Elen despertó cuando el sol asomaba sus cabellos de fuego entre los árboles, varios rayos de luz entraban por las cortinas blancas y un aroma dulce jugueteaba en el aire.
-que hermoso día hace hoy pequeños-dijo a dos pajarillos que trinaban en la ventana más cercana. La elfa se levanto y sintió lo bien que había dormido en aquel bello lugar, a su lado vio un hermoso vestido rojo.
-si se me olvidaba ya no tengo que cubrirme-tomo el vestido y lo miro con gusto era bellísimo.
Elen se tomo un baño y se puso el hermoso vestido, los pajarillos que aun se encontraban en la ventana volaron por toda la habitación cantando como si alabasen la sublime belleza de Elen, las flores que había en la habitación parecían como si hubiesen girado sus capullos para sentir la noble y cariñosa energía de la elfa.
-iré a dar un paseo por este bosque,¿vendrán conmigo?-dijo sonriendo a las avecillas que revoloteaban de un lado a otro. Desde que se había levantado Elen no había dejado de pensar en su amor
-Legolas, cuanto te amo, le amas mucho, muchísimo ¿cierto Elen?-le dijo seria al reflejo que le daba el espejo, para luego sonreírse a sí misma.
Elen salió de la casa, caminando por un pequeño bosque de mallorns jóvenes sin notar que a su paso el viento se detenía, las flores volteaban sus pétalos, los árboles agitaban sus hojas, el agua en los arroyos le cantaba y el sol con un pequeño rayo de luz la iluminaba suavemente. Elen llego aun hermoso prado, lleno de hermosas flores blancas, donde un poco mas lejos se elevaba una gran casa, Elen camino por el lugar jugando con las aves y cantando con ellas, se sentía feliz, amaba a Legolas y al parecer el le amaba. Elen estaba tan entregada al momento que no se percato que era observada.
Esa mañana Legolas se despertó cuando el sol comenzó a salir, había dormido como hace ya varias semanas no lo hacia, su primer pensamiento fue para Elen, no le había visto desde la noche anterior cuando ella se quedo con su hermana, la dama Galadriel.
Después de pensar un rato recostado en la cama observando como la luz del sol se filtraba entre las ventanas de la habitación, Legolas se levanto y se dio un tibio baño, después salió a caminar por los pasillos de la casa, camino largo rato sin rumbo fijo observando el hermoso bosque que rodeaba la casa hasta llegar a un punto donde el bosque se transformaba en una hermosa pradera de flores blancas, Legolas se detuvo a admirar la belleza de aquel lugar, observo lentamente cada rincón de la pradera con gran detenimiento, hasta que sus ojos encontraron allá a lo lejos a la mas hermosa criatura que jamás hallan visto, una joven elfa de belleza infinita jugueteaba con las aves, mientras su cabello negro como la noche se revolvía inquieto en el viento, Legolas estaba estupefacto, Maravillado, extasiado, con aquella adorable joven que deslumbraba a quien la viera aun a una gran distancia. Legolas no supo porque pero su corazón tenia un presentimiento, viendo a aquella joven sentía como si.......
-¿Elen?-se pregunto a si mismo sin ni siquiera pensar en lo que decía-no, no puede ser ella, yo nunca le he visto-a pesar de decirse estas palabras, su corazón seguía sintiendo a Elen allá a lo lejos donde estaba la bella dama elfica. el rubio elfo no podía parar de admirar aquella maravilla y estuvo así hasta que una voz lo libro de aquel hechizo que lo tenia prisionero.
-buenos días príncipe Legolas.
-¡Haldir que bueno que llegas, dime ¿quién es ella?-dijo Legolas señalando el lugar donde se encontraba la elfa
-¿quién príncipe Legolas?¿No veo a nadie allí?-contesto Haldir mirando a donde Legolas señalaba, Haldir estaba muy sorprendido por que para que aquel educado y noble elfo no lo saludara correctamente debía de estar bastante impresionado; Legolas volvió la cabeza y no había nadie, la joven había desaparecido, solo un momento y se esfumo.
-"¿seria un sueño?-pensó Legolas-"debió ser ¿no puede haber existido, no puede existir y no existirá algo tan hermoso en ningún lugar de el universo, debo estar aun dormido, si eso debe ser-añadió el elfo a sus pensamientos.
-¿qué pasa príncipe Legolas?-pregunto Haldir mientras miraba la cara pensativa de Legolas-¿esta usted bien?
-no........no me pasa nada , solo que este lugar están hermoso y mágico que ya estoy viendo visiones-dijo Legolas pensativo
-¿visiones? ¿Qué visiones?¿Esta seguro que esta bien?-exclamo Haldir algo preocupado
-si estoy bien, pero ¿podría pedirte algo?-dijo Legolas mirándolo distraídamente
-si, si yo puedo brindártelo príncipe Legolas-respondió Haldir haciendo una reverencia.
-bueno lo primero: no me llames príncipe, llámeme solo Legolas, lo segundo: perdón por no haberte saludado como es debido y tercero: ¿serias tan amable de pellizcarme?-Haldir lo miro extrañado
-no me mires así Haldir, por favor has lo que te pido- le afirmo Legolas
-esta bien, usted me lo pidió-Haldir tomo un brazo de Legolas y le pego un retorcijon a la delicada piel de Legolas
-aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy-grito Legolas-ya, ya, si estoy despierto
-¡qué! ¿Era para ver si estaba despierto?-dijo Haldir más extrañado aun.
-si, es que creí que estaba dormido, creo que lo que vi hace poco era un sueño, pero ahora estoy seguro de que no lo es y que fue una visión o alguna magia de este bello lugar-dijo Legolas sobandose el lugar donde Haldir le había maltratado la piel a petición suya
-¿qué vistes Legolas?.pregunto con curiosidad Haldir
-lo que vi no se podría describir ni con las mas hermosas palabras de la tierra media Haldir, pero olvídalo son solo tonterías mías no me preste atención-Legolas mejor guardo silencio aquella dama que había visto a pesar de estar tan lejos le había parecido infinitamente hermosa, ni Galadriel, ni Arwen, ni nada, ni nadie podría comparársele, y decirle esto a alguien le hubiese parecido una enorme mentira.
-ah, se me olvidaba Legolas, ¿dónde están tus compañeros?-dijo Haldir cambiando de tema
-no sé no les he visto esta mañana-respondió Legolas, mientras con un gesto invitaba a Haldir a seguirlo, los dos elfos se encaminaron silenciosos a las habitaciones de los demás integrantes de la comunidad, cuando ya llegaban a las habitaciones Haldir le hizo una pregunta a Legolas un tanto extraña:
-Legolas he querido preguntarte algo
-Si, ¿dime Haldir?-cuestiono Legolas
-¿has visto si algún elfo ha visitado a Ciryatan?-pregunto Haldir tímidamente, Legolas lo miro un tanto sorprendido pero respondió la pregunta, al fin y el cabo Haldir era el capitán de Ciryatan:
-pues............mmmmm....no, no recuerdo haber visto a nadie-dijo Legolas ante la cara triste de el loriende-pero..........si, si vino alguien-el rostro de Haldir brillo
-¿puedes decirme quien era?-dijo Haldir ansiosamente
-pues creo que era su hermano o algo así-dijo Legolas sonriendo por la actitud desesperada que tomaba Haldir algo extraño en su carácter habitual el cual era sereno y arrogante.
-gracias Legolas-dijo Haldir alegre –ha venido- añadió Haldir en una voz murmurante a si mismo.
-¿qué dices Haldir?-pregunto Legolas algo impresionado por la enorme sonrisa que Haldir dejaba ver en su rostro
-nada-dijo Haldir rápidamente.
Al fin ambos elfos llegaron a una sala donde se encontraban los demás integrantes de la compañía.
-por fin los hayamos huéspedes de Lorien, he estado buscándolos-dijo Haldir haciendo una reverencia-acompáñenme a por favor, he de guiarlos a tomar el desayuno.
-¡si, comida!-exclamo Gimli
Aragorn y Ciryatan reían de la imprudencia del enano bajo la atenta mirada de Haldir, mientras Lesla y Boromir eran más inseparables después de lo sucedido en la noche.
-enano glotón-grito Legolas al escuchar a Gimli
-elfo lunático-contesto Gimli
-por favor les pido que me sigan-dijo Haldir saliendo de aquella sala, dirigiéndose a los comedores.
La comunidad siguió a Haldir por largos y hermosos pasillos adornados con una exquisitez asombrosa, después de caminar un momento llegaron a un salón enorme donde había una mesa larga con hermosos manteles blancos, sobre ella estaban servidos los alimentos de cada uno y cientos de otros manjares para su deleite, todos comieron hasta quedar satisfechos, al terminar cada uno se fue a recorrer los parajes. Legolas se fue a su habitación temporal, a pensar en lo que habían visto sus ojos en la mañana y en le sentimiento que esto le produjo, necesitaba ver a Elen, pero sabia que solo hasta la noche la vería ya que ella y su hermana tendrían mucho de que hablar, Lesla se fue con Boromir a conocer los alrededores y Gimli y Aragorn se quedaron hablando en la sala donde estaban antes de ir a desayunar, Ciryatan por su parte se fue a recorrer los bosques acompañado de Haldir:
-¿puedo acompañarte?-pregunto Haldir a Ciryatan
-claro Haldir-ambos elfos caminaron largo rato hablando sobre sus aventuras y sus anécdotas
Después de un rato Haldir pregunto a Ciryatan por lo que tanto le inquietaba.
-¿dime Ciryatan? ¿Tu hermano Amaratan no ha venido a visitarte?-dijo Haldir mostrándose tranquilo
-si ha venido, estuvo aquí anoche y se quedara hasta mí partida ¿acaso necesitas hablarle?-pregunto finalmente Ciryatan
-eeeeehhhhhhhhh........si, si tengo que hablarle hace mucho que no le veo pues tenemos las guardias en direcciones opuestas el esta en el extremo norte del país y yo en el sur, por ello no tengo mucha comunicación con el-dijo Haldir tratando de no equivocarse en sus palabras
-ya veo, bueno apenas lo vea le digo que se comunique contigo-dijo sonriente Ciryatan
-no, no te molestes, ¿me imagino que el ira a la celebración esta noche? O ¿me equivoco?
-si tienes razón, el ira-contesto Ciryatan
los dos elfos cambiaron de tema y luego de una larga caminata volvieron Ciryatan
volvió a la casa a descansar un rato y Haldir volvió a sus obligaciones matutinas.
Elen seguía jugando con las flores hasta que alguien le hablo desde un árbol cercano:
-buenos días hermosa dama
Elen miro a su alrededor y vio allí cerca de ella un elfo de vestiduras extrañas, llevaba un báculo como si se tratase de un mago, era un elfo rubio, esbelto y alto y de una gran belleza.
-aiya,¿a quien tengo el gusto de saludar-exclamo Elen con una sonrisa, acercándose rápidamente donde el elfo internándose entre los árboles.
-mucho gusto, mi nombre es Turambar soy un sirviente de la dama Galadriel-dijo el elfo haciendo una reverencia-y cual es el nombre de la hermosa dama que me a atraído con su canto
-mi nombre es Elentari, pero llámame solo Elena-dijo Elen sonriente
-eres muy hermosa dama mía, más bella que todo lo que existe en este reino, lady Elen.
Dijo el misterioso elfo tomándole una mano y besándosela, Elen no pudo evitar sonrojarse
-y de donde viene la hermosa criatura que me ha robado el corazón- pregunto el bello elfo
-Yo, yo vengo del valle del atardecer-dijo Elen sonrojándose cada vez mas, el elfo cogió una flor y se la entrego:
-para mi amada desde que un ave me hizo ver a través de sus ojos cuan bella eres-Elen lo miro atónita, no entendió lo que le dijo aquel elfo
-bueno discúlpeme debo irme-dijo Elen mientras se retiraba rápidamente a su estancia
-adiós bella dama – le respondió el elfo-ya tendré mucho tiempo para estar contigo-se dijo Turambar a si mismo.
