Las islas esmeralda
Capítulo 1
Conociendo a un nuevo aliado
Esta historia comienza en una noche como cualquier otra. El equipo Rocket había sido derrotado nuevamente por Ash y sus amigos; después de haber recibido una descarga eléctrica de pikachu, salieron despedidos por los aires aterrizando en un lugar nuevo y desconocido. El lugar era cálido, pero extraño, ya que se trataba de una isla, pero no cualquier isla, sino de una isla flotante, la cual atravesaba los aires en ese momento. No muy lejos de ahí un maestro pokémon, quizá el mas joven que existía, viajaba sobrevolando el área, ya que la isla Ángel, como él la nombraba era su hogar. Repentinamente algo llamo su atención. -Una luz a lejos, ¿Me pregunto que será?. -¡¡Charizard!! dirígete a la luz inmediatamente-comandó él joven a su dragón.
Mientras tanto en tierra...
-Escucha James ya te dije, que esa naranja es mía- gritaba Jessie, la integrante femenina del equipo. -Pero yo la vi primero- respondió el joven de cabello azulado. -Oigan, oigan, esperen un momento, ¿no piensan compartir esa sabrosa fruta conmigo?-pregunto Meow, el pókemon felino que les acompañaba. -¡¡¡No!!!- gritaron ambos, cuando de improvisto la naranja salió disparada por los aires debido al golpe que Jessie le había lanzado a James. -¡¡¡¡La fruta!!!-grito Meow, Los tres miraron a lo alto en búsqueda de su cena, cuando algo los interrumpió. -¡Hey, ustedes!, se escucho una voz no muy lejos de ahí. -¿Buscaban esto? El equipo miro al extraño que traía su naranja, mientras el la lanzaba al aire, repetidamente. -Nuestra naranja-expresaron en unión. -Lo lamento pero debo informarles que esta naranja es mía- respondió el extraño, desde las sombras. -Bien pues eso lo veremos- declaro Jessie. -No se quien seas tú, pero será mejor que nos devuelvas esa fruta inmediatamente, si no deseas sufrir las consecuencias- prosiguió, mientras sacaba una pokebola. -¿Así que desean pelear por ella?, bien acepto su reto- respondió la sombra. -¡¡Muy bien entonces te enfrentarás a la ira del gran equipo Rocket!!- Grito Jessie. -¡Ataca Arbok!- ordeno la chica pelirroja. -¡Picotazos venenosos!, continúo. Al momento la sombra desapareció, esquivando el ataque de la serpiente pokemón. -No, no, no nunca debes atacar a un maestro, cuando este no ha declarado el inicio del enfrentamiento. -Así que, tendré que tomar medidas drásticas- comentó. -¡Pokebola ve!,- se escucho un grito y un gigantesco Charizard apareció al momento. Su tamaño era espectacular, rebasando por mucho a cualquiera de su especie. La gran flama de su cola ilumino el lugar por completo, permitiéndoles ver a su oponte al fin. -Pero, pero, ¡¡se parece al enano latoso!!- exclamo James. -Es verdad si es solo un niño- continúo el Meow. -Me vale si es un niño o no, va a pagar por haberme quitado mi cena.- respondió Jessie. -Okay Charizard, prepárate para la batalla. -Jessie, pero ese Charizard es gigantesco. Te va a dejar como carnitas acabadas de sacar de la cazuela- irrumpió James. -No me importa si es gigante o enano, yo le voy a ganar, ya es hora de que alguien aprenda a tenerle respeto al equipo Rocket.-respondió Jessie. -Arbok, envestida- dijo. -Charizard su Arbock es muy lento, cuando se acerque a ti detenlo, pero no lo dejes ir. -Arbok fue fácilmente capturado por Charizard. -Muy bien Charizard, ahora ¡¡¡movimiento sísmico!!!. Charizard se elevo en los aires, y después de dar varios giros lanzo al Arbok directo a tierra, ocasionando que el pokémon quedara inconsciente debido al golpe. -Eh ganado fácilmente, te das por vencida, o tienes otro pokémon con el cual continuar el duelo- dijo el jovencito. -Aún no has ganado-replico Jessie. -¡¡¡¡Lickitung ve!!!! El rosado pokémon se hizo presente listo para combatir. -Lenguetazo ahora- comando la joven. -Charizard esquívalo y contraataca con lanzallamas. La velocidad de Lickitung no fue suficiente para esquivar el lanzallamas de Charizard, dejándolo fuera de combate. -Maldición- murmuro Jessie. -Ese chico es peor que el bobo- comentó James a Meow quien se limitaba a observar el combate. -Bien debido a tu incompetencia, no tuve necesidad de usar ninguna habilidad especial, pero admiro tu persistencia y se merece un premio.- dijo el chico. -Pero antes que nada, permítanme presentarme mi nombre es Octavio, pero pueden llamarme Tavo; y soy el maestro pokémon guardián de las islas esmeralda -Y volviendo a su recompensa, me pregunto si desean acompañarme a cenar, sospecho que están hambrientos- continuo mientras lanzaba la naranja en dirección a James quien la atrapo la fácilmente. -¿Y como sabemos que no es una trampa?- irrumpió Jessie, con un aire de desconfianza. -Eso no lo sabes- respondió Tavo. -Pero si ya te arriesgaste una vez que mas da dos.. -Vamos Jessie, que mis tripitas están chillando de hambre- dijo James. La sonrisa que Tavo mantenía era algo extraña, ocasionando que la joven desconfiara de él, pero aún así su hambre era demasiada. -Deacuerdo aceptamos tu propuesta, pero será mejor que no intentes nada raro- comentó. -Okay, síganme- replico Octavio mientras se subía a su Charizard. -Pero nosotros no tenemos transporte- dijo Meow. -Descuida pueden ir en el mío, estoy seguro de que a Charizard no le importará ¿Cierto amigo? Así el equipo Rocket monto en el dragón.
Capítulo 1
Conociendo a un nuevo aliado
Esta historia comienza en una noche como cualquier otra. El equipo Rocket había sido derrotado nuevamente por Ash y sus amigos; después de haber recibido una descarga eléctrica de pikachu, salieron despedidos por los aires aterrizando en un lugar nuevo y desconocido. El lugar era cálido, pero extraño, ya que se trataba de una isla, pero no cualquier isla, sino de una isla flotante, la cual atravesaba los aires en ese momento. No muy lejos de ahí un maestro pokémon, quizá el mas joven que existía, viajaba sobrevolando el área, ya que la isla Ángel, como él la nombraba era su hogar. Repentinamente algo llamo su atención. -Una luz a lejos, ¿Me pregunto que será?. -¡¡Charizard!! dirígete a la luz inmediatamente-comandó él joven a su dragón.
Mientras tanto en tierra...
-Escucha James ya te dije, que esa naranja es mía- gritaba Jessie, la integrante femenina del equipo. -Pero yo la vi primero- respondió el joven de cabello azulado. -Oigan, oigan, esperen un momento, ¿no piensan compartir esa sabrosa fruta conmigo?-pregunto Meow, el pókemon felino que les acompañaba. -¡¡¡No!!!- gritaron ambos, cuando de improvisto la naranja salió disparada por los aires debido al golpe que Jessie le había lanzado a James. -¡¡¡¡La fruta!!!-grito Meow, Los tres miraron a lo alto en búsqueda de su cena, cuando algo los interrumpió. -¡Hey, ustedes!, se escucho una voz no muy lejos de ahí. -¿Buscaban esto? El equipo miro al extraño que traía su naranja, mientras el la lanzaba al aire, repetidamente. -Nuestra naranja-expresaron en unión. -Lo lamento pero debo informarles que esta naranja es mía- respondió el extraño, desde las sombras. -Bien pues eso lo veremos- declaro Jessie. -No se quien seas tú, pero será mejor que nos devuelvas esa fruta inmediatamente, si no deseas sufrir las consecuencias- prosiguió, mientras sacaba una pokebola. -¿Así que desean pelear por ella?, bien acepto su reto- respondió la sombra. -¡¡Muy bien entonces te enfrentarás a la ira del gran equipo Rocket!!- Grito Jessie. -¡Ataca Arbok!- ordeno la chica pelirroja. -¡Picotazos venenosos!, continúo. Al momento la sombra desapareció, esquivando el ataque de la serpiente pokemón. -No, no, no nunca debes atacar a un maestro, cuando este no ha declarado el inicio del enfrentamiento. -Así que, tendré que tomar medidas drásticas- comentó. -¡Pokebola ve!,- se escucho un grito y un gigantesco Charizard apareció al momento. Su tamaño era espectacular, rebasando por mucho a cualquiera de su especie. La gran flama de su cola ilumino el lugar por completo, permitiéndoles ver a su oponte al fin. -Pero, pero, ¡¡se parece al enano latoso!!- exclamo James. -Es verdad si es solo un niño- continúo el Meow. -Me vale si es un niño o no, va a pagar por haberme quitado mi cena.- respondió Jessie. -Okay Charizard, prepárate para la batalla. -Jessie, pero ese Charizard es gigantesco. Te va a dejar como carnitas acabadas de sacar de la cazuela- irrumpió James. -No me importa si es gigante o enano, yo le voy a ganar, ya es hora de que alguien aprenda a tenerle respeto al equipo Rocket.-respondió Jessie. -Arbok, envestida- dijo. -Charizard su Arbock es muy lento, cuando se acerque a ti detenlo, pero no lo dejes ir. -Arbok fue fácilmente capturado por Charizard. -Muy bien Charizard, ahora ¡¡¡movimiento sísmico!!!. Charizard se elevo en los aires, y después de dar varios giros lanzo al Arbok directo a tierra, ocasionando que el pokémon quedara inconsciente debido al golpe. -Eh ganado fácilmente, te das por vencida, o tienes otro pokémon con el cual continuar el duelo- dijo el jovencito. -Aún no has ganado-replico Jessie. -¡¡¡¡Lickitung ve!!!! El rosado pokémon se hizo presente listo para combatir. -Lenguetazo ahora- comando la joven. -Charizard esquívalo y contraataca con lanzallamas. La velocidad de Lickitung no fue suficiente para esquivar el lanzallamas de Charizard, dejándolo fuera de combate. -Maldición- murmuro Jessie. -Ese chico es peor que el bobo- comentó James a Meow quien se limitaba a observar el combate. -Bien debido a tu incompetencia, no tuve necesidad de usar ninguna habilidad especial, pero admiro tu persistencia y se merece un premio.- dijo el chico. -Pero antes que nada, permítanme presentarme mi nombre es Octavio, pero pueden llamarme Tavo; y soy el maestro pokémon guardián de las islas esmeralda -Y volviendo a su recompensa, me pregunto si desean acompañarme a cenar, sospecho que están hambrientos- continuo mientras lanzaba la naranja en dirección a James quien la atrapo la fácilmente. -¿Y como sabemos que no es una trampa?- irrumpió Jessie, con un aire de desconfianza. -Eso no lo sabes- respondió Tavo. -Pero si ya te arriesgaste una vez que mas da dos.. -Vamos Jessie, que mis tripitas están chillando de hambre- dijo James. La sonrisa que Tavo mantenía era algo extraña, ocasionando que la joven desconfiara de él, pero aún así su hambre era demasiada. -Deacuerdo aceptamos tu propuesta, pero será mejor que no intentes nada raro- comentó. -Okay, síganme- replico Octavio mientras se subía a su Charizard. -Pero nosotros no tenemos transporte- dijo Meow. -Descuida pueden ir en el mío, estoy seguro de que a Charizard no le importará ¿Cierto amigo? Así el equipo Rocket monto en el dragón.
