7.- ENCUENTROS
Todos se pusieron muy nerviosos ante el hecho que Voldemort podía parecer en cualquier momento, todos excepto Harry. Se le puede llamar experiencia o bien una toma de conciencia de la situación: Voldemort venía a matarlo y nada ni nadie iba a poder evitar que lo atacara, y de una cosa estaba seguro, no pensaba permitir que lo de Cedric se volviera a repetir, en esta ocasión Voldemort lo encontraría totalmente solo.
Así pues, mientras sus padres escondían a Bella, Harry salió de la casa completamente solo y se dirigía a un prado cercano, estaba seguro que Voldemort llegaría por allí. Y no se equivocaba, no mucho rato después, apareció Voldemort con su grupo de mortífagos, todos cubiertos con sus mascaras. El muchacho no necesitó que se quitaran las máscaras para reconocerlos, solo por la altura, la complexión y los ojos sabía quien era cada uno y se sorpendió cuando entre todos ellos descubrió unos ojos negros muy conocidos que mostraban preocupación: Snape. La verdad es que no tendría que estar muy sorprendido, después de todo él ya sospechaba que Snape estaría que espiando para Dumbledore, así que era normal que estuviera allí.
- Nos volvemos a encontrar, Potter.- Dijo Voldemort sonriendo.
- Sí.- Dijo el muchacho.
- ¿No estás asustado?- Preguntó el hombre.- ¿No me tienes miedo?
- No, no estoy asustado. Sabía que tarde o temprano esto pasaría... más bien estoy resignado.
- Valiente... sí, siempre lo dije. Es una lástima que rechazaras la generosa oferta que te hice hace cuatro años... juntos, podríamos haber hecho grandes cosas... Todavía puedes unirte a mí.
- Estás loco si crees que me uniré a un asesino como tú.
- Es una lástima, tendrás que morir entonces.
En aquel momento aparecieron justo al lado del muchacho James y Lily Potter provocando varias exclamaciones asustadas por parte de los mortífagos, la gran mayoría, por no decir todos, habían pensado que los Potter también estarían muertos en aquella dimensión y por la expresión de Voldemort parece que también él lo pensaba.
- ¡Harry! ¡Te dijimos que te esperaras!- Exclamó Lily.
- ¿Por qué has venido solo?- Preguntó James.- ¡Podrían haberte matado!
- De eso va la cosa...- Rió Voldemort.- Vaya sorpresa... James y Lily Potter... no creí volver a veros... que irónico ¿no?
- No tendríais que haber venido.- Dijo Harry.
- ¡Claro que sí!- Exclamó Lily.
No mucho rato después una gran cantidad de maldiciones se fueron viendo en el prado, aún cuando no les había hecho mucha gracia la idea, James y Lily se encargaban de los mortífagos (si bien habían sido advertidos de la presencia de Snape) y Harry de Voldemort, el primero tratando de volver a realizar el Priorem Incantem mientras el segundo trataba de matarlo, lo cual era difícil si contamos que el muchacho tenía buenos reflejos (y es que todos aquellos años en los que Dudley le pegaba y todo lo que había jugado al quidditch se notaba) esquivaba las maldiciones antes que le pegaran. Además justo antes que comenzaba al lucha, Perseo había aparecido y estaba ayudando a James y a Lily con los mortífagos.
- Eres bueno, muchacho.- Dijo Voldemort mientras Harry esquivaba su maldición cruciatus.- Muy bueno.
- Me alagas Voldemort. ¿Sueles hacer eso a todas las personas con las que te bates en duelo?
- Solo a aquellos que se lo merecen, y debo decir que nadie se lo merece más que tú, ni siquiera ese viejo loco.
- Podrías tenerle un poco de respeto al que fue tu profesor de transformaciones ¿no te parece?
- ¿Me das lecciones de educación?- Rió.- Eso si que es gracioso.
- Bueno... parece que las necesitas.- Le contestó Harry.- ¡Desmaius!
La maldición fue esquivada por un pelo, y Harry sonrió con satisfacción, ahora que sabía que no debía preocuparse por los mortífagos, estaba más tranquilo, después de todo, no era lo mismo preocuparse de un mago oscuro terrible, que de un mago oscuro terrible y de sus al menos diez seguidores.
Fue más o menos por ese momento que una luz intensa verde apareció un poco más abajo del lugar donde estaban combatiendo, y cuando esta desapareció aparecieron muchas cabezas pelirrojas, una castaña y un perro negro.
- ¡Te dije que no pusieras el polvo de escarabajo triturado!- Exclamó un pelirrojo.- Se suponía que la poción convertiría a quien la tomara en un cruce de cabra y gallo, no que nos transportara a sabe Dios que lugar.
- ¡Soy humana ¿lo sabías?! ¡También yo puedo equivocarme!- Le respondió la chica de cabello castaño.
- Vamos, da lo mismo, no creo que este lugar quede muy lejos de casa... aunque me gustaría saber donde estamos.- Dijo uno de los pelirrojos que parecía ser el adulto de más edad.
Todos los que ya estaban en el prado con anterioridad quedaron mudos ante la súbita aparición, pero quien más sorprendido estaba era sin duda alguna Harry, ya que él conocía a la perfección a las personas que estaban allí. Eran prácticamente todos los hermanos Weasley (excepto Percy), Hermione y Hocicos... o lo que es lo mismo, su padrino, Sirius Black.
- Pe... pero que... ¿qué estáis haciendo aquí?- Dijo el muchacho en un murmullo desconcertado.
- ¡Harry!- Exclamó Hermione.- ¡Estás aquí! ¡Sabía que la poción tendría que tener algo bueno! ¿Por qué te fuiste de casa de tus tíos sin decírnoslo? Nos tenías preocupados.
- ¡Silencio!- Exclamó Voldemort sintiéndose un poco ridículo.- ¡Esto era un duelo!
- ¡El Innombrable!- Exclamaron todos los recién llegados a la vez.
Inmediatamente después, todos los que acababan de llegar se pusieron en guardia y el perro negro se transformó en un hombre de pelo largo y negro y con ojos azules que estaba muy delgado y también él se puso en guardia.
Voldemort los miró e hizo cuentas... debían haber el menos de cinco a siete magos adultos, más dos muchachos que debido a su gran amistad con Harry seguramente estaban muy bien preparados además de un fénix. Si ya solo dos adultos y un fénix han mantenido a sus mortífagos bien ocupados, ahora estaba claro que podrían fácilmente con ellos. Lo mejor sería retirarse ahora, seguir acumulando poder y matar al muchacho más tarde.
- ¡Nos vamos!- Gritó Voldemort.
Todos los mortífagos corrieron a seguir a su amo y tomarse la poción para regresar a su dimensión si bien Harry todavía tuvo tiempo de lanzar el hechizo desmemorizante para hacer que se olvidara de cómo enviar a las personas a otras dimensiones. Si bien, hubo uno que tardó un poco más que los demás quedándose el último. Una vez que ya no quedó ningún mortífago se quitó la máscara, apareciendo Snape.
- Una poción muy bien hecha señorita Granger, además de una gran actuación. Dijo Snape con lo que podía ser considerado una sonrisa (ya lo sé es muy raro... hasta a mí me cuesta imaginarlo)- Espero que tenga bien claro como se hace para poder realizar la poción para volver.
- Sí, profesor. Todavía tengo las instrucciones conmigo.- Respondió Hermione.- Tenga cuidado, profesor.
Snape se volvió a poner la mascara y se bebió la poción, unos segundos más tarde, se había esfumado, y no había nadie en el lugar donde antes estaba él.
