IRRACIONAL.

El bosque está oscuro e inquieto. La vegetación se agita salvaje. Tienes que correr. El miedo poco a poco se apodera de ti, no sabes por qué. Corres lo más rápido que puedes, tienes que correr. La oscuridad se alza amenazadora a tus lados, por el que camino que recorriste y por el que ya no puedes regresar. Estás solo.
Sigues corriendo, cada vez un poco más cansado, pero sigues corriendo. Nunca antes habías sentido semejante desesperación; ni cuando murió tu madre, ni cuando murió Kikio. Ver a la muerte a los ojos no haría que tu corazón latiera más rápido. El sudor escurre por tu cuerpo. Frío, helado. No estás cansado, estás aterrado.
La ansiedad trepa por tu espalda, cargas su peso muerto sobre tus hombros.
Sientes unas manos de hielo que aprisionan tu corazón acelerado. Cadenas de confusión pesan sobre tu mente y tu conciencia.
Tu frente está caliente y enrojeces de ira, miedo, furia, dolor y frustración. Te has internado demasiado en el bosque y está tan oscuro que no ves nada. Aún así, a ciegas, sigues corriendo. Huyes ¿De qué? no puedes saberlo, sólo sabes que no puedes detenerte. Espinas y ramas entorpecen tu camino, tratan de detenerte.
Estás desesperado, ya no lo soportas, tienes que salir de ese lugar de infierno; pero por más que corres sigues ahí, en ese oscuro laberinto. Ya no puedes, ya no puedes seguir así.
Sigues moviéndote, ya sin esperanza de salir, dando tumbos entre los imponentes árboles. Tus sentidos están embotados: no distingues sonidos, colores, olores ni texturas. Tampoco sientes tu cuerpo, estás demasiado cansado.
Caes.
Te arrastras por el suelo, en el lodo. Huye, escapa, vete.
Ya no distingues nada. Ya no recuerdas. En el piso, donde estás, no puedes notarlo pero hay menos ramas y espinas conforme avanzas.
De pronto, entre la nauseabunda mezcla de olores que invade tu nariz y te marea, distingues un aroma conocido. Kagome.
Te levantas con un gran esfuerzo. Caminas con piernas inseguras. Cerca hay un grupo cerrado de árboles y te acercas.
La ves. Y entonces sabes por qué tienes miedo e ira. Entonces sabes porque sientes morir...
Porque está con otro.