CUANDO RYO VOLVIÓ A SHINJUKU
Primera parte
Eran ya las cinco de la tarde en el aeropuerto de Shinjuku. En aquellos momentos, un hombre de unos cuarenta y cinco años, y un chico de diecisiete, recogían su equipaje. El chico, se llamaba Ryo Akiyama, y el hombre, Maoko Akiyama. Pues bien, Ryo preguntó al hombre, que era su padre:
¿Cuál es la nueva dirección?
El número cuarenta de la calle Fuji, en el piso 5ºC. ¿Por qué lo preguntas?
Por saberlo...Oye...
Qué.
¿Te importaría que fuese a dar una vuelta? ¿O necesitas ayuda?
Pues hombre, ¿tú qué crees?
¡Sabía que me dejarías! ¡Gracias! - dijo comenzando a correr hacia la salida. Mientras lo hacía, se giró a su padre, que se había quedado lívido:
¡Volveré para cenar! ¡Espero que hagas algo riquísimo! - el hombre, furioso, dejó caer su equipaje y comenzó a gritar: ¡¡¡ESTE NIÑO TIENE UN MORRO QUE SE LO PISA!!! ¡¡¡PRIMERO VA Y SE LARGA!!! ¡¡¡ADEMÁS, ME DEJA CON TODO EL EQUIPAJE, Y TODO LO DE LA MUDANZA!!! ¡¡¡Y PARA COLMO, ME DICE QUE HAGA ALGO RIQUÍSIMO DE CENA!!! ¡¡¡PUES QUE SE JODA, PORQUE VOY A PEDIR UNA MALDITA PIZZA DE ANCHOAS, DE LAS QUE TANTO ODIA!!! - todo el aeropuerto se le quedó mirando, más especialmente, una mujer de avanzada edad que además parecía examinarlo - ¡¡¡Y USTED QUÉ MIRA, VIEJA CHOCHA!!! - y siguió recogiendo el equipaje.
Entre tanto, en otro lugar de Shinjuku, una chica permanecía tumbada en su cama, con cara de aburrimiento. Aquella era Rika Nonaka, y tenía unos trece años. Su madre, entró en aquel momento en la habitación:
Rika-chan, hija ¿por qué no llamas a alguno de tus amigos?
Takato, Henry y su hermana, están en casa de Kai, el primo de Takato, pasando el verano, en Okinawa, aunque mañana vienen un rato aquí, pero no me apetecerá verlos. Y Kazu y Kenta, son unos críos.
¿Y Jen-chan?
¿Ella? No me apetece, siempre que la veo me somete a un interrogatorio. Además, los jueves suele cuidar de su hermanastro.
Y... ¿cómo se llamaba? Ese otro chico...ese de ojos azules, castaño... ¡el alto, por Dios!
¿Ryo?
¡Sí, ese! ¿Por qué no quedas con él?
Primero, porque vive a mil y pico kilómetros de aquí y segundo, ¡¡¡porque no lo aguanto!!!
Pero Rika, si es un chico muy majo...Bueno, de todos modos, no pienso permitir que estés aburrida todo el día. Sal a dar una vuelta, al menos. Mira, si quieres aquí tienes dinero para comprarte ropa, o lo que te apetezca - aquellas últimas palabras resonaron con fuerza en la cabeza de Rika. ¿Dinero? Ni ropa ni leches, había decidido que saldría y se lo gastaría en la última expansión de cartas del juego de digimon. Ya tenía ganas de pillarlo, ya...
Está bieeeeen, si insisteeeeees - dijo, poniéndose en pie.
¡Así me gusta, Rika-chan! ¡Ah! ¿Por qué no te pones esa falda vaquera que te compré la semana pasada, y esa blusita rosa tan monas?
La falda, pase, ¡¡¡pero la blusa!!!
Bueno, pues ponte la camiseta del corazón unido.
Está bien.
Entre tanto, en una cabina telefónica, Ryo pasaba rápidamente las hojas de lo que parecía ser una guía telefónica.
Nonaka, Nonaka... ¡Aquí! Oh, mierda, hay tres... Bueno, que yo sepa, vive con su madre, con lo cual ¿Cuál de estos tres nombres es de mujer? ¡Ya está! ¡Miyuki Nonaka! ¡Calle Bárbol nº2 sin piso! ¡Qué guay, y está cerca!
Oye, chico...¿te importaría dejarme llamar por teléfono de una maldita vez? ¡Llevas buscando ya lo menos un cuarto de hora!
¡Disculpe, señor! ¡Es que entre la emoción y lo mal que se me da...! ¿Tiene un boli, please?
Sí, si te largas.
¡Claro! Es sólo para apuntar la dirección...ya está. ¡Gracias, majo! ¡Adeu! - y se fue, casi llevándose al pobre hombre por delante.
¡Qué morro tiene! - exclamó este.
Bueno, ya tengo la dirección...espero que esté en casa - se decía, mirando hacia el suelo - Tengo muchísimas ganas de verla, aunque no sé si ella a mí me querrá ver...Bah, con lo bueno que estoy, seguro que le apetece. ¡Eh! Ya estoy más cerca...creo que vive en esa casa tan chula - en aquellos mismos momentos, Rika estaba ya a punto de salir de su casa. Cuando lo hizo, también miraba al suelo, y se decía a sí misma:
De todos modos, no sé para qué voy a comprarme más cartas...sólo puedo jugar con el holotúrido de Kazu. En el fondo, me gustaría que Ryo estuviese aquí, para jugar con él...debe estar muy guapo, con el tiempo que ha pasado. Le echo de menos, me gustaba meterme con él... - se sonrió a si misma, y de repente, esa sonrisa se borró: había chocado contra algo, y cayó al suelo. Oyó una voz masculina que decía:
Vaya, disculpa, chica. Iba despistado y, bueno, no me di cuenta de que venías. - decía, mientras que sólo podía apreciar su pelirrojo cabello, y ofreciéndole una mano para que se levantara.
No es nada - contestó Rika, agarrándose a la mano de aquel misterioso chico, y alzando la vista para sonreírle. Pero cuando lo fue a hacer...sus miradas se cruzaron, con una mezcla de incredibilidad, sorpresa y alegría. "No puede ser..." - pensaba Rika - "No puede ser él, no puede ser... - ¿Ryo? - preguntó.
¡Rika!
¿Ryo?
¡Rika!
¿RYO?
¡RIKA!
¿¿¿RYO???
¡Rik...! Eh, oye, me debes estar vacilando, Rika-chan. ¿Te vas a levantar, o qué? - dijo, aún extendiendo su mano. Rika, finalmente se levantó, y dijo:
¿Qué...qué haces aquí?
Buscarte.
¿Pero si vives en...
¿Fukuoka? Ya no. Me he mudado aquí, a la calle Fuji, para ir a la universidad. Es más, he llegado hace menos de una hora.
¡No lo puedo creer! - dijo, abrazándole efusivamente.
¡Vaya, no esperaba que te alegrases tanto!
¡Hey! Oye, no te lo creas demasiado ¿OK? Es normal que me alegre de volver a ver a una persona, aunque la ODIE.
Eso no me lo trago, Rika.
¿Por qué?
Lo sé, sin más. ¿Y tú? ¿Qué ibas a hacer?
Iba al centro comercial, a comprar la última expansión de cartas... ¿sigues teniendo las tuyas?
¡Claro! Adoro ese juego.
Estupendo, así podré jugar con alguien.
Sí, y nada más y nada menos que conmigo, el Rey Digimon ¿eh?
Oye majo, no me seas tan creído, porque el último campeonato lo gané YO.
Claro, porque yo no estaba.
¿Qué insinúas?
Que podría haberte ganado de haber estado.
No es por nada, pero yo no fui precisamente quien se metió la gran parida al usar la carta de inversión de efecto.
No te lo he dicho nunca, pero te dejé ganar aquella vez. Como estabas enferma...
¡LOS HUEVOS QUE ME DEJASTE GANAR! ¡GANÉ JUSTAMENTE!
Desde lueeeeego...
RYO, NO ME CABREES...
Pero si no he hecho nada...
Tienes la capacidad de poner de los nervios a alguien en pocos segundos.
¡Qué va! Sólo a ti, y no sé por qué, la verdad, será porque eres una PICONICA.
¿QUÉ?
Sí, te cabreas por todo.
Adiós, Akiyama, no te aguanto más - dijo comenzando a andar. Ryo fue tras ella, al alcanzarla le dijo:
¿Ves? Tengo razón.
Te he dicho que ADIÓS.
Pero no me pienso ir.
¿Por qué?
Porque he venido a buscarte, y ya que te he encontrado...
Sí, claro, y no se te ocurre otra cosa que ponerte a vacilarme. Mira no me hables ¿de acuerdo? - dijo Rika. Tras aquellas palabras, Ryo pensó "Mierda, creo que la ha cagado de verdad". Seguidamente, se retrasó un poco, pero seguía tras la chica, pensando en alguna solución. Al poco rato de camino, vio un rosal. Sin pensarlo dos veces, se sonrió y cortó como pudo una. Apretó el paso y alcanzó a Rika.
¿Otra vez tú? - sin mediar palabra, Ryo se arrodilló delante de Rika, y sacando la flor le dijo:
¿Perdonarías a este estúpido, y le harías el honor de dejar que te acompañase? - Rika se quedó flipando. Ryo le ofreció la flor con una de sus sonrisitas, ella la cogió, y dijo a Ryo:
Está bien, pero sólo porque me da vergüenza ajena verte así.
Gracias, bella dama - dijo, cogiéndole una mano y besándosela.
¡¡¡HEY, NO TE PASES!!! - finalmente, Ryo se levantó y dijo:
¿A dónde vamos?
Al centro comercial.
¡¡¡EH, CHAVAL!!! - gritó una voz de hombre por detrás - ¡¡¡DEVUÉLVEME AHORA MISMO MI ROSA!!!
¿Quién es? - preguntó Rika, girándose.
¡NO SÉ! ¡TÚ CORRE! - contestó visiblemente alteado, agarrándole de la muñeca y comenzando a correr. El hombre también los perseguía mientras gritaba "¡TIENES UN MORRO DE AQUÍ A FUKUOKA!" por suerte para Rika y Ryo, el hombre tropezó y cayó de morros en un charco. Giraron una esquina, y finalmente pararon.
Uff...qué mal rato ¿verdad, Rika?
Yo te mataba...anda que hacerme correr así.
Pues a mí me ha parecido emocionante...y más a tu lado.
Anda, deja, y suéltame la maldita muñeca de una vez. Continuemos hacia el dichoso centro comercial, antes de que venga el FBI a meterte en Alcatraz.
¡Je! Eso ha tenido gracia. Sigamos pues. Por cierto...
¿Qué?
Te sienta muy bien el pelo suelto y corto, te ves realmente guapa, y además, con esa falda luces esas piernas tan bonitas que tienes. Has cambiado mucho desde que te vi la última vez. Ahora estás más...
¿Más qué?
Femenina.
¿Me estás llamando marimacho?
¡NO, NO!
Ah.
¿Y yo qué tal estoy?
¿Tú? Igual que siempre. Tú no cambias.
Guay, me ves joven.
No, te veo crío.
Psé, cosas que pasan.
¿A ti no te molesta que te vacilen? ¿Eres medio tonto, o qué?
Ya sabes que tonto perdido.
¡Me pones de los nervios!
¿Pero qué he hecho ahora, o qué?
¡NADA!
Ah...luego te invito a un helado, o a lo que quieras ¿OK?
Si insistes...
Y a un disco o dos que te gusten.
Vale...
Y a algo de ropa.
Guay.
Y a dormir a mi casa.
Está bi...¡Eh! ¡De eso nada!
Vale, pos lo dejamos en el helado ¿OK?
Bien...
O en el helado y en dormir.
¡Eres un aprovechado!
Psé, en el colegio me llamaban el "Yena".
¿Por qué?
Porque soy el terror de las nenas.
¡Qué patético! - dijo Rika comenzando a reír.
Pues como oigas el otro...
¿Cuál?
El "Maón".
¿Por qué?
Porque molo mogollón.
Pfff...¡eres lo peor!
Mira, ese es otro de mis motes, me lo dio mi exnovia - Rika interrumpió su risa súbitamente.
¿QUÉ?
Sí, era muy guapa...
¿QUÉ?
Y tenía un carácter tan dócil...
¿¿¿QUÉ???
Celosa ¿eh?
¿¿¿¿¿¿QUÉEEEE???????
¡Era broma! Yo nunca he tenido novia.
Eres lo peor...¿en serio que nunca has tenido novia?
Sí.
Qué pringao...
¿Tú sí, o qué?
No, pero tú eres más mayor.
Yo lo que he tenido han sido rollos de una tarde.
¿Sí? ¿Cuántos?
Sólo uno.
¿Por qué pluralizas?
Porque suena mejor...
¿Con quien?
La conoces muy bien...
¿JEN?
No, so boba. Fue contigo.
¿QUÉ?
Hija, cuando me declaré aquella vez en el mundo digital.
Insisto ¿QUÉ?
¿Qué pasa? ¿Tu lema es "si te he visto no me acuerdo", o qué?
No, si sí que me acuerdo. Pero YO NO QUERÍA, TE APROVECHASTE.
Bueno, si lo quieres ver así...¡ah! Y me debes una respuesta.
¿A qué?
A si te gustó, con todo el rollo ese del dichoso d-reaper, no me contestaste, se te olvidó.
No se me olvidó, no quería contestarte.
Bueno, pero hazlo ahora.
Mmm...
¿En tu idioma es un sí o un no?
Es un "no me acuerdo".
Si quieres te refresco la memoria...
¡Ni hablar! Está bien, sí, me gustó.
Gracias. Bueno, también me acuerdo de otra cosa más que dijiste.
¿De qué?
No te lo voy a decir, no quiero martirizarte más. Además, seguro que lo dirías de coña.
Te aseguro que no, fuese lo que fuese.
¡Entonces me quieres!
¡Eso iba a coña!
¿Ves? Tenía razón.
Ay...bueno, mira, ya hemos llegado al dichoso centro comercial.
Vamos adentro, pues, las damas primero.
Gracias.
Algo inesperado para Rika, había tenido lugar aquella misma tarde: el regreso de Ryo. Aquello, a pesar de las apariencias le había alegrado muchísimo.
La tarde, la pasaron en el centro comercial, comprando, y luego en una heladería artesana, donde se tomaron un helado cada uno, pagando Ryo la cuenta, Finalmente, hacia las nueve de la noche, Ryo acompañó a Rika hasta su casa, y después se fue a la suya propia, donde le esperaba una buena...
¡Hola, ya estoy en casa! - saludó Ryo. Su padre, le miró con ira.
¿Dónde demonios has estado?
Por ahí, con una amiga. ¿Cómo va esa cena?
¡Aquí tienes tu maldita cena! - dijo, poniéndole ante sus narices una porción de Pizza con anchoas. Ryo puso cara de asco.
Puajjj...sabes perfectamente que no me gusta esto...
¡Te fastidias!
¿Estás enfadado o algo?
¡Cómo no voy a estarlo, si me has dejado con todo el equipaje!
Vaya, perdona...
Olvídalo...bueno, ¿qué vas a hacer mañana?
Pues supongo que quedaré con Rika, tenemos muchas cosas que contarnos.
¿Y no os las habéis contado hoy?
No, hoy nos hemos estado vacilando mutuamente.
¿Divertido?
¡No veas!
¿Y cómo se llama ella?
Rika Nonaka.
¿Es de tu edad?
Más o menos, tiene trece años.
¿TRECE? ¿Y DICES QUE ES DE TU EDAD?
Sí, sólo le paso cuatro añitos de nada.
¿Y cómo es?
¿Físico?
Eh...sí...
Pues es más o menos alta, delgadita, tiene el pelo pelirrojo con mechas rubias, los ojos violetas...ay qué ojos...bueno, y también tiene unas bonitas piernas.
¿Guapa?
¡Ya lo creo!
¿Y qué carácter tiene?
Puff...tiene una mala leche que no se aguanta, pero es muy fuerte de carácter y muy valiente. Además, parece bastante madura.
Por lo que me estás diciendo, hijo, esa chica te gusta ¿me equivoco?
No lo niego.
Así que te van las jovencitas ¿eh?
¡HEY! Aunque fuese mayor que yo, me daría igual.
No lo dudo...oye, Ryo, si quieres mañana puedes invitarla a casa a la tarde, para ver una película, o algo. Os puedo dejar solos...
¡Genial! Oye... y ¿a qué hora?
A las seis y media ¿te parece? Y volveré a las nueve.
OK. Espera, que voy a llamarla.
Vale - contestó Maoko. Esperó a que Ryo avanzase un poco, y luego le siguió para escuchar su conversación.
¿Está Rika?
Soy yo.
¡Ah! Hola, soy Ryo.
Ya.
Vale. Bueno, que al final no se puede venir a mi casa hasta las seis y media, no a las cinco, como habíamos pensado. Hasta esa hora ¿te parece que estemos dando un paseo?
Bien, de acuerdo.
Por cierto, si mi padre te pregunta algo, yo no te he invitado a casa antes de ahora ¿OK? Es que si se entera me mata.
¡Je! Tú siempre con líos.
¿Lo harás?
Vaaaaale.
¡Gracias, preciosa! Te dejo, que pases buena noche.
Igualmente.
Vamos aprendiendo ¿eh? - y colgó. Se giró para volver a la cocina, paro se encontró con la mirada asesina de su padre, que lo había escuchado TODO.
Ay Dios...je, bueno... ¿cenamos?
Otra más, y eres hombre muerto.
¿Qué? ¿Qué he hecho?
¿Y lo preguntas?
Vale, está bien...
Hijo mío, es que tienes un morro que te lo pisas...
Joé, ya me lo han dicho cuatro veces en lo que va de día...
Y continuaron cenando, sin otro tipo de conflicto.
Primera parte
Eran ya las cinco de la tarde en el aeropuerto de Shinjuku. En aquellos momentos, un hombre de unos cuarenta y cinco años, y un chico de diecisiete, recogían su equipaje. El chico, se llamaba Ryo Akiyama, y el hombre, Maoko Akiyama. Pues bien, Ryo preguntó al hombre, que era su padre:
¿Cuál es la nueva dirección?
El número cuarenta de la calle Fuji, en el piso 5ºC. ¿Por qué lo preguntas?
Por saberlo...Oye...
Qué.
¿Te importaría que fuese a dar una vuelta? ¿O necesitas ayuda?
Pues hombre, ¿tú qué crees?
¡Sabía que me dejarías! ¡Gracias! - dijo comenzando a correr hacia la salida. Mientras lo hacía, se giró a su padre, que se había quedado lívido:
¡Volveré para cenar! ¡Espero que hagas algo riquísimo! - el hombre, furioso, dejó caer su equipaje y comenzó a gritar: ¡¡¡ESTE NIÑO TIENE UN MORRO QUE SE LO PISA!!! ¡¡¡PRIMERO VA Y SE LARGA!!! ¡¡¡ADEMÁS, ME DEJA CON TODO EL EQUIPAJE, Y TODO LO DE LA MUDANZA!!! ¡¡¡Y PARA COLMO, ME DICE QUE HAGA ALGO RIQUÍSIMO DE CENA!!! ¡¡¡PUES QUE SE JODA, PORQUE VOY A PEDIR UNA MALDITA PIZZA DE ANCHOAS, DE LAS QUE TANTO ODIA!!! - todo el aeropuerto se le quedó mirando, más especialmente, una mujer de avanzada edad que además parecía examinarlo - ¡¡¡Y USTED QUÉ MIRA, VIEJA CHOCHA!!! - y siguió recogiendo el equipaje.
Entre tanto, en otro lugar de Shinjuku, una chica permanecía tumbada en su cama, con cara de aburrimiento. Aquella era Rika Nonaka, y tenía unos trece años. Su madre, entró en aquel momento en la habitación:
Rika-chan, hija ¿por qué no llamas a alguno de tus amigos?
Takato, Henry y su hermana, están en casa de Kai, el primo de Takato, pasando el verano, en Okinawa, aunque mañana vienen un rato aquí, pero no me apetecerá verlos. Y Kazu y Kenta, son unos críos.
¿Y Jen-chan?
¿Ella? No me apetece, siempre que la veo me somete a un interrogatorio. Además, los jueves suele cuidar de su hermanastro.
Y... ¿cómo se llamaba? Ese otro chico...ese de ojos azules, castaño... ¡el alto, por Dios!
¿Ryo?
¡Sí, ese! ¿Por qué no quedas con él?
Primero, porque vive a mil y pico kilómetros de aquí y segundo, ¡¡¡porque no lo aguanto!!!
Pero Rika, si es un chico muy majo...Bueno, de todos modos, no pienso permitir que estés aburrida todo el día. Sal a dar una vuelta, al menos. Mira, si quieres aquí tienes dinero para comprarte ropa, o lo que te apetezca - aquellas últimas palabras resonaron con fuerza en la cabeza de Rika. ¿Dinero? Ni ropa ni leches, había decidido que saldría y se lo gastaría en la última expansión de cartas del juego de digimon. Ya tenía ganas de pillarlo, ya...
Está bieeeeen, si insisteeeeees - dijo, poniéndose en pie.
¡Así me gusta, Rika-chan! ¡Ah! ¿Por qué no te pones esa falda vaquera que te compré la semana pasada, y esa blusita rosa tan monas?
La falda, pase, ¡¡¡pero la blusa!!!
Bueno, pues ponte la camiseta del corazón unido.
Está bien.
Entre tanto, en una cabina telefónica, Ryo pasaba rápidamente las hojas de lo que parecía ser una guía telefónica.
Nonaka, Nonaka... ¡Aquí! Oh, mierda, hay tres... Bueno, que yo sepa, vive con su madre, con lo cual ¿Cuál de estos tres nombres es de mujer? ¡Ya está! ¡Miyuki Nonaka! ¡Calle Bárbol nº2 sin piso! ¡Qué guay, y está cerca!
Oye, chico...¿te importaría dejarme llamar por teléfono de una maldita vez? ¡Llevas buscando ya lo menos un cuarto de hora!
¡Disculpe, señor! ¡Es que entre la emoción y lo mal que se me da...! ¿Tiene un boli, please?
Sí, si te largas.
¡Claro! Es sólo para apuntar la dirección...ya está. ¡Gracias, majo! ¡Adeu! - y se fue, casi llevándose al pobre hombre por delante.
¡Qué morro tiene! - exclamó este.
Bueno, ya tengo la dirección...espero que esté en casa - se decía, mirando hacia el suelo - Tengo muchísimas ganas de verla, aunque no sé si ella a mí me querrá ver...Bah, con lo bueno que estoy, seguro que le apetece. ¡Eh! Ya estoy más cerca...creo que vive en esa casa tan chula - en aquellos mismos momentos, Rika estaba ya a punto de salir de su casa. Cuando lo hizo, también miraba al suelo, y se decía a sí misma:
De todos modos, no sé para qué voy a comprarme más cartas...sólo puedo jugar con el holotúrido de Kazu. En el fondo, me gustaría que Ryo estuviese aquí, para jugar con él...debe estar muy guapo, con el tiempo que ha pasado. Le echo de menos, me gustaba meterme con él... - se sonrió a si misma, y de repente, esa sonrisa se borró: había chocado contra algo, y cayó al suelo. Oyó una voz masculina que decía:
Vaya, disculpa, chica. Iba despistado y, bueno, no me di cuenta de que venías. - decía, mientras que sólo podía apreciar su pelirrojo cabello, y ofreciéndole una mano para que se levantara.
No es nada - contestó Rika, agarrándose a la mano de aquel misterioso chico, y alzando la vista para sonreírle. Pero cuando lo fue a hacer...sus miradas se cruzaron, con una mezcla de incredibilidad, sorpresa y alegría. "No puede ser..." - pensaba Rika - "No puede ser él, no puede ser... - ¿Ryo? - preguntó.
¡Rika!
¿Ryo?
¡Rika!
¿RYO?
¡RIKA!
¿¿¿RYO???
¡Rik...! Eh, oye, me debes estar vacilando, Rika-chan. ¿Te vas a levantar, o qué? - dijo, aún extendiendo su mano. Rika, finalmente se levantó, y dijo:
¿Qué...qué haces aquí?
Buscarte.
¿Pero si vives en...
¿Fukuoka? Ya no. Me he mudado aquí, a la calle Fuji, para ir a la universidad. Es más, he llegado hace menos de una hora.
¡No lo puedo creer! - dijo, abrazándole efusivamente.
¡Vaya, no esperaba que te alegrases tanto!
¡Hey! Oye, no te lo creas demasiado ¿OK? Es normal que me alegre de volver a ver a una persona, aunque la ODIE.
Eso no me lo trago, Rika.
¿Por qué?
Lo sé, sin más. ¿Y tú? ¿Qué ibas a hacer?
Iba al centro comercial, a comprar la última expansión de cartas... ¿sigues teniendo las tuyas?
¡Claro! Adoro ese juego.
Estupendo, así podré jugar con alguien.
Sí, y nada más y nada menos que conmigo, el Rey Digimon ¿eh?
Oye majo, no me seas tan creído, porque el último campeonato lo gané YO.
Claro, porque yo no estaba.
¿Qué insinúas?
Que podría haberte ganado de haber estado.
No es por nada, pero yo no fui precisamente quien se metió la gran parida al usar la carta de inversión de efecto.
No te lo he dicho nunca, pero te dejé ganar aquella vez. Como estabas enferma...
¡LOS HUEVOS QUE ME DEJASTE GANAR! ¡GANÉ JUSTAMENTE!
Desde lueeeeego...
RYO, NO ME CABREES...
Pero si no he hecho nada...
Tienes la capacidad de poner de los nervios a alguien en pocos segundos.
¡Qué va! Sólo a ti, y no sé por qué, la verdad, será porque eres una PICONICA.
¿QUÉ?
Sí, te cabreas por todo.
Adiós, Akiyama, no te aguanto más - dijo comenzando a andar. Ryo fue tras ella, al alcanzarla le dijo:
¿Ves? Tengo razón.
Te he dicho que ADIÓS.
Pero no me pienso ir.
¿Por qué?
Porque he venido a buscarte, y ya que te he encontrado...
Sí, claro, y no se te ocurre otra cosa que ponerte a vacilarme. Mira no me hables ¿de acuerdo? - dijo Rika. Tras aquellas palabras, Ryo pensó "Mierda, creo que la ha cagado de verdad". Seguidamente, se retrasó un poco, pero seguía tras la chica, pensando en alguna solución. Al poco rato de camino, vio un rosal. Sin pensarlo dos veces, se sonrió y cortó como pudo una. Apretó el paso y alcanzó a Rika.
¿Otra vez tú? - sin mediar palabra, Ryo se arrodilló delante de Rika, y sacando la flor le dijo:
¿Perdonarías a este estúpido, y le harías el honor de dejar que te acompañase? - Rika se quedó flipando. Ryo le ofreció la flor con una de sus sonrisitas, ella la cogió, y dijo a Ryo:
Está bien, pero sólo porque me da vergüenza ajena verte así.
Gracias, bella dama - dijo, cogiéndole una mano y besándosela.
¡¡¡HEY, NO TE PASES!!! - finalmente, Ryo se levantó y dijo:
¿A dónde vamos?
Al centro comercial.
¡¡¡EH, CHAVAL!!! - gritó una voz de hombre por detrás - ¡¡¡DEVUÉLVEME AHORA MISMO MI ROSA!!!
¿Quién es? - preguntó Rika, girándose.
¡NO SÉ! ¡TÚ CORRE! - contestó visiblemente alteado, agarrándole de la muñeca y comenzando a correr. El hombre también los perseguía mientras gritaba "¡TIENES UN MORRO DE AQUÍ A FUKUOKA!" por suerte para Rika y Ryo, el hombre tropezó y cayó de morros en un charco. Giraron una esquina, y finalmente pararon.
Uff...qué mal rato ¿verdad, Rika?
Yo te mataba...anda que hacerme correr así.
Pues a mí me ha parecido emocionante...y más a tu lado.
Anda, deja, y suéltame la maldita muñeca de una vez. Continuemos hacia el dichoso centro comercial, antes de que venga el FBI a meterte en Alcatraz.
¡Je! Eso ha tenido gracia. Sigamos pues. Por cierto...
¿Qué?
Te sienta muy bien el pelo suelto y corto, te ves realmente guapa, y además, con esa falda luces esas piernas tan bonitas que tienes. Has cambiado mucho desde que te vi la última vez. Ahora estás más...
¿Más qué?
Femenina.
¿Me estás llamando marimacho?
¡NO, NO!
Ah.
¿Y yo qué tal estoy?
¿Tú? Igual que siempre. Tú no cambias.
Guay, me ves joven.
No, te veo crío.
Psé, cosas que pasan.
¿A ti no te molesta que te vacilen? ¿Eres medio tonto, o qué?
Ya sabes que tonto perdido.
¡Me pones de los nervios!
¿Pero qué he hecho ahora, o qué?
¡NADA!
Ah...luego te invito a un helado, o a lo que quieras ¿OK?
Si insistes...
Y a un disco o dos que te gusten.
Vale...
Y a algo de ropa.
Guay.
Y a dormir a mi casa.
Está bi...¡Eh! ¡De eso nada!
Vale, pos lo dejamos en el helado ¿OK?
Bien...
O en el helado y en dormir.
¡Eres un aprovechado!
Psé, en el colegio me llamaban el "Yena".
¿Por qué?
Porque soy el terror de las nenas.
¡Qué patético! - dijo Rika comenzando a reír.
Pues como oigas el otro...
¿Cuál?
El "Maón".
¿Por qué?
Porque molo mogollón.
Pfff...¡eres lo peor!
Mira, ese es otro de mis motes, me lo dio mi exnovia - Rika interrumpió su risa súbitamente.
¿QUÉ?
Sí, era muy guapa...
¿QUÉ?
Y tenía un carácter tan dócil...
¿¿¿QUÉ???
Celosa ¿eh?
¿¿¿¿¿¿QUÉEEEE???????
¡Era broma! Yo nunca he tenido novia.
Eres lo peor...¿en serio que nunca has tenido novia?
Sí.
Qué pringao...
¿Tú sí, o qué?
No, pero tú eres más mayor.
Yo lo que he tenido han sido rollos de una tarde.
¿Sí? ¿Cuántos?
Sólo uno.
¿Por qué pluralizas?
Porque suena mejor...
¿Con quien?
La conoces muy bien...
¿JEN?
No, so boba. Fue contigo.
¿QUÉ?
Hija, cuando me declaré aquella vez en el mundo digital.
Insisto ¿QUÉ?
¿Qué pasa? ¿Tu lema es "si te he visto no me acuerdo", o qué?
No, si sí que me acuerdo. Pero YO NO QUERÍA, TE APROVECHASTE.
Bueno, si lo quieres ver así...¡ah! Y me debes una respuesta.
¿A qué?
A si te gustó, con todo el rollo ese del dichoso d-reaper, no me contestaste, se te olvidó.
No se me olvidó, no quería contestarte.
Bueno, pero hazlo ahora.
Mmm...
¿En tu idioma es un sí o un no?
Es un "no me acuerdo".
Si quieres te refresco la memoria...
¡Ni hablar! Está bien, sí, me gustó.
Gracias. Bueno, también me acuerdo de otra cosa más que dijiste.
¿De qué?
No te lo voy a decir, no quiero martirizarte más. Además, seguro que lo dirías de coña.
Te aseguro que no, fuese lo que fuese.
¡Entonces me quieres!
¡Eso iba a coña!
¿Ves? Tenía razón.
Ay...bueno, mira, ya hemos llegado al dichoso centro comercial.
Vamos adentro, pues, las damas primero.
Gracias.
Algo inesperado para Rika, había tenido lugar aquella misma tarde: el regreso de Ryo. Aquello, a pesar de las apariencias le había alegrado muchísimo.
La tarde, la pasaron en el centro comercial, comprando, y luego en una heladería artesana, donde se tomaron un helado cada uno, pagando Ryo la cuenta, Finalmente, hacia las nueve de la noche, Ryo acompañó a Rika hasta su casa, y después se fue a la suya propia, donde le esperaba una buena...
¡Hola, ya estoy en casa! - saludó Ryo. Su padre, le miró con ira.
¿Dónde demonios has estado?
Por ahí, con una amiga. ¿Cómo va esa cena?
¡Aquí tienes tu maldita cena! - dijo, poniéndole ante sus narices una porción de Pizza con anchoas. Ryo puso cara de asco.
Puajjj...sabes perfectamente que no me gusta esto...
¡Te fastidias!
¿Estás enfadado o algo?
¡Cómo no voy a estarlo, si me has dejado con todo el equipaje!
Vaya, perdona...
Olvídalo...bueno, ¿qué vas a hacer mañana?
Pues supongo que quedaré con Rika, tenemos muchas cosas que contarnos.
¿Y no os las habéis contado hoy?
No, hoy nos hemos estado vacilando mutuamente.
¿Divertido?
¡No veas!
¿Y cómo se llama ella?
Rika Nonaka.
¿Es de tu edad?
Más o menos, tiene trece años.
¿TRECE? ¿Y DICES QUE ES DE TU EDAD?
Sí, sólo le paso cuatro añitos de nada.
¿Y cómo es?
¿Físico?
Eh...sí...
Pues es más o menos alta, delgadita, tiene el pelo pelirrojo con mechas rubias, los ojos violetas...ay qué ojos...bueno, y también tiene unas bonitas piernas.
¿Guapa?
¡Ya lo creo!
¿Y qué carácter tiene?
Puff...tiene una mala leche que no se aguanta, pero es muy fuerte de carácter y muy valiente. Además, parece bastante madura.
Por lo que me estás diciendo, hijo, esa chica te gusta ¿me equivoco?
No lo niego.
Así que te van las jovencitas ¿eh?
¡HEY! Aunque fuese mayor que yo, me daría igual.
No lo dudo...oye, Ryo, si quieres mañana puedes invitarla a casa a la tarde, para ver una película, o algo. Os puedo dejar solos...
¡Genial! Oye... y ¿a qué hora?
A las seis y media ¿te parece? Y volveré a las nueve.
OK. Espera, que voy a llamarla.
Vale - contestó Maoko. Esperó a que Ryo avanzase un poco, y luego le siguió para escuchar su conversación.
¿Está Rika?
Soy yo.
¡Ah! Hola, soy Ryo.
Ya.
Vale. Bueno, que al final no se puede venir a mi casa hasta las seis y media, no a las cinco, como habíamos pensado. Hasta esa hora ¿te parece que estemos dando un paseo?
Bien, de acuerdo.
Por cierto, si mi padre te pregunta algo, yo no te he invitado a casa antes de ahora ¿OK? Es que si se entera me mata.
¡Je! Tú siempre con líos.
¿Lo harás?
Vaaaaale.
¡Gracias, preciosa! Te dejo, que pases buena noche.
Igualmente.
Vamos aprendiendo ¿eh? - y colgó. Se giró para volver a la cocina, paro se encontró con la mirada asesina de su padre, que lo había escuchado TODO.
Ay Dios...je, bueno... ¿cenamos?
Otra más, y eres hombre muerto.
¿Qué? ¿Qué he hecho?
¿Y lo preguntas?
Vale, está bien...
Hijo mío, es que tienes un morro que te lo pisas...
Joé, ya me lo han dicho cuatro veces en lo que va de día...
Y continuaron cenando, sin otro tipo de conflicto.
