Cáp. 4  Un día de la vida

En la cabina de una nave, acercándose a un hermoso y brillante planeta, dos figuras conversaban, una niña de aproximadamente ocho años y un adulto, la pequeña tenia el cabello rojo oscuro y unos preciosos  ojos azules que hacían resaltar lo blanco de su piel, mientras su acompañante tenia el cabello blanco y ojos miel, su peculiar vestimenta en color verde le daban un toque misterioso.

- El planeta mas bello que existe........... Autozam – pronunció para romper el pesado silencio

- Mhhhhh – la expresión de su acompañante no era que digamos de mucho interés – Lo mismo dijo mi padre de Céfiro –

- Si, también Céfiro es hermoso – contesto y sonrió ampliamente – Lo mismo dice tu padre – la presencia de aquella pequeña le hacia recordar los años en que Latiz paso en su planeta, era tan parecida a él, aunque físicamente se parecía a Lucy.

- Y dime Águila ¿que hay en Autozam? – preguntó con cierta indiferencia ya tan característica en ella.

- Ya lo verás – sonrió de nuevo y continuó - Ya lo verás pequeña Saeki – después dirigió su mirada al planeta que se asomaba.

Por orden de "Latiz", su hija tendría que vivir por un tiempo en Autozam, con Águila, quien sería su maestra y tutora durante los próximos años, al principio la decisión fue algo difícil pero con los constantes viajes de la pareja por razones políticas, sería algo incomodo para la pequeña Saeki viajar de un lugar a otro todo el tiempo, sin un lugar fijo en donde vivir.

- Muy bien hemos llegado – Águila parecía muy complacida con el encargo que le había hecho Latiz -  Creo que lo primero será inscribirte en una escuela – dijo en tanto bajaba el equipaje propio y el de la niña.

- Si, como sea – aunque en apariencia no demostró ningún sentimiento la verdad es que se sentía asustada, estar alejada de sus padres, de su hogar, pero en especial le preocupaba el hecho de que "no sabia que era una escuela" 

En Autozam viviría con Águila, asistiría por las mañanas a la escuela y por las tardes recibiría clases particulares, la vida en este nuevo planeta prometía ser muy dura. Los primeros días los utilizo para instalarse, dar un recorrido por todo el lugar, Águila le mostró la tecnología del planeta y le informo que dentro de algún tiempo un maestro de Céfiro vendría a enseñarle.................. magia

- Muy bien, este es tu primer día de clases -  menciono Águila parada frente a la puerta de salida – Pórtate bien –

- Aja – Saeki tomo sus cosas y paso por un lado de su tutora ignorando en su totalidad las muestras de afecto por parte de ella.

La llegada a la escuela fue fácil, llego temprano y espero, miro todo el lugar, ciertamente Autozam era un planeta súper desarrollado, nada comparado con Céfiro aunque la deserción de la ciencia era remplazado por la magia. 

- ¡Hola! Creo que es mi deber presentarme – una voz saco de sus pensamientos a Saeki obligándola a mirar – Yo soy Ryuichi.......Lardhat Ryuichi y me da gusto conocerte – tenia el cabello castaño y ojos amarillo dorado, el extendió la mano y le regalo una hermosa sonrisa.

- Hola – apenas se escucho su voz, después se dio media vuelta y prosiguió mirando el lugar.

La primera semana de la vida de Saeki en Autozam paso muy rápido y sin ninguna novedad, a excepción de un nuevo compañero que no se despegaba de ella ni un instante.

- Te acompañaré hasta tu casa – dijo el chiquillo de los ojos dorados tomando sus cosas y las de su nueva "amiga".

- Como quieras – A Saeki no le importaba en lo mas mínimo la compañía de aquel niño

- A partir de hoy yo seré tu guardaespaldas – grito el joven subiéndose a una banca y llamando la atención de sus demás compañeros – No permitiré que nada te pase – esto lo grito aún más fuerte y levantando una pequeña espada al cielo.

- ¡¡¡Vamos.......... no tengo tiempo de jugar otra vez!!! – gritó el espadachín del cabello verde – Si tú madre sabe que no estas tomando clases seguro se enfadara conmigo – ya había recorrido las cercanías del palacio varias veces sin dar con el pequeño.

Para esta familia las cosas se estaban desarrollando sin mas dificultades que la de controlar a un inquieto chiquillo de ocho años, que sin dar explicación alguna salía constantemente del palacio para aventurarse.

- Esta bien, creo que mejor me voy – Paris intento con otra técnica que según su esposa le resultaría mas eficiente  "porque no intentas hacer como si no te interesara" había dicho ella   "y así él pensara que te has rendido" – Si ..... regresare al castillo ..... porque no me interesa que mi hijo no regrese – dicho esto se encamino al palacio.

Rondo por los pasillos del castillo ya resignado a la posible represalia por parte de su mujer, aunque ella no tendía a hacerlo cuando esto sucedía, solo lo miraba con algo de enojo pero parecía divertida de que él nunca diera con el pequeño. Llego hasta la puerta donde su mujer trabajaba, se acerco y tomando una gran bocanada de aire preguntó.

- ¿Puedo pasar? – más a su pregunta no se escucho respuesta – Hay alguien ....... puedo pasar – escucho dos voces y algunas discretas risas.

- Y entonces mi papá se acerco al árbol pero no me vio, así que comenzó a decir.... – hizo una pausa y después continuó - "Esta bien creo que mejor me voy, si ..... regresare al castillo .....porque no me interesa que mi hijo no regrese" –  la voz estaba haciendo una imitación de la voz de Paris.

 Cuando entro vio lo que a sus ojos fue una escena muy conmovedora, su mujer estaba sentada en uno de los sillones escuchando atenta lo que su hijo decía, con una hermosa sonrisa, había dejado su trabajo para escucharlo, por su parte el niño se paseaba por todo el salón trepando a cada sillón e imitando todo de cuanto hablaba.

- ¿Y regresó como todos los días al palacio? – ella volteo ligeramente sonriendo.

- Claro que lo hizo, siempre lo hace ¿no? – el niño estaba subido en el respaldo del sillón donde estaba sentada su madre.

- Será mejor que te vayas – ella tomo sus lentes, se levanto y se dirijo hasta donde estaba su escritorio.

En instantes el niño tomo algunos libros y salió corriendo de la habitación deteniéndose sólo un minuto frente a la puerta para despedirse de su madre levantando la mano.

- Así que no lo encontraste – pregunto ella sin apartar la vista de los papeles que tenia en el escritorio. 

- No -   la voz provenía de una sombra que se aclaro conforme se acerco a ella – Pero creo que tu has sabido donde esta desde el principio – después la rodeo con sus brazos, su mano atrajo su rostro hacia el suyo besándola.

En otro lugar de palacio se llevaba acabo una mas de las clases impartidas por Guru Clef, el se estaba encargando tanto de su hijo como de Lyon, no era difícil enseñarle a Eliott pero al hijo de Anais parecía no importarle nada que tuviera que ver con magia.

Las clases dadas por el mago eran muy duras, los dos jóvenes tenían que levantarse desde muy temprano y salir a los jardines a prepararse espiritualmente (meditar). Por un lado Eliott hacia lo posible por seguir todo lo que decía su padre y se levantaba a la hora exacta para dirigirse a meditar para después ir a su entrenamiento diario, mientras que Lyon se levantaba mucho más tarde y en vez de meditar se quedaba dormido y a la hora de entrenar se escabullía a los bosques cercanos al palacio.|

Esta mañana Eliott se despertó como de costumbre para meditar desde temprano, él era realmente apuesto, aún siendo todavía un niño, tenía el pelo color lila, un poco más claro que el de su padre y hermosos ojos azules como los de su madre. Se vistió y salió a los jardines donde le esperaba un duro trabajo. Se acomodó en el pasto y comenzó a prepararse. Pocas horas después su padre satisfecho por la puntualidad de su hijo se dirigió a él.

- Se acabó el tiempo Eliott, vamos levántate tenemos algo importante que hacer -

- Pero padre, todavía no he terminado –

- No discutas – dijo dando un fuerte golpe con su bastón en la cabeza del pequeño -  tenemos una cita con los gurus – dio media vuelta y se encamino al castillo.

- Esta bien padre – El niño corrió hasta encontrarse donde estaba el mago.

- No corras en el castillo – Su bastón se volvió a encontrar de nuevo con la cabeza del chico. Su padre era realmente estricto. Nunca podía salir a jugar, ya que siempre estaba tomando clases, lo cual para él era la muerte (bueno entiéndanlo tiene ocho años) Desde hace seis años su vida se había convertido en la de un adulto, siempre llena de compromisos, cosas pendientes, trabajo, todo porque él sería el futuro guru. Su madre lo quería mucho pero aún así siempre aprobaba lo que su padre hacia.

Llegaron a un inmenso castillo, más grande que el de Céfiro. Fueron recibidos honorablemente por un cortejo de hombres mayores, todos con hermosas capas y trajes dignos de un rey, atuendos como el de su padre, sin duda eran los gurus de todo Céfiro. Se sentaron en una grandiosa mesa, cada uno con un lugar reservado. Todos lo miraban satisfechos. Pero ninguno mas orgulloso que su padre.

- Bienvenido pequeño Eliott – Dijo uno de los tantos hombres sentados a la mesa – Nos da mucho

gusto que estés aquí –

- Gracias señor, el gusto es mío – A pesar de ser pequeño, era un niño muy bien educado. Su padre se levantó, dio la mano al guru que le había hablado y se dirigió hacia la salida.

- Te quedarás algunos días aquí, tomando algunas clases– miró por última vez al niño y se retiró. Allí pasaría toda la semana aprendiendo de los gurus para en un futuro convertirse en uno de ellos.

En un lugar apartado y muy frió se podía ver la figura de una mujer, ella miraba con interés tres burbujas, una de color lila y reflejos en azul, otra en color amarillo y verde, la ultima en color gris oscuro y destellos en rojo y blanco.

- Pronto Marina...... pronto tendrás que pagar tu deuda – después sonrió y acaricio la burbuja de color lila – mientras tanto cuida de mi bello pilar – dicho esto desapareció las burbujas y se retiro del lugar

      Continuara................

Notas: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Hola!!!!!!!!!!!!! Que les pareció, esto fue un poco de la vida de cada uno de los niños, mas adelante contaremos mas. Como ven cada uno tiene sus dificultades, sobre todo Saeki a la cual la dejaron (abandonada UU ^^) con Águila. Por el otro lado se encuentra Lyon, que es criado como un niño común y corriente. Y después pasamos al atareado Eliott (ahhhhhhhh.........guapísimo) que desde los dos años tuvo que estudiar (que trabajo). Bueno esto fue un vistazo de sus vidas, para que así comprendan sus personalidades.

Bueno ya vasta de palabrería, ¿dudas comentarios o recomendaciones? Déjenlos en Reviews .......a, si las quejas dirigidas a Yuky. Gracias