5. FELIZ CUMPLEAÑOS
Durante los siguientes días, Harry mostró una capacidad de curación realmente asombrosa, el brazo terminó de sanar en apenas tres días y la herida de la cabeza estuvo curada en tan solo un día más. El muchacho se preguntó levemente si aquello era debido a la gran cantidad de veces que había terminado en la enfermería, o si bien aquello le vino de forma innata. La cuestión fue que tan solo una semana después de aquello el muchacho ya estaba de pie.
Aunque la gran mayoría del tiempo, Harry se lo pasó en la gran biblioteca que había en el sótano... ¡Era enorme! Y se pasaba los ratos leyendo y estudiando libros y más libros, ya fueran de pociones, encantos o Artes Oscuras, porque no creía que Voldemort lo hubiera enviado a ese lugar a través de cualquier otra rama de la magia.
- "Dios... Hermione tendría un ataque cardíaco ahora mismo, si me viera aquí"- Pensaba divertido mientras revisaba libros sobe encantos.- "Ella que normalmente nos tiene que arrastrar hasta la biblioteca" - ¡Ehh, hermanito! ¿Necesitas ayuda?- Le preguntó Bella a sus espaldas, haciéndole botar hasta casi llegar al techo. Luego le envió una mirada a Bella que casi le hizo morirse de risa.- Lo siento, Harry... no quería asustarte, así que mejor que no me amenaces. Además he bajado a ayudarte un poco... te pasas el día aquí metido como un ratón de biblioteca.
Harry sonrió y le ofreció uno de los libros que estaba examinando. Ya se había acostumbrado a que Bella le tratara como si fuera su hermano mayor... bueno de hecho, todos en la casa se comportaban como si siempre hubiera estado en la familia y el muchacho pronto había aprendido que su madre cuando se enfadaba podía ser terrorífica, mucho peor que la señora Weasley.
De hecho, lo había descubierto, cuando todavía no había "sido dado de alta". Estaba bastante agobiado de la cama y había intentado dar una vuelta por la casa... el resultado, Lily lo pilló, y recibió una bronca impresionante (las de tío Vernon comparadas no eran nada) y se había ganado un día más en cama.
- Harry... ¿sabes a que día estamos hoy?- Preguntó Bella tranquilamente.
La niña sonrió ante la expresión desconcertada del muchacho, pero esperó a ver como continuaba la cosa. Cuando vio que no hacía ninguna muestra de contestar añadió.
- Harry, hoy es treinta de julio... ¡Mañana es tu cumpleaños!
Los ojos del chico se abrieron por la sorpresa... con todo lo que había pasado realmente se había olvidado de que al día siguiente cumpliría quince años. Bella de mientras comenzó a reír con fuerza al ver la cara de Harry.
- ¡Oh, Harry! ¿No me digas que no te acordabas que mañana es tu cumpleaños?- Preguntó entre risas.- ¡Yo nunca me olvidaría de eso!
Harry sonrió ante este comentario, pero en su mente se preguntó como reaccionarían todos en su mundo cuanto vieran que las lechuzas volvían con las cartas y los regalos de cumpleaños, además, aquel iba a ser el primer cumpleaños que pasara fuera de la casa de los Dursley, no es que le molestara mucho, pero aquello quería decir ningunas noticias de sus amigos o de Sirius, pero al mismo tiempo... ¿cuántas veces podía pasar su cumpleaños con su familia?
- Harry, ¿te ocurre algo?- Preguntó Bella preocupada a lo que el muchacho negó con la cabeza. ¿Te vas a tirar aquí todo el día?... Mejor no me respondas, ya sé la respuesta.
La niña salió de la biblioteca, dejando a su hermano estudiando aquellos tochos y se dirigió a la cocina donde se encontró con su madre ocupada con la cena.
- ¿Te ayudo, mamá?- Preguntó mientras miraba lo que su madre estaba cocinando. - Ves poniendo la mesa. ¿Sabes donde está tu hermano? - En la biblioteca, estudiando todos esos libracos...- le contestó.- Casi no hace otra cosa. - Cuando tu padre le dijo las muertes de Sirius, Remus, Dumbledore y Mc Gonagall, le afectó mucho. No quiere que ocurra lo mismo en su mundo, y yo le comprendo, si estuviera en su lugar también yo haría lo mismo y creo que tu padre también. - Supongo...- Dijo Bella no muy convencida.- ¿Sabes? Harry no se acordaba que mañana es su cumpleaños. - ¿No?- Preguntó Lily mientras pelaba unas patatas. - No... tendrías que haber visto su cara cuando se lo recordé. - No le habrás dicho nada más, ¿no? - No, no... que va, solo le he recordado que mañana es su cumpleaños, pero nada más.
En aquellos momentos, un ruido brusco justo debajo de ellas les hizo dejar a un lado su conversación y corrieron hacía la biblioteca donde nada más llegar vieron a Harry sentado en el suelo rodeado de libros, pero lo que más les llamó la atención rea que se oía un gemido bajo al mismo tiempo que el muchacho se frotaba la cabeza.
- Harry, ¿estás bien?- Preguntó Lily. El muchacho asintió con la cabeza. - Oye Harry... ¿Por qué no pruebas a hablar?- Dijo Bella mientras él parpadeaba confundido.- Venga... tú pruébalo. - Está bien...- Comenzó a decir, aunque pronto abrió los ojos con sorpresa mientras se tocaba la garganta.- ¡Eh! ¡Puedo hablar!- Alborotó. - ¡Genial!- Exclamó Bella a la vez que lo abrazaba. - Tienes una voz muy bonita.- Afirmó Lily.- Igual que James.
Harry se ruborizó con fuerza provocando la risa de su hermana y su madre, aunque pronto fueron los tres los que reían con fuerza y les costaba parar.
- Harry... ¿qué es lo que ha ocurrido?- Preguntó la mujer una vez se tranquilizó lo suficiente como para poder hablar. - ¡Oh! No mucho... quería coger unos pocos libros sobre encantos que estaban un poco altos, pero se han caído sobre mí.- Rió. - ¿Te has hecho daño?- Preguntó Bella. - ¡Que va! Esto no es nada.- Sonrió.
Al día siguiente Harry se despertó tarde tenía la costumbre de quedase despierto hasta tarde para ver si llegaban lechuzas de sus amigos por su cumpleaños, pero claro, contando con que no estaba en su mundo, no recibió ninguna.
- Buenos días.- Dijo somnoliento cuando entró en la cocina. - ¡Buenos días, Harry!- Dijo Bella alegre.- ¡Felicidades! - Muchas gracias.- Sonrió Harry mientras la niña corrió a abrazarlo. - ¡Hoy no estudiarás! ¡Hoy vamos a disfrutar el día!- Le dijo muy seria. ¿Qué te parece si jugamos al quidditch? ¿Quieres? - ¡Claro que sí! Pero... no tengo escoba. - No te preocupes... puedes coger la de papá. ¿Verdad mamá? - Sí, no hay ningún problema... claro que no se puede comprara con tu Saeta de Fuego... pero creo que te parecerá bastante buena. - ¿Qué modelo es? - Una nimbus 2.000.- Dio su madre sonriente. - ¡Genial! ¡Una nimbus 2.000 fue mi primera escoba!- Exclamó contento.
Diez minutos más tarde, ambos se encontraban sobre las escobas y jugaban con una pelota de basket (no debemos olvidar que Lily es hija de muggles) y ambos hacían los papeles de cazadores y guardianes, y así se los encontró más tarde James cuando llegó a la casa.
- ¡Ehi! ¡Vosotros dos! ¡Bajad de ahí para cenar!- Dijo James.- Lleváis todo el día sobre una escoba excepto cuando fuisteis a comer. ¿No os cansáis? - No.- Dijeron ambos en armonía.
Cuando ambos bajaron y entraron en la casa todo estaba muy oscuro, casi no se podía ver, aunque cuando Harry entró en el comedor, la luz se encendió y pudo escuchar un fuerte: "¡SORPRESA!" En la mesa había todo un banquete, mientras toda la habitación estaba decorada con adornos festivos, y allí justo delante de la mesa estaban Lily y James que se reían de la cara del muchacho.
- ¡Vamos Harry! ¿A que esperas? ¡Siéntate de una vez!- Dijo Bella alegremente. - ¿Te gusta?- Preguntó Lily. - Sí, muchas gracias. Es la primera vez que tengo una fiesta de cumpleaños. - Pues esperemos que no sea la última.- Declaró James.- Vamos, siéntate y cenemos.
Harry, pensó que aquel era sin duda el mejor cumpleaños que había pasado en la vida, y eso que en los últimos años, sus cumpleaños habían sido mucho más especiales gracias a sus amigos, pero ese sin duda les superaba y los superaría a todos.
Tan buen punto terminaron de cenar, todo lo que había en la mesa desapareció y lo que apareció fue un bulto que estaba tapado por una tela roja, y todos (excepto Harry) sonrieron con complicidad.
- Vamos Harry, es tu regalo, ábrelo.- Dijo Lily. - ¡No hacía falta!- Dijo Harry sorprendido. - ¡Claro que sí!- Afirmó Bella.- ¿Dónde se ha visto el no tener ningún regalo de cumpleaños? - Pero... - Venga Harry, ábrelo.- Dijo Lily amablemente.
Harry comenzó a deshacer las ataduras que sujetaban la tela con nerviosismo y apartó la tela. Lo que surgió una vez la tela hubo desaparecido fue una jaula con un pájaro del tamaño de un cisne con plumas de un color rojizo y suaves y cálidas al tacto.
- Un... ¡Un fénix!- Se asombró el chico. - Sí, es un fénix.- Sonrió Lily.- ¿Te gusta? - Yo... yo no sé que decir.- Tartamudeó Harry. - Tú solo di gracias.- Alborotó Bella.- ¿Qué nombre le pondrás? - Pu... pues no lo sé.- Dijo él.- El nombre de Hedwig lo busqué en el libro: "Una historia de la magia"... - ¿Quieres que te traiga un ejemplar?- Preguntó la niña. - No... déjame pensar un poco.- Dijo Harry con expresión pensativa.- A ver... ¡Ya lo sé! ¡Perseo! - ¿Perseo?- Preguntó Bella. - Era un héroe de la mitología griega... creo que derrotó a Medusa, una mujer que tenía el pelo lleno de serpientes, y que petrificaba con la mirada.- Dijo Lily (NA: Que conste que aunque he leído la leyenda de Perseo ahora no estoy muy segura si fue él o fue otro héroe griego quien derrotó a Medusa)- Curioso nombre para un fénix. - Si tenemos en cuenta en que circunstancias vi por primera vez un fénix, no lo es.- Rió Harry.
Na.- Hola a todos... ^^ Primero de todo... FELIZ AÑO NUEVO!!... jeje... ¿Y bien? Que tal la historia... os gusta ^^ Eso espero... Siento mucho el haber tenido que cargarme a todo el mundo (Buaaaaaaa!!! Mi Sirius!! Mi Remus!! Buaaaaaaaa!!!) pero es por una razón... ^^ que todos mueran tiene un motivo muy concreto... que se sabrá con el tiempo.
Un beso!!
Durante los siguientes días, Harry mostró una capacidad de curación realmente asombrosa, el brazo terminó de sanar en apenas tres días y la herida de la cabeza estuvo curada en tan solo un día más. El muchacho se preguntó levemente si aquello era debido a la gran cantidad de veces que había terminado en la enfermería, o si bien aquello le vino de forma innata. La cuestión fue que tan solo una semana después de aquello el muchacho ya estaba de pie.
Aunque la gran mayoría del tiempo, Harry se lo pasó en la gran biblioteca que había en el sótano... ¡Era enorme! Y se pasaba los ratos leyendo y estudiando libros y más libros, ya fueran de pociones, encantos o Artes Oscuras, porque no creía que Voldemort lo hubiera enviado a ese lugar a través de cualquier otra rama de la magia.
- "Dios... Hermione tendría un ataque cardíaco ahora mismo, si me viera aquí"- Pensaba divertido mientras revisaba libros sobe encantos.- "Ella que normalmente nos tiene que arrastrar hasta la biblioteca" - ¡Ehh, hermanito! ¿Necesitas ayuda?- Le preguntó Bella a sus espaldas, haciéndole botar hasta casi llegar al techo. Luego le envió una mirada a Bella que casi le hizo morirse de risa.- Lo siento, Harry... no quería asustarte, así que mejor que no me amenaces. Además he bajado a ayudarte un poco... te pasas el día aquí metido como un ratón de biblioteca.
Harry sonrió y le ofreció uno de los libros que estaba examinando. Ya se había acostumbrado a que Bella le tratara como si fuera su hermano mayor... bueno de hecho, todos en la casa se comportaban como si siempre hubiera estado en la familia y el muchacho pronto había aprendido que su madre cuando se enfadaba podía ser terrorífica, mucho peor que la señora Weasley.
De hecho, lo había descubierto, cuando todavía no había "sido dado de alta". Estaba bastante agobiado de la cama y había intentado dar una vuelta por la casa... el resultado, Lily lo pilló, y recibió una bronca impresionante (las de tío Vernon comparadas no eran nada) y se había ganado un día más en cama.
- Harry... ¿sabes a que día estamos hoy?- Preguntó Bella tranquilamente.
La niña sonrió ante la expresión desconcertada del muchacho, pero esperó a ver como continuaba la cosa. Cuando vio que no hacía ninguna muestra de contestar añadió.
- Harry, hoy es treinta de julio... ¡Mañana es tu cumpleaños!
Los ojos del chico se abrieron por la sorpresa... con todo lo que había pasado realmente se había olvidado de que al día siguiente cumpliría quince años. Bella de mientras comenzó a reír con fuerza al ver la cara de Harry.
- ¡Oh, Harry! ¿No me digas que no te acordabas que mañana es tu cumpleaños?- Preguntó entre risas.- ¡Yo nunca me olvidaría de eso!
Harry sonrió ante este comentario, pero en su mente se preguntó como reaccionarían todos en su mundo cuanto vieran que las lechuzas volvían con las cartas y los regalos de cumpleaños, además, aquel iba a ser el primer cumpleaños que pasara fuera de la casa de los Dursley, no es que le molestara mucho, pero aquello quería decir ningunas noticias de sus amigos o de Sirius, pero al mismo tiempo... ¿cuántas veces podía pasar su cumpleaños con su familia?
- Harry, ¿te ocurre algo?- Preguntó Bella preocupada a lo que el muchacho negó con la cabeza. ¿Te vas a tirar aquí todo el día?... Mejor no me respondas, ya sé la respuesta.
La niña salió de la biblioteca, dejando a su hermano estudiando aquellos tochos y se dirigió a la cocina donde se encontró con su madre ocupada con la cena.
- ¿Te ayudo, mamá?- Preguntó mientras miraba lo que su madre estaba cocinando. - Ves poniendo la mesa. ¿Sabes donde está tu hermano? - En la biblioteca, estudiando todos esos libracos...- le contestó.- Casi no hace otra cosa. - Cuando tu padre le dijo las muertes de Sirius, Remus, Dumbledore y Mc Gonagall, le afectó mucho. No quiere que ocurra lo mismo en su mundo, y yo le comprendo, si estuviera en su lugar también yo haría lo mismo y creo que tu padre también. - Supongo...- Dijo Bella no muy convencida.- ¿Sabes? Harry no se acordaba que mañana es su cumpleaños. - ¿No?- Preguntó Lily mientras pelaba unas patatas. - No... tendrías que haber visto su cara cuando se lo recordé. - No le habrás dicho nada más, ¿no? - No, no... que va, solo le he recordado que mañana es su cumpleaños, pero nada más.
En aquellos momentos, un ruido brusco justo debajo de ellas les hizo dejar a un lado su conversación y corrieron hacía la biblioteca donde nada más llegar vieron a Harry sentado en el suelo rodeado de libros, pero lo que más les llamó la atención rea que se oía un gemido bajo al mismo tiempo que el muchacho se frotaba la cabeza.
- Harry, ¿estás bien?- Preguntó Lily. El muchacho asintió con la cabeza. - Oye Harry... ¿Por qué no pruebas a hablar?- Dijo Bella mientras él parpadeaba confundido.- Venga... tú pruébalo. - Está bien...- Comenzó a decir, aunque pronto abrió los ojos con sorpresa mientras se tocaba la garganta.- ¡Eh! ¡Puedo hablar!- Alborotó. - ¡Genial!- Exclamó Bella a la vez que lo abrazaba. - Tienes una voz muy bonita.- Afirmó Lily.- Igual que James.
Harry se ruborizó con fuerza provocando la risa de su hermana y su madre, aunque pronto fueron los tres los que reían con fuerza y les costaba parar.
- Harry... ¿qué es lo que ha ocurrido?- Preguntó la mujer una vez se tranquilizó lo suficiente como para poder hablar. - ¡Oh! No mucho... quería coger unos pocos libros sobre encantos que estaban un poco altos, pero se han caído sobre mí.- Rió. - ¿Te has hecho daño?- Preguntó Bella. - ¡Que va! Esto no es nada.- Sonrió.
Al día siguiente Harry se despertó tarde tenía la costumbre de quedase despierto hasta tarde para ver si llegaban lechuzas de sus amigos por su cumpleaños, pero claro, contando con que no estaba en su mundo, no recibió ninguna.
- Buenos días.- Dijo somnoliento cuando entró en la cocina. - ¡Buenos días, Harry!- Dijo Bella alegre.- ¡Felicidades! - Muchas gracias.- Sonrió Harry mientras la niña corrió a abrazarlo. - ¡Hoy no estudiarás! ¡Hoy vamos a disfrutar el día!- Le dijo muy seria. ¿Qué te parece si jugamos al quidditch? ¿Quieres? - ¡Claro que sí! Pero... no tengo escoba. - No te preocupes... puedes coger la de papá. ¿Verdad mamá? - Sí, no hay ningún problema... claro que no se puede comprara con tu Saeta de Fuego... pero creo que te parecerá bastante buena. - ¿Qué modelo es? - Una nimbus 2.000.- Dio su madre sonriente. - ¡Genial! ¡Una nimbus 2.000 fue mi primera escoba!- Exclamó contento.
Diez minutos más tarde, ambos se encontraban sobre las escobas y jugaban con una pelota de basket (no debemos olvidar que Lily es hija de muggles) y ambos hacían los papeles de cazadores y guardianes, y así se los encontró más tarde James cuando llegó a la casa.
- ¡Ehi! ¡Vosotros dos! ¡Bajad de ahí para cenar!- Dijo James.- Lleváis todo el día sobre una escoba excepto cuando fuisteis a comer. ¿No os cansáis? - No.- Dijeron ambos en armonía.
Cuando ambos bajaron y entraron en la casa todo estaba muy oscuro, casi no se podía ver, aunque cuando Harry entró en el comedor, la luz se encendió y pudo escuchar un fuerte: "¡SORPRESA!" En la mesa había todo un banquete, mientras toda la habitación estaba decorada con adornos festivos, y allí justo delante de la mesa estaban Lily y James que se reían de la cara del muchacho.
- ¡Vamos Harry! ¿A que esperas? ¡Siéntate de una vez!- Dijo Bella alegremente. - ¿Te gusta?- Preguntó Lily. - Sí, muchas gracias. Es la primera vez que tengo una fiesta de cumpleaños. - Pues esperemos que no sea la última.- Declaró James.- Vamos, siéntate y cenemos.
Harry, pensó que aquel era sin duda el mejor cumpleaños que había pasado en la vida, y eso que en los últimos años, sus cumpleaños habían sido mucho más especiales gracias a sus amigos, pero ese sin duda les superaba y los superaría a todos.
Tan buen punto terminaron de cenar, todo lo que había en la mesa desapareció y lo que apareció fue un bulto que estaba tapado por una tela roja, y todos (excepto Harry) sonrieron con complicidad.
- Vamos Harry, es tu regalo, ábrelo.- Dijo Lily. - ¡No hacía falta!- Dijo Harry sorprendido. - ¡Claro que sí!- Afirmó Bella.- ¿Dónde se ha visto el no tener ningún regalo de cumpleaños? - Pero... - Venga Harry, ábrelo.- Dijo Lily amablemente.
Harry comenzó a deshacer las ataduras que sujetaban la tela con nerviosismo y apartó la tela. Lo que surgió una vez la tela hubo desaparecido fue una jaula con un pájaro del tamaño de un cisne con plumas de un color rojizo y suaves y cálidas al tacto.
- Un... ¡Un fénix!- Se asombró el chico. - Sí, es un fénix.- Sonrió Lily.- ¿Te gusta? - Yo... yo no sé que decir.- Tartamudeó Harry. - Tú solo di gracias.- Alborotó Bella.- ¿Qué nombre le pondrás? - Pu... pues no lo sé.- Dijo él.- El nombre de Hedwig lo busqué en el libro: "Una historia de la magia"... - ¿Quieres que te traiga un ejemplar?- Preguntó la niña. - No... déjame pensar un poco.- Dijo Harry con expresión pensativa.- A ver... ¡Ya lo sé! ¡Perseo! - ¿Perseo?- Preguntó Bella. - Era un héroe de la mitología griega... creo que derrotó a Medusa, una mujer que tenía el pelo lleno de serpientes, y que petrificaba con la mirada.- Dijo Lily (NA: Que conste que aunque he leído la leyenda de Perseo ahora no estoy muy segura si fue él o fue otro héroe griego quien derrotó a Medusa)- Curioso nombre para un fénix. - Si tenemos en cuenta en que circunstancias vi por primera vez un fénix, no lo es.- Rió Harry.
Na.- Hola a todos... ^^ Primero de todo... FELIZ AÑO NUEVO!!... jeje... ¿Y bien? Que tal la historia... os gusta ^^ Eso espero... Siento mucho el haber tenido que cargarme a todo el mundo (Buaaaaaaa!!! Mi Sirius!! Mi Remus!! Buaaaaaaaa!!!) pero es por una razón... ^^ que todos mueran tiene un motivo muy concreto... que se sabrá con el tiempo.
Un beso!!
