Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Volvi!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! no creo que NADIE se acuerde de
mi, y los7as que se acuerdan me deben recordar como un MENTIROSO y FALLUTO
por todas las veces que prometí seguir con mi fic (que empecé alla por
septiembre) y no lo hice. Pero tuve muchas problemas con la compu, aparte
de las pruebas y cuando quise ponerme a escribir me rompi el brazo y estuve
un mes y medio con yeso hasta el hombro sin poder escribir.
Pero ahora perdonenme please que voy a tratar de ir mas rapido y por eso espero poder subir hasta tres capitulos durante el fin de semana, como para compensar.
Gracias por volver (si vuelven) todos los que lo estaban leyendo desde antes, hayan dejado review o no. Y los que nunca lo leyeron, pueden empezarlo desde el principio, no se si yo puedo decirlo pero creo que esta bueno, o por lo menos no tan malo.
Lo estoy subiendo viernes 24 de enero, quizas aparezca en la web el sabado u hoy a la noche, llénenme de reviews y veran hasta dos capitulos mas antes del domingo a la noche, dia en el que si dioz quiere me ire de vacaciones (pero no se preocupen, les voy a dejar para leer y creo que desde alla tambien seguire subiendo).
Gracias por bancarme y besos a todas (digo todas porque la verdad creo que la mayoria son mujeres, o por lo menos las que dejan reviews, porque las mujeres son mucho mas de dejar reviews que los hombres).
REVIEWSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sirius black
PD: que lo disfruten
CAPITULO 7
Gryffindor vs. Slytherin
Al día siguiente, Harry se levantó sobresaltado. No había conseguido dormir muy bien, y fue con un sacudón de Ron que se despertó. Al igual que la mayoría de los miembros del equipo de Gryffindor, no desayunó casi nada aquella mañana. Todos parecían extremadamente nerviosos. Harry captó a Malfoy en la mesa de Slytherin. Estaba más pálido de lo habitual, si eso era posible, y respondía con gestos a Crabbe y Goyle, quienes estaban sentados a sus lados y, a juzgar por la forma en la que comían, no parecían nerviosos en absoluto.
A eso de las once menos diez se dirigieron a los vestuarios. Se cambiaron en silencio, y, una vez sentados en los bancos de madera, Angelina les habló como lo hubiera hecho Wood.
Sabemos que no estamos en plenas condiciones y que aún nos falta mucho para llegar a lo que éramos antes. Pero nuestro rival tampoco está en condiciones óptimas. Ha tenido cuatro bajas. ¡Cuatro! No nos dejemos abatir. También sabemos que el equipo de Slytherin tiene escobas muy buenas, pero nosotros somos mejores que ellos en todo aspecto. ¡Adelante equipo!
Harry tomó la Saeta de Fuego y salió al campo de juego. Con la inmediata aparición del equipo, bajó la ovación desde tres de las cuatro tribunas. La mayor parte del estadio los aplaudía, excluyendo obviamente a los de Slytherin que los silbaron a más no poder, pero por supuesto eso a Harry no le importó.
Le temblaban las piernas y sentía como las tripas se le retorcían. Pero no se preocupo demasiado. Sabía que una vez en el aire, cuando todo se ponía en juego, todo desaparecía. Los nervios en el resto de los jugadores (principalmente en el debutante Jigger) ya eran palpables. Harry miró al frente y vio a Malfoy, a Montague y a Pucey, junto a otros cuatro chicos a los que Harry no conocía.
Angelina se adelantó y estrechó la mano de Pucey. Ninguno de los dos sonrió. Ninguno de los dos siquiera miró al otro o hizo alguna mueca. Se soltarón muy rápidamente, como si les hubiera dado corriente. Todos montaron sus escobas, incluyendo la señora Hooch, que hizo sonar fuertemente su silbato.
Harry pateó con fuerza el piso y salió disparado hacia arriba, sintiendo la ya conocida sensación del viento azotándole la cara y metiéndose a través de su túnica. Los ruidos de la multitud eran acompañados por los gritos de Lee Jordan.
¡Comienza el partido! ¡El equipo de Gryffindor estrena guardián, y parece que tienen un plantel muy bueno! El conjunto de Slytherin ha tenido muchas bajas y hay muchos jugadores nuevos, de los que francamente no tengo idea de cómo se llaman. Ah, gracias profesora. Aquí me acaban de entregar una lista en la que aparecen los jugadores Lochkin, Bruce, Manson y MacHutts.
Harry volvió a mirar a los jugadores de Slytherin, y se sorprendió al ver que uno de los nuevos cazadores era Kevin. En cuanto tomó la pelota y Lee gritó su nombre, pudo comprobar que se llamaba Kevin MacHutts y cursaba sexto año.
El partido transcurría sin grandes incidentes durante los primeros minutos. Harry sobrevolaba el campo, seguido de cerca por Malfoy. Gryffindor tenía la pelota...
Y ahora la tiene Johnson, que toca con Bell, y sigue Bell en posesión de la quaffle...elude a uno...a dos...a tres...impresionante Katie, tiroooooooooo...¡¡¡GOL DE GRYFFINDOR!!! ¡¡¡SÍ!!! ¡¡¡ASI SE HACE!!! ¡Y el partido está diez a cero para los leones!
Harry volaba tranquilamente por encima del resto de los jugadores, aguzando la vista en busca de la snitch. Daba vueltas alrededor de los aros, esperando. No había señales de nada. Lee, por su parte, seguía hablando mal del equipo de Slytherin.
¡Muy fea falta! - exclamó, en el momento que Montague le daba un codazo a Alicia en el estomago y le quitaba la quaffle de ese modo. - Parece que la señora Hooch va a tener que mirar el partido más de cerca, porque no se dio cuenta - la profesora McGonagall le dirigió una mirada amenazadora. - Pero, a pesar de los cambios, sin duda el equipo de Slytherin sigue siendo tan sucio como otros años - se oyó el abucheo de la parcialidad de Slytherin, y también las disculpas que Lee Jordan le ofrecía a la profesora McGonagall.
Sin embargo, Harry pensó que Lee tenía razón. Si no lograba ver rápidamente la snitch, alguien podía resultar herido. Los jugadores de Slytherin, tanto los novatos como los antiguos, presentaban un juego muy sucio.
En una jugada, Bruce agarró a Angelina por la túnica para impedirle el paso, y la señora Hooch pitó penal. La misma Angelina tiró y convirtió.
¡Muy bien Gryffindor! - bramaba Jordan eufórico. - ¡Así se hace, leones! ¡No nos van a ganar con el juego sucio!
Jordan, si no puedes mantenerte imparcial.
Pero profesora.
JORDAN.
Está bien, está bien, disculpe.
Al cabo de un rato, Alicia había logrado otro tanto, y Kevin también había hecho uno, lo que dejaba la puntuación en 30 a 10 en favor de Gryffindor.
De pronto, cuando no habían llegado aún a la media hora de juego, Harry lo vio. Un destello dorado brillaba en la base de los postes de Slytherin. era su oportunidad. No hacía mucho tiempo que había empezado el partido, y podrían liquidarlo. Le dirigió una mirada de soslayo a Malfoy, quien estaba unos metros por encima de él. Evidentemente, Malfoy no había visto la Snitch. Pero si capto la mirada de Harry, y quizás comprendió algo, o al menos lo sospecho, pero ya era demasiado tarde. Harry se había lanzado en picado a toda velocidad. Malfoy también lo hizo, pero estaba muy por detrás. Harry sentía el rugido del viento en los oídos, y se sentía en lo suyo. Las caídas en picado eran su especialidad.
Aumentó la velocidad y sintió a Malfoy pisándole los talones. No se molestó en voltear para comprobarlo. Estaba ya a escasos diez metros de la snitch. Cinco. El público contenía la respiración como uno solo.
Repentinamente, Harry sintió un golpe, y un dolor terrible en la espalda. Indudablemente, una bludger le había dado de lleno. Aguantó por unos instantes y con un último esfuerzo intentó tomar la snitch, pero no lo logró. El dolor era muy intenso, no podía moverse. Le costaba mantenerse en la escoba. Volteó hacia Angelina y le hizo señas para que pida un minuto de descanso, y de esa manera puedan bajar a tierra.
¡Tramposo! ¡Asqueroso embustero! - comenzó a gritar Lee Jordan. La profesora McGonagall parecía hallarse fuera de sí, pero de todos modos lo silenció.
Harry no comprendía lo que había pasado. No entendía porque todos los Gryffindor se abalanzaban hacia él, ni porque Fred y George insultaban a los Slytherin con toda la fuerza de sus pulmones. Sólo había sido una bludger, nada fuera de la ley. La señora Hooch, por indicación de Angelina, pitó, y los catorce jugadores pusieron sus pies en tierra. En el caso de Harry, sólo estuvo parado por unos momentos, porque de inmediato el dolor lo venció y se echó al suelo.
¡Nunca se había visto algo igual! - seguía gritando Lee - ¡El golpeador de Slytherin lanzó su bate para impedirle a Potter atrapar la snitch!
Entonces eso había sido, se dijo Harry. No una bludger, como él había pensado. Ahora se explicaba que todo el equipo se arracimara en torno a la señora Hooch, y no en torno a él mismo, que estaba tendido en el suelo.
¡No fue mi intención, profesora! - dijo Bruce. - El bate se me soltó de las manos.
La señora Hooch lo miró muy enojada. Obviamente no le creía, y, a pesar de que era obvio que había sido un golpe intencional, no había pruebas de ello.
Por fin, todo el equipo se volvió hacia donde estaba Harry. Le dolía enormemente la espalda, y temió haberse fracturado. Entre el embrollo de piernas que lo rodeaba, alcanzó a vislumbrar a la señora Pomfrey, que se dirigía hacia él a toda velocidad, y a Ron, que intentaba introducirse en el campo, aunque sin ningún resultado. Detrás de Ron, vio la enorme figura de Hagrid abriéndose paso entre la multitud. Para él era mucho más fácil. Rápidamente estuvo dentro del campo y se dirigía a toda velocidad hacia Harry.
¿Te encuentras bien, Harry? - le preguntó George, que parecía muy asustado.
Por supuesto que no - contestó, detrás de él, la voz de la señora Pomfrey.
Inmediatamente se inclinó sobre él y lo examinó unos momentos. Mediante la varita le vendó el torso. Lo recostó en una camilla, que también había hecho aparecer por arte de magia. Todo el equipo estaba arrodillado delante suyo, con caras que expresaban intensa preocupación.
¿Crees que podrás seguir? - le preguntó Angelina.
Si les interesa mi opinión, este chico no puede mover un hueso - les dijo la señora Pomfrey.
Pero Harry la miró implorante.
Por favor - le suplicó. - No podremos jugar sin buscador. Y debemos ganar este partido.
La señora Pomfrey lo miró durante unos segundos en silencio, como evaluando la situación. Harry, por su parte, sabía que era más probable que la profesora McGonagall alabara a la profesora Trelawney antes que la señora Pomfrey lo deje jugar en ese estado.
En efecto:
Lo siento, Potter - le dijo muy seria - pero no puedo dejarte jugar. No en esas condiciones.
A Harry se le cayó el mundo a los pies. Con un jugador de menos, lo más probable sería que pierdan por unos trescientos puntos. Miró al resto del equipo. Todos parecían tan aturdidos como el. Finalmente, fue Angelina quien tomó la palabra.
Pero por favor, señora Pomfrey. - le dijo en tono de súplica.
Me temo que ya he dicho todo lo que tenía que decir - replicó la enfermera, tajante.
Harry seguía tendido en el piso. Por entre la madeja de piernas, vio a Malfoy y al resto de los Slytherins sonriendo con gesto satisfecho. Hagrid había vuelto a las tribunas, y tanto el como Ron y todos sus compañeros de pieza parecían muy preocupados. No había oportunidad. Perderían contra Slytherin. Perderían contra Malfoy. No creía poder soportarlo. El nunca había perdido un partido de Quidditch contra Slytherin.
Vio a sus compañeros de equipo, y todos estaban furiosos. George se volteó hacia Bruce y le gritó algo que Harry, entre el dolor y los ruidos, no alcanzó a escuchar. Pero Madame Hooch sí escucho, y fue evidente que no había sido nada bueno. Se dirigió hacia él y comenzó a hablarle con una expresión muy severa en el rostro. Angelina, quien junto a Fred había estado arrodillada en el suelo a un lado de Harry, parecía muy preocupada.
Aunque no todo estaba perdido, pensó Harry. Al ver que el partido no se reanudaba, la profesora McGonagall se dirigía a toda prisa hacia ellos. Quizás ella haría entrar en razón a la señora Pomfrey. Porque la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor, tenía tantas ganas como ellos de ganar el partido y la copa.
¿Qué ocurre? - preguntó cuando al fin llegó hasta ellos, un tanto preocupada.
Este chico no podrá jugar - explicó la señora Pomfrey una vez más.
La profesora McGonagall se quedó en silencio durante unos instantes que parecieron eternos, con una mirada indefinida en el rostro.
Con una seña, se llevó aparte a Madame Pomfrey y comenzó a hablar con ella en susurros. Parecía que la enfermera no iba a dar el brazo a torcer tan fácilmente. Luego de unos momentos, regresaron con los jugadores, el clima en el estadio estaba muy denso, ambas parcialidades se abucheaban y silbaban unos a los otros. La Profesora McGonagall se dirigió a Harry.
Ya no te duele tanto, ¿verdad?-.
La verdad era que el vendaje le había aliviado el dolor un tanto, pero cuando, sentado en el suelo, negó con la cabeza, sintió como si la espalda se le fuera a partir en dos. La señora Pomfrey se mordió un labio y luego habló en un tono de resignación.
Bien. - dijo muy lentamente, como contra su voluntad - bien. Jugará - ante esta palabra todo el equipo de Gryffindor estalló en gritos de alivio - Pero - agregó, elevando ligeramente la voz - deberá jugar vendado. Y cuando el partido finalice, ira directamente a la enfermería.
Dicho esto, vendó a Harry aún con más fuerza y este se colocó con un poco de dificultad la túnica de Quidditch sobre las vendas. Luego le hizo beber una poción naranja muy fuerte. Harry se la tomó hasta la última gota, y sintió que a medida que iba bajando le quemaba la garganta y el estomago.
Después de haber terminado, y con la ayuda de Fred y George, se levantó. Fue hasta la Saeta de Fuego y la montó. Con una patada, se elevó y rápidamente estuvo por encima de los otros jugadores, con la excepción de Malfoy, que estaba muy cerca suyo. La señora Hooch se subió a su escoba y pitó para reanudar el encuentro.
¡Increíble! -gritaba Lee Jordan - ¡A pesar de todo, el buscador de Gryffindor seguirá jugando! Eso es coraje, señoras y señores, eso es coraje. No como los cobardes de Slytherin que utilizan tácticas sucias para.
¡JORDAN!
El partido siguió con normalidad. Aunque sin duda ya se tornaba incluso peligroso, debido a las trampas de los de Slytherin. de pronto, Alicia Spinnet atrapó la quaffle.
¡Y la juega con Angelina! - gritaba Lee a través del megáfono mágico - ¡Cuidado con esa bludger! ¡Bien hecho! Angelina se la devuelve a Alicia y.
Tres cuartos del estadio bramaron en ese instante. Todos, menos lo de Slytherin, se indignaron al ver que Pucey, para evitar el tanto, le aferraba la cabeza a Alicia. Para no perder el equilibrio, esta tuvo que soltar la quaffle y agarrarse a la escoba con ambas manos.
¡Penal! - gritó la señora Hooch - ¡penal! Y usted tendrá una suspención, no le quepa la menor duda. - La señora Hooch parecía fuera de sí, mirando al cazador de Slytherin con sus dos ojos de halcón. Pucey se asustó, como temiendo que lo atacara.
¡Lo va a lanzar Alicia.! ¡¡¡TANTO PARA GRYFFINDOR Y YA ESTAMOS 40 A 10!!!
Y entonces, cuando todos volvían a retomar sus puestos y apenas el partido se había reanudado, sucedió por segunda vez. Un fuerte resplandor dorado le indicó que la snitch se encontraba a unos cuantos metros por encima del campo.
Malfoy estaba mucho más cerca de ella, y Harry se desesperó porque no la viera. Al parecer, sólo él la había visto, porque nadie en todo el estadio parecía reaccionar. Pero no podía dirigirse hacia ella a toda velocidad porque Malfoy le ganaría de mano.
Entonces se le ocurrió una gran idea. Volteó, y aceleró a toda velocidad para el otro lado. Malfoy picó. Creyó que Harry había visto la snitch en la otra punta del campo, y se lanzó raudo tras él. Todo el público aulló al unísono, para después contener la respiración y seguir con la vista a los dos buscadores. Incluso el resto de los jugadores habían dejado de lado la quaffle.
Iban muy rápido. Pero la distancia que los separaba era mucha, por lo que Harry prefirió bajar un poco la velocidad sin que se notara y esperarlo. Así lo hizo, y pronto estuvieron a la misma altura. Harry se lanzó en picada, y Malfoy lo imitó. Harry sentía como su espalda se quejaba a gritos por el gran esfuerzo que debía hacer, pero aguantó un poco más. En esos momentos, lo único que se escuchaba en todo el campo eran los comentarios emocionados de Lee Jordan. Todos los demás estaban en silencio, aguardando.
Ya le faltaba cada vez menos. ya estaban casi en el suelo. Malfoy seguía a su lado, pero Harry estaba demasiado concentrado en lo que tenía que hacer.
A tiempo, giró cuando ya estaba muy cerca del piso. Pero Malfoy no se esperaba esto. Se estrelló con un ruido sordo y gritó de dolor. Los simpatizantes de Slytherin se lamentaron. Pero Harry no tenía tiempo para detenerse a mirarle la cara a Malfoy (aunque sin duda hubiera sido muy gracioso). Se dio vuelta y se dirigió hacia donde verdaderamente estaba la snitch. Seguía allí. Sin perder un solo instante, aceleró su Saeta tanto como pudo. La espalda le dolía muchísimo y casi no podía mantenerse de pie. Pero era un último esfuerzo.sólo un último esfuerzo.
Logró esquivar ambas bludgers, lanzadas por los dos golpeadores de Slytherin, y por un momento temió que le lanzaran otro bate, pero no fue así. Ya estaba muy cerca. estiró su mano. y sintió el contacto con el frío metal.las alas golpeando frenéticamente contra su puño cerrado.
¡Magnífica jugada del buscador de Gryffindor! - gritaba Lee Jordan, eufórico. - El estúpido de. perdón profesora, quiero decir. el. bueno. Malfoy. no pudo detenerse y ahora está siendo atendido por la señora Pomfrey. Harry Potter ha atrapado la snitch a pesar de que jugó gran parte del partido vendado, por culpa del sucio tramposo que. - Lee se detuvo durante un instante, como esperando que la profesora McGonagall lo reprenda, pero ella estaba demasiado lejos de allí, averiguando lo que le había ocurrido a Malfoy - .que lo golpeó con el bate. ¡GRYFFINDOR A GANADO POR 190 A 10!
Harry bajó con una amplia sonrisa en el rostro, aunque el dolor le transfiguraba la cara, y todos sus compañeros lo vinieron a abrazar. El Amago de Wronski le había salido a la perfección. Entre la multitud, vio a Ron y a Hagrid acercándose hasta él.
Estupendo - le dijo Ron - si hubieras visto la cara de Malfoy. además la señora Hooch suspendió a Pucey por un partido - completó con una sonrisa tan grande como la de Harry.
Vaya, Harry, esa ha sido una jugada magnífica -le dijo Angelina. Parecía especialmente feliz, y era una felicidad bien merecida. Había debutado como entrenadora con nada más y nada menos que una victoria frente a Slytherin.
Muy bien hecho compañero -le dijo George al tiempo que le palmeaba el hombro.
Estupendo -añadió Alicia.
Harry sentía un intenso dolor en la espalda, que le dificultaba caminar, y que impidió, entre otras cosas, que sus compañeros lo llevaran en andas. En lugar de eso, decidieron acompañarlo entre todos a la salida del estadio, donde Madame Pomfrey lo estaba esperando con los labios apretados.
Vamos a la enfermería - le dijo, tomándolo del brazo bruscamente.
Ron y todo el equipo de Gryffindor fueron con él hasta la enfermería, aún vestidos con las túnicas de Quidditch y comentando el partido, todos muy contentos.
Cuando llegaron, la señora Pomfrey le aplicó otro vendaje aún más fuerte que el primero, y le dio de beber una poción aún más asquerosa. Mientras Harry la bebía en silencio, Fred le dirigía una significativa mirada, como insinuándole algo, pero Harry no lo comprendía.
Finalmente, fue Fred quien habló, resignado a que Harry comprendiera lo que quería decirle:
Señora Pomfrey, ¿Harry deberá pasar la noche aquí? Porque. usted sabe. la fiesta que haremos en la sala común va a estar muy interesante y.
No, Weasley - dijo la señora Pomfrey en tono cortante, parecía enfadada - ni lo pienses. Potter deberá pasar la noche aquí.
Pero por favor. - le suplicó Harry, usando los conocimientos adquiridos de Dudley, para inspirar lástima y conseguir todo lo que quisiera. Sabía lo que se perdía si no iba a esa fiesta. En este preciso instante, seguramente, Dean Thomas estaría adornando la Sala Común con dibujos de Malfoy con la cara aplastada, o cosas así. No quería no ir. No podía no ir. - ni siquiera me duele. - añadió.
La señora Pomfrey se sumió en un largo silencio, mientras que Harry rogaba que acepte. La fiesta iba a estar sin duda muy buena. Pero además no lo atraía para nada la idea de pasar la noche encerrado en la oscura enfermería, con la única compañía de una buena dosis de remedio sobre la mesita.
De ninguna manera, lo siento - les dijo a todos. - Ahora váyanse, que este chico necesita mucho descanso.
Todos salieron por la puerta lentamente, y Harry se quedo allí sólo, completamente sólo. Incluso la señora Pomfrey se dirigió a su despacho en el final de la sala. El dolor que sentía en la espalda le impedía moverse muy bien, de modo que se quedó acostado, boca arriba, intentando dormirse.
Al segundo día de estar en la enfermería, Harry ya estaba recuperado. Se levantó y se vistió a toda prisa, tomó un trago de la poción que le dio la señora Pomfrey, y al fin pudo irse.
Caminó a toda velocidad por los corredores hacia la torre de Gryffindor. Cuando llegó frente a la Dama Gorda, pronunció la contraseña (que estupidez) y el retrato se corrió para dejarles paso.
Al instante, la gente que estaba dentro se abalanzó sobre el.
¿Estás bien, Harry?
¿Cómo te encuentras?
¡La jugada fue magnífica!
¡Impresionante!
Se encuentra bien, sólo necesita un poco de descanso - les dijo Ron, quien también se había acercado hasta él, a todos los que abarrotaban la entrada a la Sala Común, entre los que se encontraban los hermanos Creevey. Luego se volvió hacia Harry. - Harry - le susurró - ven, subamos a la habitación.
Harry lo obedeció, no tenía ganas de quedarse allí con toda la gente.
Se escabulló hasta la escalera que llevaba hasta los dormitorios, con Ron a su lado. Pero antes de poner un pie en ella, vio entre todas las caras alegres una que no lo estaba. En un rincón muy apartado, con los ojos rojos y hundida en un libro, estaba Hermione. Harry sintió una punzada en el estómago, provocada por el sentimiento de culpa. Por un instante ella lo miró, pero, cuando sus miradas se encontraron, rápidamente apartó la vista y siguió leyendo. Harry se volvió y siguió subiendo las escaleras.
Cuando llegó, encontró su cuarto vacío. Se sentó con Ron en su cama.
¿Qué ocurre, Ron? - le dijo Harry.
Ron parecía un tanto asustado, pero se decidió a hablar.
Ayer tomé el mapa del merodeador, Harry. Le eché un vistazo y lo vi. Lo vi de nuevo, Harry - le dijo sacudiéndole los brazos -. A Karkaroff. Estaba merodeando por los pasillos cuando lo vi salir por el portón principal fuera del colegio. No pude seguirle el rastro. Ya sabes que en el mapa sólo aparecen los terrenos de Hogwarts.
Harry se quedó con la boca abierta, y se puso a pensar. Trataba de juntar cabos sueltos. Karkaroff merodeando por el colegio. Se había visto con Snape y con Filch. Quizás tenía que tratar un tema muy importante con Snape. Sea un plan bueno o uno malo, podía entenderlo de todas maneras. ¿Pero qué diablos hacía allí Filch? ¿Sabría Dumbledore acerca de que Karkaroff se estaba escabullendo en el colegio? ¿Snape se lo había contado, o quizás no? Pero Dumbledore confiaba en el profesor Snape. Harry no sabía por qué, pero confiaba.
En el sueño que había tenido, Harry recordaba que Macnair había cumplido, había hecho correctamente su trabajo. Había otro hombre que debía conseguir un tal objeto, que probablemente se encontraba en Hogwarts. Porque ese tal hombre debía burlar a Dumbledore. Si Snape era cómplice de Karkaroff, todo parecía encajar.
A pesar de que Harry no le había contado hasta ahora a Ron el sueño que había tenido, decidió que tenía que hacerlo. Sabía que se iba a asustar y mucho, pero también sabía que no podía no saberlo.
Está claro que ese tal hombre es Karkaroff -le dijo Ron a Harry con aire de triunfo, cuando éste terminó de relatarle su pesadilla. -Karkaroff debe robar ese tal objeto para entregárselo a quien-tu-sabes, por eso está aquí. Y Filch conoce casi todos los pasadizos del colegio. Quizás sepa donde se encuentra ese objeto. Pero el otro día se dio cuenta que alguien había burlado alguna de las entradas al castillo, y se lo contó a Snape. Ya sabes que son amigos -dijo, frunciendo la nariz con desprecio -. Snape creyó conveniente contárselo a Dumbledore.
Pero Snape se vio con Karkaroff, Ron - dijo Harry.
Ron se quedó pensando.
Sí. - dijo pensativamente -, tienes razón. pero - añadió - nunca los hemos visto juntos antes de que Snape hable con Dumbledore aquel día.
¿Qué quieres decir? - lo interrumpió Harry.
Que quizás luego de que Snape se lo contó a Dumbledore, Karkaroff habló con el para intentar persuadirlo de que lo encubriera - dijo Ron, poniendo los ojos como platos.
Harry se quedó callado unos momentos. Ron volvió a hablar.
Aparte, no sabemos qué fue lo que le dijo Snape a Dumbledore, quizás le está tendiendo una trampa.
Snape no jugaría con Dumbledore - razonó Harry - le tiene miedo.
Ron sonrió.
Además, tu teoría tiene otra pequeña falla, Ron -le dijo Harry -Si Voldemort (no lo llames de ese modo) logra localizar a Karkaroff, no creo que pierda el tiempo, ¿no crees? Yo creo que lo mataría lo antes posible.
Sí, quizás... -Ron se quedó pensando- pero quizás le dio una última oportunidad...
No me parece que Voldemort (no.pronuncies.ese.¡nombre!) sea de los que perdonan fácilmente o dan oportunidades...- dijo Harry.
Puede tener sus motivos -opinó coherentemente Ron -. O tal vez le quiere sacar el máximo provecho posible y luego...bueno, luego lo elimina de todos modos -terminó con un ligero estremecimiento.
Se quedaron callados de pronto. Se oyó un leve ruido en el rellano de la escalera. Harry se llevó el dedo a los labios, mirando a Ron. Se paró y tomó la varita. ¿Quién podría ser? Era domingo, y todos estaban desayunando. Quizás era uno de sus compañeros de cuarto, pero si era así. ¿por qué caminaba tan sigilosamente? Se volvió a oír un ruido. Esta vez era la puerta de la pieza que se estaba abriendo muy lentamente.
¿Quién está ahí? -preguntó Harry en voz muy alta, para disimular la leve tembladera.
Harry miró hacia el hueco de la puerta y no vio a nadie. Miró hacia abajo y se alivió al ver la silueta de un gato que se recortaba contra la luz. Era Croockshanks... Harry se paró y fue a tomarlo por el lomo, pero cuando estaba por llegar hasta él, un rayo de luna lo iluminó y Harry se quedo petrificado.
¡No es Croockshanks! -gritó Ron- . ¡Es la Señora Norris!
Ambos intentaron abalanzarse sobre ella, pero ya era demasiado tarde. Se les escabulló y bajó las escaleras a toda velocidad. Con gran agilidad saltó por el hueco del retrato, el cual estaba abierto en ese momento porque una gran cantidad de chicos de primero llegaban del Gran Comedor, y se perdió de vista.
¿Qué diablos hacía aquí? - dijo Ron.
No tengo idea - le respondió Harry.
Es la gata de Filch - dijo Ron nuevamente - quizás Filch sabe que sabemos demasiado y la mando para. no lo se.
Quizás. Harry se quedó pensando, pero las doce campanadas que les llegaron desde el reloj de la Sala Común le indicaron que había que bajar para almorzar.
TANTANTANTAN, que les pareció? Espero haber dejado un poco de suspenso, ya se esta empezando a poner lindo,
ACLARACION: no soy como esos escritores que escriben y escriben sin saber a donde apuntan y nunca llegan al final. Trato de hacer mis libros lo más parecidos posible a los de Rowling, y ya se el final. Es mas, tambien tengo pensada una parte de la secuela (o sea, el libro 6) para cuando termine de escribir este.
Pero todo depende de cuanta aprobacion llegue a tener, pueden dejar reviews para votar, o para opinar, o para criticar, o para mandar amenazas de bomba, o para lo que sea, pero manden REVIEWS!!!!!!!
FELICES VACACIONES!!!!!! sirius
Pero ahora perdonenme please que voy a tratar de ir mas rapido y por eso espero poder subir hasta tres capitulos durante el fin de semana, como para compensar.
Gracias por volver (si vuelven) todos los que lo estaban leyendo desde antes, hayan dejado review o no. Y los que nunca lo leyeron, pueden empezarlo desde el principio, no se si yo puedo decirlo pero creo que esta bueno, o por lo menos no tan malo.
Lo estoy subiendo viernes 24 de enero, quizas aparezca en la web el sabado u hoy a la noche, llénenme de reviews y veran hasta dos capitulos mas antes del domingo a la noche, dia en el que si dioz quiere me ire de vacaciones (pero no se preocupen, les voy a dejar para leer y creo que desde alla tambien seguire subiendo).
Gracias por bancarme y besos a todas (digo todas porque la verdad creo que la mayoria son mujeres, o por lo menos las que dejan reviews, porque las mujeres son mucho mas de dejar reviews que los hombres).
REVIEWSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sirius black
PD: que lo disfruten
CAPITULO 7
Gryffindor vs. Slytherin
Al día siguiente, Harry se levantó sobresaltado. No había conseguido dormir muy bien, y fue con un sacudón de Ron que se despertó. Al igual que la mayoría de los miembros del equipo de Gryffindor, no desayunó casi nada aquella mañana. Todos parecían extremadamente nerviosos. Harry captó a Malfoy en la mesa de Slytherin. Estaba más pálido de lo habitual, si eso era posible, y respondía con gestos a Crabbe y Goyle, quienes estaban sentados a sus lados y, a juzgar por la forma en la que comían, no parecían nerviosos en absoluto.
A eso de las once menos diez se dirigieron a los vestuarios. Se cambiaron en silencio, y, una vez sentados en los bancos de madera, Angelina les habló como lo hubiera hecho Wood.
Sabemos que no estamos en plenas condiciones y que aún nos falta mucho para llegar a lo que éramos antes. Pero nuestro rival tampoco está en condiciones óptimas. Ha tenido cuatro bajas. ¡Cuatro! No nos dejemos abatir. También sabemos que el equipo de Slytherin tiene escobas muy buenas, pero nosotros somos mejores que ellos en todo aspecto. ¡Adelante equipo!
Harry tomó la Saeta de Fuego y salió al campo de juego. Con la inmediata aparición del equipo, bajó la ovación desde tres de las cuatro tribunas. La mayor parte del estadio los aplaudía, excluyendo obviamente a los de Slytherin que los silbaron a más no poder, pero por supuesto eso a Harry no le importó.
Le temblaban las piernas y sentía como las tripas se le retorcían. Pero no se preocupo demasiado. Sabía que una vez en el aire, cuando todo se ponía en juego, todo desaparecía. Los nervios en el resto de los jugadores (principalmente en el debutante Jigger) ya eran palpables. Harry miró al frente y vio a Malfoy, a Montague y a Pucey, junto a otros cuatro chicos a los que Harry no conocía.
Angelina se adelantó y estrechó la mano de Pucey. Ninguno de los dos sonrió. Ninguno de los dos siquiera miró al otro o hizo alguna mueca. Se soltarón muy rápidamente, como si les hubiera dado corriente. Todos montaron sus escobas, incluyendo la señora Hooch, que hizo sonar fuertemente su silbato.
Harry pateó con fuerza el piso y salió disparado hacia arriba, sintiendo la ya conocida sensación del viento azotándole la cara y metiéndose a través de su túnica. Los ruidos de la multitud eran acompañados por los gritos de Lee Jordan.
¡Comienza el partido! ¡El equipo de Gryffindor estrena guardián, y parece que tienen un plantel muy bueno! El conjunto de Slytherin ha tenido muchas bajas y hay muchos jugadores nuevos, de los que francamente no tengo idea de cómo se llaman. Ah, gracias profesora. Aquí me acaban de entregar una lista en la que aparecen los jugadores Lochkin, Bruce, Manson y MacHutts.
Harry volvió a mirar a los jugadores de Slytherin, y se sorprendió al ver que uno de los nuevos cazadores era Kevin. En cuanto tomó la pelota y Lee gritó su nombre, pudo comprobar que se llamaba Kevin MacHutts y cursaba sexto año.
El partido transcurría sin grandes incidentes durante los primeros minutos. Harry sobrevolaba el campo, seguido de cerca por Malfoy. Gryffindor tenía la pelota...
Y ahora la tiene Johnson, que toca con Bell, y sigue Bell en posesión de la quaffle...elude a uno...a dos...a tres...impresionante Katie, tiroooooooooo...¡¡¡GOL DE GRYFFINDOR!!! ¡¡¡SÍ!!! ¡¡¡ASI SE HACE!!! ¡Y el partido está diez a cero para los leones!
Harry volaba tranquilamente por encima del resto de los jugadores, aguzando la vista en busca de la snitch. Daba vueltas alrededor de los aros, esperando. No había señales de nada. Lee, por su parte, seguía hablando mal del equipo de Slytherin.
¡Muy fea falta! - exclamó, en el momento que Montague le daba un codazo a Alicia en el estomago y le quitaba la quaffle de ese modo. - Parece que la señora Hooch va a tener que mirar el partido más de cerca, porque no se dio cuenta - la profesora McGonagall le dirigió una mirada amenazadora. - Pero, a pesar de los cambios, sin duda el equipo de Slytherin sigue siendo tan sucio como otros años - se oyó el abucheo de la parcialidad de Slytherin, y también las disculpas que Lee Jordan le ofrecía a la profesora McGonagall.
Sin embargo, Harry pensó que Lee tenía razón. Si no lograba ver rápidamente la snitch, alguien podía resultar herido. Los jugadores de Slytherin, tanto los novatos como los antiguos, presentaban un juego muy sucio.
En una jugada, Bruce agarró a Angelina por la túnica para impedirle el paso, y la señora Hooch pitó penal. La misma Angelina tiró y convirtió.
¡Muy bien Gryffindor! - bramaba Jordan eufórico. - ¡Así se hace, leones! ¡No nos van a ganar con el juego sucio!
Jordan, si no puedes mantenerte imparcial.
Pero profesora.
JORDAN.
Está bien, está bien, disculpe.
Al cabo de un rato, Alicia había logrado otro tanto, y Kevin también había hecho uno, lo que dejaba la puntuación en 30 a 10 en favor de Gryffindor.
De pronto, cuando no habían llegado aún a la media hora de juego, Harry lo vio. Un destello dorado brillaba en la base de los postes de Slytherin. era su oportunidad. No hacía mucho tiempo que había empezado el partido, y podrían liquidarlo. Le dirigió una mirada de soslayo a Malfoy, quien estaba unos metros por encima de él. Evidentemente, Malfoy no había visto la Snitch. Pero si capto la mirada de Harry, y quizás comprendió algo, o al menos lo sospecho, pero ya era demasiado tarde. Harry se había lanzado en picado a toda velocidad. Malfoy también lo hizo, pero estaba muy por detrás. Harry sentía el rugido del viento en los oídos, y se sentía en lo suyo. Las caídas en picado eran su especialidad.
Aumentó la velocidad y sintió a Malfoy pisándole los talones. No se molestó en voltear para comprobarlo. Estaba ya a escasos diez metros de la snitch. Cinco. El público contenía la respiración como uno solo.
Repentinamente, Harry sintió un golpe, y un dolor terrible en la espalda. Indudablemente, una bludger le había dado de lleno. Aguantó por unos instantes y con un último esfuerzo intentó tomar la snitch, pero no lo logró. El dolor era muy intenso, no podía moverse. Le costaba mantenerse en la escoba. Volteó hacia Angelina y le hizo señas para que pida un minuto de descanso, y de esa manera puedan bajar a tierra.
¡Tramposo! ¡Asqueroso embustero! - comenzó a gritar Lee Jordan. La profesora McGonagall parecía hallarse fuera de sí, pero de todos modos lo silenció.
Harry no comprendía lo que había pasado. No entendía porque todos los Gryffindor se abalanzaban hacia él, ni porque Fred y George insultaban a los Slytherin con toda la fuerza de sus pulmones. Sólo había sido una bludger, nada fuera de la ley. La señora Hooch, por indicación de Angelina, pitó, y los catorce jugadores pusieron sus pies en tierra. En el caso de Harry, sólo estuvo parado por unos momentos, porque de inmediato el dolor lo venció y se echó al suelo.
¡Nunca se había visto algo igual! - seguía gritando Lee - ¡El golpeador de Slytherin lanzó su bate para impedirle a Potter atrapar la snitch!
Entonces eso había sido, se dijo Harry. No una bludger, como él había pensado. Ahora se explicaba que todo el equipo se arracimara en torno a la señora Hooch, y no en torno a él mismo, que estaba tendido en el suelo.
¡No fue mi intención, profesora! - dijo Bruce. - El bate se me soltó de las manos.
La señora Hooch lo miró muy enojada. Obviamente no le creía, y, a pesar de que era obvio que había sido un golpe intencional, no había pruebas de ello.
Por fin, todo el equipo se volvió hacia donde estaba Harry. Le dolía enormemente la espalda, y temió haberse fracturado. Entre el embrollo de piernas que lo rodeaba, alcanzó a vislumbrar a la señora Pomfrey, que se dirigía hacia él a toda velocidad, y a Ron, que intentaba introducirse en el campo, aunque sin ningún resultado. Detrás de Ron, vio la enorme figura de Hagrid abriéndose paso entre la multitud. Para él era mucho más fácil. Rápidamente estuvo dentro del campo y se dirigía a toda velocidad hacia Harry.
¿Te encuentras bien, Harry? - le preguntó George, que parecía muy asustado.
Por supuesto que no - contestó, detrás de él, la voz de la señora Pomfrey.
Inmediatamente se inclinó sobre él y lo examinó unos momentos. Mediante la varita le vendó el torso. Lo recostó en una camilla, que también había hecho aparecer por arte de magia. Todo el equipo estaba arrodillado delante suyo, con caras que expresaban intensa preocupación.
¿Crees que podrás seguir? - le preguntó Angelina.
Si les interesa mi opinión, este chico no puede mover un hueso - les dijo la señora Pomfrey.
Pero Harry la miró implorante.
Por favor - le suplicó. - No podremos jugar sin buscador. Y debemos ganar este partido.
La señora Pomfrey lo miró durante unos segundos en silencio, como evaluando la situación. Harry, por su parte, sabía que era más probable que la profesora McGonagall alabara a la profesora Trelawney antes que la señora Pomfrey lo deje jugar en ese estado.
En efecto:
Lo siento, Potter - le dijo muy seria - pero no puedo dejarte jugar. No en esas condiciones.
A Harry se le cayó el mundo a los pies. Con un jugador de menos, lo más probable sería que pierdan por unos trescientos puntos. Miró al resto del equipo. Todos parecían tan aturdidos como el. Finalmente, fue Angelina quien tomó la palabra.
Pero por favor, señora Pomfrey. - le dijo en tono de súplica.
Me temo que ya he dicho todo lo que tenía que decir - replicó la enfermera, tajante.
Harry seguía tendido en el piso. Por entre la madeja de piernas, vio a Malfoy y al resto de los Slytherins sonriendo con gesto satisfecho. Hagrid había vuelto a las tribunas, y tanto el como Ron y todos sus compañeros de pieza parecían muy preocupados. No había oportunidad. Perderían contra Slytherin. Perderían contra Malfoy. No creía poder soportarlo. El nunca había perdido un partido de Quidditch contra Slytherin.
Vio a sus compañeros de equipo, y todos estaban furiosos. George se volteó hacia Bruce y le gritó algo que Harry, entre el dolor y los ruidos, no alcanzó a escuchar. Pero Madame Hooch sí escucho, y fue evidente que no había sido nada bueno. Se dirigió hacia él y comenzó a hablarle con una expresión muy severa en el rostro. Angelina, quien junto a Fred había estado arrodillada en el suelo a un lado de Harry, parecía muy preocupada.
Aunque no todo estaba perdido, pensó Harry. Al ver que el partido no se reanudaba, la profesora McGonagall se dirigía a toda prisa hacia ellos. Quizás ella haría entrar en razón a la señora Pomfrey. Porque la profesora McGonagall, jefa de la casa Gryffindor, tenía tantas ganas como ellos de ganar el partido y la copa.
¿Qué ocurre? - preguntó cuando al fin llegó hasta ellos, un tanto preocupada.
Este chico no podrá jugar - explicó la señora Pomfrey una vez más.
La profesora McGonagall se quedó en silencio durante unos instantes que parecieron eternos, con una mirada indefinida en el rostro.
Con una seña, se llevó aparte a Madame Pomfrey y comenzó a hablar con ella en susurros. Parecía que la enfermera no iba a dar el brazo a torcer tan fácilmente. Luego de unos momentos, regresaron con los jugadores, el clima en el estadio estaba muy denso, ambas parcialidades se abucheaban y silbaban unos a los otros. La Profesora McGonagall se dirigió a Harry.
Ya no te duele tanto, ¿verdad?-.
La verdad era que el vendaje le había aliviado el dolor un tanto, pero cuando, sentado en el suelo, negó con la cabeza, sintió como si la espalda se le fuera a partir en dos. La señora Pomfrey se mordió un labio y luego habló en un tono de resignación.
Bien. - dijo muy lentamente, como contra su voluntad - bien. Jugará - ante esta palabra todo el equipo de Gryffindor estalló en gritos de alivio - Pero - agregó, elevando ligeramente la voz - deberá jugar vendado. Y cuando el partido finalice, ira directamente a la enfermería.
Dicho esto, vendó a Harry aún con más fuerza y este se colocó con un poco de dificultad la túnica de Quidditch sobre las vendas. Luego le hizo beber una poción naranja muy fuerte. Harry se la tomó hasta la última gota, y sintió que a medida que iba bajando le quemaba la garganta y el estomago.
Después de haber terminado, y con la ayuda de Fred y George, se levantó. Fue hasta la Saeta de Fuego y la montó. Con una patada, se elevó y rápidamente estuvo por encima de los otros jugadores, con la excepción de Malfoy, que estaba muy cerca suyo. La señora Hooch se subió a su escoba y pitó para reanudar el encuentro.
¡Increíble! -gritaba Lee Jordan - ¡A pesar de todo, el buscador de Gryffindor seguirá jugando! Eso es coraje, señoras y señores, eso es coraje. No como los cobardes de Slytherin que utilizan tácticas sucias para.
¡JORDAN!
El partido siguió con normalidad. Aunque sin duda ya se tornaba incluso peligroso, debido a las trampas de los de Slytherin. de pronto, Alicia Spinnet atrapó la quaffle.
¡Y la juega con Angelina! - gritaba Lee a través del megáfono mágico - ¡Cuidado con esa bludger! ¡Bien hecho! Angelina se la devuelve a Alicia y.
Tres cuartos del estadio bramaron en ese instante. Todos, menos lo de Slytherin, se indignaron al ver que Pucey, para evitar el tanto, le aferraba la cabeza a Alicia. Para no perder el equilibrio, esta tuvo que soltar la quaffle y agarrarse a la escoba con ambas manos.
¡Penal! - gritó la señora Hooch - ¡penal! Y usted tendrá una suspención, no le quepa la menor duda. - La señora Hooch parecía fuera de sí, mirando al cazador de Slytherin con sus dos ojos de halcón. Pucey se asustó, como temiendo que lo atacara.
¡Lo va a lanzar Alicia.! ¡¡¡TANTO PARA GRYFFINDOR Y YA ESTAMOS 40 A 10!!!
Y entonces, cuando todos volvían a retomar sus puestos y apenas el partido se había reanudado, sucedió por segunda vez. Un fuerte resplandor dorado le indicó que la snitch se encontraba a unos cuantos metros por encima del campo.
Malfoy estaba mucho más cerca de ella, y Harry se desesperó porque no la viera. Al parecer, sólo él la había visto, porque nadie en todo el estadio parecía reaccionar. Pero no podía dirigirse hacia ella a toda velocidad porque Malfoy le ganaría de mano.
Entonces se le ocurrió una gran idea. Volteó, y aceleró a toda velocidad para el otro lado. Malfoy picó. Creyó que Harry había visto la snitch en la otra punta del campo, y se lanzó raudo tras él. Todo el público aulló al unísono, para después contener la respiración y seguir con la vista a los dos buscadores. Incluso el resto de los jugadores habían dejado de lado la quaffle.
Iban muy rápido. Pero la distancia que los separaba era mucha, por lo que Harry prefirió bajar un poco la velocidad sin que se notara y esperarlo. Así lo hizo, y pronto estuvieron a la misma altura. Harry se lanzó en picada, y Malfoy lo imitó. Harry sentía como su espalda se quejaba a gritos por el gran esfuerzo que debía hacer, pero aguantó un poco más. En esos momentos, lo único que se escuchaba en todo el campo eran los comentarios emocionados de Lee Jordan. Todos los demás estaban en silencio, aguardando.
Ya le faltaba cada vez menos. ya estaban casi en el suelo. Malfoy seguía a su lado, pero Harry estaba demasiado concentrado en lo que tenía que hacer.
A tiempo, giró cuando ya estaba muy cerca del piso. Pero Malfoy no se esperaba esto. Se estrelló con un ruido sordo y gritó de dolor. Los simpatizantes de Slytherin se lamentaron. Pero Harry no tenía tiempo para detenerse a mirarle la cara a Malfoy (aunque sin duda hubiera sido muy gracioso). Se dio vuelta y se dirigió hacia donde verdaderamente estaba la snitch. Seguía allí. Sin perder un solo instante, aceleró su Saeta tanto como pudo. La espalda le dolía muchísimo y casi no podía mantenerse de pie. Pero era un último esfuerzo.sólo un último esfuerzo.
Logró esquivar ambas bludgers, lanzadas por los dos golpeadores de Slytherin, y por un momento temió que le lanzaran otro bate, pero no fue así. Ya estaba muy cerca. estiró su mano. y sintió el contacto con el frío metal.las alas golpeando frenéticamente contra su puño cerrado.
¡Magnífica jugada del buscador de Gryffindor! - gritaba Lee Jordan, eufórico. - El estúpido de. perdón profesora, quiero decir. el. bueno. Malfoy. no pudo detenerse y ahora está siendo atendido por la señora Pomfrey. Harry Potter ha atrapado la snitch a pesar de que jugó gran parte del partido vendado, por culpa del sucio tramposo que. - Lee se detuvo durante un instante, como esperando que la profesora McGonagall lo reprenda, pero ella estaba demasiado lejos de allí, averiguando lo que le había ocurrido a Malfoy - .que lo golpeó con el bate. ¡GRYFFINDOR A GANADO POR 190 A 10!
Harry bajó con una amplia sonrisa en el rostro, aunque el dolor le transfiguraba la cara, y todos sus compañeros lo vinieron a abrazar. El Amago de Wronski le había salido a la perfección. Entre la multitud, vio a Ron y a Hagrid acercándose hasta él.
Estupendo - le dijo Ron - si hubieras visto la cara de Malfoy. además la señora Hooch suspendió a Pucey por un partido - completó con una sonrisa tan grande como la de Harry.
Vaya, Harry, esa ha sido una jugada magnífica -le dijo Angelina. Parecía especialmente feliz, y era una felicidad bien merecida. Había debutado como entrenadora con nada más y nada menos que una victoria frente a Slytherin.
Muy bien hecho compañero -le dijo George al tiempo que le palmeaba el hombro.
Estupendo -añadió Alicia.
Harry sentía un intenso dolor en la espalda, que le dificultaba caminar, y que impidió, entre otras cosas, que sus compañeros lo llevaran en andas. En lugar de eso, decidieron acompañarlo entre todos a la salida del estadio, donde Madame Pomfrey lo estaba esperando con los labios apretados.
Vamos a la enfermería - le dijo, tomándolo del brazo bruscamente.
Ron y todo el equipo de Gryffindor fueron con él hasta la enfermería, aún vestidos con las túnicas de Quidditch y comentando el partido, todos muy contentos.
Cuando llegaron, la señora Pomfrey le aplicó otro vendaje aún más fuerte que el primero, y le dio de beber una poción aún más asquerosa. Mientras Harry la bebía en silencio, Fred le dirigía una significativa mirada, como insinuándole algo, pero Harry no lo comprendía.
Finalmente, fue Fred quien habló, resignado a que Harry comprendiera lo que quería decirle:
Señora Pomfrey, ¿Harry deberá pasar la noche aquí? Porque. usted sabe. la fiesta que haremos en la sala común va a estar muy interesante y.
No, Weasley - dijo la señora Pomfrey en tono cortante, parecía enfadada - ni lo pienses. Potter deberá pasar la noche aquí.
Pero por favor. - le suplicó Harry, usando los conocimientos adquiridos de Dudley, para inspirar lástima y conseguir todo lo que quisiera. Sabía lo que se perdía si no iba a esa fiesta. En este preciso instante, seguramente, Dean Thomas estaría adornando la Sala Común con dibujos de Malfoy con la cara aplastada, o cosas así. No quería no ir. No podía no ir. - ni siquiera me duele. - añadió.
La señora Pomfrey se sumió en un largo silencio, mientras que Harry rogaba que acepte. La fiesta iba a estar sin duda muy buena. Pero además no lo atraía para nada la idea de pasar la noche encerrado en la oscura enfermería, con la única compañía de una buena dosis de remedio sobre la mesita.
De ninguna manera, lo siento - les dijo a todos. - Ahora váyanse, que este chico necesita mucho descanso.
Todos salieron por la puerta lentamente, y Harry se quedo allí sólo, completamente sólo. Incluso la señora Pomfrey se dirigió a su despacho en el final de la sala. El dolor que sentía en la espalda le impedía moverse muy bien, de modo que se quedó acostado, boca arriba, intentando dormirse.
Al segundo día de estar en la enfermería, Harry ya estaba recuperado. Se levantó y se vistió a toda prisa, tomó un trago de la poción que le dio la señora Pomfrey, y al fin pudo irse.
Caminó a toda velocidad por los corredores hacia la torre de Gryffindor. Cuando llegó frente a la Dama Gorda, pronunció la contraseña (que estupidez) y el retrato se corrió para dejarles paso.
Al instante, la gente que estaba dentro se abalanzó sobre el.
¿Estás bien, Harry?
¿Cómo te encuentras?
¡La jugada fue magnífica!
¡Impresionante!
Se encuentra bien, sólo necesita un poco de descanso - les dijo Ron, quien también se había acercado hasta él, a todos los que abarrotaban la entrada a la Sala Común, entre los que se encontraban los hermanos Creevey. Luego se volvió hacia Harry. - Harry - le susurró - ven, subamos a la habitación.
Harry lo obedeció, no tenía ganas de quedarse allí con toda la gente.
Se escabulló hasta la escalera que llevaba hasta los dormitorios, con Ron a su lado. Pero antes de poner un pie en ella, vio entre todas las caras alegres una que no lo estaba. En un rincón muy apartado, con los ojos rojos y hundida en un libro, estaba Hermione. Harry sintió una punzada en el estómago, provocada por el sentimiento de culpa. Por un instante ella lo miró, pero, cuando sus miradas se encontraron, rápidamente apartó la vista y siguió leyendo. Harry se volvió y siguió subiendo las escaleras.
Cuando llegó, encontró su cuarto vacío. Se sentó con Ron en su cama.
¿Qué ocurre, Ron? - le dijo Harry.
Ron parecía un tanto asustado, pero se decidió a hablar.
Ayer tomé el mapa del merodeador, Harry. Le eché un vistazo y lo vi. Lo vi de nuevo, Harry - le dijo sacudiéndole los brazos -. A Karkaroff. Estaba merodeando por los pasillos cuando lo vi salir por el portón principal fuera del colegio. No pude seguirle el rastro. Ya sabes que en el mapa sólo aparecen los terrenos de Hogwarts.
Harry se quedó con la boca abierta, y se puso a pensar. Trataba de juntar cabos sueltos. Karkaroff merodeando por el colegio. Se había visto con Snape y con Filch. Quizás tenía que tratar un tema muy importante con Snape. Sea un plan bueno o uno malo, podía entenderlo de todas maneras. ¿Pero qué diablos hacía allí Filch? ¿Sabría Dumbledore acerca de que Karkaroff se estaba escabullendo en el colegio? ¿Snape se lo había contado, o quizás no? Pero Dumbledore confiaba en el profesor Snape. Harry no sabía por qué, pero confiaba.
En el sueño que había tenido, Harry recordaba que Macnair había cumplido, había hecho correctamente su trabajo. Había otro hombre que debía conseguir un tal objeto, que probablemente se encontraba en Hogwarts. Porque ese tal hombre debía burlar a Dumbledore. Si Snape era cómplice de Karkaroff, todo parecía encajar.
A pesar de que Harry no le había contado hasta ahora a Ron el sueño que había tenido, decidió que tenía que hacerlo. Sabía que se iba a asustar y mucho, pero también sabía que no podía no saberlo.
Está claro que ese tal hombre es Karkaroff -le dijo Ron a Harry con aire de triunfo, cuando éste terminó de relatarle su pesadilla. -Karkaroff debe robar ese tal objeto para entregárselo a quien-tu-sabes, por eso está aquí. Y Filch conoce casi todos los pasadizos del colegio. Quizás sepa donde se encuentra ese objeto. Pero el otro día se dio cuenta que alguien había burlado alguna de las entradas al castillo, y se lo contó a Snape. Ya sabes que son amigos -dijo, frunciendo la nariz con desprecio -. Snape creyó conveniente contárselo a Dumbledore.
Pero Snape se vio con Karkaroff, Ron - dijo Harry.
Ron se quedó pensando.
Sí. - dijo pensativamente -, tienes razón. pero - añadió - nunca los hemos visto juntos antes de que Snape hable con Dumbledore aquel día.
¿Qué quieres decir? - lo interrumpió Harry.
Que quizás luego de que Snape se lo contó a Dumbledore, Karkaroff habló con el para intentar persuadirlo de que lo encubriera - dijo Ron, poniendo los ojos como platos.
Harry se quedó callado unos momentos. Ron volvió a hablar.
Aparte, no sabemos qué fue lo que le dijo Snape a Dumbledore, quizás le está tendiendo una trampa.
Snape no jugaría con Dumbledore - razonó Harry - le tiene miedo.
Ron sonrió.
Además, tu teoría tiene otra pequeña falla, Ron -le dijo Harry -Si Voldemort (no lo llames de ese modo) logra localizar a Karkaroff, no creo que pierda el tiempo, ¿no crees? Yo creo que lo mataría lo antes posible.
Sí, quizás... -Ron se quedó pensando- pero quizás le dio una última oportunidad...
No me parece que Voldemort (no.pronuncies.ese.¡nombre!) sea de los que perdonan fácilmente o dan oportunidades...- dijo Harry.
Puede tener sus motivos -opinó coherentemente Ron -. O tal vez le quiere sacar el máximo provecho posible y luego...bueno, luego lo elimina de todos modos -terminó con un ligero estremecimiento.
Se quedaron callados de pronto. Se oyó un leve ruido en el rellano de la escalera. Harry se llevó el dedo a los labios, mirando a Ron. Se paró y tomó la varita. ¿Quién podría ser? Era domingo, y todos estaban desayunando. Quizás era uno de sus compañeros de cuarto, pero si era así. ¿por qué caminaba tan sigilosamente? Se volvió a oír un ruido. Esta vez era la puerta de la pieza que se estaba abriendo muy lentamente.
¿Quién está ahí? -preguntó Harry en voz muy alta, para disimular la leve tembladera.
Harry miró hacia el hueco de la puerta y no vio a nadie. Miró hacia abajo y se alivió al ver la silueta de un gato que se recortaba contra la luz. Era Croockshanks... Harry se paró y fue a tomarlo por el lomo, pero cuando estaba por llegar hasta él, un rayo de luna lo iluminó y Harry se quedo petrificado.
¡No es Croockshanks! -gritó Ron- . ¡Es la Señora Norris!
Ambos intentaron abalanzarse sobre ella, pero ya era demasiado tarde. Se les escabulló y bajó las escaleras a toda velocidad. Con gran agilidad saltó por el hueco del retrato, el cual estaba abierto en ese momento porque una gran cantidad de chicos de primero llegaban del Gran Comedor, y se perdió de vista.
¿Qué diablos hacía aquí? - dijo Ron.
No tengo idea - le respondió Harry.
Es la gata de Filch - dijo Ron nuevamente - quizás Filch sabe que sabemos demasiado y la mando para. no lo se.
Quizás. Harry se quedó pensando, pero las doce campanadas que les llegaron desde el reloj de la Sala Común le indicaron que había que bajar para almorzar.
TANTANTANTAN, que les pareció? Espero haber dejado un poco de suspenso, ya se esta empezando a poner lindo,
ACLARACION: no soy como esos escritores que escriben y escriben sin saber a donde apuntan y nunca llegan al final. Trato de hacer mis libros lo más parecidos posible a los de Rowling, y ya se el final. Es mas, tambien tengo pensada una parte de la secuela (o sea, el libro 6) para cuando termine de escribir este.
Pero todo depende de cuanta aprobacion llegue a tener, pueden dejar reviews para votar, o para opinar, o para criticar, o para mandar amenazas de bomba, o para lo que sea, pero manden REVIEWS!!!!!!!
FELICES VACACIONES!!!!!! sirius
