El dolor es grande, pero el amor es gigante.

Los reencuentros. Por lis.

Hace ya cinco años el joven Harry Potter, se había graduado de Hogwarts. También estaba casado, con el único amor de su vida, su adorada Hermione. Tenían cinco años de casados. Eran realmente felices, muy solitarios pero felices. Hacía bastante tiempo que su mejor amigo Ron no se comunicaba con ellos, exactamente cinco años, desde su graduación. Al parecer se había casado también y era muy feliz...

La historia de Harry y Hermione era realmente triste, pero aun así eran tan felices... Es increíble lo que puede pasar en tan poco tiempo en las vidas de dos recién casados, porque eso es lo que eran cuando sucedió su peor desgracia. Su amor tan intenso era el que les brindaba apoyo y felicidad. Lo cierto era que estaban dispuestos a regresar al mundo, a dejar de ser tan solitarios a ser más sociables y olvidar lo que había pasados hace años atrás. Sobre todas las cosas, lo primero que harían sería encontrar a su mejor amigo Ron y recordar viejos tiempos. Se encontraban viajando hacia Londres, después de dejar su yate en un puerto muggle. Aquel yate era donde habían pasado la mayoría de su tiempo en los últimos años.

Por ahora, Harry estaba dispuesto a reanudar su carrera como auror. Ahora sería jugador estrella de Quiddich y también sería auror. Reiniciarían una vida de alegría completa. Aprovecharían el momento para regresar, ya que el profesor Dumbledore los había llamado. Aunque no sabían para qué irían con mucho gusto. Ya tenían el pasaje previsto para el dieciséis de agosto a las seis de la mañana.



Cuando llegaron por fin al caldero chorreante todos le pidieron autógrafos a Harry, algo normal después de haber derrotado definitivamente al mago más temido de la historia. Todo había pasado tan rápido, el transcurso de siete años pasó tan pronto... No se podía negar que muchos de los alumnos extrañaban los terrenos de Hogwarts. Después de terminar de dar los últimos tres autógrafos, Harry agarró de la mano a Hermione y se echó a correr a la habitación. Al entrar se libró de la chaqueta, la camisa, los zapatos y las medias, quedándose en pantalones, se tiró en la cama y casi cayó rendido. Hermione que entendía el estrés de su marido, se sentó a su lado y comenzó por darle masajes a su espalda. Era lo que más le hacía relajar a Harry, y este que ya se encontraba relajado se durmió en los brazos de su amada.

A la mañana siguiente, Harry y Hermione emprendieron marcha a la búsqueda de Ron. No fue muy difícil localizarlo cuando en una de las calles del callejón Diagon tenía una información sobre él:

"El conocido mejor amigo de Harry Potter, Ron Weasley, acaba de inaugurar un pequeño hotel. Para hospedarse, acercarse a la calle 45 Wild Street. Es sólo para brujas y magos, no se admiten muggles. Cualquier información puede ser localizada en el mismo hotel, preguntando por Belinda de Weasley.

Atte. Oscar Alvaneda.

-¿Te puedo preguntar algo cariño?

-Claro

-Por qué demonios me hacen tanta propaganda...

-Ay amor mío, por qué será, por qué será...

Los dos jóvenes siguieron la dirección hasta dar con el dichoso hotel. Cuando por fin, después de tanta caminata se encontraron con el hotel "Yosett", que era el de su mejor amigo, entraron enseguida. La habitación contaba con paredes amarillas y muebles limpios, enfrente se encontraba un hombre calvo y muy alto. A Harry se le ocurrió que ese perfectamente podía ser el tal Oscar. Y en efecto, cuando le preguntaron su nombre era ese. Preguntaron de una vez por Belinda de Weasley, que de seguro era su esposa. Oscar, que la localizó pronto, los dirigió a la habitación de Belinda. Estaba muy limpia y adornada. Tenía muchas fotos de ella y... ¡Ron!, Claro, era obvio que ella era su esposa y esa su habitación. Los invitaron a sentarse y con mucho gusto accedieron a la invitación. Belinda inició la conversación con un saludo invitando a las palabras "En qué les puedo servir", Inmediatamente Harry preguntó por Ronald Weasley.

-¿Qué quieren saber sobre mi esposo?- respondió servicialmente.

-Pues veras... Es que Ella y yo somos viejos amigos de él y quisiéramos ver si podríamos hablar con él.

-¡Por supuesto!, Si son amigos de él, considérenme de una vez su amiga también.

-Gracias...

La chica salió de la habitación gritando: ¡Ronnie!. Al regresar, se encontraron con su mejor amigo pero... muy cambiado... Tenía el cabello más largo y un poco de barba, llevaba una ropa muggle que lo hacia ver más flaco y mucho más alto. Harry se levantó y se dieron un abrazo amistoso, luego Hermione hizo lo mismo. Se sentaron y llegó Belinda amamantando a un bebé. Era recién nacido por lo chiquito que se veía, y parecía ser varón. La chica se sentó y comenzaron a hablar.

-¿Dónde demonios te habías metido Harry? Traté de localizarte cuando terminabas tu sesión de Quiddich pero siempre te ibas antes de que pudiera verte.

-Pues verás Ron... Harry y yo hemos estado viviendo con los muggles después de nuestro matrimonio.

-Pero por qué no habían dado noticia de vida, digo, nadie sabía de ustedes.

-No te desesperes.

Harry comenzó a explicarle a Ron lo que había pasado durante los últimos años. Ron parecía muy interesado al igual que su esposa. Luego Ron le presentó a sus tres bebés. La mayor tenía cinco y se llamaba Yosett, eso explicaba el nombre del hotel, el segundo tenía dos añitos y se llamaba Ronald y el tercero, de tan solo dos meses se llamaba Jóse. Los tres no eran pelirrojos, más bien, habían sacado el color de cabello de su madre, un marrón muy delicado y claro. Tenían ojos claros y se parecían mucho a Ron. Estaban muy felices hasta que llegó el tema que ni Harry ni Hermione querían tocar.

-Y eso Harry, que después de cinco años de matrimonio no tengas ningún hijo.

A Hermione se le borró la sonrisa del rostro y se tornó a una mueca de dolor. Harry que notó este cambio de expresión agregó rápidamente:

"Bueno la verdad es que... pensamos en tenerlos después..."

"Pero eso no quiere decir que ustedes no han..."

"No, no Ron- agregó Hermione inmediatamente- ¿cómo crees?, Harry, creo que es mejor decirle la verdad, después de todo es nuestro mejor amigo"

"Tienes razón cariño"

"Ron es una larga historia. Empezó pues cuando nos casamos...

"Después de la ceremonia, nos fuimos normalmente a nuestra luna de miel y...

"Papáááááááááááááááááááááááá"

"Diablos"

Era la nena más grande de Ron quien había gritado. Al rato que Ron descubrió la razón porque su hija mayor había gritado de esa forma. Una araña colgaba del techo, bajando cada vez más. Ron salió corriendo de la habitación. Al parecer, todos en esa casa le temían a las arañas por muy pequeñas que fueran. Harry se acerco con un papel y la aplastó como si nada hubiera pasado. Todos se le quedaron viendo con horror exceptuando a Hermione, quien parecía muy tranquila. Después d matar a la pobre arañita, llamaron a Belinda para conversar con ella. Al parecer, esa conversación estaría pendiente por bastante tiempo... Luego llamaron a Ron por una reunión de todos los dueños de hoteles de servicio mágico. Total que se hizo de noche y Harry y Hermione tuvieron que marcharse. Ya hablarían otro día.

Apenas llegaron al caldero chorreante, les llegó una carta de Ron, decía: Harry y Hermione. Los señores de los otros hoteles y yo tenemos que viajar para solucionar unos asuntos en Francia. Imagínense... tendremos que hablar después, pero que no se les olvide, porque tengo bastante curiosidad. Hoy es 15 de Agosto, pues el 30 vendríamos llegando. Los espero el 30 a la tarde en el hotel. Atte. Ron.

-Parece que el destino quiere aplazar esa plática... - Hermione ya se había puesto su pijama. Se acercó a Harry y le besó el cuello. Harry se volteó, dejando caer la carta al suelo. Mientras, le besaba los labios con mucha pasión. Se paró y decidió ponerse el pijama él también. Ya era hora de dormir y no de ponerse a inventar, mañana tendrían que visitar Hogwarts y sería un largo viaje. Harry se echó a la cama junto a Hermione. Se dieron un beso de buenas noches y enseguida se durmieron. A las dos horas Harry sintió que Hermione se movía mucho, debía estar teniendo una pesadilla. Como no pudo conciliar el sueño de nuevo, salió de la habitación a buscar un vaso de agua. Estaba muy oscuro, pero así que prendió la luz. Buscó un vaso y se lo tomó muy aprisa. Sintió un ruido, alguien estaba bajando las escaleras. Murmuró: "Harry..." -con voz suave y miedosa.

"Ah... cariño eres tú, me habías asustado"

"Más me había asustado yo cuando me levanté y no estabas"

"Baja la voz amor, recuerda que no estamos en casa"

"Lo siento..."

"Estabas teniendo una pesadilla ¿verdad?"

"Fue horrible"- Hermione salió corriendo hacia los brazos de Harry. Ya lo sabía. Hermione había vuelto a tener el mismo sueño de siempre.- "Siento mucho hacerte tan infeliz por eso..."

"No me haces infeliz. Hay que ver las cosas que dices, para mí es suficiente tenerte a mi lado para ser completamente feliz."

"No mientas Harry"

"No me crees... me haces sentir mal"

"Vamos a la habitación"- le agarró la mano y subieron cuidadosamente por las escaleras, tratando de evitar cualquier ruido. Llegaron y se recostaron. Harry se acercó a Hermione quien aún parecía enfadada. Le besó la frente y luego la boca. A ella le rozaron unas cuantas gotas por las mejillas, para luego transformarse en lágrimas fuertes y un llanto incontrolable. "Me siento tan mal Harry"- dijo entre llantos. El chico sólo la colocó entre sus brazos y se recostó con ella en aquel abrazo. Cuando su llanto se paro, ella cayó en un sueño profundo. Harry permitió que durmiera en su pecho y trató de conciliar el sueño también.

A la mañana siguiente, se levantaron temprano, se ducharon y cogieron el primer viaje hacia los terrenos de Hogwarts. Estuvieron unas cuantas horas tratando de poder dormir otra vez, pero ya que no lo lograron pidieron algo para desayunar. Harry notó mientras comía que Hermione no probaba bocado, y empezó a preocuparse. Para aliviar su preocupación trató de hacer una de sus bromas. Ya varias veces había pasado lo mismo y él siempre terminaba por hacerla sonreír.

"Ya sé lo que quieres cariño. Quieres que te dé la comida como a (trató de quitar la palabra bebé para transformarla en una niña chiquita) una niña chiquita ¿eh?" Ella le echó la primera mirada a su esposo en toda la mañana y sonrió un poco, pero otra vez bajó su cabeza. Harry, quien ya se estaba preocupando mucho más, dejó a un lado su comida y se agachó en su frente. Le levantó el rostro, dejando ver unas lágrimas caer y le preguntó: " ¿De verdad eres tan infeliz así? Ella se tiró en sus brazos y entre sollozos le pidió perdón.

"Sé que aún estás muy dolida amor, pero tenemos que enfrentar esto. Tenemos que superarlo como ya lo hemos hecho una vez, sé que lo podemos volver a hacer, sólo ten paciencia y no te me pongas triste, que me duele mucho verte así. ¿Dónde ha quedado la antigua Hermione tan valiente, tan alegre?, Tu siempre superabas todo, entonces, dime ¿Por qué ahora no?

"No lo sé... tal vez será porque no soy la misma, porque soy una inútil, porque..."

"Escucha amor, dentro de unas horas vamos a recordar los viejos tiempos y tal vez eso te anime un poco más, pero lo que no voy a permitir es que te presentes así ante nuestros antiguos profesores. Quiero verte alegre y activa como siempre. Eso es lo que esperan ver nuestros profesores. Vernos como antes.

"Lo haré amor. Te lo prometo"- dichas estas palabras comenzó a comer.

Llegaron a la noche. ¡Cómo les recordaba eso a viejos tiempos!, Cuando llegaban de noche y asignaban a cada alumno de primero a su respectiva casa. Aquellas ricas cenas que disfrutaban. Era como vivir un sueño. Recordar las cosas era como estar soñando y no querer despertar.

Los recibieron muy bien. La cena estaba divina. Los profesores no habían cambiado en nada, se sentían de nuevo niños frente a sus profesores, pero muy felices de que el profesor Snape no le pudiese quitar puntos. Se reunieron luego de la cena en el despacho de Dumbledore. Estaba tal cual como antes, todo en su sitio. Después de sentarse los felicitaron por su matrimonio y el profesor Dumbledore inició la conversación.

"Como sabrán los he traído aquí por un motivo"- los dos asintieron-" les venimos a invitar a ser profesores en Hogwarts. Los puestos que le corresponderán se les dirán ahora, pero primero necesito saber si están dispuestos" Huno un gran silencio.

"Que dices tú cariño"-preguntó Harry con dulzura a su esposa. "Creo que no es una mala idea..."

"Entonces aceptan"

"Sí profesor"

"Entonces ya no me llamen profesor sino Albus, y ahora no la llamen profesora McGonagall sino Minerva ¿Se saben todos los nombres?"

"Suponemos que sí pro... Albus" Rieron un poco.

"Ahora Harry, te tengo que felicitar por los partidos de Quiddich que has ganado y por tus buenas demostraciones en el campo de Quiddich y con la escoba aquí en el colegio. Por esto hemos decidido nombrarte el nuevo profesor de vuelo porque la señora Hooch se retiró. A ti Hermione, por tus excelentes calificaciones, te podemos nombrar profesora de muchas cosas, pero la profesora de Aritmancia se ha retirado así que a ti te ha quedado ese puesto. Espero que disfruten mucho su estancia en Hogwarts, Minerva les mostrará su habitación, como son casados, no podemos cometer la injusticia de separarlos de habitación"- terminó esto con una sonrisa pícara.

Mientras caminaban por los pasillos de Hogwarts recordaban muchas aventuras. Hasta que por fin llegaron a la habitación. Era amplia y muy bonita. A Harry se le ocurrió una pregunta y enseguida la sacó "En vacaciones podremos regresar..." no terminó la frase cuando Minerva ya estaba asintiendo. Sintió un gran alivio. Tendrían que poner en orden alguien que cuidara su casa y su yate por prácticamente un año. Cuando Minerva se fue, Harry y Hermione desempacaron sus cosas. Tendrían que buscar el resto de sus cosas y mudarse de una vez. Tendrían que explicarles como se evaluaba a los alumnos y una serie de cosas importantes para ser profesor. Cuando terminaron cayeron rendidos.

_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_-*^*-_- *^*-_-*^*-_-*^*-_-

Ya habían pasado varios días desde que habían arreglado y recogido las cosas de la casa, y habían puesto a alguien para que mensualmente cuidara del yate, etc. Se acercaba el día en que tendrían que reunirse con Ron y su esposa. Hasta esos días no se habían enterado de quién iba a ser el nuevo profesor de Defensa contra las artes oscuras. Y resultó ser quien menos se esperaba. Días anteriores se le había aparecido enfrente la imagen de Draco Malfoy, con su misma sonrisita maliciosa y su cara de asco a todo. Si antes tenía fama de salir con todas las chicas que se proponía, ahora debería ser de seguro un mujeriego. Sin exagerar, la única que no se dejó dominar ni envenenar por sus ojitos azules, fue Hermione. No importaba que hiciere, nunca pudo salir con ella, y al parecer cuando la vio, se trazó la misma meta, y además ¿qué podía importarle?, No estaba ni comprometido ni casado, estaba libre cómo un pájaro, dispuesto a no ser cazado. Era difícil para Hermione concentrarse al encontrarse cara a cara con él, pues siempre la miraba como una palomita fácil de cazar. Harry que se había dado cuenta de eso, trataba de estar en mayor tiempo posible con ella, para que no se intimidara.

Cuando salieron en dirección a la casa de Ron, Hermione le confesó a Harry lo nerviosa que se ponía cuando lo veía (a Draco), y Harry le respondió que ya se había dado cuenta de eso y que no la dejaría sola en esos momentos, al menos de que estuviera en una clase o algo por el estilo. El viaje se hizo mucho más largo. Cuando llegaron, se sentían agotados. Pero lo bueno es que los recibieron con una parrilla. No habían comido nada después del desayuno.

Al sentarse en la mesa, Belinda notó que su nene quería leche así que fue por el tetero. Todos comían tranquilos hasta que la hija mayor de Ron comenzó a hablar.

"Señor( se refería a Harry), por qué usted no tiene una hija de mi edad para poder jugar con ella"

"Yose, no seas indiscreta hija, acaso eso es lo que te hemos enseñado, además, no lo llames señor, llámalo Harry, si quieres tío Harry"

" ¿Es mi tío? Órale, pos que buena onda, otro tío más, más regalos"

"Que ambiciosa, discúlpenla"

"No te preocupes Ron"- Hermione le sonrió.

Cuando comenzaron la conversación que tenían pendiente, Yosett volvió a gritar, pero esta vez no grito papá, sino tío Harry. Lloraba muy fuerte por lo que fue fácil encontrarla. Estaba en el parque sentada en la tierra. Como había llamado a Harry, él fue el que se acercó.

" ¿Qué te pasó Yose?- En cuanto se acercó, le vio toda la pierna rota y sangrando continuamente.

"Yo... yo... yo-casi no podía hablar por el llanto- estaba... arreglando... a-algo pa-para... ti... pero me caí del árbol... y... caí arriba de ese hierro... - Harry la tomó entre sus brazos y la llevó dentro del hotel. Su madre estaba espantadísima, tanto que se desmayó. Ron tuvo que ayudarla a levantarse, mientras Hermione llamaba a un hospital. La metieron en un carro y se la llevaron.

Por todo el trayecto, la niña sollozó, pero Harry que aún la tenía entre sus brazos la calmaba un poco. Al Ron ver esta escena, se le dibujó una sonrisa y volvió a ver hacia delante. Hermione iba a su lado, mirando por la ventana, cuando Ron murmuró en alto "Serías un gran padre Harry". Esta frase se quedó en los dos atormentándolos. Serías un gran padre... Harry sabía que eso haría sentir muy mal a Hermione por eso no dijo nada. Llegaron al hospital y el doctor la atendió enseguida gracias a la llamada de Hermione. Al rato llegó Belinda con los otros dos bebés. Desesperada preguntó por su hija, lo que rápidamente tuvo su respuesta porque el doctor salió justamente en ese momento.

"Su hija está muy bien señora"- el doctor sin embargo parecía serio- "Tendrá que quedarse unos cuantos días en cama, de resto está bien, sólo tuvimos que cocerle unos cuantos puntos

"Y podemos verla"- preguntó Harry. "Claro que pueden"

Entraron a verla. Estaba recostada con su piernita enyesada. Sin embargo esbozó una sonrisa y dijo:

"Gracias tío Harry, eres el mejor tío que se puede tener"

"Y tú la sobrina más dulce que puede haber"

Molly y Arthur llegaron al día siguiente. Se alegraron mucho al ver a Harry y a Hermione. Pero cuando vieron a su nieta se asustaron mucho. Virginia también llegó al rato. Se sonrojó hasta el tope cuando vio a Harry. Él no podía creer que siguiera enamorada de él desde que le confesó su amor. Pero venía con un Hombre. De seguro era su novio u esposo.

(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)(^u^)

Cuando retiraron a Yosett del hospital ya era dos de septiembre por lo que Harry y Hermione ya se encontraban dando clases. Les llegó una carta de Ron que decía:

Espero que estén bien, Yosett ya salió del hospital, le duele un poco pero está mucho mejor. Aún nos queda una conversación pendiente. Belinda y yo vamos a ir a Hogwarts. Ya le hemos pedido permiso a Dumbledore. Nos vemos el 20.

Ya casi se habían olvidado de esa conversación, hasta que leyeron la carta por supuesto. Sería en otra ocasión. Esperemos que esta vez nadie los interrumpa...

Últimamente Hermione se encontraba muy frecuentemente conDraco, y ella se ponía cada vez más nerviosa. Eso le preocupaba mucho a Harry. Tendría que hablar con Draco.

Notas de la autora: Le doy gracias a Cristina por ayudarme a construir este fic. Espero que les guste. Por favor dejen sus comentarios!!!!!!!!!!! Este fic promete ser 1000 % Harry y Hermione... Y los que han leído el diario de Hermione, no se preocupen que voy a seguir haciéndola, solo que no se me ocurre que poner jejejejejejeje ¡Sigan leyendo! Lis