Lo de siempre los personajes de R.K. no son mios.
"..." Dialogos.
*"..."* Pensamientos o dialogos internos.
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Sobreviviendo.
Capítulo 2. Conversaciónes y encuentros.
Makoto se desplazaba por el bosque para no llamar la atención de nadie. No podía recorrer los caminos ya que si
alguien lo veía, quedaria horrorizado por su condición y su presencia seria descubierta.
*"Cuanto tiempo ha pasado desde que inicié el camino de regreso a casa, tal vez una o dos semanas; era increible,
a pesar de que me cuesta mucho el caminar y de que descanso lo menos posible, no avanzo lo suficiente. Maldición este
dolor de cabeza no me deja en paz, eso tal vez sea por los golpes que me dieron en la frente, para poder debilitarme y
lograr vencerme.
Necesito encontrar otro medio de transporte para que el camino sea lo más corto posible, pero en las condiciones
que me encuentro no podré acercarme demasiado sin llamar la atención y eso es exactamente lo que no quiero, no en este
momento.
Todos aquellos trataron de eliminarme no necesitan saber que sigo vivo, no hasta que mi plan este corriendo, para que
no pudedan escapar de mi venganza."*
En eso una voz dentro de su mente replicó:
*"Pero, es en realidad venganza lo que deseas o tal vez es solo justicia; reflexiona hacerlos pagar con su vida es solamente
eso, justicia. ¿Qué acaso ellos no trataban de eliminarte para que no los pudieras delatar, para qué no dijeras todo lo que
conoces sobre sus corrupciones y maldades?" *
Nuevamente se detuvo, necesitaba reunir todas las fuerzas posibles para poder continuar. El camino que tendria que
recorrer aún era largo.
*"¿Qué posibilidades tengo de seguir con vida?"* la voz de su mente le preguntaba.
Esas voces en su mente habian aparecido desde que se encontraba inconciente. Tal vez solo era su espiritu y su mente
en plena comuniciación. Él era solo un cuerpo dañado el cual, ahora solo necesitaba descansar un poco, para después
continuar y vencer a aquellos que le habían querido arrebatar la vida.
Encontró un muy buen lugar, bajo un frondoso árbol y por lo visto el bosque ese día estaba muy callado; demasíado
como para ser un buen presagio. El cielo se veia calmado, pero por lo visto pronto lloveria. Se incorporó y buscó un
buen refugio para que esa leve ventisca no lo hiciera sentir el calor insoportable del fuego.
Aunque un poco tarde y con varias de sus vendas húmedas por las gotas de la recien iniciada lluvia, tuvo la suerte
de encontrar un refugio, cerca de donde estaban unas réplicas de el gran profeta, del cual su abuelo unas cuantas
veces le contó, que servian para que los débiles creyesen que alguien más controlaba sus vidas.
*"Me siento un poco cansado como para seguir caminando"* Más la otra voz que vivia dentro de su cabeza le dijo:
*"Pero, no te duermas. Recuerda que alguien puede llegar y en las condiciones en las que nos encontramos, puede
llegar a ser fatal."*
*"Lo sé. No tienes que repetirmelo, desde que intentaron aniquilarme prometí que no volvería a cometer ningun error."
"No tienes por que ser tan cruel. Además no creo que con esta lluvia alguien camine bajo ella y en el bosque.
Necesitaria estar desesperado, perdido o ser un tonto."*
*"Si, tienes razón."* Pero de pronto oyó crujir algunas hojas y ramas. Su sentido ahora mucho más agudizado, por sus
heridas supo que alguien se acercaba a ese lugar y la voz de su mente le comentó:
*"¿Escuchaste?"
"Si. No tienes que preocuparte, aparentaremos lo que no somos."*
Tranquilamente se acercó un hombre de piel bronceada, con vestiduras parecidas a las de un monje; el cual sin
temor alguno questionó a Makoto:
"Viajero, ¿necesitas ayuda?"
"No" respondió Makoto con la frialdad necesaria como para que el hombre no le preguntara más.
"Bueno, te acompañaré mientras la lluvia cesa."
"¿Has lo qué desees?"
Makoto podía percibir el gen-ki que ese hombre despedía. Aunque deseara esconderlo era lo suficientemente poderoso
como para ser detectado por alguien como él; un gran espadachín.
*"¿Sentiste eso?, valla que este 'monje' es poderoso. Nunca había conocido a uno como este. Parece que tiene
un sentimiento reprimido dentro de sí."* Le dijo esa voz a la cual ahora estaba más que acostumbrado a escuchar.
Ambos yacian sentados lo suficientemente alejado uno del otro, y aunque Makoto solo lo observaba de reojo, no perdía un
solo movimiento del monje. No era un monje muy viejo, tampoco uno muy joven; era tal vez mucho mayor que él, pero
decidió no bajar la guardia. Tal vez era como él, alguien quien solo aparentaba ser alguien quien no era.
De pronto escucho al otro que le decia:
"Parece que te encuentras muy herido. Conozco algunas plantas medicinales las cuales te podrian ayudar. No tienes que
decirme tu nombre si no lo deseas. Pero creo que necesitas ayuda."
"Se que un monje se preocupa por los seres humanos, pero, no tienes que preocuparte por mí, sino por tí."
"Reconozco que en cualquier momento puedes intentar atacarme con la espada que llevas a un costado tuyo, haciendolo
pasar por bastón, pero en las condiciones en las que te encuentras no creo que puedas con la fuerza física que poseo."
Con un poco de perturbación espiritual y con la mayor serenidad de la que hizo acopio contestó:
"¿Te diste cuenta?"
"¿De qué? De que eres un espadachín. Claro, tus ojos y tu ki te delatan. Es casi perfecta la sombra con la que ocultas
tu presencia, pero, creo que eres mucho muy poderoso como para que la puedas ocultar por completo."
"¿Acaso no tienes miedo?"
"Si te refieres al morir. No. La muerte es solo un proceso para la exaltación del alma. Tracender ese es mi unico deseo
y meta en la vida es acabar con con la infelicidad de mis semejantes."
"Tengo la ligera impresión de que buscamos lo mismo, pero con diferentes posiciones."
"Tal vez. La lluvia pronto cesara y si lo deseas te puedo ayudar."
"¿Qué deseas a cambio de tu ayuda?"
"Por lo pronto, nada."
"¿Si deseas dinero?, yo lo tengo. No aqui conmigo, sino en otro lugar, más seguro."
"El dinero no me interesa. Pero tal vez algun día puedas devolverme el favor."
"Claro. Por lo pronto tu y yo nos conformaremos con dejarnos con vida."
"Si, eso es suficiente por el momento."
Tal como le habia dicho ese monje, la lluvia cesó. Fue a buscar algunas plantas medicinales, al igual que algo para comer y poder
proveerlos de un buen fuego. Al regresar, miro a Makoto retirando unas vendas de su brazo.
"Puedo saber quien te hizo esto. Claro, si no me lo quieres decir..."
"No tengo ningun inconveniente en decirtelo. Esto me lo hizo el nuevo gobierno, este el cual yo puedo destruir con solo decir lo que
se de él; pero primero,tengo que recuperarme. Mi mayor propósito es convertir al Japón en un gran país y este gobierno solo los
esta llevando a la perdición."
"Entonces tu quieres acabar con ellos para entregarle la grandeza a nuestro hermoso país. Parece en verdad si tenemos algo en común."
"Si, ambos deseamos engrandecer al Japón."
El monje le proporcionaba un extracto de una mezcla de plantas y flores, las cuales le producian un efecto calmante. Cubria parte por
parte, pero nunca bajó la guardia. No estaba muy seguro de poder confiar en alguien como él. Y de pronto la voz dentro
de su cerebro se dejo escuchar nuevamente.
*"Parece que podemos encontrar un aliado en él. ¿Tal vez si logramos que concuerde con nuestras ideas, podamos hacerlo
trabajar para nosotros"
"No. Ahora no podemos arriesgarnos a nada. Un paso en falso y lo que hemos avanzado se vendrá abajo. Necesitamos un
poco más de tiempo. El solo se nos querrá unir para poder derrocar a este gobierno. Ya lo verás."
"Eso espero. No podemos aceptar un solo error de cálculo en nuestros próximos planes."*
El monje le ayudo con los vendajes de su cuerpo. Ambos comieron lo que el monje habia cocinado. Pronto el monje le sugirió
que viajara con él para cuidarlo un poco más y lo invitó a uno de los monasterios que se encontraban en los miradores de la ciudad
de Ise. Makoto supo inmediatamente que pronto su camino llegaria a su primera meta.
*"Claro dentro de poco podré llegar a la que era mi casa y con los cuidados de éste, y tal vez otros monjes mi recuperación sea
mucho más rápida."*
Pasaron dos días más de camino, el cual fué un poco tortuoso por la precaria condición de Makoto. Pero el monje acostumbrado a
la meditación disfrutaba el descanzar en el largo caminar para poder disfrutar del paísaje que el lugar en donde se encontraban le
proveia. Tampoco hablaba mucho, cosa que agradeció Makoto porque, de esa manera siguio conversando con su yo interno.
Sin mucho tiempo de retraso según le informó el monje a Makoto, llegaron al templo. No estaba en muy buenas condiciones, más
la ayuda que le podrían proporcionar en el lugar sería provechosa. Los cuidados de los monjes, pronto dieron sus frutos y su
condición mejoró drásticamente. Uno de los médicos el cual era amigo de los monjes más ancianos, les dijo, cuando creyó que
Makodo dormía, de que no debería hacer mucho ejercicio físico. Que procuraran que no hiciera mucho esfuerzo o alguna actividad
por más de 20 ó 15 minutos; ya que las quemaduras habían deshecho la piel y las glándulas sudoriparas estaban sumamente dañadas.
Si se excedía podría morir. Después de escuchar esto muchos de los monjes le consentían, en especial los mayores; los cuales eran
un poco más aceptados por la personalidad de Makoto. Pasaron un poco más de seis meses de su llegada al monasterio y su
recuperación. Algunos monjes no creyeron que lograra sobrevivir y muchos de ellos se sorprendieron por la rapidez de su mejoría.
Makoto pronto tuvo la fuerza física necesaria para realizar algunos trabajos físicos, los cuales le servian no solo para su recuperación, sino
para poder seguir con su camino, y con su venganza.
No podía creer que dentro de ese lugar se albergaran tan distintos tipos de personas, mientras estuvo dentro de las paredes de ese
monasterio se dió cuenta de que mucho de ellos eran seres sumamente débiles, de esos que tanto abundaban en el mundo;
otros tal vez no tan débiles, pero que nunca podrían conocer su potencial por estar bajo el código de extricta disciplina y abandono
a las ordenes de sus superiores; algunos un poco más fuertes, pero que deseaban estar dentro de los límites que marcaban sus
superiores, y otros que tenían toda la fortaleza necesaria, y sobre todo seres de los que podría aprovecharse, si es que alguna vez
los necesitaba. Solo necesitaba poder encontrar una debilidad para poder manipularlos. Pronto, tal vez muy pronto las cosas
cambien, y seran para el benefício de su persona. Con lo que los había espiado y meditado tambien, encontró la mejor manera de
planear una venganza. Lenta y cruel para aquellos que en su infancia lo habían molestado y habían perturbado su tranquilidad.
Esos seres que habían sido la primera causa de que su abuelo hubiese muerto y de que él hubiera estado apunto de morir.
Se despidió de aquellos monjes que le habían cuidado, siempre había que ser respetuoso, ofrecer miel, para que nunca detectaran
el veneno. Había logrado reunir datos sobre los hombres que habían atacado su casa, y ahora que podía hacerlo los mataría.
Fin del segundo capítulo
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Segundo capítulo tal vez un poco más esquizofrénico de lo que se necesitaba, pero igual de aburrido. Gracias por los comentarios,
trataré de que se libere la pantalla de C/C.
"..." Dialogos.
*"..."* Pensamientos o dialogos internos.
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Sobreviviendo.
Capítulo 2. Conversaciónes y encuentros.
Makoto se desplazaba por el bosque para no llamar la atención de nadie. No podía recorrer los caminos ya que si
alguien lo veía, quedaria horrorizado por su condición y su presencia seria descubierta.
*"Cuanto tiempo ha pasado desde que inicié el camino de regreso a casa, tal vez una o dos semanas; era increible,
a pesar de que me cuesta mucho el caminar y de que descanso lo menos posible, no avanzo lo suficiente. Maldición este
dolor de cabeza no me deja en paz, eso tal vez sea por los golpes que me dieron en la frente, para poder debilitarme y
lograr vencerme.
Necesito encontrar otro medio de transporte para que el camino sea lo más corto posible, pero en las condiciones
que me encuentro no podré acercarme demasiado sin llamar la atención y eso es exactamente lo que no quiero, no en este
momento.
Todos aquellos trataron de eliminarme no necesitan saber que sigo vivo, no hasta que mi plan este corriendo, para que
no pudedan escapar de mi venganza."*
En eso una voz dentro de su mente replicó:
*"Pero, es en realidad venganza lo que deseas o tal vez es solo justicia; reflexiona hacerlos pagar con su vida es solamente
eso, justicia. ¿Qué acaso ellos no trataban de eliminarte para que no los pudieras delatar, para qué no dijeras todo lo que
conoces sobre sus corrupciones y maldades?" *
Nuevamente se detuvo, necesitaba reunir todas las fuerzas posibles para poder continuar. El camino que tendria que
recorrer aún era largo.
*"¿Qué posibilidades tengo de seguir con vida?"* la voz de su mente le preguntaba.
Esas voces en su mente habian aparecido desde que se encontraba inconciente. Tal vez solo era su espiritu y su mente
en plena comuniciación. Él era solo un cuerpo dañado el cual, ahora solo necesitaba descansar un poco, para después
continuar y vencer a aquellos que le habían querido arrebatar la vida.
Encontró un muy buen lugar, bajo un frondoso árbol y por lo visto el bosque ese día estaba muy callado; demasíado
como para ser un buen presagio. El cielo se veia calmado, pero por lo visto pronto lloveria. Se incorporó y buscó un
buen refugio para que esa leve ventisca no lo hiciera sentir el calor insoportable del fuego.
Aunque un poco tarde y con varias de sus vendas húmedas por las gotas de la recien iniciada lluvia, tuvo la suerte
de encontrar un refugio, cerca de donde estaban unas réplicas de el gran profeta, del cual su abuelo unas cuantas
veces le contó, que servian para que los débiles creyesen que alguien más controlaba sus vidas.
*"Me siento un poco cansado como para seguir caminando"* Más la otra voz que vivia dentro de su cabeza le dijo:
*"Pero, no te duermas. Recuerda que alguien puede llegar y en las condiciones en las que nos encontramos, puede
llegar a ser fatal."*
*"Lo sé. No tienes que repetirmelo, desde que intentaron aniquilarme prometí que no volvería a cometer ningun error."
"No tienes por que ser tan cruel. Además no creo que con esta lluvia alguien camine bajo ella y en el bosque.
Necesitaria estar desesperado, perdido o ser un tonto."*
*"Si, tienes razón."* Pero de pronto oyó crujir algunas hojas y ramas. Su sentido ahora mucho más agudizado, por sus
heridas supo que alguien se acercaba a ese lugar y la voz de su mente le comentó:
*"¿Escuchaste?"
"Si. No tienes que preocuparte, aparentaremos lo que no somos."*
Tranquilamente se acercó un hombre de piel bronceada, con vestiduras parecidas a las de un monje; el cual sin
temor alguno questionó a Makoto:
"Viajero, ¿necesitas ayuda?"
"No" respondió Makoto con la frialdad necesaria como para que el hombre no le preguntara más.
"Bueno, te acompañaré mientras la lluvia cesa."
"¿Has lo qué desees?"
Makoto podía percibir el gen-ki que ese hombre despedía. Aunque deseara esconderlo era lo suficientemente poderoso
como para ser detectado por alguien como él; un gran espadachín.
*"¿Sentiste eso?, valla que este 'monje' es poderoso. Nunca había conocido a uno como este. Parece que tiene
un sentimiento reprimido dentro de sí."* Le dijo esa voz a la cual ahora estaba más que acostumbrado a escuchar.
Ambos yacian sentados lo suficientemente alejado uno del otro, y aunque Makoto solo lo observaba de reojo, no perdía un
solo movimiento del monje. No era un monje muy viejo, tampoco uno muy joven; era tal vez mucho mayor que él, pero
decidió no bajar la guardia. Tal vez era como él, alguien quien solo aparentaba ser alguien quien no era.
De pronto escucho al otro que le decia:
"Parece que te encuentras muy herido. Conozco algunas plantas medicinales las cuales te podrian ayudar. No tienes que
decirme tu nombre si no lo deseas. Pero creo que necesitas ayuda."
"Se que un monje se preocupa por los seres humanos, pero, no tienes que preocuparte por mí, sino por tí."
"Reconozco que en cualquier momento puedes intentar atacarme con la espada que llevas a un costado tuyo, haciendolo
pasar por bastón, pero en las condiciones en las que te encuentras no creo que puedas con la fuerza física que poseo."
Con un poco de perturbación espiritual y con la mayor serenidad de la que hizo acopio contestó:
"¿Te diste cuenta?"
"¿De qué? De que eres un espadachín. Claro, tus ojos y tu ki te delatan. Es casi perfecta la sombra con la que ocultas
tu presencia, pero, creo que eres mucho muy poderoso como para que la puedas ocultar por completo."
"¿Acaso no tienes miedo?"
"Si te refieres al morir. No. La muerte es solo un proceso para la exaltación del alma. Tracender ese es mi unico deseo
y meta en la vida es acabar con con la infelicidad de mis semejantes."
"Tengo la ligera impresión de que buscamos lo mismo, pero con diferentes posiciones."
"Tal vez. La lluvia pronto cesara y si lo deseas te puedo ayudar."
"¿Qué deseas a cambio de tu ayuda?"
"Por lo pronto, nada."
"¿Si deseas dinero?, yo lo tengo. No aqui conmigo, sino en otro lugar, más seguro."
"El dinero no me interesa. Pero tal vez algun día puedas devolverme el favor."
"Claro. Por lo pronto tu y yo nos conformaremos con dejarnos con vida."
"Si, eso es suficiente por el momento."
Tal como le habia dicho ese monje, la lluvia cesó. Fue a buscar algunas plantas medicinales, al igual que algo para comer y poder
proveerlos de un buen fuego. Al regresar, miro a Makoto retirando unas vendas de su brazo.
"Puedo saber quien te hizo esto. Claro, si no me lo quieres decir..."
"No tengo ningun inconveniente en decirtelo. Esto me lo hizo el nuevo gobierno, este el cual yo puedo destruir con solo decir lo que
se de él; pero primero,tengo que recuperarme. Mi mayor propósito es convertir al Japón en un gran país y este gobierno solo los
esta llevando a la perdición."
"Entonces tu quieres acabar con ellos para entregarle la grandeza a nuestro hermoso país. Parece en verdad si tenemos algo en común."
"Si, ambos deseamos engrandecer al Japón."
El monje le proporcionaba un extracto de una mezcla de plantas y flores, las cuales le producian un efecto calmante. Cubria parte por
parte, pero nunca bajó la guardia. No estaba muy seguro de poder confiar en alguien como él. Y de pronto la voz dentro
de su cerebro se dejo escuchar nuevamente.
*"Parece que podemos encontrar un aliado en él. ¿Tal vez si logramos que concuerde con nuestras ideas, podamos hacerlo
trabajar para nosotros"
"No. Ahora no podemos arriesgarnos a nada. Un paso en falso y lo que hemos avanzado se vendrá abajo. Necesitamos un
poco más de tiempo. El solo se nos querrá unir para poder derrocar a este gobierno. Ya lo verás."
"Eso espero. No podemos aceptar un solo error de cálculo en nuestros próximos planes."*
El monje le ayudo con los vendajes de su cuerpo. Ambos comieron lo que el monje habia cocinado. Pronto el monje le sugirió
que viajara con él para cuidarlo un poco más y lo invitó a uno de los monasterios que se encontraban en los miradores de la ciudad
de Ise. Makoto supo inmediatamente que pronto su camino llegaria a su primera meta.
*"Claro dentro de poco podré llegar a la que era mi casa y con los cuidados de éste, y tal vez otros monjes mi recuperación sea
mucho más rápida."*
Pasaron dos días más de camino, el cual fué un poco tortuoso por la precaria condición de Makoto. Pero el monje acostumbrado a
la meditación disfrutaba el descanzar en el largo caminar para poder disfrutar del paísaje que el lugar en donde se encontraban le
proveia. Tampoco hablaba mucho, cosa que agradeció Makoto porque, de esa manera siguio conversando con su yo interno.
Sin mucho tiempo de retraso según le informó el monje a Makoto, llegaron al templo. No estaba en muy buenas condiciones, más
la ayuda que le podrían proporcionar en el lugar sería provechosa. Los cuidados de los monjes, pronto dieron sus frutos y su
condición mejoró drásticamente. Uno de los médicos el cual era amigo de los monjes más ancianos, les dijo, cuando creyó que
Makodo dormía, de que no debería hacer mucho ejercicio físico. Que procuraran que no hiciera mucho esfuerzo o alguna actividad
por más de 20 ó 15 minutos; ya que las quemaduras habían deshecho la piel y las glándulas sudoriparas estaban sumamente dañadas.
Si se excedía podría morir. Después de escuchar esto muchos de los monjes le consentían, en especial los mayores; los cuales eran
un poco más aceptados por la personalidad de Makoto. Pasaron un poco más de seis meses de su llegada al monasterio y su
recuperación. Algunos monjes no creyeron que lograra sobrevivir y muchos de ellos se sorprendieron por la rapidez de su mejoría.
Makoto pronto tuvo la fuerza física necesaria para realizar algunos trabajos físicos, los cuales le servian no solo para su recuperación, sino
para poder seguir con su camino, y con su venganza.
No podía creer que dentro de ese lugar se albergaran tan distintos tipos de personas, mientras estuvo dentro de las paredes de ese
monasterio se dió cuenta de que mucho de ellos eran seres sumamente débiles, de esos que tanto abundaban en el mundo;
otros tal vez no tan débiles, pero que nunca podrían conocer su potencial por estar bajo el código de extricta disciplina y abandono
a las ordenes de sus superiores; algunos un poco más fuertes, pero que deseaban estar dentro de los límites que marcaban sus
superiores, y otros que tenían toda la fortaleza necesaria, y sobre todo seres de los que podría aprovecharse, si es que alguna vez
los necesitaba. Solo necesitaba poder encontrar una debilidad para poder manipularlos. Pronto, tal vez muy pronto las cosas
cambien, y seran para el benefício de su persona. Con lo que los había espiado y meditado tambien, encontró la mejor manera de
planear una venganza. Lenta y cruel para aquellos que en su infancia lo habían molestado y habían perturbado su tranquilidad.
Esos seres que habían sido la primera causa de que su abuelo hubiese muerto y de que él hubiera estado apunto de morir.
Se despidió de aquellos monjes que le habían cuidado, siempre había que ser respetuoso, ofrecer miel, para que nunca detectaran
el veneno. Había logrado reunir datos sobre los hombres que habían atacado su casa, y ahora que podía hacerlo los mataría.
Fin del segundo capítulo
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Segundo capítulo tal vez un poco más esquizofrénico de lo que se necesitaba, pero igual de aburrido. Gracias por los comentarios,
trataré de que se libere la pantalla de C/C.
