Sentimientos Desconocidos

por: Tiff

Aoshi Shinomori caminaba un poco distanciado de la mujer que iba contoneándose a solo unos pasos más adelante de él.

Su mente estaba más confundida que nunca antes en su vida, y es que esa misma tarde, cuando pensaba que nada podía sorprenderle ya en su existencia, había descubierto que él, el empresario más grande de Japón, uno de los hombres más codiciados de su país, y talvez una de las personas más frías que nadie hubiera conocido, tenía un hijo...

Si, jamás se hubiera imaginado recibir aquella noticia tan inimaginable. Nunca había pasado por su mente algún pensamiento de aquella índole. Y sin embargo, ahí estaba, no en un sueño, estaba despierto, caminando al lado de Misao, con la intención de conocer a su hijo.

Pero ¿Como? Claro, no era que no supiera como se hacían los bebes, lo que le extrañaba mucho, era tener uno, sin saberlo.

Misao se había encargado de él por todos esos años, ella sola. Él nunca había recibido en su oficina o en su casa, ninguna noticia, no sabía que día era su cumpleaños, ni a que escuela iba, no sabía que le gustaba...vaya, ni siquiera sabía como era.

¿Que sabía de él? Su nombre. Y solo porque se acababa de enterar de él hacia algunos instantes. Shiro...ese era el nombre de un pequeño de casi ocho años. Así le había puesto su madre, y a decir verdad, no se oía nada mal, de hecho le parecía muy lindo.

¿Como sería su aspecto? ¿Se parecería a él? Podía tener sus ojos, su cabello, su rostro...tantas cosas parecidas en él. En serio que había empezado a imaginarse cosas.

Jamás había deseado tener un hijo, y ahora que sabía que lo tenía, quería verlo como a nadie en el mundo.

Misao en cambio, no se sentía muy segura en esos momentos. Ella misma le había dicho a ese hombre que le presentaría a su hijo. Lo había dicho en un impulso por demostrarle a Aoshi de lo que se había estado perdiendo en todos esos años.

Sin embargo, después de su arranque de locura, cuando empezó a ver las cosas más claramente, descubrió que talvez no era una muy buena idea. ¿Como reaccionaria Shiro al saber que aquel hombre era el que lo había abandonado por tantos años?

No podía llegar de repente y decirle "Este es tu padre Shiro-chan, ¿te acuerdas de todo lo que te dije de él?" Porque jamás le había gustado guardarle secretos al niño. No podía decirle una mentira tal, como que su padre había muerto, ni que se habían divorciado, si ni siquiera se habían casado...desde que tuvo uso de razón, le dijo que su padre la había engañado, y que ella se había marchado de su lado por ello...

Tal vez no había sido muy buena idea...desde ese momento, Shiro había experimentado, en su alma infantil, un desprecio (sino se le podía llamar odio) hacia su padre.

Según el pequeño era culpa de su padre el que los niños de su salón lo vieran extrañamente, exclamando a sus espaldas que no tenía padre, que nadie lo hubiera acompañado en los festivales de padre e hijo que se celebraban todos los años, evitando esas celebraciones con alguna excusa de enfermedad...

A decir verdad, era un niño muy maduro para su edad, era fuerte, y según él, era el protector de su madre.

No necesitaba la ayuda de aquel hombre para darle una buena vida al pequeño, haría todo lo que fuera por él, solo por verlo sonreír.

Le estaba mostrando a su hijo, porque sabía que tenía el derecho de por lo menos conocerlo.

Mientras se acercaban a su casa, en medio de la noche, Aoshi se iba dando cuenta que Misao vivía acomodadamente. Era un lugar de departamentos grandes y lujosos. Ella trabajaba para una gran compañía, era lógico que tuviera un buen sueldo.

Con razón jamás había llamado para pedir su ayuda, eso y su orgullo.

Los dos entraron en un lujoso edificio, que estaba silenciosos en esos momentos de la noche. Se dirigieron al elevador, presionaron el botón justo en el momento en el que la puerta se abría.

Un hombre alto y de cabello alborotado y castaño, esbozo una sonrisa infantil en cuanto vio a la chica parada frente a él, que le devolvió el gesto.

-¡Misao! ¿Que haces aquí tan tarde? Shiro-chan a estado preguntando por ti, ¡llamó a mi casa tres veces! Ya sabes como se pone cuando no le avisas a donde vas y...ahh, buenas noches.-

El joven por fin había notado la presencia de aquel hombre de mirada fría parado detrás de la mujer, lo miraba de una manera muy extraña y amenazadora.

-Buenas noches.- respondió haciendo un movimiento con la cabeza, pero sin darle significado a sus palabras.

-Gracias Sanosuke.- la chica sonrió, subió al elevador rápidamente, con Aoshi detrás de ella. Presionó el botón, y las puertas se cerraron, alcanzando a ver solo una cara de confusión en el castaño.

Misao sentía una mirada penetrante en su nuca, los ojos de Aoshi se clavaban en su figura con recelo. Ni siquiera lo había presentado ante ese tal Sanosuke. Y después de todo no tenía porque, solo iba a su casa esa vez. Después de eso, se alejaría para siempre de él.

La mujer se detuvo en frente de la puerta, con las llaves de la misma en su mano, temblando ligeramente. Se volvió hacía Aoshi, y lo miró a los ojos con algo que denotaba preocupación.

-Yo te presentaré ante él. Por favor no digas nada acerca de nuestro pasado, él no sabe como es su padre, y no quisiera que se enterara. Ahora eres solo un amigo mío.-

-Pero el tiene derecho a saber.- protestó él calmadamente.

-Esta es mi casa, y es mi hijo.-

-También es mi hijo...-

-¡No te atrevas a decírselo! ¡Solo eres su padre porque lleva tu sangre! ¡No estuviste para él durante estos ocho años!.-

Hubo un pequeño silencio, en el que Aoshi pudo sentir los profundos efectos de sus palabras.

-Yo pongo las reglas ahora, si es que quieres conocerlo.- Misao lo miró desafiadoramente.

El hombre suspiró. -Si quiero verlo, no le diré nada.-

-Confío en tu palabra.-

Misao abrió la puerta, y se encontró con un largo pasillo a oscuras.

-Pasa.- Aoshi miró con cautela cada uno de los rincones del lugar. Era espacioso y acogedor, como nunca lo había sido su propia casa desde que ella se había marchado.

A unos pasos de él, en el piso, se encontraban varios juguetes pertenecientes a un pequeño. Soldados, carros y un trompo yacían en el piso, todavía tibios por el toque del niño.

Aoshi levantó un osito arrumbado en uno de los rincones, y lo examinó con cuidado. Estaba sucio de la panza, y descosido de uno de sus brazos...y sin embargo, lo envolvía una fragancia embriagadora. Jamás había percibido el olor de un niño, y a su parecer, era de los más dulces e inocentes que había apreciado.

La ojiazul se había acercado a él, y le había retirado lentamente el pequeño oso de sus manos, rozando las suyas con sus dedos. ¡Que sensación tan agradable era el sentir esas manos en las suyas una vez más! Jamás se había puesto a pensar que tanto extrañaba esa cálida suavidad.

Unos ruidos de la sala distrajeron su atención hacia aquella habitación, la luz estaba encendida, y los fuertes sonidos de la televisión se escuchaban hasta el pasillo. Misao suspiró, y puso una cálida sonrisa en su rostro dirigiéndose hacia aquel lugar.

Aoshi se quedó parado, decidiendo que hacer. Ese era el momento preciso para retroceder. Podía salir del departamento, sin que nadie se diera cuenta, y desaparecer de sus vidas para siempre...pero, esa era su única oportunidad...si se iba en ese momento, jamás llegaría a conocer a su hijo, viviendo con esa incertidumbre toda su vida.

-Ya llegué Shiro-chan.- la voz maternal de Misao llenó la habitación, seguida por los pasos de un pequeño.

-¿Donde habías estado mamá?- El corazón de Aoshi dio un salto al escuchar la voz del niño. Aparte de Misao, jamás había escuchado voz más celestial.

Se acercó caminando rápidamente por el pasillo, llegó a la habitación, y asomó la cabeza con curiosidad y cautela.

Ahí fue cuando lo vio. El niño más hermoso que hubiera visto jamás.

Sus ojos se volvieron cristalinos al notar el extraordinario parecido que tenía con él. Era igual. El más mínimo detalle se veía reflejado en su carita infantil. Sin embargo, los gestos inocentes que hacía, eran los de su madre, tenía la hermosa sonrisa de su progenitora...

En esos momentos, se había olvidado del mundo de los negocios, de las mujeres, de las futuras negociaciones con las compañías...del mundo. En ese momento, conoció lo que significaba sentirse dentro de una familia.

El pequeño levantó sus lindos ojos verdes hacía la puerta, encontrándose con un hombre a mitad del pasillo. Era alto y de cabello de ébano. Algo le llamó la atención en él, se alejó de su madre, y sin decir nada se acercó al extraño, con mirada de curiosidad. Aoshi retrocedió, mirando a Misao. Ella se quedó inexpresiva.

-¡Hola!- exclamó el pequeño con su aguda voz. -Mi nombre es Shiro ¿Quien eres tú?-

-A-Aoshi..-
Continuara...

Si!!! Por fin a conocido a su hijo!! aunque el enano no sepa quien es él, pero lo tendrá que descubrir un día ¿no? además una sorpresa en el próximo capitulo ¡¡por fin sale Sou-chan!! un encuentro con Aoshi...que cosas °¬°

Por cierto, vamos a los reviews!!

ayanami: Si, lo se, e sido muy buena con Aoshi, pero e reflexionado, y creo que se acabo la amabilidad, después de todo, después de conocer a Sou-chan, ya nada va a ser tan fácil (je,je,je) oye, y perdón por hacer sufrir a Soujiro, pero ya estaba pensado un A/M, te prometo que encontrara a alguien, y no sufrirá tanto..

Kitiara: Esta vez logramos la meta!! actualice en menos de un mes!!! (creo) lo que pasa es que de pronto no llega la inspiración...pero ahora si!!! (lo peor es que estoy en exámenes)

Misao-chan: Todavía no sientas pena por Aoshi!! que no a empezado, Sou se va a quedar con alguien lindo lo prometo, y todo se arreglara al final!! gracias por tu review!!

Devil: Gracias por otro review, y gracias por tu sugerencia de todos modos, en serio no te cae bien Aoshi ni un poquito??

aska ishida: Hola!! espero que te este gustando la historia hasta ahora, espero otro comentario tuyo!!

M.S Arashi Sumeragi: u_u Tienes razón, cualquier mujer se hubiera echado a los brazos de Shinomori diciendo "claro papacito te amo" pero Misao es una mujer fuerte!! y no se va a dejar tan fácilmente!! Y no te preocupes por Sou-chan, el chico es un encanto.

Sol Himura: ¿Te has imaginado al pequeñín?? hay yo si, y me encanto la idea de un Aoshi en miniatura!! Y no te preocupes (ya me van a mandar cartas bombas) que Aoshi se queda con Misao!!

Julieta F. :Están empezando a confundirme @-@ todos quieren que Sou-chan sea feliz, pero quieren que se quede con Aoshi!! No importa...yo estoy igual!! tenía que ser...y créeme, si pudiera, ya me hubiera desecho de todos los hombres infieles, hipócritas, mujeriegos: osease más de la mitad de la población masculina (no es cierto!! por acá me van a linchar)

jocky-misao: Las mujeres tenemos ese poder no crees ¡pobre de Aoshi!

Kazy y Yuki: Gracias por todo!! me has apoyado mucho en mis fics, y estoy muy agradecida contigo por eso!! es un honor el formar parte de tu lista!!

Maru Kazegami: Gracias por tomarte tu tiempo, me haces muy feliz!! ^O^ Por aquí habemos mucha que AMAMOS a Aoshi, deberíamos de formar un club.. . MAKIMASHI MISAO FUTURA DE SHINOMORI ( SI LO ATRAPO) ^_^: Claro que no me e olvidado de ti!! eres una gran amiga!! gracias por acordarte de mi!! y perdón por no dejar reviews, si leo los capítulos cuando puedo, pero rara la vez hay tiempo para dejar reviews, tengo que estudiar mucho si quiero una beca...de todos modos te felicito!! vas mejorando cada vez más!! por cierto, vieras como me ría con tus conversaciones, en serio, nunca cambies, ojala y nos veamos pronto!!

Mitchy Mitsui: Ahhh!! calma, calma!! no fue mi intención...te prometo que no acabaran sufriendo, será un final feliz!! ojala y eso te quite las lagrimas de los ojos...gracias por tu comentario!! Ufff..eso es todo, bueno, creo que nos despedimos por ahora, ojala pueda subir un capitulo nuevo muy pronto...Namárië!! Tiff

Avance del próximo capítulo: -¿Quién es él Misao?- dijo Soujiro con curiosidad, observando a el hombre que se entretenía con Shiro-chan. -Es solo un amigo- contestó con cierta melancolía en su voz.