AUTORA: ¡¡¡Hola!!! ¿Cómo están? ^o^
Hace mucho que no hago un fic pero como me encanta la serie de rurouni kenshin he decidido hacer otro más. Espero que les guste y que me pongan todos sus comentarios.

¡¡Viva K+K!!

Quizás mas adelante este sea un fic NC-17 aunque todavía tengo que pensarlo… ¡Ha! Por cierto, esta historia se desarrolla meses después de la pelea contra Enishi.



CAPITULO 1. Heridas.

Kaoru despertó en un lugar oscuro y desconocido. Estaba tendida en el suelo y le dolía todo el cuerpo. Intentó recordar como fue que llegó allí. Poco a poco llegaron a su mente imágenes de una fuerte discusión que sostuvo con Saito y Kenshin en la tarde. Luego de eso salió del dojo sin rumbo fijo. Necesitaba caminar y olvidar lo sucedido. Su andar la llevó hasta el centro de Tokio.
Cuando comenzó a oscurecer supo que debía volver a casa pero el coraje y la tristeza que le inundaban no le permitieron regresar. Siguió caminando por un largo rato más hasta que se encontró rodeada por dos sujetos en uno de tantos callejones solitarios. Kaoru no llevaba consigo ningún arma para protegerse y aunque logró darles un par de golpes a ambos sujetos ellos le llevaban ventaja. Al poco tiempo lograron atraparla y luego…
Kaoru no deseó recordar más. Intentó sentarse a pesar del dolor en las costillas y en la cadera. Varias lágrimas recorrieron sus mejillas mientras sus manos cubrían su rostro. Durante un rato desahogó su dolor espiritual hasta que el dolor físico se hizo presente con más fuerza. Trató de arreglar un poco su kimono desgarrado y limpió con una de sus mangas la sangre de su rostro. Al ponerse de pie un silencioso lamento de dolor la embargó. Sabía que tenía que salir de ese lugar pero le costaría mucho trabajo llegar hasta el dojo. Decidió entonces dirigirse al único lugar donde la atenderían sin armar escándalos: la clínica del Doctor Genzai.


Eran ya las cuatro de la mañana.

Kenshin estaba de pie frente al puente. Su mirada estaba clavada en la calle por la que Kaoru se marchó del dojo la tarde anterior. Yahiko y Sanosuke continuaban buscándola por todo Tokio.

- Kaoru… Vuelve, por favor -balbuceó apretando sus puños con fuerza. Su angustia era evidente- Si algo llega a pasarte… yo…

Aquella tarde Saito había llegado a visitarlos de improviso. Con esta era la sexta vez que lo hacía en dos semanas y también era la sexta vez que exigía hablar con Battousai a solas.

Desde su primera visita el comportamiento de Kenshin había cambiado mucho. Su típica sonrisa se había esfumado por completo, ignoraba a Kaoru y a Yahiko casi todo el día y además había dejado de hacer las labores domesticas que le gustaba hacer.

Kaoru comenzaba a preocuparse. En varias ocasiones intentó platicar con Kenshin para averiguar lo que sucedida pero él evadió bruscamente cualquier conversación y en ocasiones hizo comentarios hirientes sobre la excesiva preocupación que Kaoru sentía por él. Sin embargo, el más doloroso de los comentarios lo había hecho esa misma tarde.

- ¡Saito! ¡Podrías explicarme a que se debe tanto misterio! ¡Estoy harta de que tu y Kenshin vayan a encerrarse a un cuarto a hablar de no se que cosa sin que yo este enterada de nada! ¡Si el gobierno quiere que Kenshin participe en alguna guerra o quiere asignarle una misión es justo que sus amigos también lo sepan!
- Este asunto no te concierne así que no te metas -aseveró dándole la espalda.
- ¡Te equivocas! ¡Me concierne porque esta es mi casa y has venido a perturbar la tranquilidad de mi familia!
- Será mejor que nos vayamos de aquí, Saito -dijo Kenshin sin mirarla para luego dirigirse hacia la puerta- Hay otro lugares donde podremos hablar con tranquilidad, donde no haya niñas caprichudas que deseen enterarse de los problemas de los demás.

Kaoru no podía creer lo que había escuchado. En ese instante Saito logró distinguir una mezcla de sorpresa y tristeza en los ojos de la chica pero no dijo nada, solo se limitó a obedecer a Battousai. Ambos salieron de su casa y de la vista de Kaoru también.

Al anochecer Kenshin regresó al dojo. Lo primero que hizo fue buscar a Kaoru por todo el lugar. Deseaba hablar con ella y pedirle disculpas por su comportamiento durante esos últimos días. El único propósito de todo fue protegerla a ella y a sus amigos de uno de sus tantos enemigos del pasado que estaba buscándolo y el cual Saito deseaba atrapar. La noticia que el policía deseaba darle esa tarde a solas era que ya habían logrado aprehender a ese sujeto así que ya no tenía nada más de que preocuparse.

Al darse cuenta de que Kaoru no estaba decidió esperarla mientras preparaba la cena. Al poco rato llegaron Yahiko y Sanosuke quienes habían estado ayudando a Megumi en la clínica todo el día. Ninguno de los dos sabía nada de Kaoru.

Esperaron varias horas la llegada de su amiga. Al llegar la medianoche los tres salieron a buscarla por toda la ciudad sin resultado alguno.

- Y yo que creí… que podría protegerte incluso de mi mismo… -se lamentó Kenshin en voz baja sin dejar de mirar la calle- Regresa, Kaoru… Por favor… No me dejes solo… No otra vez…

CONTINUARA….