Capítulo 4
¿El maestro entre nosotros?
Los retadores habían llegado y se encontraban recorriendo la isla, mientras tanto el joven maestro preparaba algo de equipaje en una pequeña mochila.
-¿Qué estas haciendo Tavo?- pregunto James al niño.
-Solo empaco algunas cosas para mezclarme entre los retadores, y así poder conocerlos mejor.
-Interesante idea, pero ¿Por qué no solo te escondes?- cuestiono el joven de cabello azul a Octavio.
-Para que, es mejor enfrentar la situación- replico Tavo levantando su mochila.
-Bien chicos nos veremos después, los dejo a cargo, cuiden bien mi hogar- comento el jovencito saliendo del palacio oculto para perderse entre la selva.
-Oigan tengo una idea, ayudémosle a Tavo, haciendo trampas por toda la isla para que no lleguen a encontrarlo- Exclamo Jessie lanzándole un par de palas y cuerdas a Meow y James.
-Fabulosa idea Jessie, ¿Pero tu que harás mientras tanto?- pregunto el pókemon felino.
-¿No es obvio?, alguien debe vigilar el palacio mientras tanto- respondió la joven pelirroja.
-Bueno si es así, pues órale Meow, porque como dice mi tía Chonita a trabajar pa comer- finalizo el joven del equipo Rocket partiendo sin rumbo desconocido junto con su compañero pokémon.
En la selva...
Octavio caminaba solitario a través de la maleza cuando algo apareció repentinamente frente a él.
Se trataba de una extraña criatura con grandes espinas en su cabeza y espalda, pelaje negro que era acompañado de líneas rojizas en la parte superior de las mismas. Una pequeña estrella de pelo blanco en su oscuro pecho, orejas triangulares, nariz negra y grandes ojos rojos como la sangre. (Shadow de Sonic adventure2 o Sonic adventure2 Battle para los que tengan Game Cub en lugar de Dreamcast).
-¿Qué estas haciendo?- pregunto Shadow el erizo, al maestro quien solo continuo su camino.
-Voy a buscar a los entrenadores pokémon- respondió el niño
-Que ¿Quieres pelear contra ellos?- pregunto Shadow extrañado, caminando al lado de su joven amigo.
-No, solo quiero conocerlos para ver que tan buenos son- contesto Tavo.
-Ja, eso no es necesario, bien sabes que con nosotros aquí tienes tu victoria asegurada- exclamo el erizo orgulloso.
-Además para que juntarte con esos humanos patéticos- continuo Shadow.
-Oye, yo también soy un humano, por si no lo has notado- replico Octavio algo molesto al comentario.
-No tu eres nuestro entrenador- dijo la criatura en respuesta.
-Okay, no importa Shadow, pero quiero pedirte un favor- comento el maestro llegando a un área menos espesa.
-No deseo que te vean los otros chicos, ni tampoco a los demás al menos hasta la batalla, ¿entendido?- continuo Tavo en tono serio.
-No te preocupes tú solo déjamelo a mi- respondió Shadow desapareciendo al instante.
-Su velocidad no deja de impresionarme- murmuro Octavio caminando hacia un pequeño claro que se veía al frente.
-¡Sonic!, ¡Sonic!- grito Tavo.
Al momento otro erizo llego como el viento, corriendo a gran velocidad salió de la nada para detenerse frete al jovencito. Este erizo era muy parecido al primero, pero con pelaje azul cobalto en lugar de negro con rojo, la posición de sus espinas era un poco mas aerodinámica y sus ojos a diferencia de los de Shadow eran mas alegres con un tono verde esmeralda que capturaba la belleza de la naturaleza en ellos.
-¿¿¿SIII???- pregunto el ansioso pokémon (Okay sabemos que Sonic y Shadow no son pokémons, pero así es como conocen a las criaturas que no son humanas en este mundo ¿No es así?).
-Necesito que vigiles a nuestros visitantes, porque no deseo que talen árboles o que vaya haber accidentes con alguna fogata, como la ultima vez, recuerda no deben verte y ya sabes que hay de recompensa amigo mío.
-¿Eso es todo?- pregunto Sonic decepcionado.
-Ya tenía ganas de pelear-replico el erizo azul, cruzándose de brazos al momento que movía el pie en un gesto de impaciencia.
-Vamos Sonic no te quejes, te daré doble recompensa- comento Octavio.
-Okay, si lo pones de esa forma- contesto Sonic siguiendo los pasos de Shadow.
Al otro lado de isla...
-Ese Gary, ¿Qué se cree, para decirme eso?, después de todo perdió contra mí en la liga pokémon, no puedo creer que siga de presumido- Se quejaba el joven entrenador Ash Ketchum.
-Cálmate Ash, ya conoces a Gary- comento su amigo criador.
-Si, pero yo creí que después de tanto tiempo ya había cambiado- replico Ash
-Pues parece ser que no cambio nada- menciono Misty, introduciéndose a la conversación.
Los tres amigos ya llevaban rato caminando sin divisar nada, ni humano ni pokémon.
-Saben, es extraño que no hayamos visto nada aún- exclamo Broock observando a su alrededor.
-No se me hace raro, con tantos entrenadores, los pokémons se han de haber asustado- dijo Misty, quien caminaba al lado de su compañero.
-¡Hey vengan a ver esto!- grito Ash, quien se había adelantado momentos antes.
Ambos corrieron para alcanzar a su amigo.
-¡¡Miren!!, ¡Esta brillando!- continuo Ash con emoción señalando al lago.
Una cegadora luz se hizo presente en lo alto del lago, para dar lugar a la aparición de un misterioso anillo dorado que flotaba sobre la superficie.
-¿Me pregunto que será eso?- pesó Broock
-Es tan hermoso- exclamo Misty, admirando el objeto.
-Es mío- comento Ash, lanzándose al lago.
-¡¡¡AAASH!!!- gritaron sus amigos al mismo tiempo.
-¡¡PIKA!!- exclamo pikachu preocupado.
-Podría ser peligroso, aléjate de ahí- dijo Broock.
-Lo tengo- respondió el niño de cabello negro levantando el brazo con el gigantesco anillo en su mano, el cual al hacer contacto con él, perdió parte de su brillo.
-Estas loco- replico Misty, ahora vuelve aquí- finalizo la jovencita.
Para entonces...
-Cavar, cavar,.cavar, con pala hay que cavar...- cantaba felizmente James, mientras él y Meow hacían un pequeño agujero en la tierra.
Cuando un sonido se escucho debajo de ellos.
-Oye James, interrumpió el felino al humano con voz preocupada.
-Que pasa Meow- pregunto el joven.
-¿No escuchaste algo?- pregunto el pokémon pegando su oreja a la tierra.
-Ya alucinas, debe ser que te ruge la tripa- replico James observando a su compañero.
-No lo creo...- comenzó a decir el Meow cuando la tierra se abrió bajo ellos.
-Ahhh, ¿Qué pasa?- exclamaron ambos abrazándose.
-Hay chimuelo ya nos cargo la que nos trajo- dijo James abrazando al pokémon.
Ambos cerraron los ojos esperando lo peor cuando se escucho una voz juvenil, pero con un leve acento grave.
-¿Qué están haciendo?- pregunto la voz
-Ambos abrieron los ojos al escuchar esto, para toparse con una criatura que jamás habían visto.
Sus ojos eran morados, de pelaje rojizo, con una cola larga en forma de trueno y una media luna blanca en su pecho. Una serie de espinas colgaban de su cabeza asemejando cabello humano, con la excepción de que eran mucho mas gruesas (Knucles de los juegos de Sonic).
-¿Que eres tu?- preguntaron ambos miembros del equipo Rocket.
-Mi nombre es Knucles y soy un Echidna, respondió la criatura ofreciéndoles la mano.
Así ambos pudieron percatarse de el par de picos que adornaban sus Nudillos.
-Octavio en mi entrenador, ustedes ¿Son sus amigos?- pregunto el echidna al par de asustadizos compañeros.
-Si, si, lo somos- replico Meow.
-Así es y estamos aquí para ayudarlo- finalizo James la oración de su amigo felino.
-¿Cómo podrían ayudarlo cavando agujeros en el piso?- pregunto Knucles pensativo.
-Lo hacemos, para evitar que los retadores lo localicen fácilmente- dijo el gato.
-Ah, ya veo, así que hoy es el día, bueno si es así permítanme ayudarles- exclamo la criatura, levantando al aire sus manos, dejando ver sus nudillos recubiertos con una protección de acero.
-Genial- dijo el humano, ¡Ya la hicimos!- exclamo alegre volviendo al trabajo.
Mientras tanto...
Un par de entrenadores divisaron a Tavo por primera vez.
-Hey mira, otro entrenador- dijo uno de ellos señalando al maestro, quien se encontraba sentado bajo una palmera, mientras comía una fruta. Su mochila, con algunos utensilios se encontraba a su lado, lo que hizo suponer a los otros que se trataba de otro entrenador.
-Hola amigo, de casualidad no has visto al maestro pokémon por aquí- pregunto uno de los jóvenes quienes tomaban asiento al lado de Octavio.
-¿No tienen hambre?- pregunto el joven maestro ignorando la pregunta.
-Ahora que lo mencionas, yo si- replico el otro compañero quien tenía una complexión un poco mas robusta que su amigo. -Tienen comida, porque yo tengo algunas frutas que recolecte en el camino- dijo Tavo, ofreciéndoles algunas naranjas, mangos, plátanos y cocos.
-Yo quiero un plátano- dijo el mas delgado.
-Y yo un coco- comento el otro, recogiendo uno del piso.
-Y se puede saber amigo mío. ¿Cómo vas abrirlo?- cuestiono su compañero.
-Muy simple- replico el entrenador sacado una pokebola.
-¡Machoke ve!-exclamo lanzando la pokebola al aire.
Inmediatamente el pokémon se materializo frente a los tres humanos mirando a su entrenador.
-Machoke, Mach- expreso el pokémon.
-¿Podrías abrir esto por mi?- pregunto el joven dándole el coco a su pokémon.
-Machoke, machoke- se escucho como respuesta.
-Genial, toma- respondió su entrenador, entregándole la fruta.
-Oye tu amigo, si deseas mi Machoke puede abrir los otros cocos por ti.
-Gracias- dijo Tavo, entregándole otro par al pokémon.
-Muchas gracias amable pokémon- finalizo Octavio tomando de vuelta su fruta.
-Machoke-replico el pokémon volviendo a su pokebola.
-Buen pokémon. Comento Tavo al par.
-Oigan dijo el joven del plátano, porque no te nos unes en la búsqueda del maestro, así tu podrás retarlo después de nosotros- dijo el joven entusiasmado.
-Yeah podría ser bueno tener otro compañero. ¿Qué dices?- pregunto el otro.
-¿Por qué no?- respondió Octavio al par.
-Por cierto mi nombre es Tavo, finalizo levantándose para marcharse.
-Yo sor Erick- replico el mas delgado.
Y yo Carlos, un placer Tavo, diminutivo de Gustavo, ¿Verdad?.
-Bueno, es hora de partir- comento Tavo, ignorando a Carlos nuevamente.
-Si vamos a encontrar a ese Maestro y lo derrotaremos- Exclamo Carlos alegremente.
-Ya lo creo- replico Erick con emoción.
-Y seremos maestros pokémon- dijeron los dos brincando como ganadores.
-Si, claro- murmuro su tercer acompañante desde atrás.
Arken elf: fin del capítulo 4, se ve interesante, no crees Sol.
Sol gear: Si, y espera a ver que pasa con Gary, Ash, el equipo Rocket y los demas.
Arken elf: Es cierto, ¿Qué sucederá con el anillo que Ash encontró?, así como con Erick y Carlos, se darán cuenta de que Tavo es en verdad el maestro que desean encontrar.
Sol gear: Ya lo veremos en el siguiente capítulo, no dejen de leer, recuerden sus sugerencias o ideas son importantes, participen.
Arken elf: Bye.
.
¿El maestro entre nosotros?
Los retadores habían llegado y se encontraban recorriendo la isla, mientras tanto el joven maestro preparaba algo de equipaje en una pequeña mochila.
-¿Qué estas haciendo Tavo?- pregunto James al niño.
-Solo empaco algunas cosas para mezclarme entre los retadores, y así poder conocerlos mejor.
-Interesante idea, pero ¿Por qué no solo te escondes?- cuestiono el joven de cabello azul a Octavio.
-Para que, es mejor enfrentar la situación- replico Tavo levantando su mochila.
-Bien chicos nos veremos después, los dejo a cargo, cuiden bien mi hogar- comento el jovencito saliendo del palacio oculto para perderse entre la selva.
-Oigan tengo una idea, ayudémosle a Tavo, haciendo trampas por toda la isla para que no lleguen a encontrarlo- Exclamo Jessie lanzándole un par de palas y cuerdas a Meow y James.
-Fabulosa idea Jessie, ¿Pero tu que harás mientras tanto?- pregunto el pókemon felino.
-¿No es obvio?, alguien debe vigilar el palacio mientras tanto- respondió la joven pelirroja.
-Bueno si es así, pues órale Meow, porque como dice mi tía Chonita a trabajar pa comer- finalizo el joven del equipo Rocket partiendo sin rumbo desconocido junto con su compañero pokémon.
En la selva...
Octavio caminaba solitario a través de la maleza cuando algo apareció repentinamente frente a él.
Se trataba de una extraña criatura con grandes espinas en su cabeza y espalda, pelaje negro que era acompañado de líneas rojizas en la parte superior de las mismas. Una pequeña estrella de pelo blanco en su oscuro pecho, orejas triangulares, nariz negra y grandes ojos rojos como la sangre. (Shadow de Sonic adventure2 o Sonic adventure2 Battle para los que tengan Game Cub en lugar de Dreamcast).
-¿Qué estas haciendo?- pregunto Shadow el erizo, al maestro quien solo continuo su camino.
-Voy a buscar a los entrenadores pokémon- respondió el niño
-Que ¿Quieres pelear contra ellos?- pregunto Shadow extrañado, caminando al lado de su joven amigo.
-No, solo quiero conocerlos para ver que tan buenos son- contesto Tavo.
-Ja, eso no es necesario, bien sabes que con nosotros aquí tienes tu victoria asegurada- exclamo el erizo orgulloso.
-Además para que juntarte con esos humanos patéticos- continuo Shadow.
-Oye, yo también soy un humano, por si no lo has notado- replico Octavio algo molesto al comentario.
-No tu eres nuestro entrenador- dijo la criatura en respuesta.
-Okay, no importa Shadow, pero quiero pedirte un favor- comento el maestro llegando a un área menos espesa.
-No deseo que te vean los otros chicos, ni tampoco a los demás al menos hasta la batalla, ¿entendido?- continuo Tavo en tono serio.
-No te preocupes tú solo déjamelo a mi- respondió Shadow desapareciendo al instante.
-Su velocidad no deja de impresionarme- murmuro Octavio caminando hacia un pequeño claro que se veía al frente.
-¡Sonic!, ¡Sonic!- grito Tavo.
Al momento otro erizo llego como el viento, corriendo a gran velocidad salió de la nada para detenerse frete al jovencito. Este erizo era muy parecido al primero, pero con pelaje azul cobalto en lugar de negro con rojo, la posición de sus espinas era un poco mas aerodinámica y sus ojos a diferencia de los de Shadow eran mas alegres con un tono verde esmeralda que capturaba la belleza de la naturaleza en ellos.
-¿¿¿SIII???- pregunto el ansioso pokémon (Okay sabemos que Sonic y Shadow no son pokémons, pero así es como conocen a las criaturas que no son humanas en este mundo ¿No es así?).
-Necesito que vigiles a nuestros visitantes, porque no deseo que talen árboles o que vaya haber accidentes con alguna fogata, como la ultima vez, recuerda no deben verte y ya sabes que hay de recompensa amigo mío.
-¿Eso es todo?- pregunto Sonic decepcionado.
-Ya tenía ganas de pelear-replico el erizo azul, cruzándose de brazos al momento que movía el pie en un gesto de impaciencia.
-Vamos Sonic no te quejes, te daré doble recompensa- comento Octavio.
-Okay, si lo pones de esa forma- contesto Sonic siguiendo los pasos de Shadow.
Al otro lado de isla...
-Ese Gary, ¿Qué se cree, para decirme eso?, después de todo perdió contra mí en la liga pokémon, no puedo creer que siga de presumido- Se quejaba el joven entrenador Ash Ketchum.
-Cálmate Ash, ya conoces a Gary- comento su amigo criador.
-Si, pero yo creí que después de tanto tiempo ya había cambiado- replico Ash
-Pues parece ser que no cambio nada- menciono Misty, introduciéndose a la conversación.
Los tres amigos ya llevaban rato caminando sin divisar nada, ni humano ni pokémon.
-Saben, es extraño que no hayamos visto nada aún- exclamo Broock observando a su alrededor.
-No se me hace raro, con tantos entrenadores, los pokémons se han de haber asustado- dijo Misty, quien caminaba al lado de su compañero.
-¡Hey vengan a ver esto!- grito Ash, quien se había adelantado momentos antes.
Ambos corrieron para alcanzar a su amigo.
-¡¡Miren!!, ¡Esta brillando!- continuo Ash con emoción señalando al lago.
Una cegadora luz se hizo presente en lo alto del lago, para dar lugar a la aparición de un misterioso anillo dorado que flotaba sobre la superficie.
-¿Me pregunto que será eso?- pesó Broock
-Es tan hermoso- exclamo Misty, admirando el objeto.
-Es mío- comento Ash, lanzándose al lago.
-¡¡¡AAASH!!!- gritaron sus amigos al mismo tiempo.
-¡¡PIKA!!- exclamo pikachu preocupado.
-Podría ser peligroso, aléjate de ahí- dijo Broock.
-Lo tengo- respondió el niño de cabello negro levantando el brazo con el gigantesco anillo en su mano, el cual al hacer contacto con él, perdió parte de su brillo.
-Estas loco- replico Misty, ahora vuelve aquí- finalizo la jovencita.
Para entonces...
-Cavar, cavar,.cavar, con pala hay que cavar...- cantaba felizmente James, mientras él y Meow hacían un pequeño agujero en la tierra.
Cuando un sonido se escucho debajo de ellos.
-Oye James, interrumpió el felino al humano con voz preocupada.
-Que pasa Meow- pregunto el joven.
-¿No escuchaste algo?- pregunto el pokémon pegando su oreja a la tierra.
-Ya alucinas, debe ser que te ruge la tripa- replico James observando a su compañero.
-No lo creo...- comenzó a decir el Meow cuando la tierra se abrió bajo ellos.
-Ahhh, ¿Qué pasa?- exclamaron ambos abrazándose.
-Hay chimuelo ya nos cargo la que nos trajo- dijo James abrazando al pokémon.
Ambos cerraron los ojos esperando lo peor cuando se escucho una voz juvenil, pero con un leve acento grave.
-¿Qué están haciendo?- pregunto la voz
-Ambos abrieron los ojos al escuchar esto, para toparse con una criatura que jamás habían visto.
Sus ojos eran morados, de pelaje rojizo, con una cola larga en forma de trueno y una media luna blanca en su pecho. Una serie de espinas colgaban de su cabeza asemejando cabello humano, con la excepción de que eran mucho mas gruesas (Knucles de los juegos de Sonic).
-¿Que eres tu?- preguntaron ambos miembros del equipo Rocket.
-Mi nombre es Knucles y soy un Echidna, respondió la criatura ofreciéndoles la mano.
Así ambos pudieron percatarse de el par de picos que adornaban sus Nudillos.
-Octavio en mi entrenador, ustedes ¿Son sus amigos?- pregunto el echidna al par de asustadizos compañeros.
-Si, si, lo somos- replico Meow.
-Así es y estamos aquí para ayudarlo- finalizo James la oración de su amigo felino.
-¿Cómo podrían ayudarlo cavando agujeros en el piso?- pregunto Knucles pensativo.
-Lo hacemos, para evitar que los retadores lo localicen fácilmente- dijo el gato.
-Ah, ya veo, así que hoy es el día, bueno si es así permítanme ayudarles- exclamo la criatura, levantando al aire sus manos, dejando ver sus nudillos recubiertos con una protección de acero.
-Genial- dijo el humano, ¡Ya la hicimos!- exclamo alegre volviendo al trabajo.
Mientras tanto...
Un par de entrenadores divisaron a Tavo por primera vez.
-Hey mira, otro entrenador- dijo uno de ellos señalando al maestro, quien se encontraba sentado bajo una palmera, mientras comía una fruta. Su mochila, con algunos utensilios se encontraba a su lado, lo que hizo suponer a los otros que se trataba de otro entrenador.
-Hola amigo, de casualidad no has visto al maestro pokémon por aquí- pregunto uno de los jóvenes quienes tomaban asiento al lado de Octavio.
-¿No tienen hambre?- pregunto el joven maestro ignorando la pregunta.
-Ahora que lo mencionas, yo si- replico el otro compañero quien tenía una complexión un poco mas robusta que su amigo. -Tienen comida, porque yo tengo algunas frutas que recolecte en el camino- dijo Tavo, ofreciéndoles algunas naranjas, mangos, plátanos y cocos.
-Yo quiero un plátano- dijo el mas delgado.
-Y yo un coco- comento el otro, recogiendo uno del piso.
-Y se puede saber amigo mío. ¿Cómo vas abrirlo?- cuestiono su compañero.
-Muy simple- replico el entrenador sacado una pokebola.
-¡Machoke ve!-exclamo lanzando la pokebola al aire.
Inmediatamente el pokémon se materializo frente a los tres humanos mirando a su entrenador.
-Machoke, Mach- expreso el pokémon.
-¿Podrías abrir esto por mi?- pregunto el joven dándole el coco a su pokémon.
-Machoke, machoke- se escucho como respuesta.
-Genial, toma- respondió su entrenador, entregándole la fruta.
-Oye tu amigo, si deseas mi Machoke puede abrir los otros cocos por ti.
-Gracias- dijo Tavo, entregándole otro par al pokémon.
-Muchas gracias amable pokémon- finalizo Octavio tomando de vuelta su fruta.
-Machoke-replico el pokémon volviendo a su pokebola.
-Buen pokémon. Comento Tavo al par.
-Oigan dijo el joven del plátano, porque no te nos unes en la búsqueda del maestro, así tu podrás retarlo después de nosotros- dijo el joven entusiasmado.
-Yeah podría ser bueno tener otro compañero. ¿Qué dices?- pregunto el otro.
-¿Por qué no?- respondió Octavio al par.
-Por cierto mi nombre es Tavo, finalizo levantándose para marcharse.
-Yo sor Erick- replico el mas delgado.
Y yo Carlos, un placer Tavo, diminutivo de Gustavo, ¿Verdad?.
-Bueno, es hora de partir- comento Tavo, ignorando a Carlos nuevamente.
-Si vamos a encontrar a ese Maestro y lo derrotaremos- Exclamo Carlos alegremente.
-Ya lo creo- replico Erick con emoción.
-Y seremos maestros pokémon- dijeron los dos brincando como ganadores.
-Si, claro- murmuro su tercer acompañante desde atrás.
Arken elf: fin del capítulo 4, se ve interesante, no crees Sol.
Sol gear: Si, y espera a ver que pasa con Gary, Ash, el equipo Rocket y los demas.
Arken elf: Es cierto, ¿Qué sucederá con el anillo que Ash encontró?, así como con Erick y Carlos, se darán cuenta de que Tavo es en verdad el maestro que desean encontrar.
Sol gear: Ya lo veremos en el siguiente capítulo, no dejen de leer, recuerden sus sugerencias o ideas son importantes, participen.
Arken elf: Bye.
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