Notas del autor: les gusta cómo va? Si es así escríbanme, sino guárdense
sus comentarios! Ya saben críticas (constructivas), dinero, declaración,
programas, fotos o algo así escríbanme a benikaido@hotmail.com
Capítulo 3: Orochi Killers. Mature se levantó lentamente, sentía las piernas pesadas, los brazos adoloridos y su cabeza a punto de estallar. Buscó con la vista esperando encontrar el origen de la mística voz que había escuchado. Pero nada. No había nadie con ella. Solo cadáveres. -¿Qué pasó aquí?- susurró para sus adentros Mature, asustada. -¿Hay alguien?- no recibió respuesta alguna. No había nada ni nadie vivo ahí. Hasta las plantas que decoraban (pobremente por cierto) estaban quemadas. Parecía como si un incendio se hubiera producido en el lugar. Mature volvió a contemplar el lugar, de forma más detallada. Los muebles destrozados (algunos quemados incluso), los cadáveres, los vidrios por todas partes, las botellas rotas, la sangre, las plantas quemadas. "Por Dios" pensó cuando encontró dos esqueletos. ¿Cómo era posible? El desastre parecía haber tenido lugar hace pocos minutos, por lo que era imposible encontrar algún esqueleto. Pero esos huesos estaban ahí, lo peor es que estaban perfectamente armados, como si la carne se hubiera desecho sin dañar los huesos. "Debo llamar a alguien" pensó para sus adentros y salió del bar a todo lo que daban sus cansadas piernas.
************
"¿Está viva?" "Sí, solo inconsciente" "Espero que se recupere pronto, hay demasiada gente aquí". Vice abrió lentamente sus ojos, miró hacia arriba. Una habitación blanca, personas vestidas de blanco, cama blanca con ropa blanca. ¡Todo era blanco! Volvió a cerrar sus ojos, sintió cuando era transportada en la camilla. No sabía hacia donde era llevada, tampoco le importaba mucho, sabía que podría librarse de cualquier situación. "Despierte", la voz de un hombre vestido de blanco la sacó de sus pensamientos. -¿Qué es este lugar? -Está en un hospital- le respondió una enfermera, con un tono que demostraba antipatía. -¿Hospital? ¿Qué me pasó?- Vice estaba desconcertada. -El señor Daimon nos llamó avisando que había una mujer en muy malas condiciones desmayada en su jardín. La trajimos hasta acá con mucha dificultad- explicó otra enfermera, esta tenía un tono más amistoso, pero algo arrogante. Vice miró detenidamente a las enfermeras y médicos. Muchos de ellos tenían la cara y sus vestimentas rasgadas. Cortes con uñas, incluso unas enfermeras tenían marcas de dientes en sus brazos. "¿Qué les pasó a estas?", siguió contemplando al personal médico en la habitación. Notó que la miraban con desprecio, algunos con odio. Ella solo se limitó a suspirar. "Adelante, señor" escuchó decir a una enfermera. La puerta se abrió y un hombre alto entró (salió rima :P). Vice lo miró con indiferencia, pero sentía como si lo conociera. Le llamó la atención su cabello bicolor y sus ojos, de un color celeste brillante. -Disculpen, caballeros y señoritas- exclamó el hombre con tono solemne -¿Me dejarían a solas con esta linda mujer?- los médicos y enfermeras asintieron y abandonaron la habitación. -¿Qué quieres?- Vice actuó de la forma más fría posible. -¿Es que acaso no me recuerdas? ¿Es que acaso ya no sabes quién soy? -Mmmm, déjame pensar.... Eres un hombre con el pelo teñido, ojos de contacto baratos y tienes cara de haber bebido en la noche ¿o me equivoco? -Sigues igual de fría y antipática, mi dulce arpía. -¿Arpía? Pareciera que me conoces bien. -Claro, yo soy el responsable de que esté acá. Por si se te olvidó mi nombre es Goenitz. Vice entrecerró los ojos, lanzó un suspiro y susurró el nombre recién escuchado. -¿Qué tenías tú conmigo, que me conoces?- preguntó Vice, suspicaz. -Mmm, como decirlo- Goenitz pensó cada palabra de la siguiente frase -tú eras mi aliada en liberar al dios Orochi. -¿Uh?- Vice quedó totalmente desconcertada -¿Dios Orochi? Goenitz bajó la cabeza desconcertado. -Ay niña, ya te acordarás.
*************
-¿Qué es lo que pasa, señorita?- uno de los policías presentes le habló, algo asustado. -Santo Dios- otro de los presentes susurró, pero debido a su agudo tono de voz, el susurro fue más bien una exclamación -¿Qué le pasó señorita? -Desperté en un bar, todo estaba incendiado, había cadáveres por todas partes- lágrimas comenzaron a fluir por sus azules ojos -mucha sangre, incluso habían dos esqueletos- pronunció Mature con gran dificultad. -¿En qué bar pasó eso? -No recuerdo el nombre con claridad, pero queda en el sector oriente, a tres calles de la Plaza del General. Puedo guiarlos hasta ahí sin problemas. Mature salió acompañada de tres policías. Antes de salir miró su reflejo en una de las ventanas. Se estremeció al ver su cara, llena de cicatrices y sangre seca alrededor de su cuello...
*************
-Ummm, ese tal Orochi suena interesante- Vice le sonrió a Goenitz. -Que linda sonrisa. Me he dado cuenta de que no eres tan mala como aparentas, en el fondo tienes un lado amable- Goenitz hizo una pausa -y hay que deshacerse de él- rompió en risas muy sonoras. -Bah, como sea, Goenitz. Si eres tan poderoso sácame de este maldito hospital, no soporto a esas enfermeras. -Ni ellas a ti. Supongo que viste sus caras- Vice asintió -tú les provocaste esos cortes, cuando intentaban traerte hacia acá. -Vaya, supongo que puedo irme por mi cuenta- Goenitz le respondió con un severo sí. -Pero antes....- Goenitz alzó su mano y un aura negra lo rodeó. Estiró su brazo hacia donde estaba Vice. -¿Qué es esto? -Es la energía Orochi que te corresponde. Esta te hará mucho más poderosa de lo que ya eres. Ahora puedes irte.
*************
-Es acá- tartamudeó Mature. Los policías entraron y quedaron estupefactos al ver el lugar. Parecía como si el infierno se hubiera hecho presente ahí. -Y dígame señorita ¿hace cuánto tiempo despertó usted? -Hace como media hora, ¿por qué? -Porque estos incidentes parecen haber ocurrido hace una hora aproximadamente. No estoy diciendo que usted lo haya hecho, en realidad no veo forma de que alguien pudiera hacer esto, pero.... -¡Oye, Senryo, ven acá! El policía se dirigió hacia donde estaban sus compañeros. -¿Qué pasa? -Mira estas huellas digitales, son muy extrañas. Senryo las miró con atención. A simple vista no tenían nada anormal, pero al acercar un poco su cara a las huellas notó que delante de ellas se podía ver el contorno de uñas largas y afiladas. Tan largas y afiladas como las de Mature. -Señorita, venga acá- Mature caminó temblorosa entre los cadáveres. Senryo sacó de su maletín un tintero, luego procedió a untarle los dedos con la tinta a Mature. -Presione con fuerza sobre este trozo de papel- Mature obedeció silenciosa. -¿Ves? Son exactamente las mismas huellas, eso significa que ella lo hizo- exclamó uno de los presentes. Senryo se apresuró a sacar unas esposas, luego se las puso a Mature. -No nos apresuremos, tal vez no lo hizo. -Si eso es lo que crees, ¿entonces por qué le pones las esposas? -Es una sospechosa. Justo cuando la iban a sacar del bar, Goenitz apareció frente a ellos. Realizó la misma secuencia sobre Mature, pero esta vez no dio explicaciones. Los policías no podían creer lo que veían, y mucho menos cuando las esposas se rompieron como si fueran de cristal y el hombre desapareció. Mature los miró con malicia....
************
-Vaya, ya se fue y ni se despidió. Como sea, me toca divertirme- dicho esto Vice tiró la puerta de una patada. Los médicos y enfermeras se quedaron muy sorprendidos al ver a aquella mujer tan malherida hace unos instantes corriendo y gritando eufóricamente por los pasillos. De pronto Vice se detuvo súbitamente. Miró a su alrededor, se percató que todos la miraban algo asustados. -BUH!- exclamó Vice, como si fuera un fantasma, luego comenzó a reír con mucha fuerza. La gente a su alrededor estaba aterrada. Vice cesó su risa, y se echó a correr de nuevo. En su desquiciada carrera, extendió los brazos, y rasgó a todo aquel que estaba a su lado. Enfermeras, médicos, pacientes, niños, mujeres, ancianos, a todos. Después salió del hospital...
************* -No debieron haberme molestado, polis. Pero bueno, lo hecho, hecho está, así que ya no pueden hacer nada al respecto, y tampoco yo- Mature se limpió la sangre de las uñas y luego salió del bar, dejando a los policías en pésimas condiciones. Fue hasta un parque, para descansar. Divisó en una de las bancas a Goenitz, y se dirigió a hablar con él. -Gracias, Goenitz. No estoy segura de lo que hiciste, pero vaya que me ayudó. -Bien, tú ya me recuerdas. Vice aún no sabe bien quién soy, lástima. -¿Vice? ¿quién es ella? -Después te la presentaré, no te impacientes- Goenitz sacó un cigarro y se levantó de la banca. -Ven niña. Que aún no hay tiempo para descansar. Mature lo siguió, ansiosa....
Capítulo 3: Orochi Killers. Mature se levantó lentamente, sentía las piernas pesadas, los brazos adoloridos y su cabeza a punto de estallar. Buscó con la vista esperando encontrar el origen de la mística voz que había escuchado. Pero nada. No había nadie con ella. Solo cadáveres. -¿Qué pasó aquí?- susurró para sus adentros Mature, asustada. -¿Hay alguien?- no recibió respuesta alguna. No había nada ni nadie vivo ahí. Hasta las plantas que decoraban (pobremente por cierto) estaban quemadas. Parecía como si un incendio se hubiera producido en el lugar. Mature volvió a contemplar el lugar, de forma más detallada. Los muebles destrozados (algunos quemados incluso), los cadáveres, los vidrios por todas partes, las botellas rotas, la sangre, las plantas quemadas. "Por Dios" pensó cuando encontró dos esqueletos. ¿Cómo era posible? El desastre parecía haber tenido lugar hace pocos minutos, por lo que era imposible encontrar algún esqueleto. Pero esos huesos estaban ahí, lo peor es que estaban perfectamente armados, como si la carne se hubiera desecho sin dañar los huesos. "Debo llamar a alguien" pensó para sus adentros y salió del bar a todo lo que daban sus cansadas piernas.
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"¿Está viva?" "Sí, solo inconsciente" "Espero que se recupere pronto, hay demasiada gente aquí". Vice abrió lentamente sus ojos, miró hacia arriba. Una habitación blanca, personas vestidas de blanco, cama blanca con ropa blanca. ¡Todo era blanco! Volvió a cerrar sus ojos, sintió cuando era transportada en la camilla. No sabía hacia donde era llevada, tampoco le importaba mucho, sabía que podría librarse de cualquier situación. "Despierte", la voz de un hombre vestido de blanco la sacó de sus pensamientos. -¿Qué es este lugar? -Está en un hospital- le respondió una enfermera, con un tono que demostraba antipatía. -¿Hospital? ¿Qué me pasó?- Vice estaba desconcertada. -El señor Daimon nos llamó avisando que había una mujer en muy malas condiciones desmayada en su jardín. La trajimos hasta acá con mucha dificultad- explicó otra enfermera, esta tenía un tono más amistoso, pero algo arrogante. Vice miró detenidamente a las enfermeras y médicos. Muchos de ellos tenían la cara y sus vestimentas rasgadas. Cortes con uñas, incluso unas enfermeras tenían marcas de dientes en sus brazos. "¿Qué les pasó a estas?", siguió contemplando al personal médico en la habitación. Notó que la miraban con desprecio, algunos con odio. Ella solo se limitó a suspirar. "Adelante, señor" escuchó decir a una enfermera. La puerta se abrió y un hombre alto entró (salió rima :P). Vice lo miró con indiferencia, pero sentía como si lo conociera. Le llamó la atención su cabello bicolor y sus ojos, de un color celeste brillante. -Disculpen, caballeros y señoritas- exclamó el hombre con tono solemne -¿Me dejarían a solas con esta linda mujer?- los médicos y enfermeras asintieron y abandonaron la habitación. -¿Qué quieres?- Vice actuó de la forma más fría posible. -¿Es que acaso no me recuerdas? ¿Es que acaso ya no sabes quién soy? -Mmmm, déjame pensar.... Eres un hombre con el pelo teñido, ojos de contacto baratos y tienes cara de haber bebido en la noche ¿o me equivoco? -Sigues igual de fría y antipática, mi dulce arpía. -¿Arpía? Pareciera que me conoces bien. -Claro, yo soy el responsable de que esté acá. Por si se te olvidó mi nombre es Goenitz. Vice entrecerró los ojos, lanzó un suspiro y susurró el nombre recién escuchado. -¿Qué tenías tú conmigo, que me conoces?- preguntó Vice, suspicaz. -Mmm, como decirlo- Goenitz pensó cada palabra de la siguiente frase -tú eras mi aliada en liberar al dios Orochi. -¿Uh?- Vice quedó totalmente desconcertada -¿Dios Orochi? Goenitz bajó la cabeza desconcertado. -Ay niña, ya te acordarás.
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-¿Qué es lo que pasa, señorita?- uno de los policías presentes le habló, algo asustado. -Santo Dios- otro de los presentes susurró, pero debido a su agudo tono de voz, el susurro fue más bien una exclamación -¿Qué le pasó señorita? -Desperté en un bar, todo estaba incendiado, había cadáveres por todas partes- lágrimas comenzaron a fluir por sus azules ojos -mucha sangre, incluso habían dos esqueletos- pronunció Mature con gran dificultad. -¿En qué bar pasó eso? -No recuerdo el nombre con claridad, pero queda en el sector oriente, a tres calles de la Plaza del General. Puedo guiarlos hasta ahí sin problemas. Mature salió acompañada de tres policías. Antes de salir miró su reflejo en una de las ventanas. Se estremeció al ver su cara, llena de cicatrices y sangre seca alrededor de su cuello...
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-Ummm, ese tal Orochi suena interesante- Vice le sonrió a Goenitz. -Que linda sonrisa. Me he dado cuenta de que no eres tan mala como aparentas, en el fondo tienes un lado amable- Goenitz hizo una pausa -y hay que deshacerse de él- rompió en risas muy sonoras. -Bah, como sea, Goenitz. Si eres tan poderoso sácame de este maldito hospital, no soporto a esas enfermeras. -Ni ellas a ti. Supongo que viste sus caras- Vice asintió -tú les provocaste esos cortes, cuando intentaban traerte hacia acá. -Vaya, supongo que puedo irme por mi cuenta- Goenitz le respondió con un severo sí. -Pero antes....- Goenitz alzó su mano y un aura negra lo rodeó. Estiró su brazo hacia donde estaba Vice. -¿Qué es esto? -Es la energía Orochi que te corresponde. Esta te hará mucho más poderosa de lo que ya eres. Ahora puedes irte.
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-Es acá- tartamudeó Mature. Los policías entraron y quedaron estupefactos al ver el lugar. Parecía como si el infierno se hubiera hecho presente ahí. -Y dígame señorita ¿hace cuánto tiempo despertó usted? -Hace como media hora, ¿por qué? -Porque estos incidentes parecen haber ocurrido hace una hora aproximadamente. No estoy diciendo que usted lo haya hecho, en realidad no veo forma de que alguien pudiera hacer esto, pero.... -¡Oye, Senryo, ven acá! El policía se dirigió hacia donde estaban sus compañeros. -¿Qué pasa? -Mira estas huellas digitales, son muy extrañas. Senryo las miró con atención. A simple vista no tenían nada anormal, pero al acercar un poco su cara a las huellas notó que delante de ellas se podía ver el contorno de uñas largas y afiladas. Tan largas y afiladas como las de Mature. -Señorita, venga acá- Mature caminó temblorosa entre los cadáveres. Senryo sacó de su maletín un tintero, luego procedió a untarle los dedos con la tinta a Mature. -Presione con fuerza sobre este trozo de papel- Mature obedeció silenciosa. -¿Ves? Son exactamente las mismas huellas, eso significa que ella lo hizo- exclamó uno de los presentes. Senryo se apresuró a sacar unas esposas, luego se las puso a Mature. -No nos apresuremos, tal vez no lo hizo. -Si eso es lo que crees, ¿entonces por qué le pones las esposas? -Es una sospechosa. Justo cuando la iban a sacar del bar, Goenitz apareció frente a ellos. Realizó la misma secuencia sobre Mature, pero esta vez no dio explicaciones. Los policías no podían creer lo que veían, y mucho menos cuando las esposas se rompieron como si fueran de cristal y el hombre desapareció. Mature los miró con malicia....
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-Vaya, ya se fue y ni se despidió. Como sea, me toca divertirme- dicho esto Vice tiró la puerta de una patada. Los médicos y enfermeras se quedaron muy sorprendidos al ver a aquella mujer tan malherida hace unos instantes corriendo y gritando eufóricamente por los pasillos. De pronto Vice se detuvo súbitamente. Miró a su alrededor, se percató que todos la miraban algo asustados. -BUH!- exclamó Vice, como si fuera un fantasma, luego comenzó a reír con mucha fuerza. La gente a su alrededor estaba aterrada. Vice cesó su risa, y se echó a correr de nuevo. En su desquiciada carrera, extendió los brazos, y rasgó a todo aquel que estaba a su lado. Enfermeras, médicos, pacientes, niños, mujeres, ancianos, a todos. Después salió del hospital...
************* -No debieron haberme molestado, polis. Pero bueno, lo hecho, hecho está, así que ya no pueden hacer nada al respecto, y tampoco yo- Mature se limpió la sangre de las uñas y luego salió del bar, dejando a los policías en pésimas condiciones. Fue hasta un parque, para descansar. Divisó en una de las bancas a Goenitz, y se dirigió a hablar con él. -Gracias, Goenitz. No estoy segura de lo que hiciste, pero vaya que me ayudó. -Bien, tú ya me recuerdas. Vice aún no sabe bien quién soy, lástima. -¿Vice? ¿quién es ella? -Después te la presentaré, no te impacientes- Goenitz sacó un cigarro y se levantó de la banca. -Ven niña. Que aún no hay tiempo para descansar. Mature lo siguió, ansiosa....
