Si!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! después de tanto tiempo, estoy de vuelta. Si, sí, ya se que tarde un poco, bueno quizas mucho. Pero ya habia dejado un mensaje y lo repito para los que no pudieron leerlo. La computadora no me anduvo por casi dos meses y la verdad no tenia mucho tiempo para ir a un cyber. Les pido mil disculpas a todos/as y les agradezco de todo corazon por bancarme y volver a leer el fic, como estoy seguro que haran. Para compensarlos les puse este capitulo de catorce hojas, y con suerte durante el fin de semana les subo el proximo (lo tengo escrito pero falta corregirlo, y no quiero subirlo hasta que este perfecto). Despues de estos voy a tratar de subir por lo menos uno por semana.

Lo hubiera subido antes, pero estuve enfermo (por no comer frutas y verduras, diel, jejeje) y aparte estuve bastante ocupado (todavia lo estoy pero me hice un tiempito)

Muchas gracias a : hermione de potter, diel, lissy h/hr4ever (mis tres seguidoras incondicionales, son lo maximo), jnh,pirra, hemione-potter, arwen. No les puedo explicar lo feliz que me hacen sus reviews. El otro dia no tenia muchas ganas de escribir, pero cuando vi los reviews que escribieron me dieron ganas de escribir. Que les gusta a historia, que les gusta como escribo (no se si sera verdad pero me anima de todas formas)

Por favor escriban reviews para avisarme si retomaron con la lectura del fic. Esto va para todos los que leyeron el fic alguna vez aunque no hayan escrito. Y a los que lo leen por primera vez, tambien por favor manden reviews. No saben lo lindo que es entrar y que aparezcan diez reviews nuevos. A ustedes no les cuesta nada y a mi me alegran el dia.

Estoy dispuesto a contestar todas las preguntas que se puedan responder, asi que aprovechen.

Sobre mi otro fic "un verano en casa de hermione" ya van a haber noticias. No se desesperen.

Bueno vamos con el capitulo y espero que lo disfruten. En este capitulo aparece cindy para los que la pidieron, pero no aline (para los que tambien la habian pedido). Desde aca en adelante empieza la verdadera accion, aunque para lo mejor todavia faltan uno o dos capitulos mas. Tengo una catarata de ideas, aunque ya sabia cual iba a ser el final, y estoy cambiando un poco. Va a quedar muy bueno, espero.

Bueno ahora si que lo disfruten. Besos y reviews!!!!!!!!!!!!!!!

Sirius black





CAPITULO 6



El regreso del mortífago

¡Harry, despierta!

Harry abrió los ojos y bostezó. Ron lo estaba abofeteando para que despertara.

¡Basta ya! -gritó.

Vaya que te has dormido... - le dijo Ron.

Bueno... -comenzó Harry- lo que ocurrió es que ayer me acosté muy tarde y... -pero se detuvo.

Miró alrededor y vio a la señora Pomfrey junto a su cama. Se extrañó. ¿Qué es lo que hacía ella en su habitación?. Entonces comprendió.

¿Qué día es hoy? -preguntó, temiendo la respuesta.

2 de noviembre - le dijo Ron- Te has acostado hace dos días y te has despertado recién.

¿Qué me ocurrió? -le preguntó a la señora Pomfrey.

Eso me gustaría a mi saber -le contestó con voz enigmática.

Los días siguientes se sucedieron con normalidad. Harry y Hermione seguían sin dirigirse la palabra. Ron trató sin éxito de reconciliarlos hasta que desistió.

Entretanto, Angelina los machacaba con entrenamientos de Quidditch tres veces a la semana, los cuales cada vez eran más duros. El equipo, después de un año completo sin jugar, aún no se encontraba a sí mismo. También se sentía mucho la falta de Oliver Wood. A pesar de que August no era un mal arquero, no era nada comparado con Wood. Aún le hacía falta mucha práctica. También se extrañaba su energía obsesiva, la cual le hacía tanta falta al equipo por aquellos días...

Se avecinaba el partido contra Slytherin y Harry no tenía espacio en la cabeza para pensar en otra cosa. El ambiente,como siempre antes de estos choques tan importantes, estaba bastante tenso.

Uno de esos días, en los que ya tenía suficientes preocupaciones, se le agregó otra más a su interminable lista.

Estaba en la clase del profesor Binns, escuchando sus ensayos acerca de la rebelión de los leprechauns de 1723. Miró hacia sus lados. En un costado estaba Hermione (la cual sólo se había sentado allí porque no quedaba otro remedio, eran lugares fijos), mordiendo la pluma con cansancio, mientras escuchaba atentamente al profesor, y de vez en cuando anotaba alguna que otra cosa. Harry rápidamente apartó la mirada de ella. No quería que lo pescasen mirándola. Estaban peleados. Sí, eso era.

Miró hacia su otro costado. Ron estaba con la cabeza entre los brazos, durmiendo descaradamente a pocos asientos del profesor. Un poco más allá, Neville no dormía, pero tenía la barbilla apoyada en la mesa, y la mirada perdida, dirigida hacia algún punto del pizarrón (que estaba en blanco, el Profesor Binns no lo utilizaba jamás).

Harry estaba muy cansado. No venía durmiendo bien, y los entrenamientos de Quidditch eran agotadores. Sus párpados comenzaron a caer lentamente. y le estaba costando mucho evitarlo.

Volaba sentado en un búho. Surcaba los aires durante lo que parecían como kilómetros y kilómetros. Pronto vio su destino. Se dirigía hacia una lúgubre casa en una colina. El ave llegó hasta un sillón y se escondió detrás de él.

Harry tenía la impresión de haber estado en esa casa en alguna ocasión. De hecho, prefería no enterarse de quien estaba exactamente detrás del respaldo. Temía enterarse. Temía verlo, escucharlo, escuchar esa voz fría, que le erizaba los pelos de la nuca.

Entonces escuchó una voz muy fría, que hablaba desde el sillón.

Veo que no te has equivocado, Macnair. Debo felicitarte, supongo.

Mu-muchas gracias, señor.

Y ahora tú -el hombre del sillón se dirigió a otro, al que Harry tampoco podía ver. - Quiero ese objeto, ¿me entiendes? Lo quiero lo antes posible. Y , como sabes, no admito errores.

Pero...señor.está Dumbledore...

NO ADMITO ERRORES.

Harry se despertó con un dolor muy fuerte en la cicatriz. Como no tardó en comprender, había gritado. Todo el grado estaba delante de él, contemplándolo con preocupación. Pidió permiso al profesor Binns para ir a la enfermería, pero no se dirigió allí. Fue directamente al despacho del profesor Dumbledore.

Atravesó los largos pasillos a toda velocidad. Teniendo en cuenta que estaban desiertos, le costó muy poco llegar.

Al fin vio la gárgola que cubría la puerta del despacho y, aún jadeando, se preguntó como diablos podría entrar, o si tendría que esperar a que Dumbledore saliera.

¿Qué haces aquí Potter?

Harry se dio vuelta. Era Snape. Estaba junto a Filch. Este último miraba a Harry con una expresión casi de asustado. Una expresión la cual Harry le había visto una sola vez. El día en el que descubrió los papeles de Embrujorapid. El día en el que descubrió que Filch era un squib, un no - mago de familia de magos.

Necesito hablar con el director -le contestó a Snape, después de apartar la vista del celador.

Me temo que ahora no podrá atenderte -le dijo el profesor, curvando los labios en una maligna sonrisa- Vuelve a clase.

Tengo que hablar con Dumbledore - repitió.

Vete - le dijo Snape entre dientes - si no quieres darme un buen motivo para quitarle cincuenta puntos a Gryffindor.

Pero Harry no lo hizo. Se alejó (después de todo, no era bueno contrariar a Snape, y menos en aquellos días en los cuales estaba tan propenso a enfadarse por la elección de su sobrina para Gryffindor), pero no volvió a clase. Dobló la esquina y se quedó detrás de la pared esperando hasta que Snape haya entrado.

Chicles de cereza - lo oyó decir.

Harry escuchó el chirriar de la gárgola al correrse para dejar libre el paso. Acto seguido, volvió corriendo hacia la torre de Gryffindor. Ya tenía lo que quería. Sabía la clave de la oficina de Dumbledore. Llegó a toda velocidad y patinó al frenarse de golpe frente al cuadro de la Señora Gorda. Después de dar la contraseña entró y cruzo a toda prisa la desierta Sala Común (todos estaban en clase) hacia la escalera de caracol.

Sin perder un minuto, entro a su pieza, buscó en su baúl y sacó la capa invisible y el mapa del merodeador. Se cubrió con la capa y toco el mapa con la varita. Se disponía a salir de su cuarto para volver de donde había venido. Tenía que ir a hablar con Dumbledore. Y se disponía a hacerlo, o a intentarlo, cuando lo que vio lo dejó helado.

En el despacho de Dumbledore se encontraban el mismo Dumbledore, Snape y Filch. Pero vio una manchita en el otro extremo del mapa que decía...

Harry se frotó los ojos, sin poder creer lo que veía. La cuarta diminuta manchita, que aparecía en otro lugar del castillo, bastante apartado, tenía la inscripción: Igor Karkaroff. Harry suponía que su paradero era secreto y nadie se había enterado de que él estaba en Hogwarts, ya que era buscado por Lord Voldemort. Pero esto era muy extraño.

Siguió a la pequeña inscripción por unos instantes con la vista. Se dirigía de un lado a otro en uno de los corredores de las mazmorras, como buscando algo. Finalmente, comenzó a subir por las escaleras. Sigilosamente, salió del castillo y se quedó detrás de los invernaderos. Allí estuvo durante un tiempo.

Harry aún no se movía de su lugar. Estaba esperando para ver que es lo que haría Karkaroff. El corazón le latía rápidamente. De pronto, Snape y Filch salieron del despacho de Dumbledore, atravesaron el vestíbulo y se dirigieron hacia los terrenos. Caminaron por las orillas del bosque prohibido. Repentinamente, Karkaroff comenzó a seguirlos, y se unió a ellos.

No lo podía creer. Parecían estar conversando. Pero Karkaroff no debía estar allí. No podía estar allí. Karkaroff era buscado por Voldemort. Se suponía que si Snape sabía que Karkaroff estaba en Hogwarts, se lo habría dicho a Dumbledore. ¿Qué era entonces lo que Karkaroff tenía que hacer en el castillo? ¿Sería alguna misión secreta dada por Dumbledore?

Pero también era perfectamente posible que Snape supiera, pero no se lo hubiera dicho a Dumbledore. Harry sabía que el director confiaba en Snape. Pero Snape era muy amigo de Karkaroff. Eso también lo sabía. Podría estar encubriéndolo.

Harry cambió de planes. No le agradaba hablar con el director acerca de Snape, porque sabía que a Dumbledore no le haría gracia. Tampoco estaba muy seguro de quién exactamente le había enviado el Mapa del Merodeador, y no quería que el director empezara con incómodas preguntas. Apreciaba mucho a aquel mapa, y no quería que fuera confiscado.

Por lo tanto, se quitó la capa, guardó el mapa, y salió apresuradamente de su habitación para encontrarse con Ron y relatarle lo ocurrido.

Lo encontró en el Gran Salón, almorzando. Se sentó a su lado y le contó, mediante susurros, todo lo que había visto, y las sospechas que tenía. Sin embargo, no le contó el sueño, y dijo que había ido a ver a Dumbledore porque le había dolido la cicatriz.

¿Tu crees que Dumbledore le ha dado alguna tarea a Karkaroff? - preguntó Ron. - Me parece más probable que Karkaroff esté infiltrado en Hogwarts clandestinamente, y que Snape lo esté encubriendo.

No lo se. - dijo Harry, pensativo. - Dumbledore.

Ya se que Dumbledore confía en Snape - lo interrumpió Ron, con un tono de exasperación en la voz. - Pero puede ser. ¿Quién sabe?

Sí, supongo que sí - dijo Harry, pinchando una papa con el tenedor y llevándosela a la boca.

Harry - dijo de nuevo Ron.

Harry tenía la boca llena, pero lo miró para darle a entender que lo escuchaba.

¿No crees que ya es hora de que hagas las paces con Hermione? - le dijo. Harry intentó protestar, pero Ron siguió hablando y ahogó sus palabras (sin contar con el hecho de que se le hacía muy difícil hablar con la boca llena de comida). - En verdad no se quien tiene la razón, Harry, pero piensa. Ha estado muy mal. Llora con mucha frecuencia y se encuentra muy sensible. Ella te aprecia mucho. Y yo se que tu también la extrañas.

Eso es lo que tu crees - contestó Harry.

Pero sin duda no era verdad. Sí que echaba de menos a Hermione. Pero no iba a ser él quien ceda. Quizás Ron notó en su tono de voz que no había sido del todo sincero, porque le puso cara de "no te creo".

Si quiere disculparse, que lo haga - dijo finalmente Harry. - Si tanto la afecta, que lo haga ella. Se metió en la boca un último trozo de carne y fueron juntos a la próxima clase.

La tensión por el partido frente a Slytherin aumentaba cada día. Como siempre antes de estos partidos, se originaban disputas en los corredores. Era una especie de clásico. El equipo de Gryffindor entrenaba cada vez más duro, pero no podía alcanzar el buen rendimiento conseguido en años anteriores.

Harry se encontraba el viernes en una clase de Fleur Delacour acerca del maleficio Imperius. Al igual que Moody, ella tenía permiso de Dumbledure para echarles este maleficio por turnos para ver si podían resistirse.

Para vencer al maleficio hace falta tener mucha fuerza de voluntad. Sólo tienen que creer en ustedes mismos y saber que pueden hacerlo - les decía, en lo que se parecía más al discurso de un motivador profesional que a una clase de magia.

De este modo, uno tras uno fueron pasando al frente y obligados por Fleur a hacer la clase de cosas más extrañas que Harry había visto. Seamus comenzó a golpearse la cabeza contra la pared con tanta violencia, que luego tuvo que dirigirse a la enfermería para que le aplicaran un hechizo contra la inflamación (tenía varios chichones). Incluso Hermione fue vencida. Comenzó a bailar delante de toda la clase, y, para cuando el hechizo terminó, estaba muy avergonzada y miraba hacia el piso.

Algunos, incluidos Harry, y en parte, Ron, lograban resistirse a medias luego de mucho intentos, pero nadie lo hacía completamente.

Cuando salió de allí, se dirigió al Gran Comedor para almorzar. Vio a Hermione hablando con Kevin en la mesa de los prefectos. Rápidamente apartó la vista y se fue a sentar al lado de Ron. Ya sentado, lo primero que oyó fue un llanto ahogado que venía de detrás suyo. Se dio vuelta y vio a Cindy, que estaba llorando desconsolada, y a otra chica de su edad, a la que le estaba explicando algo.

Harry volteó la silla y le habló.

¿Pasa algo, Cindy? -le preguntó.

M-mi...mi ga-ga-gatito...ha muerto...- alcanzó Harry a comprender entre sus sollozos.

Oh, cuanto lo siento -dijo.

De pronto, sin previo aviso, Cindy se subió al regazo de Harry y se acurrucó allí. Harry se quedó desconcertado, sin saber lo que hacer. Se sentía muy incómodo. Pero Cindy no parecía querer salir de allí. Finalmente, accedió a bajarse, (Harry se sintió agradecido) pero no sin antes besarlo en la mejilla.

Vaya... -comenzó Ron.

No digas nada -se atajó Harry. Sabía que estaba un tanto colorado. Parvati y Lavender se reían entre susurros, y Ginny parecía a punto de matar a Cindy. Un poco más allá, y sola como siempre, estaba sentada Aline, comiendo rápidamente. Cada vez que la veía, a Harry se le producía esa misma extraña sensación, como de querer averiguar más acerca de ella.

¿No crees que es muy pequeña para ti? - escucho la voz de Ron desde lejos, la cual lo volvió a la realidad.

Bah, ya cállate y come, porque debemos ir a la clase de Hagrid.

Y así hicieron. Después de comer, se dirigieron hacia la cabaña de Hagrid, donde ya estaban esperando todos los de Slytherin. Harry también distinguió unos cuantos Occamys encerrados en grandes jaulas.

Aquellos asquerosos animales medían ya unos cincuenta centímetros de largo, y, a juzgar tanto por las caras de furia que le dirigían a la clase, como también porque quedaban bastantes menos, no se habían vuelto más pacíficos.

Para horror de todos los chicos, Hagrid le explicó que estaban así porque hacían días que no salían de la jaula, y los iba a sacar para que ellos los cuiden.

Deben darles de comer y asearlos - les dijo Hagrid señalándoles una hilera de grandes tinas de madera y cepillos.

Pero a los pájaros no les gustaba bañarse. Harry trabajó con Ron, y debían tenerlo atado muy fuerte para que no se moviera o los atacara.

Al finalizar la clase, Harry y Ron, que, al igual que todo el resto del curso, estaban empapados, sucios y rasguñados por todas partes, se acercaron a Hagrid para hablar con él, ya que hace mucho tiempo que no lo veían, y éste los invitó a una taza de té en su cabaña.

Estuvieron conversando de diversos temas, incluyendo, por supuesto, el partido que se jugaría al día siguiente. Hasta que a Harry se le ocurrió algo que había querido decirle a Hagrid hace mucho tiempo, y más aún ahora que estaban sucediendo cosas extrañas.

Hagrid -dijo de pronto - ¿recuerdas que el profesor Dumbledore les había dado deberes para el verano a ti y a Madame Maxime? ¿Cómo te ha ido? ¿Qué era lo que debías hacer? Bien, bastante bien - contestó Hagrid evasivamente, sin levantar la vista de las grandes botas que estaba zurciendo. Aunque de repente cambió la expresión por una más brusca y agregó - pero no pregunten porque no voy a decirles más que eso.

Harry estaba seguro que esos deberes eran ir a hablar con los gigantes que habitaban en las montañas para hacerlos entrar en razón y que no se unieran a Voldemort. Si Hagrid decía que les había ido bien, eso significaba que Voldemort aún no los había reclutado. Se sintió sólo un poco más tranquilo.

Pero sin embargo, luego recordó a los Dementores, y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Criaturas asquerosas, capaces de hacer cualquier cosa por un poco de alegría, por unas cuantas almas. ¿Qué ocurriría si Voldemort lograba reclutarlos? Y aún más, los mortífagos presos en Azkaban quedarían en libertad, y todo se convertiría en un caos.

Hagrid - dijo nuevamente - ¿recuerdas cuando. - dudó un momento y luego dijo - cuando estuviste en Azkaban? -. Hagrid asintió, pero una expresión muy sombría le apareció en el rostro. Era evidente que no le gustaba hablar de ese tema. - Bien. - prosiguió Harry. - Por lo que viste allí. ¿crees que serían muchos los que se unirían a Vol. a quien-tu-sabes si logra asaltar la fortaleza?

Hagrid se quedó callado por unos instantes. Luego, mirando el vacío y sin dejar de lado la expresión sombría, dijo:

En Azkaban hay mucha gente. No sólo mortífagos, Harry. Mucha gente sin agallas que se unirían a quien-tu-sabes si el se lo pidiese. Ese es mi temor. No sólo los mortífagos volverán con él. Si logra volver, volverá aún más fuerte que antes.

Quieres decir. - preguntó Ron, aterrado - .que la cantidad de mortífagos sería muy grande.

Hagrid asintió.

Desgraciadamente - dijo - son muchos todavía los que piensan que los muggles, o los magos de ascendencia muggle, o los. - tragó saliva - gigantes. o todos los que no sean como ellos. deben ser eliminados de la sociedad. Muchos son los que piensan que esta clase de gente no tiene libertad de compartir derechos en el mundo mágico. Pasa en todas las sociedades. Los mas ricos y poderosos desprecian a las clases más bajas. Las discriminan. Yo estoy cansado de esto. Pero sin duda ya me he acostumbrado.

Tanto Harry como Ron permanecieron totalmente callados. Se miraron, y volvieron a mirar a Hagrid, quién siguió hablando.

Este tipo de gente estará encantada en torturar o incluso. - Hagrid no dijo nada, pero era demasiado obvio lo que había querido significar. Tomo aire y siguió hablando. - Incluso Fudge.Fudge se ha negado a creer en el regreso de quien-tu-sabes. No se siente especialmente afectado. Porque él piensa que los que no provienen de familias de magos no tienen los mismos derechos que los demás. Se considera superior. - Hagrid hablaba con el odio impregnado en sus palabras. Harry nunca los había oído hablar así, y, a juzgar por la mirada que le dirigió, Ron tampoco. - ¿Saben? - siguió hablando Hagrid - en cierto modo, Fudge está ayudando al levantamiento de quien-ustedes-saben. Porque encubriéndolo todo, y fingiendo que nunca pasó, no se gana nada. Dumbledore, en cambio, es diferente. Es un gran hombre, Dumbledore. No tiene problemas en aceptar en su escuela a los nacidos de muggles, ni los tuvo en contratar al profesor Lupin, ni a. ni a.- volvió a tragar saliva y bajó la mirada - ni a mí. Está luchando activamente contra quien-ustedes-saben, y confió en que podrá reducirlo antes de que tome demasiada fuerza.

Todos se quedaron callados.

Tienes razón - añadió Ron, después de un momento.

La conversación volvió a abocarse a la escuela, en si estaban trabajando duro, y en las posibilidades que tenía Gryffindor en el partido contra Slytherin del día siguiente.

Luego de la charla con Hagrid, y cuando no faltaba mucho para que oscureciese, Harry se separó de Ron y se dirigió hacia el campo de Quidditch para el último entrenamiento. Cuando llegó (un poco tarde, a decir verdad), ya estaban todos, y se veían extremadamente nerviosos. Nadie hablaba demasiado. Era obvio que les iba a costar mucho el partido del día siguiente.

Casi en silencio, utilizaron lo que quedaba del día para practicar unos últimos movimientos tácticos. Finalmente, Angelina les dirigió un discurso dándoles ánimo, y luego les permitió irse.

Esa misma noche, el clima en la Sala Común era de una gran emoción con tensión mazcladas. La mayoría de la gente confiaba en una gran actuación del conjunto de Gryffindor, como ya había sido tantas veces. Sólo los que estaban dentro del equipo sabían que sin Wood no sería lo mismo. Incluso Fred y George parecían más pálidos de lo normal, y ya no se preocupaban en ser el centro de atención.

Harry estaba muy nervioso. Estaba sentado en una mesa apartada del bullicio, haciendo la tarea de adivinación junto a Ron. Harry vio también a Hermione, no parecía con ánimo de estudiar, y estaba charlando sin mucho entusiasmo con Alicia y Katie. Al verla, Harry se sintió muy mal. Recordaba las noches anteriores a los partidos, los tres juntos sentados. Ella siempre lo animaba cuando él estaba nervioso. Por un fugaz momento se le pasó por la cabeza ir con ella a hacer las paces, y parecía que Ron se dio cuenta, porque lo miró seriamente.

Adelante - le dijo con una mueca de su mano. - ¿Vas a disculparte?

Prefiero no hablar de eso - contestó Harry secamente. Por una vez,

Ron no insistió. Quizás penso en no ocasionarle problemas a Harry cuando lo necesitaban con la mente despejada para el partido del día siguiente. En lugar de eso, estuvieron conversando acerca de lo que Harry había visto hacía ya varios días en el mapa del merodeador.

¿Pero qué diablos hacía Karkaroff? - dijo Ron pensativamente. -Ese tipo nunca me ha dado muy buena espina. Quizás esté tramando algo.

No creo, porque si no, ¿que hacía con Snape?. Si quisiera hacer algo malo, entraría al castillo a escondidas.

Quizás -dijo Ron -¿pero que hacía con ellos Filch? Además, lo que dijiste es suponiendo que Snape no esté traicionando a Dumbledore.

Harry se encogió de hombros y luego dijo:

No lo se. Dumbledore confía en Snape.

Te estás pareciendo a Hermione - le espetó Ron. Harry se quedó callado. No le agradaba hablar de ella.

Deberíamos ir a dormir, - dijo de pronto - porque mañana será el partido.

Como quieras - le contestó Ron.

Luego de ordenar apresuradamente los apuntes de Trelawney, subieron por la escalera de caracol sin pronunciar palabra. A juzgar por la cara de Ron, estaba muy cansado. Y en realidad, Harry también lo estaba. Pero el cosquilleo que sentía en el estómago amenazaba con no dejarlo dormir.

Se puso el pijama y descorrió las cortinas en su cama de cuatro palos con dosel. Se acostó, aún pensando en la conversación que habían tenido con Hagrid. Pensó en los gigantes, en los mortífagos, en los dementores. Un horrible escalofrío le recorrió la espalda, y se estremeció. Recordaba aún la putrefacta cabeza del dementor que había intentado besarlo aquella noche hacía un año y medio. La noche en la que descubrió la verdad acerca de Sirius. Recordó también repentinamente la voz de sus padres. sintió un dolor agudo en el pecho. Tenía miedo, tenía que reconocerlo. Pensó en los estragos que podría causar Voldemort con un ejército de criaturas malignas.

Pero después de todo, Hagrid tenía razón. No había motivo para preocuparse mientras esté Dumbledore. Harry se sentía de verdad protegido. Y también estaba Sirius, y también, Harry sabía, aunque no con exactitud, que había un pequeño grupo de personas luchando contra la resurrección de Voldemort.

Sí, eso era lo importante. Luchar hasta el final, no sucumbir ante el miedo...