Antes de empezar, me gustaría decirles que visiten http://es.geocities.com/mundo_magico_forever/ y manden sus fics si quieren claro, allí también están los míos y mis fanarts para quien quiera verlos Atte. Lis

Capítulo. 2 Una charla pendiente (la decisión)

Ya estaba decidido. Ahora mismo hablaría con Draco.

No fue difícil encontrarlo. Estaba saliendo de su primera clase en el día. Tenía la misma expresión de siempre en el rostro. Cuando miró a Harry, lo saludó con su típica sonrisita y se le acercó.

-Vaya, Harry, tú aquí a estas horas.

-Tenemos que hablar Draco, y no te hagas el idiota.

-De que podría hablar yo con el famoso Harry Potter.

-No seas imbécil que ya no somos unos niñitos como para pelear de esa manera. De lo que vengo a hablarte es de Hermione. ¿Qué demonios pretendes hacer con ella?, Porque si es tratar de conquistarla como no pudiste antes, pierdes tu tiempo.

-El que decide como manejar mi tiempo, sea perdiéndolo o ganándolo soy yo Potter y ahora si que pierdo mi tiempo escuchándote, si me gusta tu sangre sucia haré lo que sea por tenerla. Escúchalo bien. Lo. Que. Sea.- Se largo con una risa malévola y fría como siempre.

Como detestaba a Malfoy, pero las cosas no se iban a quedar así, Malfoy no iba a tocar a Hermione, ni por un cabello.

Los días siguientes fueron aburridos. No era que dar clases para ellos fuera aburrido, sino que últimamente no pasaba nada importante. Pero esto se acabaría. De pronto como pasan los años, llegó el día veinte. Tendrían que hablar con Ron. No es que tuvieran que hacerlo por obligación, sino que les daba un poco de tristeza hablar sobre ese "tema".

Cuando Ron llegó, Hermione apenas y había terminado de darse una ducha. Recién bañada y vestida se sentó al lado de Harry y se sumió en un abrazo con él. Ron que tenía en manos una cerveza de Majam, era una bebida fuerte al contrario de la cerveza de mantequilla, le ofreció un poco a Hermione porque Harry ya tenía.

-No gracias Ron. No bebo.

-Ni una de mantequilla...

-Ni eso... Mejor hablemos, vayamos al grano. Como ya te dijimos, después de ir a nuestra luna de miel decidimos comprar una casa, mientras buscábamos una a mí me empezaron a dar unos cuantos mareos y vómitos, sabes esas cosas. Pues como te imaginas estaba encinta, y llevaba unas cuantas semanas. El doctor me dijo que me cuidara mucho, que sería un poco problemático mi embarazo pero que no era imposible que tuviera mi bebé y bla bla bla. Harry siempre me cuidaba mucho, pero cuando él se iba yo ayudaba a cocinar a la señorita que cocinaba, limpiaba, en fin hacía todos los quehaceres de la casa. Estaba muy confiada de que por nada del mundo perdería a mi hijo. Cuando había cumplido los tres meses de embarazo, me encontraba en el jardín arreglando las matas y me vino un dolor terrible. No aguanté mucho en pie, me desmayé enseguida. Harry cuando me vio reaccionó enseguida y me llevó con el doctor y... allí...

-Y allí nos dijo que habíamos perdido a nuestro hijo.-Terminó Harry con firmeza.

-De veras lo siento mucho yo...

Hermione lo interrumpió- Perdona la interrupción Ron, pero lo pasado es pasado así que no te preocupes Por eso.

-Luego, como nos sentíamos muy dolidos decidimos comprar algo en donde poder estar alejados de todo y de todos, por eso compramos el yate, allí estábamos solos y tranquilos... Luego, después de dos años, decidimos probarlo otra vez y pues esa vez nos costó un poco más, pero lo logramos. Tuvimos una hija Ron. La llamamos Hamley, todo era perfecto, lo único era que cuando nació estuvo vario tiempo en observación y que el doctor había dicho que había nacido con problemas en los pulmones. Recuerdo perfectamente que nos advirtió que la cuidáramos mucho y le diéramos su medicina y todo lo demás, pero era muy chiquita. Nosotros pensábamos informarte de su nacimiento cuando cumpliera los nueve meses de nacida, pero ella no aguantó... Cuando Hermione se levantó en la mañana para darle su leche porque estaba llorando y...

-Entonces la agarré entre mis brazos y cuando iba a darle su leche sentí su respiración muy agitada. Me asusté mucho, traté de llamar a Harry, pero las palabras no me salían de la boca. Tenía tanto miedo. Y así pasó. La bebita se murió entre mis brazos, así nada más y... -No aguantó más y se echó a llorar. Harry se la llevó al baño. Normalmente cuando lloraba mucho le daban ganas de vomitar y de pronto se desmayaba. Era algo que le había quedado desde su embarazo. Ron lo ayudó a colocarla en la cama. Harry se sopló la cara para secar las posibles lágrimas y esbozó una sonrisa triste.

-Nació... pero murió Ron, murió... esa es la realidad y no se puede cambiar. Pero no te imaginas como le ha costado a ella superarlo. Y te confieso que yo tampoco he podido, pero lo único que puedo hacer por ella es hacerme el fuerte...

-No puedo creerlo... y no tienen ninguna foto de ella.

-Sí... es lo único aparte de sus juguetes y ropa que tenemos de ella- Harry se levantó y buscó las fotos. Cuando las encontró se las mostró a Ron. Cuándo su mejor amigo las vio, se quedó pasmado ¡Qué bonita era aquella niña!, y pensar que murió de esa manera. Tenía unos grandes ojos verdes como los de Harry, y sus cabellos apenas crecidos mostraban una especie de rulos. Ron le dirigió a Harry una sonrisa. Se las entregó y volvió a hablar. -Ya sé que van a decir que no... pero ¿Por qué no lo intentan de nuevo?, tal vez ahora sí...

-Lo he pensado Ron y Hermione también, pero ponte a pensar que pasaría si lo perdiéramos otra vez, por tercera vez consecutiva. No es tan fácil, no la juzgo, debe ser más doloroso para ella que para mí

-Harry inténtalo y si no sale, no me hables más nunca en tu vida. Mira que estoy arriesgando nuestra amistad.

-Hagámoslo amor.- Hermione ya se había despertado y parecía muy decidida.- Quiero volver a intentarlo.

-Estás segura Hermione, cariño puede...

-Quiero hacerlo Harry. Es la única manera de superar lo que pasó hace dos años.

-Bueno me voy, ya es tarde y mejor los dejo para que se aclaren.- Cuando Ron salió de la habitación Harry se dirigió hacia Hermione. Ella parecía muy decidida y él estaba seguro de que también quería pero tenía miedo. Miedo a volver a recaer. Por fin se decidió y dijo a su esposa- Hagámoslo, después de esto esperaremos una semana para visitar al doctor.

-Gracias amor ¡Te amo!- Se sumieron en besos apasionados, tal vez no puedan tener hijos, pero si podían amarse hasta la muerte.

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-¿estás segura?

-De veras cariño, creo que si estoy encinta ¿Por qué he de mentirte?

-Bueno no sé- dijo con sarcasmo.

-Ayy Harry James Potter.-

Albus ya les había dado permiso de ir al doctor, parecía muy feliz porque ya sospechaba de que se trataba esa visita. En el trayecto, Hermione vomitó una vez. Listo, se dijo Harry, Hermione está encinta. La chica durmió por todo el camino mientras Harry pensaba y pensaba...

-¿Entonces doctor, que podemos hacer para no perder el bebé?

-Pues, mira Hermione, tómate éstas dos pastillas cada mañana, tarde y noche por lo menos por las tres primeras semanas, es decir desde hoy. Después necesito que vengas al menos una vez por semana... -Pero nosotros no podemos...

-Sin excusa, si ésta vez quiere tener su hijo pues acátese a las reglas. No voy a permitir que lo pierda otra vez. Por supuesto, nada de esfuerzos, gritos (por parte suya) y de tuya Harry. Cuando te marees recuéstate y no hagas ni el mínimo esfuerzo posible, espera a que se te pase y tómate este té. Ya sabes nada de esfuerzos, te lo voy a repetir mil veces porque sé que eres muy terca. Si es posible, sal varias veces al aire libre y no te quedes encerrada en un solo lugar. Por favor, Hermione, hazlo, por ti y por el bebé. Por ti porque sabes muy bien que pronto podrías quedar estéril. Ya sabes Harry, cuídala muy bien. Los quiero aquí después de dos meses, sin excusa. Pueden retirarse.

Harry y Hermione se dirigieron rápido a la salida. Hermione parecía muy nerviosa, Harry le preguntó que le pasaba. -Amor que te pasa.

-No te das cuenta Harry, este tal vez fue el peor error que hayamos cometido u olvidas que damos clases en un colegio internado, no tenemos tiempo para venir acá.

-No te preocupes por eso, estaba pensando en un translador.

Tal vez la única solución sería un translador. No podrían estar haciendo ese viaje tan largo todas las semanas y menos dando clases. Le pedirían permiso a Albus para hacerlo después de dos meses. Esta vez no lo perderían. No otra vez...



Hogwarts se estaba preparando para la navidad, muchos alumnos se quedarían para ese entonces, sobre todo las chicas del quinto curso de Griffindor que apenas estaban en el primero cuando Harry salió de su séptimo. En sí, casi todas las chicas se quedaron. Harry ya estaba fastidiado de encontrar cartas de amor por todos lados y chicas intimidadas por su presencia. Hermione por su lado se sentía muy mal, y peor aun estaban los dos teniendo que ir al doctor cada semana. Total, todo era un desorden ahora en sus vidas.

-Mira Mónica, allí viene el profesor Potter.

-Ay sí, como envidio a su esposa, por cierto ¿Le enviaste la carta?, Nosotras somos su fan número uno y tenemos que hacérselo saber. Y además, nosotras fuimos la que fundamos la revista y el club de fans.

-Cierto, tenemos más derecho que esas niñitas. Mira allí viene.

-Buenos días Mónica, Estefanía ¿Cómo están pasando sus navidades?

-Con uste... -Muy bien, este clima frío nos encanta, sobre todo la nieve.

-De veras les gusta este clima, yo las veo muy abrigadas-Las dos rieron nerviosamente- En fin, que la pasen bien.

Harry se fue con una sonrisa en su rostro, eran tan graciosas aquellas dos jóvenes. Ya había escuchado hablar de la dichosa revista que habían hecho especialmente de él. También de su club de fans. "Las cosas que se inventan"

-¿Qué dice profesor?

-¿Yo?, Ah no nada, ha visto a la profesora Potter- La niña asintió y señaló a Minerva junto a Hermione que parecían hablando muy cómodamente. Se les acercó y las saludó. Estaban hablando del baile de octubre, según Minerva iban a haber muchos cantantes, porque a Albus le gustaba mucho la música y sobre todo en vivo. También iba a hacer una comida exquisita y nunca hecha en Hogwarts, comida muggle, y mucha decoración. De seguro los alumnos lo disfrutarán mucho- aseguro Minerva. Harry y Hermione la acompañaron en su opinión, pero luego se marcharon a hablar en privado.

-¿Qué pasa cariño?

-¿Te sientes bien?, Mañana tenemos que ir al doctor. Por cierto, tu que eres mujer y fuiste fanática de Lockhart, como hago para quitarme las benditas cartas de amor.

-Ay Harry, pues respóndelas, has como él. Por cierto, viste tu revista, me la dio una del primer curso. Están buscando tomarte una foto mientras te bañas ¿Qué opinas?, Si quieres te la tomo yo.

-Hermi no juegues, por supuesto que no lo voy a permitir, ¡Nunca!, Yo no soy modelo nudista.

-Estoy segura de que podrías serlo, pero bueno, cambiando de tema, ya te compré los lentes de contacto para que no tengas molestias mientras practicas el Quiddich y cuando das clases.

-¿por qué diablos no me los habías dado antes?, Y yo con el fastidio en todos los juegos de Quiddich.

-No se me había ocurrido, pero bueno, da gracias a que ya se me ocurrió.

-Bueno...

Ahora que lo pensaba bien, ella había dicho que le haría un regalo muy útil a Harry. Normalmente ellos siempre se daban los regalos antes de tiempo, pero esta vez, Harry no sabía que darle a Hermione. Tal vez una prenda especial o... ¡Una sortija!, Sí, le regalaría una hermosa sortija. Y ya sabía cual. La que Sirius le había regalado en su cumpleaños 17, la sortija de su madre, la sortija que nunca había mostrado a nadie.

Hermione había regresado justamente cuando Harry había encontrado la sortija. Aprovecharía ese mismo momento para dársela y pedirle que la luciera el día de navidad con un hermoso vestido, y así, pasar otra navidad inolvidable. Y pronto tener la dicha de volver a ser padres, pero esta vez, para siempre.

-Cariño, esto es mi regalo.

Abrió la pequeña cajita que contenía la sortija, y se mostraron dos pequeños brillantes con una piedra Jade. Hermione quedó impactada, nunca había visto una sortija más hermosa en toda su vida. Besó a Harry hasta que sus labios no aguantaran, lo abrazó y le sonrió tiernamente, susurrándole en el oído algo como "Este es el mejor regalo que me has podido dar", luego Harry se lo probó, le quedaba muy bien aquel anillo... Después le contó que aquel anillo había sido de su madre y que desde aquel cumpleaños lo había guardado muy bien sin mostrárselo a nadie, pero que había llegado el momento de dárselo a ella. Hermione reconoció enseguida aquella piedra, era la piedra de Jade, si llegara a tener alguna hija le pondría Jade.

Ya se hacía de noche y al día siguiente tendrían que ver al doctor... Se acostaron y el joven cayó rendido enseguida, pero, la joven solo pensaba en lo que esa piedra le recordaba... Aparte de los ojos de su esposo... a los ojos de su hija...

Notas de la autora:

Sorry, este capítulo ta más corto que el anterior y tiene mucho diálogo pero igual espero que lo hayan disfrutado mucho. Porfa, dejen sus reviews. T_T y eso si les digo, el próximo capítulo tardará porque ya entro a clases mañana T_T que sufrimiento... Recuerden dejar sus reviews eh Lis









(Review)