los que pensé - dijo el joven entrando en la habitación.
- No importa, ahora será mejor que me vaya a descansar - dijo Kate levantándose de la silla - estoy muy cansada, los hobbits tienen mucha energía para ser tan pequeños.
- Desde luego, los Medianos son gente muy vivaz.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Kate se fue a su dormitorio y en el camino se encontró con Legolas.
- ¿Ya vas a dormir, Kate?
- Sí, estoy muy cansada.
- Lissi olóri.
- ...
- Dulces sueños.
- Gracias, igualmente.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Al llegar a su dormitorio vió que estaban allí Celebwen y Earwen, las dos jovenes Elfas del día anterior.
- Le hemos preparado un baño, señora - dijo Earwen.
- Gracias.
- ¿Desea algo más?
- No, no, podéis marcharos.
Las dos Elfas salieron del dormitoro cerrando la puerta, Kate vió que en la cama habían dejado una especie de camisón de color celeste más bonito que el del día anterior. El baño se encontraba en una habitación contigua al dormitorio. Se tomó el baño y después se fue a dormir.
***
Durante las dos semanas siguientes, los Elfos se fueron preparando para emprender de nuevo el viaje hacia Ithilien. El capitán Faramir y sus hombres también se prepararon con suficientes provisiones para el camino.
Casi todos los días, Kate estaba acompañada por Pippin y Merry, que no se cansaban de contarle historias de La Comarca que divertían mucho a la muchacha. Pero llegó el día de la despedida.
- Bueno, espero volver a veros algún día.
- Tenlo por seguro. - dijo Pippin - Además aún nos quedan por contarte muchas historias.
Kate sonrió y les dió un abrazo a ambos. Merry estaba muy triste por la partida de Kate.
- Vamos Merry, anímate, seguro que volveré pronto. - dijo Kate aunque no estaba muy segura de ello.
- Eso espero - contestó el hobbit.
- Tengo que irme, hasta pronto.
En el palacio, Gandalf hablaba con Legolas.
- Ten mucho cuidado, Legolas, el Anillo no debe caer en manos del enemigo. Y ten cuidado con Kate, prométeme que la protejerás.
- La protejeré con mi vida si hace falta.
Gandalf sonrió y le guiño un ojo.
- Buen viaje.
Los Elfos y Faramir y sus hombres estaban montados en sus caballos. Níriel le dió un caballo a Kate.
- Toma, este es tu caballo.
- ¿Mi caballo? Pero si yo no sé montar a caballo.
- Puedes montar conmigo, si quieres. - dijo una voz desde atrás.
- No, gracias Beren - dijo a Kate mientras se montaba a duras penas en el caballo. - ¿Cómo se llama?
- Se llama Felarof - dijo Legolas - el Rey os lo ha regalado.
Kate acarició las crines de su caballo y Legolas se quedó mirándola, los rayos del sol bañaban su cabello y parte de su cara, lo que la hacía muy hermosa incluso a los ojos de un Elfo.
- Partamos ya - dijo Legolas y así Elfos y hombres cabalgaron hacia Ithilien.
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