Y sigo escribiendo con una velocidad increible!!!!!!

(Espero que hagan lo mismo y me dejen muchos reviews)

tengo que decir que me cuando a las pocas horas de subir el fic vi 3 reviews me ilusione, pero lleva varios dias y no hubieron muchos mas. De todas maneras muchas gracias a todos por los reviews y me gusta que les guste.

En los capitulos anteriores subi aun menos de lo que esperaba, pero no fue mi culpa, sino de ff.net (salian todos cortados y pegados) espero que me salgan bien esta vez. Trate de hacerlo un poco mas largo que los de antes

Gracias a todos por los fanfic. Y diel, no estoy siguiendo tu consejo y estoy comiendo cosas pesadas como pizzas y esas cosas. Me encanta eso de comer 10 porciones y no engordar. (muchas chicas que esten leyendo esto se estaran muriendo de envidia, pero no se preocupen, no soy solo yo sino que es bastante comun en los hombres). Y ahora que empiezan las vacaciones voy a salir mas seguido seguramente.

Bueno, me fui mucho de tema, besos y saludos a todos, y que lo pasen bien en las vacaciones, y como siempre hhr!!!!!!!!!!!!! Traten de subir fics de esta pareja, que es la mejor de todas.

Proximamente en ff.net: UN VERANO EN CASA DE HERMIONE

Hermione festeja su cumpleaños de 15 e invita amigos de hogwarts, aunque tambien van sus primos y compañeras muggles de la primaria. Harry, ron y compañía tienen que pasar desapercibidos como muggles cualquieras. Mucha gente se quedara a dormir en casa de Hermione durante algunos dias y. pijamas party y cosas peores. Por supuesto hhr, aunque. en fin. bueno no mas pistas. No tengo mucho tiempo pero ya estoy escribiendo bastante.



CAPITULO 4

El amigo de Hermione

El resto de la semana se le había pasado volando. Cuando Harry se dio cuenta ya era nuevamente lunes. Se vistió y bajó junto a Ron para desayunar, de muy buen humor pero un tanto cansado. El día anterior se habían quedado jugando hasta las cuatro de la mañana con un juego que había llevado Seamus Finnigan.

Hola, chicos -los saludó Hermione.

Hola -le respondieron Harry y Ron.

Potter, ¿podría hablar contigo un instante? -la profesora McGonagall se dirigía hacia ellos con impaciencia.

Claro -contestó él.

La profesora McGonagall le hizo una seña para que se retirara a un lado y Harry obedeció. Se dirigió hacia ella con la seguridad de que le iba a hablar acerca de su accidente de hacía ya casi una semana.

Potter, como recordarás, hoy después de clases nos reuniremos con el equipo de Gryffindor para realizar la votación -le dijo cuando Harry llegó junto a ella.

Harry se había olvidado completamente, pero lo disimuló muy bien.

Emmm... por supuesto profesora, sólo dígame la hora y estaré allí.

Será hoy a las 18 en punto -realizó una pequeña interrupción y prosiguió - Potter, quería hablarte sobre este tema. Tu sabes que está postulado el señor Weasley y yo se que tu quieres que él esté en el equipo, así que creo necesario aclarar que nada de favoritismos - hubo silencio durante un pequeño instante y luego agregó - ahora ve a desayunar o llegaras tarde a clase. Está bien, profesora.

Harry volvió a sentarse al lado de Ron, y éste le preguntó:

¿Qué es lo que te dijo, Harry?

Harry le contó todo. Luego ambos se dirigieron a las mazmorras para la clase con Snape. En el camino vieron a Hermione, que caminaba unos metros por delante de ellos con un chico alto y corpulento a su lado.

¿Aún te gusta, verdad? -le dijo Harry a Ron con una sonrisita. Pero Ron no le contestó. No parecía estar escuchándolo.

¿Quién es ese? -preguntó echando una mirada de desprecio hacia el acompañante de Hermione.

Harry pensó en si debía hablarle a Ron acerca de la conversación que había mantenido con Hermione. Porque estaba claro que aquel era el tal amigo de Slytherin sobre el que habían hablado. Decidió no hacerlo.

Y yo qué se - le contestó evasivamente.

Ron no le quitó la vista de encima al chico durante todo el camino a las mazmorras. Cuando por fin llegaron, se cuidó de sentarse bastante apartado de Hermione.

La clase marchó con normalidad. Hasta que a la hora de haber empezado mas o menos a Neville se le volcó un poco de poción en el pupitre. La madera se convirtió rápidamente en una gelatina bastante espesa en los lugares en donde había tomado contacto con la poción, descartando de lleno la posibilidad de que el brebaje de Neville sea una poción para endurecer, que era lo que había pedido Snape.

Por suerte, el profesor no se dio cuenta. En realidad, no se hubiera dado cuenta si no hubiera sido por Draco Malfoy. Malfoy sí había visto el resultado de la mezcla de Neville y lo hizo saber.

Profesor, aquí hay un agujero en un banco. No se como ha podido suceder ya que estamos preparando una poción para endurecer -dijo con su habitual voz de santurrón que utilizaba en las clases de Snape.

Malfoy volteó y se dirigió a Neville:

¿Qué te ocurre torpe, tienes miedo? -preguntó con una voz que fingía preocupación.

Crabbe y Goyle se rieron.

Neville comenzó a temblar de pies a cabeza a medida que el profesor se levantaba de su asiento y se disponía a ir hacia donde estaba él.

Hermione se volvió hacia Malfoy:

¿No te han enseñado a cerrar tu mugrienta bocota? -le dijo.

Vaya, -contesto este, volviendo a su desdeñoso modo de hablar- miren quien habla, la que es incapaz de cerrarla por el gran tamaño de sus dientes...

Crabbe y Goyle volvieron a reír. Hermione bajó la cabeza. Por un momento, Harry pensó que se iba a largar a llorar, pero estaba buscando su varita.

Una palabra mas, Malfoy, y no me importará estar en la clase de Snape, te lo aseguro -dijo, levantando la varita de manera amenazadora. Malfoy se asustó.

¿Qué ocurre, Malfoy? - preguntó Hermione con sorna- Me decepcionas. ¿Me temes, verdad? ¿Pero cómo puede ser posible? -prosiguió, abriendo los ojos como platos y poniendo cara de incredulidad- yo soy nacida de muggles. Tu eres mejor porque vienes de familia de magos. ¿Era así, no? ¿o quizás no? -entrecerró los ojos y terminó con una sonrisa.

Malfoy estaba ya muy pálido y miraba a Hermione con una expresión de odio intenso, pero no dijo nada.

¿Qué te ocurre torpe, tienes miedo? -concluyó Hermione, imitando prodigiosamente la voz de malfoy.

Todos los de Gryffindor se echaron a reír a carcajadas. Dean tuvo que agarrarse del banco para no caer al suelo, y Parvati golpeaba la mesa con el puño. Incluso Ron, que había estado de muy mal humor durante toda la clase, se distendió y comenzó a reír.

Hermione se volteó para seguir trabajando, con expresión de suficiencia, pero se había olvidado de Snape. Todos, en realidad, lo habían hecho.

Snape estaba parado frente al caldero de Neville con un gesto tan amenazador que fue capaz de borrar todas las sonrisas en menos de lo que canta un gallo.

Es un maldito -dijo Ron veinte minutos después que hubiera terminado la clase y que Snape le hubiera quitado 40 puntos a Gryffindor a causa del pupitre de Neville.

Por suerte no escuchó a Hermione, porque eso hubieran sido al menos 100 puntos menos -le contestó Harry, que apretaba el paso para no llegar tarde al aula del profesor Binns.

¿No crees que es linda cuando se enfada? -le preguntó Ron. Harry se rió, pero no pudo evitar pensar en que tenía razón.

A propósito -dijo Ron- ¿dónde está ella?





















CAPITULO 4.2 (lo separe en dos no se por que, en realidad eran dos capitulos y los junte)

El Mapa del Merodeador

Harry la vio cruzando por un corredor y hablando con el mismo chico con el que la habían visto antes.

Esto es el colmo -replicó Ron, bastante enfadado.

La esperaron hasta que su amigo la dejó para entrar en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, y la abordaron inmediatamente.

Caramba -comenzó Ron- no nos haz presentado a tu novio...

¡Oh! No digas tonterías, Ron -le contestó ella.

¿Quién es entonces? -pregunto éste- ¿Tu... -pensó durante un momento, obviamente estaba buscando un término lo suficientemente hiriente-...dama de compañía?

Ron... -empezó a hablar Harry, para intentar hacerlo entrar en razón.

Pero éste lo apartó de un manotazo, y siguió mirando fijamente a Hermione. Esta parecía a punto de largarse a llorar, y Harry le apoyó una mano en el hombro. Ron seguía estando fuera de sí.

Podrías habernos avisado al menos.

Y-Yo... -balbuceó Hermione- yo se lo dije a Harry, pero yo sabía que ibas a reaccionar así, por eso...

¡Perfecto! -la interrumpió Ron. - Creí que éramos amigos. Ron... -volvió a interrumpir Harry. Ron se volvió hacia el. Harry, te pido por favor que no te metas. ¡RON! -gritó Harry, y lo tomó de un brazo para llevárselo aparte. Vámonos, debemos ir a la clase del profesor Binns.- dijo Hermione, también tomando a Harry del brazo. Ve tú, yo ya iré, le contestó éste.

Ron no mejoró su humor durante todo el día. La noche los encontró a todos haciendo los deberes en la Sala Común. Ron y Hermione no se dirigieron la palabra. Cuando acabaron, ambos se despidieron de Harry y fueron cada uno a su cuarto. Finalmente, también Harry se fue a acostar. Exhausto, subió y se puso el pijama. Se sacó los anteojos y se tiró sobre la cama, sin siquiera sacar la colcha. ¡Ay! - gritó. Se había ido a sentar sobre una pequeña lechuza que estaba sobre su cama, con un sobre también pequeño atado a la pata. Harry se extrañó. Normalmente no llegaba correo a esas horas de la noche. Le desató la carta y la pequeña lechuza se fue volando por la ventana abierta. Harry la abrió y saco un lo que parecía un pergamino viejo y gastado. El Mapa del Merodeador. El Mapa del Merodeador era un mapa de Hogwarts hecho por su padre y sus amigos, Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta. Mostraba todos los terrenos del colegio, pero también tenía puntitos con pequeñas inscripciones, que representaban a las personas. Pero durante el año anterior, Harry se lo había prestado a Barty Crouch, creyendo que en realidad era Ojoloco Moody. Barty Crouch había sido besado por un Dementor. Su alma había sido sorbida, y eso, como bien sabía Harry, era peor que estar muerto. De modo que había perdido todo contacto con aquel preciado mapa. Sin embargo, acá estaba de nuevo, como siempre. ¿Quién se lo habría mandado? ¿Dumbledore? El le había mandado la capa invisible cuando se la había dejado olvidada en la torre, aquella fría noche de ya hacía cuatro años. Podía ser. ¿O quizás fue Moody, el verdadero Moody? No lo sabía. Decidió dejar estas preguntas para el día siguiente, porque los ronquidos de Neville le avisaron que ya debía de ser muy tarde.

Lo primero que vio Harry al día siguiente en el desayuno fue a la profesora McGonagall yendo muy deprisa Hacia él, con una expresión muy severa en el rostro. De pronto Harry hizo memoria ¡La votación! ¿Cómo podía haber sido tan distraído? Vaya Potter, me has decepcionado. Lo siento, profesora, es que... ayer tuve algunos problemas y... Podrías haber avisado- alegó ella. Es verdad, lo siento. Debido a tu irresponsabilidad, te quitaremos del puesto de capitán durante tres meses. Ese lugar le será cedido por decisión unánime a Johnson - Harry abrió la boca para objetar, pero no tenía nada para decir, así que la volvió a cerrar. De todos modos, se alegró por Angelina, no estaba enfadado en absoluto. -También deberé comunicarte -continuó hablando la profesora- que el puesto de guardián ha sido concedido a August Jigger, un chico de tercer año que venció por una mayoría de votos de cuatro contra dos al señor Weasley. Eso es todo. Que tengas un buen día. Harry se sentó al lado de Ron, abatido. Había durado sólo una semana como capitán del equipo. Pero lo que más lo apenaba era la suerte de Ron. El sabía lo que significaba para él ese puesto. Decidió reanimarse y tomar fuerzas para explicarle a Ron lo que le habían dicho. Lo siento, Harry - dijo cuando éste terminó de hablar. - De verdad siento mucho que hayas perdido tu puesto de capitán. Oh, no importa - Harry lo consoló - creo que era demasiada responsabilidad. No te preocupes. Yo quiero que me disculpes por lo tuyo. Si yo hubiera ido... No hubieras podido hacer nada -le interrumpió él -. Aunque hubieras votado por mí no hubiera alcanzado. Olvídalo. De pronto, Harry recordó lo de la noche anterior. Ron - dijo de pronto - ayer a la noche me enviaron el Mapa del Merodeador. ¿Qué? - dijo Ron. Lo que oyes - contestó Harry. ¿Quién ha sido? - pregunto el pelirrojo. No lo se, eso es lo raro - contestó Harry. ¿Qué ocurre Harry? - Hermione pasaba por allí para ir a sentarse bien lejos de Ron cuando se detuvo frente a el. - Te ves preocupado -le dijo. No es nada, de verdad. Sólo que...solo que ayer por la tarde olvidé ir a la reunión del equipo para elegir nuevo guardián y fui destituido de la capitanía de Gryffindor. Oh, Harry, cuanto lo siento- se cayo un momento y añadió -si hay algo que pueda hacer por ti para animarte, cualquier cosa, sólo dilo. No, no te preocupes- contestó Harry. Se quedó un momento pensando y justo cuando Hermione se estaba dando vuelta para irse, la llamó. -Aguarda un momento, creo que sí hay algo que podrías hacer por mí.- Se la llevó aparte y le susurró -creo que deberías hacer las paces con Ron. Estoy seguro de que el está arrepentido y no lo hizo con intención. Por favor... Harry... -comenzó la chica. Pero Harry la atajó: Verás, se que lo que estoy pidiendo quizás sea un milagro...pero inténtalo. Efectivamente, creo que estas pidiendo un milagro, Harry- le contestó Hermione antes de echarse la mochila al hombro y desaparecer por la puerta del Gran Salón. Harry volvió a sentarse, con una idea fija en la mente. Cuando saldría de allí, le escribiría a Sirius para preguntarle acerca del mapa.

Y así hizo. Antes de ir a su primera clase, se dirigió a la lechucería, y escribió apresuradamente:

Querido Sirius: No tengo mucho tiempo, sólo te añado que me han enviado el Mapa del Merodeador. No tengo ni idea acerca de quien lo tenía o quien me lo mandó, y te escribo porque quizás tú sepas. Saludos, Harry.

Como Hedwig aún estaba entregando la primera carta, tomó una de las lechuzas del colegio y le ató el papelito a la pata. Cuando la lechuza se hubo ido, Harry comenzó a bajar las escaleras a toda velocidad, para no llegar tarde a su próxima clase.

La relación entre Ron y Hermione fue mejorando en las siguientes semanas, aunque no era del todo buena. Además de soportar sus riñas, Harry estaba hasta la cabeza por la gran cantidad de deberes que le enviaban la mayoría de los profesores. Las clases se estaban volviendo especialmente duras. Harry estaba de acuerdo en que los TIMOS eran muy importantes, pero faltaban aún millares para éstos exámenes. ¿Por qué repasar tanto desde ahora? Con Fleur ya habían repasado todo lo visto con Lupin y habían comenzado a dar nuevas criaturas. Estudiaron a los pogrebins, unos demonios rusos que parecían pequeños hombrecitos con una pelada muy brillante, y que se sentían atraídos por las personas, a las que luego devoraban. Luego vieron los erklings, que eran criaturas parecidas a los elfos, pero con hábitos bastante peores: comían niños. Con la profesora McGonagall las cosas estaban cada vez mas difíciles. En la última clase se suponía que debían convertir un gato en un bolso, pero solo Hermione lo logró, aunque su bolso era de piel de gato. Algunos sólo habían logrado ponerle manijas y cierres al gato. Todos se quejaban de las clases de Snape. Las del profesor Binns eran aún más aburridas que lo normal. Hasta Hagrid les daba pilas de deberes. Mientras se adentraban en el mes de octubre, los días se hacían cada vez mas fríos, pero los entrenamientos de Quidditch no cesaban y eran cada vez más duros. Cierto día, en una clase de Hagrid, lo vieron llegar por la explanada con una gran caja de la que provenían unos extraños graznidos. Se preguntaron qué habría allí dentro, aunque quizás, como Ron le recordó a Harry, sería mejor no saberlo. Hola, chicos - saludó muy alegremente Hagrid a toda la clase. - Les he traído un pequeño regalo - Malfoy se rió irónicamente, pero Hagrid no le hizo caso. Hagrid apoyó la caja en el piso y todos se acercaron a ver. Dentro habían unos treinta animalitos parecidos a palomas, pero con garras. Medían unos diez centímetros de largo, y Harry supuso que habría que cuidarlos. Vaya, primero los escregutos y ahora esto. - le dijo Ron al oído. Se llaman Occamys - explicó Hagrid muy contento. No nos deberían dar muchos problemas. Mientras que no echen fuego por detrás. - volvió a susurrar Ron. Los Occamys resultaron ser bastante agresivos, aunque no eran demasiado peligrosos. Al menos ahora, que no medían más de un palmo. Pero todos tenían el desagradable presentimiento que, una vez crecidos, podían alcanzar un tamaño comparable al de los escregutos. ¡Ay! - gritó Ron en un momento. - ¡Hagrid, me ha dado un picotazo! - se quejó. Bueno, Ron - le dijo Hagrid - lo que ocurre es que lo estabas molestando. Intenta no acercarte tanto cuando los alimentes, porque no les gustaría. Sí, claro. - le murmuró Ron a Harry, enfadado - la culpa la tengo yo. Pero Harry no le prestaba demasiada atención a Ron. En realidad, estaba mirando a Hermione, quien estaba un tanto apartada de la clase, leyendo un trozo de papel con expresión embelesada. Harry se acercó hasta ella. Al verlo, la chica escondió rápidamente el papel contra su túnica, de modo que la parte escrita no quedara visible. ¿Qué lees? - le preguntó Harry. Hermione se había puesto bastante colorada. ¿Yo? - contestó - No, nada. - al ver que Harry le ponía cara de "no te creo" dijo - bueno. es una carta de Viktor. - Al decir esto, su cara, que ya estaba bastante subida de tono, se tornó de un rojo intenso, a pesar de que hacía bastante frío. ¿Viktor? - preguntó Harry. - ¿Viktor Krum? El mismo - dijo ella, sin sonrojarse más porque ya era imposible. Harry sintió una punzada en el estómago, una sensación que sólo había sentido una vez. El día en el que Cho le había dicho que iba a ir al baile con Cedric. Aún lo recordaba perfectamente. Las tripas se le habían revuelto tanto que creyó que se le iban a salir por la boca. Y Krum le había dicho, en una ocasión, que Harry era un rival. Porque Hermione hablaba mucho de él. Harry lo había negado rotundamente, y no estaba mintiendo, por supuesto. Sin embargo, quizás las cosas habían cambiando. De otro modo, ¿por qué diablos le molestaba que Hermione reciba una carta de Viktor Krum? Por supuesto, a Hermione no le dijo nada al respecto, pero cuando volvió con Ron, e incluso cuando estaba cenando después de clase, seguía pensado en lo mismo.

¿Que te gusta Hermione? - le dijo Ron en la Sala Común esa noche, después de que Harry le halla contado lo de la carta y lo de sus extraños sentimientos. Shhhhhh. - lo cayó Harry. Ron lo había dicho tan fuerte que temió que alguien halla escuchado. No puedo creerlo - le dijo su amigo con los ojos como platos. Escucha - le dijo Harry, tratando de que se callara. - No he dicho que me gusta Hermione. Aunque. - añadió - tampoco puedo decir que me disgusta. Ron se echó a reír, y le dio un codazo. Vamos - le dijo - ¿qué esperas? Si no te apuras, Krum te ganará de mano. He dicho que dejes de decir estupideces - le espetó Harry. - Aparte, - razonó - estaba muy contenta hoy con esa carta, no creo que. Se cayó, y no sólo porque había vuelto a sentir un retorcijón en las tripas, sino también porque Hermione se había acercado hasta la mesa en la que ellos estaban. Hola chicos - les dijo - ¿qué hacían? Harry se sonrojó, y tuvo la impresión de que Ron iba a dar una respuesta que lo haría quedar muy mal. Pero, en parte porque quizás se apiadó de él, y en parte porque su relación con Hermione aún no era demasiado buena desde aquella pelea, sólo dijo: ¿Y a ti que te importa? - en un tono muy frío. Hermione se quedó callada y, como de costumbre, se le llenaron los ojos de lágrimas. Le dirigió una mirada a Harry como diciendo "¿qué le ocurre?", pero Harry se limitó a encogerse de hombros. Ron se dio cuenta que quizás había ido demasiado lejos. Disculpa - dijo sonriendo - son cosas de hombres. Hermione se dio media vuelta, al parecer enfadada, y se fue.

Los días pasaban, y Ron no se disculpaba con Hermione. A pesar que Harry iba continuamente de uno a otro y trataba de hacer las paces. Y a pesar de que intentaba una y otra vez hacer entrar en razón a Ron acerca de que el hecho Hermione tenga un amigo de Slytherin no era un delito, como el lo calificaba. Finalmente, un día muy nublado de octubre, cuando Harry estaba desayunando y festejando por fin el total reconcilio entre Ron y Hermione (en el que, a decir verdad, él había tenido mucho que ver), Hedwig le trajo una carta. La abrió apresuradamente y vio que era de Sirius.

Querido Harry: Te escribo comunicándote que no hay grandes novedades acerca de Voldemort. Se cree que está buscando poder para asaltar Azkaban y unir a los Dementores a sus filas. La semana pasada murió la señora Lestrange, una de sus más devotas seguidoras que estaba tras las rejas. Ha sido una gran perdida para él, imagino. Hablando de tu desmayo, no tengo ni idea que fue lo que te lo puede haber producido. Comunícame si hay novedades. Tampoco sé quien puede haberte mandado el Mapa del Merodeador. De todas maneras cuídate, por favor. Cambiando un poco de tema, te cuento que yo estoy bien. ¡Felicitaciones por lo de capitán! (ja - dijo sarcásticamente Harry) Estoy seguro de que lo harás muy bien. Saludos a Ron y a Hermione, Sirius.

Vaya, he oído que los Lestrange estaban en la prisión hace 13 años -dijo Hermione. - Ahora queda sólo el marido. En mi opinión está bien, mientras menos queden mejor -dijo Ron. ¡Ron! De repente, se paró el profesor Dumbledore para hacer un anuncio, y todo el comedor quedó sumido en el más absoluto silencio. Queridos alumnos, tengo que darles una pequeña sorpresa. Dado el gran éxito que tuvo el baile de Navidad del año pasado, éste año haremos otra fiesta similar para Halloween. Todo el colegio mostró su aceptación con gritos de entusiasmo. Vaya -Ron se volvió hacia Harry -¿A quién invitarás tú? No lo se -dijo Harry -¿Y tú? ¿Se lo propondrás a Hermione? Por supuesto que no -contestó Ron. Se dio vuelta para ver si había alguien, pero Hermione no estaba allí. Ya se había ido a su próxima clase. - ¿Quieres dejar de hablarme de ese modo? No me gusta, ¿comprendes? No intentes negarlo más, Ron. Yo sé que sí te gusta. En realidad te gusta a ti - le dijo Ron a Harry. - ¿Por qué no la invitas? Estoy seguro que aceptará encantada - en ésta última frase, Harry creyó percibir una levísima nota de amargura en la voz de su amigo. No lo sé - dijo finalmente. - Creo que lo intentaré con Cho. Hermione no me gusta, sólo es que. Pero, como no encontró palabras para explicarse, decidió quedarse callado. Ron se sonrió.

Bueno, creo que las explicaciones sobran. Estamos en un momento crucial del fic, y ahora veremos que es lo que pasa. ¿Quien le mando a Harry el mapa del merodeador?¿cuál fue la causa por la que harry durmio 28 horas? Sigan leyendo. Jejeje piensan que se los voy a revelar ahora, que gracia tendria el fic. Muchas gracias a todos los que leen y muy especialmente a los que dejan fic. Y a los que no lo hacen. no cuesta nada, y a mi me hacen feliz. Quiero sus opiniones, y que me manden posibles parejas para que salgan en el proximo capitulo: el baile de Halloween. Sirius.