Los dejo con el capi 10 y que lo disfruten (esta bueno, o eso creo) Como siempre, disculpen por la tardanza. Si ustedes supieran lo ocupado que estoy durante la semana y CUANDO escribo me entenderian. Gracias por lo reviews (que no son muchos pero algo es algo) y sigan leyendo!!!!!!!!!1 (y mandando reviews)

Sirius black

CAPITULO 10

El ataque

Harry se quedó helado. No podía ser verdad. No podía serlo. Se pellizcó. Todo seguía en su lugar. Fleur Delacour, la joven profesora francesa de Defensa Contra las Artes Oscuras, no podía haber muerto. No podía ser verdad.

Pero lo era. Miro hacia sus lados. Hermione había comenzado a sollozar, junto a otras chicas por todo el recinto. La expresión de Ron no era mucho más tranquilizadora. Nadie en todo el Gran Salón movía una uña. El profesor Dumbledore se había vuelto a sentar.

Muy lentamente Harry comió su avena, sin poderlo creer.

Está claro que no murió de muerte natural - comentó Hermione minutos más tarde, mientras se dirigían a la clase de Herbología.

¿Piensas que esto tiene algo que ver con... ya sabes...? - dijo Ron, dirigiéndole a Harry una significativa mirada.

Quizás - contestó Harry, tratando de parecer indiferente, porque no quería asustar a sus amigos más de lo que estaban. Él mismo quería engañarse. Pero no podía. En el momento en el que contestó, una punzada muy aguda en el pecho le recordó a Lord Voldemort.

Entre Harry y Ron le contaron rápidamente a Hermione todo lo que habían visto en el Mapa del Merodeador y las sospechas que tenían. Como era de esperar, Hermione se mostró completamente en contra de la idea de culpar a Snape.

La clase de la profesora Sprout transcurrió en mucho silencio. La profesora ni siquiera reprendió a Dean cuando su lilba estalló, rociando con un líquido violeta y asqueroso a toda la clase. Todos estaban tristes. Harry, Ron y Hermione, además, estaban preocupados. Harry recordó la predicción de la profesora Trelawney "Se acercan tiempos muy duros en este colegio...". Pensó que ella era una farsante, pero luego no pudo evitar el pensamiento de que quizás esta vez sí había dicho la verdad. Posiblemente tenía razón.
Los días siguientes se sucedieron sin ningún problema. Pero las cosas estaban muy tensas. Todo el mundo hablaba de un casi obvio asesinato, ya que es muy difícil que con unos 20 años, Fleur hubiera muerto de muerte natural.

Un día, cuando estaban en el comedor, surgió el tema de los elfos domésticos y de la P.E.D.D.O.

Me gustaría ir a visitarlos, para saber como están. Después de todo, hace siglos que no los veo - les dijo Hermione.

A mí también, esos pasteles de chocolate. - dijo Ron, relamiéndose.

No son esclavos tuyos, Ron - le replicó Hermione - pero creo que en verdad podríamos ir - dijo esto último volteando hacia Harry, como esperando encontrar una respuesta mas sensata.

Creo que podremos ir hoy después de clases - dijo Harry, aunque en realidad no tenía ganas de bajar a las cocinas para ver llorar a Winky y escuchar los alaridos de Dobby.

Por lo tanto, esa tarde después de clases se reunieron en el vestíbulo, y luego bajaron las escaleras hacia un corredor repleto de cuadros. Esperaron detrás de una columna hasta que la señora Norris se hubiera ido, y siguieron avanzando. Llegaron hasta la frutera, le hicieron cosquillas a la pera, y se abrió una puerta, que daba a la inmensa cocina.

Había muchos elfos. Al menos unos ochenta elfos domésticos iban de un lado para el otro, preparando la cena. Buscaron rápidamente con la vista a Dobby o a Winky.

Allí - les susurró Ron. Harry se fijó y allí estaba Dobby, vestido con el mismo extraño atuendo que llevaba puesto la última vez, excepto por los calcetines. Llevaba uno violeta, el cual Ron le había obsequiado la navidad anterior, y otro a estrechas franjas negras y verdes.

¡Harry Potter! - exclamó él al verlos acercarse. Se le aproximó a toda velocidad y le estrechó la cintura en lo que Harry supuso como un cariñoso abrazo.

¿Cómo has estado, Dobby? - le preguntó éste.

Muy bien, muy bien, señor, trabajando para el profesor Dumbledore.

¿Cómo está Winky? - inquirió Hermione.

Sigue por aquí - les respondió Dobby, volviéndose y señalando con la cabeza un rincón apartado del majestuoso lugar. - Ya saben - añadió en un susurro bastante audible - la ha afectado mucho lo de ese... señor Crouch.

Dobby tenía los ojos bien abiertos, al tiempo que asentía vigorosamente con la cabeza.

Los tres levantaron la vista y miraron hacia donde estaba Winky. Su ropa, al contrario que las últimas ocasiones en las que la habían visto, estaba muy limpia. Ya no tenía botellas de cerveza a su lado, y no parecía haber tomado durante mucho tiempo. Pero parecía muy deprimida, como estando al borde de un ataque. Sollozaba de vez en cuando, y no hacía otra cosa que repetir: - señor Crouch... señor Crouch...

Hermione chasqueó la lengua como muestra de su preocupación y se acercó rauda hacia ella.

¿Winky? - le dijo con temor, agachándose junto a ella.

La elfina levantó su cara y la miró. Hasta a Ron le dio pena verla así, y también se puso en cuclillas a su lado.

¿Podemos ayudarte en algo? - le preguntó Harry.

El señor Crouch ya no está. El amo ha muerto - les dijo Winky.

Lo sé, lo siento - le dijo Hermione. - Pero debes comprender que el ya no era tu amo. De todos modos, no era un muy buen amo, quiero decir...

Winky dio un sollozo aún mayor y miró amenazadoramente a Hermione.

¡No hable mal de él! Winky quería mucho al señor Crouch. El señor Bagman sí es un mago malo, muy malo.

Le ruego que disculpe a Winky, señorita - intercedió de inmediato Dobby, apartando a los tres amigos de la elfina.

Por supuesto, Dobby...

¿Qué tiene que ver Bagman? - cuestionó Ron, que parecía confundido.

Oh... - les dijo el elfo - lo que ocurre es que estuvo por aquí hace sólo unos momentos y...

¿En Hogwarts? - preguntó Ron.

Sí - respondió tranquilamente Dobby - y quiso hablar con Winky. Ya sabe, para consolarla. Pero Winky se negó a hablar con el.

¿Quieren algo de comer, señores? - les ofreció otro elfo con una bandeja de galletas recién horneadas que olían muy bien.

No, gracias - les dijo Hermione - tenemos que ir a cenar ahora mismo.

Yo sí acepto - dijo Ron rápidamente, sin mirar a Hermione, porque esta lo estaba fulminando con la mirada.

Bueno, entonces... - Dobby se volvió hacia Harry - quizás el señor podría visitarme en otra ocasión? - añadió tímidamente.

Claro - le respondió éste. - Adiós, Dobby.

Adiós - dijeron Ron y Hermione.

Hasta pronto, Harry Potter, - se dirigió a Ron y a Hermione - señor, señorita - les sonrió el elfo, al tiempo que se aposternaba.

Les costó mucho terminar de salir de la cocina, entre elfos que hacían reverencias al tiempo que ofrecían comida. En el momento en que lograron cerrar la puerta detrás de ellos, Hermione habló.

Pobrecita, ¿no lo creen? - les dijo - no puede desvincularse del señor Crouch. Es algo más fuerte que ella.

A mi me preocupa más lo que nos contó Dobby acerca de Bagman - dijo Harry. - ¿No les parece extraño que se haya dado una vuelta por Hogwarts sólo para saludar a Winky? Yo creo que anda detrás de algo más.

Ron lo miró.

Mira - dijo - ya se que Bagman no es un buen director de departamento y todo eso, pero es una buena persona, después de todo. Yo no creo que esté detrás de algo sucio.

Ron - replicó Hermione - no olvides lo que nos contó Harry acerca de aquellos juicios, y lo que nos dijo Rita Skeeter acerca de él. Todo parece demostrar que su pasado no es muy limpio.

Vamos, Hermione - interrumpió Harry - creería más si me dices que Snape está enamorado antes que Bagman metido en algo con Voldemort o algo así. Me parece que. - Harry quiso seguir hablando, pero la expresión en la cara de Ron lo detuvo. Harry levantó la vista y vio a Snape parado delante de ellos. Era una de esas horribles situaciones en las que no puedes saber si te han escuchado o no. Lo cierto es que Snape estaba parado allí delante, a escasos metros en el oscuro corredor, mirándolos con los mismos ojos negros y fríos de siempre, pero con un expresión de satisfacción que sólo usaba cuando encontraba una excusa válida para castigar a Harry.

Vaya vaya - les dijo con su voz más melosa - estamos en problemas, muchachos.

Por supuesto, ninguno de los tres necesitaba que se lo dijeran. Eran demasiado conscientes que ese era un corredor prohibido para alumnos. Pero después de todo, pensó Harry, no podían sospechar de ellos más que haber ido a buscar comida a la cocina. Esta vez nadie iba a decir que habían atacado a alguien. Pensar así era dentro de todo un alivio.

¿Qué estaban haciendo? - los interpeló Snape con su voz más fría y burlona.

Nada - le respondió Ron en un tono nada convincente.

Snape se sonrió.

Me temo que no puedo creerles - les dijo - síganme.

Solamente fuimos a buscar un poco de comida, teníamos hambre - le dijo Harry. - ¿No van a castigarnos por eso, no?

Me temo que sí - volvió a hablar Snape. - esto serán veinte puntos menos para Gryffindor por cada uno, y les he dicho que me sigan.

A esto, Snape giró sobre sus talones y comenzó a caminar rápidamenete hacía el vestíbulo, con los tres amigos corriendo detrás de él.

En cuanto cruzaron la puerta, una voz vino desde atrás.

¿Qué ocurre, Severus?

Era la Profesora McGonagall. Harry vio que Hermione suspiraba aliviada. El no hubiera hecho lo mismo. No sabía si era mucho mejor estar en manos de McGonagall que de Snape.

Estos alumnos han infringido las reglas - le dijo a Snape a McGonagall - y me temo que tiene que ser castigados.

Le ruego, profesor, que los deje en mis manos. Como directora de su casa tengo el derecho a decidir.

Snape parecía rehacio a dejarlos ir, pero finalmente lo hizo en silencio. Se dio vuelta y bajó las escaleras hacia las mazmorras.

Profesora - comenzó Hermione - no hicimos nada, sólo entramos a las cocinas, no creo que eso merezca un castigo.

La Profesora McGonagall los miró a los tres con su habitual expresión estricta, pero poco después la cambió por una más bondadosa.

Está bien - les dijo - por esta vez están perdonados. Pero cuídense.

Harry, Ron y Hermione sonrieron. Salvarse de un castigo con nadie menos que la Profesora McGonagall era toda una hazaña.

Fiuuu - dijo Harry - de la que nos salvamos.

Snape es un maldito - dijo Ron cuando se hubieron alejado un poco de la profesora - cualquier pretexto es bueno para castigarnos.

No se quejen que si no fuera por mí en este momento podríamos estar entrando en la oficina de Filch - dijo Hermione.

Tienes razón - le contestó Ron. - Propongo ir a comer porque las tripas me rugen de hambre.

¡Pero si acabas de comer al menos una docena de pastelitos! - le dijo Hermione asombrada.

Ron le hizo caso omiso. Entraron a toda prisa al gran salón. Harry no había comido nada en las cocinas y el sí tenía hambre. En cuanto se sentaron, comenzaron a servirse de todo un poco y a comer.

Estoy preocupada por todo lo que estás ocurriendo - les dijo Hermione a los dos chicos. - Y por todo lo que me contaron ustedes. No me gusta sospechar de Snape, ya saben. Pero si Karkaroff está suelto en el colegio. Y ese sueño que tuviste, Harry, no se que pensar. Estoy muy asustada. Creo que tendrías que ir a hablar con Dumbledore.

¿Y decirle que? - le dijo Harry. - Profesor, creo que su queridísimo Severus Snape está involucrado en asuntos relacionados a Voldemort (no digas ese nombre) y creo que lo más prudente es que lo saque de su cargo. Vamos, Hermione, todos sabemos que Dumbledore confía en el. Aún más de lo que confía en mí.

Creo que tienes razón - dijo Ron, pensativo. - Yo creo que no debes decir nada a menos que haya otro ataque.

Continuaron comiendo hasta llenarse. Harry en verdad estaba muy hambriento.

Vamos, chicos - les exigía Hermione - no pueden comer tanto. Tenemos que terminar con la tarea de Transformaciones. Más bien, ustedes tienen que EMPEZARLA.

Estamos yendo, Hermione - le contestó Ron mientras se metía apresuradamente en la boca el enésimo trozo de carne con pure - sólo un instante.

Y por fin, se levantaron todos de sus asientos y se dirigieron apresuradamente (en realidad, ni Harry ni Ron tenía ningún apuro, sólo Hermione) a través del vestíbulo y por las grandes escaleras de mármol, entre una multitud de alumnos que salía del Gran Comedor.

Una vez que entraron, eligieron una mesa bien cerca de la chimenea, y un tanto apartada del resto. Cada uno sacó sus apuntes y pergaminos y se dispuso a escribir, mientras Hermione escudriñaba en el libro.

Harry no tenía ganas de hacer los deberes. Pero tenía que hacerlos. Hubiera preferido pensar acerca de todo lo que ocurría en Hogwarts. Karkaroff vino al colegio, probablemente para conseguir un tal objeto para Voldemort. Snape sabía que él estaba, y ¿lo estaba encubriendo? McNair había cumplido con su misión. Había un asesino suelto. Se estaba dirigiendo a Hogwarts, pero al parecer ya había llegado. Hacía menos de dos semanas había muerto Fleur. Y Harry se sintió mal. Sabía que esto era culpa suya. Voldemort se estaba infiltrando en Hogwarts, Voldemort quería matarlo a él. En ese momento, sintió que tenía mucho miedo. No quería comentarlo con sus amigos, porque sabía que se asustarían. Necesitaba hablar con alguien que lo apoyara. Tampoco quería hablar con Sirius. No quería que pensara que era un cobarde. Temía largarse a llorar en cualquier momento. Se sentía culpable por todo lo que pasaba. Primero Cedric, luego Fleur.

Hermione lo miró a los ojos y lo sacó de sus pensamientos.

¿Qué te ocurre, Harry?

¿Eh? No. nada. De verdad - sonó aún menos convincente de lo que Harry hubiera esperado.

Vamos, Harry - le pidió Hermione suplicante, dímelo.

Harry miró a Hermione, y después a Ron, quien también lo miraba. Sentía que en ellos podía confiar como en ninguna otra persona. Se preocupaban por el. Lo querían de verdad.

Nada - comenzó - en realidad nada importante, es sólo que. estoy un poco harto de todo lo que está ocurriendo. De todo lo que estoy provocando. siento que pongo en peligro a todos los que me rodean.

No hables así, Harry - Hermione pareció ponerse repentinamente rígida, aunque los ojos le brillaban - no puedes culparte de todo lo que pasa. No es culpa tuya. Todo es culpa de Voldemort y solamente de él. Tu eres bueno, Harry. Todos te queremos, y no te dejaríamos. No nos pones en peligro.

Hermione tiene razón - le dijo Ron, demasiado serio para lo que era habitual en él. - No puedes vivir echándote las culpas por todo lo que pasa. Tienes que sonreír y salir adelante.

Estas palabras, aún más viniendo de Ron, lo hicieron reaccionar a Harry. El no tenía la culpa de todo lo que le pasaba. El no tenía la culpa de que intenten matarlo.

Harry sonrió y puso sus manos encima de las de sus amigos.

Gracias - les dijo - yo también los quiero.

Hermione, para no perder la costumbre, estalló en llanto y lo abrazó a Harry tan fuerte que éste pensó que le iba a quebrar las costillas.

Vaya - dijo Ron , mirando a Harry - y pensar que yo sólo vine para hacer la tarea. Si quieren los dejo solos.

No digas idioteces, Ron - le dijo Hermione, mientras se separaba de Harry un tanto ruborizada y se secaba las lágrimas con el dorso de la mano, al tiempo que sonreía.

Harry se río. Tomó una pluma para comenzar con el trabajo. Decididamente, ahora estaba de mejor humor.

Pero antes de que hubieran siquiera empezado, la profesora McGonagall irrumpió en la Sala Común y buscó rápidamente con la cabeza. Cuando los vio, se les acercó, justamente a ellos,con una expresión muy sombría en el rostro.

Potter, ¿podrías venir un momento? - le dijo.

Toda la alegría que parecía haber acumulado en los últimos minutos se desvaneció en un instante. ¿Qué había pasado? Harry miró a sus amigos, asustado. Ellos le devolvieron la misma mirada de interrogación. Se levantó y se acercó hacia la profesora. Ella le hizo una seña para que la siguiera, y Harry lo hizo. Comenzaron a caminar a través de varios pasillos y escaleras, cada vez más rápido, y sin pronunciar una palabra en todo el trayecto. Hasta que llegaron a la puerta de una habitación que Harry reconoció como la enfermería. Se preguntaba qué habría ocurrido, mientras la profesora McGonagall lo conducía por entre las camas hasta la última, que estaba cubierta por altas cortinas. Las descorrió...

¡Cindy! - gimió Harry.

Cindy estaba acostada, petrificada. Tenía una mirada de terror en el rostro que a Harry no se le hizo difícil de reconocer. Rápidamente, como escenas de una película, se le vino a la cabeza el diario de Riddle, la cámara de los secretos, el basilísco. recordó la expresión de Hermione, cuando había estado en la misma situación que Cindy ahora. recordó el cuerpo inerte de Ginny, y como él mismo había estado a pasos de la muerte. Se estremeció.

¿Qué le ocurrió? - dijo Harry.

No lo sabemos.

Pero me gustaría hablarlo contigo, Harry - dijo una voz detrás suyo.

Harry se dio vuelta con un sobresalto. Esa voz pertenecía a Albus Dumbledore.

Sígueme, por favor.

Harry siguió a Dumbledore en silencio. Sabía hacia donde estaban yendo. Se detuvieron frente a la gárgola del segundo piso, y Dumbledore pronunció la contraseña. Chicles de cereza.

Harry entró y se sentó frente al escritorio. Dumbledore se sentó frente a él.

Quiero que me cuentes acerca de tus sospechas, Harry - le dijo el profesor, mirándolo profundamente con sus ojos celestes, a través de los anteojos medialuna.

¿No cree usted que haya sido. ya sabe.el Heredero de Slytherin o algo parecido?

No hay que descartar ninguna teoría. Pero los dos sabemos lo que pasó con el diario de Riddle, y los dos sabemos que no hay nada dentro de la Cámara de los Secretos.

¿Está seguro? - volvió a hablar Harry, porque él mismo no lo estaba. Es decir, tratándose de Voldemort.

Nadie puede estar seguro, Harry - le respondió Dumbledore, usando la misma penetrante mirada que Harry tan bien conocía.

Sí. Pero... ¿qué fue lo que ocurrió, entonces?

Me temo que no lo se, Harry. El profesor Snape me ha comunicado que hoy te vio salir de la puerta que lleva a una de las mazmorras, donde fue encontrada la muchacha. No digo que hayas sido tú, pero quizás hayas visto algo sospechoso... sólo dilo.

Harry pensó en hablarle a Dumbledore acerca de su sueño y de las sospechas que tenía acerca de Igor Karkaroff. Y sobre Snape. Pero no quería decirle a Dumbledore que había estando espiando por intermedio del mapa. Y quien sabe si Dumbledore le cree al mapa. Además, Harry sabía que la idea de culpar a Snape no le iba a agradar mucho al profesor.

No, nada - respondió finalmente.

Bueno aca hasta, muy jugoso al menos. Ya se que tarde mucho y que no es tan largo, pero creo que esta bueno. VAYAN SIGUIENDO LAS PISTAS porque se vienen las partes mas importantes.

Besos a todos y please reviews!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!