Capitulo2 "pequeños reencuentros"
-Segura que lo traías-pregunto Kasumi un poco enfadada por el descuido de su compañera. A veces la desesperaba tanto, pero en fin era su amiga.
-si, a lo mejor lo deje caer y tal vez... no, no pueden leerlo-dijo Sakura en su total desesperación, ese poema que tenia ahí no era muy importante, solo era una dinámica que le encargaron hacer, pero era algo... romántica.
-mejor ve a pedir la orden de la mesa 8, al rato seguimos buscando... ¡donde demonios esta!-dijo gritando, lo que faltaba era que al nuevo empleado se le hubiera hecho tarde.
-no te desesperes, bien en u momento vengo-dijo Sakura sonriendo, definitivamente ella era demasiado desesperada.
Avanzo feliz hacia la mesa, que estaba ocupada por dos mujeres: una mucho mayor que ella con el cabello corto y castaño y ojos azules claros y la otra parecía tener su edad tenia el cabello negro grisáceo y unos profundos ojos azules.
-gustan ordenar algo-pregunto Sakura sonriendo, esas dos mujeres le eran muy familiares -"podrá ser"-pensó
-Sí, claro, un... -pero la mujer no termino, observaba a Sakura atentamente y la pobre se sentía cada vez mas avergonzada, pues la joven la imitaba: tambien la observaba.
-"no puede ser"-pensó Sakura-"dos veces en un día, es demasiado". Entonces la joven sonrió alegremente, Sakura la observo se parecía tanto a... .
-¡ah!, Tanto tiempo sin vernos-grito al fin la joven llena de alegría-Vamos Sakura, soy yo Tomoyo Daidouji, ¿me recuerdas?.
Sakura no dijo nada, solo abrió los ojos asombrada. ¿Acaso podía ser que la persona en la que tanto pensó hoy, estuviera ahora enfrente de ella?
-en verdad eres Sakura-exclamo la mujer-verdad que si lo eres-agrego casi llorando.
-Sí... ¡Tomoyo, señora Sonomi!, Cuanto las extrañe-dijo al fin Sakura abrazándolas a las dos y llorando al mismo tiempo, era la primera vez en 4 años que lloraba de felicidad.
OOOOOOOOOOOOOOOO
Una chica, de anteojos y pelo castaño hasta los hombros, caminaba feliz... había encontrado lo que buscaba: un libro de terror.
Esos libros habían sido su fascinación de niña y aun lo era. Pero, pensándolo bien ese libro era muy especial, nunca lo había visto y le hacia recordar que hace 10 años, cuando era niña, tuvo en su poder un libro en el que ella tenia que continuar la historia, pero extrañamente desapareció y jamas lo volvió a encontrar.
Naoko Yanahizawa seguía siendo la numero uno en materia de libros de terror y eso la hacia muy feliz. No en vano desperdicio los años en que vivió en Kyoto, para descubrir leyendas, mitos, etc.
-"pensándolo bien"-pensó-"este libro es demasiado raro, la portada si que es escalofriante"- ¿por qué lo dijo? La verdad era que esa portada verdaderamente lo era: era como un monje que tenia algo en las manos, algo que Naoko no podía ver bien.
Estaba tan perdida en sus pensamientos, medio emocionantes y medio temerosos, cuando sin ver por donde iba choco con un joven de cabello negro y con expresión risueña.
-lo siento-murmuro Naoko-no me fije-y se dispuso a buscar el libro, que había salido volando y había aterrizado en las manos del joven.
-es un libro de terror-dijo mirándolo-por cierto sabias que leer los libros de terror es una costumbre de occidente, la verdad la gente se junta en grupos y en un lugar y hora determinada... -
Naoko tenia una gota gigantesca y de pronto le vino a la mente la imagen de un chico que contaba mentiras... . -¿tu nombre no es Yamazaki?- pregunto
-si, así me llamo, acaso ¿te conozco?-pregunto confundido y luego pensó en sus amigos de primaria, entre ellos había una niña a quien le gustaba leer y contar historias de terror.
-eres Naoko-dijo al fin Yamazaki- vaya que no has cambiado mucho-agrego entregándole el libro.
-ni tu tampoco-sonrió Naoko-sigues diciendo mentiras, pensé que se había quitado cuando Hiraguizawa se había marchado a Inglaterra-.
-pues creo que no-se burlo Yamazaki-por cierto sabes leer ese libro- pregunto. Pues cuando lo había tenido en sus manos lo había hojeado y digamos que el idioma en que estaba escrito no era entendible.
-Por que lo preguntas-y Naoko lo hojeo y se dio cuenta que ni siquiera le entendía-pero como-exclamo.
-yo no le hice nada-dijo Yamazaki-por que no lo devuelves-le sugirió pensativo. La verdad nunca se había encontrado con algo así.
-tienes razón, me acompañas. Además creo que tenemos mucho de que hablar- dijo Naoko un poco confundida por el cambio extraño del libro, pues ella lo había hojeado en la biblioteca y no había encontrado nada malo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Todo el escritorio era un completo desorden pues hojas y libros con extraños signos estaban esparcidos por todo el lugar.
Un joven de 20 años se encontraba paseando por la habitación. Supuestamente debería haber un libro que explicaba detalladamente todo. Pero... ¿dónde demonios estaba?
Se quito las gafas y las limpio tranquilamente, después de todo el no tenía que ver mucho en eso, es mas parecía que solo era uno de sus caprichos.
Pero personas cercanas a el si que lo estaban, un ejemplo: Aquella niña (aunque obvio ya no lo era) japonesa... Sakura.
Aunque hacia mucho tiempo que no oía hablar de ella estaba seguro de que estaba en alguna parte y seria mejor encontrarla pronto antes que "esa cosa" lo hiciera primero.
-Eriol-lo interrumpió una voz un tanto seria-has estado ahí todo el día, no piensas salir-. Era Nakuru Akizuki su "prima". En realidad había olvidado que era su primer día en Japón y que seguramente Nakuru quería disfrutarlo.
La verdad Nakuru no había cambiado mucho seguía teniendo el cabello largo y café y la misma trenza, aunque lo que había cambiado era su carácter, pues no se cansaba de perseguir a los hombres que le gustaban.
-no, pero ¿por qué no vas sola?-contesto Eriol sonriendo-me parece que buscaras a Kinomoto-. Recordó claramente que hace 10 años ella solía perseguirlo.
-¿Kinomoto?-se pregunto la guardiana-Así ya recuerdo... hace mucho que no pensaba en eso... espero que aun siga disponible-rió pícaramente y se fue.
Eriol negó con la cabeza, Nakuru jamás cambiaria. Aun recordaba los días en que conoció a Sakura y que estuvo haciendo toda clase de favores, solamente para molestar a una persona: Shaoran Li.
Sonrió ampliamente al recordar como lo hacia enfadar con sus amabilidades hacia la card captor, pero al menos pudo hacerlo confesar sus sentimientos.
-me pregunto si realmente lo que pensé hace años, de esos dos, será ahora realidad-murmuro divertido
OOOOOOOOOOOO
Sonomi Daidouji miro con desaprobación el pequeño apartamento en el que vivía Sakura y que Yukito solía vivir los fines de semana.
Mientras tanto Sakura y Tomoyo platicaban animadamente... hacia bastante tiempo que no lo hacían. Había tanto que platicar, comentar, etc. Sakura se entero de que Tomoyo tenia algunas tiendas de ropa, que había viajado mucho y muchas cosas.
Sakura tambien les había platicado de lo que fue de su familia. Sonomi no pudo evitar sentirse demasiado triste por la suerte que corrió Fujitaka Kinomoto, pero Sakura le explico lo que tantas veces le había dicho Yukito y hasta el mismo Fujitaka de que ellos estaban en un lugar hermoso cuidándola.
-definitivamente, no puedes vivir aquí-dijo Sonomi-¡ah!... lo tengo vivirás con nosotras por un tiempo, mientras consigo un apartamento decente-.
-pero... y Yukito-pregunto Sakura un poco asustada por la decisión de Sonomi.
-no te preocupes por el querida, tambien vendrá. Fue muy valiosa su compañía cuando tu estabas sola ¿verdad?... lo menos que puedo hacer es tambien ayudarlo-dijo Sonomi muy alegre.-por cierto... no volverás al restaurante... yo podré pagar la Universidad, es lo menos que puedo hacer-.
Sakura acepto era lo único que podía hacer para satisfacer los deseos de Sonomi. Ya podía verse anochecer desde el balcón del apartamento. Sonomi hacia unas llamadas, pero Tomoyo veía pensativa a Sakura.
-Pasa algo, Sakura-pregunto un poco preocupada.
-no, es solo que... pensaba en un poema que yo hice y que se me perdió-dijo un poco avergonzada.
-ya veras que lo encontraras-dijo Tomoyo sonriente-Ya sé, mañana te llevare de compras y veras que nos divertiremos-dijo súbitamente alegre
-no iras... a llevarme a una de tus tiendas ¿verdad?-pregunto Sakura nerviosa, después de todo, Tomoyo seguía siendo casi la misma... ¿Acaso La Iba A Vestir Con La Ropa Que Ella Diseñaba?
Pero Tomoyo no le hizo caso y siguió haciendo planes, mientras Sakura la seguía preguntándole de sus ideas... mientras tanto la primera estrella aparecía en el Horizonte...
-Segura que lo traías-pregunto Kasumi un poco enfadada por el descuido de su compañera. A veces la desesperaba tanto, pero en fin era su amiga.
-si, a lo mejor lo deje caer y tal vez... no, no pueden leerlo-dijo Sakura en su total desesperación, ese poema que tenia ahí no era muy importante, solo era una dinámica que le encargaron hacer, pero era algo... romántica.
-mejor ve a pedir la orden de la mesa 8, al rato seguimos buscando... ¡donde demonios esta!-dijo gritando, lo que faltaba era que al nuevo empleado se le hubiera hecho tarde.
-no te desesperes, bien en u momento vengo-dijo Sakura sonriendo, definitivamente ella era demasiado desesperada.
Avanzo feliz hacia la mesa, que estaba ocupada por dos mujeres: una mucho mayor que ella con el cabello corto y castaño y ojos azules claros y la otra parecía tener su edad tenia el cabello negro grisáceo y unos profundos ojos azules.
-gustan ordenar algo-pregunto Sakura sonriendo, esas dos mujeres le eran muy familiares -"podrá ser"-pensó
-Sí, claro, un... -pero la mujer no termino, observaba a Sakura atentamente y la pobre se sentía cada vez mas avergonzada, pues la joven la imitaba: tambien la observaba.
-"no puede ser"-pensó Sakura-"dos veces en un día, es demasiado". Entonces la joven sonrió alegremente, Sakura la observo se parecía tanto a... .
-¡ah!, Tanto tiempo sin vernos-grito al fin la joven llena de alegría-Vamos Sakura, soy yo Tomoyo Daidouji, ¿me recuerdas?.
Sakura no dijo nada, solo abrió los ojos asombrada. ¿Acaso podía ser que la persona en la que tanto pensó hoy, estuviera ahora enfrente de ella?
-en verdad eres Sakura-exclamo la mujer-verdad que si lo eres-agrego casi llorando.
-Sí... ¡Tomoyo, señora Sonomi!, Cuanto las extrañe-dijo al fin Sakura abrazándolas a las dos y llorando al mismo tiempo, era la primera vez en 4 años que lloraba de felicidad.
OOOOOOOOOOOOOOOO
Una chica, de anteojos y pelo castaño hasta los hombros, caminaba feliz... había encontrado lo que buscaba: un libro de terror.
Esos libros habían sido su fascinación de niña y aun lo era. Pero, pensándolo bien ese libro era muy especial, nunca lo había visto y le hacia recordar que hace 10 años, cuando era niña, tuvo en su poder un libro en el que ella tenia que continuar la historia, pero extrañamente desapareció y jamas lo volvió a encontrar.
Naoko Yanahizawa seguía siendo la numero uno en materia de libros de terror y eso la hacia muy feliz. No en vano desperdicio los años en que vivió en Kyoto, para descubrir leyendas, mitos, etc.
-"pensándolo bien"-pensó-"este libro es demasiado raro, la portada si que es escalofriante"- ¿por qué lo dijo? La verdad era que esa portada verdaderamente lo era: era como un monje que tenia algo en las manos, algo que Naoko no podía ver bien.
Estaba tan perdida en sus pensamientos, medio emocionantes y medio temerosos, cuando sin ver por donde iba choco con un joven de cabello negro y con expresión risueña.
-lo siento-murmuro Naoko-no me fije-y se dispuso a buscar el libro, que había salido volando y había aterrizado en las manos del joven.
-es un libro de terror-dijo mirándolo-por cierto sabias que leer los libros de terror es una costumbre de occidente, la verdad la gente se junta en grupos y en un lugar y hora determinada... -
Naoko tenia una gota gigantesca y de pronto le vino a la mente la imagen de un chico que contaba mentiras... . -¿tu nombre no es Yamazaki?- pregunto
-si, así me llamo, acaso ¿te conozco?-pregunto confundido y luego pensó en sus amigos de primaria, entre ellos había una niña a quien le gustaba leer y contar historias de terror.
-eres Naoko-dijo al fin Yamazaki- vaya que no has cambiado mucho-agrego entregándole el libro.
-ni tu tampoco-sonrió Naoko-sigues diciendo mentiras, pensé que se había quitado cuando Hiraguizawa se había marchado a Inglaterra-.
-pues creo que no-se burlo Yamazaki-por cierto sabes leer ese libro- pregunto. Pues cuando lo había tenido en sus manos lo había hojeado y digamos que el idioma en que estaba escrito no era entendible.
-Por que lo preguntas-y Naoko lo hojeo y se dio cuenta que ni siquiera le entendía-pero como-exclamo.
-yo no le hice nada-dijo Yamazaki-por que no lo devuelves-le sugirió pensativo. La verdad nunca se había encontrado con algo así.
-tienes razón, me acompañas. Además creo que tenemos mucho de que hablar- dijo Naoko un poco confundida por el cambio extraño del libro, pues ella lo había hojeado en la biblioteca y no había encontrado nada malo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Todo el escritorio era un completo desorden pues hojas y libros con extraños signos estaban esparcidos por todo el lugar.
Un joven de 20 años se encontraba paseando por la habitación. Supuestamente debería haber un libro que explicaba detalladamente todo. Pero... ¿dónde demonios estaba?
Se quito las gafas y las limpio tranquilamente, después de todo el no tenía que ver mucho en eso, es mas parecía que solo era uno de sus caprichos.
Pero personas cercanas a el si que lo estaban, un ejemplo: Aquella niña (aunque obvio ya no lo era) japonesa... Sakura.
Aunque hacia mucho tiempo que no oía hablar de ella estaba seguro de que estaba en alguna parte y seria mejor encontrarla pronto antes que "esa cosa" lo hiciera primero.
-Eriol-lo interrumpió una voz un tanto seria-has estado ahí todo el día, no piensas salir-. Era Nakuru Akizuki su "prima". En realidad había olvidado que era su primer día en Japón y que seguramente Nakuru quería disfrutarlo.
La verdad Nakuru no había cambiado mucho seguía teniendo el cabello largo y café y la misma trenza, aunque lo que había cambiado era su carácter, pues no se cansaba de perseguir a los hombres que le gustaban.
-no, pero ¿por qué no vas sola?-contesto Eriol sonriendo-me parece que buscaras a Kinomoto-. Recordó claramente que hace 10 años ella solía perseguirlo.
-¿Kinomoto?-se pregunto la guardiana-Así ya recuerdo... hace mucho que no pensaba en eso... espero que aun siga disponible-rió pícaramente y se fue.
Eriol negó con la cabeza, Nakuru jamás cambiaria. Aun recordaba los días en que conoció a Sakura y que estuvo haciendo toda clase de favores, solamente para molestar a una persona: Shaoran Li.
Sonrió ampliamente al recordar como lo hacia enfadar con sus amabilidades hacia la card captor, pero al menos pudo hacerlo confesar sus sentimientos.
-me pregunto si realmente lo que pensé hace años, de esos dos, será ahora realidad-murmuro divertido
OOOOOOOOOOOO
Sonomi Daidouji miro con desaprobación el pequeño apartamento en el que vivía Sakura y que Yukito solía vivir los fines de semana.
Mientras tanto Sakura y Tomoyo platicaban animadamente... hacia bastante tiempo que no lo hacían. Había tanto que platicar, comentar, etc. Sakura se entero de que Tomoyo tenia algunas tiendas de ropa, que había viajado mucho y muchas cosas.
Sakura tambien les había platicado de lo que fue de su familia. Sonomi no pudo evitar sentirse demasiado triste por la suerte que corrió Fujitaka Kinomoto, pero Sakura le explico lo que tantas veces le había dicho Yukito y hasta el mismo Fujitaka de que ellos estaban en un lugar hermoso cuidándola.
-definitivamente, no puedes vivir aquí-dijo Sonomi-¡ah!... lo tengo vivirás con nosotras por un tiempo, mientras consigo un apartamento decente-.
-pero... y Yukito-pregunto Sakura un poco asustada por la decisión de Sonomi.
-no te preocupes por el querida, tambien vendrá. Fue muy valiosa su compañía cuando tu estabas sola ¿verdad?... lo menos que puedo hacer es tambien ayudarlo-dijo Sonomi muy alegre.-por cierto... no volverás al restaurante... yo podré pagar la Universidad, es lo menos que puedo hacer-.
Sakura acepto era lo único que podía hacer para satisfacer los deseos de Sonomi. Ya podía verse anochecer desde el balcón del apartamento. Sonomi hacia unas llamadas, pero Tomoyo veía pensativa a Sakura.
-Pasa algo, Sakura-pregunto un poco preocupada.
-no, es solo que... pensaba en un poema que yo hice y que se me perdió-dijo un poco avergonzada.
-ya veras que lo encontraras-dijo Tomoyo sonriente-Ya sé, mañana te llevare de compras y veras que nos divertiremos-dijo súbitamente alegre
-no iras... a llevarme a una de tus tiendas ¿verdad?-pregunto Sakura nerviosa, después de todo, Tomoyo seguía siendo casi la misma... ¿Acaso La Iba A Vestir Con La Ropa Que Ella Diseñaba?
Pero Tomoyo no le hizo caso y siguió haciendo planes, mientras Sakura la seguía preguntándole de sus ideas... mientras tanto la primera estrella aparecía en el Horizonte...
