CAPITULO 6. Coincidencias
Inmediatamente Megumi notó la desconcertada mirada de Kenshin sobre Tetsuya.
- "Esto se está complicando cada vez más"… Kenshin, debemos confiar en que pronto aparecerá. De haber sucedido algo malo ya tendríamos noticias, ¿no crees?
- Lo sé -aseveró al bajar la mirada- Si al menos… alguien pudiera decirme que la ha visto, que se encuentra bien, que su partida fue solo para hacerme ver cuanto necesito protegerla…
- Ken-san… Kaoru es muy importante para ti, ¿verdad?
- Mas de lo que ella se imagina -susurró emitiendo una leve sonrisa.
Tetsuya simplemente lo observaba asombrado. En realidad ese hombre frente a él era sincero y estaba sufriendo por no saber nada de Kaoru. Sin embargo, aunque Tetsuya era doctor y su deber era aliviar el dolor de la gente esta vez no pudo dejar de ser egoísta y mantenerse al margen del asunto. Además, estaba en juego su relación con Kaoru.
- Ken-san… -llamó su atención Ayame al jalarle suavemente la manga del gi- Si quieres Suzume y yo podemos ayudarte a buscar a Kaoru.
- Te lo agradecería mucho, Ayame-chan. Bien… Me retiró. Nuevamente les pido una disculpa por haberlos interrumpido. Megumi-dono, Tetsuya-san… Espero volver a verlos pronto.
- Cuidate mucho, Kenshin. Estaré al pendiente por si escucho o sé algo de Kaoru.
- Gracias.
Así, Ayame condujo a Kenshin a la salida mientras se lamentaba mentalmente ocultarle que Kaoru se encontraba muy cerca de ellos.
En tanto, Megumi regresaba a sus labores en la clínica no sin antes dedicarle una mirada severa a Tetsuya. Realmente estaba molesta por continuar engañando a Kenshin y más aún al darse cuenta de las intenciones del doctor hacia Kaoru.
Por su parte, Tetsuya se reunió con Kaoru detrás del árbol debajo del cual ella continuaba sentada meditando. Su rostro revelaba angustia y tristeza aunque sus ojos se mantenían clavados en sus rodillas. Él se sentó a su lado sin dejar de observarla. Tenía deseos de preguntarle muchas cosas, principalmente quién era el tal Kenshin para ella, pero algo muy dentro de él le advirtió que ese no era el momento apropiado.
- No me gusta verte así, Kaoru.
- ¿Eh?
- Me costó mucho trabajo hacerte sonreír. Sin embargo, creo que tendré que esforzarme más para que esa hermosa sonrisa nunca vuelva a irse de tu rostro.
- Tetsuya… Megumi tiene razón. Es mejor que vuelva a realidad… Que vuelva con las personas que me esperan. Solo que…
- Tienes miedo de enfrentarlas, ¿no es así?
- Kenshin no tuvo la culpa de lo que me paso… Él siempre me ha protegido y se preocupa por mi pero yo…
- Shhh… -susurró colocando su dedo índice sobre los labios de Kaoru- No es necesario que me expliques nada. Además, en estos momentos yo no podría darte un buen consejo… Los celos me lo impedirían.
Kaoru aún no podía entender cómo un hombre como Tetsuya sentía algo más que cariño fraternal por una niña como ella. Todo esto hacía surgir un sentimiento muy placentero en su pecho aumentando su autoestima de forma considerable.
- Yo mismo te llevaré dentro de dos días a tu casa. Mientras tanto no pienses más en el pasado. Dame el gusto de disfrutar de tu compañía y de tu felicidad este corto tiempo, ¿si?
Tetsuya comenzó a secar los rastros de lágrimas que quedaban en el rostro de Kaoru con ambas manos mientras ella le miraba fijamente, sin moverse o articular gesto alguno, ni siquiera cuando él se acerco para besar suavemente sus labios. Le era difícil creer que su primer beso no se lo estaba dando Kenshin, sin embargo era tan dulce y tierno como ella siempre soñó que iba a ser.
Cuando ese hermoso momento terminó Kaoru recuperó parte de la esperanza que había perdido el día que había decidido mantenerse alejada de la persona que amaba por ser indigna de su cariño. Tetsuya la estaba aceptando como era, sin importarle su pasado o los hechos que la obligaron a esconderse de sus amigos. Sencillamente ese hombre la hacia sentir necesitada, querida e importante.
- "Pero Kenshin…"
- Será mejor que te lleve a tu cuarto -la voz de Tetsuya la sacó de su meditación. El ahora estaba de pie frente a ella- Ven, dame la mano.
- "No… Ya no debo compararlos… Kenshin y Tetsuya no son iguales. Además, quiero ser feliz… aunque no sea al lado de la persona que yo anhelaba que estuviera a mi lado".
Tetsuya ayudó a Kaoru a levantarse. En agradecimiento ella le regaló una sonrisa, aquella que él tanto apreciaba. Luego ambos, tomados de la mano, se dirigieron a la habitación de Kaoru.
******
Para Kaoru había llegado el momento de regresar a casa. Preparó sus cosas y aguardó a que Tetsuya fuera por ella a su habitación. Lo que nunca se imagino fue que Megumi se las arreglaría para acompañarlos ya que desde muy temprano había dejado a Ayame y Suzume con Kenshin y debía ir a recogerlas. De esa forma podría hablar con él y explicarle todo lo que había pasado desde la desaparición de su amiga.
En tanto, en el dojo Kamiya, Kenshin observaba jugar a las niñas en el patio. Aunque deseaba no dejarse llevar más por la tristeza aún no podía acostumbrarse a la ausencia de aquella chica que siempre regañaba a Yahiko durante sus entrenamientos o que jugaba con Ayame y Suzume en días tan despejados como ese. Al mirar al cielo imaginó ver el rostro sonriente de su adorada Kaoru. Necesitaba encontrarla pronto o era seguro que en poco tiempo se volvería loco.
- Ken-san… -las voces de las niñas llamaron su atención.
- ¿Eh? ¿Sucede algo, pequeñas? -disimuló una leve sonrisa.
- ¿No vas a jugar con nosotras?
- Hace mucho que no lo haces.
- Lo siento… No me he sentido muy bien estos días, Suzume-chan.
- Es por Kaoru-chan, ¿verdad?
- Si… -balbuceó luego de algunos segundos de silencio.
- ¿Tu sabes por qué se fue, Ken-san?
- Creo que… yo tuve la culpa.
- ¿Y la estás buscando para disculparte con ella?
Kenshin asintió. Las niñas se miraron una a la otra.
- Kaoru-chan y tú son como dos hermanos para nosotros, Ken-san. No nos gusta verlos separados.
- A mi… tampoco me gusta estar lejos de ella, niñas.
- Si llegaras a saber donde está ella, ¿la castigarás por haberse ido?
- No -dijo al hincarse frente a ellas- Lo primero que haré será decirle cuanto la extrañé.
- Kaoru se pondrá muy contenta cuando se lo digas.
- Si, y estoy segura que se recuperará muy pronto con tus cuidados. ¿No es así, Ayame-chan?
Ayame observó molesta a su hermanita y luego le pidió que se guardara silencio. De inmediato Kenshin supuso que ellas sabían algo de Kaoru. Deseaba preguntarles directamente pero prefirió no intimidarlas con su desesperación.
- Tienes razón, Suzume… Kaoru necesita que todos la cuidemos, pero yo no pudo hacerlo si no se donde se encuentra.
Nuevamente las niñas se miraron preocupadas. Su amigo Kenshin deseaba ayudar a Kaoru-chan y no había nada de malo en eso. Además, Megumi les había dicho que Kaoru regresaría al dojo ese día así que creyeron que no habría problema en contarle a Kenshin donde había estado ella desde el día que desapareció.
Luego de escuchar atentamente a las niñas, Kenshin salió de inmediato del dojo dejándolas a cargo de Sanosuke quien acaba de llegar al lugar.
- ¡Hey! ¿A dónde vas con tanta prisa, Kenshin?
- Traeré a Kaoru de regreso -fue lo único que le dijo antes de marcharse.
- ¡¿A…A Kaoru?! ¿Ya sabes donde está?... ¡Oye, Kenshin! ¡Aguarda!...
Sin embargo, ni Sanosuke ni ningún otro obstáculo haría a Kenshin detenerse. Su destino era la clínica de Megumi y su deseo era estrechar a Kaoru en sus brazos para nunca más dejarla alejarse de su lado.
En tanto, de camino al dojo, Megumi y Kaoru discutían de la versión que les darían a todos sobre su desaparición.
- Debemos decirle a Kenshin y a Sanosuke la verdad, ¿no crees?
- Pero Tetsuya y tú se meterán en problemas… Además… -susurró Kaoru mientras tocaba la cicatriz de su rostro- Ellos no deben saber que…
- ¿Acaso vas a ocultarles lo que pasó?
- Lo que no quiero es se sientan culpables por esto.
- Los únicos culpables son los que te atacaron y se que Kenshin y Sanosuke no se detendrán hasta encontrarlos para que paguen por su delito.
- "Megumi… Megumi tiene razón… Es una lastima que Kenshin solo lo haga para apaciguar su conciencia. Aun así… me temo que decida irse luego de eso. Se que ya no tengo ninguna esperanza de él me quiera como a una mujer pero… por lo menos, no quisiera perderlo para siempre".
Tetsuya caminaba al lado de Kaoru sin pronunciar palabra alguna. Muy dentro de él sentía molestia al escuchar el nombre de Kenshin de labios de ambas mujeres, pero lo que más le enfadaba era saber que Kaoru estaba pensando en él cada vez que el silencio se hacía presente entre ellas. ¿Por qué simplemente ella no se olvidaba de ese sujeto ahora que ya lo tenía a él a su lado?
Megumi, por su parte, sabía qué tanto molestaba todo esto a Tetsuya. Él no debió fijarse en la mujer que tanto ama Kenshin pero no podía culparlo de nada, al fin de cuentas el no sabía que Himura y el legendario Battousai eran una misma persona que defendería a muerte de ser necesario lo que era suyo.
- Ahora recuerdo que necesito hacer un encargo -se detuvo Megumi de repente frente a una tienda donde vendían diversos tipos de hierbas curativas (disculpen, no se como se llaman estos lugares) -Tetsuya-san, necesito algunos consejos tuyos. Debo comprar algunos medicamentos.
Tetsuya asintió. Megumi y él se dirigieron a la tienda pero Kaoru permaneció en su lugar.
- ¿Vienes con nosotros, Kaoru?
- ¿Eh? No… No se preocupen por mí. Yo los esperaré aquí -le sonrió para luego dirigirse a una pequeña tienda de telas que estaba a unos cuantos metros.
Algo afligido, Tetsuya se reunió con Megumi. Mientras tanto, Kaoru observaba algunas de las telas que estaban exhibidas en las afueras de la tienda. Los colores eran tan vistosos que llamaron de inmediato su atención. Se imaginó vestida con un kimono hecho de tan hermosa tela que llamara la atención de Tetsuya o Kenshin. Sin embargo, recordó que su rostro ya no era tan agradable a la vista y que no era una mujer digna de llevar sobre si prendas tan bonitas.
En ese momento, frente a esa tienda, corría un hombre pelirrojo con dirección opuesta a la que ella y sus acompañantes tenían pero se detuvo de repente al percibir un olor que llamó su atención. Al darse vuelta para buscar el origen de aquel olor a jazmín se encontró con una silueta conocida que le daba la espalda. Era una mujer vestida con un kimono azul claro con flores de sakura, su cabello estaba recogido en una cola de caballo… Kenshin se acercó poco a poco a ella con la esperanza de que su búsqueda hubiera terminado.
Kaoru sintió que alguien se acercaba a ella. Seguramente Megumi y Tetsuya habían terminado su encargo.
- ¿Tetsuya? -preguntó al darse vuelta. Definitivamente no estaba lista para enfrentarse a lo que iba a encontrar.
CONTINUARÁ
****
HOLA!!! Espero realmente sus comentarios. Me ha costado algo de trabajo seguir con el fic porque me han surgido muchas cosas que hacer pero prometo terminarlo.
¡¡GRacias a todos por sus animos!!
Inmediatamente Megumi notó la desconcertada mirada de Kenshin sobre Tetsuya.
- "Esto se está complicando cada vez más"… Kenshin, debemos confiar en que pronto aparecerá. De haber sucedido algo malo ya tendríamos noticias, ¿no crees?
- Lo sé -aseveró al bajar la mirada- Si al menos… alguien pudiera decirme que la ha visto, que se encuentra bien, que su partida fue solo para hacerme ver cuanto necesito protegerla…
- Ken-san… Kaoru es muy importante para ti, ¿verdad?
- Mas de lo que ella se imagina -susurró emitiendo una leve sonrisa.
Tetsuya simplemente lo observaba asombrado. En realidad ese hombre frente a él era sincero y estaba sufriendo por no saber nada de Kaoru. Sin embargo, aunque Tetsuya era doctor y su deber era aliviar el dolor de la gente esta vez no pudo dejar de ser egoísta y mantenerse al margen del asunto. Además, estaba en juego su relación con Kaoru.
- Ken-san… -llamó su atención Ayame al jalarle suavemente la manga del gi- Si quieres Suzume y yo podemos ayudarte a buscar a Kaoru.
- Te lo agradecería mucho, Ayame-chan. Bien… Me retiró. Nuevamente les pido una disculpa por haberlos interrumpido. Megumi-dono, Tetsuya-san… Espero volver a verlos pronto.
- Cuidate mucho, Kenshin. Estaré al pendiente por si escucho o sé algo de Kaoru.
- Gracias.
Así, Ayame condujo a Kenshin a la salida mientras se lamentaba mentalmente ocultarle que Kaoru se encontraba muy cerca de ellos.
En tanto, Megumi regresaba a sus labores en la clínica no sin antes dedicarle una mirada severa a Tetsuya. Realmente estaba molesta por continuar engañando a Kenshin y más aún al darse cuenta de las intenciones del doctor hacia Kaoru.
Por su parte, Tetsuya se reunió con Kaoru detrás del árbol debajo del cual ella continuaba sentada meditando. Su rostro revelaba angustia y tristeza aunque sus ojos se mantenían clavados en sus rodillas. Él se sentó a su lado sin dejar de observarla. Tenía deseos de preguntarle muchas cosas, principalmente quién era el tal Kenshin para ella, pero algo muy dentro de él le advirtió que ese no era el momento apropiado.
- No me gusta verte así, Kaoru.
- ¿Eh?
- Me costó mucho trabajo hacerte sonreír. Sin embargo, creo que tendré que esforzarme más para que esa hermosa sonrisa nunca vuelva a irse de tu rostro.
- Tetsuya… Megumi tiene razón. Es mejor que vuelva a realidad… Que vuelva con las personas que me esperan. Solo que…
- Tienes miedo de enfrentarlas, ¿no es así?
- Kenshin no tuvo la culpa de lo que me paso… Él siempre me ha protegido y se preocupa por mi pero yo…
- Shhh… -susurró colocando su dedo índice sobre los labios de Kaoru- No es necesario que me expliques nada. Además, en estos momentos yo no podría darte un buen consejo… Los celos me lo impedirían.
Kaoru aún no podía entender cómo un hombre como Tetsuya sentía algo más que cariño fraternal por una niña como ella. Todo esto hacía surgir un sentimiento muy placentero en su pecho aumentando su autoestima de forma considerable.
- Yo mismo te llevaré dentro de dos días a tu casa. Mientras tanto no pienses más en el pasado. Dame el gusto de disfrutar de tu compañía y de tu felicidad este corto tiempo, ¿si?
Tetsuya comenzó a secar los rastros de lágrimas que quedaban en el rostro de Kaoru con ambas manos mientras ella le miraba fijamente, sin moverse o articular gesto alguno, ni siquiera cuando él se acerco para besar suavemente sus labios. Le era difícil creer que su primer beso no se lo estaba dando Kenshin, sin embargo era tan dulce y tierno como ella siempre soñó que iba a ser.
Cuando ese hermoso momento terminó Kaoru recuperó parte de la esperanza que había perdido el día que había decidido mantenerse alejada de la persona que amaba por ser indigna de su cariño. Tetsuya la estaba aceptando como era, sin importarle su pasado o los hechos que la obligaron a esconderse de sus amigos. Sencillamente ese hombre la hacia sentir necesitada, querida e importante.
- "Pero Kenshin…"
- Será mejor que te lleve a tu cuarto -la voz de Tetsuya la sacó de su meditación. El ahora estaba de pie frente a ella- Ven, dame la mano.
- "No… Ya no debo compararlos… Kenshin y Tetsuya no son iguales. Además, quiero ser feliz… aunque no sea al lado de la persona que yo anhelaba que estuviera a mi lado".
Tetsuya ayudó a Kaoru a levantarse. En agradecimiento ella le regaló una sonrisa, aquella que él tanto apreciaba. Luego ambos, tomados de la mano, se dirigieron a la habitación de Kaoru.
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Para Kaoru había llegado el momento de regresar a casa. Preparó sus cosas y aguardó a que Tetsuya fuera por ella a su habitación. Lo que nunca se imagino fue que Megumi se las arreglaría para acompañarlos ya que desde muy temprano había dejado a Ayame y Suzume con Kenshin y debía ir a recogerlas. De esa forma podría hablar con él y explicarle todo lo que había pasado desde la desaparición de su amiga.
En tanto, en el dojo Kamiya, Kenshin observaba jugar a las niñas en el patio. Aunque deseaba no dejarse llevar más por la tristeza aún no podía acostumbrarse a la ausencia de aquella chica que siempre regañaba a Yahiko durante sus entrenamientos o que jugaba con Ayame y Suzume en días tan despejados como ese. Al mirar al cielo imaginó ver el rostro sonriente de su adorada Kaoru. Necesitaba encontrarla pronto o era seguro que en poco tiempo se volvería loco.
- Ken-san… -las voces de las niñas llamaron su atención.
- ¿Eh? ¿Sucede algo, pequeñas? -disimuló una leve sonrisa.
- ¿No vas a jugar con nosotras?
- Hace mucho que no lo haces.
- Lo siento… No me he sentido muy bien estos días, Suzume-chan.
- Es por Kaoru-chan, ¿verdad?
- Si… -balbuceó luego de algunos segundos de silencio.
- ¿Tu sabes por qué se fue, Ken-san?
- Creo que… yo tuve la culpa.
- ¿Y la estás buscando para disculparte con ella?
Kenshin asintió. Las niñas se miraron una a la otra.
- Kaoru-chan y tú son como dos hermanos para nosotros, Ken-san. No nos gusta verlos separados.
- A mi… tampoco me gusta estar lejos de ella, niñas.
- Si llegaras a saber donde está ella, ¿la castigarás por haberse ido?
- No -dijo al hincarse frente a ellas- Lo primero que haré será decirle cuanto la extrañé.
- Kaoru se pondrá muy contenta cuando se lo digas.
- Si, y estoy segura que se recuperará muy pronto con tus cuidados. ¿No es así, Ayame-chan?
Ayame observó molesta a su hermanita y luego le pidió que se guardara silencio. De inmediato Kenshin supuso que ellas sabían algo de Kaoru. Deseaba preguntarles directamente pero prefirió no intimidarlas con su desesperación.
- Tienes razón, Suzume… Kaoru necesita que todos la cuidemos, pero yo no pudo hacerlo si no se donde se encuentra.
Nuevamente las niñas se miraron preocupadas. Su amigo Kenshin deseaba ayudar a Kaoru-chan y no había nada de malo en eso. Además, Megumi les había dicho que Kaoru regresaría al dojo ese día así que creyeron que no habría problema en contarle a Kenshin donde había estado ella desde el día que desapareció.
Luego de escuchar atentamente a las niñas, Kenshin salió de inmediato del dojo dejándolas a cargo de Sanosuke quien acaba de llegar al lugar.
- ¡Hey! ¿A dónde vas con tanta prisa, Kenshin?
- Traeré a Kaoru de regreso -fue lo único que le dijo antes de marcharse.
- ¡¿A…A Kaoru?! ¿Ya sabes donde está?... ¡Oye, Kenshin! ¡Aguarda!...
Sin embargo, ni Sanosuke ni ningún otro obstáculo haría a Kenshin detenerse. Su destino era la clínica de Megumi y su deseo era estrechar a Kaoru en sus brazos para nunca más dejarla alejarse de su lado.
En tanto, de camino al dojo, Megumi y Kaoru discutían de la versión que les darían a todos sobre su desaparición.
- Debemos decirle a Kenshin y a Sanosuke la verdad, ¿no crees?
- Pero Tetsuya y tú se meterán en problemas… Además… -susurró Kaoru mientras tocaba la cicatriz de su rostro- Ellos no deben saber que…
- ¿Acaso vas a ocultarles lo que pasó?
- Lo que no quiero es se sientan culpables por esto.
- Los únicos culpables son los que te atacaron y se que Kenshin y Sanosuke no se detendrán hasta encontrarlos para que paguen por su delito.
- "Megumi… Megumi tiene razón… Es una lastima que Kenshin solo lo haga para apaciguar su conciencia. Aun así… me temo que decida irse luego de eso. Se que ya no tengo ninguna esperanza de él me quiera como a una mujer pero… por lo menos, no quisiera perderlo para siempre".
Tetsuya caminaba al lado de Kaoru sin pronunciar palabra alguna. Muy dentro de él sentía molestia al escuchar el nombre de Kenshin de labios de ambas mujeres, pero lo que más le enfadaba era saber que Kaoru estaba pensando en él cada vez que el silencio se hacía presente entre ellas. ¿Por qué simplemente ella no se olvidaba de ese sujeto ahora que ya lo tenía a él a su lado?
Megumi, por su parte, sabía qué tanto molestaba todo esto a Tetsuya. Él no debió fijarse en la mujer que tanto ama Kenshin pero no podía culparlo de nada, al fin de cuentas el no sabía que Himura y el legendario Battousai eran una misma persona que defendería a muerte de ser necesario lo que era suyo.
- Ahora recuerdo que necesito hacer un encargo -se detuvo Megumi de repente frente a una tienda donde vendían diversos tipos de hierbas curativas (disculpen, no se como se llaman estos lugares) -Tetsuya-san, necesito algunos consejos tuyos. Debo comprar algunos medicamentos.
Tetsuya asintió. Megumi y él se dirigieron a la tienda pero Kaoru permaneció en su lugar.
- ¿Vienes con nosotros, Kaoru?
- ¿Eh? No… No se preocupen por mí. Yo los esperaré aquí -le sonrió para luego dirigirse a una pequeña tienda de telas que estaba a unos cuantos metros.
Algo afligido, Tetsuya se reunió con Megumi. Mientras tanto, Kaoru observaba algunas de las telas que estaban exhibidas en las afueras de la tienda. Los colores eran tan vistosos que llamaron de inmediato su atención. Se imaginó vestida con un kimono hecho de tan hermosa tela que llamara la atención de Tetsuya o Kenshin. Sin embargo, recordó que su rostro ya no era tan agradable a la vista y que no era una mujer digna de llevar sobre si prendas tan bonitas.
En ese momento, frente a esa tienda, corría un hombre pelirrojo con dirección opuesta a la que ella y sus acompañantes tenían pero se detuvo de repente al percibir un olor que llamó su atención. Al darse vuelta para buscar el origen de aquel olor a jazmín se encontró con una silueta conocida que le daba la espalda. Era una mujer vestida con un kimono azul claro con flores de sakura, su cabello estaba recogido en una cola de caballo… Kenshin se acercó poco a poco a ella con la esperanza de que su búsqueda hubiera terminado.
Kaoru sintió que alguien se acercaba a ella. Seguramente Megumi y Tetsuya habían terminado su encargo.
- ¿Tetsuya? -preguntó al darse vuelta. Definitivamente no estaba lista para enfrentarse a lo que iba a encontrar.
CONTINUARÁ
****
HOLA!!! Espero realmente sus comentarios. Me ha costado algo de trabajo seguir con el fic porque me han surgido muchas cosas que hacer pero prometo terminarlo.
¡¡GRacias a todos por sus animos!!
